Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seductora venganza por Chiaki28

[Reviews - 225]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! 

12/13 en todo este amor masivo <3

Bien aclaraciones al final....

Ritsu Pov

Venganza; por esa sencilla palabra y esa insaciable sed fue que comencé con esa despiadada idea para llegar a este momento, para ser capaz de inflar mi pecho con orgullo y arrojar una maliciosa risa hacia la persona que tantas noches me atormentó en el pasado, para confrontar armado en el alma a mis demonios.

Imagine tantos años este instante, la manera en que sus ojos miel se abrirían para observarme con asco y desdén, como esa tonta sonrisa se borrarían de sus labios y esa presuntuosa seguridad se rompería con un chasquear de mis dedos cayendo al suelo como si fuera de cristal, la forma en que tendría en mi poder ese sucio corazón para aplastarlo, el éxtasis que recorrería mis venas y el placer que profesaría.

¿Satisfacción? Así es como me debería sentir, este es el momento en donde me debó parar y dar el golpe final, soplar con mi veneno para hacerlo pagar por mis lágrimas, clavar mis garras intentando despedazar su alma, sin embargo, sí así me debería percibir ¿Por qué me esto destrozando?

“Usami no inventes mentiras solo por envidia” Gruño aunque sus ojos se habían cristalizado y el cuerpo le temblaba “¡No creas que caeré con más de tus asquerosos engaños solo porque me quieres ver sufrir!” La sarcástica risa de mi amigo resonó por las paredes de mi apartamento gatillando mi locura.

“¿Broma?” Pregunto con satisfacción “¿Puedes ser más patético con eso Takano?” El azabache se acercó hacia donde nos encontrábamos para liberar el agarré con el que el peli plata aun me agitaba y sostenía.

“Ritsu” No me llames por favor, no digas mi nombre con ese tono.

“Takano” Respondí presionando mis ojos al no desear perderme en ese mar de nostalgia.

“Todo esto que vivimos fue real, todos los besos que compartimos, los abrazos, las palabras, yo te amo, por favor no dejes que Usami te convenza de hacer estupideces, por favor no permitas que te ponga en mi contra” Abrí mis parpados al percibir algo caliente descender por mi rostro, mi corazón se derrumbó al apreciar que eran sus lágrimas cayendo sobre mi piel; quemándome con una imborrable culpa.

“¿Qué no lo entiendes?” Bramó colérico el de mirada violeta “Ritsu solo estaba fingiendo para que tú cayeras ante nosotros, él no siente absolutamente nada por una escoria como tú, tan solo quería jugar con tu corazón”

“¡No es cierto!” Grito consintiendo que un par de gotas continuaran rodando por sus perfectos y firmes pómulos “No puede ser cierto” Repitió con la voz lastimada presionando sus pestañas para reprimir el llanto.

“¿Creíste que una basura como tú podría iniciar de cero sin que el pasado lo persiguiera?” La rabia con la que esas palabras fueron refunfuñadas erizo mi piel.

“¡Cállate!” Aulló agarrándose los cabellos de la cabeza para caer de rodillas sobre el caliente té en la alfombra.

“¿Qué se siente saber que solo jugaron contigo? ¿Qué esos besos que te daba Ritsu estaban llenos de asco y mentiras? ¿Qué después de sus salidas ambos no burlábamos de ti?” Con arrebato me acerqué hasta mi compañero para apartarlo de Takano.

“¡Ya basta Akihiko!” Grite con cólera paralizándome ante un tierno enganche que le daban a la manga de mi prenda.

“Ritsu” Me llamó rogándome que me inclinara a su altura “Mi Ritsu” No hagas esto Takano; no me enseñes esa expresión devastada, por favor ya no sigas llorando, no me sigas observando con esa profunda desesperanza, detente.

“Yo” Él me regalo una lastimera sonrisa acunando mis mejillas entre sus grandes manos.

