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Relaciones toxicas por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Alguien hecho de menos a esta acosadora? No pues...entonces es incomodo; jaja olvidenlo.

Bueno queria hacer masivas pero los tramites universitarios me lo hacen imposible asi que retomo mis diarias y los capitulos que subi hoy quedaron un tantito dramaticos.

Espero que les guste <3 <3

Takano Pov

“Lamento mucho haberme enamorado de ti” Cuando esas palabras fueron pronunciadas sus labios temblaron, sus enrojecidos ojos se cristalizaron mientras un jadeo de frustración escapaba de lo más profundo de su garganta antes de que sus rodillas le fallaran y le permitieran caer. Le entregue una última cálida sonrisa como despedida para borrarme por siempre de su historia con el corazón pulverizado en esa agonía.

Con pasos desganados, percibiendo como iba dejando parte de mi alma con cada centímetro de distancia al que nos estábamos sometiendo llegue hasta a la sala de estar en donde el de cabellos rojizos me observo con una mueca desdén bañada en una falsa preocupación.

“Cuídalo bien Haitani” Apenas pude percibir mis frases “No quiero que en tu vida te atrevas a hacerlo llorar o me las vas a pagar” Su risa arrogante erizo mi piel, él permitió que su espalda chocará con uno de los muros del apartamento para dejarse caer.

“Esto es lo más noble que has hecho, me sorprendes Takano, es la primera vez que no eres egoísta” Ni siquiera lo pude mirar al rostro, tan solo me limité a apretar mi maleta y continuar arrastrándome por el pulcro piso de ese hogar robado.

“Sí me entero de que Ritsu es infeliz contigo porque regresaste a tu cobardía” El más alto me hizo una seña con la mano para después posarla en mi hombro callando mis reclamos antes de que estos surgieran.

“No lo haré” Ninguno desistió en esa batalla de orgullo “No voy a lastimarlo nunca más, puedes estar seguro de eso al menos” No vacilo “Estoy loco por ese castaño”  Con ese último intercambio de moralidad ambos nos despedimos con la primera y última sonrisa amistosa que compartimos para que yo regresará a mi realidad.

Enamorarme de esos ojos verdes, en el fondo lo sabía; desde que lo vi el primer día con esa gigantesca camisa blanca, la cara cansada y el cabellos revuelto, desde que nuestras miradas se encontraron, cuando fui yo quien tuvo el poder para borrar esos amargos trazos de tristeza; desde ese instante supe que ya no tenía salvación y había sido condenado a enamorarme de ese irresistible muchacho; que estupidez pensar en ganarme su corazón.

Aunque mi mente me gritaba que él estaba impregnado por el peligro no lo pude evitar; Ritsu es perfecto, es dulce, tierno, tímido, recio, terco, perseverante, es responsable ¿Cómo no me iba a enamorar de esos penosos detalles que me hicieron sentir especial? ¿Cómo no me iba a tornar dependiente de esa bella mentira?

Me removí con fuerza las lágrimas del rostro para tomar un taxi en una de las calles afuera del imponente departamento y dejar atrás junto con las piezas de mi devastada alma lo que esta aventura irreal represento; deseando regresar en el tiempo para haber medido las consecuencias de cuando le di inicio a este torcido juego de amor.

“Él me negó otra vez cuando me fui” El gozo que sentí por convertirme en el hombre que le limpiaba las lágrimas de los ojos, por haber sido el primero en esbozar con un demente plan una hermosa sonrisa sincera y una mirada esperanzadora, no pude evitarlo, sabía que estaba mal, estaba consciente de que él jamás me pertenecería y aun así hice lo intenté.

Ahora no tengo más que un desbordante remordimiento y un dolor que no cesará sin importar el llanto que derrame.

Debería estar feliz por él, no mentí diciendo que sí su sonrisa prevalecía mi espíritu se profesaría satisfecho, sin embargo, sí es así ¿Por qué mierda no puedo dejar de llorar? ¿Por qué no me puedo quitar este asqueroso sabor a derrota de la boca?

