“Destellos Amarillos”
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto *-*
Capitulo 3: Deseos Indiscriminados
Los ojos de Naruto brillaron de emoción al ver que si existía el Ichiraku ramen y sin más tiempo que perder entro a comer, disgustando encantado que era el mismo sabor del ramen del presente, sin lugar a dudas a Teuchi no le había cambiado la mano, preparaba tan rico el ramen como siempre, concluyo el rubio mientras comía encantado.
-Esta delicioso dattebayo!-
-Muchas gracias hijo, que bueno que te gusto- le agradeció Teuchi con una sonrisa.
-Con que aquí estabas-
Al escuchar la voz de Minato, Naruto se trapico con los fideos y tuvo que beber agua para pasar la comida, que hacia su padre aquí?!, acaso lo andaba buscando?, se preguntaba el rubio volteando a ver a Minato, el cual se sentó a su lado tranquilamente a la vez que ordenaba un tazón de ramen.
-Pensé que estarías descansando después del largo viaje-
-No podía irme a la cama con el estomago vacio- rió nervioso Naruto y Minato sonrió mientras tomaba un par de palillos y comía su ramen.
-Vaya, esto esta bueno-
-Sí, verdad?, el Ichiraku ramen es el mejor!- comento emocionado Naruto mientras comía.
Minato y Teuchi sonrieron a ante el comentario del niño, Teuchi si no supiera que Minato no tenía hijos, podía decir fácilmente que ambos eran padre e hijo comiendo, se parecían bastante y hasta se parecía a la pareja del rubio mayor, a Kushina, un hecho bastante raro y se preguntaba también quien era el niño, aunque llevaba un protector ninja de la aldea, jamas antes lo había visto pero si le resultaba bastante simpático y agradable el muchacho, cayéndole bien de inmediato. Mientras tanto Minato miraba disimuladamente de vez en cuando de reojo a Naruto, desde que había pasado lo ocurrido en el claro entre ellos no podía sacarse de la cabeza al niño, su mente lo torturaba una y otra vez repitiendo las escenas de las acciones y cada vez más la cosa se ponía peor al recordar lo bien que se sentía su polla dentro de la boca del chico, y aunque más que lo negara, lo había disfrutado pero ante ello se sentía de lo peor, después de todo, el rubio a su lado era su hijo, no?.
-Quede lleno dattebayo- suspiro satisfecho Naruto mientras sacaba dinero para pagar.
-Yo invito- lo detuvo Minato.
-Pero…- Minato saco dinero y pago –Bueno, entonces gracias- se rasco la cabeza.
-Gracias, vuelvan pronto- les despidió Teuchi a ambos rubios.
Los rubios salieron del local y comenzaron a caminar por la aldea en silencio, Naruto iba algo incomodo o mejor dicho nervioso por andar caminando al lado de su padre, bueno, era algo entendible después de lo que había hecho anteriormente con él, volviendo a recordar la felación que le había hecho a su propio padre, ante ello sacudió la cabeza fuertemente como si eso ayudara a dispersar sus pensamientos sobre aquel acontecimiento.
-Estas pensando en lo ocurrido en el claro?- pregunto Minato mirándolo de reojo.
-Qué?!, no!, no!, yo no…- Naruto estaba completamente rojo sin saber que decir –Yo, yo… yo me iré a dormir!- dijo saltando al techo.
-Espera Naruto!-
Naruto solo le interesaba irse por lo que corrió por los techos a toda la velocidad que podía, miro hacia atrás para ver si Minato venia pero no era así, por lo que volvió con su vista al frente, solo para encontrarse con su padre, chocando con este y provocando que ambos cayeran de los techos por el impacto.
-Auch, eso dolió dattebayo- se quejo Naruto sobándose la cabeza.
-Estas bien?- le pregunto preocupado Minato acercándose al niño.
-Sí, aunque creo que me torcí el tobillo…- se rió nerviosamente –Pero no es nada-
-Déjame ver-
-No espera!-
Minato inspecciono la herida incrédulo, no solo se había torcido el tobillo al ver sé que hallaba hinchado, sino que también había un profundo corte en este y la sangre emanaba con abundancia, el rubio mayor miro reprobatoriamente a su hijo por haberle mentido y saco unas vendas de su bolsillo, envolviéndolas lo más fuerte posible alrededor del tobillo, una para detener el sangrado y segunda para evitar que el tobillo se hinche más de lo que estaba.
-Te llevare al hospital-
-No, no es necesario, solo debo de descansar, ya verás que mañana no tendré nada, el Kyuubi siempre se ha encargado de curarme todas las heridas- Minato lo miro unos instantes y luego asintió.
-Entonces te llevare a tu habitación-
Naruto iba a replicar pero antes de que lo hiciera, Minato ya lo había tomado en sus brazos y saltaba por los techos hasta llegar al lugar en donde se quedaban ambos shinobis del presente, el rubio mayor entro por la ventana aprovechando que Naruto la había dejado abierta cuando había salido y lo deposito con cuidado en la cama, sacándole de paso las sandalias ninja y su protector de frente, recordando la última vez que había hecho y como habían terminado ambos.
-Gracias por traer…-
El rubio menor no alcanzo a terminar, ya que Minato capturo sus labios entre los suyos, tomándolo por sorpresa mientras empujaba completamente su cuerpo contra la cama con el suyo, dejando a un atónito rubio, el cual no sabía qué hacer ni entendía la situación, ya que el todavía sentía que podía manejar su cuerpo a su antojo y solo no se movía por la repentina acción de Minato, el cual se separo unos momentos de los labios de su hijo para mirarlo fijamente a los ojos, manteniendo sus rostros a pocos centímetros de distancia, entremezclándose ambas respiraciones.
