Las luces alrededor comenzaban a iluminar las calles del vecindario, estaba en el segundo piso admirando el cielo estrellado, una que otra nube decoraba el obscuro paisaje, le gustaba el balcon que tenia la habitacion del pelirrojo, al fin de cuentas terminarian durmiendo en la misma recamara, hikari-san le habia insistido, en realidad no era un problema para el. Una pequeña brisa choco en su rostro, el aire no era tan fresco como esperaba, sentir esa sensación de la brisa chocando contra tu rostro era grandioso.
- ¿Que haces?
- Nada en especial. Sólo miro el cielo y no es tan diferente al de japon.
- Mañana te llevare a un lugar que quiero que conozcas.
- Esta bien, estoy ansioso por ello.
- Ven entremos, tenemos algo pendiente que hacer.
- No es momento para eso Taiga.
- Vamos se que lo quieres.
- No, estamos en casa de tu madre, no podemos hacer eso aqui.
- En ese caso ven, vayamos a dormir, mañana nos iremos a primera hora.
El peliceleste deslizo el enorme ventana y una vez adentro se recosto en el colchon. Estaba a gotado por el viaje, no había sido nada tranquilizante. Sintio un peso en su espalda, los calidos labios del otro estaban en su nuca, delizandose hasta parte de su hombro en donde mordisqueo un poco.
- No pienso conformarme con un simple beso como ocasiones pasadas. Ahora haremos lo que yo diga.
- Kagami-kun...
- Esta bien hoy no pero me lo debes Kuroko.
Se acomodo al otro lado de la amplia cama para darle su espacio personal al peliceleste, quien ahora no despegaba su mirada del techo, Kagami al ver esto se preguntana que tendria de interesante era un techo cualquiera, probablemete estaba perdido en sus pensamientos. Despues de estarle mirando fijamente, apreciando su palido rostro, su cabello revuelto y esas cuencas celestes que tantas cosas expresaba le animaron a sacar a quello que queria decirle desde hace tiempo.
- Tetsuya, hay algo serio de lo que quiero que hablemos.
- ¿Que es Taiga?
- Tu.., se que es precipitado y todo pero... tu... maldicion ¿por que no puedo decirlo?
La curiosidad comenzaba a apoderarse de la mente del peliceleste quien habia puesto toda su atencion en el pelirrojo, quien estsaba nervioso y avergonzado ¿que seria eso que tendria que decirle?
- Tu ¿has pensado en que hacer después de que terminemos nuestros estudios?
- No realmente ¿por qué?
- Tu... ¿qué piensas acerca de tener un hijo?
Aquella pregunta no se la esperaba, sus mejillas ardieron y un extraño sentimiento se apodero de su mente, pensar en la posibilidad de tener una familia con la persona que amaba era lo mejor que le pudiese pasar, pero habia algo en el que no le hacia pensar positivamente ante todo esto.
-...No tienes que contestar ahora. Se que es demasiado pronto para pensar en eso.
- Y-Y-Yo... no sabes lo inmensamente feliz que me haria eso... pero no podemos tener hijos.
- ¿Por que no?
- Es mas que obvio, soy un chico.y no puedo concebir.
- ¿Quien hablo de eso? A lo que me refiero es que adoptemos. Se que a veces soy un completo estupido pero tampoco para saber que no podmeos tener bebes.
- Claro, estoy seguro que seremos muy felices.
- Algo más.
- ¿mngh?
- Casate conmigo.
- No.
- Genial, sabria que me dirias que...espera ¿QUE? ¿POR QUE NO?
- No es porque no quiera, es solo que no lo veo como algo necesario.
- Crei que te haria feliz si nos casamos.
- Ya me haces extremadamente feliz sin la necesidad de casarnos, pero si te hace feliz la idea , esta bien, tampoco es como que no quisiera.
- Entonces dejame repetirlo nuevamente Kuroko Tetsuya, casate conmigo.
- Claro, nada me haria mas feliz que eso.
