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Relaciones toxicas por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Acá cumpliendo con mi acoso doble me siento algo más realizada y menos desaparecida.

Okey en este capitulo me di golpes en la cabeza; lo borre, lo escribir, llore, me quise aventar por un puente y no quedo! asi que lo hice otra vez jaja no juego; de verdad lo escribir muchas veces y se podria decir que esta es la version que más me agrado..asi que lo siento si esta un poco rara; pero es que me complican las citas!

BUeno espero que el fic sea de su agrado y no conoszco más juegos jaja por eso son tres <3 <3

Takano Pov

Yo no soy una persona que se tiende a preocupar por extraños; un chico quien se desgasta en busca de entregar un consuelo a la mujer que lo necesite, un salvador que desea liberar de sus cadenas al esclavo; yo no soy un individuo que busque establecer la paz y se enfade ante las injusticas que nos enseña el mundo, sin embargo, cuando vi como Ritsu derramaba un par de lágrimas por culpa de él infeliz de mi primo algo en mi pecho se partió; yo no soy capaz de describir la rabia que sentí.

No es que me atraiga Onodera de manera romántica; pero cuando aprecié como esas cristalinas gotas caían de sus hermosas orbes empañando el brillo de su mirada con arrebato mientras él continuaba diciendo que se daba asco permitiendo que esa toxica relación lo consumiera, mi cuerpo reacciono automáticamente en busca de reconfortar sus lamentos y salvarlo de esa soledad.

Jamás había besado a un hombre y me incomodo lo dulce que fue; la delicada textura de sus labios, su embriagador aroma; su exquisito sabor; el cómo mi respiración se acelera con cada una de sus sonrisas; esto me preocupa, él es la pareja de Haitani, no me debo hacer ilusiones porque esos ojos verdes jamás se encenderán de esa manera cuando me miren a mí; no debo permitir que esté juego me absorba el corazón ante ese encanto irresistible que tiene el castaño.

Ritsu es un chico tan tierno; lo da todo por Shin y él muy miserable no es capaz de otorgarle lo único que está pidiendo; no le puede entregar esa seguridad por la que tantos años ha clamado y liberarlo de esas cadenas que le impuso destrozando la imagen que posee de sí mismo al convertirlo en un muchacho temeroso.

Me enfada como quienes sí encuentran un amor sincero y puro lo desperdician de esta manera, yo he buscado tantas veces una conexión así de real y potente con alguna de mis novias; les entregue todo lo que poseo y significo, sin embargo, ninguna parecía valorarlo, en cambio Onodera aprecia cada uno de los detalles que las personas le entregan; es tan diferente.

Me preocupa que él este comenzando a atacar mis pensamientos; no es amor lo que siento; aun así me aterra la idea de que me pueda gustar alguien que no puede ser mío; temo que mis emociones traicionen a mi razón y me acaben condenando de manera silenciosa debajo de esas tiernas acciones que él me regale.

Quizás a Shin no le importe pero para mí significa mucho que una persona te prepare con devoción el desayuno; que perciba cuando estas deprimido, que te animé sin que se lo expreses, que te defienda delante de las hipocresías; nunca nadie fue capaz de hacer eso por mí; sin embargo, Onodera lo hace con mi primo como si se encontrara impregnado en su naturaleza; que envidia profeso por ese hombre.

Aunque nuestro romance sea falso yo quiero ayudar al castaño, deseo tener a alguien así en mi vida, quizás él pueda convertirse en ese amigo incondicional quien me rescate en mis momentos de soledad y desesperanza; tal vez Ritsu pueda llegar a ser la persona que destroce todos mis esquemas y se clavé en lo más profundo de mi ser.

Por eso me esmero tanto en crear una relación con él; porque lo quiero mantener en el futuro cuando él regrese con el imbécil de mi primo; yo codicio permanecer siempre a su lado para apoyarlo y conseguir por primera vez una amistad equilibrada en donde me entreguen la devoción que reciben.

Observe con una pequeña sonrisa como el castaño se encontraba desconcertado con la mirada oculta debajo de su flequillo apoyado en la parada del bus que tomaríamos para llegar a nuestra cita secreta; yo aspiraba darle lo que Shin no fue capaz de entregarle; le enseñaría como debe ser un romance saludable en donde sus deseos tengan valor.

