Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Relaciones toxicas por Chiaki28

[Reviews - 282]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!

Bueno...tengo la "Fortuna" de que en mis primeros días ya tenga evaluaciones T_T por eso poca actividad, pero me las arregle para subirles este un poco más largo que ya esta en su recta final.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Mis manos temblando y sudando de la ansiedad, mi corazón palpitando a una intensa velocidad, la sangre ardiendo en cada una de mis venas, los espasmos en mi piel, las miradas descaradas, esas seductoras sonrisas, la electricidad cubriéndonos a ambos, esas son las cosas que debería sentir pero ya no puedo alcanzar por culpa de esos ojos miel que se han tatuado en la parte más profunda de mi mente.

Él me dijo que permanecería a mi lado, que no me abandonaría, que resguardaría a este cobarde con más que gentiles y pretenciosas palabras, que me sostendría en la inseguridad y acunaría dentro de su pecho; yo me trague esos perfectos engaños solo para desmoronarme cuando él se esfumó de mi vida y me dejo inmerso en esta toxica relación sin escape.

Shin sí ha cambiado, se ha vuelto tierno, cariñoso, ha respetado mis deseos, mis decisiones, me ha apoyado con el trabajo, no me ha negado en frente de sus colegas ni ha coqueteado con alguna hermosa chica tratando de encubrir sus intereses, yo me profesó orgulloso de ese hombre, me alegra que se haya podido librar de esas cadenas de mentiras que forzaban los movimientos en sus muñecas, sin embargo, ese mismo orgullo es el que ahora me pesa.

“Ritsu lo he sacrificado todo por ti” Esas lindas frases sinceras son las que añaden una roca más a mi condena y graban una letra más en mi tumba.

“Te estoy demostrando que mi amor es honesto, nunca más te sentirás inseguro entre mis brazos” Como temía que aquellas palabras fueran ciertas porque me estaban asfixiando como la fría y afilada cuchilla de metal de una navaja apoyada en mi garganta

“De ahora en adelante te daré lo que ambos soñamos, esas cosas de las que siempre hablamos, las citas, las noches juntos, las vacaciones en familia, todo, me encargaré de hacer todas tus fantasías realidad” Lo siento, ya no quiero nada de eso porque Takano ha robado hasta la última de mis emociones.

En lugar de celebrar el cambio de esas preciosas escarlatas tan solo me supe lamentar por la ausencia de esas luces doradas iluminando mis mañanas, regresar al cuarto que compartimos ansiando que él me abrazará y asfixiará con sus besos, marcando su número telefónico incontables veces solo para escuchar la voz de la grabadora; ¿Cuándo caí tan bajo por él?

Yo no me entiendo, mierda, debería estar feliz con Shin, no obstante, con el azabache las pasiones  son tan latentes; las embriagadoras memorias de esa noche de sudor y sexo, sus labios rozando mi piel, sus manos acariciando mi cuerpo hasta que esté desfalleció, su boca robándome el airé, sus dulces frases, ese falso encanto con el que me toleró; esto es demasiado para mí.

Sé que un incendio ha nacido entre nosotros; una potente llamarada en la que estoy inmerso sin encontrar la salida, la misma que no soy capaz de leer por culpa de los amorosos tratos de mi pareja en esta semana; ellos me están ahogando, es mucha presión, puedo sentir como la culpa y el orgullo me están aplastando, otra vez me pongo la venda por voluntad.

 ¿Cuándo amor se volvió sinónimo de presión?

Ya no sé lo que es estar enamorado, quizás con el de cabellos rojizos solo fue costumbre y cariño; no lo sé, el estar atado a su lado ahora por devoción, por fidelidad, por respeto a un fantasma que hace años se esfumó llorando por su frialdad es la única realidad que conozco, yo nunca pensé que me podría sentir tan solo al estar siendo mecido por otros brazos en una cama, jamás me había profesado tan abandonado como en este par de días sin Takano; lo extraño.

