Do Kyungsoo tenía un sueño. Un sueño poderoso, poderoso como su mamá, poderoso como su papá o su hermano mayor, porque para él, ellos eran más poderosos que Dios.
Kyungsoo tenía 12 años, su sueño era volar; llegar a las nubes, recorrer todo el espacio y pisar la luna. Si, la luna, el lugar en donde se encontraba el solitario Jongin.
Desde su ventana vio cuando Jongin despegó en su nave espacial. También vio todo el tiempo en que recorrió por llegar a la luna, un día, ocho días, tres semanas, un mes; Cuando Jongin llegó, observó cómo disfrutaba saltando de un lado a otro, después de un rato, pudo ver en el rostro de Jongin, y sus expresiones, como su incomodidad. Ya estaba cansado, porque no lograba sentarse, o comer, o ir al baño.
Kyungsoo tenía pensamientos encontrados y variad preguntas, cómo por qué Jongin no eligió ser un enfermero, o bombero, o simplemente hacer su sueño realidad en el futuro. O por qué decidió ir solo a ese lugar, tan frío, solitario y sin vida.
Kyungsoo se sentía mal, triste, debía hacer algo, rescatar a si vecino, a su amigo, su compañero de escuela. Pero...¿qué podría hacer?
Kyungsoo pensó en su ventana, unos minutos más tarde, tuvo una idea.
Iría a la luna a rescatarlo, volaría hasta allá y lo traería de vuelta. ¿Cómo? No lo sabía, pero haría todo lo que estuviera a su alcance.
Kyungsoo fue a su cuarto corriendo, agarró su mochila, guardó ropa, mantas, después fue a la cocina y empacó manzanas, jugo, papas fritas, y agua.
Se colocó su gorra y su capa, así fue al rescate.
Kyungsoo salió de su casa, se dirigió al jardín de la casa de los Kim, y arrastrándose, entró por la puerta del perro.
La casa de los Kim era un laberinto, además de tener muchos cuartos, la cocina, el baño, debía recorrer un pasillo enorme.
Kyungsoo no había comenzado y ya se sentía agotado.
Tomó impulso y comenzó a volar.
Kyungsoo pasó por los cuartos, la cocina, el baño, por el enorme pasillo, y llegó al punto del despegue.
Miró hacia arriba, sujetó su mochila, y en menos de tres días, ya tocaba las nubes. Kyungsoo sonreía, porque era la primera vez que llegaba a ese punto del cielo, y para él, era todo gracias al sueño de Jongin.
Kyungsoo llegó al espacio en cuatro días más, sintió el viaje rapidísimo. Creía que iba a demorarse más que Jongin, pero en su caso, no descansó en ningún momento. Se imaginaba a Jongin con lágrimas en sus ojos, y lo ponía triste, eso lo motivaba a no parar.
Pisó la luna, visualizó la nave espacial fabricada de cartón, cereales de botones, la silla con la almohada, el pedazo de madera de micrófono y la cinta pegante de tornillos.
Kyungsoo no tenía un casco, y sentía que se ahogaba, le faltaba el aire. A paso rápido, trató de encontrar a Jongin, hasta que por fin vio un cuerpo acostado en todo el centro. Tirando piedras a todos lados que quedaban flotando en el mismo punto, se acercó a él y tocó su hombro.
Jongin estaba sorprendido, notó que los ojos de Kyungsoo se cerraban, pensó rápido y fue en busca de un casco. Al regresar, lo colocó en la cabeza de Kyungsoo y este respiro de nuevo.
-¿Vienes a rescatarme?
-Si- dijo Kyungsoo.
-También estás solo en este mundo. Escuchaste mi llamado, a todos los solitarios.
-Vine a rescatarte porque sentía tu soledad asechando al mundo entero. Porque estás en la luna, y si alguien está triste en la luna, la luna de igual forma estará triste, entonces ella reflejará su tristeza en la tierra.
-¿Entonces la tierra está triste?
-Si.
-¿Por qué?
-Porque estas triste, y estas en la luna.
-Vaya. Entonces...debería regresar ¿no es así?
Kyungsoo asintió.
-¿Cómo llegaste aquí?
-Volando.
-¿Puedes volar?- dijo Jongin asombrado.
-Sí, sé volar. Vuelo como las aves, como una rápida águila. Y soy tan ligero que parezco una hoja de papel en el viento.
-Yo no soy ligero.
-Entonces no puedes ser astronauta.
-¿Por qué dices eso?
-Los astronautas deben ser ligeros, para así poder flotar al compás de la luna. Disfrutarlo, sentirte libre y feliz, pero tú, Jongin, no eres para nada feliz aquí en la luna. Mejor volvamos.
Kyungsoo estiró su mano, esperaba a que Jongin la tomara, para regresar a la nave espacial. Minutos después fue que Jongin la tomó. Recapacitó y era cierto las palabras de Kyungsoo, él no servía para ser un astronauta, porque se dio cuenta que no se encontraba solo en su vida, tenía a su familia, y ahora a un nuevo mejor amigo, su salvador, el que lo alejó de la soledad, de convertirse como la luna. Un cuerpo frío, solitario y sin vida.