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5 veces en las cuales culparon a Spock por la naturaleza de su genética y 1 vez en la que él mismo se adjudicó la responsabilidad por lady_chibineko

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Título: 5 veces en las cuales culparon a Spock por la naturaleza de su genética y 1 vez en la que él mismo se adjudicó la responsabilidad

Autor:
Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: La franquicia de Star Trek es propiedad intelectual de Gene Roddenberry y los respectivos productores de cada saga.  Esta historia entra en Star Trek: el Universo Alterno ("Alternate Original Series" o "AOS") que nos trajo J.J. Abrams en la película del 2009.

Advertencia 1: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Advertencia 2: Christina Chapel sigue como enfermera en el Enterprise y Pike sobrevivió al ataque de Khan y aunque tardó mucho en recuperarse y casi muere en más de una ocasión, lo logró y sigue siendo el almirante que vela por Kirk.

Dedicatoria: A l@s amantes del Spirk a nivel mundial, feliz día del Spirk este 15 de Setiembre del 2015.

En fin, enjoy the chapter please!

Capítulo V: Leonard H. McCoy

- "Entiendo."- dijo el capitán Kirk con un tono calmado, demasiado calmado para la presente situación. A Spock le recorrió un escalofrío por la espina dorsal.

Jim había estado bloqueando el vínculo entre los dos durante los últimos 23.8 minutos, justo después de que la joven cautiva que trataban de liberar, Rersa, hija del gobernador Rokarilo del planeta clase M conocido como Toderus, quien había sido secuestrada por el pirata espacial orion Krisus; había mostrado su desencanto al conocer al famoso capitán Kirk, al que tildó de 'gordo' con cierto descuido a pesar de su situación de rehén.

James T. Kirk no estaba gordo, estaba embarazado, con un feto de 4 meses y 2 días creciendo en su interior y en la humilde opinión de Spock, no existía ser más hermoso en el universo. Sin embargo Jim se encontraba bastante susceptible ante la percepción de otras personas en relación a su aspecto físico, sin importar lo que Spock le dijese o asegurase.

Y aquella jovencita había llamado al capitán del Enterprise 'gordo'.

Y Jim estaba demasiado calmado.

Spock sabía que no era el único en el puente con los nervios a flor de piel debido a la actitud del capitán en aquellos momentos.

Jim inhaló y exhaló el aire de manera profunda y calvó sus ojos azules en la figura del pirata espacial, el cual mantenía cerca de él a la prisionera, como podía apreciarse en un tercio de la pantalla del puente justo al centro, la cual temblaba visiblemente a su lado.

Spock notó que el capitán observó a la pareja durante un minuto entero, antes de dar una rápida mirada tanto al padre de la chica, quien estaba a la derecha de la pantalla, como a los dos almirantes de la Flota que estaban a la izquierda de la misma, actuando como mediadores al igual que el Enterprise.

- "Así que, un cargamento completo de Dilitium procesado a cambio de la libertad de la... señorita Rersa..."

- "Así es."- replicó el pirata.

El capitán entrelazó los dedos de ambas manos, colocó los codos sobre las piernas y la barbilla sobre los dedos entrelazados.

Toda aquella calma estaba comenzando a hacer sudar al resto de la tripulación en el puente.

- "Parece un pedido razonable."- dijo finalmente el capitán, ganándose con ello las miradas incrédulas de casi todos en el puente y la pantalla, y la mirada triunfante del pirata- "Excepto..."- continuó de pronto el hombre, logrando ahora una nueva ronda de miradas- "Que este no es un caso de secuestro real, por lo cual el pedido no me parece razonable en lo absoluto."

Tras aquella declaración el infierno pareció estallar en la pantalla, sin embargo el capitán parecía ajeno a los gritos del gobernador o de los almirantes, manteniendo su vista fija en algo... en alguien, Spock pudo ver con claridad lo que el capitán observaba. Era la joven secuestrada, quien de pronto mostraba la piel violeta dos tonos más pálida.

- "¡¿Qué acaso no sabe lo que le haré a esta chica si no me pagan lo que pido?!"- preguntó el pirata furioso.

La sonrisa secreta, que de pronto trataba de aflorar en los labios del capitán, sin duda no era una buena señal.

- "Tal vez volver a meterle mano a tu novia una vez más, tal y como lo ha venido haciendo desde que comenzó esta... farsa. Pero quien soy yo para asegurar que en realidad es tu novia, cuando tal vez solo sea una aventura... mis disculpas."- agregó el rubio de forma casual la última frase, al ver el rostro de completa traición del pirata.

Y las mejillas de la joven se encendieron de un furioso color púrpura.

- "¡¿Cómo se atreve?! ¡Krisus me ama!"

Y de pronto todos los presentes, con excepción del capitán, tenían los labios abiertos y estaban faltos de palabras.

La sonrisa secreta terminó de salir a flote.

- "¡Rersa!"- dijo el pirata espacial casi con desmayo mientras miraba a la joven que de pronto se tapaba con ambas manos la boca mientras una expresión de miedo cruzaba por sus ojos.

- "¡RERSA!"- rugió el gobernador mientras su cerebro terminaba de procesar el hecho de que su propia hija no solo lo había engañado, sino que lo estaba haciendo quedar en ridículo frente a propios y extraños.

- "Ay, Rersa..."- murmuró el capitán mientras que por fin Spock captaba uno de sus pensamientos. *Ahora quien es el gordo, mocosa bocona.*

Si no fuese porque Spock era un vulcano en todo el sentido de la palabra, hubiese rodado los ojos mientras dejaba salir una sonrisilla sarcástica. Pero era un vulcano y no lo hizo.

El gobernador, que estaba en una nave al costado de la nave pirata, cortó comunicación con la Federación y se alistó para caerle con todo al intruso y recobrar a su hija, seguramente para darle unas buenas nalgadas a la niña. Pero esa telenovela ya no era problema ni de la Federación ni del Enterprise, así que con una sonrisa ladina en el rostro, Jim Kirk se dirigió a los almirantes que lo miraban aún sin creérselo.

- "¿Algún otro asunto de extrema importancia con el cual el Enterprise deba lidiar?"

Los almirantes simplemente se despidieron y desconectaron, dejando así al Enterprise a solas, con su capitán mostrando una sonrisa ganadora y un brillo malicioso en los ojos.

- "Señor Sulu, fije nuevo rumbo al cuadrante Zeta 86."

Sulu tomó unos segundos para configurar las coordenadas.

- "Rumbo fijado, señor."

- "Sáquenos de aquí."

- "Si, señor."

- "Bien, bien capitán, señor. Si ya terminó de dejar en ridículo a jovencitas en busca de amores piratas, tiene una cita conmigo en la enfermería."- dijo de pronto el doctor, quien justo había llegado al puente una hora atrás para arrastrar al capitán a su chequeo prenatal semanal cuando se dio la llamada de los altos mandos de la Federación y todo el drama pirata espacial comenzó.