“Y después de ir al cine iremos a la reservación” Negué con la cabeza sin comprender las palabras del más alto al estar sumido en la miseria “¿Te quedo claro amor?”

“Sí” Musite bajando la nuca, tratando de ocultarme en ese hermoso ramo de rosas que él me había comprado antes de que mi caballero de brillante armadura me soltara de la torre.

“¿Pasa algo?” Los pies de Shin detuvieron su caminar; sus cálidas y protectoras manos acunaron mis mejillas provocando que estas enrojecieran y él liberará una tímida risita “Me hacían mucha falta esas reacciones tuyas”

“No te burles” No tuve el valor o la fuerza para defenderme, tan solo descendí mi mirada con esa característica sumisión.

“No me burlo” Sus labios tocaron mi frente con un cariño que había permanecido muerto por años “Solo estoy feliz de que hayas aceptado esta nueva oportunidad conmigo” ¿Cómo podría haberla rechazado?

Él consiguió que toda su familia le diera la espalda, que sus compañeros del trabajo le perdieran el respeto, que sus padres sintieran asco y repudio por mi culpa, él lo sacrifico todo para poder estar a mi lado, incluso se quitó esa falsa máscara de petulancia con la que antes nos maltrataba para enseñar ese sensible carácter ¿Cómo podría pensar en cometer semejante traición?

Si me voy él se quedará sin nada, estos cinco años que me he mantenido a su lado se estrellarían en vano, las rosas que nos prometimos se marchitarían, nuestras memorias se tornaría en odio, los tactos en desdén;  yo no tengo el corazón para dejarlo cuando él más me necesita, aunque eso implique que yo me esté ahogando en la infelicidad por haber permitido que ese azabache se fuera me seguiré convenciendo de que estoy enamorado de Shin.

“En nuestro apartamento te preparé una linda sorpresa” La repentina expresión de vergüenza en sus facciones fue reemplazada por una pícara sonrisa y una seductora mordida de labio que erizo mi piel “Algo por lo que ambos hemos estado esperando mucho”

“Eso ya me lo dijiste en la librería” No puedo olvidar el gesto de decepción que se posó en sus ojos de miel, la forma en que me dejo de contemplar con ese amor que me profesaba para regalarme una falsa sonrisa.

“¿No te gustaron las rosas?” Me pregunto intentando relajar su ceño fruncido “No entiendo” Su voz sonó a derrota “¿Qué es lo que estoy haciendo mal Ritsu? Dime lo que necesitas para que lo pueda hacer” Me rogo tratando de tomar mi mano solo para recibir rechazando al apartarla.

“No estás haciendo nada mal es solo qué” Solo pienso en Takano; al leer la frustración en su cara supe que él sabía cómo acabar esa oración; soy un egoísta, al menos debería disimular.

“Ya verás cómo te distraes en el cine” Musito rodeando mi cintura para obligarnos a ingresar a un amplio centro comercial y caminar hacia el tercer piso en busca de la pretenciosa película que él tanto deseaba ver.

El hombre de cabellos rojizos al haber comprado las entradas por Internet no tuvo que hacer esa eterna fila hacia las cajas y pudimos pasar directamente a la habitación en donde se proyectaba la película, sin soltarme la mano en ningún instante él me guio hacia los asiento de más arriba en donde levanto la manilla para la bebida y se acomodó a mi lado.

¿Cuántas noches soñé con que hicieras esto por mí? ¿Cuántas veces te rogué porque nos sentáramos en la misma fila en la película para tener a alguien a quien abrazar en alguna escena de terror? Lamento mucho ya no poder reaccionar con la misma inocencia, porque esas juveniles esperanzas que buscas son las que mataste con tu indiferencia.

“¿Emocionado?” Me pregunto besando mi frente, ignorando las muecas de curiosidad de las personas a nuestros costados.

