Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un dibujo, mi dibujo. por alice_chuu

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holis! Aqui traigo la conti! Este capitulo yo lo defino como una montaña rusa, ya veran porque xD

Enjoy!

 

 

Capitulo 4: “ Distinta perspectiva ”

 

 

Pasaron varios minutos, cuando volvió a escuchar pasos cerca de la puerta. Sonrió con malicia al haber cumplido su misión a la perfección, seguro Sabo se volvería loco, pero la culpa era completamente suya; Tuvo que haber sido precavido y esconder las hojas con mas empeño.

 

Ahora ya no había evidencia alguna de que Akainu le atravesó el estomago; ni siquiera en su cuerpo. Cuando quemo los dibujos, todas sus heridas comenzaron a desaparecer una por una. Fue prueba mas que suficiente para admitir, que el libro controlaba por completo su destino.

 

Pero por lo menos cumplió el primer paso de su plan maestro; Cambiar el futuro.

 

Quiso reír hasta hartarse, estúpido rubio, se creyó que con solo un par de palabras amables olvidaría todo el asunto y seguiría viviendo como si nada. Oh no, que equivocado estaba; Lucharía por regresar a su mundo vivito y coleando, sin importarle los daños colaterales que podría causarle al dibujante.

 

Mientras pudiera regresar, no le importaba nada.

 

Los pasos resonaron aun mas fuerte, pero era extraño, no recordaba que Sabo hiciera tanto ruido con esos zapatos raros. Esto que escuchaba parecían...¿Tacos?

 

Ace salio del cuarto donde suponía que dormía el rubio, y se acerco a la puerta de entrada. Mirando expectante cuando una llave fue metida en la cerradura.

 

La puerta se abrió y definitivamente algo no encajaba. Sus ojos fueron de abajo hacia arriba; Como pensó, tacos. Subió y encontró piernas desnudas que al llegar por encima de la rodilla fueron cubiertas por una falda entallada. Y aun mas arriba, vio una camisa blanca con volados en el centro...

 

Termino decidiendo que Sabo había cambiado un poco en su paseo.

 

Ahora tenia grandes ojos azules, ligeramente mas opacos que antes, siendo acompañados por largas pestañas. Su cabello seguía llegando por encima de sus hombros pero el color era diferente, mucho mas anaranjado y sin las ondulaciones de antes.

 

Cambio de opinión, Sabo había cambiado mucho.

 

- ..¿Quien eres tu? -

 

Incluso su voz era mas aguda, y ahora que lo notaba..Estaba seguro que tenia senos y bastante grandes.

 

Volvió a rectificar su pensamiento. Sabo se había transformado en mujer.

 

...

 

O quizás simplemente esta mujer era una conocida suya, sip, eso tenia mucho mas sentido. Aunque por alguna razón, prefería la primera idea.

 

- Hm...¿Y quien se supone que eres tu para preguntarme eso a mi? - Devolvió la pregunta, manteniéndose en una posición defensiva.

 

Tranquilo Ace, si las cosas se salen de control siempre puedes prenderla fuego.

 

Sabo o la mujer desconocida, achino los ojos. Cerrando la puerta con tranquilidad, y ahora quitándose el abrigo suavemente para depositarlo en el perchero de pie. Se pregunto si haría frio afuera, odiaba el invierno.

 

- Al parecer, Sabo-kun olvido contarme un gran detalle de su vida – Dijo, entonces era una conocida del rubio - ¿Eres su novio? Eso explicaría porque estas semi-desnudo -

 

¿Novio? Mas parecía ella su novia, entrando al lugar como si fuera su casa. En su barco, si una mujer tenia la llave de tu recamara, significaba que al menos mantenían una relación cercana, MUY cercana.

 

- Aunque nunca pensé que fuera gay – Otra vez volvía a mirarlo de esa manera intimidante, ¿que se supone que significaba eso? Jamas pensó desear que el rubio volviera rápido, no sabia como manejar la situación.

 

¿Debería mentir? Poco entendía de las cosas en este mundo, quizás novio significaba algo completamente opuesto a su pensamiento.

 

- Si no respondes, llamare a la policía - ¿Y eso que era? No debía ser nada bueno si lo usaba como amenaza.

 

- Soy..- Un supuesto personaje de un libro que apareció en otro mundo al morir, quiso decir, pero se abstuvo, sabiendo que solo seria tomado por loco – Soy un conocido suyo -

 

La intrusa arque una ceja, sin creerse su respuesta - ¿Un conocido? - Asintió - ¿De donde? -

 

¿Porque tenia que darle tantas explicaciones? Quien se supone que era esta mujer. Chisto los dientes, harto de ser interrogado.

 

- Tu aun no me dices quien eres -

 

- Tu tampoco – Hm...Buen punto.

 

Rasco su cabeza molesto, ella permaneció inamovible de ese lugar frente a la puerta. Parecía que la cuidara en caso de que intente escapar.

 

- ..Sigo esperando. - ¿De donde huh? Eso pregunto.

 

Pensó en alguna mentira que se asemejara a la realidad y por fin le cayo una idea - Hm...Trabajo. - Se supone que dibujarlo era su trabajo, ¿verdad?

 

El resto paso en cámara lenta, como la mujer tomo el perchero sin importarle si su abrigo estaba colgado en el y como lo uso para intentar atacarlo.

 

¿¡Que rayos le pasaba a esta chica!?

- ¡Estas mintiendo, bastardo! - Esquivo el golpe, seguro de que si acertaba le rompería la cabeza. Demasiado aturdido para cambiar sus moléculas a fuego -¿¡Que quieres de Sabo-kun?! ¡¿Eres un ladrón?! ¿¡Un secuestrador!? -

 

Lloro internamente, porque simplemente no dijo “si” cuando le pregunto si era su novio.

 

- ¡No estoy mintiendo! - Exclamo, corriendo para evitar ser golpeado.

 

- ¡Conozco a todas las personas que trabajan con Sabo y estoy perfectamente segura que nunca te…! - El ataque se detuvo, Ace volteo para encontrar a la chica mirando fijamente su espalda. Sin las vendas que lo cubrían como movía, irradiaba sensualidad. Seguramente paro porque se dio cuenta.

 

No lo pudo averiguar porque la puerta se volvió a abrir – Traje filete, espero que...¿Que estas haciendo aquí Carol? O mejor aun, ¿que estas haciendo con mi perchero? -

 

La mirada que recibió la mujer, Carol, fue la misma que ya se había acostumbrado a ver dirigida a el. Una llena de ironía, como si ya hubiera escuchado su respuesta y le haya parecido una estupidez.

 

- ¡Sabo-kun! - Se tiro sobre el rubio con una velocidad extrema ,colgándose como un Koala. Que extraña tipa - ¿Como has estado? Te extrañamos en la oficina -

 

El rubio esbozo una mueca exasperada.

 

- Deja de ignorar mis preguntas -

 

- ¿Has comido? - Sabo chisto, intentando escabullirse de sus brazos. ¿Seria fuerte? Antes con el perchero lucia con bastante fuerza - ¿Lavaste tu ropa? -

 

Tal vez era su hermana, sus ojos eran parecidos y tenían un peinado similar.

 

- ¡Ya dejame en paz! - Exclamó, por fin zafándose - ¿Porque viniste? Mañana es la entrega – Quiso reír con ese comentario. Ya no había nada para entregar, las hojas pasaron a mejor vida.