-Has algo Naruto, no puedo controlarme…-
-No hace falta que te resistas mas Minato, se perfectamente que lo deseas-
Naruto miro asustado en dirección a la ventana en donde una figura oscura estaba posada en esta, no podía verle la cara ni nada por el estilo porque traía puesta una gran capa negra con capucha que imposibilitaba verle el rostro, tenía una de sus manos levantadas y claramente pudo ver los hilos de chakra que controlaban el cuerpo del rubio mayor encima de él, pero quién demonios era esa persona?!, porque hacia esto?!, se preguntaba algo histérico Naruto en su mente para luego voltear a ver el rostro de su padre que apretaba los dientes y trataba de luchar en contra el control que ejercía aquel sujeto sobre su cuerpo.
-Quien eres tu?!, porque haces esto?!- inquirió Naruto impaciente.
-Mmm… quien soy yo?, lo siento pero no puedo decirlo- rió suavemente el sujeto –Y porque hago esto?, es fácil, es vuestro deseo-
-Qué?!, de que hablas?!, como es que es nuestro deseo?!-
-Acaso no lo entienden?, esta todo enlazado- dijo el sujeto elevando su mano desocupada –Ahora… sigamos con lo que tuvieron que acabar en el claro-
Minato tomo ambas muñecas de Naruto y lo sostuvo quieto en la cama mientras este ultimo lo miraba con cara de pánico, rápidamente su boca busco a la del niño menor y ambas se fundieron en un beso totalmente desenfrenado que hizo jadear a ambas partes, la lengua de Minato se enrollaba perfectamente contra la de su hijo mientras este cerraba sus ojos tratando de pensar algo para salir de esta situación tan vergonzosa pero Minato rompía en todas sus ideas, su lengua se sentía tan excitante… pensaba el rubio mientras la saliva corría por la comisura de sus labios; Minato sin dejar de besar la boca del otro, bajo sus manos hacia las piernas de Naruto y las abrió de golpe, acomodándose enseguida entre ellas antes de que las cerrara, soltando un sonoro gemido en su boca cuando su entrepierna hizo contacto completamente con la de su hijo, provocando que el niño se estremeciera en sus brazos a causa de ello.
-Maldita sea porque siempre tienen que interrumpir en la mejor parte…- murmuro enfadado el sujeto –Bueno, no tenemos mucho tiempo así que será rápido-
Dicho esto, Minato tomo con fuerza las caderas de su hijo y comenzó a moverse en un duro vaivén en contra de este, haciendo gemir a ambas partes, por lo que el rubio mayor aplasto su boca con la del otro para acallar los gemidos sin dejar de friccionarse incontrolablemente contra Naruto, el cual se aferraba a la espalda de su padre desesperadamente para tratar de seguirle el ritmo del roce intimo que estaban realizando.
-Vamos Naruto, envuelve las piernas alrededor de Minato- dijo el sujeto moviendo sus dedos para que Naruto lo hiciera –Mucho mejor, no es así?-
Mucho mejor?!, debería decir mucho peor!, si su padre seguía friccionándose tan fuerte contra él se correría pronto y lo que menos quería era darle el gusto a aquel sujeto que miraba la escena como espectador que hacía que la situación se tornara mas embarazosa y aunque igualmente lo negase, a una parte de él le gustaba, quizás es el morbo, pensó Naruto arqueando la espalda cuando sentía que la sensación del orgasmo lo invadía.
-Papá!- gimió su nombre Naruto cuando llego.
Minato al ver como Naruto llegaba al orgasmo y como las piernas de este lo apretaban contra él con fuerza por la sensación, con un ronco gemido él también se dejo ir, enterrando su rostro en la curvatura del cuello de su hijo sin dejar de mantener un firme agarre sobre su trasero en un intento de adquirir más contacto intimo, se sentía de lo peor, el era fuerte como para poder detener a ese sujeto misterioso que los obligaba a realizar estas cosas pero aunque lo negase más que nada, le gustaba esto, le gustaba tener a su hijo bajo de él gozando por lo que él le hacía, era un sentimiento indiscriminado que sentía hacia el menor, será porque se parece a Kushina?, al recordar a su pareja rápidamente miro a Naruto, el cual jadeaba recuperándose de la sensación placentera que había sentido, sintiendo como su entrepierna volvía a ponerse dura ante la imagen que veía… su bello hijo sonrojado, jadeando y con los ojos vidriosos por la lujuria, tuvo que recurrir a toda su fuerza del voluntad para no lamerle el hilito de saliva que corría por un lado de la comisura de sus labios, era una escena totalmente excitante pero se supone que era su hijo!, esto era catalogado como incesto, como podía permitirse el mismo a ser obligado a esto?, pensó el rubio mayor con el ceño ligeramente fruncido.
-Nos volveremos a ver- dijo el sujeto preparándose para salir por la ventana.
-No tan rápido-
Minato en un abrir y cerrar de ojos se encontraba frente al sujeto, atacándolo y este cayó al suelo, sorprendiendo al futuro Yondaime al ver que se trataba de otra marioneta, pero que rayos está pasando aquí?, se preguntaba el rubio sin dejar de apartar la vista de la marioneta que yacía en el suelo destrozada.