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No fue coincidencia por mistdowner

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Notas del capitulo:

Y luego de taaanto tiempo sin actualizar esta historia, al fin otro capítulo <3  

Espero les guste. 

Sus primeros encuentros luego de esa incomoda presentación no fueron muy diferentes a como solían darse antes de ella. Hiccup entraba, ordenaba algo, Jack lo servía, observaba al castaño comer de lejos y al final todo se disolvía con la paga y una despedida. Una que otra vez se saludaban sin mucho ánimo, y otras, solo bastaba una mirada para dar a entender que se alegraban de ver al contrario. Se había hecho una rutina ver al mayor entrar a la cafetería, como también el hecho de que solo Jack le atendía. No dejaba que nadie más le brindara servicios. Solo quería ser él y nadie más.

-Jackson.

Porque se sentía cómodo.

-Jackson…

Porque tal vez pudiera terminar siendo su amigo…

-¡Joder, Jackson!- el peliblanco no pudo seguir pensando en su habitual cliente, puesto que un dolor le invadió el brazo izquierdo. Su rostro se tornó en una mueca de dolor, y miró enojado a la chica que le había propiciado el golpe.

-¿¡Qué rayos quieres, Mérida!?

-¡Pásame los apuntes, idiota!

-Ya, ya… No peleen…- como siempre la rubia se metió en medio, tratando de calmar las recurrentes peleas que Jack y Mérida tenían. El chico metió sus manos en la mochila desinteresadamente, y sacó lo solicitado, extendiéndoselo de mala gana a la pelirroja.

-¿En que has estado pensando? ¿Bunny? Jajaja- agregó esta, sentándose en su lugar y metiéndose de cabeza a copiar todo. Por su parte, Rapunzel solo se quedó atenta a la respuesta.

-No sé de qué hablas.

-Oh, vamos, es más que obvio que…- la chica pareció pensarlo un poco antes de seguir. Miró a su compañera rubia, y fue entonces que desistió de seguir. ¿Quién en ese mundo podía negarle algo a Rapunzel cuando ponía esa cara de perrito?- Nada, olvídalo.

-Como sea.- algo molesto, el ojiazul volvió su mirada al paisaje gris que se cernía sobre su mundo. Menos mal que había traído un paraguas.

-¿En qué piensas?- la melodiosa voz de Rapunzel lo hizo sonreír.

-En nada realmente.

-Oh, vamos Jack…

-Bien, bien. Hay un tipo que suele ir siempre a la cafetería.

-¿Y te gusta?...- la pregunta no tomó por sorpresa a Jack. Eso fue fácil de observar al notar como su sonrisa se borraba, otorgándole un semblante un poco más serio. Sí, hace tiempo que se venía preguntando lo mismo, y es que simplemente, por qué no? Nunca había sentido nada especial por nadie. Su vida se basaba en diversas bromas, atender la cafetería y estudiar, nada más. Pero ahora tenía otras preocupaciones, de las cuales, desesperadamente no podía hacerse cargo. Hiccup. Hiccup esto, Hiccup aquello. Siempre se preguntaba que estaría haciendo el castaño. Simplemente no podía sacarlo de sus pensamientos, y eso era clara señal de que él no era alguien más. Eso era peligroso.

-Quien sabe.- se encogió de hombros un poco, mientras recogía sus cosas para marcharse a casa. Las clases ya habían terminado, y además… En solo unas horas Hiccup arribaría a la cafetería. Ahí vamos de nuevo.

-P-pero…- el peliblanco se permitió dirigirle una mirada de extrañeza a la chica. Podía jurar que ella sería la primera en alegrarse por la noticia de un posible “amor”. Nada más alejado de la realidad. La rubia se veía incómoda, como si calculara a mil por hora algún tema importante.

-¿Pero?

-No es nada. Nos vemos mañana. Me quedaré al lado de Mérida hasta que termine.