Lo tomo de la nuca acariciando esos suaves mechones celestes y lo acerco haya el para besarlo de improviso. Poco importaba lo demas, se amaban y querian demostrarselo cuanto antes, lo necesitaban...
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- Taiga ¿puedo hacerte una pregunta? Si no deseas contestar no lo hagas, lo entendere.
Veia fijamente a su pareja quien lo tenia apresado entre sus brazos, la cabeza del pelirrojo reposaba sobre el pecho desnudo del otro, solo una delgada sabana cubria aquel par de cuerpos que acababan de amarse del la manera más carnal posible.
- ¿Que sucede Tetsuya?
- Se que acabamos de llegar, pero ¿paso algo con tu padre? Es solo que no llego a tu casa
- ...tsk tenias que mencionarlo.
El sonido de voz era mas grave de lo usual, era obvio que eso le habia molestado, acababa de tocar un tema probablmente sensible en la vida de Taiga.
- ...me disculpo.
- Perdon por eso, no debi contestarte asi, no tienes la culpa de nada, solamente me molesta saber de su existencia, es todo.
- Ya veo.
- ¿No preguntaras nada más?
- Es un tema incomodo para ti, prefiero no saberlo si eso te causa molestias.
- En realidad no importa ya eso, ese hombre en realidad no me importa, solo me dio la vida, nada mas. Hizo sufrir mucho a mi madre cuando y cuando tuve la edad suficiente me entere por parte de un pariente que mi padre la dejo embarazada y desaparecio dejando solo una nota, se habia largado con otra mujer. Mi madre me crio sola por eso le estoy muy agradecida.
- Siento mucho lo que sucedio.
- Yo tambien, pero eso me ayudo a comprender la clase de basuras que hay en este mundo y me propuse a jamas ser alguien como el, por eso me gustaria que algun dia tener un hijo, me encantaria ser el mejor padre...ser como el padre que nunca tuve, y nada me haria mas feliz que fuese contigo. Se que es algo egoista, incluso un capricho personal pero quiero hacerlo.
- Taiga, hace años te dije que soy tu sombra y por lo tanto siempre estaria contigo, te converti en el mejor jugador de japon...ahora te convertire en el mejor padre de japon.
- Por eso te amo Tetsuya.
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- Es hora de irnos, ven levantate.
- ¿Que hora es?
- Alrededor de las 7 de la mañana.
- Es muy temprano.
- Hemos estado en situaciones peores.
- Esta bien vamos.
- Ten ponte esto.
Le paso una camiseta de su talla y unos shorts como los que ocupaban en el entrenamiento.
- Cuando estes listo nos vamos.
- Bien.
Salieron de la casa sin avisar, Kagami comenzo a trotar asi que el otro lo siguio, no estaba seguro de a donde irian, pero tal vez jugarian basket o algo depsues del calentamiento. Tuvo que pasar alrededor de una hora para que el peliceleste se quedara sin energia y jadeando por la necesidad de obtener aire.
- Sigues como siempre Tetauya.
- Nunca tuve una buena condicion fisica y lo sabes.
- Jajaja claro que lo se, pero hace mucho que no salimos a trotar.
- ¿No te es suficiente con el calentamiento que hacemos todas las noches?
- En realidad no y eso lo sabes mas que nadie.
- Estoy agotado.
- Aun falta lo demas, ven te mostrare un lugar.
Caminaron un par ds cuadras, ahora conocia un poco mas la zona, la banqueta estaba llena de persona, los carros transitaban las calles, desde muy temprano todo estaba animado, un par de minutos mas para llegar a unas enormes canchas de baket, jovenes niños e incluso adultos se encontraban jugando, chicos estaban enfrentandose unos a otros, no importaba cuantas canastas ganaran pues era basket callejero.
- Aqui fue cuando por primera vez me interese por jugar basket, tambien conoci aqui a Himuro y otros chicos con quienes jugabamos. Ven vayamos con todos.
Kagami se acerco hasta unos chicos preguntandoles si podían jugar, estos aceptaron felizmente pues ya lo conocían después de todo casi siempre se la pasaba jugando.
- No conozco a nadie.
