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¡Ten hijos para esto! por Fullbuster

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El roce de aquellos suaves labios despertaba en Naruto la necesidad de permanecer al lado de aquel hombre, del mejor Ninja que Konoha podía tener y desear. Él le deseaba. Desde que era un niño lo había admirado, su fortaleza, su valentía, su ética, esa rígida moral y sus duros entrenamientos, todo en él le gustaba y le llamaba la atención, le atraía inevitablemente pero cuando sintió el empujón hacia atrás, comprendió que había cruzado una raya que jamás debió ser perpetrada.


- Lo siento – susurró un cohibido Naruto al ver el rostro confuso de Itachi – lo siento mucho – se sonrojó de inmediato sin saber qué hacer.


- ¿En qué pensabas, Naruto? – preguntó Itachi - ¿En qué cabeza cabe hacer algo así? Eres mi primo.


- Y aun así no puedo evitarlo. ¿Crees que no me he repetido eso un millón de veces? Cuanto más lo pienso más te deseo. No hay forma de que pueda apagar este fuego que me carcome por dentro cada vez que te veo. Sufro todos los malditos días que sales de la Villa a una misión y estos últimos meses han sido un suplicio. Sabía que ibas con un miembro menos y temía que te ocurriera algo.


- No puede ser Naruto. Tienes que olvidarte de esos sentimientos. Tú y yo no… no puede haber nada entre nosotros. Somos familia.


- ¿Sabes qué? No lo siento, no voy a disculparme contigo de nuevo por hacer lo que tanto he deseado, volvería a hacerlo si tuviera la oportunidad.


- No habrá otra Naruto.


- ¿Por qué no soy suficiente para ti? ¿Es porque no soy un Uchiha? ¿Es porque no tengo el sharingan? ¿Ni siquiera te atraigo un poco?


- No – le dijo Itachi cortante – No me atraes nada, Naruto.


Itachi se marchó de allí tan rápido como pudo, poniendo distancia con su primo. ¿Cuántas veces había hecho eso? ¿Cuántas había puesto distancia de por medio? Ni siquiera había entrenado con él. Mentía, claro que mentía, él era el mayor mentiroso de la Villa, el espía, el que nunca decía ni una verdad. Amaba a ese chico pero sabía de sobra que esos sentimientos debía enterrarlos.


Naruto era su primo, tenía al Kyuubi dentro de él, a ese demonio que sólo un Uchiha podía controlar. Ni siquiera se había tomado una decisión sobre qué hacer con Naruto, todos temían que un día se descontrolase el poder del zorro como le ocurrió a Minato, temían que Naruto se quedase embarazado y quizá por eso todos trataban de unirle con alguna mujer, para evitar que pudiera quedarse embarazado, para que fuera él quien engendrases al niño y no quién pasara por el parto.


- Maldita sea Naruto – maldijo por lo bajo Itachi impulsándose en una de las ramas del árbol - ¿Por qué tenías que enamorarte de mí con todas las mujeres que hay en la Villa?


Bajó del último árbol al suelo envuelto en una nube de humo que no pasó desapercibida para Sasuke, quien estaba sentado en el porche de la casa con la espalda apoyada contra uno de los pilares de madera. Sus pies descalzos se relajaban acariciando la suave hierba del jardín aunque sus ojos reflejaban preocupación o quizá… tristeza.


- Espero que tu día haya ido mejor que el mío – comentó Sasuke.


- Lo dudo mucho – dijo enfadado marchándose hacia dentro.


Sasuke se quedó mudo de la impresión. No sabía si sentir curiosidad o miedo. Que su hermano mayor perdiera los estribos no era algo habitual, él siempre tenía todas las situaciones bajo control. ¿Qué podía haberle pasado para que llegase así? No estaba seguro de si realmente quería llegar a saber eso.


Escuchó la puerta de su hermano cerrarse con un fuerte golpe, estaba cabreado por algo y en ese estado, era mejor dejarle hasta que se le pasara. Sasuke resopló un segundo antes de dejarse caer sobre la madera del pasillo del porche dejando los pies todavía en el césped. Últimamente todo le salía mal y es que… se había enamorado de la única persona que jamás se fijaría en él.