“Dime que todo esto es una mentira y te creeré mi lindo castaño” Susurró con el labio tembloroso sosteniéndome como si su vida dependiera de eso “Yo te amo, nada de lo que pasamos para mí fue una mentira, puedo sentir que para ti tampoco, solo entrégame las palabras que necesito y sigamos adelante” Forcé mis parpados con la cabeza gacha percibiendo como me desmoronaba en esos instantes.

“Lo siento” Musite con un apenas audible hilo de voz “Lo lamento mucho Takano” Sus ojos se abrieron con un amargo llanto; un despechado aullido fue pronunciado en nuestro apartamento con un fuerte golpetear a los trozos fragmentados de aquella taza.

“Te lo dije” La tonta risa de Akihiko solo lo logró enfurecer “Te lo tenías bien merecido por todo lo que nos hiciste pasar, por lastimar tantas noches a Oda por” Las palabras de arrogancia de mi cómplice murieron al ser apresado con un imponente  agarre en contra de la pared.

“Tú me has dado los años más asquerosos de mi vida Usami” Su oscura voz junto a esa mirada ascesina por primera vez lograron que él cuerpo de mi amigo temblara “Te has encargado de joderme para que yo no pueda ser feliz pero esto”

La imagen de Takano mordiéndose el labio mientras esas lágrimas de cristal corrían rasgando sus mejillas me debía causar risa y esa falsa satisfacción; debería estar feliz al ver como mi enemigo se derrumba ¡Pero no lo estoy!; esto no era lo que deseaba, no de esta manera;  así supe que el juego había llegado muy lejos.

“¿Duele escuchar que siempre serás una mierda?” Pregunto con gélido el de cabellos plateados agitando su cabeza con altanería “Vayas donde vayas el pasado te seguirá Takano” El nombrado le estampo un poderoso puñetazo en la mandíbula.

“¡Y tú un maldito resentido hipócrita!” Exclamo para agitarlo en contra de la pared y después liberarlo de sus brazos.

“Ni si quiera eres capaz de escuchar la verdad, eres un débil cínico quien no es capaz de pagar por todo el daño que causo, me das pena Takano” Su respiración se agito con fuerza; sus piernas vibraron, su pecho se contrajo como si esas venenosas palabras que arrojaba mi cómplice fueran dagas incrustadas en su piel.

“Antes de atreverte a hablar de mí ten el mísero valor de decirle a Ritsu todo lo que me hiciste, antes de criticarme tanto como ya debes estar acostumbrado primero dile a tu querido amigo lo que me forzaste a pasar a ver si aún te defiende” La saña y la frustración con la que escupía esas frases me helaron la sangre.

“Eso no es ya de tu incumbencia” A pesar del dolor que le provocó el golpe pudo esbozar un tonta sonrisa “Espero que hayas disfrutado tu tiempo con Ritsu y que ese negro corazón tuyo se despedace lenta y dolorosamente” La atención del azabache se centró en mí; todos mis músculos se estremecieron ante el rechazo y asco que me mostró.

“¿Sabes? Realmente trate de ser mejor Ritsu” Musito con un deprimente hilo de voz “Trabaje muy duro para llegar a donde estoy y superarte por haber descargado mis problemas en ti cuando éramos adolescentes”

“Eso no arregla” Su histérica risa y la brusca manera en cómo se arrancó las gotas del rostro me forzó a callar.

“Sé que no compensa lo que te obligué a pasar, que no es suficiente para reparar los daños y los traumas por los que te tuviste que arrastrar” Él se tiró con fuerza del flequillo enseñándome una expresión llena de sufrimiento  que resaltaba por el rojo de furia que se había encendido en su piel “Pero al menos trate de ser mejor y arreglarlo, intente pedir ayuda, no como tú que te quedaste pegado y me destrozaste de esa manera, te rebajaste a la clase de persona que era”

“Takano” Lo llamé sin saber el motivo con el corazón pendiendo entre sus manos.

