Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un dibujo, mi dibujo. por alice_chuu

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Wolas! Conti conti para disfrutar bajo la lluvia tomando un té. (Situaciones hipoteticas totalmente posibles.)


Enjoy!

Capitulo 5: “Aprende a olvidar.”

 

- Así que...¿Que haremos? - Mordió la tostada en su plato esperando el café prometido.

 

Sentado en la banqueta y observando a Sabo prender una maquina espeluznante, se sentía extrañamente inquieto. El objeto era grande y negro, una mala combinacional de palabras. Hasta estaba tentado a decirle al rubio que tuviera cuidado, pero dudaba que lo tomara en serio. Al menos lucia como una pava.

 

- Tomar un café, te lo dije hace cinco segundos. - Sus dientes apretaron con fuerza el pobre pedazo de pan, descargando toda su ira en el.

 

Este tipo, tendría suerte si no le da un puñetazo para el final de la semana. Oh espera, ya lo hizo. Debería pensar otra amenaza. - Sabes de lo que hablo. Deja de hacerte el tonto que no va contigo.-

 

Pasaron varios minutos de silencio. Sabo solo se mantenía callado, mirando fijamente la maquina. De verdad estaba jugando con su paciencia. Pero no quería prejuzgar, se supone que ya se llevan ALGO mejor. Incluso bromearon juntos, eso debe ser bueno. Lastima que nunca fue bueno con las relaciones.

 

- ¿Me estas ignorando? - Dijo, las tostadas dejadas de lado. - Piensa tu respuesta, de ella puede depender que no te estampe al suelo. -

 

Sabo suspiro. Si pudiera verle la cara, estaba seguro que rodaba los ojos. Incomodo, se revolvió en su asiento. Odia tener que estar tan vestido. Y la prenda que le dio ni siquiera es normal. Tiene una textura suave y agujeros en el frente, también sobresale un pedazo detrás como un bolsa. Se pregunto si ambos servirían para llevar cosas.

 

- Estaba pensando. Aunque te parezca imposible, las personas piensan. - Respondió a la vez que colocaba otro envase junto a su plato. - Ten, come una galleta. -

 

- ¿Estas dándome comida para que me calle? - Agarro una de todas formas, lucían bien. Quizás las hizo la chica con súper fuerza. Parecía algo que ella haría por este imbécil. El recuerdo de su intento de extorsión contra ella, hizo que se le revolviera el estomago.

 

Dijo cosas incoherentes, aun no puede creer como le creyó. Si Sabo tardaba unos segundos mas en aparecer, habría averiguado su nombre.

 

- Tu que crees. - Ahora dejo una taza, podía oler la cafeína a millas.

 

Sonrió mordaz, retándolo con su mirada – Sabes, puedes entretener mi boca con otra cosa. - Su nombre, huh...¿Aun quiere saberlo?

 

Sabo.

 

Intentar buscarle otro nombre sonaba ajeno. Estaba bien con solo Sabo. Y su amiga tampoco lo llamaba con el “real”. Ella dijo que no era un malo, sin embargo a Sabo no le gusta. Entonces recordó su antigua charla. Esa donde lo ataco, recriminando que lo ocultaba para ser guay.

 

- La verdad es que un zapato haría un mejor trabajo. -

 

- Extraño fetiche el tuyo. Pero esta bien, soy flexible. -

 

Un niño malcriado que busca llamar la atención...Mentiría si dijera que se lo invento en el momento. Realmente, es algo que venia pensando desde que lo vio. Sabo luce como el típico hijo malcriado de los nobles. ¿Actuá como uno? Ahí es donde se pierde. Su personalidad es extraña. Por momentos es un imbécil y por otros un idiota.

 

Pero se las arregla para ser soportable y que no crea que merece la muerte como los Tenryuubito. Aunque su cara también es un factor importante. El punto es que, aun siente culpa por todo lo que dijo...

 

- ¿Estas bien? - Pestañeo cuando Sabo le paso la mano por en frente de los ojos. - Te quedaste mirando a la nada. -

 

Fuego.

 

Le aterra el fuego. Jamas podría olvidar la reacción que tuvo solo con verlo. Terror absoluto. No es normal, por lo menos no en el Grand Line. Y es donde mas se...arrepiente. Los traumas son algo con lo que no se juega. Nunca fue admirador de los padres, pero sabe lo que significan. No todos nacieron sin ellos, o siendo odiado por ser el hijo de uno.

 

- Oye Ace, espabila. - Ow. ¿Acaba de golpear su frente? Cerro los ojos por el pinchazo de dolor y con velocidad, agarro su muñeca, reteniendola en el aire. - Oh, ya volviste. -

 

Tenia que preguntar. Tenia que saber. -...¿Era verdad? - Su consciencia no puede vivir tranquila hasta que lo sepa con claridad. Aun no se disculpa.

 

Sabo esbozo una expresión confusa, jalando de su mano para soltarse sin obtener resultados. - No tengo idea de lo que hablas. -

 

Tch. Otra vez jugando al tonto. Pero mirando de tan cerca los ojos azules, dudaba un poco que lo hiciera. Eso era otra cosa que lo diferenciaba de los Tenryuubito, a veces Sabo parecía...vació. Herido, lastimado. Como si no le importara su vida.

 

- Antes cuando dijiste que atine con la historia. ¿Era verdad? -

 

Bufo, rodando los ojos. Huh..No era la reacción que esperaba. Y preparo muchas posibilidades, en una incluso había lagrimas. (Otras mas oscuras incluían una cama.)

 

- ¿Sigues con eso? De verdad eres mas sentimental de lo que esperaba. - Este chico...Quizás debería matarlo y ya. Lidiaría con la culpa después. - No. ¿Algo mas que quieras saber? -

 

¿Sabo acaba de ofrecer lo que cree que ofreció? Ya obtuvo la respuesta que quería y su conciencia ahora esta tranquila. ¿Pero era todo? Tres días antes, cuando todavía moría de sueño, recuerda tener un montón de preguntas. Y las sigue teniendo. Siembre fue curioso, demasiado. Sabo es un enigma, desde arriba hacia abajo. No debería interesarle, lastima que antes llego a la triste conclusión...Le interesa, y mucho.