 

- Estaba preocupada por ti, si te dejo mucho tiempo solo podrías morir de hambre – Los ojos azules otra vez se volvieron a fijar en su figura – Y que suerte que vine..¡Este nudista se estaba escabullendo en tu departamento! -

 

¿Escabullendo? Una vena salto en su frente, ella era la que casi destroza la mitad de el con sus ataques alocados.

 

- Oh..El es..un vagabundo que rescate de la calle – Ace se atraganto con su propia saliva ante el pronombre utilizado.

 

- ¿QUE? - Dijo, largandose a toser cuando escucho su voz demasiado aguda. Oh no, que tonto. En realidad era que la mujer hablo al mismo tiempo.

 

Tch..Como si fuera capaz de perder la compostura y agudizar su voz.

 

Sabo rodó los ojos y aun sosteniendo la bolsa en su mano, se concentro en cerrar la puerta – No valla a ser que la vieja del frente me vea con ustedes y piense que nos estamos mandando un trió – Aunque era un mejor plan que el que tenían – Ya tengo suficiente con que me crea drogadicto -

 

- Si te sigo encontrando con los ojos rojos, yo también empezare a pensar lo mismo – Respondió Carol, cruzando sus brazos – Y también todos en la oficina -

 

¿Que seria ser un drogadicto..?- Bueno, gusto en conocerte mujer extraña, pero el rubio y yo tenemos cosas que arreglar. Así que vete – Dijo, sintiendo repentina confianza.

 

Claro que no funciono, y por la mirada que le hecho Sabo, quizás hasta metió mas la pata.

 

- ¿Rubio? ¿Te llama de esa forma? ¿No se supone que eres su salvador de la intemperie? - Paso por completo de el, por eso no soporta hablar con mujeres. Con una noche bastaba y si no habrían la boca mejor.

 

El rubio suspiro – Vivir en la calle te hace imbécil, supongo - ¿Y cual es tu excusa? Pensó – También superficial-

 

Carol devolvió la mirada, esa cargada con ironía.

 

- ¿Crees que me voy a tragar eso? ¿Que de todas las personas , TU ibas a decidir adoptar un vagabundo? No me tomes por idiota -

 

Ace iba a defenderse y decir que no era ningún vagabundo, pero Sabo le gano de mano – Es la verdad, poco me importa si me crees o no – Dijo y comenzó a avanzar hacia la cocina siendo seguido de cerca por la pelinaranja.

 

¿Debía seguirlos? Na, Sabo estaría mucho mejor sin el. Y ese sofá se veía mas que tentador. Antes de sentarse miro el mueble lleno de libros que rodeaba a la caja negra extraña.

 

One Piece..Huh.

 

Se acerco, evitando hacer contacto con la cosa rara y tomo uno de los libros. Sonrió, al ver en la portada a su hermanito. Lucia feliz, quizás..Quizás no era tan mala idea darle una ojeada..

 

 

*

 

 

*

 

 

*

 

 

Puso la bolsa de compra sobre la mesada y lentamente comenzó a vaciarla. Ignorando el reproche de su madre 2.0. Hm la carne lucia bien, hasta apetecible, seguro Ace lo comería. Su pregunta recaía en como cocinarlo, el solo pensamiento de utilizar el horno sonaba ajeno, extraño. Ni siquiera recordaba la ultima ver que lo encendió. Quizás, lanzar el filete al microondas era mas recomendable.

 

- No puedes dejar que un extraño viva en tu casa como si nada. Un día puedes despertar y encontrarla vaciá. O peor, atado en la cama desnudo – ¿Huh..De que estaba hablando esta mujer? - ¿Me estas escuchando? -

 

- ¿El o yo? - Pregunto confuso, atrapado en la ultima oracion.

 

- ¡Tu! -

 

A claro, tiene sentido. Pero volviendo a la carne...

 

- ¿Puedo cocinar esto en el microondas? -

 

Carol lo miro, luego a la comida envasada que mantenía en su mano y otra vez a el. Abrió su boca pero volvió a cerrarla sin decir nada. Largando un largo suspiro, le arrebato la carne.

 

- Muévete, yo cocinare - Podría reclamarle, pero sinceramente no tenia ni idea de como hacerlo el mismo y suponía que aunque lo haga, ella terminaría ignorándolo – Si tu lo haces, puedes terminar intoxicando a tu Sex Toy -

 

Ahora fue el turno del rubio para suspirar – No es mi…- Sin embargo, Carol lo interrumpió.

 

- Ya lo se -

 

Por varios minutos, el silencio reino en la cuarto, siendo apaciguado por el ruido de la carne cocinándose. Sabo demasiado cansado para continuar hablando y Carol concentrada en lograr el punto exacto de cocción.

 

Hasta que ella se canso y decidió terminar con la paz – Ibas a cocinar carne para el...Carne. -

 

...

 

- Estaría mas preocupado por tu comentario, si en lugar de carne hubieras dicho batata – La castaña lo miro con ojos amenazantes que ni inmutaron a Sabo – O lasaña, eso también me habría asustado-

 

- Sabes a lo que me refiero – Por supuesto que sabia, pero eso no significaba que quisiera hablar de ello – Odias la carne -

 

Rodó los ojos, tomando una galleta del envase lleno de ellas. Sorprendentemente sabia bien.

 

- No la od…- Por segunda vez, fue interrumpido.

 

Carol volteo para mirarlo frente a frente, abandonando la sarten – Mi punto es que jamas la compras, mucho menos la comes, ni hablar de cocinarla; Y estabas a punto de hacer las tres cosas por un sujeto al que, según tu, conoces de unos días -

 

- No iba a comerl…- Ya van tres.

 

Del otro lado del departamento, pudo escuchar a Ace largar una gran carcajada. Se tenso pensando en que podría estar haciendo el muy mal nacido.

 

- Eso no importa, el simple hecho de que la cocines es demasiado – Tal vez estaba quemando sus mangas...Na, muchos tenían la cara de su hermano aunque no recordaba si habría uno con la de Teach - ¡Escuchame cuando te hablo! -

 

Como una patada en la cara, el grito saco a Sabo de sus pensamientos - Tch que a mi no me guste no signifique que no pueda hacerla para otros. Quiero ser un buen anfitrión -

 

- Nunca hiciste eso por mi – Hm...Buen argumento – Mira, esta bien si no quieres decirme. Pero si este tipo es tan importante para ti como para que le cocines, solo quiero que tengas cuidado -

 

Podría escribir un articulo sobre eso, algo como; “Las mujeres modernas, ya no cocinan, si su esposa o novia decide prepararle la cena. Póngase contento, porque significa que en verdad lo ama.” Si, suena bien. El titulo seria “¿Cocinar o no cocinar?” y aparecería en la sección “cosmopolitan mujer”. Excelente, debiera renunciar al manga y dedicarse a escribir columnas femeninas.

 

Iba a comentarle su idea de cambio de carrera, pero la castaña se le adelanto, siguiendo con su preocupación incoherente – Juro que el tatuaje que de su espalda, lo vi en uno de tus mangas – Desde ahora, Ace aprendería a llevar camisas - ¿Que tal si es un fan psicópata y solo le gustas por tus dibujos? No quiero que te lastimen -

 

- O por dios, Carol para – Cuando creyó que lo había obedecido, sintió su mentón ser empujando hacia arriba con fuerza, chisto con dolor por la rudeza del agarre. Tomo unos segundos que su mente reaccionara y entendiera porque Carol lucia tan inquieta.