“¿Querías tu venganza? ¿Deseabas verme despedazado con este toxico desquite tuyo?” Me pregunto acercándose a mi rostro para bufar con rabia y desdén “Felicidades, este idiota se tragó todas tus mentiras y creyó cada una de tus palabras, este imbécil se enamoró perdidamente de quien resultó ser el engaño”

“Yo no” Ni si quiera pude acabar esa frase ante el repentino dolor que quemaba mis músculos en donde él acariciaba.

“No eres la persona que pensé que eras, no eres ni si quiera la sombra de lo que fue Oda” Musito otorgándome una última mirada para salir del apartamento con una expresión demacrada sobredicha con un portazo.

Cuando él se fue en lugar de reír como histérico siguiendo los deseos de mi amigo me abrace a mí mismo; me aferré a mis brazos profesándome vacío y abandonado para llorar; para que esas reprimidas lágrimas corrieran por todo mi cara; él había dejado que ese corazón se estrellará en contra de mis caderas hasta despedazarse.

Cubrí mi cara con mis manos encogiéndome sobre mis piernas; sin comprender la razón por la que mi pecho ardía de manera sádica o por la que su rostro siendo memorizado por este torcido se había quemado en mis memorias liberé un par de débiles gritos desolados.

Yo me había transformado en un monstruo; acabé siendo la misma clase de escoria que trataba de evitar, lo lastime, le hice daño a un hombre quien trataba de redimirse; mi estómago se había llenado de unas repulsivas nauseas, sentía como mi cabeza era aplastada por una poderosa presión mientras cada fibra de mi estructura temblaba.

¡Tuve mi venganza! Mierda, debería estar feliz, sonreír con éxtasis ante esas imágenes, celebrar hasta desfallecer del placer, no obstante, en lugar de hacer eso me estoy devastando, puedo percibir como me derrumbo y esos ideales de justicia por los que antes luché se esfuman como polvo entre mis manos, ni si quiera pude entregarle un discurso egocéntrico como lo hizo Akihiko, ni si quiera puedo pararme en mis piernas con la ruptura de ese espejo.

“Buen trabajo” No levanté mi mirada ante esas palabras, tan solo me escondí con más fuerza entre mis piernas “¿Ritsu?”

“¿Buen trabajo?” Le rebatí mostrándole mis llorosos ojos “¿Es todo lo que tienes que decirme Akihiko?” El nombrado se estremeció ante la miserable y lastimera imagen que le exponía, con el íntimo aire de protección que lo caracterizaba se arrastró hacia mi lado para comenzar a limpiar mis mejillas.

“¿Por qué estas así?” Me pregunto sin ocultar la preocupación que se había impregnado en cada una de sus palabras.

“Esto no se sintió como debería” Musite destruido “No es lo que quería”

“No dejes que la culpa sea la que hable por ti” Me pidió revolviendo mis cabellos para ver una sonrisa que con Takano se esfumó.

“No es culpa” Murmullé llevando una mano hacia mi corazón para pegarle “Me siento como una basura” Confesé aferrándome a su pecho; pidiéndole con silenciosas caricias que me sostuviera mientras me demolía por la clase de bestia en la que me había convertido.

“Por favor no llores Ritsu” Su suave voz me acuno, sus cálidas manos sobre mis cabellos me calmaron “Takano era una mala persona, él merecía sufrir de esa manera” Apreté con fuerza mis puños debajo de su frívolo abrazo.

“No es cierto” Mascullé en contra de todo mi orgullo.

“¿Qué?” Balbuceó sorprendido.

“¡No es cierto!” Repetí golpeando su pecho con fuerza “Takano era el hombre más gentil que he conocido”  “Si las cosas se salen de control pasé lo que pasé intentaremos proteger tu nombre; tu padre te tiene demasiado cariño y no me gustaría romper esa relación entre ustedes” “Él era una persona muy dulce” “Te amo” “Detallista” “Te daré la cita más perfecta en la que vas a estar” “Me sentía protegido y amado a su lado” “Me ganaré tu corazón hasta que puedas ser mío, te esperaré; te enamoraré”

“Ahora estás hablando porque él fue el primero que te toco de esa manea” Akihiko se separó cansado de mis sollozos para regalarme una fría mirada que yo no conocía, para enseñarme un lado incógnito que me cortaba como si fuera una filosa espalda de traición.

