Genial su despertador estaba sonando y el no había podido conciliar el sueño hasta altas horas de la noche, lo más triste es que no podía faltar a clases y todo por un par de evaluaciones que se iban a aplicar.
Sin más lucho consigo mismo por estar un rato más en su cama o levantarse y hacer lo que debía. Por desgracia la segunda opción gano. Se ducho rápidamente, se coloco el uniforme de la escuela y salió de su apartamento.
Llego tarde a la primera clase y entro al aula sin importarlo los regaños que el profesor le daba, se sentó en su lugar para fingir que prestaba atención en la clase al igual que sería en las próximas, sinceramente no le importaba mucho la escuela, mantenía las calificaciones adecuadas que eran requisitos para estar en el club de basket.
Las siguientes horas fueron lentas y tortuosas para su persona, ¿A quién mierda le interesaba saber la vida de los reyes de Inglaterra y otros países? Si no le importaba la vida de sus compañeros de equipo, ¿por qué debería de importarle eso? La historia es una mierda, si tal vez le hablasen de la historia del basket o los deportes considerarían poner atención en clases. En fin que se podría hacer.
Sin darse cuenta la hora del entrenamiento llego, ese día tenía ganas de entrenar así que tomo sus cosas y se fue al club de basket, ahí se encontró con su amiga/hermana.
- Dai-chan ¿qué te paso? te vez terrible.
- ¿De qué hablas Satsuki?
- Tan solo mírate, pareciera como si no hubieras dormido nada.
- Hablas de eso, no es nada.
- Dai-chan te conozco y sé que ese "no es nada" realmente es algo.
- No paso nada.
- ¿Tiene algo que ver con Kise-chan?- el moreno se quedo callado, realmente no le podía mentir a su amiga.
- Si...
- Lo sabía a mi no me puedes engañar Dai-chan.
- Como sea ahora lo sabes...
- ¿Que fue lo que sucedió?
- Realmente no puedo evadir el tema contigo, bien te lo diré, ayer me quede con Kise hablando de... eso no es importante el punto es que me dijo que me amaba, pero no sé si lo decía enserio y después comenzó a llorar.
- Está claro que lo dacia enserio. A veces eres un idiota Dai-chan.
- Oi si te lo digo es para que me ayudes no que me empeores todo.
- Bien bien ¿qué le dijiste?
- Pues no le dije nada ¿que se supone que le dijera? ¿Que también lo amaba?, por favor a mí me gustan las mujeres.
- Eres un idiota Ahomine.
- Oye Satsuki no me insultes.
- ¿Por qué tienes que ser de esa forma?, no te das cuenta del daño que le haces a los demás con tus acciones, decías que querías cambiar y lo empezaste a hacer pero aun así no es suficiente. ¿por qué no te das cuenta de tus verdaderos sentimientos?.
- No sé a lo que te refieres.
- Sabes muy bien de lo que hablo, tú sientes lo mismo que Kise-chan siente por ti, solo que eres tan estúpido y soberbio que ni tu mismo te has dado cuenta.
- Oye estas llamando la atención de los demás.- y era cierto los demás que ya estaban entrenando dejaron de hacerlo para escuchar el motivo de los regaños de la peli rosa.
- Recuerda cuando estábamos en la escuela media, tu siempre sonreías cuando estabas con Kise, tú eras diferente con él porque es una persona especial en tu vida, ¿acaso me equivoco?
- No.- Aomine se quedo callado unos instantes, pensando seriamente en las palabras de su amiga, ¿acaso tenia razón?, no va a negar que se sentía bien estar al lado de aquel rubio hiperactivo, pero se suponía que a él le gustaban las mujeres.
- No seas ridícula Satsuki, en primera los dos somos hombres.
- ¿Ese es el problema? ¿Enserio?, cuando te enamoras de alguien el género y la apariencia es lo que menos importa, yo no le veo el problema, lo único que veo son dos personas enamoradas.
Realmente los comentarios de su amiga peli rosa le dejaban sin habla, en verdad tenia razón en todo lo que decían, el estaba enamorado de Kise para que seguir negándolo, quizás desde hace mucho tiempo y no se dio cuenta hasta ahorita que le abrieron los ojos y le mostraron su realidad.
- Gracias Satsuki.
- Realmente me molesta que no te des cuenta de nada. Espera ¿me estas agradeciendo?
- Si
- ¿Por qué?
- Por mostrarme que tan equivocado eh estado todo este tiempo.
- Dai-chan...
- Bien me voy.
- Espera ¿y el entrenamiento?
- Sera para después.
- Moo Dai-chan.
- ¿Que acaba de pasar aquí?- hablo Imayoshi intrigado.
- Es una muy larga historia.- le contesto Momoi.
El moreno salió del lugar sin importarle dejar a más de la mitad de sus compañero estupefactos, no era común ver a un Aomine tener problemas amorosos.