 

¿Porque le asusta el fuego?

 

¿Porque no le gusta su nombre?

 

¿Porque no come carne?

 

Se pregunto si Sabo respondería. Luce fastidiado pero esa ya es su expresión básica. Así que tal vez tendría que…

 

- ¿Como se llama esto? - No puede, por alguna razón no puede. - Es algo cómodo. Me agrada. - Sentía que entraría en un terreno peligroso. ¿Que haría si la verdad es mucho peor que su invento? No tendría idea de que hacer, ni decir. Y si quemarse lo asusta tanto, no podía esperar menos. Nadie tiene esas reacciones porque si.

 

Sabo pestañeo, sin esperarse su pregunta. Luego volvió a suspirar. - Estaba siendo sarcástico. ¿Sabes? - Por alguna razón quiso sonreír, parecía la respuesta correcta. - Sudadera. -

 

- ¿Sudadera? ¿Como de sudor? - Ese era un nombre terrible. Hasta desagradable. - ¿No se te ocurrió algo mejor? -

 

Libero al rubio de su agarre y decidió tomar el café. Por suerte aun esta tibio. Y no sabe tan mal, los café de Marco eran mucho peor. Marco...¿Que estaría haciendo? Quizás vengue su muerte contra Akainu. Seria bastante cool. Debería sugerírselo a su creador.

 

- Yo no decido los nombres. Tendrás que acostumbrarte. - Sabo regreso junto a la maquina espeluznante. Huh, esta sirviendo mas café con la pava. Aun sigue siendo raro.

 

Se mantuvieron en silencio. El concentrado en terminar de comer. Y Sabo en lo que sea que piense. Miro con tranquilidad la cocina. Sorprendentemente se veía acogedora, aunque encontraba difícil imaginar a su rubio amigo cocinando. Pero si podía ver a la chica loca. No era muy difícil visualizarla entrando y reclamando a Sabo por no comer. Otra cosa que ella podría hacer por este imbécil.

 

Decidió hacer conversación cuando su mira cayo en el horno.

 

- Si le tienes miedo al fuego. ¿Como cocinas? - Aunque tal vez no es el mejor tema. Bueno, que importa ya.

 

La respuesta tardo unos minutos en llegar, como antes. Cual era su problema con tomarse las cosas con tanta tranquilidad. - Es eléctrico. - Murmuro, sin mirarlo. Otra vez concentrado en ese pequeña caja.

 

Esta vez fue su turno de suspirar. Sabo no parecía interesado en mantener la charla y realmente, el tampoco. No entendía a que se refería con eléctrico pero su pereza lo hacia incapaz de formular la pregunta. Es inútil de todas formas, cuanta importancia tendría saber eso en el futuro. Seguro ninguna.

 

- Espera aquí. - Fue lo dijo Sabo antes de salir de la cocina.

 

¿Huh? ¿Y ahora que…?

 

Escucho cosas ser revueltas. Le atemorizaba voltear y encontrar al rubio otra vez enfurecido. Dudaba que eso pasara, pero nunca se sabe. Decidió centrarse en revolver su café. Si, mucho mas divertido que observar un sujeto bipolar.

 

Sorbió, disfrutando del sabor a cafeína. Ignorando los ruidos detrás.

 

Ah~ No hay nada mas relajante que el silencio.

 

 

A quien engaña, la curiosidad lo estaba matando. De un sorbo termino todo el café y volteo para ver cual era la fuente del sonido. Por supuesto que nada aquí, el ruido venia desde la habitación.

Considero levantarse y echar un vistazo. Sin embargo, Sabo salio antes de que lo decidiera. Lleva varios papeles en su mano.

 

- No preguntes, solo...Ve y haz otra cosa. - Dijo, yendo directo a la mesa del comedor y arrojando los papeles allí.

 

Se sentía como un niño pequeño. El lo estaba tratando como un niño. Chisto, pasando por alto la orden y acercándose. Sabo no lo noto, demasiado concentrado en...¿cartas? No lo sabe con claridad, pero lucían como sobres.

 

Tomo asiento frente a el, curioso. - ¿Y que se supone que haga? Estoy aburrido y solo estas tu para entretenerme. -

 

- Lee los mangas. Son divertidos aunque no lo parezcan. - Murmuro. Frunció el ceño, deseando que al menos lo mire. Nunca se sintió tan desplazado o pasado por alto. Normalmente, era difícil que no lo vieran. Ya saben, con todo eso del cartel de búsqueda y su tatuaje, es imposible perderlo.

 

- No lo se. Cuando los leo, siento que estoy espiando a mi hermano. Preferiría que el me lo conta…- Ugh, que mal sentimiento. Sabo al parecer también lo noto, porque desvió sus ojos por una milésima de segundos a su rostro. Podía sentir el ambiente tornarse depresivo. - Aunque ahora es un poco imposible, como estoy muerto y todo eso. - Murmuro, sonriendo nervioso.

 

¿O porque no es real? El estomago se le revuelve cada vez que lo piensa. Aun encuentra imposible decirlo en voz alta.

 

Sabo no contesto nada. Rodó los ojos por el sorpresivo trato cuidadoso. ¿Desde cuando le importa herir sus sentimientos? - ¿Al menos puedes decirme que estas haciendo? - Pregunto ya exasperado.

 

¿Que tenían de importante unos estúpidos sobres? ¿Como podían llamar mas la atención que Ace? Es puño de fuego, maldición.

 

Acostumbrado a ser ignorado, bufo recostándose contra la silla. Tenia fe en que respondería, incluso si tardaba horas. Quizás podía darle un incentivo, amenazando con quemar el papel o algo así. Pero no se atrevía a asustarlo. Estúpida conciencia.