“Te ves nervioso” Me burle logrando que el menor alzara sus hermosos ojos adornado con tonalidades jades para ruborizarse tiernamente ante mis palabras; él es bastante lindo para ser un hombre.

“Un poco” Musito el castaño jugueteando con sus manos “La verdad es que está es mi primera cita real; Shin jamás me saco del apartamento en un plano romántico o algo así porque temía que las personas nos vieran con cinismo y repudio al armarles un espectáculo” Mis cejas se arquearon ante las palabras del más bajo mientras la rabia me consumía.

“Eso es una estupidez; Ritsu ¿Por qué permitías esa clase de injusticias? Si dice amarte que lo demuestre” Me queje apoyando mi espalda en uno de los postes de metal que tenía la parada de transportes.

“Porque lo amo demasiado” Musito con una sonrisa melancólica contemplando el pavimento con un pretencioso interés.

“Que lo ames es lindo” Susurre mientras un amargo sabor llenaba mi garganta “Está bien que quieras demostrarle tu afecto; pero eso es abuso; que él te pase a llevar así en lugar de levantarte no es cariño” Especule mientras el arrepentimiento posesionaba mis sentidos al percatarme de la dolida expresión del menor.

“Quizás” Susurro con el labio tembloroso mientras sus ojos amenazaban con romper en llanto en cualquier instante.

Antes de que pudiera disculparme por mi insensible carácter el bus llego a nuestra parada forzándonos a subir; al ser víctima de la culpa por haber borrado aquella delicada sonrisa que el castaño me regalo nos sentamos en los últimos asientos mientras mi mente batallaba por encontrar una manera de acercarme a él.

Que rabia que se ponga en ese estado por Haitani; él no lo merece; él jamás valorara esas lagrimas que Ritsu derrama por sus descuidos; él nunca vera lo mucho que Onodera lo ama; pero yo si lo hago; cegado por esa clase de pensamientos mi mano por inercia busco la suya apretándola con cariño mientras el peso de mi organismo me obligó a apoyarme sobre su hombro.

“Takano-san ¿Qué haces?” Me pregunto nervioso intentando liberar el agarre con el que lo había aprisionado y apartar mi cuerpo del suyo.

“Te enseño lo que es ser una pareja de enamorados” Pregone con sinceridad aspirando de manera irracional el aroma que desprendía su delicado cuello.

“Las personas nos están mirando; esto es incómodo” Murmuro con temor apartándome con arrebato; al apreciar como sus inseguridades lo estaban consumiendo tomé su rostro entre mis manos para depositar un pequeño beso sobre su nariz.

“Que miren todo lo que quieran” Proclame orgulloso al contemplar como las mejillas de mi supuesto novio se teñían de un hermoso y tentando color escarlata que provoco que un extraño golpeteo aumentara en mi pecho.

“No seas tan impulsivo; ¿Qué no te da vergüenza que te miren con desaprobación?” Me interrogo con las cejas arqueadas mientras intentaba esconderse de un par de curiosas miradas que trataban de memorizar nuestra conversación.

“Quiero que todas las personas que nos estén mirando y escuchado sepan que tú eres mi lindo novio” Declare orgulloso besando su mejilla delante de un par de muchachas quienes se ruborizaron por mi acción.

“Takano” Se quejó el castaño volteando para concentrar su atención en el paisaje de la ventana incitando que una traviesa risa escapara de mis labios ante sus infantiles reacciones; él no está acostumbrado a estos  tratos tan abiertos.

“Yo también te quiero amor” Declare sabiendo que tan solo lo apenaba más con esa clase de palabras.

Ni si quiera yo comprendo porque actuó de esta manera tan impulsiva a su lado y diga la esas cursilerías  que jamás les entregue a mis novias en una relación; no comprendo porque mi insistencia para que se sienta pleno y confiado a mi lado; lo único de lo que estoy seguro es que deseo que él sonrisa por siempre, que todas esas penas que tuvo que atravesar se borren mientras su alma sana entre mis brazos.