“Ese Takano no es el mismo que conocimos” Fue lo que finalmente me atrevía a pronunciar “Él no era con quien deseaba mi venganza”

“Un maldito jamás cambia Ritsu, no te dejes engañar por las lindas palabras que te regalo, de seguro las ha usado con cientos de personas, probablemente él mismo se haya burlado de ti” Presioné la mandíbula con fuerza hasta que mis dientes me dolieron de tanto rechinar para empujarlo del pecho con cólera.

“¿¡Por qué lo odias tanto!?” Grite de manera desafiante levantándome del suelo; ignorando lo mojado que tenía el pantalón por culpa de esa bebida.

“Porque jugó contigo, porque tuve que tolerarte todas esa noches de llanto, por la impotencia que me causó” Pero esas palabras de mentira ya no me convencían.

“¿Qué fue lo que le hiciste para que reaccionará de esa manera?” Apreté mis puños con la sangre calcinando por mis venas; aferrándome a la mísera sombra de lo que me quedaba de verdad en mis redes de engaños.

“Eso no es algo que te importe” Con brusquedad impedí que se levantará del suelo presionando con poderío su hombro para que permanecerá sentado en el piso.

“¿No me incumbe?” Mi labio venenoso se deformo “Me usaste para obtener tu puta venganza y ahora me quieres dejar afuera” Gruñí presionado nuestras frente de forma retadora, confrontando por primera vez a ese incondicional soporte al que me aferraba.

“El imbécil te lavo el cerebro y ahora te pones en mi contra, ¿Ves cómo te manipulo?” Su aliento a tabaco golpeo esas frías lagrimas logrando que me estremeciera “Él te está manejando a su gusto Ritsu”

“El único que me ha estado manipulando eres tu Akihiko” No vacile ni en mi mirada ni en mis palabras “Exijo saber lo que está pasando”

“Se me hace tarde para ir a cenar con Misaki” Abrí los ojos con incertidumbre permitiendo que el aire se me fuera de sus pulmones ante esa esquiva respuesta ¿Era enserio? Fue lo que me pregunte mientras él me empujaba al suelo para marcharse.

“¿Tan solo te vas a ir?” Lo interrogué con decepción.

“Lo siento, vamos a volver a hablar cuando tengas la cabeza bien puesta y la mente limpia de sus mentiras” Un pequeño quejido de frustración salió de mi garganta quemando todo  a su paso.

“¡Me vas a dejar como siempre!” Grite con despecho clavando las uñas en la palma de mi mano, tratando de que ese dolor se llevara estas tormentas de emociones “Siempre acabas huyendo cuando las cosas se ponen difíciles, lo mismo pasó cuando me cambie de escuela y me comenzaste a ignorar ¿Tanto miedo te doy Akihiko?” El susodicho me miro pasmado con la boca abierta, con la mandíbula temblando como si no supiera que responder.

“¿De qué hablas?” Me pregunto esquivando mis desafiantes ojos.

“Cuando me tuve que cambiar me trataste de borrar, me ignoraste un par de semana y  cuando lo difícil pasó regresaste a mi lado ¿Vas a volver a huir porque me puse difícil? ¿Otra vez vas a correr como el cobarde que eres para que limpie tu desastre?” Quería gritar, sin embargo, el ardor en mi cuello y el repulsivo sabor a ingratitud bañado en mi saliva me forzaron a susurrar.

“Ritsu yo” Bajé la cabeza golpeándome la frente.