 

El moretón...

 

- ¿Fue el, verdad? ¿Te tiene bajo amenaza, verdad? ¿Hay un francotirador apuntándote,verdad? - Nunca escucho tantos “verdad” en una sola oración. Se soltó frotándose la parte afectada, ignorando el dolor al hacerlo – Llamare a la policía -

 

- Estoy bien, deja de armar tanto escándalo – Antes de que realmente tomara su celular e hiciera lo dicho, armo una excusa – Yo me hice esto, fue un accidente -

 

La castaña lo miro incrédula, levantando ambas de sus cejas - ¿Como? ¿Tuviste una pelea contigo mismo? -

 

- Me volví a quedar dormido mientras dibujaba y caí contra el escritorio – Lo triste sobre esto, es que en verdad ya le había pasado.

 

 

- ….¿Otra vez? Te dije que empezaras a dormir lo suficiente – Carol pareció debatir consigo misma por un instante, hasta que, sin mirarlo coloco un plato sobre sus manos y lanzo el filete en este – Alimenta a tu juguete, yo preparare un poco de Te -

 

- No es mi..Olvidalo, piensa lo que quieras -

 

Cuando salio, la escucho gritar un gran “¡Por supuesto que lo haré!”. Estaba tan cansado que ya ni le importara que podría inventar.

 

Vio al pecoso sentado en posición india sobre el sillón, con uno de los mangas en su regazo. Lucia feliz, incluso sonreía. Puso el plato sobre la mesa y se acerco para golpear su cabeza. Eso pareció asustarlo, ya que al instante pego un salto. Extraño...

 

- Ahí tienes tu cena – Dijo, sentándose a su lado. Ace lo miro confundido pero al ver la carne, sus ojos se iluminaron por completo y se lanzo como animal contra la mesa. Sin embargo, se sentó con cuidado y tomo los cubiertos, comiendo civilizadamente.

 

Huh tal vez no estaba tan hambriento como pensó.

 

Disfruto del silencio sin los parloteos de la castaña ni las protestas del pecoso. Casi pudo sentir como si su vida hubiera vuelto a la normalidad, casi.

 

- Así que...¿Quien es ella? ¿Tu novia? - CASI.

 

- ¿Puedes hacer dos cosas al mismo tiempo? Me refiero a comer y hablar – Pregunto, sonriendo cuando el pecoso se atraganto – Hm parece que no -

 

Sin embargo, Ace no continuo la linea de insultos, dejándolo pasar. Eso era aun mas extraño..

 

- Es bastante linda – Lo miro de reojo, acomodándose en el sillón – Y habla mucho, es perfecta para ti. Podrán ser molestos juntos y tener bebes asquerosamente bien parecidos -

 

Sabo rio, pasando una mano por su cara – ¿Rubios y con grandes ojos azules? – Murmuro, continuando con el juego.

 

- Exacto. Quizás las niñas tengan tus rulos y los niños el lacio de ella - Dijo Ace, con media rez en su boca – Pero ellos tu bocaza y ellas su fuerza monstruosa -

 

Deseo que Carol los escuchara así se quitaría esas estúpidas ideas en su cabeza. Escuchar al pecoso planear tu vida amorosa era la perfecta cura.

 

- Suena bien, cuando los niños tengan un problema, sus hermanas los defenderán – Respondió.

 

Y hablando de la reina de roma - Aunque si sacan tu horrible carácter, no querrán ninguna ayuda – Oportuna como siempre – Ten, pensé que Sabo no se preocuparía por darte algo de beber y veo que tenia razón – Deposito el vaso de agua sobre la mesa ante la sonrisa agradecida del pecoso.

 

Luego se dirigió a el con la prometida tasa de Te en mano.

 

- Aquí tienes, y también esto – Coloco el objeto en la mesa de café – Abre tu mano – Sin ganas de renegar, obedeció y la mujer deposito dos pastillas sobre su palma – Te ayudaran a dormir -

 

Ace los observaba con una mirada incrédula en sus ojos. Le resto importancia, agradeciendo las píldoras, y tomándolas de inmediato con ayuda del Te. Mientras mas rápido perdiera la consciencia, mejor. Ya no soportaba a estos dos individuos.

 

Aunque el pecoso estaba siendo extrañamente agradable, tal vez sea por el filete o que no lo molestara como antes de ir a comprar.

 

- Sabes..- Empezó a decir Ace, ganándose la atención de ambos - Retiro lo que dije sobre que era perfecta para ti -

 

- ¿Oh porque? - Pregunto la castaña con clara curiosidad, se pregunto se habría escuchado toda la conversación.

 

Ace sonrió con satisfacción que le impulso a imitar la expresión en la chica – Bueno, Sabo es claramente un imbécil pero tu, por lo que veo, eres bastante agradable – Parecía complacido con lo que dijo – Aunque haya tenido una terrible primera impresión -

 

La reacción fue instantánea. Carol comenzó a reír descontroladamente, yendo a sentarse enfrente del pecoso. Las risa no se detuvo hasta varios segundos después y cuando fue capaz de hablar dijo algo que casi le hace escupir el Te.

 

- Me gustas, extraño nudista. Te apruebo – Huh así que un elogio era todo lo que tomaba para hacer que Carol se ponga de tu lado. Lo tendría en cuenta en un futuro cuando haga algo que la vuelva a molestar.

 

El rubio frunció el ceño y dijo - No hay nada que aprobar e incluso si lo hubiera, poco me interesaría si lo apruebas o no -

 

- ¿Ves? Completo imbécil - Repitió Ace, asintiendo varias veces acompañado por la castaña.

 

¿Porque no lo arrojo por la ventana cuando tuvo la oportunidad? Ahora mismo podría estar durmiendo felizmente.

 

- Solo esta cansado, usualmente no es tan soberbio – Dijo ella – Y ya que el no quiere decirme quien eres, ¿tu lo harás? Por cierto, me llamo Carol, aunque creo que ya lo sabes -

 

El pirata sonrió de inmediato, ¿enserio? Antes de que el llegara; Ace estaba lanzado dagas con los ojos a la mujer y ahora parecían mejores amigos – Mi nombre es A..- Oh piensa rápido.

 

- ¡Andrés! - Exclamo, superponiéndose a lo que el pecoso diría.

 

Dudaba que Carol reconociera el nombre “Ace” sin puño de fuego adelante, pero prefería no arriesgarse.

 

- ¿Andrés? Que extraño nombre – Observo como el susodicho tomaba agua para evitar responder cualquier pregunta, al menos no lo contradijo. Supone que entendía la situación – Entonces Andrés,¿que eres exactamente de Sabo-kun? -

 

- Mira Carol – Dijo, ganándose la atención de ella que levanto una ceja - Afuera esta helando y no tiene camisa, el pobre hombre conmovió mi corazón – Vio como Ace casi se ahoga con el agua, ese idiota mas le valía no tirar abajo sus esfuerzos de mantener una fachada.

 

- ¿Sigues con la parodia del vagabundo? - Su tono era mordaz y sarcástico. Le recordaba a si mismo – ¿Y conmover tu corazón? Te e visto mirar gatitos bajo la lluvia sin siquiera un poco de pena -

 

Sus siguientes palabras, pudo haberlas pensado mejor.

 

- Por eso Dios no me aceptara en el cielo, tengo que empezar a reivindicarme y este sujeto sera el primer paso –

 

Carol levanto ambas cejas y esbozo una expresión incrédula. Suspiro por no sabe cuanta vez en el día y se decidió.