Luego de media hora en aquel bus apoyando mi cabeza en el hombro de mi “pareja” ambos nos bajamos al llegar a nuestro destino caminando hasta un improvisado parque de diversiones el cual consistía en cuatro juegos, un puesto de comida, un par de espacios de artesanías y algunas bancas de madera para contemplar el atardecer; era un lugar bastante modesto y acogedor.

Al ingresar le pedí al dueño que me vendiera una entrada para mí y para mi novio provocando que el rostro de Ritsu se encendiera ante la sonrisa que el hombre nos ofrecía al extendernos con afecto los boletos.

Sin esperar la reacción del castaño lo tome de la mano en frente de todas las personas apreciando como su respiración se cortaba ante mis toques mientras mi corazón se aceleraba con ímpetu delante de su suave y delicada mano.

“¿A qué te quieres subir primero?” Le pregunte con una sonrisa galante suspirando de manera ilusa ante esos curiosos ojos que recorrían cada una de las atracciones con incertidumbre mientras un tierno mohín se trazaba en sus labios.

“No lo sé” Musito entusiasmado permitiendo que mis tactos lo envolvieran y nuestros dedos se entrelazaran.

“¿Nunca antes habías venido a un parque de diversiones?” Le pregunte pasmado sin ser capaz de disimular mi sorpresa.

“Jamás” Me respondió con un apenas audible hilo de voz enlazando nuestras miradas “Me daba mucha pena venir solo y como Shin nunca quería salir conmigo acabe desechando el sueño de conocer uno de estos” Declaro embelesado ante la pequeña montaña rusa que se encontraba construida en el medio del lugar.

“Entonces hay que intentar subirnos a todos los juegos” Pregone arrastrándolo hacia la fila sin ser capaz de liberar su mano de la mía.

EN todo el transcurso de espera no pude quitarle los ojos a Onodera quien parecía estar batallando internamente sobre subirse a aquel aterrador juego o escaparse de mi lado sin darme explicación alguna al haber sido presa del pavor.

 Él como sus piernas temblaban cuando escuchaba que las demás personas gritaban aterradas al bajar en esos endebles vagones de colores; como una pequeña risa se escapaba de sus labios cuando observaba que los grupos de amigos reían ante sus reacciones; la manera en que sus ojos se encendían con fulgor al avanzar un puesto en la fila; él era absorbente; sin que me diera cuenta yo me encontraba sonriendo delante de sus gestos.

Suspire de manera idealista apretando con fuerza la mano del menor al apreciar como la espera se agotaba y la respiración del castaño se intensificaba al escuchar como el ruido de las vías de metal chocaba en contra de las gastadas ruedas de ese inseguro juego; si hubiera sabido que él jamás había venido a uno de estos lugares lo hubiera llevado a un parque más grande en donde se pudiera divertir más confiado.

Cuando nuestro turno llego ambos nos sentamos en el primer vagón de color rojo siendo sostenidos por un delgado cinturón de tela negra y una delicada barra de hierro; con el rabillo de mi ojo observe como el más bajo analizaba con paranoia nuestros alrededores en busca de una salida de la peligrosa atracción a la que lo había forzado a ingresar.

“No tengas tanto miedo; no morirás acá arriba o algo así” Lo calme logrando que sus ojos se centraran en mis acciones.

“Es fácil para ti decirlo si ya tienes experiencia en estas cosas; sé que yo ya estoy muy viejo como para subirme y tener miedo, pero no lo puedo evitar, me asusta” Pregono afirmando con fuerza el barandal de metal que poseía el carro al percatarse de como comenzábamos a subir los rieles con lentitud.

“Ritsu aférrate con fuerza a mi” Le pedí acercándome a su lado; quitándome el cinturón para poder abrazarlo.

“¿Estás loco?” Me pregunto exaltado “Regresa a tu lado; te puedes caer” Me regaño aterrado ante mis impulsivas acciones.

“Solo abrázame con fuerza de la cintura; yo me sostendré de la barra” Le pedí pasando mi mano derecha detrás de su espalda  para aferrarme con intensidad al fierro en el que estaba apoyado  mientras mi mano izquierda se encontraba enganchada en el barandal de seguridad que tenía el carro al frente.