-Claro, luego me los devuelve.-Se despidió de las chicas, apurando el paso mientras iba pensando en cómo atendería al hombre hoy. Sonrió un poco avergonzado. Se estaba haciendo todo un tonto por este tema, eso era obvio. Claro que tuvo que bajar a la tierra cuando su rostro chocó contra el cuerpo de alguien.- Ugh…- se quejó, mientras se separaba unos pasos parar ver a quien había atropellado. Su corazón se congeló del susto.

-¿Esto se va a hacer costumbre entre nosotros?

-A-ah, no…Lo que pasa es que yo…- una suave risa de los labios del ojiverde le hicieron desviar la mirada. Eso era nuevo. Nunca, desde que se habían visto por primera vez, se encontraron fuera de la cafetería de manera casual.

-¿Con apuro?- el menor negó.- Ya veo…- Con algo de la curiosidad, se atrevió nuevamente a estudiar el estado ajeno, siendo lo más disimulado posible, y como lo venía haciendo desde que se conocieron. Frunció el ceño. Ese semblante decaído, las prominentes ojeras y la ropa holgada no eran buena señal. Nunca lo fueron, y nunca lo serían. ¿Cómo habría sido el hombre en todo el esplendor de su salud? Tembló un poco por la idea. Si bien Hiccup no guardaba un aspecto muy aceptable ahora, su belleza natural era la suficiente como para dejarlo clasificado como una persona muy linda y atractiva, a pesar de todo. Y eso que al parecer, no estaba pasando por la mejor etapa de su vida.

-¿A…A donde vas?- La leve sonrisa vacía que el castaño tanto se esforzaba en mantener se borró por completo. En ese momento, Jack se odió como nunca.

-Iba a visitar a una amiga.

-“Y yo soy el guardián de la diversión”- pensó irónico el más bajo. Y es que no había que ser un genio para darse cuenta de que, como siempre, el mayor iría a rogarle a esa desconocida para que volvieran. Se tensó.- Ah, ya veo…- En todo caso, no podía entrometerse. No era su vida.

-Nos vemos enseguida.

-Sí, claro, suerte.- luego de unas señas con las manos, ambos se despidieron. Uno marchaba a su hogar a seguir pensando, y el otro pensaba en lo que alguna vez fue su hogar.

*******************************

-Se está tardando.- refunfuñó por lo bajo. Tal vez estaba siendo un dramático, solo habían pasado uno quince minutos. Pero Hiccup nunca se demoraba más de diez. Bufó molesto. Eso no podía estar bien. Es decir, ¿en serio? ¿Tan preocupado estaba? Alzó la mirada al cielo. Al parecer pronto llovería, y si no le fallaba la memoria, el ojiverde no llevaba paraguas al momento de toparse con él. Chasqueó la lengua. Ya estaba por mandar todo al caño, cuando a lo lejos lo vio. Justo a tiempo para evitar la lluvia. Esbozó una gran sonrisa,  y corrió a prepararse. No quería parecer un desesperado ni nada, pero qué más da?- ¡Bienve…!- ¿Qué? Su saludo se detuvo a medio camino al ver los ojos rojos del mayor. Una punzada lo recorrió, haciéndolo chistar. Pronto se puso serio.

-Oh, hola. Lamento que…- en un intento vano, el ojiverde desvió la mirada, claramente incómodo y tenso.

-No importa, toma asiento.- había que ser realistas. Por mucho que quisiera, no podía entrometerse en la vida de uno de sus clientes. Ya fuera porque no lo conocía, o demás. No tenia derecho. ¡Pero rayos, no le faltaban ganas!- ¿Lo de siempre?- Hiccup asintió, y Jack se perdió rumbo a la cocina, para recitar la orden.

-¿Él de nuevo?- gruñó Bunny.

-Hm.

-¿Qué te sucede?- el adolescente suspiró, mientras se llevaba una mano al rostro, pasándola por su cabello. El cocinero apretó los puños.

-No es nada.

