Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juego final [SeKaiSoo] por FlyToXin

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiiiii, sorry sorry sorryyyyy. Sé que les prometí con más capítulos pronto pero por cosas personales y que no he podido recuperar los otros capítulos pues se ha retrasado todo, también dar las gracias a lxs fieles seguidores que me siguen en FB, por informarme de que me han copiado la adaptación y se lo llevado como si fuera de ellos que lo han subido a wattpad, cuando yo al principio cuando subí esta adaptación me banearon 3 veces y me cerraron la cuenta, por eso dejé de sbirlo por ahí y dejarlo en esta plataforma que es más segura. Pero hace unas semanas me han dicho que han vuelto a subir mi fic como haciendo que esta adaptación es suya. En fin, pero todo arreglado, GRACIAS por el apoyo y paciencia que me han dado hasta ahora.

Ahora siiiiiii, voy a actualizar todos los capítulos que me queda y voy a finalizar al fin esta trilogía. Espero que lo disfruten tanto como lo hice yo al adaptarlo.

 P.D.: Habéis escuchado el albúm ¨The War¨asdfghjkl yo estoy loca por la canción y la coreografía de ¨The Eve¨!!! Ahora si les dejo que lean tranquilxs! <3

POV SEHUN



Fue más que evidente y ninguno de los dos tuvo que decir nada. La mirada que cruzamos bastó para que él se diera cuenta de que yo sabía que KyungSoo y él estaban juntos y creo que Jongin tuvo bastante claro entonces que yo era plenamente consciente de la situación. Pero entonces... ¿por qué siguió el silencio?

 

Temí que explotara. Jongin es una persona contenida por lo general, pero cuando acumula mucho dentro de él, el resultado no suele ser bueno. Lo imaginé gritándome que era un egoísta. Casi me lo merecía, aunque no lo hiciera tanto por egoísmo como por necesidad. No lo sé. Es todo confuso. No fueron días fáciles.

 

Pero nada pasó. Nada. Quizá la calma que precede a la tempestad, no lo sé. Me planteé entonces dejarlo estar, ceder, entrar en su habitación y decirle: «Jongin, lo sé. ¿Qué quieres que hagamos al respecto?». Recordaba los días de universidad tan vívidos como si hubieran ocurrido, todos condensados, el día anterior. Pero el día anterior, en realidad, lo que hicimos fue recordar viejos tiempos y sentirnos un poco como entonces. Fue reconfortante. Fue...

 

Me di cuenta de cuánto necesitaba yo aquella sensación, porque era lo único que aplacaba al vacío. Y entonces recordé por qué cojones me había quedado en Seúl después de terminar la carrera, por qué había aceptado un puesto de contable y por qué nunca había escuchado a esa voz que me decía que no era mi sitio. Todas las preguntas tenían la misma respuesta: Jongin aplacaba el vacío. Me hacía sentir parte de algo. Necesario. Vital. Irremplazable. Cuando estaba con él, cuando construíamos codo con codo algo, el vacío desaparecía.

 

Una vez mi padre me dijo que eso que yo decía sentir dentro era lo que algunos llaman «vacío existencial» y que, si sabemos usarlo en nuestro beneficio, puede ser un potente motor de búsqueda.

 

—¿Búsqueda de qué?

 

—¿Quién sabe?

 

No. Seguía sin saberlo. ¿Por qué mierdas iba alguien a lanzarse al vacío? ¿Para saber qué se sentía? Estaba prácticamente seguro de que lo que hubieras sentido se iba al carajo cuando te estampabas contra el suelo. ¿Estaba a punto de estamparme yo?

 

Hyuna insistió mucho en que nos viéramos, pero la ignoré. Sabía lo que quería decirme. Sabía que iba a mirarme con esos ojos exactos a los míos y me iba a dejar claro que estaba jugando a algo que me iba a hacer perder mucho más de lo que pensaba. Utilizaría esa expresión tan suya: «Te quedarás hasta sin la camisa». Y yo le diría que no, que estaba controlado, que Jongin y yo lo arreglaríamos a nuestra manera, cuando la única forma en la que yo quería que acabase era... de la mía. Jongin y yo siempre fuimos como dos caras de la misma moneda. Encajamos desde el primer momento como si tuviéramos que hacerlo por obligación, porque, seamos sinceros, otro chico, otro que no fuera como yo soy, no se hubiera implicado como lo hice cuando los padres de Jongin murieron. Y no quiero decir que yo sea una hermanita de la caridad. Solo apunto la evidencia: no me gusta la gente, pero no me gusta estar solo; me cuido muy mucho de estar rodeado de aquellas cosas que sí me hacen sentir cómodo. El ser humano es mucho más egoísta de lo que cree. Por supuesto que sentí lástima por Jongin y que quise hacer algo bueno; por supuesto que le apreciaba y supongo que le quería ya como amigo, pero lo que realmente me empujó a ser el mejor amigo que nunca pudo ni siquiera imaginar fue la necesidad de que él siguiera siendo el mismo, que no cambiase. Un toma y daca. Un equilibrio.

 

Pero siempre nos faltó algo. Siempre. El sexo llenaba parte, pero una vez desaparecía el placer, volvíamos a sentirnos de la misma manera. Sí, cómodos con lo que hacíamos, a gusto con nuestro cuerpo y nunca avergonzados. Que nos gustara jugar en pareja con una chica nunca nos pareció un problema. Era... una singularidad. Un día, de casualidad, nos vimos en esa situación y cuando ella se marchó los dos nos miramos con la misma expresión, una en la que se leía: «Quiero repetir». Y sí, al principio fue extraño habituarse a algo tan poco convencional, hasta que decidimos que nosotros también éramos poco convencionales y que las tradiciones impuestas no nos iban. Nos convencimos, aunque el sexo siguiera siendo una solución temporal para lo que faltaba en nuestras vidas. Y un día..., joder. Un día sencillamente KyungSoo lo llenó. Todo, por completo. No sé decir cuándo fue o qué hizo para conseguirlo. Solo sé que... lo llenó todo. Nos llenó. Equilibró lo poco desmedido que quedaba entre nosotros y yo creí que sería para siempre. Con él, cuando el placer desaparecía, quedaba una sensación serena. Amor le llaman. No es lo único y supongo que uno puede vivir sin él, pero es algo que hace la vida muchísimo más dulce. Y, crea lo que crea la gente, todos lo buscamos en mayor o menor medida.

 

¿Era demasiado bueno para ser verdad? Era... el nexo de unión definitivo. Lo que los dos

necesitábamos para convencernos por fin de que, ya estaba, no había más mundo por explorar porque lo que teníamos nosotros no sería mejorable por nada. Por nada.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).