 Le entregue al taxista la única dirección que conocía en una gran ciudad que no me necesitaba mientras me aferraba a mi bolso sentándolo en mi regazo en busca de algún consuelo, codiciando que esas preciosas memorias con mi castaño se quemaran porque ahora duelen; duelen tanto como no tenerlo.

Masamune ya no vale la pena continuar con estos lamentos, él ya se fue, la decisión está tomada y como el príncipe que le prometiste ser ten el valor para confrontar la tormenta, se fuerte, se valiente, se honrado, no le tengas envidia a tu primo por haberse quedado con quien más ansiabas, estas tomando la decisión correcta, otra gota caliente recorrió  mis pómulos “¿Entonces porque siento que voy a morir?” Me dije en voz alta siendo ignorado por el conductor.

Lo único que hice fue cerrar los ojos y limpiar con frustración el amargo llanto que no podía dejar de escurrir al haberme arrancado la mitad de mi corazón para entregársela a un farsante, no sentí el camino, no me importo porque ya no tenía lugar en el cual perderme y vagar.

Cuando me exigieron la cuenta le pasé los pocos ahorros con los que pretendía pagar un departamento para nosotros dos para comenzar a caminar dentro de un viejo pero cuidado edificio; di un gran suspiro mirando las antiguas escaleras, subí los pisos y rogué porque me aceptará.

“Tú puedes” Me di ánimos para golpear su puerta, la saliva me pasó con dificultad al escuchar como él cerrojo se abría.

“¿Qué haces acá?” El castaño arqueó las cejas y junto la puerta para negarme el acceso “Más importante ¿Cómo tienes mi dirección?”

“Una de las ventajas de trabajar en la librería es que te entregan los datos de todos los que tienen un convenio” Trate de reír para aligerar el ambiente en vano “Yo no tengo a donde quedarme” Musite extendiendo los hombros “Por favor”

“¿Qué te pasó?” Sus muros se cayeron, con preocupación se acercó a mi rostro observando mis enrojecidos ojos “¿Qué?”

“Lo deje ir Hiroki” Un golpe en mi estómago me noqueo con esa simple y cruel verdad “Me marche para que él y mi primo tuvieran su final de telenovela”

“¿Dejaste que regresará con ese imbécil?” Parecía querer gritar, sin embargo, al estar tensando la mandíbula lo único que consiguió fue un chirriar “Entra y explícamelo bien” Farfullo dándome acceso a su hogar.

Arrastré mis pies por las alfombras de su apartamento hasta un sofá que yacía en medio de la sala de estar, consentí que mi espalda se estrellará en contra de los cojines y el bolso se me resbalará de las manos para alzar con timidez la mirada y exponerme como el  patético carente de amor que era; pretender ser un príncipe, que idiotez Masamune.

“Te veías tan ilusionado con él en la reunión de la librería” Musito con una forzada tranquilidad sentándose a mi lado “Y él parecía tan feliz contigo”

“Después de eso mi primo organizo una fiesta familiar en donde le confeso a todos que es gay y les presento a Ritsu como su pareja” Sus orbes avellanas se abrieron sin ocultar la sorpresa, sus labios se deformaron, sus puños se contrajeron.

“Ese demonio infeliz no puede hacer algo tan lindo” Me objetó a la defensiva “Enserio ¿Qué ocurrió?”

“Reaccionó porque vio que lo estaba perdiendo” Insistí escupiendo las palabras, percibiendo como los músculos me ardían del coraje y como la cabeza me azotaba con su dolorosa y angelical voz “El juego de celos funciono, Haitani se dio cuenta a tiempo y para que pudieran volver en paz yo no pude interferir” Él golpeo mi nuca sin el menor tacto para enseñarme una expresión impregnada por el rencor.

“¡¿Cómo se te ocurra permitir eso?!” Me grito enfadado levantándose de un salto del sofá “Esa mierda que lleva es toxica, es veneno, es letal” Se tiro de los cabellos del flequillo “¿Cómo pudiste ser tan cobarde para huir?”