-Jack, sabes que sí sucede…

-Es sobre el cliente, así que no te importa.- el peliblanco dejó salir esas palabras sin pensarlo mucho. Aun no olvidaba el hecho de que Bunny le había negado un consejo cuando lo buscó. Ahora no quería escuchar que opinara de la situación. Podía solo. Suspiró un poco antes de calmarse, mientras tomaba una rebanada de pastel del refrigerador. – Avísame cuando esté la orden.- y con esto, salió de la cocina, dejando a un tenso y muy malhumorado mayor.

********************************

-Ten, la casa invita.- el platillo fue a parar en frente de los ojos vida de Hiccup, sorprendiéndolo.

-Pero…

-Anda, solo come. Te hace falta.- por primera vez Jack se sentó junto con el castaño. No pensaba irse hasta ver que por lo menos, una cucharada del dulce pastel entrara en la boca ajena.

-Gracias- fue difícil no notar los temblores que le sobrevenían al mayor. Había veces en las cuales Jack se preguntaba si en cualquier momento el castaño se desmayaría. Hasta parecía que le costaba mantener los ojos abiertos.

-¿Hace cuánto que no duermes?- la pregunta tomó desprevenido a Hiccup. ¿Qué hace cuánto? En realidad si dormía. Solo una fracción de lo que debía, pero lo hacía…Algo entre cortado. ¡Pero lo hacía, y ese era el punto!

-¿Tanto se nota?

-Sí.- el ojiazul nunca había sido bueno con el tacto, y ahora lo demostraba. Hiccup dejó ver una sonrisa resignada. Obviamente.

-Sí suelo dormir, solo que mal.

-¿Te has hecho ver?

-No, yo…

-Deberías ir al médico.- sí, lo sabía. No es como si no sintiera náuseas y ganas de desfallecer a falta de los cuidados más básicos. No era ajeno a su realidad. O tal vez sí…Ya no lo sabía.

-Iré.

-Eres todo un caso -el mayor abrió los ojos de la impresión. Incluso Jack lo hizo. No estaba en sus planes entrometerse tanto y ahí lo tenían, como un policía interrogando a un ladrón. Suerte que el castaño era amable. Cualquier otro en su posición seguramente lo habría mandado a volar.- L-lo siento yo…No debería…

-Descuida, no me enoja. Sé que he estado siendo un tonto.- ya estaba por contestar lo que fuera con tal de salir de la incómoda situación, pero la campanilla que indicaba que ya estaba la orden lo sacó de sus pensamientos. En ese momento, odió que fuera el día libre de Tiana. Si ella hubiera estado, fácil sería darle el trabajo a ella y salir corriendo del país, cambiarse el nombre y nunca más volver ahí. ¡Que bochorno! ¿¡En qué rayos estaba pensando!? Se paró torpemente, con la cara aun encendida, y fue por la orden. Una vez la tuvo entre sus manos, ya no supo que hacer. Juraba a los cielos y a la Luna que no quería volver al lado del hombre. Ya la había jodido con tantas preguntas, y esa tonta frase que culminó por ponerle un lazo de adorno a su estupidez. Aspiró y soltó el aire. Vamos, sólo debía disculparse. Volvió a la mesa decidido, dejando las cosas en su lugar y sentándose donde antes había estado.

-El tonto he sido yo, lamento el…

-Déjalo, está bien.

-No, pero…

-En serio, no hay problema.

-Déjame terminar, yo…

-No hay problema, está b…

-¡Que no está bien!- se paró un poco del asiento, mirando serio al mayor, que solo abría los ojos sin entender nada.- ¡Has estado así todo el tiempo, por Luna! ¡Deja de decir que todo está bien contigo, porque sé que no lo está!- dicen que luego de la tormenta viene la paz. No había mejor frase para describir esa escena. Jack terminó de gritar, respirando un poco más acelerado que antes. No se sabía quien era el más impresionado. Si Jack o Hiccup. Ambos se miraban sin creer nada. Nadie se atrevía a hablar. De a poco el adolescente fue calmándose, hasta sentarse de nueva cuenta, nervioso. La había cagado, eso era obvio. Entonces, ¿ya no lo vería? Apretó los puños sobre sus rodillas, mordiéndose el labio inferior. Odiaba ser tan impulsivo. Nunca el tiempo le pareció pasar tan lento y doloroso, como si alguien allá arriba se burlara de la situación. Quiso desaparecer, volar…¡No sabía! Habría dado cualquier cosa con tal de marcharse de ahí. Ya estaba por levantarse, muy despacio, cuando Hiccup rompió el silencio.