- ¿Cómo te aparto de mis pensamientos? – se preguntó Sasuke.


Todo el mundo decían que Kakashi era el Ninja copia, el Ninja de las mil técnicas y aunque era muy bueno, poca gente quería trabajar con él. Minato una vez le contó que siempre había sido muy silencioso, reservado y que era realmente bueno, pero no fue hasta que perdió a sus dos compañeros de equipo cuando cambió y empezó a comportarse como una persona más preocupada. Aun así la gente no quería trabajar con él, temían que saliera como su padre, un traidor.


Sasuke no había querido decir nada de sus sentimientos. Kakashi apenas podía mirarle sin sentirse culpable, sus padres ni siquiera hablaban con él pese a ser su profesor, quizá porque a todos en el clan Uchiha les resultaba duro y difícil volver a entablar relación y confianza con un Hatake después de lo que ocurrió con Sakumo y él como muy idiota… se había enamorado de ese amor imposible.


Podía tener a la mujer que quisiera, tenía todo un club de fans a sus espaldas persiguiéndole todo el día. Era muy molesto. Nunca había dicho nada acerca de sus gustos o preferencias. Quizá por eso corrían rumores extraños. Según las chicas de la aldea, creían que a él le gustaban las mujeres de cabello largo y todas se habían dejado crecer el pelo ¡Que equivocadas estaban!, a él le daba igual el cabello, su longitud o su color, lo que le gustaba era que tuvieran otra cosa bajo el pantalón y eso no podía lograrlo ninguna mujer.


- ¿Está tu hermano en casa? – escuchó que una melodiosa voz le preguntaba.


Sasuke se incorporó con rapidez al reconocer la voz de Naruto. Sonaba tan preocupado y frustrado, por alguna razón, empezó a pensar que él tenía algo que ver con el enfado de su hermano.


- Está en su cuarto. Parece enojado – comentó Sasuke.


- Ya imagino.


- Déjame adivinar… ¿No te contuviste?


- No soy como tú. No puedo simplemente quedarme impasible viendo como alguien a quien quiero tanto se aleja cada vez más.


- Sabes que es complicado – suspiró Sasuke – me gustaría poder ir y decírselo pero… me rechazará, no quiere saber nada de los Uchiha y para mi desgracia en este caso, soy uno… soy el sobrino del hombre al que traicionó su padre.


- ¿Por qué el amor es un asco? – preguntó Naruto intentando sonreír.


- No lo sé.


Ambos resoplaron juntos, como hermanos y es que así se habían visto toda su vida. Siempre discutiendo, siempre enfrentándose y a la vez, siendo los mejores amigos, siendo familia y apoyándose, pasara lo que pasara ellos siempre estarían juntos. En aquel momento, Naruto empezó a reír como solía hacer llamando la atención de Sasuke.


- ¿Qué te ocurre?


- Es que no me puedo creer que estemos de acuerdo en algo por primera vez en la vida.


- Supongo que tiene su parte graciosa – sonrió Sasuke – no esperé estar de acuerdo con un cabeza hueca como tú, pero es cierto, el amor es un asco.


- Tu hermano jamás se fijará en mí – susurró Naruto volviéndose cabizbajo una vez más.


- Le importas mucho, Naruto. Él siempre te observa, te vigila, quiere que estés bien.


- Pero no me ama.


Sasuke mantuvo el silencio. Nunca había sido un chico que tuviera grandes cosas que decir y mucho menos… había dado buenos consejos, él no era como su familia, no sabía qué hacer o cómo hacerlo. De ahí que estuviera en esa encrucijada sin ser capaz de confesarle a su profesor que le amaba pese a que todos le considerasen un traidor, él no lo hacía, no podía llamarle traidor a la persona a la que amaba. Quizá el amor le estaba volviendo loco.


- Díselo, Sasuke – comentó Naruto – siempre estarás con esta duda sino se lo dices. Puede que venga alguien y te lo quite. Kakashi es muy cotizado por algunos Ninjas.


- Estoy convencido que ahoga sus penas en algún bar por las noches – confirmó Sasuke – le he seguido un par de veces y aunque no me dejan entrar al local, imagino que se emborrachará.


- ¿Qué te preocupa de ir a decirle las cosas?