“Shin creo que los estamos incomodando” Murmullé embelesado por el brillo en sus orbes contrastado por  la oscuridad en la que estábamos bañados “Quizás sería mejor que cada uno se sentara en su propia silla” Su mano aferrada en mi cintura respondió sola.

“Siempre quisiste poder hacer esto, muchas veces me dijiste que ansiabas que te besará en las escenas aburridas sumergidos por la luz de la pantalla y te abrazará de los hombros cuando la tensión aumentara en los momentos de acción” Sus labios se curvaron en una sonrisa que erizo mi piel y acelero mi respiración “Yo realmente estoy tratando de hacer las cosas bien, perdón si no son como las esperabas”

“No” Grite en voz baja por respeto a los demás “Son justo como lo había imaginado, incluso mejores” Una tonta expresión de vergüenza fue intercambiada en la oscuridad.

“¿Entonces?” Me interrogo retirando mi flequillo sin dejar de contemplarme con esa desbordante expresión de ternura y protección, de atraparme con esa misma chispa eléctrica que hace tantos años me enamoro “¿Qué está mal?” Ya no es lo que quiero.

“La película va a empezar” Un pequeño tartamudeo en esas palabras ensancho su expresión de satisfacción, su mano descendió con confianza sobre mi cadera mientras su pecho trataba de refugiar mi rostro.

Su varonil colonia me rodeo, la cálida temperatura de su piel, el seductor aliento de sus labios golpeando mi desnudo cuello, sus toques, todo me estaba embriagando y sumiendo más en este amor de perdición.

Por fin tenía el papel protagónico con ese hombre, por fin era mío ese ansiado guion, las luces se hallaban sobre mis pasos demostrando su infinito cariño con un par de fugaces y afectivas caricias, sus ojos finalmente rebalsaban orgullo y amor, no se leían mentiras entre los diálogos que intercambiábamos, parecíamos dos adolescentes traviesos en la flor de su juventud;  yo debería estar tan feliz por todo lo que está pasando entre nosotros.

“Enamórate de alguien que te ama, te cuida de forma incondicional, de quien te ha protegido desde que te vio llorar por primera vez, de un chico ingenuo que cayó entre tus redes embelesado por cada cosa que haces” Las cosas entre Shin y yo deberían extasiarme  y cegarme con ese toxico amorío que llevamos “Enamórate de alguien como yo” Pero no lo hacen.

“¿Te gustaría hacer algo así algún día?” Me pregunto acariciando mi espalda con la mirada perdida en la romántica escena de la película, mis mejillas ardieron al apreciar como una adorable pareja de enamorados se encontraba besándose de manera apasionada a orillas de un lago con caricias subidas de tonos.

“No me molestes de esa forma” Le gruñí frunciendo las cejas “¿Por qué me trajiste a ver una película de romance de todos modos?”

“Antes las querías ver” Musito con la nostalgia desbordando  sus gestos “Antes querías hacer toda clase de travesuras en los acolchados asientos del cine” Él tomo mi mentón logrando que aspirará su vicioso aliento.

Mi piel se erizo al percibir una agradable presión sobre mis labios, el más alto en medio de la música novelesca me quito el aire con su boca mientras se dedicaba a acariciar mis piernas con sus traviesas manos; aunque trate de cerrar los ojos y disfrutar de un beso que antes era nuestro eterno deseo, ahora ya no podía.

Él se separó con la frustración tatuada en sus masculinas facciones apretando con cólera su palma encima de mi muslo “¿Qué diablos pasó ahora?” La ira con la que se encendía su mirada, el desdén con el que me fulminaba, la cólera; al menos yo debería actuar bien.

“Solo me quiero concentrar en la trama” Le respondí apartándome de su lado para acabar de ver ese fastidioso film.

No dijimos más el resto de la función ni nos volvimos a acercar, podía apreciar escrita la incertidumbre en sus preciosas gemas escarlata, el dolor en sus muecas de labios, el fastidio en sus pesados movimientos, podía apreciar como yo había gatillado su destrucción y aun así no me esforcé por detenerla; soy un cobarde.

