Kiba contuvo otro grito pero se quejó internamente de lo poco que duraba la pila a los celulares. Dudo un poco en si debía entrar a pedirle otra vez su número, pero creyó que se sentiría todavía más acosado el chico, por lo que resignado espero unos minutos para ver si salía Naruto, cuando vio que no salió se dirigió a su casa.
Llegando a su casa Kiba preparo carne asada para comer, después puso a cargar su celular y se acostó un rato quedándose dormido después de diez minutos, se sentía ya más tranquilo, tal vez no del todo contento pero mínimo ya no se sentía mal.
Despertó a las 7:40 y sin saber qué hacer, tomo su laptop para pasar un rato el tiempo, vio durante un tiempo videos, pero se aburrió tiempo después, no sabía qué hacer, cuando se le ocurrió la idea de buscar a Naruto en una conocida red social. Escribió su primer nombre que era el que sabía, y que pensó que con eso era suficiente, ya que era al único que conocía con ese nombre, pero cuando solo bastaba darle buscar, se arrepintió y borro el nombre. Se sentía aburrido y siguió dando vueltas unos minutos más por internet, cuando ya estaba a punto de apagar la computadora, se le ocurrió una idea de que sería lo que podría hacer.
Busco “café dulce y amargo” y no tuvo problema para encontrar el horario del café. Eran las 8:40 y el café cerraba a las 9, todavía alcanzaba a ir antes de que cerraran y ver si encontraba a Naruto, tenía ganas de platicar, salir y divertirse, y sentía que él era la persona correcta para eso, así que sin pensarlo más, tomo su celular y salió.
Condujo tranquilamente y sin prisas, sentía el aire fresco en el cuerpo y eso lo tranquilizaba. Llego faltando cinco a las nueve y se estaciono justo enfrente, se bajó de la moto y se quedó mirando desde afuera como era que acomodaban todo para cerrar, subir sillas, terminar de lavar platos, contar el dinero y finalmente apagar las luces.
Espero a que salieran todos, uno por uno iban dejando el establecimiento para tomar rumbos distintos, no sin antes despedirse de sus compañeros de trabajo. Empezaba a creer que quizás Naruto no saldría, que tal vez el saliera más temprano, pero igual espero hasta que salieran los dos últimos empleados que parecía quedaban dentro. Salió un desconocido que sin decir nada, camino hacia la derecha silenciosamente. Ya solo quedaba uno, tardo dos minutos más en salir, cerro con llave el local y empezó a caminar en la misma dirección que el anterior empleado.
Kiba reconoció a ese último chico y sin pensarlo grito su nombre para que volteara, ya que al parecer no lo había visto.
- NARUTO.
- ¿Kiba? – dijo dudando el chico volteando a ver quién lo llamaba.
- Vamos yo te llevo.
- Pero todavía no sabes a donde voy.
- No importa, tú solo dime y ahí iremos.
- Pensé que me llamarías, no que llegarías así de repente – dijo Naruto mientras cruzaba la calle hacía él.
- Se me descargo el celular justo antes de guardar tu número, pensé en entrar para pedírtelo nuevamente pero creí que ya te sentías suficientemente incomodo conmigo.
- Jeje no diré que no – dijo Naruto nervioso.
- Espero no le hayas pasado tu número a nadie más – bromeó Kiba.
- No todos son tan directos como tu jajaja – alego este ya más tranquilo.
- Vamos no me digas que siendo tú, no te piden tú número varias veces al día – siguió el juego Kiba.
- Para nada.
- ¿Chicas? – pregunto Kiba, al no ver respuesta continuo - ¿Chicos?
- No y no.
- ¿Así que soy el único interesado en salir contigo hoy?
- Pensé que solo querías llevarme a mi casa y mi número – respondió Naruto nervioso por el rumbo que estaba tomando la conversación.
- Lo que tú digas está bien, siempre y cuando me aceptes mínimo esas dos.
- ¿Sabes que darle toda esa información a un extraño es peligroso? – dijo Naruto recordando los anteriores regaños.
- Tienes razón, es solo que perdí a un amigo de muchos años, se siente extraño que ya no esté aquí y es raro, pero tú me has hecho sentir mejor.
- Vaya, lo siento – dijo Naruto sin saber muy bien que decir - ¿Cómo murío?
- No murió, solo un día tomo sus cosas, dijo que buscaría una nueva vida y se fue sin decir una palabra – respondió mientras por su mente pasaban recuerdos.
- No lo entiendo.