 

Cuando creyó que el mundo restableció su equilibrio y la atención volvía al lugar correcto, es decir, su persona. Sabo se levanto, tomando la cajita y con el uno de los sobres. ¿De verdad? ¡Que tenia esa caja que no tuviera el! Esta bastante seguro que es un mejor entretenimiento. Por favor, el nivel de estupidez de Sabo aumento. Como puede desperdiciar tenerlo consigo. No lo entiende.

 

Lo odia.

 

Puso la caja en su oreja...¿Que? Eso no tiene ningún sentido. Pensaba que era algo para mirar. Y ahora habla. ¿Que, que, QUE? Tranquilo Ace piensa las cosas primero. Sabo solo se volvió loco y esta hablando solo. Nada de que preocuparse. Sabia que terminaría por pasar el algún momento. Nadie en su sano juicio lo ignora.

 

Pesco pedazos de la “conversación” que Sabo tenia con lo que sea que imagine. Algo de recibir cartas y querer saber de donde venían. ¿Debería detenerlo, intentar razonar con el? Espera, mucho antes dijo que se sentía como un loco por poder verlo. ¿Que tal si todo es parte de la fantasía de Sabo, incluyéndolo?

 

¿Que tal si es solo un producto de su imaginación.?

 

- ¿Osaka? ¿No puede ser algo mas especifico? - Oh por dios. Detesta la idea de ser un personaje ficticio, pero la idea ser un fragmento de la imaginación de un loco, es aun peor. - También soy tu cliente. -

 

¿Y de que diablos estaba hablando?

 

Ace achino los ojos, buscando coherencia en las palabras. Pero oh, los dementes no pueden ser entendidos. Estúpido de su parte olvidarlo. Pero oh, solo es un un invento de Sabo. No puede pretender tanto.

 

Apoyo su cabeza entre sus brazos pensando que el también delira. Sabo sigue hablando. Con quien sea que lo haga, parece que lo exaspera. Se pregunto si tal vez seria otro de sus colegas. Como Teach, el si seria muy molesto. Aunque la conversación no encaja mucho con Teach. Tal vez Marco. A veces también puede ser irritante, normalmente cuando no quiere decirle las cosas que necesita.

 

Ugh, odia a Marco por hacer que lo extrañe.

 

Oh, Sabo parece que termino con su show. Actuá normal Ace, puede que aun este en trance. Lo observo dejar el sobre en la mesa y tomar asiento, dando pequeños toques con su dedo a la cajita. Esto era muy extraño.

 

- Deja de mirarme, me incomodas Portgas. - Dijo. Genial, todo parecía volver a la normalidad. Por lo menos quisiera verle los ojos, para saber que no giraban como los del viejo chiflado que encontró fuera de una taberna.

 

Sin embargo, el viejo era mas agradable. Recuerda que le saco varias risas, a el y a Haruta.

 

- No puedo evitarlo, me gusta tu cara. -

 

Finalmente Sabo suspiro y deslizo la caja por la mesa. Ace se alerto cuando noto que casi cae al suelo. - Tengo una idea para encontrar al sujeto que me enviá estas cartas. -

 

¿Huh? ¿Sujeto de las cartas? ¿Y porque siempre ignora su brusco coqueteo?

 

Rasco su cabeza, intentando recordar a que se refería. ¿Quizás su creador? Cree que Sabo menciono algo sobre unas cartas. De todas formas, no piensa que Sabo este en su mejor momento para hacer conclusiones importantes.

 

Ugh. Le asustaba un poco decírselo. Lastima que no hay nadie mas. - Sabo, deberías...detenerte un momento. No creo que estés..“Bien” para tomar decisiones. -

 

- ¿Huh? - Ojos cristalinos como el agua se clavaron en los suyos...Dios, si las miradas mataran, hace tiempo estaría bajo tierra. Estaba ofendido. ¿Porque? Lo dijo con todo el tacto del mundo, ni siquiera menciono palabras como “demente”. - ¿De que estas hablando? -

 

Bueno, que le jodan al tacto. - Estas loco, amigo. - Ahí, ya esta.

 

Sabo pareció meditar lo que diría. O solo elegir si aun lo quería ayudar. Después suspiro, moviendo sus cabellos con frustración.

 

- Mira, esta bien que yo lo diga. Pero cuando tu lo haces, es un poco molesto. - Dijo, abandonando su pelo para frotar ambos de sus ojos. Oh, esta reacción es nueva. - ¿Que te hizo llegar a esa conclusión? Y por favor, di algo inteligente. -

 

- Estabas hablando solo. Recién, en esa esquina. -

 

Guardo silencio, esperando una explicación.

 

- Se llama celular. - Dijo, apuntando la pequeña caja.

 

¿Que?

 

- Funcionan como los Den Den Mushi. Puedes hablar con otra persona a distancia. -Oh, eso...Explicaba mucho.

 

No es un fragmento de la imaginación de Sabo. (Bueno, tal vez un poco) y el no esta chiflado. Si, tiene mucho mas sentido. - Oh, bien. ¿Que habías dicho sobre encontrar al sujeto que me hizo? - Pregunto, riendo nervioso y buscando deshacer la mirada de odio en los ojos del rubio.

 

Por otro lado. El mundo tiene un nuevo color. Su buen humor acaba de subir exponencialmente. Ahora que supero la decepción por creer que la cordura de Sabo estaba en los suelos. Sus sentimientos cambiaron. Emoción. Estaba muy emocionando. Esta era la primera buena noticia desde que despertó en medio de la nada.

 

- Que puedo encontrarlo. De hecho, estoy bastante cerca. - Y sonrió, apuntándose a si mismo – Nada mal para un chiflado, ¿verdad? -

 

Maldición. Maldición.