“No fue cobardía” Le contradije con el labio tembloroso “No espero que lo entiendas pero” El ardor se encendió una vez más “Fue tan doloroso ver como sus ojitos se encendían con las palabras de otro hombre, ver una sonrisa tan luminosa que te hace darte cuenta que en comparación las que te dio eran forzadas, escucharlo reír, llorar de felicidad, verlo sonrojado, fue mucho” Tan patético que ni el miedo ni la rabia puede ocultar un infantil llanto “¡Fue mucho!” Grite como un animal desamparado.

“Tranquilízate” Me pidió relajándose, volviendo a mi lado para tomar mi mentón “Ya no llores” Su murmullo salió con un pequeño titubeo.

“En ese momento me di cuenta de que él jamás me amaría, de que nunca me miraría igual que a él, no seré más que un reemplazo Hiroki” Mi tono histérico subió “¿Puedes entender lo doloroso de eso?” Sus brazos me rodearon estrechándome en contra de su pecho.

“No” Musitó tratando de que la amargura se disipará al sobarme la nuca “Lo que puedo entender es que estas enfermo de amor” Trate de reír pero un hipeo fue lo que escapó.

“Solo quiero que sea feliz, aunque este con otro hombre que se encuentre bien” Esas palabras me sabían a unas asquerosas mentiras, porque yo era un ególatra que lo codiciaba encerrar para él.

“Ritsu no ama a Haitani” Confesó apoyándose en el respaldo del sofá sin liberarme “Tú no lo conociste antes de esa relación, él parecía tan seguro, ingenuo, era infantil, confiando, tenía una gran iniciativa”

“¿Para qué?” Su imponente voz no me dejo seguir.

“Luego llego ese infeliz y le destrozó el autoestima escondiéndolo del mundo, lo encerró como su secreto closetero hasta que mi amigo se lo creyó y se dejó de tener confianza, comenzó a vacilar en cada pasó que daba, lo dio todo por ese amor y en lugar de cariño lo que se desarrollo fue una enfermiza dependencia que lo devasto” Él me trato de separar, no obstante, necesitaba de unos brazos comprensivos más que nunca, por eso hundí mi nuca en su camisa aunque esto lo incomodara.

“Eso no es algo nuevo” Balbuceé con las palabras aceleradas chocando en mi garganta.

“Eso que tienen no es amor, es obsesión y me preocupa que él se dé cuenta cuando sea muy tarde” Sus uñas se enterraron en mi espalda “Temó que un día despierte y se dé cuenta que perdió diez años en esa relación y por pena ya no lo pueda dejar” Alcé la mirada como un niño aterrado para centrarme en sus imponentes y comprensivas avellanas.

“¿Cómo estas tan seguro de sus emociones?” Me atreví a preguntar.

“Porque ese brillo en su mirada, esa aura inocente y alegre nunca más la volví a percibir por culpa de tu detestable primo” El castaño suspiro desviando su cabeza hacia un punto al azar en el apartamento “Solo lo pude volver a ver lleno de vida cuando él te conoció” Mis pestañas se alzaron con sorpresa inundándose de engaños, mi risa histérica no se hizo de esperar.

“Eso fue porque le di la confianza que necesitaba” Le explique apartándome “Yo solo trate de que se sintiera augusto consigo mismo y que no se forzara a pretender falsedades”

“¿No crees que por eso mismo te fue tomando cariño?” Su áspera voz me golpeó las mejillas, su recia expresión congeló mis músculos al saber que era verdad; yo tenía su afecto, yo tenía un papel en la obra, pero no de la manera en que ambicionaba.

 “No quiero que me ame por gratitud, no quiero que se até a mí por culpa” Le respondí con una enigmática seguridad “No me perdonaría hacerle algo así”

“Ay Takano tú no” Su discurso de reproche fue interrumpido por el delicado sonido de la puerta; un hombre de aniñados ojos azules y lustroso cabello negro se presentó con una sonrisa que se esfumó apenas me observo.

“Hiro-san ya” Su ceño se frunció  “¿Quién es él? ¿Por qué están tan cerca?” Liberé una risa al recordar la explicación que el de hermosa mirada verde me había conferido cuando dijo que él rogaba por algo similar.

