“Lo que nos une”
Obito apretó sus puños y aspiró algo de aire para después componer una sonrisa en su rostro. Sentía algo de inseguridad de dejarlos atrás, pero eso era lo mejor, ¡Se haría súper fuerte para proteger a las personas que quería! Ese era su ideal, meneó su cabeza para sacar cualquier tipo de pensamiento negativo. Ese era un entrenamiento muy importante, no podía empezar con el pie izquierdo. Se acomodó su mochila con convicción y cerró la puerta de su casa tras dar un suspiro.
Empezó a caminar con algo de lentitud a través de su clan, nadie parecía notarlo; pero eso no le importaba porque ya le había avisado el Hokage a Fugaku sobre su viaje. Suspiró levemente mientras veía el hilo rojo en su meñique izquierdo, ¿alguien iría a despedirlo?
-Obito-san-se detuvo ante el llamado.
Sonrió levemente al ver a Itachi con un paquete de comida en las manos-. ¿Qué pasa, Itachi?
Itachi extendió el paquete con una sonrisa leve-. Supe que se irá a entrenar por un tiempo, así que hice esto para su viaje.
Obito aumentó su sonrisa y le despeinó el cabello-. Eres muy considerado Itachi, no cambies y dale ese ejemplo al pequeño Sasuke, ¿sí? -Uchiha retiró su mano de la cabeza del menor-. Te veré dentro de un tiempo, ¡Me haré el más fuerte del clan!-anunció alzando su puño derecho al aire provocando otra sonrisa suave en el menor.
-Que tenga un buen viaje, Obito-san-se despidió el más pequeño.
-¡Nos vemos, Itachi! Sigue siendo un buen hermano mayor-Obito se alejó corriendo al notar que se le hacía tarde.
Empezó a saltar de techo en techo con agilidad mientras apuraba el paso. ¡Makoto-sensei lo iba a matar! Tragó grueso ante la idea y apuró el paso lo más que podía. Se detuvo justo en frente del monumento de los Hokages y se sintió más motivado, ¡se haría un ninja tan genial para llegar a ser Hokage! También para proteger a todos y para… Sintió su rostro enrojecer y frunció el ceño. Ya no podía evitar pensar de vez en cuando en Kakashi, en realidad era un pensamiento constante. Suspiró resignado y se dejó caer en la calle principal.
-Llegas tarde, Obito-Kakashi tenía su cara de aburrimiento que últimamente era constante.
-¡Ni siquiera para tu despedida llegas temprano-ttebane! Espero que cuando regreses no seas tan debilucho-Kushina tenía el ceño fruncido mientras sostenía a un pequeñito Naruto.
Obito sintió su corazón alegrarse al ver a las personas que más quería reunidas así, aunque todo lo lindo se fue a la basura al ver la sonrisa en el rostro de su sensei. Eso no auguraba nada bueno…-. ¡Lo siento sensei!-agregó con cierto nerviosismo mientras ponía una sonrisa perturbada en el rostro. Todos los presentes lo observaron extrañados.
El de ojos verdes aumentó la sonrisa-. No te preocupes, Obito-chan, más tarde repondremos el tiempo perdido-Obito no pudo suprimir el escalofrió que le recorrió el cuerpo. Estaba jodido.
Kakashi frunció el ceño, se sentía extrañamente molesto, ese tal Makoto no le caía muy bien. Aun a pesar de que sabía que en verdad estaba ayudando a Obito-.Idiota-murmuró más para sí mismo.
-¡¿Qué dijiste, Bakakashi?!-Obito tenía el entrecejo apretado-. ¡Ya verás!, ¡cuando regrese seré mucho más fuerte que tú y te pateare el trasero!-anunció el pelinegro con una mirada retadora.
Hatake sonrió de lado-. Ya lo veremos.
Kushina sonrió maliciosa-. Bueno, espero que en eso tengan más agallas que al presenciar un parto-Rin que estaba al lado de la pelirroja tuvo que aguantarse la risa que quería dejar salir, todavía recordaba la cara de trauma de esos dos.