 

Realmente quiere abrazarlo. Sus dedos se mueven inquietos. Y el entusiasmo se esparce rápido por su cuerpo. Sonreía y sonreía mucho. Incluso sus mejillas dolían un poco pero...estaba feliz. Paso su mano por su frente y por el resto de su cara. Esto era demasiado. Rio, rio con fuerza. Disfrutando del sonido y lo que implica.

 

- Genial, asombroso. ¡Eres asombroso Sabo! - Exclamo, con real alegría.

 

Ni siquiera le importaba que haya sido ignorado por quien sabe cuantas veces. Tampoco tener que quedarse callado para no molestar. O mantenerse sentado aunque el aburrimiento lo estuviera matando. Esta era una muy buena noticia. Cambio completamente su perspectiva.

 

- Siendo honesto, nunca quise encontrar al tipo. - Murmuro Sabo, mirando sus manos. Ace detuvo su festejo interno para prestarle atención. Parecía importante. - El dinero siempre llego a mi. Y mientras eso pasara, no tenia ningún problema. Sentía que era una falta de respeto buscarlo. -

 

Esto es importante. Muy importante. De hecho, es la primera cosa que el rubio le cuenta sobre si mismo. La primera muestra de confianza. Otra vez deseo que lo mirara, de esa forma podría leerlo con mas facilidad. A simple vista, lucia exhausto. Incomodo moviendo sus manos. Suponía que no le gusta hablar de esto, pero por alguna razón decidió hacerlo.

 

Decidió compartirlo. Y aunque haya llevado tiempo. Realmente aprecia el gesto. Esta era otra buena noticia. Un avance en su relación.

 

- Solo...Estoy pensando que quizá tuve que hacerlo antes, para darle las gracias o algo…- ¿Que debería decir? No quería arruinarlo, de verdad quiere que se lleven bien. - Devolverle el dinero...Quizás el pobre sujeto vive bajo un puente. -

 

Termino de pensar. Espera tener las palabras correctas.

 

- ¿Ahora quien esta siendo sentimental? No te tenia de los míos, rubio bastardo. - Estirando su cuerpo, levantándose de la silla. Logro llegan con sus dedos y golpearle con suavidad la frente. - Te vez raro cuando expresas emociones, detente. -

 

...

 

Sabo sonrió y al apartar su mano, rio.

 

Ugh. Esta perdido, de verdad le gusta el sonido de ella.

 

- Tu te vez raro todo el tiempo. ¿O es solo tu cara? -

 

Olvidenlo, aun lo odia.

 

La mesa vibrando detuvo el comentario borde que daría en respuesta. Era el celu-algo, que bailaba en la mesa. Es muy aterrador, no sabe como la gente de aquí usa tales atrocidades. Los Den Den Mushi, son mucho mejores.

 

O por dios, incluso sonaba.

 

Estirándose, Sabo logro alcanzarlo. Vio aparecer una sonrisa nerviosa en su rostro al presionar contra la caja. Creyó que se lo pondría en la oreja, pero apostaba que si lo hacia se quedaría sordo. Un grito enfurecido salio del aparato. - ¡Eres imposible, increíblemente desconsiderado! ¡Como te atreviste a ponerlo en Twitter! - Era ella, Carari o algo. - ¡Eres maldito trending topic! -

 

¿Que es eso? Demasiadas cosas que no entiende. Es frustrante.

 

- ¡Ni se te ocurra cortarme! ¡Te puedo ver yendo a por el botón roj..! - Oh, ella tenia razón. Sabo no dudo un instante en terminar la llamada.

 

¿Eran así de cercanos? Su predicción fue demasiado precisa. Comenzaba a dudar que no tuvieran algún tipo de relación amorosa. En realidad, lo dudaba desde el instante en que ella entro como si nada a la “casa” del rubio. Aun piensa que es una señal, hacia un nivel de confianza muy alto. Mas alto que el de la simple amistad.

 

- Bueno Ace. Es hora de presentarte a la televisión. Tenemos una larga semana por venir. - Fue el único comentario de Sabo a la vez que se levantaba de su asiento e iba rumbo a los sillones. Con su mano, señalo para que lo siguiera. Estaba demasiado aburrido para contradecirlo. Y le debe una grande por encontrar a su creador.

 

Sin embargo, deseo que no se refiriera a la gran caja. Odia esa cosa, se ve siniestra.

 

La suerte nunca esta de su lado. Los sillones daban específicamente a la caja, ignorando las ventanas que preferiría ver por mucho. Su vista es bastante bonita y cuando pasas la sensación de estar a cientos metros del piso, es agradable. - Esa, es la televisión. - Indico, señalando su mas grande temor.

 

- ¿Que tiene de especial esa cosa? Es negra. - Murmuro, tomando asiento a su lado.

 

Sabo tenia en las manos otro aparato pequeño y también de color negro. - Piensa de ella como algo mágico. -

 

- ¿Me estas tratando como idiota? -

 

- ...¿Porque te sorprende? -

 

El cojín que le arrojo, deseo haberle encendido fuego.

 

***

 

Sabo bostezo, aburrido con la película de cliché dramático. Miro de reojo a Ace, notando lo concentrado que estaba en la pantalla. Ni siquiera pestañea, era un poco aterrador.

 

La televisión termino siendo una buena arma para entretenerlo. Y Ace lo acepto bastante bien, dijo que los Den Den Mushi podían hacer algo similar. Tiene razón, había olvidado los proyectores. Fue afortunado, tener que explicarle como funciona hubiera sido una molestia.

 

Se pregunto que tendría de interesante la película para mantener al pecoso tan enfocado. Bueno, para el debe ser algo novedoso. Carol solía llevarlo a cada estreno de estas estúpidas películas, para terminar llorando en la mitad. Ya es imposible conmoverlo. Por otro lado, Ace si parece metido en el filme.