-Lo siento… No fue mi intención…- con eso, el peliblanco no sabía si llorar o alegrarse. Sabía que el mayor no estaba enojado, eso era bueno. Pero le seguía desesperando el hecho de que tuviera esa actitud. Lo dejó pasar.

-No, perdóname tú a mí, no te conozco y aun así …- soltó un suspiro. Él no era de las personas que se ponían nerviosas porque sí, pero ahora sentía todo el cuerpo temblar.

-Pero tienes razón, no estoy bien. Pero ya me las arreglaré, es decir, alguien como yo es…¿irresistible? Frente a los ojos de Astrid.- Bromeó, ese comentario fue como una clave para terminar de armar el puzzle que tanto tiempo venía ideando Jack. Entonces la tristeza del castaño no venía de ninguna madre o hija. Solo era, como había dicho Tiana, problemas de amor. Quiso darse un golpe mental. Él haciéndose toda una historia trágica, cuando era algo completamente distinto.

-Eres un tonto.- resolvió al fin, suspirando un poco al ver la sonrisa avergonzada que ponía el contrario. De algún modo, le molestaba que el castaño no se defendiera. Pero estaba bien, así podía hablar con él, aunque supiera que no lo estaba haciendo del mejor modo.-Necesitas salir más, cuidarte y dormir.

-Sí, lo sé, es solo que…

-Si no está ella, ¿no es posible?- otra sonrisa resignada de respuesta.- Vamos, mírate! Con solo mencionar que buscas una novia, te lloverán chicas.

-Pero yo solo la quiero a ella.

-Agh, entiendo, entiendo. ¿Te digo algo? Salgamos juntos.

-¿Eh?

-Que salgamos.

-¿C-cómo pareja?

-¡No, idiota!- Jack no comprendía bien que estaba pasando. La actitud tan sumisa del castaño lo instaba a insultarlo cariñosamente, como si se conocieran de hace rato. Ni que decir de lo que acababa de preguntar el mayor. Su pecho se heló, tensando su cuerpo y sintiendo algún tipo de vacío en el estómago.- ¡Hablo de salir a, no lo sé, pasar el tiempo!- el ojiverde pareció pensarlo un poco, antes de sonreír un poco y asentir. Se le notaba a leguas que no tenía ni el más mínimo entusiasmo, pero eso poco y nada le importaba al peliblanco. Ya tenía una meta en mente: lo sacaría del círculo vicioso que se estaba obligando a vivir, y le conseguiría una novia, por tonto y patético que sonara. – Ahora come.

**************************************

No se sorprendería si de un momento a otro pestañeara y se encontrara en su cuarto, todo acogido por las sábanas y recién despertando de un sueño. En todo el transcurso de la semana se la había pasado así: pensando mil y una veces como sería su salida con Hiccup. A tal extremo había llegado, que, aunque le avergonzara, hasta se había imaginado que se tomarían mínimamente de las manos. Ya se parecía a Rapunzel, soñando con los ojos abiertos. Lo cierto era que ahí estaba, ya llegando al punto de encuentro. Siempre solía llegar tarde a todos lados, pero esta vez tuvo especial cuidado de llegar unos 15 minutos antes. Al fin dobló la última esquina, y pudo divisar al castaño, sorprendentemente esperándolo con la mirada perdida en algún rincón. Jack quiso morir. ¿Desde cuando estaba ahí?