Al salir del cine después de ese predecible final de amor él me llevo a un ostentoso restaurant tratando de esconder el dolor que le había provocado mi anterior rechazo al abrirme como un caballero la puerta del taxi y sostener mi mano todo el viaje, lo único que yo pude hacer fue sonreír con melancolía extrañando  los nervios que antes se encendían con el roce de su piel.

Después de media hora de viaje y un par de mimos unilaterales llegamos a un gigantesco establecimientos de letras plateadas, paredes celestes, mesas rusticas, elegantes pisos de madera, majestuosos candelabros en el techo y meseros con relucientes trajes esperando nuestra llegada.

Shin intercambio una discreta sonrisa con el camarero antes de ingresar explicándome que él había hecho nuestro pedido de forma especial anoche por teléfono, con la cabeza gacha por la vergüenza y las piernas tiritando por los nervios lo seguí hasta una ostentosa mesa con velas ubicada en frente del ventanal que revelaba lo hermosa que era la ciudad.

“¿Sabes? Cuando te dije que quería ser presentado no me refería a que me volvieras el foco de atención todo el tiempo” Musite un tanto incomodo por las miradas de los demás, reprochando mi terquedad para aceptar una elegante prenda de vestir.

“Ten” Alcé la mirada con curiosidad para apreciar como él se sacaba la chaqueta de su traje y me la extendía “Pareces incómodo y con frío, yo no quiero que te acabes forzando a más” Con una sincera sonrisa recibí el abrigo para ponérmelo consiguiendo que él riera de forma juguetona “Te ves tan lindo usando mis prendas, eres adorable” Elevé una ceja escondiendo mi enfado por su semblante socarrón.

“Me la voy a quitar si me sigues molestando” El negó con la cabeza tomando mis manos con entre suyas sobre la mesa “¿Qué acaso solo te viniste a burlar?”

“Esta noche no” Sus ojos brillaron con furor, su rostro adquirió una hermosa calidez por la luz de las velas; sus dedos rozaron con ternura los míos “Esta noche quiero que las cosas salgan perfectas entre nosotros dos”

“No te tienes que esforzar tanto” Murmure con comprensión “Shin cuando yo me enamoré de ti también lo hice de tus defectos, no te esfuerces por ser alguien más, no trates de parecerte a” Su hermosa expresión se borró antes de que lo mencionará.

“Takano” Bramó a la defensiva apretando con recelo mis manos “Ritsu sé que eres bastante sensible y muy entregado, por eso puedo pasar lo que tuviste con mi primo e ignorar lo que ocurrió entre ustedes sin preguntar pero ya no sigas pensando en él” Sus toques ascendieron por mis brazos hasta llegar a mis mejillas “Piensa solo en mí como antes”

“Eso ya lo hice por cinco años” Susurre permitiendo que mis pensamientos escaparan de mi garganta.

“Y yo espero que lo continúes haciendo por mucho más” Sus labios rozaron los míos cuando él se inclinó sobre la mesa, mi rostro nuevamente ardió por la pena, sin embargo, esas cosquillas que alguna vez sentí, esos incontrolables deseos por permanecer juntos hasta el final, toda la pasión con la que nos encandilábamos se había esfumado.

“¿Estás seguro de que me amas y no es costumbre?” Le pregunte sin flagelar o temblar con mi objetivo “Shin quizás te da miedo estar solo, puedo sentir que todo esto también te parece extraño”

“Sí” Musito encogiéndose de hombros “Esto es raro, yo acostumbraba a amarte en secreto”

“Usarme en la noche” Respondí con las cejas arqueadas y un sabor a amargura inundando mi garganta “Dilo como es”

“A acariciarte sin que nadie viera” Prosiguió “Es extraño para mi expresarte mi amor de esta forma tan romántica porque no va conmigo” Su respiración se tornó intensa “Pero sé que necesitas comprensión, seguridad, cariño, confianza, por eso estoy dispuesto a hacer esto” Sus ojos se posaron en los míos para que olvidara hasta mi mismo nombre al ser esclavo de su afecto.