 

Apoyo su cabeza contra el respaldo del sillón. Debería aprovechar el momento, para pensar bien lo que haría. Pudo conseguir un lugar, pero de nada servia si el tipo es bueno escondiéndose. Quizás envié las cartas desde distintas ciudades. ¿Seria tan paranoico? Era algo difícil de saber. No tenia mas sobres para asegurar que siempre eran enviados con el mismo servicio. El sujeto que lo atendió, no quiso decirle sobre las cartas que pasaban el mes. Tampoco una dirección especifica. Protección al cliente dijo, que estupidez.

 

Tendría que hablar con el botones, quizá pueda sacarle mas datos a un cartero. El hombre viejo es bastante persuasivo. De todas formas, es demasiado perezoso para volver a llamar. Dejárselo encargado a el, es mucho mas fácil.

 

Solo tiene que esperar a que el señor misterioso pesque la carnada.

 

Apostaba que tomaría una semana, tal vez dos. Su mensaje tardaría menos de un día en difundirse por los medios. Es casi ridículo la importancia que un país entero le da a una historieta cómica. No es como si le importara, gracias a esa obsesión gana dinero. Aunque no deja de ser molesto.

 

Suspiro, decidiendo ir a hablar con el portero de una vez. - Ya vuelvo. - Dijo, Ace no le presto atención, demasiado metido en la trama.

 

Extraño.

 

Bajo por le ascensor, ignorando la mirada de la persona a su lado. Era una de las ancianas que vive frente a su departamento. De verdad no entendía cual era su problema. Siempre lo mira como si fuera alguna clase de fantasma. Era muy espeluznante.

 

- ¿Necesita algo? - Pregunto cuando sintió la mirada mas pesada que nunca. Casi odio vivir tan alto y que al elevador le tomara tanto tiempo llegar a la recepción.

 

Al no recibir indicios de que la mujer respondería, bufo, girando a verla.

 

Ugh. Ahogo el chillido que casi escapa de su boca, al ver grandes ojos clavados sin ningún tipo de vergüenza. Esta anciana es aterradora. Bueno, ahora que la mira, en realidad no es tan vieja. Pero con ese pelo tan largo parecía salida de las malas películas de terror. ¿Y que era esa forma tan rara de vestirse?

 

¿Porque no llegaba? La recepción no puede estar tan lejos.

 

Todavía lo sigue mirando. Trago, pensando si valía la pena volver a hablar. Solo tenia que aguantar unos segundos y seria libre. Sin embargo, la mujer apunto a su propia cabeza a la vez que gruñía. Esto, esto es realmente aterrador.

 

- ¿Q-que? - Murmuro, alejándose lo mas posible. Tuvo que haber bajado por las escaleras. Hubiera caminado un poco y se evitaba el embrollo.

 

Ella sigue haciendo lo mismo, se apunta con determinación. No entiende que quiere. La mujer termino suspirando frustrada y susurro. - Tu cabello. -

 

¿Huh?

 

- ¿Mi cabello? - Ella asintió. Pestañeo varias veces, intentado salir de la confusión inicial. - ¿Que tiene? - Pregunto, sin saber que otra cosa decir.

 

La mujer volvió a exasperarse, de verdad no la entendía. Tal vez así se sentiría Ace todo el tiempo. - Es muy amarillo. ¿Eres uno de esos chicos idol que se tiñen con sustancias ilegales? -

 

...

 

¿Que? ¿Que? ¿Que?

 

¿De verdad? ¿Eso era todo? Estaba esperando algo mas dramático. Que le recordaba a su hijo o algo así. No, no, eso es peor. Se le esta pegando la exageración de Ace. ¿Debería responder con sarcasmo? Siendo honesto, la mujer se lo merecía un poco. Fue bastante grosera.

 

¿Y que se supone que eran las dichosas sustancias ilegales? ¿Siquiera existen? Calmate Sabo, solo contesta y vete. - No..- Murmuro. Reprimiendo las ganas de rodar los ojos.

 

- ¿Entonces? - Oh por dios, sigue insistiendo.

 

- Solo soy...rubio, señora... - ¿De esto se trataban todas las miradas? ¿Porque su cabello le parecía demasiado extraño? Probablemente pensara que era alguna clase de delincuente que vende droga o algo. Eso es lo que siempre piensa la gente mayor cuando ve personas que no encajan.

 

 

- No mientas niño. Reconozco el tinte cuando lo veo y tu cabello grita artificial. -

 

Quiere irse. Dejar de ser juzgado por esta mujer obsesiva. Lo peor, es que empezaba a sentirse cohibido. Su pelo no puede ser así de llamativo. El de Carol también es claro y nadie la acusa de usar sustancias ilegales.

 

- Señora, NO me tiño. - Dijo entre dientes. - ¿Porque le interesa tanto? -

 

- Me preocupa que se te caiga niño, el tinte debe ser muy poderoso para lograr ese color tan brillante. -

 

- ¡No es tinte! - Exclamo exasperado. - ¿Escucho alguna vez hablar de los extranjeros? Ya sabe, los que no nacieron en Japón. - ¿Que esta mal con esta mujer? ¿Porque no puede hacer una conclusión tan obvia. Porque esta seguro que su pelo no es tan anormal como ella parece ver.

 

Gracias a dios las puertas se abrieron. Salio rápido, sin detenerse a escuchar la respuesta que seguro seria alguna clase de disculpa. Lastima que solo hay una puerta y el escritorio del botones esta junto a ella.

 

Ugh. Puede oírla gritar. - ¡No te hagas pasar por algo que no eres! ¡Solo acepta que tienes un problema con los tintes, niño! - Camino mas rápido, tratando de llegar al viejo para que la mujer lo deje en paz de una vez.

 

Pero...No era el viejo quien recibía a la gente. ¿Huh? Tomado por sorpresa, se detuvo.