-Hola.- saludó con las manos en los bolsillos de su azul abrigo, mientras esbozaba una sonrisa. Solo en ese entonces el mayor cayó en la cuenta de su compañía.

-Hola.

-¿A dónde iremos?

-No lo sé…- eso no era buena señal. Al parecer no estaba del mejor ánimo. ¿Habría ido a ver a la chica de nuevo? Suspiró. Sería difícil.

-¿Qué te parece el cine?- el castaño pestañeó un poco, asintiendo luego de unos breves segundos. No le parecía mala opción, puesto que sería tranquilo y divertido. Por suerte. Hace tiempo que se sentía muy observado estando en las calles. Y no era para menos, estaba seguro de que su aspecto llamaba la atención a más de uno, y no justamente por ser bueno. Ya estaba por comenzar a caminar, cuando se sintió empujado desde atrás. Nuevamente pestañeó, notando que ahora Jack estaba detrás de él, empujándolo cómicamente. Sonrió.

-¿Qué haces?

-¡Te empujo!

-Pero ¿por qué?

-¡Hace rato que vengo hablándote para que vayamos y tu solo pones esa cara pensativa, sin avanzar!- Hiccup sonrió, comenzando a caminar por propia cuenta. Le hacía algo de gracia como el chico de enojaba . No pasó mucho tiempo antes de que llegaran al lugar. Tal vez por ser un día de poco interés para los clientes, o por el clima algo gélido, no estaba tan lleno. Apenas uno que otro padre acompañando a sus hijos a ver alguna película de robots, dragones y ¿navidad? ¿pascua? Bueno, lo que fuera.- Y eh…¿Cuál quieres ver?

-No lo sé…Cualquiera está bien.- el chico alzó una ceja y llevó su curiosa mirada al mayor. Como era costumbre, lo encontró con la mirada algo perdida. Siguió la línea de su visión, y se encontró con que observaba el anuncio del estreno de una película romántica. Ugh. Él odiaba las películas románticas y aburridas. Pero, si eso era lo que quería Hiccup, no veía problema  de gastarse viendo besuqueos y clichés aburridos.

-Andando, veamos esa. – terminó por decir, adelantándose a Hiccup, quien recién volvía al mundo de los vivos con un pestañeo.

-¿Eh? ¿La amor?

-Sí…¿Acaso…?

-No, no, vamos.-Ambos pagaron, y compraron palomitas (más por capricho de Jack que por otra cosa) y pasaron a la sala. Justo a tiempo.

El adolescente planeaba sentarse en una de las primeras filas, pero al ver como Hiccup miraba los asientos con algo de resignación, prefirió ir a acomodarse en los últimos puestos. Ya cuando tomaron asiento, la película inició. El chico tenía que admitir que no estaba tan mal. Es decir, la chica era muy tonta y demás, pero en sí la trama de la película era buena. Tan enfrascado había estado en la película, que no le había prestado especial atención a su acompañante. De vez en cuando lo miraba de reojo y se cercioraba de que no llorara o alguna otra ocurrencia de su cabeza, pero nada más. Ya estaba por hacer un pequeño comentario en voz baja, cuando sintió un peso en su hombro que lo hizo sobresaltarse.

-Estoy cansado. – fue lo que escuchó, sintiendo como el castaño buscaba afirmarse aun más en él.

-Descansa, aun falta bastante para que termine la película.- le respondió por lo bajo. No pudo evitarlo. Una de sus manos viajó a los cabellos ajenos, propiciando caricias suaves. Él no podía notarlo, pero Hiccup estaba sonriendo. Una sonrisa pequeña y apagada. Pero una sonrisa al fin. Así fue como el mayor terminó cediendo ante el sueño. Y por primera vez en mucho tiempo, y por extraño que sonara, durmió de lo mejor. Sin pesadillas, sin viejos y tristes recuerdos. Solo durmió, feliz de ya no tener que estar solo.

 

Notas finales:

Nos leemos ~


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