“Él era el novio me mentiras de Ritsu” Me presento “Takano él es Nowaki mi”

“Pareja” Pregonó sin vergüenza rodeándolo de la cintura como un animal a la defensiva, provocando que el ceño del maestro se arqueará y su rostro ardiera.

“Mucho gusto” Musite incómodo aferrándome a las rodillas de mi pantalón.

“Lo mismo digo” Farfulló suavizando su tonalidad ante mi demacrado semblante.

 “Hiroki sé que no somos amigos ni nada, que me detestas, de seguro me odias más por haberlo dejado en las manos de mi primo pero no conozco a nadie más, no tengo ningún lugar a donde ir” Mi mandíbula se tensó de la impotencia “¿Puedo quedarme solo esta noche?” El más bajo liberó un agotado suspiro para llevarse las manos hasta la frente como sí necesitará de una calma que no alcanzaba ni le podía conferir.

“Las noches que te sean necesarias, eres bienvenido en este lugar” Me ofreció con una amigable sonrisa antes de ayudar al de mirada azul a preparar algo en la cocina.

Abusando de su comprensión como él parásito que mi primo siempre me hizo creer que era me quedé un par de días durmiendo en el sofá, tratando de recompensarlos con las propinas que me daban en los turnos que tenía junto a Kisa, esquivando la cruel realidad como un cobarde, escapando de la inminente tormenta.

No lo quería ver; no deseaba volver a ver esos brillantes ojos porque temía; estaba aterrado de que al encontrarnos una sonrisa genuina de alegría fuera la que se trazará en sus labios y una mirada soñadora se posara en sus orbes; no deseaba que me confirmaran el sustituto que era, prefería quedarme con esa dulce duda.

Y aun así no podía evitar extrañarlo, acostarme en las noches en ese hogar ajeno para mirar con nostalgia la camisa que alguna vez él uso, aferrarme a las prendas que le preste para aspirar los tenues rastros de su perfume; ahora sin él me siento tan vacío, tan solo, abandonado, me profesó incompleto.

“Uno no escoge a quien darle las ilusiones” Fue la comprensiva respuesta que me entrego mi compañeros de infantiles ojos cafés “Uno tampoco escoge cuando los demás las rompen” Esa era la dolorosa realidad.

Ritsu sin desear hacerme daño sostuvo mi corazón y lo dejo caer, y aun así, con el alma despedazada lo único que me importaba era sí él se había hecho daño con los fragmentos que quedaban entre sus frágiles manos.

“Takano hoy no puedo llegar al turno de la mañana, por favor cúbreme” Fue el mensaje de texto con el que el de cabellos negros me sentenció, porque sabía que ese día lo tendría que volver a ver para recaer como su esclavo.

He tratado de retrasar mi camino hacia la tienda de libros con los pasajes más largos y concurridos sin tener mucho éxito; soy un irresponsable al permitir que mis debilidades afecten de esta manera mi empleo, le estoy causando más molestias y preocupaciones de las que espero.

Finalmente llegué a la librería con la respiración cortada y las piernas temblando, con la mano empapada de sudor me atreví a ingresar para que mi mayor temor se hiciera realidad; allí estaba él en el mostrador con una radiante sonrisa, con una hermosa mirada jade encendida por la pasión, con sus cabellos más peinados que nunca, era un cuadro realmente hermoso y desgarrador; negué con la cabeza sabiendo que no soy el dueño de esa expresión.

“Hola” Balbuceé nervioso percibiendo como la sangre me ardía cuando su mirada se entrelazo con la mía.

“Takano” ¿Cómo puedo ser tan feliz con que solo diga mi nombre? ¿Cómo cada vez que nos vemos me puede parecer más perfecto? “Ha sido un tiempo” Murmulló incómodo.

“Es que tuve que arreglar los turnos porque en las mañanas ahora estoy ocupado” Mentí bajando la mirada con transparencia, ni siquiera tenía el coraje para engañarlo “¿Cómo van las cosas con mi primo?”

“Bien supongo” Camine a su lado ante el vacilante tono que utilizó “Yo te he querido decir algo todos estos días pero como desapareciste no he podido” Porque era muy miedoso como para confrontar mi verdad, no deseaba que mis ilusiones fueran destrozadas y el recuerdo de mi gran amor quemado.