 

- Esta bien, te diré la verdad – Sus ojos chocaron con los de Ace y se encongio de hombros, era ahora o nunca.

 

La castaña sonrió y asintió - Genial, te escucho -

 

- Ac..ndrés es mi nuevo casero, es fan de One Piece. A si que llegamos a un acuerdo; A cambio que limpie y ordene mi departamento . Yo lo dejo mirar mientras dibujo, ya sabes, como un detrás de cámaras -

 

El pecoso se hundió en sus brazos, seguro molesto. Pero esa no era la parte difícil de su discurso, porque faltaba un detalle para que sea completamente creíble.

 

- Y sobre porque esta semi-desuno..Eso también es parte de nuestro acuerdo – Trago, sintiendo la sangre subir a sus mejilla – El puede mirar mis dibujos..Siempre que este sin camisa…-

 

La boca de la castaña era una perfecta “O”. Incluso Ace decidió salir del fuerte que armaban sus brazos para observarlo.

 

Otra vez...¿Porque no lo arrojo por la ventana cuando tuvo la oportunidad? Dejar su orgullo en el suelo por este sujeto, no valía la pena para nada.

 

- Esa es...La historia, no hay nada mas – Carol asintió, ahora mirando al moreno que le sonrió.

 

- Esta diciendo la verdad -

 

Un silencio se formo y pareció una eternidad esperar a que alguien volviera a hablar.

 

La castaña lo rompió, preguntando algo que hizo el ambiente aun mas incomodo- Entonces...¿Si eres gay? -

 

- ¿Que? No – Dijo inmediatamente y sin pensarlo – Es mas fácil dibujar cuerpos desnudos cuando tienes un modelo – Por alguna razón, la oración seguía sonando mal, incluso cuando no debería.

 

De nuevo el silencio. Siempre podía decir algo para acabar con el, pero después del anterior comentario. Temía volver a avergonzarse a si mismo. Su boca estaría cerrada por un largo tiempo. ¿Y que pasaba con esas pastillas que no hacían efecto? ¿No eran instantáneas?

 

Casi empezó a desear la narcolepcia del pecoso. Pero gracias a dios, Carol volvió a hablar. Quien sabe que otra estupidez empezaría a pensar si continuaba la calma.

 

- Pero si te gusta su serie. ¿Porque lo tratas tan mal? - Pregunto mirando directo al pirata - E visto fanáticos idolatrarlo como alguna clase de dios. Y no creo que seas diferente, siendo que estas dejando que te pague con la extraña manera de satisfacer su morbo -

 

- ¡No es morbo! - Exclamo Sabo, siendo ignorado por completo.

 

Ace que no pudo contenerse mas tiempo, comenzó a reír. Al menos uno de los dos se divertía con la situación.

 

Cuando consiguió calmarse , contesto – Solo me gusta su..Manga. Y por lastima, el lo dibuja – Ace luciría mejor con un bigote, si. Similar al de Barba blanca pero negro – Como dije antes, Sabo es un imbécil -

 

- Estas despedido –

 

El pecoso le sonrió de oreja a oreja. Buen momento para pensar como se vería sin un diente menos, o tal vez sin diente alguno – Como si pudieras vivir sin ver mi glorioso cuerpo -

 

Sabo se atraganto, y tosió con fuerza, varias veces.

 

Con preocupación, Carol tomo el vaso de agua en la mesa y se lo alcanzo. Era el mismo donde Ace tomo anteriormente, prefería morir antes que compartir saliva con ese bastardo – Estoy bien – Dijo, aclarando su garganta – Te..Te traeré las hojas para que puedas irte de una vez por todas -

 

Antes de que pudiera escuchar la queja que seguro diría la castaña, se adentro en su habitación. De reojo vio al pecoso tensarse, huh, ojala Carol decida asesinarlo mientras no estaba.

 

 

*

 

 

*

 

 

*

 

 

Por fin había llegado el momento. Sus dedos cosquilleaban con emoción.

 

¿Como reaccionaria el rubio? ¿Se volvería loco? ¿Explotaría de ira?

 

Una parte muy pequeña de su cabeza, tenia miedo y cierta culpa. Era mínimo, casi imperceptible. Si no le prestaba atención no lo notaria, aunque sabia que ese lado era la parte cuerda de su cerebro. Sabo se pasaba amenazándolo de distintas formas, quien sabe si no decidiría cumplir alguna. Esto no era como jugarle una broma a Marco. El conoce los limites del mayor, en cambio al rubio no lo conoce para nada.

 

Preso del enojo, podría echarlo de la casa, antes no pensó en eso. No, no. Razona Ace, si lo intenta, puedes amenazar con quemarlo. Es mas, con solo prender un fuego tendría manejada la situación.

 

- Entonces..¿Andrés es tu nombre de verdad? ¿O es otro invento de Sabo-kun? – ¿Que ya se dio cuenta de la mentira? Ace sonrió con nerviosismo, sin saber que responder– Quiero decir, es un nombre extraño. No me sorprendería que tengas otro nombre -

 

Falsa alarma – Bueno, no es mas extraño que “Sabo” - Ella sonrió, y de inmediato se relajo – Pero si, ese es..mi nombre – Dijo, queriendo morder su lengua. Huh teniendo que abandonar lo único que dejo su madre para el por culpa del dibujante.

 

- Tienes razón – Dijo, soltando una risilla - Seria muy extraño si en verdad ese fuera su nombre -

 

¿Que?

 

- ¿Huh? - Balbuceo, mientras su mente sufría un colapso mental, repitiendo la oración continuamente

 

Seria muy extraño si en verdad ese fuera su nombre” “Seria muy extraño si en verdad ese fuera su nombre” “Seria muy extraño si en verdad ese fuera su nombre”

 

Seria muy extraño si...”

 

- ¿Oh...No lo sabes? -

 

- ¿Saber que? - No podía ser…Su voz tembló, estaba perdiendo algo valioso...Valiosa información…

 

Carol parpadeo varias veces – De verdad no eres un fan psicópata…- Un nombre lo es todo para los piratas, saber el nombre de alguien significaba tener cierto control sobre la persona. O al menos es lo que Marco le explico – Sabo no es su nombre, es solo una abreviación -

 

¿Como competir con alguien que lo sabe todo de ti? ¿Como lograr ponerte a su nivel? Fácil, solo debes ir recolectando información sin que lo note. Cada pequeño detalle funciona para achicar la brecha. Gustos, carácter, temores. Todo sirve.

 

Hasta ahora pensó tener varios datos sobre Sa..sobre el sujeto que lo dibuja. Varios adjetivos rondaban su mente; Engreído, imbécil, impaciente, insensible, sabelotodo, soberbio, frívolo y muchos mas aun peores. Después descubrió que era bueno esquivando y que golpea bastante fuerte. Pero de toda su lista, las únicas cosas que valían la pena tener en cuenta, eran tres.

 

Le teme al fuego, no le gusta la carne y su nombre.

 

Ahora, acaba de perder una y el vació abismal que había entre ellos, no solo volvió a estar como antes. Si no que se incremento.

 

- ¿Una abreviación? - Susurro, se pregunto que cara estaría haciendo, porque Carol lo miraba confundida - ¿Quieres decir que hay puntos entre cada letra? -

 

Cuatro letras, podrían ser dos nombres y dos apellidos. O un nombre y tres apellidos. O al revés. Maldición, como no podía saber siquiera su nombre. Esto ya era ridículo.