“No te atrevas a soltarte” Murmuro obedeciendo mis órdenes para hundir su cabeza en mi pecho y abrazarme con desesperanza.

Sin intercambiar otra palabras ambos con los nervios aflorando en la piel contemplamos como el juego se balanceaba en el punto más alto para después dejarnos caer de manera ruda; Ritsu y yo comenzamos a gritar aterrados al saltar ligeramente sobre nuestros rígidos asientos, la respiración se me corto al sentir como mis manos comenzaban a sudar debilitando mi agarre; la adrenalina corría por mis venas mientras el terror me carcomía.

Mi corazón golpeo con intensidad al percibir como Ritsu se abrazaba con aprensión  a mi cuerpo mientras su rostro presionaba mi cuello y sus ojos se cerraban con ímpetu; bastó esa linda imagen para que mis miedos se disiparan y mis manos adquirieran la fuerza necesaria para sostenernos a ambos en esta inestable estructura.

Mi cuerpo arrimaba de manera dolorosa las orillas del carro ante cada una de sus bruscas vueltas mientras de mi garganta no dejaban de salir gritos de diversión al estar descendiendo en la altura; en la última violenta curva que poseía la montaña rusa el más bajo dio un ligero salto en el asiento al quedarle suelto el cinturón y acabo sentado sobre mi regazo provocando que mi respiración se cortara y nuestros ojos se encontraran con vergüenza.

“No tengas tanto miedo” Musite embobado por cada una de sus facciones; Ritsu no me respondió se limitó a aferrarse a mi cuello de manera recelosa apoyando su rostro sobre mi hombro para evitar ver el final de las líneas de metal.

Cuando el terrorífico e inseguro viaje acabo mis doloridas manos se liberaron de las barras para aferrarse a la espalda del más bajo quien libero una pequeña risa al haber salido con vida de aquel inseguro carrusel; el encargado nos miró exaltado al apreciar como irrumpimos cada una de las normas de seguridad para forzarnos a salir del carruaje.

“No fue tan terrible” Murmure tomando su mano para llevarlo a otra de las atracciones del parque; la cual consistía en un par de sillas afirmadas por una resistente cadena las que giraban con lentitud en el aire alrededor de un poste.

“Para ti es muy fácil decirlo; no estuviste todo el juego temblando” Se quejó el más bajo posicionando en la fila con una mirada infantil “Fue muy tonto que te quitaras el cinturón solo para poder estar más cerca de mí”

“Sí; fue tonto, fue irresponsable, fue bastante imprudente hacerlo; pero no me arrepiento porque cuando tenías miedo te apoyaste en mi pecho” Declare con una sonrisa arrogante tomando su mentón al predecir que intentaría esconder sus lindas expresiones de mis ojos.

“Estaba asustado me iba a aferrar a cualquier cosa” Me contradijo intentando en vano romper el hermoso ambiente que se había formado entre nosotros dos.

“Aunque me digas eso; tu novio está feliz de que te hayas abrazado a él” Proclame depositando otro pequeño beso sobre su frente; sobresaltándome al distinguir como eran ahora mis piernas las que temblaban sin motivo alguno ante su cercanía.

“Lo que quiero decirte es que agradezco que hayas hecho esa estupidez por mí” Murmuro con sumisión bajando sus hombros.

“Es lo que un bueno novio haría” Respondí revolviendo sus cabellos con afecto; negándome a apartarme de su cuerpo ante algunas miradas curiosas que las personas nos arrojaban en aquella fila.

Yo comprendo el miedo de Shin; el temor a que los demás te juzguen  y te lastimen con sus venenosas palabras puede paralizar a un hombre, sin embargo, no vale la pena tener que sacrificar esa sonrisa para conservar ese renombre que mi primo proclama con orgullo; porque ningún tesoro es tan grande como poder contemplar el rostro ilusionado de Onodera.

Después de un par de minutos de espera ambos nos subimos a un par de asientos que se encontraban unidos para poder darnos las manos en aquel juego; el más bajo ya no parecía tenso, ahora tenía un aura infantil y efusiva rodeándolo mientras esperaba con impaciencia que “Las sillas voladoras” comenzaran.