Obito se exaltó al mismo tiempo que el rojo empezó a subir por todo su cara-. ¡Eso es diferente!
Makoto sonrió levemente para después suspirar-. Es hora de irnos, Obito-chan-anunció el de ojos verdes.
Ambos, Obito y Makoto se giraron con la intención de irse-¡Nos veremos!-se despidió el pelinegro con una sonrisa en el rostro mientras observaba como los otros solo hacían gestos de despedida con las manos.
-¿Cómo te sientes al dejar a Kakashi atrás?-preguntó como el que no quiere la cosa Makoto.
Uchiha se alzó de hombros-. Él es fuerte.
Los rayos del sol le dieron con fuerza en el rostro obligándole a abrir los ojos. Obito tenía un rostro adormilado mientras se sentaba en su cama, le dio un vistazo al piso de su habitación, estaba demasiado desarreglado, tendría que ordenar un poco. Se incorporó con cierta pereza y se dirigió a la cocina para poder comer algo, todavía era temprano. Sacó un poco de cereal y leche para después servirse en un tazón que había sacado de la alacena.
-Es raro que haya soñado con eso…-susurró para sí mismo. Un suspiro salió de sus labios y guio la cucharilla con comida a su boca. Ya llevaba dos semanas en la aldea, una siendo oficialmente un jounin. Sonrió con orgullo para después dejar que sus hombros cayeran derrotados-. No he visto al idiota de Kakashi-otra vez habló solo. Metió otra cucharilla de cereal a su boca y entrecerró los ojos. Últimamente no había hablado bien con Kakashi, las únicas veces que lo veía estaba en una competencia extraña con Gai alias cejotas virgen, ¡él también era virgen! Pero no creía que durara tanto como el otro siéndolo. ¡Esperen! Tampoco estaba diciendo que lo iba a hacer con Kakashi ni nada ni… Su rostro se tornó violentamente rojo y casi se ahoga con lo que tenía en la boca. Comenzó a toser con fuerza.
Tenía que dejar de pasar tanto tiempo con el Sabio Pervertido. Alzó una ceja al caer en cuenta de algo, él casi no pasaba tiempo con el Sabio Pervertido, Kakashi si pasaba tiempo con el anciano. Ese descubrimiento era perturbador… Meneó la cabeza y obligó a su cabeza a dejar de pensar en eso. Lo mejor era terminar su desayuno e irse a bañar para después ir a entrenar un poco.
~
Obito caminaba con tranquilidad por las calles de la aldea. Le hizo un gesto apresurado a una ancianita que iba cargando muchas cosas-. ¡Yo le ayudaré no se preocupe!-se adelantó el muchachito empezando a tomar las múltiples bolsas entre sus brazos.
-Hace mucho que no te veía por acá, pequeño-la ancianita tenía una sonrisa linda en el rostro mientras empezaba a caminar al lado del muchacho.
-Sí, bueno, estuve en un viaje de entrenamiento-sonrió enormemente-. Lamento no haber estado por aquí para ayudarla, seguro ha tenido que cargar estas cosas usted sola-se disculpó con una sonrisa avergonzada el pelinegro.
La ancianita negó con una sonrisa en el rostro-. No tienes que preocuparte por eso, mientras no estabas había otro jovencito muy apuesto que me ayudaba.
Uchiha inclinó el rostro curioso-. ¿En serio? Es bueno saber que hay gente que ayuda-dijo con algo de alegría.
La ancianita asintió-. Él no era tan hablador como tú, pero era agradable; además parecía que te conocía porque una vez le conté de ti y él sonrió levemente, hasta su mirada parecía alegre-explicó la ancianita con inocencia-. Oh, es ese de ahí-la mujer de cabellos grisáceos señaló a un Kakashi que estaba dándole la espalda mientras parecía leer un libro, a su lado estaban Rin, Gai y Asuma.