Kirk gruñó, pero Spock sabía que éste conocía demasiado bien al doctor como para tratar de poner alguna excusa. Y además era por el bien del bebé.

- "Señor Spock, queda al mando."

- "Entendido capitán."- respondió el medio vulcano mientras se paraba de su sitio en la estación científica para moverse hacia la silla del capitán, aunque antes de aquello se giró hacia el doctor y abrió la boca- "Doctor McCoy..."

- "Si, si. Ya sé. Cualquier cosa te aviso de inmediato..."- gruñó el hombre- "Como si no fuese a correr a enfermería en cuanto acabe el turno alpha en 20 minutos."

- "19.3 minutos para ser más exactos, doctor."

El hombre gruñó de nuevo mientras arrastraba a un sonriente Jim al turboelevador en tanto que Spock terminaba de posicionarse en la silla del capitán.

Y tras cerciorarse de que no hubiese alguna novedad en algún área dentro de la nave y que todo estuviese tranquilo fuera de ella, no pudo evitar pensar en todo lo que había cambiado en su vida desde la noticia que le diese Jim acerca de su pronta paternidad. Parecía un sueño, pero era bastante real; y varios sucesos acreditaban aquello.

~.~.~.~.~.~



Todo comenzó tras el regreso del equipo de exploración a la nave, tras el anuncio que Spock prácticamente había obligado a su capitán a realizar frente a la tripulación presente en el planeta.  

En primer lugar, teniendo en cuenta que la oficialidad de su relación pronto sería conocida dentro de la nave y que esto definitivamente traspasaría los límites de la misma, tanto Jim como Spock decidieron dar la noticia de manera personal a aquellos que debían de saberlo.

- "Solo tenemos un rango de diferencia y hay precedentes... llenamos los formularios y me dejas a mi manejar esto, Spock."- había dicho el humano a su pareja mientras trataba de verse calmado.

Spock sabía cómo estaban en realidad las cosas, pero dejó a Jim hacerlo todo a su modo, apenas manteniéndose a su lado cuando hicieron la llamada al almirante Pike.

- "Ey, Chris."- saludó un nervioso Jim Kirk a quien consideraba un amigo y mentor.

- "¡Jim! Esto es inusual..."- estudió la sonrisa nerviosa del capitán y lanzó un suspiro- "¿Ahora qué paso?"- preguntó con un aire de resignación.

El rubio rió otro poco con nerviosismo antes de proceder a hacer un resumen de todo. Para cuando finalizó 2.3 horas después, Christopher Pike estaba, literalmente, mudo.

Y le duró un rato.

- "Embarazado."- fue lo que dijo finalmente, como tratando de encontrar algún sentido a lo que acababa de escuchar.

Jim asintió de manera repetida, Spock a su lado lo hizo una sola vez. Pike gruñó. Kirk se apresuró a proseguir.

- "Ya llenamos todas las formas necesarias y mandamos nuestro nuevo estatus al comando. Todo debería de estar en regla para... bueno, para cuando terminen con el papeleo, supongo."

Pike volvió a gruñir y murmuró algo tan despacio que ni Spock logró captarlo. Luego de eso se quedó en silencio y mirándolos sin mirarlos, algo que Spock había notado que los humanos hacían cuando se concentraban tanto en sus propios pensamientos que el exterior dejaba de existir. Finalmente el almirante miró a la pareja, esta vez si reparando en la presencia de ambos.

- "Un bebé... bien, supongo que podré usarlo a mi favor y la Flota tendrá que apurar la instauración de ese viejo proyecto casi olvidado... no querrán seguir perdiendo buenos oficiales solo porque estos comienzan a formar familias, no cuando los últimos ataques a la Tierra han diezmado tanto el número..."- siguió murmurando como para si mismo y Spock notó que Jim no se atrevía ni a respirar demasiado fuerte- "No querrán perder a sus dos oficiales estrella... si, el proyecto de familias en las naves, es lo adecuado. Comenzaré a mover las cosas... algo bueno podré sacar de todo esto"- finalizó Pike y miró a la pareja, como recordando de pronto que no estaba solo, suspiró- "Pero en serio muchacho, deja de meterte en situaciones tan... únicas y tan seguido, ya no estoy para estos trotes."

A Jim se le iluminaron los ojos y parte de su preocupación menguó.

- "¡Gracias Chris! Sabía que podía contar contigo."- dijo el rubio de manera efusiva.

Y no era para menos, ese hombre no solo había reclutado a Jim, sino que había protegido su espalda en más de una ocasión y al parecer esta vez tampoco iba a defraudar a su joven capitán predilecto.

- "Si, si... yo no celebraría tan rápido. No creo que Nogura me la deje tan fácil, pero te apoyaré en esto también."- Pike suspiró y sonrió de pronto- "Supongo que un felicidades se aplica a la ocasión. Manténganme informado. Pike fuera."- y la pantalla se oscureció toda.

Jim finalmente relajó su postura y se permitió recargarse contra Spock, quien lo recibió con gusto.

- "Ahora te sientes más tranquilo, ashayam."- no era una pregunta sino una afirmación.

Igualmente el rubio asintió.

- "Si, con Chris enterado de todo y de nuestra parte, podremos hacer frente a los del Alto Mando con toda esta situación."- Jim miró a Spock- "Es que desde que la pareja sentimental de Chris fue en algún momento su primer oficial, bien... venga lo que venga lo enfrentaré junto a ti Spock, pero con un aliado todo es más fácil."

Spock asintió ante aquella línea de pensamiento pues sabía a lo que se refería el rubio a pesar de que al hablar solo había dado vueltas al asunto. El Alto Mando no iba a reaccionar bien ante la novedad de tener al capitán y al primer oficial de su nave bandera en una relación sentimental y mucho menos si dicho capitán se encontraba en estado de preñez, puesto que esto evitaba que la connotada nave pudiese ser usada en situaciones de alto riesgo. Era lo más lógico.

Spock lo entendía, pero su apoyo y lealtad se encontraban con su pareja, quien ahora era el inicio de su propia familia.

Finalmente Spock se decidió a cambiar ligeramente el tema, aunque no tanto.

- "Ahora solo falta dar a conocer la noticia a los demás interesados, y luego hacer un anuncio formal a la tripulación."

Si, formal. Porque informalmente gracias al equipo que bajó al planeta un día atrás, media nave ya estaba enterada y la otra mitad se encontraba en camino de enterarse.

Esta vez fue el capitán el que gruñó.

~.~.~.~.~.~



Todo anuncio tuvo que postergarse debido a una emergencia de último minuto. Nada inusual, tan solo el pequeño ataque de dos aves de presa Klingon, las cuales persiguieron al Enterprise durante unas cuantas horas.