“Shin” Balbuceé con una tonta sonrisa.

“Puedo hacer mucho más sí permaneces a mi lado, sí me permites enmendar el daño que te hice todos estos años” Todo a mi alrededor de detuvo  “Ritsu yo te amo, que nunca más te vuelva a caber duda” Mi corazón se fragmento con esa bella confesión.

“Pero” Mis frases fallecieron en mis labios ante tan dulce expresión.

 “Lamento mucho no habértelo dicho cuando me lo pediste, prometo nunca más cometer esos errores tan tontos contigo ni hacerte sentir menos” Al final yo acabo convertido en el villano en mi propio cuento “Te trataré como el tesoro que eres para mí” Podía percibir como esos fragmentos destrozados continuaban latiendo a pesar del dolor “Eres mi vida Ritsu, sin ti yo me muero, todo pierde el sentido, ahora lo sé” Tan solo fui capaz de bajar la cabeza y apretar esos gastados pantalones de tela.

¿Cómo debería reaccionar ante esa clase de tierno comportamiento que él tiene conmigo? ¿Cómo me debo poner ahora que me confiesa con tanta confianza su amor? Shin en una época también fue todo lo que tenía, cuando él se apartó y me lastimo con su mirada glacial y esas patéticas excusas de vergüenza me comencé a desmoronar y encarne un martirio de amargura; yo no lo quiero obligar a pasar por eso; no puedo forzarlo sabiendo lo mucho que sufrí y lloré en esa solitaria senda.

“¿Tú me amas?” Me pregunto ignorando al mesero que había llegado con nuestra extravagante comida, negándose a apartar la mirada de mis ojos en un desesperado intento por leer la verdad “Mi Ritsu di que me amas”

“No me obligues a responder por favor” Musite presionando mis pestañas al no ser tan fuerte como para apreciar esa devastada expresión con la que lo condene.

“Está bien” Murmullo soltándome con la voz temblorosa “Lo arreglaremos” ¿Por qué se escuchaba a mentira?

El incómodo camarero dejo una amplia variedad de cócteles en nuestra mesa junto con una elegante botella de champaña que Shin se empeñó en servirme como si ese transparente y burbujeante líquido pudiera ahogar nuestros problemas.

“Brindo por nosotros y nuestro comienzo” Proclamo alzando con galantería su copa para chocarla contra la mía “Que esta cita sea el inicio de una bella era a tu lado”

“Por nosotros” Balbuceé aturdido tomando un sorbo de la amarga bebida; comenzando a degustar nervioso esos platos de comida.

El salmón de buen aspecto no lo pude saborear, el arroz condimentado tan solo me supo a arena, la ensalada a ácido venenoso,  los aperitivos a traición, no fui capaz de disfrutar de esa mágica velada ubicada en un hermoso restaurant sumergidos en las delicadas llamas de las velas porque lo extrañaba.

No he podido dejar de pensar en Takano, de temer que se esfumé de mi historia; que huya y retorne a ese pueblo para que nuestros caminos jamás se encuentren. Apreté mis dientes intentando reprimir un ácido llanto que profundizaba sin piedad mí ser; era hora de aceptarlo, yo estaba enamorado de otro hombre, sin importar cuando me esfuerce con estas despedazadas manos en satisfacer a Shin no puedo, ya no puedo hacer esto.

“¿Esta bueno?” Todo entre nosotros se convirtió en un engaño.

“Sí” Mire mi reflejo en la copa de champaña tratando de darme valor para acabar con esta mentira.

