Llevaban ya un rato recorriendo los atractivos turísticos del lugar, se habían subido ya a un par de juegos mecánicos, en estos momento caminaban observando decoraciones, botargas y demás cosas que llamasen su atención, el lugar estaba más que llamativo lo cual era obvio pues era un lugar turístico y debían de llamar la atención.
- Taiga
- ¿Qué pasa?
- Subamos a ese
- En América Alex nos llevaba mucho al parque de diversiones y siempre terminábamos subiéndonos a ese juego.
- Nunca eh subido a ese.
- Vamos será divertido.
Se firmaron en la fila y después de que fuesen atendidos el empleado les indico donde sentarse y les dio las instrucciones de abrochar sus cinturones y otras medidas de precaución.
El vagón comenzó a moverse a lo largo de las vías, algunas personas de los asientos delanteros comenzaban a entrar en pánico pero el solo podía ver la sonrisa que tenia grabada el rostro de Kagami. El vagón iba en línea recta subiendo poco a poco hasta que de improviso bajo velozmente por la vía en la que iban escuchaba los gritos de las personas, algunas se divertían y las otras deseaban no morir aun, el se manutenía inexpresivo ante la situación pero ver a su novio divirtiéndose le contagio con su sonrisa y ahora le era inevitable dejar de sonreír.
Al bajar del juego mecánico las personas que hacían lo mismo agradecían no haber muerto momentos atrás en ese juego que traumatiza a algunas personas. Por lo mientras el peli celeste comenzaba a caminar con la vista perdida en la nada.
- ¿Sucede algo Tetsuya?
- No, solo pensando a donde ir, hay tantos lugares.
- Oh eso, por cierto ¿no tienes hambre?
- En realidad no.- un sonido extraño proveniente del estomago de Kuroko avisaba que estaba mintiendo.
- Tu estomago me dice otra cosa.- soltó una pequeña risita apenas audible para Kuroko.
- Fue involuntario, no tengo mucha hambre.- ahora estaba apenado por la reacción que tuvo su cuerpo.
- No importa vamos a buscar algo de comer.
En el camino no encontraban ningún puesto de comida o restaurant hasta unos minutos después en donde un señor de mediana edad vendía crepas en su local.
- ¿Quieres aunque sea crepas?
- No hay problema.
Kagami se acerco al señor que amablemente le atendió, pidió un lar de crepas de chocolate y este al poco tiempo se las entrego. Kagami pago las dos y cordialmente agradecieron antes de irse del puesto.
Cerca se encontraba una banca desocupada así que aprovecharon para sentarse un rato, ya después irían a algún otro lugar. Kagami veía fijamente a Kuroko, sonara acosador pero le gustaba verle, apenas llevaba la mitad de su alimento mientras el ya se lo había devorado. Desvió la vista hacia donde estaba viendo su novio y era contemplando a la gente que pasaba en frente de ellos y viendo mas allá donde se encontraban mas atracciones y juegos mecánicos. Pasaron unos minutos para que el peli celeste terminara de comer para después llamar la atención de su luz.
- Taiga quiero tomarme una foto contigo.
- Ahora que lo mencionas no nos hemos tomado una foto juntos.
- Sí, quiero tener una.
-Bien.
Kuroko le dio su teléfono al más alto para que tomase la foto, Kagami atrajo a Kuroko para que así la foto quedara bien.
- Toma.
- Quedo bien.
- Si no está mal.
- Tetsuya tienes restos de comida en la mejilla.- el pelirrojo estiro su mano y se la retiro de la mejilla.
- Tu también, tienes chocolate.
- ¿En qué parte?
- Aquí.
Kuroko se estiro un poco para poder lamer el chocolate cerca de los labios del otro, poco le importo estar entre tanta gente, con su poca presencia la gente no notaba que estaban allí sentados.
- ¿Tratas de provocarme?
- No lo sé.
Sabía que atrás de esa cara inexpresiva que llevaba en esos momentos escondía una cara que decía "si, trato de provocarte".
- Taiga ¿qué tal si vamos a esa atracción?
Kagami veía asustado el punto en donde señalaba la mano de Kuroko y un escalofrió recorrió su espalda.
- ¿T-Te refieres a ese lugar?
- Nunca he entrado a algo similar.
- E-Esta bien.
Kagami Taiga tenía varios traumas de la infancia, uno era el miedo que le tenía a los perros y otro era el miedo de entrar a las casas del horror como popularmente se les conoce. Siempre evito entrar a ese tipo de lugares puesto que siempre veía gente que salía gritando del lugar y siempre había pensado que era un lugar tenebroso.
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- N-No dio tanto miedo como lo esperaba.
- Creí que sería más terrorífico.
- Si.
- Taiga ¿podrías dejar de jalar la manga de mi camisa?, estas así desde antes de entrar.
- Lo siento. Por cierto ¿qué tienes ahí?
- Es la foto de recuerdo.
- ¿En qué momento la tomaron?
- En la parte donde sale un cuerpo entre los escombros del suelo.
- Si esa parte.- A decir verdad si se había asustado en el transcurso del recorrido.
En la foto que sostenía Kuroko aparecía Kagami a punto de desmayarse y él con su clásica expresión de indiferencia.
- Taiga a ¿donde quieres ir?
- ¿Por qué me preguntas a mi?
- No quiero ser el único que se divierta.
- Pero ha sido divertido.- por lo menos si antes de entrar a la 'casa' esa.
- Aun así...
- En ese caso vayamos a ese.
Ahora era el pelirrojo quien señalaba aquel juego mecánico que se movía de un lado a otro, caminaron hasta el lugar y finalmente llego su turno de subirse al sky master (conocido como el martillo) donde ambos se entretuvieron un buen rato.
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Siempre que estaban juntos perdían la noción del tiempo y hoy no fue una excepción, el día se les fue volando, visitaron otros juegos y atracciones, lo que el día les permitió recorrer. Ya era tarde así que subirían al la ultima atracción del día. Subieron al teleférico que había en el parque, el recorrido duraba 15 minutos. Desde arriba se veía realmente hermoso el paisaje del parque y a lo lejos las luces de la ciudad, Kagami no perdió detalle de la expresion que tenía Kuroko en esos momentos, parecía un niño pequeño. Al final del día volvieron a la habitación del hotel a descansar... o esa era la idea.