Para cuando el Enterprise logró por fin sacudirse a sus persecutores, el capitán estaba más preocupado por los 8 heridos en Ingeniería que por dar aviso alguno, y ni bien terminó su turno fue directo a enfermería dejando a Spock a cargo del puente durante un turno más, solo por si acaso.

No fue sino hasta pasados 5 días que Spock pudo volver a sacar el tema a colación, expresando su deseo de comunicarle las novedades a Sarek, su padre y líder de la casa de Surak. Jim hizo un puchero.

- "¿No podemos avisarle a Selik y dejar que él se lo diga a tu padre?"- preguntó de manera encantadora- "Porque estoy seguro de que a Selik le alegrará la noticia y sabrá como decirlo para que suene super bien y..."

- "Ashal-ve"- Spock cortó la cascada de palabras de su pareja- "Por muy tentador que suene, aún así es mi deber el avisar a mi padre."

Jim hizo más pucheros, se cruzó de brazos y suspiró.

- "¿Ahora?"

- "No necesariamente."- respondió el medio vulcano.

A Jim de pronto se le iluminaron los ojos.

- "Entonces... ¿Tienes tiempo para conseguirme un poco más de ese yogurth congelado de Plomeek? Creo que a Orejitas se le ha antojado un poco más."

Spock casi sonríe ante el pedido. Mucho había cambiado en poco tiempo, en especial desde que Jim se enteró de su estado de gravidez. Era como si alguien hubiese apretado algún botón en él y de pronto todos los síntomas de un embarazo se hubiesen decidido a presentarse de repente.

Jim había comenzado a sentir nauseas matutinas, pero durante la madrugada más que durante la mañana y Spock con bastante predisposición asistía al pobre hombre y lo arrullaba luego con el fin de ayudarlo a dormir. Además, 3 días atrás Jim se había sentido de repente 'cautivado' por el aroma de la sopa de Plomeek, que era la usual elección de Spock para el desayuno o la cena, y tras probarla se había sentido simplemente fascinado por el sabor, si bien no por la textura. Tras unas horas de pensarlo mucho y algunos experimentos en el replicador, Spock dio con la solución. Yogurth congelado de Plomeek. Perfecto si los sonidos que hacía Jim al comerlo significaban algo, y aquello se convirtió en el antojo predilecto de su pareja y de Orejitas, que que era como de pronto Jim insistía en llamar al feto.

- "Spock no podemos llamarlo 'el bebé' y mucho menos 'el feto' todo el tiempo, y además va a tener lindas orejitas picudas como su otro papá."

- "Sa-mekh."- replicó Spock extasiado, explicándole luego a Jim que aquella era la palabra vulcana para designar al padre.

- "Papá y Sa-mekh... me gusta."- había respondido Jim justo antes de llenarse la boca de yogurth congelado.

Spock salió del recuerdo dentro de su recuerdo para introducir las especificaciones de otra porción de yogurth en el replicador, tras lo cual decidió hablar con su padre al día siguiente.

Y a la noche siguiente, luego de asegurarse de estar en rango de comunicación con Vafer-Tor y chequear que fuese una hora prudente en el planeta, Spock inició la comunicación sin más retrasos.

- "Spock."- saludó Sarek ni bien se inició la video llamada.

- "Sa-mekh, espero que te encuentres bien de salud y tus días sean productivos y satifactorios."- respondió a su vez Spock.

- "Lo son, y mi salud es aceptable."- contestó el vulcano mayor- "¿A qué se debe el motivo de tu llamada, hijo mío."- preguntó entonces Sarek con curiosidad bien disimulada.

Spock tardó unos segundos en ordenar sus ideas y finalmente contestó.

- "Como líder de la casa de Surak, es mi deber informarte que hace aproximadamente 2.5 meses entré en la fase de Plak Tow debido a la aparición de mi primer 'Tiempo'."

Sarek miró impactado a su hijo por un minuto completo antes de murmurar.

- "El sanador Sovik se equivocó."

- "El sanador Sovik se equivocó."- confirmó Spock con satisfacción, aunque sin demostrarlo por supuesto.

Sarek se compuso con rapidez.

- "He de suponer, teniendo en cuenta tu estado de lucidez y buena salud, que encontraste a quien... te asistiese... con tu 'Tiempo'."

Spock asintió de manera lenta antes de responder.

- "Para ser más específicos, fui asistido por mi T'hy'la."- dijo con suavidad, de alguna manera regodeándose en las ligeras respuestas faciales que demostraban lo aturdido que se encontraba su progenitor, así que continuó- "Quien por cierto se encuentra en estado de gravidez. El feto es, por supuesto, mío."

Una de las cejas de Sarek crispó de manera visible.

- "Al parecer el sanador Sovik se equivocó en más de un aspecto en relación a los resultados que nos dio sobre ti."

¡Oh! Spock se sentía en una nube.

- "Al parecer así fue, padre."

Minuto de silencio.

- "En ese caso, si tuvieses a bien brindarme el nombre de tu... T'hy'la, podré incluir dicho nombre en las actas familiares de la casa de Surak, y arreglar una unión ante nuestra gente cuando se tenga la ocasión."

Spock ladeó la cabeza, no había recordado aquello en lo absoluto, pero sin duda la idea de que Jim sea reconocido como su T'hy'la ante todos los vulcanos era satisfactoria. Asintió.

- "Es el capitán del Enterprise, James Tiberius Kirk."

La actitud de Sarek cambió de pronto.

- "Spock"- dijo en un tono extrañamente serio- "El 'Tiempo' para un vulcano y aún más el vínculo T'hy'la son asuntos de extrema importancia, no es lógico en absoluto el inventar historias acerca de..."

- "¡Ey, Spock! ¿Estás aquí?"- Sarek fue interrumpido por la voz de un rubio humano en pijamas que había entrado a las habitaciones del primer oficial por medio de baño compartido de ambos y que ahora se encontraba en busca de dicho primer oficial mientras hablaba en voz alta de manera casual y se dirigía a la vez hacia la habitación donde se encontraba su objetivo- "Estaba pensando."- dijo muy alegre mientras aparecía por el marco de la puerta y se llevaba otra cucharada de yogurth congelado a la boca, sin notar lo que su pareja hacia- "¿Qué dices de helado de Plomeek? A Orejitas le... ¡Oh! Buenas noches Sarek ¡Cielos! Lo siento, lo siento... te veo luego Spock."- y el humano desapareció de manera rápida de las habitaciones, dejando escuchar un segundo después el ruido de la puerta del baño al cerrarse.

Spock inclinó la cabeza pensativo... helado de Plomeek. Sus reservas mermarían antes de acabar el primer trimestre de gestación.

Pero antes, tenía una conversación que finalizar.

- "Siento la interrupción... ¿Padre?"

Pero Sarek tenía la vista pegada a la puerta por donde había desaparecido el humano.

