No tuve ganas de ir a clases, la verdad es que la razón era más que clara, no quería verlo, me sentía tan inmaduro haciendo esto, evitando los problemas en vez de afrontarlos. Nunca me había molestado con Shin-chan, pero en esta ocasión me dijo algo realmente iriente, esperaría que cualquier persona dijese cosas similares pero no viniendo de él, lo peor de todo es que había dejado escapar mis lágrimas, odiaba hacerlo enfrente de los demás pero esta vez no pude evitarlo.
- Estúpido Shin-chan.
Alguien tocaba la puerta de mi casa, ¿quién demonios seria? No estaba de humor en atender a nadie. Los golpes en la puerta eran muy insistentes así que fui rápido a abrir y al ver la persona que estaba al otro lado de la puerta la cerré con fuerza pero no conté con que Shin-chan lo viese venir y metiera el brazo antes de que cerrara, forcejeamos unos segundos pero al final me gano y entro a la fuerza.
- ¿No sabes que es de mala educación entrar a la residencia de alguien más sin permiso?
- Lo sé, pero ahora no importa.
- ¿Que quieres?
- La sensei me pidió que te trajera esto.- Me ofreció un par de copias.
- Si eso es todo puedes irte.
-No eso no es todo, quiero aclarar las cosas contigo.
- No hay algo del que hablar.
- No, hay muchas cosas de las que debemos de hablar seriamente.
- Midorima por favor vete.
- No me voy a ir.
Iba a dar media vuelta para tomar mi teléfono celular pero no pude hacer nada de eso pues cuando me di cuenta estaba acorralado contra la pared y tampoco pude protestar, mis labios estaban siendo apresados por los labios de Shin-chan, al principio me sorprendí pero me deje llevar por aquel beso tan apasionado que me estaba dando y hasta el momento en el que me robo el aliento se separo de mi.
- Lo siento, no debí actuar así, me moleste ante la idea de que pensaras que estaba enamorado de alguien más y no soporte eso. Me enoje contigo sin motivo alguno y dije algo que era una total mentira, no debí hacerlo. Perdóname Takao.
- Shin-chan...
- Me gustas Takao, No Akashi ni nadie más, solamente tú.
A quien engañaba estaba perdidamente enamorada de él, era más que obvio que terminaría perdonándolo. Abrace con todas mis fuerzas a mi amado peli verde, rápidamente correspondió el abrazo y volvimos a unir nuestros labios comenzando una nueva danza en nuestras bocas.
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Mi mente ya no podía pensar en nada, y quien podría hacerlo cuando te besaban de esa manera y sus manos se perdían por debajo de tu camisa, era imposible pensar en algo.
- S-shin-chan nng.
Estaba tendido en el colchón de mi habitación mientras cierto peli verde se divertía mordisqueando mi cuello y desvistiéndome de la parte de arriba dándole mas acceso de probar mas de mi piel, yo en un fallido intento de despojarlo de su uniforme, coloco mis manos por encima de mi cabeza dejándome totalmente bajo su control. Sus labios bajaron hasta la zona de mi pecho en donde se divertía lamiendo y mordisqueando dejando mas marcas en mi cuerpo, continuo dejando un camino de saliva cada bajando por mi abdomen, su lengua se entretenía en el orificio de mi ombligo causándome una sensación extraña en un cosquilleo que se extendía por toda mi columna, mi espalda se arqueo como parte de un reflejo de mi cuerpo. La temperatura en mi cuerpo subía y ya me encontraba jadeando y soltando un par de gemidos. Su mano se comenzó a escurrir por debajo de mi ropa interior, solté una gemidos muy sonoros que resonaron en toda la habitación, la sonrisa que se formo en tu rostro demostraba lo satisfecho que te ponía el oírme gemir. Tus caricias se detuvieron en ese momento te acercaste a mi oído y me susurraste cosas muy sugerentes con esa voz grave que pocas veces escucho salir de ti. No sabes lo mucho que me excita escucharte hablar así. Te apoderaste nuevamente de mis labios, nuestras lenguas luchaban entre sí para tener el control de la cavidad del otro, no quería quedarme atrás así que sin previo aviso te empuje contra el colchón cambiando las posiciones. Lo primero que hice fue atacar tu cuello y dejar notorias marcas, se que después me reprenderías por eso pero eso no importaba ahora. Lamí y mordí todo lo que podía, un par de jadeos salían de tu boca, tus manos deslizaban lentamente mis pantalones junto con la ropa interior para después pasar tus dedos por toda mi erección, los gemidos no se hicieron esperar, quería incitarte a continuar así que mordisque el lóbulo de tu oreja y gemí tanto como pude, supe que mis planes habían dado resultado al sentir el bulto de tu entrepierna hacerse más grande, ya me encargaría de eso y sabía muy bien como. Deslice mis manos por la parte de arriba del uniforme tratando de quitártelo, era injusto ser el único completamente desnudo aquí, me deshice de la chaqueta y con tu ayuda, de la camisa que traías puesta. Baje lentamente hasta llegar a tus apretados pantalones.
- Shin-chan aquí está muy apretado.
- Es culpa tuya Takao.
- Entonces tomare la responsabilidad de eso.