 

Sentado en el escritorio había alguien mucho mas joven. Quizá un adolescente, uno muy desastroso. ¿Cuanto gel tendría que ponerse, para hacer que su flequillo se mantenga estático en el aire? Ademas sus orejas están llenas de piercing. Con solo mirarlo se sentía asaltado. Se pregunto como se las arreglo para trabajar de botones. Nadie con esas pintas puede ser candidato para el trabajo. Puede imaginar a miles de ancianas mirándolo mal. Incluyendo a la que tiene detrás.

 

Y hablando de ella... - ¡Un día te despertaras y no tendrás ni un mechón! -

 

- ¡Mis ojos son azules, como no me cree! - Grito al igual que la mujer. Si Ace estuviera, seguro se burlaría sin fin. O tal vez lo defendería, nunca se sabe con el pecoso.

 

- ¿Son reales? Pueden ser muy buenos lentes de contacto. -

 

Ya. Ya esta. Aguantándose las ganas de responderle, siguió caminando hacia el nuevo portero gangster. Este estaba ayudando a una mujer con sus valijas. Genial, tendría que esperar. Deseo que la señora gritona se aburra y lo deje en paz.

 

Por suerte, lo hizo. Observo que ignoro completamente que el botones tenga peor apariencia que el. Pero claro, su pelo es negro. Nada mas importa. ¿Verdad? Incluso tuvo el descaro de volverlo a mirar y negar con la cabeza.

 

Sin poder contenerse, exclamo. - ¡Soy rubio natural, si quiere le enseño! -

 

No dijo nada, genial. Recupero un poco de dignidad. Largo un suspiro y apoyo sus brazos contra el escritorio. Esperando que el mocoso terminara y se acercara. ¿Donde estaría el viejo anterior? Le agradaba, siempre lo ayudaba cuando no quería que Carol entrara. Y era un hombre muy simpático, también útil.

 

- Esa mujer es bastante molesta. - Escucho que dijo el ganster, al llegar a su lado. - Ayer no paro de criticar mi peinado hasta que le dije que era un Idol. - Honestamente...No la culpa.

 

Volteo para mirarlo, dejando de lado sus manos. - Ella no cree que sea rubio. - Dijo, esbozando una sonrisa amable. Si quería que le haga un favor, tenia que ganarse a este mocoso. Realmente no le importan sus pintas mientras pueda serle de ayuda. - Piensa que me lo tiño con susta...¿Estas bien? -

 

Los ojos del chico estaban clavados en su cara, pasmado. Primero Ace, después la señora y ahora este sujeto. ¿Que pasa hoy con quedarse mirándolo?

 

- U-usted...Usted es…- Oh. Ya entiende a donde iba. Quizás no tendría que actuar agradable para que este tipo lo ayude.

 

- Si...Ya..Ya se quien soy. - Murmuro, rodando los ojos. - Dime algo. ¿Sabes que paso con el viejo de antes? -

 

Sabo pestañeo, algo preocupado por el sujeto que parecía a punto de hiperventilar. El debe ser...muy fan, demasiado. No le gusta tratar con los fanáticos, lo ponen incomodo. Aun mas los de este tipo, que lo miran como si fuera alguna clase de dios. De verdad no los entiende. Es decir, no esta mal que les guste el manga, pero el solo es una persona que dibuja, no es para tanto.

 

- E-el es mi abuelo, señor. T-tuvo que tomarse unas va-vacaciones y y-yo lo estoy reemplazando. - Ahora sabe como consiguió el empleo.

 

- Oh..Entonces..Uh..-

 

- ¡Mi nombre es Baro, Baro Torome. Señor! ¡Estoy a sus servicios! - ¿Que pasa con el repentino entusiasmo? La emoción que emana, terminaría por pegarsele al cuerpo. Incluso sus ojos brillan como estrellas. Parece que se le paso la timidez.

 

Y noto algo en su nombre. - Que extraño...Si lo pronuncias rápido, suena como Bartolomeo. - Le gusta, es peculiar. Ugh, siente que se quedara ciego si sigue mirando directamente a sus ojos. Brillan demasiado.

 

- ¡No entiendo lo que significa pero si usted lo dice debe ser genial! - Dejaría de hablar tan alto en algún momento...

 

- Olvidalo…- Murmuro, sonriendo con nervios. - ¿Puede pedirte un favor, Baro? -

 

Cuando dijo su nombre, pensó que al chico le daría algo. Las mejillas se le sonrojaron tanto que creyó que explotaría. El y su flequillo inamovible. Hasta puso las manos frente a su cara como las típicas niñatas que le piden abrazos. Luego comenzó a asentir con fervor, asustandolo un poco. Pensó que había entrado al mundo de la fantasía otra vez.

 

- ¡Lo que usted quiera, señor! -

 

- Uh. Gracias, supongo. - Nunca mas saldría de su cueva. Solo pasan cosas ridículas. - Si llega un correo para mi. ¿Puedes preguntarle al cartero de donde viene? Es muy importante que sepa la dirección. -

 

Baro le tomo unos minutos procesar lo que dijo. Minutos donde aparento ser un ser humano normal, con reacciones normales. Claro que solo fueron minutos. Cuando termino de escuchar, sonrió con aun mas entusiasmo y puso las manos como el típico saludo militar.

 

- ¡No se preocupe, déjelo en mis manos! - ¿Y que pasa con ese respeto? Seguro tendrían dos o tres años de diferencia.

 

- Genial. Gracias. - Le dijo sonriendo, a lo que Baro respondió con mas palabras mezcladas entre halagos y gran arrebato. Se despidió con la mano, antes de que le pidiera fotos o un dibujo. Tal vez hasta un autógrafo. Huir es lo mejor.

 

Baro exclamo saludos, aun con el mismo entusiasmo. Y...Puede que lo haya hecho sentir algo de culpa. Así que detuvo su andar, pensando que podría decir, para no perder mas tiempo y lograr salir con su conciencia tranquila.