- "Era... ¿Era eso... Plomeek?"- preguntó el vulcano mayor con un tono de voz extraño.

- "Yogurth congelado de Plomeek."- especificó el menor.

Sarek exhaló con fuerza.

- "Tu madre exigió dulce helado de Plomeek durante casi toda su gestación... yo... ingresaré el nombre del capitán Kirk a las actas familiares... y enviaré una carga de Plomeek a la siguiente estación espacial en la que el Enterprise tenga una parada."

Spock nunca había visto a su padre tan exaltado, a excepción de aquel terrible día en el que su madre falleció. Sin embargo el aire de exaltación era por completo diferente, era vibrante no fatídico.

- "Sa-mekh..."- inició Spock, pero el vulcano mayor lo interrumpió.

- "Spock, por favor mantenme informado de los avances de la gestación y de cualquier necesidad, inconveniente o emergencia que se presente. Será un honor para mi el poder ofrecer mi apoyo. Larga vida y prosperidad hijo mío, para ti... y tu familia."- finalmente se despidió el mayor alzando la mano en el Ta'al mientras un brillo desconocido para Spock iluminaba los ojos oscuros de su progenitor... un orgullo muy diferente al que había demostrado Sarek por Spock hasta el momento.

- "Paz y larga vida, Sa-mekh."- se despidió Spock justo antes de que la comunicación se cortase.

Un minuto después iba en busca de su capitán para compartir las buenas nuevas.

- "¡¿Casarnos?! ¡¿Tú papá nos va a arreglar un matrimonio?!"- preguntó el rubio con el corazón en la mano y la cucharita con yogurth en el suelo.

- "Un enlace vulcano, en realidad. Pero podría decirse que es equivalente a un matrimonio en la Tierra."

Jim se sentó luciendo casi aterrado, Spock hizo lo mejor que pudo para tranquilizarlo y no sentirse ofendido, y al final lo distrajo sugiriendo contactar a Selik para dar la noticia.

Funcionó.

- "¡Un bebé!"- celebró Selik con esa soltura humana que Spock dudaba algún día lograr demostrar.

- "¡Sep!"- contestó Jim feliz- "Y por ahora está bautizado como Orejitas, por lo menos hasta que Bones nos avise lo que va a ser, ya luego pensaremos en un buen nombre para él o ella."

A Selik los ojos le brillaban como dos estrellas en estado de supernova.

- "Jamás pensé que algo como esto fuese posible. Es un milagro."- la emoción del medio vulcano mayor se desbordaba a través de la pantalla.

- "Lo sé, sobre todo con eso de que tanto Spock como yo somos estériles."- comentó Jim a la ligera.

- "¿Estériles?"- preguntó Selik extrañado.

- "Tú y tu Jim no fueron diagnosticados con esterilidad también?"- fue la pregunta del rubio ante la reacción del mayor.

Spock observó a su contraparte, igualmente interesado.

- "No, por supuesto que no. En el universo del cual provengo, tanto Jim como yo tuvimos descendencia, aunque no entre nosotros. Y esa es toda la información que puedo ofrecer."

Jim y Spock se miraron.

- "Entonces el otro se llevó el premio, seguro no estuvo en Tarsus."- comentó una vez más el rubio a la ligera, aunque esta vez más para sí mismo que para los otros presentes.

Sin embargo la inmediata reacción de Selik, ante el lugar mencionado, desmintió aquello. Tanto Spock como Jim pudieron ver los ojos oscuros cubrirse de pena.

- "Oh, mi joven muchacho... lamento tanto saber que ese episodio fue constante también en este universo. Esperaba que no hubiese sido así."

El lamento en las facciones del medio vulcano era tan genuino que Jim sintió su rostro arder.

- "Kaiidth."- finalmente Spock cortó aquello- "Ahora Jim no está solo y eso es lo que importa."

Selik asintió ante lo dicho por su joven contraparte y Jim se recargó en su pareja, sintiéndose querido y protegido por lo que Spock podía leer a través del vínculo que compartían.

Al final Selik le comentó a ambos oficiales, tal como lo había hecho antes Sarek con Spock, sobre la profunda fijación que desarrolló Amanda Grayson por el dulce helado de Plomeek, tras lo cual salió a colación los antojos de Jim por preparados lácteos con sabor a Plomeek, con lo cual un segundo cargamento de Plomeek le fue prometido al primer oficial del Enterprise en menos de un día. Spock no se negó, sobretodo luego de sacar cuentas de cuanto iba a quedar para él si es que Jim continuaba ingiriendo aquellas altas cantidades de Plomeek.

Y por supuesto Selik quedó como abuelo honorario de Orejitas.

Ahora solo faltaba una llamada.

- "No sé Spock, seguro que mi madre está muy ocupada con su misión. Nunca tiene, de todas maneras, tiempo para recibir mis videollamadas."- expresó el rubio con algo de resentimiento mal disimulado.

Pero Spock se decidió a no claudicar en aquello.

- "Ashayam, estoy seguro de que luego te lamentaras por no haber hecho por lo menos el esfuerzo de avisar a tu familia, de una manera u otra."

Jim pareció pensárselo un rato, aunque aún incómodo.

- "Creo que tengo una mejor idea."- dijo finalmente antes de que volviesen a posicionarse en frente de la pantalla y Jim introdujese datos de comunicación desconocidos para Spock, tras lo cual ambos tuvieron que esperar unos minutos antes de que una joven mujer les contestase.

- "¡Jim!"- exclamó con sorpresa- "¿Y ese milagro?"

La sonrisa del rubio fue un tanto forzada.

- "Hola Aurelan ¿Se encuentra Sam en casa?"

Spock observó a la mujer darle una larga y estudiada mirada a su capitán antes de asentir y desaparecer de la pantalla, solo para ser sustituida por un niño humano de unos siete años estándar.

- "Hola Peter."- saludó Jim de manera juguetona y el pequeño niño humano sonrió de la misma forma.

Pero no hubo tiempo para más, pues un par de segundos después un par de brazos alzaban al niño humano mientras que el adulto dueño de esos brazos aparecía en pantalla, para luego pasarle el niño a la mujer que había contestado la llamada inicialmente. Spock pensó, de manera correcta, que aquel humano era el hermano mayor de su T'hy'la.

El humano, Sam, miró con curiosidad nada disimulada a su hermano menor.

- "Vaya"- dijo finalmente el hombre- "Es una verdadera sorpresa Jimmy, casi no me lo creo cuando Aurelan me avisó de tu llamada y no estoy muy seguro de si me llamas por algo bueno o algo malo, así que ¿Qué te hace llamarme el día de hoy, hermanito?"

Spock observó a su humano inhalar hondo y exhalar de manera pausada antes de poner otra sonrisa falsa en su rostro, algo al parecer bastante obvio para su hermano mayor, por la manera en la cual cambió su lenguaje corporal ante la actitud del capitán del Enterprise.