Por mucho que lo lamente, que lo sienta, que lo intente no puedo continuar así, entregarle un amor mediocre a ambos, tener que condenarme solo por devoción, estar siendo asfixiado por esas farsas; yo no obtendré mi felicidad a costa de la suya, nunca más volveré a sonreír sabiendo que lo deje escapar a él, no puedo, ya no lo voy a hacer, tuve suficientes años de sumisión como para seguir con este teatro de mierda.

“¿No vas a probar el pastel?” Su voz hizo eco en mi mente antes de volver a captar mi atención, pestañeé consecutivamente para perderme en su ilusa sonrisa apuntando a la pequeña tarta de chocolate que teníamos al frente con dos tenedores de plata a sus costados “Deberías comer de ella, dicen que acá preparan las mejores tortas”

“No me cabe duda” Farfullé tomando el cubierto para insertarlo en la porción; perdí el aliento al escuchar un rechinar de metal y encontrarme con algo sólido y duro dentro del postre “¿Qué?” Liberé el tenedor con miedo, un nudo nació en mi garganta al vislumbrar un hermoso resplandor bañado en oro.

“No esperaba esa clase de reacción” El más alto tomó en una servilleta aquel brillante objeto cubierto por la salsa de chocolate para dejar expuesto un hermoso anillo dorado.

“No me propondrás matrimonio ¿Cierto?” Le pregunte con el pánico calando en todos mis sentidos, percibiendo como la respiración se me agitaba fuera de una velocidad humana y la piel me cosquilleaba con una incontrolable angustia.

“No me arrodillare y armaré todo un espectáculo porque esto no es oficial” Su mano acuno  la mía para que esa preciosa joya fuera deslizada por mi dedo “Quiero que esto sea una promesa de que en un par de años tú solamente me pertenecerás”

“No sé qué decir” Balbuceé atontado percibiendo el frío del oro en contra de mi piel “¿Por qué de repente me lo pides?”

“Me costó mucho comprenderlo, si no fuera por la estúpida visita de mi primo yo nunca me habría dado cuenta de cuanto significas para mi Ritsu, de lo vacío que estoy si no te tengo” Él se inclinó sobre la mesa sin liberarme de sus hipnóticas escarlatas  “Eres lo más importante que hay en mi mundo, eres mi única prioridad y anhelo” Detente “Me has tenido paciencia en los tiempos difíciles, me has apoyado; ahora veo lo afortunado que soy por tenerte”

“Por favor ya no sigas” Le suplique percibiendo como una amarga gota descendía por mis enrojecidos ojos.

“Eres el chico más maravilloso que he conocido” Sus dedos limpiaron el llanto que comenzó a quemar mis mejillas como el constante recordatorio de los errores a los que yo mismo me condene “Lo único que quiero que me digas es que me aceptas, que quieres pasar el resto de nuestros días juntos envejeciendo, apoyándonos como hasta ahora lo hemos hecho”

“Lo siento” Musite levantándome de la mesa con rapidez; tratando de correr sin rumbo para ser nuevamente preso de sus cálidas manos en el centro del salón.

La forma en que él apretó mi cintura, como en sus ojos desbordaba la aflicción, la manera en que su reseca boca amenazaba con romperse; yo era el causante de todo esto, su dolor, sus lamentos, su sufrimiento eran una consecuencias de mis ególatras movimientos ¿Qué se supone que haga para no lastimar a nadie?

“¿Lo siento?” Me pregunto con un apenas audible hilo de voz “¿Por qué saliste corriendo en lugar de aceptar?” Insistió recorriendo mi cuerpo con desesperanza al frente de los demás, tratando de marcarme como suyo cuando hace mucho le deje de pertenecer.

“Lo lamento” Repetí “Lo siento tanto Shin” Aunque tenía la mirada clavada en el suelo pude escuchar como él tomó aire con cólera para entregarme su sonrisa más resplandeciente y continuar con esta farsa que llamamos amor.