“Iré a hacer el inventario, después me lo dices” Proclame alterado con una sumisión que ocultaba la torcida sonrisa falsa con la que de ahora en adelante lo vería.

“Está bien” Con esas palabras nos separamos.

Todo mi turno lo traté de evitar, me concentré como nunca en las listas de entrega, en los títulos, en las atenciones a los distintos clientes, hice hasta lo imposible para mantenerme alejado porque cada vez que él se acercaba un potente impulso por robarme el aliento de sus labios me amenazaba y no era tan poco hombre como para tomarlo sin su consentimiento.

Sus besos se hicieron adictivos, su calor una necesidad, su voz un vicio, sus toques, sus roces, sus pensamientos, yo lo quería todo de él y por eso hoy ni siquiera lo puedo ver como la amistad que pretendíamos desenvolver; soy el único obsesivo.

“Perdón” Una chica de largos y lacios cabellos castaños me llamó la atención “¿Encontró el título que le pedí?” Suspiré revisando el ordenador el que aseguraba que teníamos un par de copias de la vieja obra en bodega.

“¿Esta segura que no lo encontró en los estantes?” Le pregunte con aburrimiento omitiendo su ceño fruncido.

“No me crea tonta” Farfulló “Lo revise unas cinco veces sin encontrarlo” Alcé una de mis cejas provocando que ella se sonrojará “¿Esta seguro que no lo tienen?”

“Iré a revisar en nuestro almacén y después le digo” Ella se limitó a asentir despeinando su rebelde flequillo para esperarme apoyada en el mostrador.

Con pasos cansados me arrastré por las limpias baldosas del lugar hasta llegar a la  pequeña habitación llena de cajas de nuevos tomos sin abrir; mi mirada se centró en una de las más altas la  que contenía las obras de ese solicitado autor esperando que el volumen yaciera allí.

Antes de poder levantarme en la punta de mis pies para tomarla y buscar el ruido de la puerta cerrándose activo mis sentidos y provocó que un escalofrió azotará hasta mi médula espinal con un amargo sabor.

Me di vueltas perdiéndome en ese mar de pasiones que se reflejaba en sus orbes, mis labios liberaron el aire, mi mirada no se lograba despegar de él mientras en sus mejillas un seductor sonrojo descarado se posicionaba.

“¿Ahora es un buen momento para hablar?’” Me pregunto con un valor camuflado al tener las piernas temblando y soportar el peso de su cuerpo en contra de la pared.

“Estoy a mitad de un pedido” Bramé con las barreras a la defensiva corriendo hasta la puerta solo para que su palma se apoyará en mi pecho y electrizará mis músculos.

“Me has estado evitando” Su dulce y embriagador aliento me acaricio los pómulos “Dijiste que eso no era una despedida pero así me has hecho sentir, dijiste que no te marcharías” Su agarre se aflojo, sus hombros cayeron al igual que sus cabellos; no lo quería hacer sentir de esa manera cuando me prometí protegerlo, era momento de botar el orgullo.

“¿Cómo te debo mantener a mi lado cuando tus emociones no están conmigo?” Le pregunte rozando su mentón, provocando que el tímido rojo se encendiera con furor “¿Cómo lo hago para no destrozarme al verte?”

“Dijiste que querías a alguien como yo en tu vida” Una tartamudeó salió con esas frases “¿Por qué has cambiado de parecer?”

“No he cambiado” Presioné mis pestañas para aspirar su viciosa colonia “Pero ya no puedes estar conmigo, lo lamento”

“Takano” No me llames así por favor, no digas mi nombre con ese dulce tono, no me obligues a convertirme en el egoísta del que tantos años me mofé.

“¿Puedes tratar de comprender lo difícil que esto es para mí?” Le pregunte sin soltar su barbilla “¿Puedes tratar de ponerte en mi lugar?”

“Entonces tú ponte en el mío” Me pidió llevando sus manos hasta mis hombros “Te convertiste en alguien tan importante, te transformaste en un soporte muy grande, me hiciste vivir cosas increíbles, revivir emociones que pensaba muertas y ahora solo te vas” Su voz se quebró al igual que mi espíritu.