“Takano” Me llamo el castaño rozando con cariño mi mano “Gracias por regalarme mi primera cita; aunque sea falsa para mi significa mucho” Esas palabras me dejaron pasmado con la mirada perdida en el suelo.

Era cierto; todas las emociones que vivimos en este lugar no son genuinas, tan solo somos un par de actores pretendiendo estar enamorados para confrontar a las hambrientas miradas y hacer que el ego de mi primo se apague para que proclame lo que es suyo; todo esto es un engaño; eso ya lo sé; entonces ¿Por qué para mí se siente tan real?

Un pequeño tambaleo me saco de mis pensamientos, con curiosidad observe como los asientos comenzaban a elevarse un par de metros para que las sillas empezaran a girar con lentitud alrededor de una estructura metálica morada la cual manipulaba las cadenas al compás de la agitada melodía que nos entregaba.

Una pequeña risita escapo de mis labios al vislumbrar como mi supuesta pareja agitaba extasiado los pies en el aire mientras estiraba una de sus manos deseando acariciar el cielo sin borrar aquella hermosa expresión de paz; no me debo perder en esta farsa o acabare lastimado, no obstante; él se ve tan real con esa clase de reacciones; esto es difícil.

Sin desear pensar más en esas estupideces cerré mis ojos permitiendo que el viento golpeara mi rostro y resolviera mis cabellos mientras mi cuerpo se relajaba con el agradable tacto de aire y la alegre melodía que tocaba la máquina.

No me di cuenta cuando mi mano se apoyó por inercia detrás de la espalda del castaño abrazándolo por el hombro en esa peligrosa pero agradable altura mientras su cabeza se apoyaba cerca de la mía y nuestras manos entrelazadas jugueteaban al extenderlas en contra de la luz del sol como si lo quisiéramos tocar.

Me sentía lleno a su lado; infantil, torpe, pleno, satisfecho; eran tantas las pasiones que recorrían mi sangre junto a él; cuando estaba con Ritsu tan solo me quería dejar llevar en ese hermoso teatro ambicionando desaparecer junto a aquella cínica actuación.

Cuando el ritmo de la música comenzó a bajar la velocidad las sillas empezaron a descender del aire hasta volver a tocar el piso indicándonos que era hora de salir y probar un último juego antes de que el parque cerrara.

Una sonrisa maliciosa de grabó en mis labios al distinguir un modesto recorrido del terror en donde las personas debían atravesar un misterioso camino dentro de un diminuto bote de madera acomodados en pareja.

Sin pedirle la opinión al castaño lo lleve hasta aquella atracción en donde él se tuvo que sentar adelante afirmándose de un par de manillas ubicadas en la punta del transporte para evitar caerse al agua por algún brusco movimiento.

 Trague con dificultad intentando colocarme detrás de él sin tocarlo con demasiada confianza; no obstante; el bote al ser demasiado pequeño me forzó a ubicar cada una de mis piernas entre los costados del menor mientras nuestras caderas se rozaban sin pudor alguno, mi pecho chocaba en contra de su espalda y mis brazos rodeaban su cintura al no tener un lugar en donde me pudiera afirmar para sostenerme de los impredecibles movimientos de la atracción.

Cuando por fin nos encontramos ubicados el pequeño barco zarpo hacia un solitario túnel sin ningún rayo de luz en donde se escuchaban unos desgarradores gritos pregrabados y se apreciaban un par de figuras deformes de cera intentando intimidar a los visitantes.

“Creo que esta cosa no está hecha para dos hombres” Susurro el más bajo intentando alejarse de mi estructura en vano al no tener más espacio.

“¿Te incomoda que este tan cerca tuyo?” Le pregunte apoyando mi cabeza sobre su hombro por impulso.

“No; pero no estoy acostumbrado a esta clase de cercanía” Murmuro relajando sus hombros entre mis brazos mientras sus piernas se dejaban de tensar para rosar las mías de manera afectuosa en ese pequeño bote.

“Tendrás que empezar a acostumbrarte a esta clase de tactos si queremos seguir con esta falsa relación” Pregone apretando con aprensión la cintura del castaño al percibir como la música se tensaba en aquel tenebroso transcurso.