“Mejor vete” Le pedí “Huye como siempre lo has hecho y después pretendamos que estamos bien, que nada de esto pasó” Un suspiro con un par de firmes pasos se escucharon por mi solitario apartamento.

“No te puedo dejar así” Susurro extendiéndome una mano la cual rechace con frustración “Te llevaré a casa para que te tranquilices”

“¿Te da pena dejar a tu amigo así de destrozado limpiando tus trapos sucios?” La ironía en esas verdades ardía “Akihiko el plan no era gritárselo de impulso, yo no” Él me calló con una de sus fuertes manos presionando mis labios.

“Lo hablaremos después, ahora tratemos de arreglar ese caos emocional en el que te has convertido” Dijo con una íntima sonrisa apoyando mi brazo derecho sobre su espalda, ayudándome a caminar como si fuera un enfermo, aunque quizás lo era.

El hombre de cabellos plateados me arrastró hacia su ostentoso convertible en donde ambos nos limitamos a ignorarnos consumidos por un insoportable silencio; mi corazón ya no latía con fuerza, mis manos estaban rojas de tanto apretarlas con mis uñas, mis ojos hinchado, mi boca reseca y mi alma desecha.

Esto era lo que yo más anhelaba, lo que precisaba alcanzar para profesarme satisfecho con mis méritos, devastar a ese inútil como un vago pensamiento para reparar la destrucción con la que me aniquilé, se supone que era lo que quería, pero este incesante dolor en mi corazón contradice estas divagaciones.

Porque a su lado todo fue mágico, aunque a veces me sacaba de quicio con esa hipocresía y sus mentiras, sus amables tactos amorosos, esos labios adictivos, su esfuerzo, la tierna manera en que se preocupaba de este destrozado como nadie más lo había hecho; me equivoque, me aferré a algo que no valía la pena y perdí mi propio juego arrojándome a las llamas.

Confiar plenamente en Akihiko hasta transformarme en un títere, en un arma que pudo sacrificar para que su ego se viera complacido también fue un error; fui tonto, fue débil, fue cobarde porque sin importar las máscaras de seguridad que me tatué en el rostro o la manera en que trate de distorsionar mi reflejo sigo siendo ese niño aterrado que llora cuando escucha los pasos de su abusivo, no he cambiado mientras todos se han movido a mi alrededor albergando un rencor que me ennegreció.

“Bájate” Ni si quiera me percaté del camino al estarnos ignorando, sin embargo, esa asqueada voz me obligo a obedecer.

“Gracias por traerme” Musite siguiéndolo con la cabeza gacha y un par de lastimados pasos arrastrados por la alfombra.

“Es para que después no digas que te ando abandonando Ritsu, yo también tengo mis razones para actuar” Como si me leyera la mente él se volteó entablando una superficial mirada “Y no lo tienes porque saber todo tú”

“Mejores amigos ¿Eh?” Musite con los hombros relajados esperando que abriera la puerta de su departamento “Se supone que esas cosas me las tienes que contar”

“No sigas indagando, no te va a gustar lo que veras y no haré esto dos veces por ti, ya invertimos muchas lágrimas en Takano” Confeso haciéndome una seña con la mano para que ingresará en su hogar.

“Solo confía en mi” Le rogué dándole la mano “¿Qué fue lo que le hiciste a Takano?” Repetí con las defensas bajas y los muros devastados para recibir un golpe en mi expuesta alma.

“Sí tanto querías saber y tan poco confiabas en mí debiste preguntarle a ese matón” La cabeza me hirvió con esa miserable respuesta esquiva.

“Akihiko sí me usaste para tu venganza al menos me podrías decir” Una estruendosa carcajada erizo cada uno de mis poros.

“¿Usarte?” Repitió divertido negando con la cabeza “No; esto lo hicimos ambos, tú más que nadie deseaba ver sufrir a ese imbécil”

“¡Deja de llamarlo así!” Grite tensando el ambiente a una atmósfera imposible de respirar.

