“Despertar”
Obito tenía el rostro enterrado entre sus piernas. Ir al funeral había sido horrible, pero venir cargando el cuerpo inerte de su sensei había sido peor. Seguía siendo el mismo de antes, seguía llorando por cualquier cosa, aunque lo que había pasado no era cualquier cosa. Había perdido a su… maestro, ciertamente, pero Makoto había sido algo diferente, casi se sentía como un molesto hermano mayor al que le gustaba fastidiarle la vida. La primera persona que había visto potencial en él, en el paria de los Uchiha. Se mordió los labios al sentir una opresión en el pecho. Todo eso había sido su culpa.
-Deberías dejar de culparte por algo como esto-apretó sus piernas, no quería levantar el rostro-. Estoy hablando contigo, mocoso-Obito alzó la cabeza al sentir el golpe con un bastón. Desvió el rostro avergonzado al encontrarse con la mirada cansada de Kagome.
-Lo siento- fue lo único que salió de su garganta. Se sorprendió un poco al sentir como la mujer se sentó a su lado.
Un suspiro abandono los labios de la anciana-. Obito, deja de culparte, ese malagradecido nieto mío pudo haber hecho muchas cosas, ¿no crees? –la mujer alzo la vista al cielo completamente oscuro y lleno de estrellas.
Obito se sintió perdido y angustiado-. ¡Makoto-sensei nunca se suicidaría! Él no haría algo como eso…
La mujer suspiró abatida-. No digo que lo hiciera, solo que su cuerpo y su alma lo traicionaron, tal vez todo fue inconscientemente, o tal vez solo debía pasar.
El silencio reino por unos minutos. Estaban sentados en el campo de entrenamiento al que iba antes con Nakamura. El viento hacia un sonido suave cuando rozaba las ramas de los árboles. Un tipo de arrullo para el corazón de Obito.
-Ahora lo que nos queda es sonreír, ¿no?- Obito mostro una sonrisa enorme igual que la anciana; sin embargo ambos pretendían ignorar las lágrimas que corrían por sus rostros.
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El pelinegro dejo salir el aire que llevaba reteniendo en sus pulmones. El ambiente estaba frio, pero era algo normal tomando en cuenta que era de madrugada. Se la había pasado divagando por todo el día, el peso de la muerte seguía sobre su corazón; sin embargo, ya no era tan insoportable después de hablar con la anciana Kagome. Había ido a dejar a la mujer a su casa y posteriormente se la había pasado caminando por la desolada aldea. Era normal que las personas estuvieran en sus casas durmiendo, esa era una aldea ninja, las personas morían a diario. Apretó sus puños y se dirigió a paso lento al cementerio.
Llegó a paso calmado enfrente de la tumba y la observo por un rato en silencio-. Espero que este bien, sensei, aunque no dudo que lo este. Me convertiré en el mejor Hokage, seré más fuerte que todos y los protegeré con mi vida… ¡Es una promesa!-le dio una última mirada a la lápida para después darse la vuelta y tomar rumbo a su casa. Llevaba demasiado tiempo sin dormir y ya estaba cansado, demasiado cansado.
Se detuvo al ver la figura parecida confundiéndose entre las sombras del lugar, su mirada fue a parar a su mano, el hilo ya no se veía. Era cierto, la conmoción lo había hecho olvidarse del hilo, ¿Qué significaba? ¿Acaso Kakashi y él simplemente no estaban hechos el uno para el otro? El recuerdo de su maestro asalto su mente y a paso decidido se dirigió dónde Hatake.
Antes de poder decir algo el de la máscara se le adelanto -. Esta es la tumba de mi padre-Obito observó la pequeña piedra, sin nombre ni algo para identificarlo-. Ni siquiera le dieron un lugar con los demás ninjas.
La mirada de Uchiha se entristeció-. Kakashi…
Kakashi se giró a verlo, su mirada era tan profunda-. En aquel momento no lo entendía, llegue a detestar muchas veces a mi padre porque me había dejado solo. Rechacé la idea de tener emociones, no quería terminar igual que él-Hatake le dio una mirada de soslayo a la tumba, había tantos sentimientos ocultos en su mirada. El pelinegro se sintió cohibido con ello-. Realmente me parecías fastidioso, siempre mostrando tus sentimientos de una manera despreocupada como si no te importara que las personas pudieran lastimarte.
El pelinegro hizo un puchero, pero no lo detuvo, en verdad parecía que Kakashi necesitaba desahogarse, al parecer lo llevaba guardando por mucho tiempo-. Pero, aquella vez en la que me salvaste en la cueva aun con riesgo de morir, cuando pensé que estuviste muerto, sentí como si hubiera perdido algo demasiado importante, casi como si hubiera perdido a mi otra mitad…- el peligris lo observó intensamente.