“Entonces has que me acostumbre a tu cercanía” Susurro con vergüenza apoyando sus cabellos sobre mi pecho al temer por lo que se encontraba en la vuelta de aquel misterioso pasillo sobre el agua.

Cuando el bote atravesó  la enigmática curva no nos dio tiempo para reaccionar descendiendo con violencia por una cascada artificial obligándonos a aferrarnos con recelo del bote mientras la música se intensificaba y aparecían de manera repentina un par de figuras eléctricas con rostro bastante gastados y gruñidos enfadados que incitaron que ambos buscáramos la compañía del otro como consuelo.

El pequeño transporte pasó por otro túnel obligándome a agacharme para no ensuciarme los cabellos con las telarañas que había en el techo; el movimiento de la barca se aceleró mientras intentábamos ignorar los desgarradores gritos de las grabaciones y tratar de no ver aquellas horrendas figuras que amenazaba con atacarnos.

Casi al final del viaje; cuando pensamos que todo acabaría el barco se detuvo al frente de un lúgubre escenario; los reflectores se encendieron dejando ver a la figura de un zombi bastante deformado; su rostro se encontraba desfigurado mientras su mirada se hallaba perdida sobre nosotros; ambos nos sobresaltamos al apreciar como esa figura se movía en nuestra dirección provocando que gritáramos asustados.

Por instinto actué envolviendo al castaño entre mis brazos al percatarme de como esa cosa corría en dirección a Ritsu mientras el barco se negaba a avanzar; la sangre me comenzaba a arder mientras la adrenalina inundaba cada uno de mis sentidos al temer por Onodera; mordí mi labio con rabia intentando alcanzar alguna de las cosas de utilería para golpear a esa máquina defectuosa que nos amenazaba.

Con determinación me estire hasta la base tratando de tomar una pequeña tabla de madera para intimidar al zombi y apartarlo de Ritsu hasta que este comenzó a hacer señas nervioso con las manos negando consecutivamente con la cabeza.

“No se asusten; tan solo soy un actor; no los voy a atacar de verdad es parte de la rutina” Pregono esa supuesta maquina arrebatándose una muy bien confeccionada mascara para dejarnos expuesto su nervioso rostro “Señor por favor no toque la utilería y meta sus manos dentro del transporte” Con vergüenza afloje mi agarre para seguir las instrucciones observando como Onodera se ruborizaba furiosamente ante mis imprudentes acciones.

“Perdón” Musito el castaño mientras el bote continuaba su marcha hasta llegar al punto de inicio y permitirnos bajar.

“Lamento haberte asustado de esa manera; creo que al final te aterraste por mis reacciones exageradas” Musite con vergüenza sobresaltándome al distinguir como una pequeña sonrisa se esbozaba sobre sus labios.

“Creo que ambos exageramos; estábamos demasiado asustados por ese ridículo juego” Se excusó el chico de preciosa mirada jade extendiéndome por voluntad propia su mano para unirla con la mía trasmitiéndome una inmensa calidez “Aunque fue lindo que me protegieras de esa manera ante mi supuesto agresor” Se mofó riendo melódicamente sin despejarme la mirada de encima.

“De verdad me asuste al ver como se movía en tu dirección ¿Qué querías que pensara si todos los demás eran muñecos falsos?” Le pregunte molesto memorizando cada una de las delicadas pero masculinas facciones del más bajo.

“Que pensaras de manera reaccionar” Se burló deteniéndose al frente de una de las tiendas de recuerdo que ofrecía el parque.

Sin intercambiar otra palabra me acerque hasta el puesto para comprar algún tierno recuerdo de nuestra a primera salida; al revisar los múltiples estantes con peluches y chapitas mis ojos se centraron en un gran conejo blanco de expresión dulce y suave pelaje; sin pensar más le pedí con una sonrisa galante a la muchacha que me lo confiriera.

Al haberlo pagado le entregue el enorme conejo al más bajo quien se negaba con terquedad a aceptar mi regalo al cruzarse los brazos sobre su pecho y bufar enfadado ante las lindas atenciones que le trataba de proporcionar.