“Bonito” Bramó con un aplauso “Mi aliado se unió al bando del imbécil que lo maltrato por todos esos años ¿Qué ya no recuerdas las risas? ¿Las burlas?” Su mano acaricio los cabellos que descendían por mi cuello “La vez que te arrojó esa cosas asquerosa de pegamento”

“¡Claro que lo recuerdo!” Le rebatí presionando los ojos, conteniendo el llanto, no más lamentos inútiles, no más de esto.

“¿Entonces?” Un par de pasos resonando por el lugar nos forzaron a mantener distancia y a silenciar esta torpe discusión.

“¿Usagi?” La voz de la pareja de Akihiko se escuchaba tierna y tranquila; él chico de mirada esmeralda camino con nervios hacia la sala de estar en donde el ambiente ahorcaba a quien lo intentara atravesar “Escuche un par de gritos ¿Qué pasó?”

“Nada” Respondió con frialdad cruzándose los brazos “Subiré a mi cuarto a acabar el libro que tanto quieres que terminé, no me molesten” Fue la última frase que no arrojó antes de subir por las escaleras para desaparecer como el sueño que esta venganza represento.

Incomodo trate de sonreírle al chico intentando ocultar mi mirada debajo de esos largos y desaliñados cabellos castaños sobre mi frente en vano; Misaki al leer mis intenciones se acercó hasta mi rostro tomándome del mentón para liberar un grito de sorpresa por mi estado.

“¿Qué fue lo que pasó?” Me pregunto con preocupación.

“Una tonta pelea de trabajo nada más” Le mentí de la manera más descarada a ese inocente muchacho ante la vergüenza que me daba admitir la clase de basura que era.

“Te voy a preparar un café para que te calmes” Musito invitándome con un amable gesto de  manos a que me ubicará en el sofá mientras él se iba a la cocina.

Sin tener fuerzas para reclamar me limite a dejarme caer en las suaves texturas; Misaki y yo jamás hemos sido muy amigos porque nunca nos llegamos a conocer con profundidad, sin embargo, él y yo nos llevamos bien ante los años de cercanía que tratamos de entablar y los regaños en común que le lanzamos a ese irresponsable escritor.

“¿Cómo con Oda?” Me pregunte recordando vagamente las últimas palabras amorosas que esos hermosos ojos me arrojaron.

¿Qué es lo que quería decirme Takano? ¿Qué es lo que están escondiendo esos dos? Me pregunte con el corazón al borde del colapso ante esas máscaras viciosas y frívolos engaños rozando mi cuello; amenazando con cortarme la respiración.

El azabache es un hombre despiadado, un chico sin corazón, un maleante, un impostor; esa era la percepción que siempre me esmeré por memorizar de él, esa fue la imagen que grabé en mi pupila para cegarme y dejar escapar la bondad que tenía entre mis manos.

Sé que él es malo y que merecía que esas sádicas gotas corrieran por sus mejillas, que debería renunciar a la editorial como el cobarde que es y esfumarse de mi vida, ya sé todas esas cosas pero aun así el dolor es incontenible ante el pensamiento de que lo perdí.

“¿Qué diablos es lo que siento?” Me dije consintiendo que otra fugitiva lágrima escapará de mis cansados ojos.

“¿Complicado?” La juvenil y efusiva voz del castaño me obligo a sentarme de manera rígida recibiendo con una falsa sonrisa esa taza de café.

“Un poco” Musite sorbiendo el cálido liquido como un vago intento por borrar sus amargos labios.

“Ritsu yo te quiero preguntar algo abusando de la confianza que tenemos” Proclamo con nervios apretándose los puños del chaleco, esquivando mi mirada “Sé que puedo sonar como un metiche pero” Acaricie su espalda en señal de amistad.

“No te tienes porque estresar” Le asegure “Llevas más de diez años con conocerme, estamos en confianza” Él se relajó ante mis verdades inspirando con los ojos cerrados en busca de alguna clase de impulso valeroso.