“Ritsu no sabes cómo me estoy esforzando para no besarte” Esos hermosos jades se abrieron desbordando sorpresa “Me muero por poder probar tu boca, por poder tocarte, por poder darte la mano en público, extraño tu calor, tu sabor, tu aroma, como me hacías sentir” Con uno de mis dedos delineé sus labios de pecado “Por eso no te puedo ofrecer amistad, ya no te puedo volver a ver de esa manera”

“¿Entonces solo me quitaras de tú historia?” Me interrogo angustiado apretando con cólera la camisa de mi pecho, aferrándose a mí como si me pudiera esfumar junto con la amarga brisa del recuerdo “Sé que es muy egoísta, que no tengo ningún derecho a pedírtelo, que esto te molesta pero” Mi camisa se humedeció  “Yo me siento muy solo sin ti, te necesito”

“Tienes a mi primo” Intente no escupir esas frases e ignorar el tacto, sin embargo, mi cuerpo rodeando el suyo y la nostalgia ahogándome me lo imposibilitaron.

“No es lo mismo” Musito hundiendo su cara en mi agotado latir “Takano yo te quiero, te quiero mucho, por favor no huyas hasta averiguar qué es esto, no te escapes cuando las cosas se ponen complicadas” Mis dedos recorrieron esos castaños mechones mientras una falsa seguridad me invadía.

¿Cómo permanecer a tu lado si te deseo tanto? Estoy tan desesperado por poder ocupar el lugar de mi primo, por convertirme en él único protagónico de tus papeles, por obtener un te amo con esa angelical voz; me estoy desmoronando con esto.

No soy tan fuerte como para permanecer junto a él mientras el aliento le es robado por culpa de esas arrogantes escarlatas, no estoy listo para resignar a ser el padrino de su matrimonio y aplaudir mientras en el interior me estoy muriendo de envidia, no puedo, no soy el caballero de mi cuento, no soy el príncipe, ni el humilde aldeano, tan solo soy mi villano.

“Te vez mucho mejor” Murmullé encerrándolo en mis brazos “Te ves tan feliz ahora”

“Deja de hacer esto” Sus ojos me absorbieron “Deja de despedirte de mí y mentirme Takano, sí no eres tan hombre como para confrontar lo que tenemos solo lárgate y ya” Una sonrisa con divergente curvatura fue intercambiada.

Tomé sus mejillas entre mis manos para acercar mis labios y rozar los suyos habiendo perdido toda chispa de autocontrol para deleitarme por ese exquisito sabor a melancolía bañado por unos eléctricos tactos de locura.

Ritsu se quedó paralizado mientras mis labios probaban los suyos, mis manos acariciaron con gentileza sus ruborizadas mejillas en ese tierno, tímido e inocente intercambio de amor, pronto su boca se comenzó a mover y sus manos por inercia ya se hallaban sobre mi cuello aferrándose a este roce de despedida.

Aspiré con intensidad su aroma, memoricé con mi corazón esas bellas facciones para separarnos y perdernos en la mirada del otro; ¿Por qué no te pude conocer antes?  Era lo que pensaba una y otra vez mientras acariciaba la comisura de su boca.

“Por qué no podré evitar hacer esto es que no puedo estar a tu lado” Le explique sin vergüenza alguna riendo ante su lindo sonrojo “Sé que me quieres, que me tienes afecto, que soy importante, lamento marcharme de esa manera y cortarte, pero Ritsu, yo necesito un te amo, no puedo aceptar otra cosa” Sus diente se juntaron rechinando de frustración, el suave agarre de mi camisa se convirtió en un puño lleno de ira, su mirada se cristalizo.

“Yo te” Lleve mi dedo hasta sus labios.

“No me lo digas si va a ser mentira” Se lo rogué juntando nuestras frentes “Lo comprendo, y no te culpo, fui yo quien llego muy tarde”

“Takano” Sus temblorosos brazos rodearon mi cintura, un aullido desolado escapó de su garganta.