-¡K-Kakashi!-dijo sobresaltado y avergonzado al recordar lo que había dicho la ancianita. Giró el rostro con rapidez a la anciana intentando ocultar el rojo de sus mejillas, su corazón estaba jodidamente agitado.
La anciana alzó una ceja-. Al parecer sí que lo conoces-añadió bonachona la mujer.
-Sí, bueno, es mi amigo-explicó nervioso el Uchiha observando como su hilo rojo parecía moverse en pequeñas ondas.
-Hola, muchacho-dijo la pequeña mujer desorientando a Obito.
-Hola, señora-casi se le salen los pulmones del susto por escuchar la voz de Hatake atrás de él.
Obito frunció el ceño al caer en cuenta de algo-. ¿Por qué a mí me dice pequeño y a él muchacho?-preguntó girándose a ver al peligris con cierta desconfianza.
La anciana ni medito la respuesta-. Por sus auras, eso expresan-dijo con simpleza la anciana-. Por cierto, aquí es donde termina mi camino, fue un gusto verte de nuevo, pequeño-se despidió la mujer después de recoger sus cosas y entrando a su casa.
-Yo creo que la señora tiene razón-dijo con simpleza Kakashi cuando quedaron solos.
-¡Cállate, Bakakashi!-Uchiha le sacó la lengua.
Hatake observó su lengua-. Eso no es una perforación normal, ¿no?-preguntó guardando el libro de cubierta naranja.
Obito negó, ya no valía la pena ocultarlo-. Mira-envió algo de chakra a su lengua y en la perforación apareció en blanco la palabra que decía “Calor”-. Es como un receptor de chakra que aumenta lo que le envió y no es necesario hacer sellos de mano, pero el funcionamiento es más complejo, puedo perder la lengua si no lo uso bien-dijo el pelinegro mientras ponía una mano en su cabello, no sabiendo cómo explicarlo bien.
Kakashi asintió-. Ya veo.
-¡¿Por qué te fuiste, querido rival?!-Obito tuvo que apretar los puños para ocultar su cara de fastidio, el idiota de Gai tenía que llegar justo cuando por fin hablaban normal-¡Oh! Hola, Obito-kun, que la llama de la juventud arda con fuerza en ti el día de hoy.
Uchiha suspiró resignado-. Hola Gai-dijo arrastrando las palabras.
-¡Obito, hola!-se giró y le sonrió con alegría a Rin que había llegado.
-Hola, Obito-lo saludó también Asuma.
El de ojos negros les sonrió levemente-.Hola, ¿Qué hacen?
Rin puso una cara de incomodidad y Asuma puso una sonrisa divertida-. Gai acaba de retar a Kakashi a ver quién logra invitar más chicas a salir, Kakashi va ganando-Sarutobi parecía realmente divertido con la situación.
Obito se quedó en silencio por un momento, ¿alguien sabía qué hacer cuando quieres moler a golpes a alguien?-. Oh… ¿en serio?-dijo con una voz plana mirando a Asuma quien tuvo que reprimir un escalofrío-. Bueno, los veo después, hoy tenía pensado entrenar y no estar gastando mi tiempo en estupideces-todo eso lo dijo con una sonrisa en el rostro. Joder que se encontraba molesto y dolido. Desapareció en una bomba de humo importándole poco lo que pensarán de él.
Al llegar al campo de entrenamiento donde antes entrenaba con Makoto le dio un puñetazo con toda su fuerza y cargado de chakra a un tronco de entrenamiento, el pobre tronco no quedo en las mejores condiciones. Se mordió el labio al sentir como los ojos le picaban, apretó los ojos con fuerza y se obligó a no soltar ni una sola lágrima aunque era jodidamente imposible, seguía siendo igual de llorón. Tranquilizó su respiración que se encontraba agitada y se despeinó el cabello con frustración. Bien, debía empezar con los ejercicios de meditación si no quería matar a alguien. Se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y cerró los ojos dejando que unas lágrimas de frustración salieran.