“¿Qué es lo que están tramando tú y Usagi?” Me pregunto alzando los parpados para depositar su atención en mis facciones.

“¿Por qué sospechas algo?” Mi risa nerviosa no ayudo a disimular.

“Es que desde hace un par de semanas están muy raros los dos” Susurro bajando los hombros; esbozando una mueca de aflicción “Usagi ha cambiado bastante en este último tiempo, se ha vuelto más distante, frío, se ha encerrado y esa cálida mirada que antes me arrojaba se ha vuelto forzada, por eso presiente que hay algo” Tomé otro sorbo de ese café midiendo el daño que le habíamos causado a todos.

“Nosotros somos malas personas Misaki” Confesé consiguiendo que su cabeza se ladeara en forma de pregunta “Nosotros no somos buenos”

“Ritsu cuéntame lo que pasó” Me pidió con una repentina seriedad que erizo mi piel y electrizo mi columna.

“Ambos jugamos con una persona que considerábamos como venenosa y le rompimos el corazón, él y yo tratábamos de tener una especie de venganza con algún fantasma” Sus finos rasgos se endurecieron con desaprobación.

“¿Venganza?” Repitió con indignación “No te estoy entendiendo”

“Solo digamos que lastimé a alguien quien se volvió importante, que me convertí en algo detestable” El más bajo acaricio mi mejilla provocando que saltará ligeramente sobre el sillón por la sorpresa.

“Una mala persona no habría llorado por el daño” Musito con tranquilidad limpiándome el contorno de las orbes “No estoy seguro de que fue lo que ocurrió, de que es lo que está pensando  Usagi con esta clase de sentimientos tan negativos pero estoy seguro de que todo se puede arreglar” Negué con la cabeza aferrándome a ese tazón, tolerando que quemará mis heridas manos.

“No creo que él quiera arreglar esto o que la víctima me quiera volver a ver, además ni si quiera sé lo que me pasa con esa persona” Misaki suspiro dándome pequeñas palmadas en la espalda como un inocente gesto de calma.

“Con Usagi si es lo que quieres, yo puedo hablar, intentar que me cuente estas cosas porque odio que entre nosotros haya algún secreto” Me explico con una chispeante determinación encendida en sus esmeraldas.

“Apreciaría mucho que hicieras eso” Musite desviando mi atención a las elegantes baldosas de la sala de estar del peli plata.

“Ritsu tampoco estoy seguro de que le hicieron a esa persona, pero si le importas yo pienso que te lo perdonara, todos nos equivocamos algunas veces y no por eso debemos martirizarnos” Y yo sabía eso.

Pero en lugar de pasar la página como debí, en vez de darme el trabajo y conocerlo para no juzgarlo por lo manchadas que estaba sus hojas lo condené con lo cegado que me tenía mi rencor, lo sentencie como si fuera dueño de la verdad y la justicia y me gané su desdén y odio.

¿Amor? Quizás eso sea lo que corra por mis venas por ese hombre aunque me niego a verlo; pero por culpa de mi egoísmo esa interrogante jamás tendrá su respuesta y esos ojos nunca me volverán a contemplar con la misma calidez.

Porque en esta vida las cosas se pagan con la misma moneda.

Notas finales:

La venganza no deja esa satisfaccion que promete cuando uno acaba lastimando a las personas que ama, no; a Onodera le dolio provocarle dolor al azabache porque siente algo por él y lo sabe.

El castaño con quien queria su venganza era con el adolescente que lo molestaba, no con el hombre que lo cuida y protegue, cuando uno se queda pegado no se da cuenta de esas cosas y se acaba rebajando al mismo nivel de quien pretendias ser mejor.

Aunque Takano ame a Ritsu le dolio! Piensen que para él todo fue real y de repente encontrarte con que solo jugaron contigo, sumado a todas las palabras de Usami.....es fuerte el golpe al darse cuenta de que no escapa del pasado.

En el otro capitulo ya sabran de Takano.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).