 

- No creo que el quiera que sepas – Por supuesto que no quiere, si es un bastardo misterioso – En realidad, yo solo lo se porque a veces traigo sus cheques – La miro incrédulo, ambos lucían cercanos. ¿Y esta tipa dice que no se entero por Sabo? ¿Y que rayos era un cheque?

 

Maldición, maldición, maldición.

 

¿Cuantas oportunidades tenia de averiguar su nombre? En el libro decía claramente “Sabo” sin ningún punto ni apellido. Su única esperanza era esta mujer.

 

- ¿Entonces porque lo llamas Sabo? - Pregunto.

 

Carol movió su cabeza de un lado y luego al otro. Impacientando aun mas al pecoso – Todos lo llamamos así, es mas como un apodo -

 

- ¿Huh? ¿Porque? ¿Que hay de malo con su nombre? -

 

Escucho varios ruidos del otro lado de la habitación, como si el rubio estuviera lanzando todo al suelo. Ese era el primer aviso de que el tempo se le acababa.

 

- Creo que no le gusta, a si que realmente lo mantiene en secreto. Es decir, los fanáticos saben que no es su nombre porque el lo a dicho en conferencias. Pero dudo que alguno sepa el verdadero, ni siquiera esta en Wikipedia -

 

¿Wiki que? ¿Como se supone que sepa lo que es eso? Ni siquiera sonaba bien.

 

- ¿Enserio hay algo peor que Sabo? - Mas ruido y mas ruido.

 

La Ojiazul sonrió – No es un mal nombre, de hecho, es bastante bonito. No se porque no le gusta -

 

Ace imito su sonrisa, e incluso la amplio. Poniendo la mejor cara que podía, la misma que usaba para pedirle un aperitivo a Thatch y la misma que uso para convencer a su padre que lo deje ir tras Teach.

 

- Debe ser difícil mantener el secreto tu sola –

 

- Ni te imaginas. Creo que solo lo debemos saber sus padres y yo – Asintió, manteniéndose sonriente – Y Sabo casi me mata cuando se lo dije, me hizo jurar que no se lo diría a nadie -

 

Era ahora o nunca - ¿No quieres ampliar el circulo? - Carol lo miro confusa, así que agrego - Una persona mas es lo mismo que nada -

 

Movió sus manos para apuntarse y finalmente parece que entendió la indirecta.

 

- No lo se, Sabo se molestara conmigo -

 

Solo un poco mas y lo tendría…- Es solo un nombre – O tres, o dos o cuatro. Dependiendo de donde estén los puntos.

 

- Si fuera solo un nombre no estaríamos teniendo esta conversación – Tch…- Ni siquiera te conozco, y tu tampoco pareces conocerlo a el -

 

Que ironía...Justo esta tratando de conocerlo al menos UN POCO.

 

- Asi que olvidalo, no te..-

 

- No le gusta la carne – Soltó sin pensarlo – Y le teme al fuego – Solo quiero recuperar mi tercer dato...

 

Carol lucio sorprendida - ¿Como sabes eso? -

 

Por alguna razón, esos dos datos tan simples, parecían muy importantes para la castaña. Y cuando su mirada se suavizo, supo que había acertado.

 

Ya la tenia - El me lo dijo – Lo único que debía hacer, era no arruinar todo con una de sus clásicas estupideces– Y sabes que si no fuera especial para el, no dejaría que lo trate tan mal -

 

En los grandes ojos azules, algo brillo. Como un pizca de sol, en el cielo nublado. Tan suave e imperceptible que casi se lo pierde.

 

- Tienes razón... -

 

Sabia que venia el “pero”, por eso continuo hablando – O al menos el lo es para mi – Sonrió con fingido nerviosismo, mirado sus manos – Mentí cuando dije que era un imbécil y solo me interesaba su libro -

 

- Mentir seria decir que es agradable – Escucho que murmuro y no pudo evitar apoyar la idea asintiendo.

 

Sin embargo, continuar el juego no lo llevaría a la victoria.

 

- Antes solía pensarlo. Me caía muy mal, lo odiaba – Dejo de mirar hacia abajo y levanto la mirada, concentrado en cumplir su cometido – Pero nadie puede pasar tanto tiempo con alguien que odia, ¿verdad? Ni siquiera me gustan tanto sus dibujos -

 

La pizca de sol, se volvió un puñado, animándolo a seguir hablando.

 

- La verdad es que tu tienes razón, no lo conozco para nada. Y es tan molesto - ¿Hey, aun sigues fingiendo? - Cada vez que intento saber mas sobre el, es como si una pared se alzara en frente de mi -

 

Ya ni creía que eso ultimo tenga que ver con Sabo. Mas bien parecía su subconsciente hablando. Cada vez que intenta arreglar las cosas solo las empeora.

 

Soltó una risa cansada. Porque estaba tan pero tan cansado –¿Como..Como se supone que me acerque, cuando con cada paso parece que me estoy alejando? -

 

Cansado de pensar en sus camaradas...

 

Cansado de imaginar a Luffy llorando…

 

Cansado de culparse…

 

Cansado de respirar…

 

Cansado de vivir…

 

Desde que llego a esta “realidad” había tenido tres dosis de adrenalina. La primera fue cuando despertó, la segunda cuando golpeo a Sabo y la tercera al quemar los dibujos. Ya no tenia nada para huir del cansancio. Sus músculos dolían incluso sin las heridas, los parpados le pesaban, su cabeza luchaba por seguir consiente.

 

¿Porque?

 

¿Porque estaba haciendo todo esto? ¿Porque seguía luchando por una segunda oportunidad? ¿Porque no...Porque no se daba por vencido?

 

Cada vez que intenta arreglar las cosas solo las empeora.

 

No merecía volver a vivir, no con toda las muertes en sus manos. El no debería ser el que este aquí. Portgas D. Ace tuvo que morir en Marine Ford.

 

Antes de quemar el dibujo, lo observo por varios minutos, analizándolo. En la hoja estaba solo con su hermano. Luffy lo abrazaba mientras el susurraba sus ultimas palabras.

 

Gracias por amarme”

 

Y sonreía, lucia..Feliz. Antes no lo entendía, demasiado absorto en su plan de regresar a la vida. Pero ahora creía poder comprenderlo...Era el mismo sentimiento que tuvo antes de desmayarse, cuando Sabo le dijo que murió protegiendo a Luffy.

 

Paz.

 

Fue amado, hasta el final de su vida. Recuerda decírselo a Sengoku, que incluso cuando había personas muriendo por el, no podía parar de llorar de felicidad.

 

Cada vez que intenta arreglar las cosas solo las empeora…

 

Maldición, no tuvo que haberlo quemado. Justo cuando aceptaba su destino, se da cuenta que otra vez actuó impulsivamente. Si solo hubiera tomado la decisión con la cabeza fría, el dibujo seguiría intacto.

 

¿Entonces porque simplemente no dejar de intentarlo? ¿Porque mejor no empeorarlo todo y ya?

 

La voz de Carol lo saco de sus pensamientos – Entiendo lo que dices – Su rostro había cambiado, ya no se veía tan alegre. Parecía..¿Triste? - Es difícil poder llegar a Sabo-kun. Lo fue para mi y aun sigue siendo difícil -

 

Se preguntaba si algún día seria capaz de poder pasar todos los muros que rodeaban al rubio.