 

Yup, eso debe ser. Siempre funciona. - Por cierto. - Dijo volteando. Baro se detuvo, esperando que continué. - Me gusta tu nombre. Tal vez lo use para un personaje. O a ti, eres bastante peculiar. -

 

Esta vez si iba a explotar, su cara estaba muy roja. - ¡OH~! ¡No hay problema, señor! ¡Puede hacer con mi cuerpo lo que guste! -

 

Deseo que esa oración no tenga el contexto sexual habitual…

 

Volvió a su departamento, esta vez tomando las escaleras. No se arriesgaría a cruzarse con otra anciana. Cuando abrió la puerta Ace seguía embobado con la pantalla. Por lo que ve a primera vista, la protagonista esta muriendo. Con suerte, el pecoso aun conservaría algo de la masculinidad que lo caracteriza y no estaría llorando.

 

De todas formas, quería sacarse una duda. - Oye, Ace. -

 

Un suave “Hm” a través de un cojín fue todo lo que recibió. Suficiente para creer que iba a ser escuchado. Y si no, tampoco es tan importante.

 

- ¿Mi pelo es extraño? ¿O muy amarillo? -

 

 

- Es bonito, ya te lo dije – Fue la única respuesta que obtuvo.

 

Pero esta bien. Con eso le bastaba.

 

Los días que siguieron, fueron estresantes. Le enseño al pecoso a utilizar el control remoto. Solo puede cambiar de canal y subirle el volumen, pero no es como si sirviera para algo mas. Ace realmente quedo hipnotizado con la televisión. Se la pasaba todo el día sentado en el sillón. Y si no la miraba, estaría durmiendo por un ataque de narcolepsia. A veces le pregunta si ya encontró a su creador. Solo le contesta que deben esperar mas.

 

Sus programas favoritos parecen ser las comedias románticas. También tenia cierta afición por las de ciencia ficción y acción. Sin embargo, eso ya es esperable.

 

- Estamos impactado por el reciente aviso. Tal parece que One Piece se tomaría un descanso indefini-

 

Ah...Y cada vez que cambia canales, pasaría por uno de noticias. No se equivoco cuando pensó que en menos de un día, su declaración estaría por todo Japón. ¿Que tanto tenían que debatir? Es (casi) su manga, puede hacer lo que quiera con el. (Mas o menos) De todas formas, el otro que puede hacer lo que quiera, aun no pesca el anzuelo.

 

La carta no llega.

 

Su mejor suposición es que al ver el mensaje, el también se asustaría. Y como no tienen un medio de comunicación, le enviaría otra cara. Con esa carta podía comprobar si venia desde el mismo lugar que la otra.

 

- Sorprendente mensaje del creador de One Piece en las redes sociales. Miles de fans están conmocionados buscando una respuesta...-

 

Cambio.

 

- Fanáticos enardecidos por la noticia de que One Piece quedaria en pausa por…-

 

Cambio.

 

- Twitter parece ser el arma para los fanaticos del manga One Piece. Los Hashtags referidos a este anime son furor, llegando a estar entre los primeros puestos de trendi..-

 

- Oh. Esta vez hasta pusieron una foto tuya. - Fue lo que dijo Ace, regalandole una sonrisa divertida. Este bastardo. Ni siquiera debe entender lo que sucede. - No te preocupes, luces bien. -

 

Lo ignoro, saliendo del departamento.

 

También hubieron otras situación extrañas. Estuvo esa vez que al volver de hacer las compras, encontró a Ace con una manta sobre sus hombros. ¿Frio? Nah, imposible. El sujeto es fuego. Ademas, ahora usa las sudaderas que le da. Parece que termino encontrando confort en ellas. Incluso dejo de quejarse.

 

- ¿Que estas haciendo, Ace? - Pregunto. Mejor saber rápido, así después lo podría ignorar.

 

El pecoso se mantiene concentrado en la pantalla, murmurando su respuesta cuando, afortunadamente, hubo un corte. - Lo que dice la caja negra que haga cuando estoy en shock. – Dijo.

 

Huh...Series policíacas, suponía.

 

- ¿Y...Porque estas en shock? -

 

- ...Escuche que la gente rubia pierde el cabello a temprana edad. -

 

….

 

Cerro la puerta de un portazo y decidió que era una buena idea intentar comprar un revolver. También un smoothie. Después iría a suicidarse a un lugar donde nadie lo encuentre.

 

- ¡Estoy preocupado por tu pelo, me gusta! - Escucho gritar a Ace. Solo pudo suspirar, pensando que debería conseguir cigarrillos.

 

Luego estuvo esa otra situación.

 

Ambos miraban, de nuevo, una película de temática Rom-Com. En realidad, solo era Ace quien miraba. Sabo se entretenía con su celular, sin prestar demasiada atención. Hasta que, de repente, Ace comienza a reír descontroladamente. No le dio mucha importancia, continuando su juego de Candy Crush.

 

Pero puede que se la haya escapado una sonrisa.

 

La risa paro y fue reemplazada con un quejido. Con curiosidad, lo miro de reojo y encontró ojos negros mirándolo de regreso. Manta rodeando al pecoso.

 

- ¿Ahora que? - Murmuro, fregando sus ojos. La pantalla de su celular brilla demasiado en la oscuridad.

 

- Sonreíste. Estoy en shock. – Esta vez fue su turno de reír, arrojando un cojín a su cara.

 

Casi al terminar la semana, volviendo de comprar mangas Shojo para Ace. (Tenia que encontrar otra forma de entretenerlo y los manga parecían una buena opción. Ademas no dañan su mente.) El pecoso salto hacia el, tirando de sus brazos con apuro. Trastabillando logro entrar, siendo Ace quien cerro la puerta tras el.

 

- ¡Sabo escondete, tenemos una invasión Zombie! ¡Hay que cerrar las puertas y las ventanas! - Huh. Si, la televisión se estaba volviendo un problema.