- No lo sé, su rechazo. Que no vuelva a mirarme como lo hace…


- Sasuke… él no nos mira como lo hace con los demás, somos su cruz, le recordamos todos los días lo que su padre hizo a nuestro clan, es una tortura para él tenernos.


- Pero nos eligió él para su equipo.


- Porque quería redimirse, quería intentar conseguir el perdón del clan y lograr que fuéramos grandes Ninjas y que no nos matasen ni nos engañasen como hizo su padre, lo hace solo porque se siente culpable de lo ocurrido. Sasuke… Eres atractivo, con un gran físico, inteligente y orgulloso, eres todo lo que media villa desea, ve allí y seduce a Kakashi, tú puedes hacerlo. Sé que puedes.


Sasuke se incorporó algo más animado. Su mejor amigo tenía razón, debía lanzarse y atacar antes de que alguien lo hiciera. Había empezado a caminar cuando algo le hizo girarse de nuevo. Se sentía mal por Naruto, él no le había podido ofrecer nada a cambio de la ayuda que ese rubio le había dado.


- Itachi es un gran mentiroso – le dijo Sasuke – pero su cabeza piensa una cosa y su cuerpo otra muy diferente. Si empieza a razonar estás perdido, siempre te va a mentir y estará dos pasos por delante. No hagas caso de lo que te diga, sino de cómo veas que reacciona.


Naruto sonrió dándose cuenta que Sasuke tan sólo trataba de ayudarle. No dijo nada, mantuvo el tenso silencio viendo como aquel moreno que traía de cabeza a media villa se marchaba de allí un poco más animado. Quizá cuando llegase a la casa de su profesor los nervios se apoderarían de él, pero por el momento, parecía bastante tranquilo, tal y como siempre aparentaba Sasuke. Él era un verdadero Ninja, aún recordaba su primera misión fuera de los muros. Mientras Naruto se había asustado al ver al Ninja, Sasuke los había derrotado como si hubiera hecho eso toda su vida. Era un chico increíble.


Cuando Sasuke se perdió de vista por el final de la calle, Naruto respiró hondo y se levantó para ir hacia la habitación de Itachi. La conocía de sobra. Muchas noches se había quedado allí a dormir cuando era más pequeño, cuando sus padres tenían que trabajar o incluso cuando Naruto exigía quedarse en casa de su tío para poder entrenar o jugar con Sasuke.


Tocó la puerta de la habitación de Itachi pero no escuchó nada, así que volvió a tocar una vez más, esta vez hablando él para que supiera de quién se trataba. Escuchó un resoplido y finalmente, le cedió el paso. En cuanto abrió la puerta, se encontró a Itachi recostado en su futón, ni siquiera le miraba.


- ¿Podemos hablar de lo ocurrido? – preguntó Naruto.


- No hay mucho de qué hablar. Te has confundido conmigo.


- Yo creo que no. Llevo muchos años sintiendo esto Itachi y nunca he dicho nada, no quería molestarte pero no aguanto más, necesitaba que lo supieras.


- Esto no puede ser Naruto.


- ¿Por ti, por mí o por el clan? – preguntó Naruto acercándose con lentitud hacia él hasta arrodillarse a su lado.


- Por todo – aclaró Itachi mirando aquellos tristes ojos azules que trataban de comprender por qué no podían estar juntos.


- ¿No me amas ni siquiera un poco? ¿Ni siquiera la más mínima atracción? Aunque sólo sea el deseo, ni siquiera amor.


- No, Naruto. Eres mi primo.


- ¿Entonces por qué tiemblas cuando me sientes cerca de ti? – le dijo acercando sus labios hacia los del mayor. Estaba a punto de rozarlos, podía sentir el aliento de Itachi chocando contra sus labios, veía cómo empezaba a cerrar los ojos dejándose llevar pero justo antes de rozarlos, Itachi se apartó de él.


- Es mejor que te marches, Naruto. Tus padres deben estar preocupados por ti.


- Claro… Que descanses, Itachi.


Naruto no tuvo más remedio que marcharse de la habitación aunque al cerrar la puerta tras de sí, una sonrisa se le escapó de los labios. Sasuke tenía razón, su cabeza decía que no, pero su cuerpo le deseaba. Eso le hacía feliz.


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