 

- Pero yo no tuve a nadie para ayudarme y te repito, tienes razón. Si no fueras importante para Sabo, el no dejaría que lo trates así – Huh..Lo logro, pero ya no se sentía tan realizado como antes – Empezar por un nombre es el primer paso, ¿verdad? -

 

Asintió, dándole una leve sonrisa.

 

- Bien, su nombre es-

 

- Carol –

 

¿Ah?

 

La voz cambio al final, se había hecho mas grave. Oh que estúpido, en realidad era Sabo había vuelto.

 

 

Sabo volvió.

 

 

Y no estaba exaltando fuego por la boca, buen comienzo.

 

- ¿Si? - Pregunto ella alterada, seguro con miedo de pensar que fue descubierta. Miedo que le empezó a contagiar.

 

Sin tener que mirarlo, sabia que el rubio era rodeado por alguna clase de aura, cargada con mal humor y deseos asesinos - Me tomare unas vacaciones -

 

¿Que? Eso no era lo que esperaba...

 

La castaña tardo unos segundos en reaccionar y cuando lo hizo. No fue solo una el aura maliciosa que lleno el ambiente. Toda expresión pacifica que tenia antes, desapareció, volviendo a transformarse en la mujer que lo ataco con un perchero.

 

- ¿¡Que!? - Exclamo.

 

- Estoy cansado, quiero dormir por un mes – Dijo Sabo con tranquilidad – Avisa en la oficina y a la editorial -

 

- No-¡No puedes solo decidir que quieres unas vacaciones y menos de un mes, estas cosas se avisan con anticipado! Hay que preparar capítulos para que..-

 

El rubio chisto con molestia, deteniendo el balbuceo de la chica.

 

- No me interesa, solo pausa todo. No pienso tomar un lápiz hasta el mes que viene – Carol movió la boca, pero ningún sonido salio de ella. Parecía debatir entre estrangular a Sabo o callarlo con su puño – Es mi decisión y nada de lo que digas me hará cambiar de opinión -

 

Parece que logro lo que quería, el manga iba a ser detenido. ¿Pero seguía queriendo eso?

 

Dejar de intentar...

 

Vio como la castaña asesinaba con los ojos al dibujante, hasta que con un resoplido molesto, murmuro algo como un “bien” entre dientes. Y tal como llego, abrió la puerta ella misma y con un portazo abandono la sala.

 

Ahora estaba solo. Con un posible futuro asesino. En la primera pelea, el la inicio. Ace fue quien estallo de ira mientras el rubio solo lo imito. Esta vez, los roles se invertían. Espero los gritos, el puño en su mandíbula, la patada para echarlo fuera, cualquier cosa. Sin embargo, nada de eso llego. Y lo que recibió, sintió que era cien veces peor.

 

- ¿Sabes cuanto tiempo tarde en terminar ese dibujo? - Su tono era tan gélido, que incluso siendo fuego; Congelo cada parte de su cuerpo - ¿Sabes cuanto horas dormí en ese tiempo? -

 

Miro su rostro, los ojos azules estaban erráticos, como el oleaje en plena tormenta. No coincidía con su voz tan fría.

 

Empeorarlo todo...

 

Pudo haberse mantenido en silencio, probablemente esa seria la respuesta a la pregunta de Sabo. Pero como siempre, abrió su bocota, sin detenerse a pensar un segundo sus siguientes palabras.

 

- ¿Porque no me dijiste tu verdadero nombre? -

 

Eso lo descoloco por un segundo, quizás menos. El rubio chisto, murmurando – Sabia que Carol no podía tener la boca cerrada tanto tiempo –

 

Si esta vez se mantenía callado, podría salvar la situación pero maldición, estaba tan cansado. Que ya no le importo. Ya no le importo que Sabo este en todo su derecho para enojarse, o que fuera su única esperanza para volver. El solo...Quería dejar de intentar hacer las cosas bien..Cuando sabe que todo resultara peor.

 

Porque Portgas D. Ace siempre sera un bastardo impulsivo. Siempre. Y nada cambiara eso. Porque si no lo fuera, no estaría parado en una casa a muchos metros de altura, ni estaría mirando a un rubio con vestimenta rara, ni estaría a punto de cometer la mayor estupidez de su vida.

 

Porque si, es impulsivo. Y no dudaría un instante en volver a ir tras Teach para vengar la muerte de Thatch, no dudaría un minuto en volver a enfrentarse a Akainu para hacer valer el honor de su padre. Y no dudaría un segundo en volver a pararse enfrente de Luffy para protegerlo.

 

Porque toda su vida esta basada en impulsos.

 

Sonrió mordazmente - ¿Acaso tu nombre es tan feo que ni siquiera puedes pronunciarlo? ¿O solo lo ocultas para hacerte el guay?- Sabo gruño, dando un paso mas cerca - Como uno de esos niños malcriados que no saben que hacer para llamar la atención –

 

Dejar...(Pudiste salvarlo)

 

-Por supuesto que es eso, ¿verdad? Tienes toda la pinta - Explota – Seguro después, cuando me tuvieras mas confianza, inventariás alguna clase trauma sobre porque le temes al fuego o porque no te gusta la carne. Algo que te haga ver menos patético –

 

De...(Pudiste salvarte)

 

- Te ahorrare el esfuerzo y yo mismo te inventare una historia. ¿Dijiste que era el olor lo que no te gustaba de la carne? Hm...Haré un combo. Tu mansión se incendio y...Tus padres se quemaron, como tu los encontrase, quedaste traumado por ver..-

 

Intentar...(Pero no lo hiciste)

 

Sabo se movió tan rápido que no pudo reaccionar. Cuando pestañeo, el puño del rubio rozaba su nariz. Estático en el aire. En busca de retroceder, tropezó con sus pies y cayo al suelo. Sus ojos abiertos como platos, mirando cada parte de su rostro, buscando encontrar la razón de que el golpe se detuviera antes de herirlo.

 

- ¿Eso es lo que querías? - Sabo deshizo el puño y observo su mano, moviendo los dedos con tranquilidad – ¿Un puñetazo? ¿Que te eche? ¿Que te grite para que tu mismo te vayas? -

 

¿Huh?

 

Apretó los dientes, odiando al dibujante. ¿Cual era su problema? ¿Si sabia porque simplemente no lo hacia? Pensaba que eso era lo que mas ansiaba hacer desde que lo vio.

 

- Dime algo Ace -

 

¡Deja de parecer tan tranquilo! Apretó sus manos, dispuesto a ser el quien comience la pelea por segunda vez. Eso bastaría para que el rubio pierda la calma.

 

- ¿Si te dijera, que atinaste con la historia inventada, que harías? -

 

Su respiración se detuvo, también se aflojo su mano en sorpresa. No esperaba eso...No lo esperaba para nada. Sabo seguía impasible pero tenso de alguna forma. Deseo que no continuara hablando, que solo lo golpee.

 

- Si te dijera que mi mansión se incendio - Un nudo se formo en su garganta – Que encontré a mis padres carbonizados – Detente…- Y que es por eso que no tolero el olor a la carne cocida – Maldición...Lo volvió a hacer - ¿Que harías? - Lo arruino.

 

¿Pero eso era lo quería, verdad?

 

- Yo..- No encontraba voz para responder o lugar para esconderse.