 

Suspiro, frotando sus cabellos con exasperación. - Ace los Zombies no existen...Y de todas formas, como esperas que te coman. Eres fuego. -

 

- Oh. Tienes razón. Gracias Sabo, me quitaste un peso de encima. - Aun así, continuo jalando de el hasta llevarlo lejos de las ventana.

 

Hubo un día donde casi asesina a Ace por querer romper sus sillas y crear una barricada. Otros lo encontró levantando la mesa y cubriendo la puerta. Esto de los Zombies lo esta cansando. Sin embargo, no fue lo mas raro de la semana. Este día lo supera.

 

Estaban almorzando. El pensando en que Carol todavía no aparece y que se siente algo culposo por ello. Tratar con la prensa es complicado y nunca agradable, no la debe estar pasando bien. Pero bueno, ya se disculparía.

 

- ¿Es raro que no recuerde como morí? - Pregunto Ace, interrumpiendo sus pensamientos.

 

Lo miro. Confundido por el repentino comentario. Decidió ir por lo típico y vacilarlo un poco.- Te dije que Akain...-

 

- Ya lo se, pero...No puedo recordarlo. - El ambiente era tenso, Ace estaba haciendo las cosas tensas. Realmente no entiende a donde quiere llegar. - No recuerdo haberme puesto frente a Luffy o cuando caí en sus brazos. -

 

¿Que decir? La ultima vez que intento explicarle algo sobre el manga, las cosas no terminaron bien. Tampoco logro alegrarlo demasiado y su habilidad para consolar es muy penosa. Dejo los cubiertos y se recostó contra la silla. Bueno, ya le dijo a Ace muchas cosas y solo se gano unos golpes. A esta altura, da lo mismo lo que diga.

 

- Debe ser parte del estrés post-traumatico, ya lo recordaras. - Dijo y continuo comiendo. ¿Sabría lo que significa? Lo duda, pero si se lo pregunta, tal vez se enoje.

 

Sin embargo, la conversación no murió allí.

 

- Hm...No lo creo realmente. - ¿De verdad sabe lo que significa estrés post-traumatico? No logra recordar que tan avanzada estaba la medicina en One Piece. - Se fue...Como si nunca lo hubiera hecho, no hay nada. Lo único que recuerdo es decirle a Luffy “Gracias por amarme”. Y es algo frustrante. Me gustaría recordarlo. -

 

...

 

- ¿Te das cuenta, que es espeluznante que quieras recordar tu muerte? -

 

- Hey. No fue una mala muerte. Morí protegiendo a mi hermanito, que mas puedo pedir. -

 

- Aun es espeluznante. -

 

Ace frunció el ceño y parece que iba a decir otra cosa pero el sonido del timbre lo callo. ¿Hm? El pecoso lo miro expectante, esperando que se levante. Eso lo molesto un poco. Parece un buen momento para darle independencia, decidió, mientras gira el tenedor al rededor de los fideos.

 

El timbre volvió a sonar. Y Ace continuo enviando dagas para que se deshaga del sonido.

 

- ¿No iras a ver? - Pregunto.

 

- Nope. - ¿Como reaccionara? Fácil, Ace es impulsivo. Si algo lo molesta, hará lo que sea para terminar con la sensación. Y esto puede ser beneficioso para ambos, si es una de las ancianas locas pidiendo azúcar. Ace lidiaría con ello.

 

¿De todos modos, porque hay tantas ancianas en su piso? Debería mudarse a un lugar muy alto, donde ellas no puedan llegar. Escucho que en Dubai esta el edificio mas alto del mundo. Suena como un buen plan.

 

- Bien. Iré yo. - Dijo bufando. Y mientras se levantaba lo miraba. Quizá piense que este haciendo algo mal. Tiene sentido, esta seria la primera vez que lo dejaría estar remotamente cerca del exterior. Ugh. Siente que trata con un perro.

 

- Las llaves están en ahí. - Eso le daría algo de confianza.

 

Finalmente, Ace tomo las llaves y abrió la puerta. No se espero el grito que retumbo en todas sus paredes y que de seguro, también escucharon en China.

 

- ¡Señor, tengo la dirección que me pidió! - ¿Que pasa con este chico y su actitud tan exaltada? - ¡Y también su carta! -

 

¿Debería intervenir? Nah, seguro Ace sabe como lidiar con Baro.

 

Le llamo la atención no volver a escuchar mas gritos. Sin embargo, no le dio importancia. En el peor de los casos, Ace asesino al botones de un susto. En el mejor, Ace decide irse a vivir con el y lo deja vivir su vida con tranquilidad. Si, eso le gustaría.

 

- Que chico mas molesto. Casi me deja sordo. - Tan cerca…

 

Ace arrojo el sobre a su cara. Volviendo a tomar asiento. Luce enojado, murmurando cosas por lo bajo. Suspiro, realmente sin querer saber que lo molesto tanto. Tomo la carta que había caído el piso y observo la letra difusa marcando el frente.

 

“Osaka”

 

Parece que Baro no pudo conseguir algo mas especifico. No importa, el resto se lo tendría que encargar a Thomas. Si tenia suerte, aun recordaría como rastrear un mail.

 

Abrió el sobre y leyó la carta. Justo lo que esperaba. Otra vez ninguna exigencia. Solo le deseo un buen descanso y que de todas formas seguiría enviado capítulos, era su decisión cuando comenzar a dibujarlos. Este tipo es muy amable. Casi deseo que leer palabras rabiosas pero nada. Froto sus ojos, pensando en los pasajes que tenia que comprar.

 

¿Ace toleraría un viaje en avión? Bueno, dejarlo solo no es una opción. Sin alguien que lo alimente no sobrevivirá. Tampoco quería dejar su casa en manos de un piromano. Para cuando vuelva su departamento no existiría. Volvió a suspirar, últimamente lo hace mucho.

 

- Oye Ace. ¿Tienes ganas de salir de aquí? -

 

Continuara.

Notas finales:

Gracias por leer!


Bye Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).