Al siguiente día Yugi se encontraba limpiando el salón principal, cuando termino aquella tarea Eleonor le pidió que fuera al sala de música ya que necesitaba que lo limpiase porque Yami solía ir ahí. Yugi se asombró al enterarse y a la vez le emocionaba, Yami tocando el piano, empezó a imaginárselo pero Eleonor le informo que este lo hacía solo cuando se hallaba motivado además de que no le agradaba que lo observasen.
Yugi se dirigió a realizar su deber mas no dejaba de pensar, quería ver a Yami interpretar melodías aunque eso significase un gran regaño, el gustaba de la música y más aun de los sonidos que producía un piano.
El tiempo transcurrió, Yami se hallaba aburrido de estar solo en su habitación, decidió salir a caminar, una pequeña excusa para ver si encontraba a Yugi mas no lo hallo por más que diera una vuelta completa por toda su casa. Eleonor diviso a Yami, le parecía extraño ver al mismo como si buscase a alguien, se acercó hasta donde estaba.
-¿Qué busca con tanto afán jovencito?-
-Busco a Yugi, este niño, no lo encuentro en ningún sitio- su tono de molestia era bastante notorio además de algo de frustración por no hallar lo que buscaba.
Eleonor no pudo evitar la pequeña risilla que escapo de su boca, le resultaba divertido ver a Yami de esa manera, nunca antes lo vio comportarse de tal modo.
-¿Qué te causa tanta gracia?-
-Hay joven Yami, no sabe lo feliz que me hace verlo en ese estado- dijo con suma alegría más para Yami esto le era confuso.
-¿A qué te refieres con mi estado?-
-Verlo preocupado por alguien más es algo que no se ve todos los días, no sabe cómo me alegra saber que el joven Yugi le interesa-
Ante lo dicho Yami empezó a sonrojarse de manera leve –No es que me importe ese niño, solo quería saber dónde estaba, ya mejor olvídalo mujer impertinente-
-Si te interesa, el joven Yugi está limpiando la sala de música- ante la mirada de orgulloso de Yami, en tono algo maternal le aconsejo –Deja de ser orgulloso, ve y toca algo de música, a Yugi le agrada la música –
La mirada y expresión de Yami pareció cambiar en aquel instante –Crees que le agrade -
-Por supuesto que sí, anda y toca un poco que hace tanto que no lo haces, así que apresúrate Yugi ya debe terminar de limpiar –
Con leves empujones Yami fue dirigido hacia aquella sala de música mientras que Yugi se encontraba limpiando cada zona de aquella habitación, tenía sumo cuidado con ciertos objetos delicados , casi terminaba su labor entonces escucho dos voces.
-¿Yami y Eleonor?- se dijo así mismo extrañado al escuchar una pequeña discusión fuera de la sala.
Eleonor se esforzaba por hacer que Yami entrase más este cual niño pequeño se resistía. Yugi ante el alboroto se dirigió hacia la puerta y la abrió, al hacerlo causo que Yami cayera sobre él, se sonrojo de inmediato y apenas reacciono, lo veía a los ojos y vaya que lo intimidaba.
-Si me disculpan yo me retiro jóvenes- dijo Eleonor muy feliz por la pequeña hazaña conseguida más su retirada hizo a Yami reaccionar y levantarse de inmediato.
-Lo siento no fue mi intención caer sobre ti – al decirlo este le ofreció su mano a Yugi y el gustoso la tomo y se incorporó.
Un pequeño silencio se formó en la habitación, Yugi noto aquello así que se decidió a hablar.
-Joven Yami-
-Dime-
-¿Usted sabe tocar el piano?- dijo mientras sonrió de manera notoria.
Al ver tal sonrisa se desconcertó un poco -Si se hacerlo-
-Perdone mi atrevimiento pero ¿podría interpretar alguna canción?- dijo con suma emoción y expectativa.
-Claro, porque no-
Ante la mirada de agradecimiento de Yugi, Yami fue a sentarse cerca del piano aunque Yugi se quedó de pie para observarlo.
-Siéntate a mi lado, podrás ver de mejor manera como lo hago-
Yugi asintió, un poco avergonzado se sentó a lado de Yami. Una vez Yami se aseguró de tener todo en orden, poso sus manos sobre las teclas del piano y empezó a tocar una melodía. Yugi lo miraba fascinado mientras aquella melodía empezaba a tomar forma, se percato que aquel sonido era de suma tristeza y melancolía, cada nota expresaba una profunda soledad.
Yami tocaba con suma pasión aquella tonada triste, con maestría interpretaba cada nota sin fallar, le caracterizaba una tranquilidad al tocar y un fuerte sentimiento que le fue trasmitido a Yugi.
Yugi empezó a entristecerse, la empatía que sentía por Yami le hacía sentirse de esa manera. Yami sufrió tanto mientras la melodía avanzaba se daba cuenta de ello.
-¿Acaso no te gusta la música?- dijo Yami al notar que Yugi lo miraba de tal manera y se encontraba sospechosamente callado.
-Es una hermosa melodía pero se siente una profunda tristeza -
Yami decidió detenerse por un momento y vio directo a los ojos contrarios –Sé que pude sonar triste pero esta canción es de mis favoritas, mi madre solía tocarla para mí-
Yugi agacho su cabeza no podía mantener su mirada ya que se sintió mal –Lo lamento, no era mi intención de que tocaras algo que te recordase a tu madre- dijo con suma culpabilidad en su voz.
Yami tomo las manos de Yugi provocando que este lo viera-No te preocupes Yugi, suelo interpretar esa canción cada vez que me siento feliz-
-¿Feliz?- dijo Yugi con suma confusión.
-Sí, feliz, en este momento me siento dichoso porque tengo a una maravillosa persona a mi lado-
Yami se acercó un poco a Yugi mientras una de sus manos se dirigió hacia su mejilla, le acaricio con suma delicadeza –Me gustaría tocar juntos el piano, utilizar estas hermosas manos para indicarles todo lo que se y entonar hermosas canciones-
Yugi se tensó un poco tanto por las palabras dichas como por la mano que acariciaba su mejilla, su estado de sorpresa no duro mucho, su cuerpo y cerebro lo traicionaron empezó a sentir aquella caricia agradable, Yami lo noto y de una forma algo arriesgada se decidió por avanzar. El rostro del más alto se acercó de manera lenta y tuvo el atrevimiento de rozar sus labios con los contrarios, un pequeño roce que le pareció incorrecto a Yugi pero no lo detuvo, quería seguir.
Atem paso por su cabeza, no podía hacerle aquello, él era su único amor, estaba comprometido con él y anhelaba casarse con el pero en el fondo deseaba aquel beso que estaba recibiendo, su mente dejo de divagar y se centró en aquel único momento. Sentía afecto por Yami, estos y más pensamientos surgieron en la mente de Yugi. Un último pensamiento le llego a la mente.
-¿Acaso me estaré enamorando de Yami?-
Continuara….