“Yo tengo que ir a atender a la chica de la barra” Musite con toda mi fuerza de voluntad para apartarme de ese hermoso castaño quien me miraba atónito por la falta de coherencia en mis acciones.

En verdad lamento no haber sido tu príncipe, no haber estado lleno de las virtudes que necesitabas ni ser capaz de recorrer todo el camino contigo, siento ser un cobarde y correr porque no puedo resistir como mi corazón se está despedazando, lamento ser un egoísta por desearte de esta manera y ya no poder ocultarlo; mentir sobre que soy buena persona porque en el fondo tan solo codicio que me pertenezcas a mí.

“Lo siento tanto” Musite acariciando su mejilla para depositar un beso en su frente.

Abrí la puerta de la bodega para encontrarme con una cálida sonrisa que me acabo por desmoronar junto con un hermoso ramo de rosas rojas adornando el mostrador; el más alto me sonrió con un júbilo que jamás había visto para repasar con la mirada el lugar en busca de una cabellera castaña.

“¿Has visto a Ritsu?” Me pregunto sin ocultar como su mirada se encendía al llamar a su pareja.

“Shin” Ahí estaba otra vez, el tono que nunca me entregaría, esa sonrisa que no me podría robar, el genuino rubor teñido por un amor que no fui capaz de arrebatarle “¿Qué estás haciendo acá? Sabes que son mis horas de trabajo”

“Me pedí la tarde libre en la empresa para llevarte a comer” Proclamo sin vergüenza debajo de las atentas miradas de los clientes “¿Me puedes hacer el honor de ir a cenar conmigo?” Él le extendió el ramo de rosas encendiendo aún más su cara.

“Son muy hermosas” Musito con una sonrisa incrédula.

“Puedes ir” No me atreví a verlos “Yo puedo cubrirte hasta que Kisa llegue” El castaño quedo sin aliento borrando ese hermoso mohín para esbozar uno lleno de aflicción.

“No es necesario, tengo que cumplir con mis deberes, lo siento” Murmulló excusándose con la cabeza gacha al de cabellos rojizos.

“Pero” Mi primo tomó esas finas y frágiles manos entre las suyas “Preparé toda la velada para que te diviertas, haremos tus cosas favoritas, veremos la película que tanto has estado esperando y después en casa te tengo otra sorpresa” Una cálida expresión inundo sus facciones oprimiendo las piezas de mi corazón.

“Eso suena muy hermoso” Musito mirando con nostalgia el ramo “Pero no lo”

“Enserio Ritsu” Le aseguré apoyando mi mano sobre su hombro, logrando que el ceño del más alto se arqueara con frustración “Puedes irte”

“Gracias Takano” El de orbes rojizas le robó las palabras de la boca tirando de la muñeca de quien alguna vez se entregó a mí para arrastrarlo a la salida.

Mire como él se iba junto con el polvo de mis esperanzas arrepentido de haberme entregado a un amor imposible; haber estado de acuerdo con obtener un segundario cuando ahora clamo tanto por el rol protagónico.

Jamás podré ser su príncipe.

Notas finales:

Bien por si siguen quedando duda:

Takano ama al castaño, esta muy enamorado de él, quiere que sea feliz pero es mentira eso de que se queda tranquilo cuando esta con otro hombre, porque acabo desarrollando codicia por el castaño y por eso no tolera ni el minimo roce con alguien más.

Para él quedarse a verlos juntos es torturarse por voluntad propia, prefiere quedarse con la ilusion de lo que tuvieron antes que ver el romance de su primo.

Ritsu lleva años apegado a ese romance, Shin se confeso, seria como traicionarlo dejarlo a estas alturas, sin embargo, sabe que siente algo por Takano, aun le cuesta ver que es por la dependencia de esa toxica relacion, pero por eso mismo lo necesita a su lado, quiere estar con Takano para poder comparar las emociones de su corazon y desifrar cual es amor.

Lo que Onodera necesita es una instancia en donde ninguno lo precione (Porque admistamoslo Shin pegado como garrapata le carga más peso), y hay se puede mantener firme.

Es momento de una desicion, creo que esta de sobra pero son los capitulos finales.

Espero que les haya gustado <3 <3


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