 

- Te sentirías culpable – Dijo, dejando de mirar sus dedos para clavar los témpanos azules en su figura – Y te enojarías por haber dicho algo tan cruel – Mordió sus labios, sin ser capaz de devolver la mirada – Pero lo que mas pasaría por tu cabeza, es arrepentimiento -

 

Los orbes negros chocaron con los azules, completamente firmes y seguros.

 

- Yo nunca me arre..-

 

Sabo lo cayo con sus propias palabras – Lo se – ¿Entonces porque..? - Pero arrepentirse, en el mundo real es tan común como pensar. Y adivina que; ahora tu también perteneces a este mundo -

 

….

 

- Y la razón por la cual estas haciendo todo esto. Es porque te arrepientes de quemar el papel. Te arrepientes de haberlo hecho pero no quieres aceptarlo. Por eso buscas una manera de remediarlo y tu maravillosa solución fue hacer que yo te quite la otra oportunidad de vida -

 

Sentado y el rubio parado, no alcanzaba para describir la sensación de inferioridad que lo recorría. No podía evitar también sentirse molesto y querer gritar que no conocía todo de el, sin embargo, eso seria una mentira.

 

Sabo suspiro, revolviéndose los cabellos - Estoy cansado. Muy cansado. Antes cuando me golpeaste, probablemente estaba buscando que lo hicieras. Para poder descargar mi estrés de alguna forma - Huh..- Ahora tu estas haciendo lo mismo pero con un distinto objetivo -

 

Su voz sonaba mas suave que antes, ya no era el tono gélido de antes.

 

- Claro que yo tengo un poco mas de auto control que tu – No podía simplemente ser agradable ¿verdad? - Lo que quiero decir, es que mañana cuando despiertes y puedas usar todas tus neuronas. Pensaras en las cosas que pudieron haber resultado diferentes -

 

A pesar de no estar tan tenso como antes, el rubio cargaba con una mochila de molestia en su espalda. Lo había dicho, Sabo también estaba cansado. ¿Cuanto fuerza de voluntad estaría usando para no haberlo atacado desde el momento en que abrió su boca?

 

Arruinarlo...

 

- Pensaras y pensaras, hasta que te comiences a sentir culpable y llegue el arrepentimiento – Puede que con un par de insultos mas, el rubio se rompa – Solo...Ve a dormir Portgas, deja los pensamientos para mañana -

 

¡Debe arruinarlo, entonces tal vez…!

 

Observo como volvía rumbo a su cuarto. Miles de ideas cruzando en zigzag por su cerebro. Aun podía lograr su cometido...Si empujaba un poco mas sus limites quizás…

 

- ¡Espera rubio bast..-

 

La puerta se cerro con un portazo. Dejándolo incapaz de seguir intentando ser apaleado.


Tal vez sera Thatch, quien merezca estar en su lugar...

 

Lo espero, no supo cuanto tiempo. Sin embargo, Sabo no volvió a salir. Varias veces estuvo a punto de cruzar la puerta pero algo lo detenía al tomar el picaporte. Quizás su sentido común.

 

Cuando se dio cuenta, estaba recostado en el piso boca bajo. Su narcolepcia parecía haber vuelto. Pero le resto importancia, volviendo a cerrar los ojos, olvidándose de todo.

 

Y finalmente durmió, durmió y durmió.

 

Hasta que casi se ahoga con el rio de baba que fabrico.

 

Se levanto de un susto, sentándose en sus rodillas mientras tosía descontroladamente. Cuando le pareció que toda la saliva salio de sus vías respiratorias. Miro hacia todos lados, adormilado. Este no era su barco..¿Donde se había metido?

 

Uno a uno, los recuerdos empezaron a inundar su mente.

 

No es real, es un personaje de un libro. Su dibujante es rubio y con bonitos ojos, pero el no es el autor. Su nombre es Sabo, oh no espera, ese es su apodo. Lo golpeo, quemo el dibujo donde moría, cumplió una parte de su plan. Conoció a su amiga/novia/loquesea, casi la convence para averiguar su nombre. El plan apesta, se arrepiente de quemar el dibujo. Dijo cosas horribles a Sabo, no debería importarle pero…

 

Sin pensarlo, se metió al cuarto del rubio, observando el desastre que era ahora. Papeles desparramados por todos lados, muebles en el suelo, sabanas sobre muebles. Ahora entendía mejor porque Sabo estaba tan calmado; Antes de salir se había descargado con los objetos.

 

Sus ojos pararon en la figura que descansaba en la cama, cubierto por las sabanas que no fueron arrojadas al techo. Con cuidado, se acerco al borde y destapo suavemente al muchacho para lograr ver su cara. El estomago se le revolvió pensando en todo lo que le dijo. Ni siquiera haciendo un balance con las palabras crueles que Sabo utilizo hacia el, podía lograr calmar la culpa que lo recorría.

 

Y ver su expresión tan relajada, comparada con la errática de antes. Solo aumentaba el malestar.

 

Se sentó en el suelo, apoyándose contra las maderas de la cama - Tenias razón...Me siento terrible – Murmuro.

 

¿Si te dijera, que atinaste con la historia inventada, que harías?”

 

El mismo nudo de antes se formo en su garganta. ¿Lo dijo enserio o solo era un “hipotéticamente hablando”? Ugh, no quería ni pensarlo.

 

Una mano se apoyo en su cabeza y le revolvió los cabellos con suavidad – Relajate, tener conciencia es algo natural – Le dijo el rubio, ahora dandole palmadas como un perro – Al menos ahora sabemos que tienes una -

 

Sonrió, quitando la mano y girándose para mirarlo– Solo faltas tu. ¿Algún sentimiento de culpa te recorre? - Sabo bostezo, sentándose en la cama. Con ojos soñolientos miro el desastre que era su habitación e hizo una mueca.

 

- ¿Que pensé cuando hice esto? - Murmuro – Oh claro, Ace es un imbécil -

 

Soltó una risa, que hizo al rubio frotar sus ojos varias veces.

 

- Suerte que el sentimiento es mutuo. De otra forma no podríamos casarnos – Sabo sonrió y sin ganas de levantarse, volvió a arrojarse al colchón mullido.

 

- Eres mi hijo, no puedo casarme con mi hijo -

 

- ¿Hijo? - El ambiente, era sorprendentemente pacifico. Muy diferente al tenso e incomodo de antes.

 

Dormir es el remedio para cualquier complicación en la vida.

 

- Tu lo dijiste, yo hice tu cara. Por lo tanto soy tu padre – Achino los ojos, la sonrisa aun fija en su rostro – Solo falta encontrar a tu madre para que puedas resolver tu problema de identidad e irte a vivir solo -

 

Ace volvió a reír ante la incoherencia de palabras. Se sentía tan lejano cuando dijo eso. Aunque la expresión que Sabo había puesto era inolvidable – ¿Que te hace pensar que tu eres el padre? -

 

- El hecho que seré yo quien tenga que mantenerte –

 

Sabo apoyo un dedo en la mitad de su frente y comenzó a hacer un circulo hasta lograr dar el giro completo. El pecoso se mantuvo quieto, dejandolo jugar con su cara. Sin querer romper el momento que parecían estar teniendo.