-¿Entonces eso me va ayudar con mi técnica?-preguntó Obito con curiosidad viendo la pequeña esfera dentro de la cajita.
-Sí, pero por ahora no es el momento, primero debemos mejorar tu manejo de chakra y tu elemento principal a menos que quieras quedarte sin lengua-explicó el mayor guardando la cajita.
Uchiha asintió con una sonrisa que menguo un poco al ver su hilo-. Oiga sensei, tengo una duda.
El de ojos verdes se giró a verlo con seriedad al ver la cara de preocupación que se tenía el menor-. ¿Qué pasa?
Obito tenía la mirada en el suelo-. ¿Hay posibilidad de que una persona no este con su persona destinada?-preguntó inseguro.
Nakamura se quedó en silencio por unos momentos-. Las hay, normalmente eso es lo que pasa, las personas a veces se encierran en lo que tienen que hacer, pero no en lo que quieren o a veces se confunden-explicó con sinceridad el mayor esperando que Obito no se desanimara.
Uchiha bajó el rostro para subirlo después con una sonrisa hermosa-. ¡Ese no será mi caso!
Obito suspiró derrotado, ya no estaba tan seguro de lo que había dicho en ese momento. Era cierto, él no podía escoger por Kakashi-¿Obito?-¿Qué tan distraído estaba últimamente para no notar la presencia de Kakashi?
-¿Qué pasa?-preguntó aun con los ojos cerrados y en la misma pose, no se sentía con ánimos para verle el rostro a Kakashi, lo mejor de todo eso es que ni siquiera conocía el rostro de Kakashi. Otro punto más a sus pensamientos negativos. Genial, el mal humor y la opresión en su pecho estaban regresando.
-¿Por qué te fuiste así?-¡Kakashi era un idiota! Apretó los ojos al sentir como el peligris se sentaba a su lado.
-Tengo que entrenar-dijo con simpleza. Sabía que estaba siendo cortante, pero no le importaba.
-Oye, Kakashi, tu hembra está molesto y triste-Obito sintió como el rostro se le calentaba de la vergüenza, abrió los ojos con rapidez girándose al lugar donde había escuchado la voz rasposa. Hatake tenía un perro sobre sus piernas, el animal tenía cara de aburrimiento.
-Pakkun-dijo a modo de advertencia el de la máscara.
-¡¿Qué demonios le pasa a tu perro?!-gritó exaltado mientras se ponía de pie.
El perro giro su rostro-. Creí que por eso andabas detrás de él; además tus hormonas se alborotan cuando…-Hatake le tapo el hocico al animal con una sonrisa perezosa en los labios.
-Adiós, Pakkun-el perro desapareció en una bomba de humo dejando a Kakashi y Obito en silencio-. No le hagas caso, él es algo…-trató de explicarse el muchacho.
Obito sintió como si las últimas que tenía fueran trituradas-. Cierto, no te preocupes; además ¿no deberías estar invitando mujeres?-Uchiha quería que el tipo se largara. Se daba por vencido.
Hatake pasó una mano detrás de su cabello-. Eso lo puedo hacer después, pero, esto es más importante…
Y Obito explotó-. ¿Hablas en serio?...-dijo en un susurro-. ¡Si esto fuera importante no harías eso!, si esto fuera importante yo no estaría mirando un estúpido hilo como si fuera lo único que nos une, ¡Si esto fuera importante solo deberías darte cuenta que yo…!-se detuvo abruptamente al ver el rostro perplejo del otro. Se mordió el labio inferior al darse cuenta que eso había sido básicamente una declaración-. Solo olvídalo, Kakashi, no tiene importancia-murmuró largándose del lugar. No hubo ninguna mano que lo detuviera, no hubo ninguna confirmación, simplemente no hubo nada.
“Maldito hilo rojo y maldito Kakashi, ¿por qué no puede ser más normal?”
Se dejó caer con pesadez en su cama limpiando con brusquedad las lágrimas en sus ojos-. Estúpido Kakashi.