- "Sam ¿Recuerdas cuando Aurelan quedó embarazada y yo fui el primero al que se lo contaste?... Bueno, digamos que estoy devolviendo la cortesía."

Spock observó con sorpresa la reacción del Kirk mayor, la cual no era en absoluto de alegría o siquiera de sorpresa neutral, sino más bien de shock, aprensión y hasta molestia.

- "¡¿Perdiste la cabeza, James?! ¡¿Embarazaste a alguien siendo capitán y en medio del maldito espacio?!"

Por su parte Jim no parecía sorprendido por la reacción, más bien se mostró molesto también.

- "Vaya Sam, me apabullas con tanta solidaridad. Por favor, no pierdas tu sueño pensando nombres tal y como yo lo hice alguna vez cuando esperaban a Peter... me las arreglaré solo."

¿Solo? Spock lanzó una mirada de reproche hacia Jim, puesto que éste no estaba solo, Spock estaba bastante presente.

- "Jim..."- Sam apretó el puente de su nariz con los dedos mientras cerraba con fuerza los ojos, en un acto de completa exasperación- "Como se te ocurre ¿Tienes idea del escándalo que hará mamá cuando se entere? Por todos los cielos ¿Lo sabe ella?"

Jim se encogió de hombros.

- "No. Y no tengo planeado decírselo."

- "¿Y no crees que se enterará cuando quien quiera que sea la mujer a la que has embarazado comience a... Un momento ¡Jim! ¡Tú eres estéril! Demonios ¡Te embaucaron, idiota! ¡No es tuyo!"

Spock mandó una mirada dura hacia el humano en la pantalla y de pronto Sam pareció percatarse de la presencia extra en la pantalla por primera vez.

Pero antes de que Sam pudiese decir algo más o de que Spock abriese la boca, Jim los superó a ambos.

- "Sam, el bebé es mío... créeme. Y no habrá pompa ni fanfarria por parte de mujer alguna, porque el embarazado soy yo. Por cierto, te presento a mi primer oficial, Spock... quien como notarás es un vulcano y es además mi pareja sentimental y donador del 50% del pasajero que llevo dentro... si, si, Tarsus, y es todo lo que se hablará sobre eso."- Jim tomó aire y continuó- "Y antes de que grites más incoherencias; no pienso dar a luz y morir en el espacio, no pienso pedirte permiso a ti o a nuestra madre para gestar este bebé y darlo a luz en el espacio, no pienso ser atacado por una nave romulana del futuro a cargo de un loco mientras doy a luz a este bebé en el espacio. Y puedes agregar un no delante de cualquier otra oración restrictiva sobre el hecho de mi persona dando a luz que se te ocurra."- los hombros de Jim cayeron entonces, como si de pronto un gran peso se hubiese instaurado sobre ellos, y Spock detestó la imagen derrotada que de pronto su T'hy'la ofrecía- "Y antes de que vayas a acusarme por allí, recuerda que te di más del 100% de mi apoyo cuando lo necesitaste. No te pido que te conviertas en mi leal escudero, tan solo... no me lo hagas más difícil."

Por lo menos Samuel Kirk tuvo la decencia de parecer apenado, tras lo cual asintió.

- "Super... Bien, supongo que eso es todo. Dile a Peter que espere algo divertido para Navidad. Nos hablamos."

Y tras eso el rubio cortó la comunicación.

- "¿Contento?"- preguntó Jim a Spock, quien asintió sin mediar palabra alguna- "Bien, porque esta es la primera y última vez que pienso pasar por esto ¿Entendiste?"

- "Bastante comprensible, ashal-ve."

Y tras eso solo quedó avisarle a la tripulación, lo cual como había sido supuesto por la pareja antes, solo fue una confirmación a lo que todos sabían y fue una noticia bien recibida en líneas generales, lo que al final decantó en una insana fijación, en la opinión de Spock, de todos por tratar de tocar el vientre de su T'hy'la.

Spock volvió a los gruñidos para alejar los innecesarios y no deseados tocamientos.

Eso le valió risas de parte de Jim, gruñidos de exasperación de parte del doctor y miradas de desconcierto de parte del resto de la tripulación.

Podía vivir con todo eso.

Y así pasó el primer trimestre del embarazo y luego otro mes más, con el mundo de Kirk y Spock poniéndose de cabeza y sin que ninguno de los dos pudiese o quisiese evitarlo.

~.~.~.~.~.~



Los recuerdos cesaron y Spock reprimió un suspiro cuando por fin el turno alpha acabó y el medio vulcano esperó apenas el tiempo necesario para que los tripulantes del siguiente turno tomasen sus puestos, antes de encaminarse con dirección a los dominios del oficial médico en jefe, donde su T'hy'la se encontraba para su chequeo semanal.

Muchos decían que era un poco exagerado por parte de McCoy revisar semanalmente el desarrollo del feto, pero Spock agradecía el sobre proteccionismo del doctor para con su pareja como no había agradecido nada en su vida.

Pronto Spock se encontraba frente a las puertas del área de enfermería, y al abrirse estas pudo distinguir sin duda alguna la risa de su pareja, cristalina y burlona, así como los gruñidos del doctor. Y fue a estos dos a los que encontró al ingresar al área destinada a la examinación del feto; y con los dos oficiales encontró también a la enfermera Chapel y a la doctora Carol Marcus, ésta última compartiendo las risas junto a su T'hy'la siendo, al parecer, esto la causa de los gruñidos del galeno.

- "Pero Bones ¿Qué pasó con el parto de octillizos de aquella Gorn? Yo apenas llevo uno, debería de ser pan comido para ti."

La doctora Marcus simplemente rió más ante el nuevo gruñido del doctor, mientras que la sonrisa en el rostro del capitán era de aquellas que el humano llamaba, de manera poco lógica, las de 200 Watts. Término que sin embargo Spock encontraba aceptable e incluso acertado. Jim parecía iluminarlo todo al sonreír y reír.

- "¡Ey, Spock!"- saludó entonces Jim con alegría al notar la presencia de su pareja.

- "Ah, duende. Llegaste. A ver si pones a este mocoso en vereda, que no se queda quieto para llevar en paz los exámenes."

- "¡Bones! ¡Eso no es cierto!"- se quejó el rubio en completa actitud de ultraje, lo cual hizo tan solo reír más a la doctora Marcus y a la enfermera Chapel, y lanzar una sonrisita sarcástica al doctor.

- "Veré de hacer lo posible para lograr un comportamiento aceptable de parte del capitán, doctor. Sin embargo, no prometo buenos resultados."- respondió el medio vulcano a la ligera.

- "¡Spock!"- se volvió a quejar el aludido, sacando más sonrisas de las rubias.

Finalmente el primer oficial se colocó al lado de su pareja y tomo su mano, suprimiendo la sensación de incomodidad al ser observado en dicho gesto por terceros.