 

- Es un circulo guiá, recuerdo haberlo hecho para que tus ojos no terminaron a lado de tus orejas – Ambos se observaban, Ace miraba los ojos azules analizarlo y Sabo parecía buscar errores en su cara – Huh En realidad hice un buen trabajo contigo, aunque tienes suficiente frente para alojar a toda una familia de ardillas -

 

De un zopeton saco la mano y chisto – Eso que acabas de hacer, se llama arruinar por completo un momento -

 

- Deja de querer tener momentos con tu padre, es espeluznante – El pecoso se atraganto con sus palabras – Ponte feliz, prometo ser mejor que Roger -

 

No es demasiado complicado ser mejor que ese viejo molesto. Y por algún misterio de su personalidad, le pareció que era un buen momento para disculparse.

 

- Siento haber quemado tu trabajo – El rubio al fin pareció prestarle atención de verdad, centrando sus orbes en los suyos – Fue estúpido, no debí hacerlo -

 

Sabo suspiro, decidiendo empezar a levantarse – No te preocupes, la mitad de las cosas que haces son estúpidas -

 

- Pero gracias a ti, tengo una linda cara que me evita los problemas – Lo escucho susurrar “O simplemente confunden tu frente con un terreno donde podrían poner su casa” - ¡Oye! -

 

Desperezandose el rubio lo ignoro, saliendo de su cama y dirigiéndose a la puerta. Pensó que saldría pero se quedo tieso en el lugar.

 

- Aun no me dices porque enloqueciste y decidiste que era buena idea provocarme – Dijo, sin voltear.

 

Ace trago al pensar que todavía no se disculpo por eso. Y la razón era, que le costaba encontrar palabras para poder hacerlo.

 

- Porque...Porque creí que si echaba a perder esta “segunda oportunidad” - Su garganta estaba seca, había pasado un tiempo desde que recordaba el sentimiento, capaz de hacer que su pecho duela y sus ojos ardan – Entonces se la darían a otro -

 

Portgas D. Ace siempre sera un bastardo impulsivo...Pero como a todo bastardo impulsivo, el sentimiento de culpa siempre lo acompaña.

 

La culpa y el remordimiento de algo que pudo haber evitado.

 

Porque no se arrepiente de ir tras Teach, tampoco de enfrentar a Akainu y mucho menos de salvar a Luffy. Nunca se arrepentiría de eso. No obstante, después de haber realizado la acción, piensa. Y muchos de los pensamientos empiezan con “Y si hubiera...”

 

Tal como dijo Sabo, no quiere aceptar que se arrepiente. Por ello busca una manera de arreglarlo y siempre, dos de tres veces que lo intenta, termina aun peor. Como el accidente de Teach, que causo demasiados daños colaterales.

 

- Bueno, me alaga que creas que soy alguna clase de dios que va por ahí trayendo personajes a la vida – Fue lo que Sabo respondió – Pero tengo que romper tus ilusiones y decirte que no, no lo soy -

 

- Claro que ya se eso. Te lo dije antes, tu eres el demonio malvado que mandaron del infierno – Dijo esbozando una sonrisa arrogante – Todavía espero al ángel. ¿Sabes cuando llegara? -

 

El dibujante frunció el ceño, abandonando el picaporte y yendo en dirección a uno de los armarios. Un objeto suave le golpeo la cara y cayo sobre sus rodillas. ¿Una toalla? - Seguro huyo a penas te olio . Ve a darte una ducha..Espera, ¿sabes que es eso? -

 

Parpadeo y miro hacia la ventana, otra vez era de mañana...¿Exactamente cuanto tiempo se paso durmiendo?

 

- Si te digo que no, ¿entraras a bañarte conmigo? - Lo vio estirarse, para tomar algo de la mesita continua a su cama.

 

Ahora Sabo no lo miraba, estaba concentrado en el pequeño objeto en sus manos. Era rectangular y brillaba, se parecía a la caja negra pero mucho, mucho mas pequeña.

 

- No – Dijo y agrego – Te llevaría a un parque, para que te bañes en alguna fuente – Bueno, Carol no le mintió cuando dijo que Sabo era menos soberbio con suficientes horas de sueño, pero seguía siendo un imbécil.

 

Rodó los ojos – Entonces si, se que es una ducha – Lo miro, esperando ver el azul tan bonito girar en su dirección. No paso, el rubio estaba hipnotizado con la mini cajita – Oye, me gustan tus rulos. ¿Puedo tocarlos? -

 

- No – Así que si estaba escuchando…

 

Huh, continuo observándolo, prestando atención en cada rasgo, siendo la primera vez que se ponía a examinar su rostro con cuidado. Cuando lo conocio, la primera impresión que tuvo fueron sus ojos, azules como un zafiro. Le recordaron al mar y eso fue mas que suficiente para que se le empezara a insinuar. Esos ojos eran tan increíbles, que no necesito ver mas haya.

 

Ahora, observando todo el conjunto, no lamentaba haberse insinuado, probablemente continuara haciéndolo. Sabo es bien parecido, sus fracciones son suaves y armoniosas, no demasiado masculinas pero tampoco llegaban a ser como las de una mujer. La piel blanca y sin ninguna imperfección, hacían que su cabello luciera surrealista. Amarillo y brillante como el sol. Sin olvidar los rulos, que moría por saber si eran tan suaves como lucían.

 

- Sostén esto un segundo - ¿Que?

 

Casi pega un grito cuando vio la pequeña caja ser arrojada en su dirección. Haciendo malabares logro tomarlo antes que se estampe contra el suelo. Y le sorprendió al notar su ligeresa. Podría sostenerlo con dos de sus dedos. Aunque también parecía muy frágil.

 

Salto cuando se encendió solo y comenzó a producir un extraño sonido – ¿Esta cosa tiene vida? - Murmuro.

 

Había una palabra y debajo de ella un nombre..

 

>Un mensaje nuevo<

 

- Thomas Lawley – Sabo se lo arrebato de las manos antes que pudiera seguir mirando, y en su lugar dejo ropas, un pantalón y una cami..- No uso camisas -

 

- No USABAS camisas, ahora son tu nueva cosa favorita – Otra vez volvió a mirar la caja brillante, ignorándolo.

 

Su estomago gruñía y realmente no quería hacerlo enojar antes de estar bien alimentado, así que solo suspiro. Hm..Lucia como un buen momento para preguntar algo.

 

- ¿Cuanto tiempo dormí? - El rubio murmuro “tres días”...¿¡AH!? - ¿Tanto? -

 

Asintió – Cuando te vi pensé que estabas muerto, no te movías y ningún ruido te molestaba. Después empezaste a babear y supe que solo dormías -

 

- Pude haber muerto con mi saliva – De hecho, casi lo hace

 

Supo que Sabo había dejado de prestarle atención cuando respondió un “aja” sin demasiado interés. Volvió a suspirar, levantadose del asiento que se había convertido el piso.

 

- El baño esta detrás de aquella puerta – Sin mirar, señalo un armario, pero supuso que se refería a la puerta que estaba a lado.

 

Mientras avanzaba hacia la puerta, pensó que podría tener de interesante el rectángulo ese. Aunque recordando la caja-libro, seguramente era algo igual de genial. Y cuando entro al baño, se pregunto quien seria ese tal Tho..algo Lawley. Aunque el apellido le sonaba familiar.

 

Law..ley.

 

Familiar pero lejano a la vez. Seguro era solo su imaginación.

 

 

Continuara...

Notas finales:

Hay dos pistas sobre un futuro tema, espero las hayan encontrado (son bastante obvias) y entendido :D, y si no las entendieron pues ya que, seguro se lo entenderan en el siguiente capitulo.

Gracias por leer! Bye Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).