“No soy un chica; yo no uso peluches mucho menos si son animales tiernos” Me contradijo con tenacidad el menor caminando hasta la salida del parque para que pudiéramos tomar un taxi de regreso al apartamento.

“Bien; entonces lo llevaremos hasta nuestra habitación y lo podremos sobre nuestra cama” Pregone orgulloso ingresando al vehículo con el enorme e inútil conejo de peluche en el que había desperdiciado todos mis ahorros.

“Ese cambio de habitación es temporal hasta que Shin  admita de una vez las palabra que tanto quiero oír, así que no te acostumbres a esta clase de cursilería” Murmuro el castaño  levantando con algo de timidez su mirada.

“No lo haré” Proclame con pesadumbre abrazando al menor por la cintura “No me acostumbrare a algo que es mentira, pero por ahora mientras mi primo no confiese nada tú tienes que acercarte más a mí y aceptar lo que se supone que somos” Declare satisfecho al apreciar cómo se estremecía sutilmente debajo de mis caricias mientras mi corazón golpeteaba con fuerza mi pecho sin explicación alguna.

“No es difícil adaptarse a tu cercanía con esta clase de cosas que haces por mi” Susurro apretando con nervios mi camisa.

“No sé cuánto dure este teatro para nosotros dos; pero el tiempo que este conmigo seré la persona más empalagosa y dulce que conozcas para que Shin arda en celos y jamás te menosprecie ni te niegue el valor que mereces” Declare sobresaltándome al percibir como el más bajo tocaba con algo de temor mi rostro.

“Gracias Takano; no te puedo describir lo lindo que esto fue; lo mucho que me divertí, lo emocionante que fue poder ir a un parque de diversiones, tu jamás comprenderás lo mucho que esto significó para mi” Musito besando con afecto mi caliente mejilla la cual comenzó a cosquillear al percibir sus labios en contra de mi piel.

“De nada” Balbucee con torpeza llevando una de mis manos hasta mi rostro para esbozar una ingenua y torpe sonrisa.

Al llegar a nuestro destino ambos le pagamos al taxista ingresando al edificio con las manos unidas mientras yo abrazaba al ridículo conejo que el castaño se negaba a tomar; al abrir la puerta de nuestro departamento bese con afecto los cabellos de Onodera anhelando enseñarle la devoción que sentía por aquella mágica salida.

“Ritsu” Lo llame captando su atención para besar con ternura su nariz “Tu tampoco comprenderás lo mucho que significo esta cita para mi” Murmure recorriendo con mis dedos sus labios como si los deseara.

“Me alegra que también te hayas divertido Takano” Susurro con un ingenuo mohín que estremeció todo mi cuerpo.

“¿Quiénes que esto tenga un final perfecto?” Musite acercándome hasta sus labios con la intención de profanarlos como míos hasta que un molesto carraspeo nos sacó de nuestro ambiente.

“¿Sabes cuantas horas los llevo esperando?” Nos preguntó un enfadado hombre de ojos escarlata cruzándose los brazos con rabia al vislumbrar como me aferraba de manera recelosa al chico que alguna vez le perteneció.

“Que a ti que no te preocupen esas cosas, del bienestar de Ritsu me encargare yo; después de todo soy quien debe defender a su lindo novio” Pregone jalando al castaño de la mano para impedirle tener contacto con aquel venenoso e hipócrita hombre; por algún motivo que no quise comprender me negaba a dejar ir a Ritsu aunque nuestra falsa actuación hace mucho  ya se había acabado.

Notas finales:

¿Que me dicen? ¿Fue una buena cita de amigos con falsa relación? Jaja hoy pobre Takanito queda más confundido con Onodera, pero ese era el preocio por pretender salir con él.

Lo del tunel del horror...yo lo vivi...fue horrendo porque pense que esa cosa era un juego y se comenzo a mover, asi que en el momento esas reacciones no parecen tan extremas...y pues esa es una de mis estupidas anecdotas sobre como descubri que era un pesado empleado en lugar de una maquina.

Espero que les haya gustado; mil gracias a todos lo que leen y ojala comenten <3 <3


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