- "Enfermera Chapel."- saludó Spock- "Doctora Marcus; no esperaba encontrarla aquí."

- "Hoy me tocaba mi primera revisión física del año, y me falta la ginecológica... y el capitán me está ayudando a convencer al doctor McCoy de ser quien me practique ese exámen... con eso de que se está volviendo un experto en ginecología y obstetricia."

Y si, Spock reconoció el doble significado implícito de aquella oración, coronada por el movimiento de cejas insinuante de la rubia hacia el galeno, quien nuevamente gruñía incómodo, para beneplácito de los tres rubios presentes.

- "¿Y desde cuando se formó el condenado club de 'Fastidiemos la existencia de McCoy'?"- gruñó el pobre doctor antes de correr un último exámen con el tricorder sobre Jim- "Bien, eso es todo por ahora, ya puedes levantarte Jim... dame un minuto para organizar tus hypos vitamínicas de esta semana, Christine te irá administrando las de hoy."

El rubio hizo un puchero al escuchar eso, pero no se quejó en absoluto mientras la enfermera alistaba las hypos solicitadas por su oficial en jefe.

- "Spock."- llamó entonces el doctor- "Conmigo para darte las hypos."

Al medio vulcano le pareció un pedido un poco raro, puesto que por lo general el doctor alistaba todo y luego se lo entregaba a la pareja con unas últimas indicaciones, pero igual siguió al doctor a su despacho sin replicar nada. Y no le gustó cuando al ingresar a dicho despacho, la puerta se cerró y el galeno se paró sobre su sitio y lo miró de frente, sin ninguna intención de ordenar ninguna hypo.

Un escalofrío lo recorrió por completo.

- "Doctor ¿Sucede algo con Jim?"- preguntó el primer oficial con aprensión, y para su completo terror vio a McCoy exhalar uno de esos suspiros que no presagiaban nada bueno.

- "Bien Spock, como decía mi tatara abuelo, al toro se lo toma por los cuernos. Si Spock, sucede algo con Jim."

Spock sintió como si lo hubiesen golpeado y pronto necesitó sentarse y observó a McCoy posicionar una silla frente a él y tomar asiento igualmente.

- "No te voy a ir con rodeos. Esto es lo que sucede: Jim no es, en lo absoluto, una persona saludable. Además es un hombre, y es humano... y todo eso está dificultando este embarazo.

Spock abrió la boca para decir algo, pero pronto la cerró al no saber siquiera por donde comenzar. El doctor continuó.

- "Mira Spock, yo sé que tú y Jim están ilusionados con este bebé ¡Maldición, duende! Yo mismo estoy emocionado con este bebé, voy a ser después de todo el padrino Bones una vez que nazca... Pero si queremos que este embarazo llegue a buen término, tú y yo vamos a tener que cuidar de Jim el doble y te voy a explicar porque, para que sepas que síntomas buscar ¿Estás conmigo?"

Spock asintió.

- "Bien. En primer lugar, está que Jim no es una persona saludable. Si, pasó sus exámenes médicos hace 5 meses, pero no estaba embarazado y Spock, Jim tiene uno de los peores sistemas inmunológicos que he visto. Es alérgico a casi 200 alimentos lo que me hace muy difícil hacerle una cartilla nutricional como la que debería de consumir en su estado; es igualmente alérgico a 38 compuestos base de medicamentos y estoy seguro que la lista seguirá creciendo por lo cual no puedo recetarle todos los complejos vitamínicos ni ponerlo bajo los tratamientos completos que asegurarían un poco de paz mental para mi hasta que este embarazo llegue a su fin. Demonios, es alérgico al Retinax V... ¿quién es alérgico al Retinax V por todos los cielos? Maldición Spock, podría hacer una guía práctica con todos los tratamientos que le doy a Jim por sus alergias y esa guía estaría más completa que la que usa actualmente el personal médico de la Flota."- gruñó finalmente el doctor con desdén, para luego continuar- "Además, como dije, Jim es un hombre. Puede que le hayan añadido el equipo para hacer a tu bebé, pero carece de todo lo demás. Estoy administrándole las hormonas, vitaminas y demás menjunjes que su sistema inmune me permite administrarle y que en el caso de ser mujer su cuerpo produciría de manera natural pero en este caso no lo hace; pero como ya te indiqué, no creo que sea suficiente y no puedo hacer más. Lo cual nos lleva a lo último, Jim es humano y su bebé no lo es porque tú no lo eres. Spock, ese bebé no solo consume lo que un bebé humano consume, sino también lo que un bebé vulcano consume y allí vamos al al meollo del problema; Jim ES humano. El bebé a pesar de que debería ser 3/4 partes humano, se muestra mayormente como un vulcano porque ¡Oh, sorpresa! y esto es completamente a causa de tus genes, duende; la genética vulcana es dominante sobre la genética humana por lo que he podido concluir a partir de los datos que estoy obteniendo de Jim y los datos que me proporcionaste sobre el embarazo de tu madre; así que ese bebé va a ser un pequeño duende orejudo de sangre verde ¿Y sabes lo que eso significa Spock?... Exacto, que ese bebé está absorbiéndole a Jim el cobre que él produce y el que no produce también. Y de nuevo ¿Qué significa eso? Significa que Jim ahora es propenso a un cuadro de anemia, a desmayos y a otras maravillas, por lo cual su sistema inmune me va a dar más problemas de los habituales si es que no le echas un ojo y el otro también cuando yo no pueda hacerlo. Así que así quedamos y desde ahora te digo, que medio vulcano o no, especie protegida o no; voy a patearte el trasero y luego a llenarte de hypos repletas de virus de toda la galaxia hasta tenerte suplicando piedad en medio del suelo de mis enfermería si es que Jim no sale bien parado de esta ¿Estoy siendo lo suficientemente claro para que tu privilegiado y lógico cerebro de duende haya entendido todo?"

Spock casi en estado de shock y sin poder articular palabra alguna, tan solo asintió.

McCoy, al parecer más tranquilo (aunque no lo suficiente, nunca lo suficiente) luego de haber sacado de su pecho todo aquello, se levantó y se dirigió hacia uno de sus gabinetes, de donde sacó una caja con hypos y pequeños frascos de píldoras que estaban definitivamente en cantidades mayores a las de la última semana.

El doctor le explicó a Spock que se administraba cada día y a que hora, y pobre del medio vulcano que el mocoso sobre desarrollado se saltase una sola dosis, porque por desgracia quienes lo pagarían serían Jim y su pasajero orejudo.

Spock no dejó que Jim se saltase ni una dosis, ni esa semana ni las siguientes.

Sin embargo Jim comenzó a mostrar, junto al incremento de su abdomen ante el crecimiento del feto, también muestras de cansancio y malhumor, siendo lo primero lo que más preocupaba a Spock y McCoy.