“Volvamos a casa, de seguro estas muy conmocionado y no lo puedes analizar con claridad” Él revolvió mis desordenados cabellos antes de detener un taxi y aferrarse a mi cadera como un niño aterrado a las faldas de su madre.

Permití que él me tocara con afecto y ternura mientras yo reposaba en su pecho con un llanto que no parecía querer cesar; yo nunca había sostenido la daga para clavarla en su pecho, él se expuso, me entrego el cariño por el que tanto clame, me escuchó para socorrerme; que rabia me da ya no ser capaz de corresponderle, me he vuelto muy egoísta, sus lágrimas son mi culpa y son las que forjaran mis cadenas.

“Te amo” Murmuró debajo de las estrellas “Te necesito más que él” Sin responderle me encogí en el abrigo que me había prestado aspirando su aroma con necesidad y ansias sabiendo que esta seria nuestra última vez.

En silencio nos bajamos del taxi para caminar hasta el apartamento con un flojo abrazo, cuando ingresamos en el Shin me tomó de las manos para guiarme hasta la habitación en donde otra cuchillada se clavó en mi corazón.

Toda la pieza estaba adornada con pétalos de rosas y velas, había un agradable aroma a incienso a nuestro alrededor, un nuevo cubre sobre la cama, las cortinas cerradas y la fotografía de nuestro primer viaje en la mesita de centro en un hermoso marco de cerámica; cuando me di vueltas él me sonrió con aflicción tomándome de los hombros para deslizar por estos el saco de su traje con suma lentitud.

“Te dije que tenía una sorpresa especial” Murmulló con su aterciopelada voz acariciándome el mentón “Esperaba que fuera de tu agrado, lo planifique mucho tiempo para que otra vez hiciéramos el amor” Antes de que pudiera responder sus labios se encontraban haciendo presión sobre los míos, la piel se me erizo ante el dulce sabor de licor en su boca y sus traviesas manos tratando de desvestirme.

Sus caricias siempre fueron toxicas y adictivas, sus besos la misma perdición, sus toques un infierno, sus palabras lascivas una segura red sobre la cual caer, su mirada deseosa mi tártaro, él siempre pudo desencadenar tantas emociones en mi alma, fue dueño de cada uno de mis miedos y de mis ansias pero ya no.

Cuando sus besos me comenzaron a dar asco y sus manos tocándome gatillaron el pánico supe que esto tan solo lo podía hacer con Takano porque el hombre del que estaba enamorado hace años se esfumó.

“¡Para!” Grite al percibir sus dientes sobre mi cuello mientras terminaba de desabotonar mi camisa “Shin ya basta sabes que no resulta” Él se apartó presionando sus pestañas para enseñarme por primera vez un par de amargas lágrimas.

“No digas que no resulta” Musito golpeando con frustración la pared “Por favor deja de rechazarme de esta manera porque me duele como no tienes idea” El cayó sentado sobre la cama escondiendo su rostro entre sus manos como un frágil niño desolado; aquella imagen se convirtió en el vivo  recordatorio de la clase de monstruo que era.

“Lo lamento tanto” Murmulle envolviéndolo entre mis brazos, permitiendo que mi camisa se manchará con sus gotas de amargura y sus manos se clavaran en mi espalda “Yo no sabía que las cosas se saldría de control”

“¿Por qué ya no puedo ser yo?” Me pregunto elevando su enrojecida mirada, suplicándome con sus demacradas expresiones que lo aceptará de regreso solo para recibir una patada de parte de la realidad “¿Por qué ya no me amas?”

“Porque ahora lo amo a él” Respondí arrepentido al apreciar como todo ese orgullo, esa arrogancia, ese petulante y dominante carácter se deshacían entre mis dedos en un desgarrador aullido desamparado; esto es mi culpa.

“¿No te puedes volver a enamorar de mí una vez más?” Su voz se convirtió en un patético hilo tembloroso, los músculos me fueron azotados por un golpe de culpa al igual que la cabeza “¿Hay manera de revivir ese cariño que sentías por mí?” Tan solo lo puede acompañar en ese desconsolado llanto.