Con mis manos desabroche tus pantalones y los deslice dejando esa parte la descubierto, aun estabas en ropa interior pero podía ver la palpitante erección que traías, con mis dientes baje la ropa interior y lo vi, el tamaño era increíble, mi excitación incremento con tan solo verlo, dime pervertido pero eso es lo que soy. Nunca había hecho sexo oral, de hecho nunca había tenido sexo pero sabía todo lo necesario, ahora trataría de hacerle una felación a su compañero y esperaba hacerlo bien. Deslice mi lengua a lo largo del miembro de Shin-chan, estaba caliente y lo sentía palpitar entre mis manos, mi vista se comenzaba a nublar por la excitación, mi lengua lamia la punta y después introduje todo su pene en mi boca y con mi cavidad trataba de brindarle placer y al ver sus ojos entrecerrados soltando gemidos supe que había logrado mi cometido. Tus manos tomaron mis caderas, no entendí el porque hasta sentir tu respiración cerca de mi entrada, sabía lo que ibas a hacer pero la sensación que sentí en esos momentos era totalmente indescriptible, tu lengua recorría el interior de mi entrada, gotas de saliva se deslizaban hasta llegar a mi miembro, estaba a punto de correrme por el simple hecho de sentir tu cálida lengua invadir esa parte de mi anatomía. Mis gemidos morían en mi garganta mientras continuaba mi trabajo con tu miembro, sin previo aviso sentí una cálida y amarga esencia en el interior de mi garganta, gotas de semen se deslizaban por las comisuras de mi labios, me separe de ti y una de tus manos fue a dar a mi boca, tus dedos fueron a dar al interior de mi boca, sabia a lo que se refería, los lamí y llene de saliva y tanto como pude para dejarlos totalmente lubricados.
El sentir tu lengua en mi interior era algo sorprendente, pero el sentir tus dedos era algo aun mejor ya quería saber cómo se sentiría tenerte dentro. Tus dedos embestían mi entrada y me dilataban tanto como podían, me encontraba boca abajo con los ojos llorosos y enterrando mis uñas en el colchón.
- S-Shin-chan hazlo de una vez... q-quiero tenerte dentro.
- Luego no te arrepientas.
- S-Si.
Tu miembro rozaba mi entrada, poco después sentí la punta de tu pene entrar lentamente en mi, para después embestirme de tal manera que tu miembro entro por completo, había dolido, sí que lo había hecho pero no importo sentirte adentro era maravilloso, esperaste un par de segundos para empezar a moverte.
Mi interior se estrechaba por cada embestida que recibía, podía sentirlo, mis gemidos se convirtieron en gritos de placer. Tu miembro entraba de lleno en mi interior y tocaba constantemente ese punto sensible que me hacia retorcerme debajo de ti. Mis piernas flaquearon, no pide más y termine derrumbado en el colcho peor eso no detenía a mi amado peli verde pues seguía penetrándome, de hecho ahora me sostenía del abdomen profundizando mas la penetración y haciendo más intensas sus embestidas. Sus penetraciones se volvieron mucho mas rápidas avisándome que estaba a punto de eyacular y yo no me quedaba atrás, estaba igual o peor que el. Basto un par de minutos para que me corriera gritando su nombre que resonó en toda la habitación y el gimiendo en mi oído. Saliste de mi interior y sentí tu esperma salir de mi interior hasta deslizarse por mis muslos y perderse entre las sabanas, la sensación continuaba siendo indescriptiblemente maravillosa, yo continuaba con temblores del post-orgasmo mientras tu regulabas tu respiración.
- Takao ¿estás bien?
- Que lindo es ver a Shin-chan preocupado por mi.-Me acerque para besarte nuevamente.
- Veo que quieres mas.
- Fue increíble hacer el amor contigo.
- Sera igual de increíble hacerlo de nuevo.
- Nee Shin-chan hagámoslo de nuevo.
- Como digas.
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No sé cuánto tiempo paso, pero estuvimos haciendo el amor durante toda la tarde pues ahora era de noche. Mi cabeza estaba recargada sobre el pecho de Shin-chan, y su brazo rodeaba mis hombros, amaba estar de esa forma con él.
- ¿Por que ibas a faltar toda la semana?
- Era más que obvio el porqué.
- No lo vuelvas a hacer, no sabes lo preocupado que estaba.
- ¿No será que te sentías solo?- una pequeña carcajada se salió de mis labios.
- Si, la verdad es que si, me di cuenta de que tu compañía se volvió una necesidad para mí.
- Shin-chan...has dejado de ser un tundere.
- TAKAO
- Jajaja lo siento. Pero creo que no podre ir mañana jajaja.
- ¿Por qué?
- Principalmente porque no creo poder caminar y mucho menos ir al entrenamiento.
- En ese caso me quedare aquí contigo.
- ¿Lo dices en serio?
- Si.
- Pero ¿eso no afectara tu ejemplar promedio escolar?
- Solo es un día, no me afectara.
- Por cierto Shin-chan ahora somos amantes ¿cierto?
- Sabes que no haría nada de esto con nadie más Bakao.
Realmente eras un tonto a veces además de tsundere, aun así con tus defectos y todo, te amaba de manera incondicional.
- Te quiero Shin-chan.
- ...Yo también.
Un sonrojo se formo en tu rostro, después de eso desviaste tu mirada, amaba cada cosa de ti. No tienes ni idea de lo feliz que me hace el poder estar finalmente contigo.