Bien ahora el moreno se preguntaba que debería de hacer, tenía una idea en mente, que mas daba se dejaría llevar por su impulso, corrió lo mas rápido que podía para llegar a la estación del tren, si tenía suerte alcanzaría el tren que lo llevaba al lugar al que planeaba ir.
Mientras corría en el camino choco contra alguien, en este momento no necesitaba inconvenientes, así que hizo una reverencia rápida de disculpa sin importarle ver quien fue su víctima, y siguió su camino.
- Estúpido Ahomine deberías tener más cuidado, ¿estás bien Kuroko?.
- Si solo no me lo esperaba. Se veía muy apresurado, ¿habrá sucedido algo?
- Ni idea.
- Después le preguntare.
- Si te parece bien...
- ¿De que estábamos hablando Kagami-kun?.
- Mmh de que íbamos a hacer para el proyecto.
- Cierto, ¿tienes alguna idea?
- La verdad no, si soy sincero no quiero hacer nada.
- Eso es muy irresponsable de tu parte.
- Odio los proyectos.
- Si pero deberás ayudarme a hacerlo.
- Si si como sea. ¿Kuroko?
- ¿Que sucede?
- No te he besado en todo el día.
- No tenemos tiempo para eso, debemos de terminar el proyecto.
- Bien pero cuando lo terminemos quiero mi recompensa.
- Trato hecho.
*********
Su cuerpo estaba cansado, demonios, el entrenamiento de hoy estuvo más agotador que el de costumbre, y no podría descansar al llegar a su casa, mañana le tomarían fotos para publicarlas en la revista mensual.
- Esto es muy agotador.- lo decía mientras fingía llorar.
Al seguir caminando a la entrada, noto a cierto moreno con cabellera azulada recargada de una pared. "Demonios justo ahora tenía que aparecer" fue lo primero que se le vino a la mente.
Una vez al estar a su lado trataba de seguir con su camino peor la mano del más alto le detuvo.
- Kise debemos hablar.
- No hay algo de qué hablar Aominecchi. Te pido que por favor me sueltes.
- No, esta vez no te soltare.- Kise al ver la determinación en los ojos azules del contario no tuvo de otra más que acceder.
- Esta bien pero aquí no.
Caminaron hasta las cercanías de un parque que estaba cerca, Kise piso sus cosas en una de las bancas del lugar esperando el momento indicado para hablar.
- ¿De qué quieres hablar?
- Kise tu...¿hablabas en serio con lo de ayer?
- Yo...eso fue un error mío, por favor haz como si eso no hubiese sucedido.
- Kise contesta la pregunta.
- De que sirve que te conteste, no va a cambiar nada.
- Solo responde.- estaba perdiendo la paciencia con ese rubio
- Si yo te admiraba y sin darme cuenta esos sentimientos cambiaron, hasta convertirse en eso que llamaban amor, pero eso ya no importa. Ahora debo de parecerte repugnante ¿no es cierto? Que un hombre te haya dicho eso ha de ser asqueroso.
- Kise yo-
- Por favor no digas nada, si eso es todo me voy.
- Oi Kise espera.
- ¿Ahora qué Aominecchi? te he dicho todo lo que tenia que decir.
- Te he dicho que esperes y déjame hablar maldita sea.
El rubio se quedo estático en su lugar, esperando a que hablara su compañero.
- Demonios, ¿por qué llegas a esa clase de conclusiones? Mierda ¿y ahora como te lo digo? Mhhh bien no es que te odie, debo decir que a veces tu comportamiento es irritante pero no es una razón para odiarte, tampoco me parece asqueroso el que te guste.
- De hecho creo que me gustas Kise, aun no estoy seguro de eso pero sé que contigo las cosas son diferentes. Tu no solamente fuiste un compañero o amigo sino algo mas importante...bueno eso es todo lo que tenía que decir, joder no sabía que decir esto sería tan difícil.
- ¿Lo dices enserio Aominecchi?
- Maldita sea Kise entiende que si, hablo enserio. Ahora sal conmigo.
- Que forma de arruinar el momento.
- Oye.
El rubio se lanzo al cuello del mayor y lo beso desprevenidamente, el otro correspondió el beso gustoso, el mayor comenzó a intensificar dicho contacto, mordía el labio inferior del otro mientras este jadeaba por la falta de aire que se hacia presente.
- Si quiero salir contigo Aomimecchi, no sabes lo feliz que me hace.
- Sabia que dirías que sí.
- Eres un maldito egocéntrico.
- Oi Kise bastardo.
- Pero Aominecchi es Aominecchi y aun así te quiero.
- No digas cosas vergonzosas Kise.- extrañamente las frases simples y cursis que soltaba el rubio le hacían sonrojarse levemente.
- Kise vamos a mi apartamento a continuar lo que estábamos haciendo.
- Pervertido, me voy a casa.
- Oi kise, oye no me ignores.
De esta manera se demostró que el moreno era experto en romper el ambiente. Y que la tendría difícil para convencer al modelo de que hicieran esas 'cosas', bueno ni tanto pero si en estos momentos.