- Son buenos chicos, te caeran bien.
-Hace mucho que no jugamos y no se...
-Vamos confío en que lo harás bien, eres mis ombra y yo tu luz, estando juntos seremos invencibles ¿lo recuerdas?
-Siempre diciendo cosas vergonzosas.
-Mira quien lo dice.
Fue realmente divertido jugar con aquellas persona que de alguna manera formaban parte en la vida de Taiga y con su amor por el juego. No hizo mas que divertirse jugando y sorprendentemente sus habilidades salían a flor de piel pero por logicas razones le faltaba entrenar y ser coló en elgun momento fue el sexto jugador fantasma.
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- Estuviste igual de genial que siempre.
- Tus pases y tiros siguen siendo igual sorprendentes sin importar el tiempo que pase.
- Creo que nos excedimos jugando.
- Siempre debemos jugar en serio, es una falta de respeto no ser serio cuando los demas dan todo de si, no importa la clase de personas que sean nuestros contrincantes.
- En eso tienes razon.
- Es hora de volver, llegando nos matataran.
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- ¿Que es eso de irte sin avisar? Seras idiota.
- OYE .
- Es logico que me preocupe.
- Era muy temprano como para despertarte. Ademas ya no somos unos niños.
- Debiste haberlo hecho, pero ya no importa, ¿tienen hambre? Le preparare algo.
- Espero que no sea una molestia para usted.
- Para nada, uno de mis pasatiempos es cocinar.
- ¿Puedo ayudar en algo?
- Claro, acompañame.
- ¿Yo que hago?
- Tu quedate a sentado Taiga, esta vez cocinaremos nosotros.
- Pero
- Nada de peros sientate.
- Tsk.
- No me chistés.
- De acuerdo, maldicion.
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- Disculpe, dije que ayudaria pero realmente no se cocinar.
- Ya lo habias mencionado, no hay problema, se que Taiga se lo comera gustoso.
Ahi sobre la mesa estaba un plato de carne con guarniciones que aparentaba tener un buen aspecto.
- ¿Comeremos carne?
- Ustedes, yo comere esta ensalada.
- Si estas bien con eso de acuerdo.
Tomo el tenedor dignado a comerse em filete que tenia enfrente, estaba bañado en salsa agridulce y olia delicioso, amaba comer los platillos de su madre, aunque ella digera que no cocinaba era un mentira, su comida era mas que deliciosa. Comio un mordisco del filete y se deleito con el sabor, solo que tenia algo diferente.
- Esta delicioso, ¿que le pusiste?
- No lo se, yo no lo hice.
- ¿A que te refieres?
- Lo hizo Tetsu no yo, yo solo le ayude a cortar los vegetales, lo demas lo hizo él.
- Quedo fantastico Tetsuya.
- G-Gracias, es la primera vez que me sale bien un platillo.
- Quiero mas, ire a la cocina.
Cuando Kuroko reacciono el pelirrojo ya habia llegado a la cocina, demasiado tarde, escucho el sonido de atraganto por parte de su pareja.
- ¿QUE DEMONIOS ES ESTO?
- Los primeros resultados no quedaron muy bien que digamos.
- SABE A LA COMIDA DE LA ENTRENADORA.
Kuroko se levanto hasta llegar a la cocina dejando a la mujer divertida con la escena que estaba viendo.
- Tampoco es para tanto.
Tomo con una cuchara y probó la comida que habia hecho, al provar el primer bocado le causo automaticamente nauseas.
- Lo ves, sabe igual.
- Aun asi no debemos deslerdiciar la comida, yo me lo comere.
- No eso es un sacrificio para ti.
- Lo hare, debo hacerlo.
- En ese caso yo tambien lo hare.
- No tienes por que.
- Claro que si, no puedo dejar que tu solo te envenenes con esto.
- Bien lo haremos los dos.
Comenzaron a comerlo tratando de no vomitar en el acto, por lo mientras la pelirroja estallaba de la risa en el comedor al ver sufrir a esos dos, todo por no dejarselo al otro, todo lo que uno puede hacer por amor.