Y así llegó el quinto mes de embarazo.

McCoy descubrió que el Plomeek era una fuente que proporcionaba una generosa dosis de cobre a quien lo consumiese, y que ese era probablemente el motivo por el cual Jim tenía unos antojos tan enfocados en derivados de lácteos con Plomeek, era una manera natural del organismo del capitán del Enterprise de asegurarse el calcio y el cobre necesarios para el desarrollo del feto, y todo sin presentar reacciones adversas.

Spock pronto hacía cálculos y se contactaba con su padre en Vafer-Tor para pedir un nuevo cargamento de Plomeek dirigido a su persona; y durante la conversación no pudo evitar dejar salir a flote sus preocupaciones, las cuales pronto eran compartidas por su progenitor.

Sarek miró a su hijo con aprensión a través de la pantalla.

- "El médico en jefe del Enterprise muestra gran lógica en sus palabras. Tu madre fue uno de los especímenes de la raza humana más saludable que he conocido, y aún así su embarazo tuvo cierto nivel de riesgo. Es sabio que tomen cuidados extras para con el capitán Kirk."

Spock asintió a lo dicho por su padre sin poder evitar mostrar su preocupación una vez más.

- "Spock, si hay algo más en lo que pueda brindarte mi apoyo... desearía poder hacer más por ti y tu elegido."

- "Negativo sa-mekh, el apoyo que nos brindas a mi pareja y a mi es más que suficiente. Toda acción de contingencia ya ha sido tomada tanto por el doctor McCoy como por mi persona en lo que a mi T'hy'la se refiere. Si se da cualquier cambio en la salud del capitán, ten por seguro que serás informado de inmediato."

Sarek asintió con suavidad, siendo consciente de que a pesar de sus palabras y su actitud, Spock debía de estar emocionalmente comprometido por las actuales circunstancias.

Lo mejor era no agregar más leña al fuego, tal como Amanda solía decir.

- "En ese caso Spock, me despido por ahora. Paz y larga vida, hijo mío."

- "Larga vida y prosperidad, sa-mekh."

Y la comunicación fue cortada, y de cierta manera Spock se sintió un poco menos tenso luego de haber compartido sus inquietudes con alguien además del galeno de la nave.

El primer oficial chequeó la hora con su cronómetro interno y concluyó que su pareja debía de estar ya por volver de su visita mensual de rutina a Ingeniería, así que decidió replicar la cena para ambos, para así tomar juntos los alimentos de la tarde.

Efectivamente 14.8 minutos después, Jim ingresaba a su camarote, el cual ahora ambos compartían, con los ánimos un poco bajos y una clara muestra de cansancio. Si no fuese por la testarudez del rubio humano, Spock trataría de convencerlo de hacer turnos de 4 ó 6 horas máximo al día, pero sabía que Jim se tomaría como una ofensa dicha sugerencia, así que evitaba dar a conocer sus pensamientos al respecto.

- "Ey cariño... ya llegué."- saludó el rubio en un intento de mostrar buen humor y algo de coqueteo.

Spock decidió seguir la corriente.

- "Bienvenido Jim."- saludó mientras se acercaba al rubio, lo besaba suavemente en los labios y lo encaminaba a la pequeña mesa donde usualmente comían juntos, cuanto no estaba puesto el tablero de ajedrez tridimensional.

- "¡Oh vaya! Filete, puré de papas y doble ración de helado de Plomeek... alguien está tratando de tener suerte conmigo esta noche."- bromeó el rubio mientras tomaba asiento en la mesa.

- "Es una posibilidad."- devolvió el medio vulcano la broma y fue recompensado con un ligero sonrojo, una sonrisa cristalina y la sensación de seguridad que embargaba a su pareja al saberse aún deseado a pesar de la apariencia que presentaba.

Ilógico. Jim se veía cada día más deseable, sobre todo ante la cada vez más visible presencia de la descendencia de Spock creciendo en el interior de su cuerpo. Pero los humanos eran, después de todo, seres poco lógicos y vanidosos; y Jim era el epítome de ambas características humanas en la opinión del medio vulcano.

Comieron sin prisas mientras compartían lo que habían hecho ese día mientras no estuvieron juntos, además de que Jim se encargó de transmitirle a Spock las últimas noticias del almirante Pike sobre los avances de la normativa que permitía la presencia de familias en ciertas naves de la Flota, incluidas las de clase Constelación como lo era el Enterprise.

- "Y parecen noticias prometedoras. Si Chris mueve las fichas adecuadas, nuestro pequeño Orejitas será un miembro oficial de la tripulación desde el momento de su nacimiento."

"Ese sería sin duda un escenario aceptable para el bebé."- respondió Spock en su habitual tono neutral, pero con un brillo de regocijo en sus ojos oscuros.

Jim dejó los cubiertos sobre el plato y Spock notó con satisfacción que más de 3/4 partes de la cena habían sido consumidas, y que el rubio parecía dispuesto a devorar el postre. Perfecto.

- "¡Spock! Casi lo olvido. Bones me dijo que sería posible conocer el sexo de Orejitas en el próximo chequeo ¡Casi no puedo esperar a la próxima semana! Quiero saber que vamos a tener... ¡Imagínate si tenemos una niña! Voy a tener que aprender a hacer peinados y organizar pequeñas fiestas de té para sus peluches... Eso sería fantástico."

Spock miró a Jim sorprendido. Hasta el momento el rubio no había expresado su deseo por tener un niño o una niña, y el medio vulcano había asumido que aquello no era de importancia para su humano. Al parecer se había equivocado.

- "Entonces ¿Preferirías una niña, ashayam?"

Un par de ojos azules lo miraron asombrados y Spock asumió que ni siquiera el rubio se había terminado de plantear aquello del todo.

- "Mmm... bueno, sea niño o niña igual voy a enseñarle cosas como ajedrez y a hacer pasteles y llevarlo o llevarla de campamento ¡Y a ser el o la mejor capitán de una nave Interestelar!"- Jim rió un poco ante sus propios pensamientos- "Pero... las niñas son, ya sabes, más amorosas con el padre o por lo menos es lo que he escuchado. Y de todas maneras la familia está llena de hombres, contigo y conmigo y Selik y tu padre... y hasta incluyendo a mi hermano Sam y mi sobrino Peter. Creo que debemos poner un poco más parejo el marcador."- Jim ofreció otra sonrisa antes de tomar otra cucharada de helado y continuar- "Pero si es un niño... igual ya lo adoro más que a nada en el universo. Excepto por ti, claro."- y si, Jim ofreció otra sonrisa coqueta a su vulcano.

Spock asintió con una ligera sonrisa en la comisura de los labios. Él también tenía sentimientos similares hacia el feto, ya lo amaba más que a nada en el universo, a excepción de su T'hy'la.