Obito abrió los ojos sorprendido, la lengua se le trabo y sintió la boca seca, ¿Kakashi estaba…? Dio unos pasos hacia atrás algo aturdido. La mirada de Kakashi pareció resignada por un momento, un dolor dulce-. Entiendo que no me puedas corresponder, debe ser raro, ¿no? Una relación homosexual no es lo que buscas… Ni tampoco creo ser lo que necesitas, ni a quien amas y...-Kakashi parecía conforme con la situación, casi parecía que lo veía venir.
Obito se enojó, lo suficiente para sentir el impulso de llamarlo por el sobrenombre de antes-. ¡Cállate, Bakakashi! No digas cosas que yo no he dicho… ¡Estamos conectados! Por el hilo rojo del destino, por más cursi que suena es la verdad- Obito sentía su rostro enrojecer con cada palabra; además que no estaba plenamente consciente de lo que estaba diciendo por los nervios-. La abuela Kagome me hizo verlo desde que tenía 12 años y yo no necesito ver ese hilo para… para… ¡Con un demonio, te amo!-expuso frustrado consigo mismo por no saber cómo explicarse; además que el calor enorme que sentía en el rostro era inquietante.
Y Kakashi se acercó con una sonrisa que nunca le había visto antes, ojos cerrados y expresión libre de preocupaciones-. Me alegra escuchar eso, así que… ¿Te gustaría dormir conmigo hoy?
La cara de Obito explotó en rojo-. ¡Eres un maldito pervertido!-el adolescente lo señaló acusatoriamente.
Hatake parecía realmente divertido con la situación-. Dije dormir, Obito, que tú hayas pensado algo más es otra cosa-el peligris se alzó de hombros y se dio la espalda agachándose un poco-. Sube.
-¿Qué?
Kakashi se irguió de nuevo y le dio una mirada seria-. No has dormido por días, ni has comido nada, tu cuerpo está cansado-el de la máscara tomo la posición inicial de antes-. Además, así son las parejas, ¿no? Se deben cuidar entre ellas.
Obito sonrió levemente al ver el rojo en las orejas de Kakashi y tomando un impulso se abalanzo sobre la espalda de Kakashi que apenas y se pudo acomodar con él encima. Pasó sus brazos alrededor del cuello del más alto y sonrió, se sentía cálido. Cerró los ojos sintiendo el frío desordenar sus cabellos. Los pasos de Kakashi eran calmados y suaves provocando un eco leve contra el suelo, realmente a ninguno de los dos les importaba si los veían de esa manera-. Oye, ¿Kakashi?-preguntó en un susurro. El peligris hizo un sonido de afirmación por lo que continúo-. ¿Tú también sientes como si nuestros corazones estuvieran más juntos? -preguntó adormilado, sintiendo el repiqueteo del corazón de Kakashi contra su pecho.
-Supongo que es normal, después de todo los dos estamos destinados a estar juntos-y Obito se quedó completamente dormido.
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Uchiha se despertó desorientado, el ruido lo había levantado de inmediato. Analizó la cama en la que estaba durmiendo y casi le dio un ataque de pánico al notar que esa no era su casa. Se puso de pie con rapidez y salió por la puerta de la habitación.
Se encontró con los rostros sorprendidos de Rin, Asuma, Gai y Kurenai; además de la sonrisita maliciosa por parte de Anko y la mirada cansada de Kakashi-. Nosotros preocupados porque llevamos días sin verte y estás en la casa de Kakashi en ropa interior, bonito escenario-dijo la muchacha.
Estupefacto bajo la mirada y se encontró vistiendo solo una camisa que no era suya y ropa interior. La cara se le calentó, busco con la mirada a Kakashi quien ojeaba distraídamente su libro naranja-. Oh bueno, Kakashi, por fin has marcado a tu hembra, huele a ti por todas partes, supongo que ya no será necesario seguirlo de nuevo-y Obito noto al perro amargado de la última.
Un tic se le formó en la ceja-. ¿Tú me seguías?...
Mitarashi empezó a empujar a los todavía estupefactos cuatro presentes-. Es hora de irnos, por lo visto habrá pelea de pareja, nos vemos-y cerró la puerta detrás de ella al salir.
Kakashi miró feo a Pakkun hasta que el animal desapareció en una bomba de humo-. Bueno, verás…
Obito suspiró resignado para después tragar grueso. Bajó la máscara de Kakashi con agilidad y le plantó un beso torpe en los labios, acción que dejo descolocado al otro-. No es necesario que lo hagas otra vez.
Hatake asintió todavía algo atontado-. Deberíamos ir a dormir de nuevo, tengo sueño todavía.
Los dos jóvenes se dirigieron a la cama y se dejaron caer sobre ella. Kakashi abrazó a Obito y así se quedaron dormidos. Esa fue una de las primeras veces en las que durmieron juntos y por más sencillo que fuera el acto, se sintió increíblemente correcto.
“Oye, Obito, no necesito ver un hilo rojo para saber que te amo.”