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El Jardín de los Senderos que se Bifurcan por MirageUchiha

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por los comentarios!!!!

Parte Uno

THE DISTANCE BETWEEN OUR HEARTS

“Míranos aquí, tan lejos el uno del otro

que nuestros corazones apenas pueden tocarse.

¿Qué voy a hacer ahora, perdido en esta soledad?

Si lucho por nosotros, ¿lograré que nuestras almas

vuelvan a unirse en un solo canto al amanecer?”

 

Capítulo I: Lost Friend

El gremio de Fairy Tail era mayormente conocido como el lugar a donde la gente problemática iba a parar. También se lo conocía por tener en sus listas a magos muy fuertes. Solía salir en las noticias por los destrozos que causaban sus miembros. Los miembros del Consejo siempre estaban en disputas con su maestro.

Pero si había algo que todo el mundo sabía, era la ferocidad con la que se movilizaban cuando se trataba de defender incluso al más débil de sus compañeros. Eran una familia problemática pero unida, que en tiempos de crisis siempre encontraban una manera de salir adelante.

Y la hora de probar su fuerza. Su límite.

Gray no estaba. Y una amenaza disparatada pero terrible se observaba en el horizonte.

Era el momento de probarse a sí mismos y definir el resultado: ¿caerían o permanecerían de pie?

OoOoOoOo El Jardín de los Senderos que se Bifurcan oOoOoOoO

En cuanto le dieron permiso, Natsu escapó del gremio y corrió hasta la casa de su rival. No podía creerlo. Era imposible. Debían de estar jugándole una broma. Gray no podía estar en otra dimensión, tomando té o algo así. No era una película de fantasía. Era la vida real. Nada de eso era posible en la vida real.

Al igual que él, Gray vivía en una apartada casa bordeando los límites de Magnolia. Por eso tardó casi treinta minutos en llegar hasta allí, rompiendo la puerta de una patada y gritando enojado el nombre de su rival.

Gray no contestó.

Natsu tomó un profundo respiro, y apretó los puños al darse cuenta que el cubo de hielo no estaba en el lugar.

Mierda.

Cayó de rodillas al suelo. Temblando. ¿Dónde estaba el cubo de hielo? ¡Era una broma demasiado cruel! ¡Qué alguien la detuviera de inmediato!

-Esto no es divertido, Gray…-

Un silencio tortuoso le hizo sentir más solo que nunca.

-Voy a golpearte hasta dejarte inconsciente por esto, bastardo de hielo.-

Ni un solo grito, queja o insulto vino de regreso.

-Por favor, Gray… esto no me gusta… por favor… aparece… te necesito…-

OoOoOoOo El Jardín de los Senderos que se Bifurcan oOoOoOoO

Lucy cerró las cortinas, nerviosa. Desde que el maestro le había explicado a todos lo que la carta de suicidio del “Otro Bixlow”, un mal presentimiento se había instalado en su pecho. La pesadilla que había sufrido por la noche… se estremeció al recordar. Fuego consumiendo todo, el gremio derrumbándose por completo, cadáveres con rostros conocidos en el suelo… y Natsu allí, en medio de todo el caos… llorando… llorando… llorando…

No podía ser una premonición o una visión del futuro: ella no tenía ese don, como la gata de Wendy. No podía ser el final. Habían pasado por tanto… solo era una pesadilla. Gray seguramente aparecería riendo y diciendo que todo estaba bien, Natsu lo golpearía, empezarían a pelear entre ellos y todos se sumarían al combate, destrozando mesas y provocando el caos que tanto caracterizaba al gremio.

Iban a estar bien.

Eran Fairy Tail…

Pero el malestar no se marchaba.

OoOoOoOo El Jardín de los Senderos que se Bifurcan oOoOoOoO

Otro día más. Otro día más y no sabían absolutamente nada.

Levy ya casi se había leído toda la biblioteca de Fairy Tail, con ayuda de Freed y Lucy. Makarov se resistía aún a comunicarse con el Consejo o los otros gremios. Pero si las cosas seguían marchando así… tendrían que informar. Blue Pegasus sería de mucha utilidad, por supuesto. Pero mejor era mantener las cosas en silencio hasta que tuvieran al menos un poco de información para probar la veracidad de los hechos. ¿Acaso les creerían si decían que un sujeto de otra dimensión había secuestrado a un miembro de su gremio? Necesitaban pruebas.

Pruebas, tiempo y la seguridad de que Gray estaba a salvo.

-Maestro…- la voz de Mirajane sacudió al anciano, que observaba el cielo estrellado desde una ventana, perdido en sus pensamientos - ¿No deberíamos…? El hombre de la otra dimensión había escrito… esa parte sobre el equilibrio… “algo se quita y algo se da”… ¿no deberíamos buscar a quien fue intercambiado por Gray?-

No habían pensado en eso.

-Quizá es un engaño, para hacernos perder el tiempo. Por el momento, la prioridad es corroborar todo lo dicho, y buscar pistas sobre el paradero de Gray…-

-Ya veo…-

-Pero avisaré que todos se mantengan alertas. Nunca se sabe. Estamos frente a un enemigo del que desconocemos hasta el nombre.-

OoOoOoOo El Jardín de los Senderos que se Bifurcan oOoOoOoO

Natsu apretó los puños, y destrozó otro árbol, bajo la mirada preocupada de Happy. Siete días, y nada de información, a excepción de un viejo  libro de cuentos.