Jim terminó el postre y se levantó para disponer de los platos y cubiertos usados, pero Spock lo detuvo alegando que él lo haría todo. Jim infló un poco las mejillas en señal de fastidio, pero pronto aceptó dejando salir un suspiro un tanto cansado. Fue a asearse y luego volvió al camarote, donde se dedicó a observar a su pareja.

- "Spock."- finalmente llamó Jim su atención- "¿Te molesta si saco un cobertor extra de tus habitaciones? Últimamente siento algo de frío por la noche, pero no quiero aumentar la temperatura. Quiero un cobertor extra... o dos."

Spock alzó una ceja inquisitiva, pero no iba a discutirle a un Jim embarazado su necesidad de disponer de una mayor cantidad de abrigo en la cama, y de todas maneras a él no le molestaba.

- "Tengo tres cobertores en el armario de mi habitación principal, eres libre de traer los que gustes ashal-ve."

Jim le sonrió a Spock y fue en busca de los cobertores casi en un parpadeo, mientras Spock terminaba con la limpieza del área de alimentación y luego procedía a asearse en el baño, tras lo cual volvió a la habitación y se dirigió a preparar la cama para ambos.

5 minutos después, Jim regresaba al camarote con más que los tres cobertores entre los brazos.

- "Spock ¿Y esto? ¿Tocas?"

El primer oficial enfocó su mirada en Jim, notando la lira vulcana que su madre le había regalado cuando cumplió 10 años estándar y la cual no había vuelto a tocar desde que dejase su natal Vulcano para enlistarse en la Flota Espacial. Sus facciones se suavizaron casi de inmediato.

- "Hace mucho que no practico, pero aún tengo el conocimiento para tocar la lira; sin embargo Jim, no aseguro que mi performance sea la adecuada."

Una enorme sonrisa se instauró en el rostro del humano.

- "Vaya, quien lo diría. Hay un artista en la familia... Apuesto a que tocas muy bien."

- "¿Desearías que toque algo para ti?"

- "Mas tarde. Me parece recordar que alguien intentaba tener suerte conmigo... creo que ese alguien lo ha conseguido."

Spock no se hizo de rogar. Tomó a Jim entre sus brazos como al más preciado y delicado de los tesoros y lo llevó a la cama, donde lo desnudó con tortuosa lentitud para luego besar cada centímetro de la piel de su amado, dando el doble de atenciones en los puntos más sensibles, como lo eran ahora las tetillas cada vez más generosas en el pecho del rubio.

Al final Spock tuvo a Jim justo como lo deseaba, jadeando y suspirando de placer contra su cuerpo, descargando su esencia hasta quedar laxo sobre su pecho.

Spock no pudo evitar pensar, mientras observaba a su amado humano dormir libre de preocupaciones y terrores nocturnos, que no podía permitirse perder aquello por nada en el universo.

Fue por eso, cuando dos días después el capitán se desmayó de improviso en el puente en medio del turno alpha, que Spock casi entró en pánico pero se las ingenió para mantener la compostura y dejar al teniente Sulu a cargo mientras llevaba a Jim a la enfermería.

Afortunadamente solo fue un desmayo sin mayores consecuencias, pero Spock no podía quitarse la culpa de encima. Después de todo, la responsabilidad por la condición de Jim era por completo suya.

Un suspiro escapó de sus labios mientras tomaba la mano de Jim en la suya.

- "Tranquilo Spock, Jim va a estar bien. Es más, estoy seguro de que despertará en cualquier momento"- McCoy dijo a su lado en un tono de voz extrañamente cálido.

Spock solo asintió.

McCoy suspiró de manera bastante audible y frustrada.

- "Escucha Spock. Siento todo lo que dije aquel día, o por lo menos la manera en que lo dije. Te puse un peso extra sobre los hombros y no te lo merecías... para hacer una vida en común se necesita a dos personas dispuestas a correr todos los riesgos, y Jim está más que dispuesto."- el hombre se movió incómodo sobre su sitio- "Es solo que no quiero perder a mi mejor amigo, sobre todo cuando fue ese mocoso busca líos el que me sacó de mi depresión tras el divorcio; apareció justo cuando mi vida estaba en su peor momento y lo hizo todo más manejable. Tan solo... hagamos lo que sea necesario para mantenerlo entre nosotros y en buen estado ¿Te parece?"

Spock asintió una vez más sin decir palabra alguna, y tras un par de minutos sintió la mano de McCoy en su hombro, en clara señal de apoyo y luego el doctor lo dejó a solas con el rubio.

El medio vulcano sabía que el doctor había hablado con sinceridad minutos antes, pero aún así no podía sacarse la culpa por la condición de Jim.

Pronto el rubio comenzó a reaccionar, y con alivio Spock lo vió abrir los ojos y mirar alrededor algo desubicado, para finalmente posar la mirada azul sobre su persona.

- "Ey... ¿Qué pasó?"

Spock procedió a explicar lo sucedido, obviando ciertos detalles como su sensación de culpa y las palabras del galeno.

El rubio hizo una mueca.

- "Supongo que es mi culpa. No me sentí bien esta mañana y me seguí sintiendo raro durante el resto del día. Debí de venir a ver a Bones por mi cuenta... pero ya sabes que sus dominios no son mi lugar favorito."

- "Tranquilo ashayam, ahora todo está bien. Sin embargo, en un futuro, has el favor de comunicarme cualquier molestia que experimentes, me proporcionarías un gran alivio al hacer eso."

Kirk aceptó y pronto volvía a cerrar los ojos, pero esta vez para dormir. El hombre estaba drenado, Spock podía sentirlo a través del vínculo.

Y tan solo por eso Spock volvió a sentir la carga de la culpa sobre sus hombros.

Definitivamente Leonard McCoy había tenido razón al decir que el estado de Jim era responsabilidad de Spock, pues era el dominio de los genes vulcanos sobre los humanos lo que estaba ocasionando la actual situación.

Pero Spock estaba dispuesto a todo, absolutamente todo para evitar perder a Jim, aún cuando eso significase guardar el bienestar del humano con el mismo celo de un fiero y fiel sehlat.


Fin del quinto capítulo.


Notas de la autora:


¡Hola a todos!

Dije que iba a continuar y he aquí el penúltimo capítulo. Por favor, vayan bajando las antorchas y los trinches.

Bueno, me salió un poco angst el capítulo, pero era así como debía de ser. Los embarazos de riesgo no son cosa de juego y todos los involucrados pasan momentos realmente angustiantes cuando se da uno. Pero tanto Spock como el buen doctor McCoy están dispuestos a que todo salga bien, esperemos que puedan lograrlo.

Nos vemos pronto en el siguiente y último capítulo, traten de no mandar ninjas por mi hasta entonces. Y a todas aquellas personas que han marcado esta historia en favoritos, que están siguiendo el fic y/o dejan tan bellos comentarios, muchas gracias. Son quienes me animan a seguir con mis historias.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

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