“No es tan sencillo” Susurre hundiendo mi cara en su hombro, absorbiendo su caro perfume con una ansiedad incontrolable teniendo la certeza de que era la última vez.

“¿Qué tengo que hacer o decir para que me ames una vez más?” Pude sentir como él me trato de apartar para hipnotizarme con esa sublime mirada en vano; no quería ver el daño que había hecho con estas destrozadas manos, no era capaz de confrontar las consecuencias “¿Qué necesitas para amarme una vez más? Lo haré todo” Sus piernas temblaron “Prometo hacerlo todo”

“No puedes cambiar a quien le entregas el corazón” Le respondí rendido sobre su cuerpo “Shin quizás lo nuestro era solo adicción, desde el comienzo las cosas no se dieron en el mejor escenario” Sus fríos dedos erizaron mis poros al recorrer con confianza mi espalda.

“Tú nunca creíste que los obstáculos importaran, no te rindas cuando las cosas se vuelven un poco más difíciles” Bese con amargura su frente intentando que sus dolencias fueran aligeradas para aumentarle más años a mi sentencia “Ritsu” Él apreso mis mejillas con sus palmas “Amor, no pierdas la fe en nosotros” Las lágrimas continuaron cayendo “No te rindas porque yo no me he rendido”

“Esa es bonita mentira” Tartamudeé levantándome de la cama para confrontarlo “Ambos sabemos que tú hace años, cuando comenzaste con esa manía de negarme acabaste con la fe que tenía en esta relación”

“¡Ya me disculpe por eso!” Me grito frustrado quitándose con poderío los cabellos de la frente, enseñándome una expresión que solo goteaba rencor, rabia y dolor.

“Con disculpas o no, lo hiciste, dejamos que esto se marchitara” Le explique sin desviar la mirada, sintiendo como el ardor en esas sucias orbes empañadas por mentiras se intensificaba “En cambio Takano me hizo sentir seguro y amado, él” Su estruendosa voz me interrumpió.

“Ese hombre no te puede ofrecer ningún soporte, ni siquiera conoce el amor, te vas a decepcionar cuando las cosas cambien más adelante y él pierda esa fachada de príncipe que tiene” Bramó con cólera levantándose de golpe en el colchón para aullar cual animal herido “Yo te necesito” Musito “Con él te harás daño”

“Creo que eso es algo que me toca averiguar a mi” Él agarro mi muñeca con fuerza presionando la mandíbula con rabia; trague con dificultad ante ese agudo y tortuoso rechinar de dientes “Suéltame”

“¿Vas a abandonarme después de lo que hice por ambos?” No respondí  “Sí te vas con él no te molestes en regresar, no te recibiré con los brazos abiertos como tu segundo plato por mucho que te amé” Con la determinación y la adrenalina recorriendo mis venas me liberé de su tieso agarre y dejar caer su corazón; lamento romperlo.

“Gracias por todo el amor que me diste Shin” Sus ojos se abrieron atónitos “No te preocupes, no regresaré” Proclame dándole la espalda para salir de ese apartamento tejido por las mentiras dejando la mitad de mi alma y mi vida junto con el grito de ese seductor farsante vestido de caballero.

Notas finales:

Dejar a Haitani cuando él renuncio a todo por Onodera e intento hacerlo feliz de todas las formas posibles es un duro golpe, en rigor el peli rojo lo acaba de perder todo pero atarse a una persona por lastima, por costumbre, por apego, por cualquier cosa que no sea un genuino amor a la larga les hara más mal a los dos.

Las medidas del anillo quizas se vieran un tanto extremas pero a fin de cuentas era lo que dijo al frente de su familia y lo que Onodera queria.

A veces valoramos lo que tenemos cuando es muy tarde, en este caso se aplica tanto a Ritsu como a Shin.

Espero que les haya gustado <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).