“Cuenta la leyenda, que un viejo sabio, cansado del desprecio de su gente, anunció un día que crearía un laberinto que nadie podría resolver, y escribiría en un libro la clave de su laberinto. Durante trece años estuvo encerrado en su casa, hasta que en el pueblo se corrió el rumor de que un extranjero de ojos amarillos había asesinado al sabio. Varios hombres fueron a registrar la casa, y encontraron tan solo un manuscrito arrugado, donde había una extraña novela carente de coherencia o significado, además de que no había un solo rastro del famoso laberinto. La gente del pueblo se carcajeó por la locura del difunto, y siguió adelante con su vida.

Pasados los años, un joven que decía ser descendiente de aquel sabio se presentó en la casa, habitada por un extranjero que había pagado grandes sacos de oro por aquella mansión abandonada. Tocó la campana del portón, y aquel extranjero le abrió sus puertas, invitándolo a conocer su jardín, al que llamaba “El Jardín de los Senderos que se Bifurcan”.

¡Qué extraño nombre! Se asombró el joven, para luego aclarar que era descendiente de aquel sabio extravagante, y que conocía la ridícula novela de su antepasado. El extranjero le condujo hacia su biblioteca, donde le mostró los manuscritos originales. Ese libro no tenía sentido – con un quejido, el insensato muchacho comenzó a hablar – En un capítulo el héroe muere, y en el siguiente aparece en una fiesta, dispuesto a participar. Y nunca se encontró el laberinto del que tanto fanfarroneó.

Aquel sabio estaba a la altura de su fama, argumentó el extranjero. Un astrólogo, matemático y físico de renombre, que descubrió lo inimaginable: la llave del tiempo. Todos creían que la novela y el laberinto eran dos cosas distintas, pero se equivocaron. El libro es el laberinto del que el sabio tan orgulloso estaba. La clave está en la frase que se repite en cada capítulo: “En este camino”. Él hablaba de caminos porque hablaba de diferentes tiempos, diferentes vidas… para una misma persona.

Cuando una persona toma una decisión, desecha por completo las otras millones de opciones que tenía. Y cada una de esas opciones presentaba un destino distinto, ramificando así el tiempo, amplificándose cada vez más… creando millones de tiempos con diferentes vidas que se acercan, se alejan, chocan o se separan.

¿Pero por qué no lo dice directamente? ¿Por qué no habla de su supuesto descubrimiento? Interrumpió el muchacho. Y con total calma, el extranjero respondió con otra pregunta: Cuando se dice una adivinanza sobre el sol, ¿qué palabra no se pronuncia? “Sol”, por supuesto, porque es la respuesta. El libro es lo mismo. Es un laberinto y una adivinanza, una parábola. Una imagen incompleta, pero no falsa, de cómo aquel sabio veía el universo: infinitas series de tiempos que se divergentes, convergentes y paralelos, que en algunos momentos se bifurcan, se cortan o se ignoran. En algunos, existimos; en otros desaparecemos, y en otros, somos amigos de toda una vida y no meros conocidos… todas las historias cambian, todos sus personajes cambian irremediablemente…

Ya veo, replicó el joven, emocionado: ¡Si le cuento esto a la gente del pueblo, entenderán el objetivo de mi ancestro y dejaran de despreciar a mi familia por el fallo de aquel anciano!

El extranjero sonrió, y ante el horror del joven, se transformó en un anciano de espesa barba blanca y mirada letal.

Ahora, que alguien ha comprendido el secreto escondido en mi laberinto, es justo que desate el castigo sobre quienes no me creyeron, en quienes me despreciaron. He de enseñarles la imposibilidad de resolver el laberinto del tiempo, del que nadie que no lo domine puede escapar. He de enseñarles las puertas del terror y la locura.

Y lanzando un conjuro al aire, la gente del pueblo comenzó a desaparecer, mientras el caos se desataba ante los horrorizados ojos del joven.

¿Qué has hecho? Preguntó, en un leve susurro.

Los he perdido en el tiempo, los he enviado a diferentes dimensiones. Para que enloquezcan al ver que nunca regresaran a lo que ellos llaman hogar. Para que se pierdan en el laberinto, y nunca más salgan de él.”

¡Qué historia tan ridícula! Natsu nunca se creería esa tontería. ¡Lo único que quería era que le devolvieran inmediatamente a Gray! ¡¿Cómo se atrevían a robar a su rival?! Fairy Tail no era lo mismo sin él.

En un sollozo, se dejó caer al suelo, arrodillado sobre el barro. No había dejado de llover en la ciudad desde que a Juvia le habían comunicado el incidente.

-¿Dónde estás, copo de nieve?-

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El sol empezaba a ocultarse en el horizonte, cuando Natsu decidió que era momento de volver a casa, exhausto. Solo quería dormirse y olvidar los recientes acontecimientos. Y quizá, en el mundo de los sueños, podría encontrar a Gray, golpearlo por desaparecer y abrazarlo hasta que el idiota prometiera estar siempre junto a ellos, sus amigos.

Siempre junto a él.

No entendía realmente qué le sucedía. Como si la desaparición de Gray le hubiera golpeado con más fuerza de la que debería. Si, eran rivales y amigos, de una extraña manera. Pero tan solo eso. Natsu no tenía idea de cuál era su color favorito, o si le gustaba leer, ni qué comida prefería. Nunca habían pasado una tarde juntos sin pelearse, tan solo disfrutando de la compañía del otro y hablando sobre temas sin importancia, conociéndose y compartiendo gustos.

¿Por qué ahora la idea de no saber esas pequeñas cosas sobre el mago de hielo se le hacía insoportable? ¡Pronto lo volvería a ver! Y podrían hacer todas esas cosas que los verdaderos amigos hacían. Ya que eran amigos, ¿verdad?

Así que ignoró la cierta incomodidad que le producía pensar en Gray como un amigo – cuando algo le decía que no todo se reducía a una simple amistad/rivalidad entre ambos – y marchó a su casa, con la esperanza de que Gray regresaría pronto. 


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