- Yo tampoco – dijo Kiba mirando el piso – pero sabes, siento que tú eres especial – y miro a Naruto a los ojos.
- ¿Por qué dices eso? – dijo dudoso.
- Solo hace falta mirarte para saberlo – dijo mostrando una sonrisa.
- Así que siempre eres tan formal y halagador con los chicos que te gustan ¿Eh? – dijo Naruto serio, empezaba a dudar de las buenas intenciones de Kiba, algo le hacía sentir que ese no era su verdadero él.
- Jajajajajajaja ¿Formal yo? – empezó a carcajearse Kiba - ¿Qué no ves como vengo vestido?
- No te burles, que el que viene sucio y del trabajo soy yo – respondió algo molesto.
- Pero te aseguro que si me acerco a tu cuello y lo huelo, será el olor a café el que me llegue y no a sudor como conmigo – dijo seductoramente y a la vez en broma.
- No es cierto.
- Podríamos comprobarlo – sonrió Kiba y se acercó un poco a él.
- Así está bien – dijo Naruto creyendo que de verdad lo haría.
- Toma – dijo Kiba entregándole su celular – si desconfías de mí ya sabes que puedes pedir ayuda.
- No es como que te vaya a aceptar que me lleves a mi casa de todos modos, es temprano todavía alcanzo camión – dijo Naruto pero de todos modos tomando el celular.
- Mejor cuéntame cómo te fue con tu dibujo.
- Ni me recuerdes, el dueño dijo que parecía hecho por un niño de kínder, que no se entendía nada de lo que tiene.
- Vamos no puede ser tan malo, enséñamelo.
- Más vale que no te burles – dijo Naruto extendiendo la cartulina para que la viera Kiba.
- Muy interesante – dijo Kiba mirando fijamente la imagen.
- ¿Qué quieres decir con eso? – dijo molesto, creyendo que se burlaba de su dibujo.
- ¡YA LO VI! – grito Kiba emocionado – esta genial, me sorprende, te dije que te quedo muy bien.
- ¿En serio? Dime que es lo que ves – dijo Naruto emocionado.
- Veo un conejo comiendo cereal con un tenedor – respondió Kiba asombrado por la imagen.
- ¿De qué hablas? Es una expresión de lo que siento, no hay conejos comiendo cereal y menos con tenedor.
- Mira yo te enseño – dijo Kiba sosteniendo el lado derecho de la cartulina para que Naruto tomara el otro extremo y se asomara a ver su creación.
- Mira aquí está el conejo – dijo Kiba señalando un grupo de líneas y círculos – y aquí está su patita con el tenedor – señalo otro grupo de trazos que parecían al azar – y aquí está el cereal – agrego felizmente.
Pasaron diez minutos en los que Naruto alegaba que él no veía nada de eso y que solo se estaba burlando de su dibujo, pero lentamente fue viendo las cosas que decía Kiba y alegrándose por ver que a alguien le gustaba lo que hacía, aunque no fuera de la manera que él había pensado.
- De todos modos tendré que tirarlo, no creo que a la gente le guste ver algo así – dijo Naruto sintiéndose mejor.
- Para nada, este dibujo me lo quedo yo – dijo Kiba tomando el dibujo de las manos de Naruto – yo lo quiero.
- ¿Pero para que quieres algo así? – pregunto dudoso.
- Lo colgare en mi habitación, será genial poder despertarme y verlo – al no ver muy convencido a Naruto agrego – tómalo como mi paga por traerte hoy.
- Está bien.
Siguieron platicando durante media hora y Kiba actuaba cada vez más natural, cosa que le gustaba a Naruto, ya que se sentía con más confianza y cada vez creía menos que le fuera a hacer algún mal.
- Rayos 9:45 ahora si me quede sin camión – dijo Naruto al ver su celular.
- Pero no sin mí, yo te llevare – dijo Kiba feliz.
- Veo que ahora si ni como decir que no – dijo apenado.
- ¿Dónde vives?
- Calle Naranjo, entre Durazno y Fresa – dijo Naruto temiendo que le dijera que era demasiado lejos para él, que solo lo acercaría un poco.
- Súbete – dijo Kiba subiéndose a la moto.
- En serio perdón – dijo Naruto subiéndose detrás de él.
- Créeme que pasar este rato vale mucho más que ir hasta allá.
Naruto se agarró firmemente de la parte trasera de la moto, creía que por ser noche habría menos tráfico y tal vez Kiba aceleraría más.
- Sabes que puedes hacerlo, no me molesta – dijo Kiba y momentos después volteo para atrás.