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Rosas Blancas por Azalea tsuki

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Ya había pasado más de un mes desde que Yami había sido nombrado Duque de Francia. Su padrastro le había dejado muchas deudas y asuntos sin resolver, por ese motivo se  había tomado el tiempo de estabilizarse y poco a poco fue pagando sus deudas hasta que quedasen saldadas. Durante esos días Yugi había mejorado su estado,  los medicamentos y cuidados de Eleonor le mantuvieron estable. Yami trataba de no descuidarle pero el tiempo pareció faltarle pero aun así tomaba unas horas de su día para visitarle y ver como se encontraba.

Había llegado el día en que su arduo trabajo termino temprano, Yami de inmediato se dirigió hasta su casa, durante su camino se había perdido un poco en sus pensamientos y de repente se quedó observando una florería, pensaba que era algo cursi por regalar flores. Le ordeno a su chofer detenerse y salió de su carruaje, se dirigió hasta la tienda.

 

Entro tranquilamente al establecimiento y algo asombrado vio un sinfín de variedades de flores, la tienda parecía pequeña pero sí que estaba bien surtida. Tenía que elegir algún tipo, así su vista se centró en unas rosas blancas, eran pequeñas y lucían frescas además de ser muy hermosas, tomo una y la acerco a su nariz , vaya aroma tenían , dulce , delicado, ese aroma le recordaba a cierto chico de ojos amatistas.

 

No lo dudo ni un segundo más, pidió aquellas rosas y las compro para luego regresar a su carruaje y partió enseguida. Vaya felicidad le había embargado al pensar en cómo reaccionaría su amado al ver el regalo.

 

Su entusiasmo se reflejaba en su actuar, apenas y había llegado fue velozmente con  el ramo entre sus brazos en dirección a la habitación en la que se encontraba Yugi. Al llegar a la escalera, al tratar de subir fue interrumpido inesperadamente por Eleonor.

 

-Joven Yami es raro verle temprano – dijo sin quitar la mirada de aquellas rosas –Pero que lindas flores trae consigo mi señor, no es que sea entrometida pero de segura esas rosas son para el joven Yugi  ¿acaso me equivoco?-  

 

Vaya que la sutileza no era el fuerte de Eleonor, esto pensaba al ver como soltaba una risilla al final de su insinuación.

 

 

-¿Hay algún problema con eso?- decía con un tono que parecía ser de molestia.

 

-Ninguno joven quiere que se las entregue yo ¿Prefiere hacerlo usted personalmente?-

 

-No te molestes mujer, seré yo quien me encargue, hazme el favor de hacer lo que debes y no andar de entrometida- al decirlo no perdió más tiempo discutiendo y se encamino hasta su objetivo.

 

Se detuvo frente a la puerta, respiro hondo y entro. Vio como Yugi jugaba con la niña, Rebeca y Yugi voltearon hacia la puerta y lo vieron más a la niña no se le escapo el detalle de que Yami llevaba un hermoso ramo de rosas.

 

-Que lindas rosas trajo señor son para su novio Yugi ¿Verdad?- dijo de manera inocente.

 

-Oye niña… -iba a reprenderla por hacerle tales afirmaciones.

 

Antes de que pudiese decirle más la niña hablo, con más confianza de la necesaria –No se haga señor Duque se nota que babea por Yugi-

 

Yami se enrojeció, y ladeo su cabeza como si eso ocultaría su cara o despistaría las expresiones que mostro al escuchar aquello.

 

-Rebeca será mejor que vayas y ayudes a tu madre –

 

Rebeca no quería irse, comprendió la situación y dijo: Esta bien Yugi sé que quieres estar a solas con tu novio, no los molesto más- al decirlo se fue bastante contenta.

 

Ahora Yami era quien se reía de la expresión de Yugi y una vez solos el silencio que se formó pareció durarle siglos  a Yami.

 

-¿Son para mí?-  Yami reacciono ante esas palabras y estiro sus brazos indicándole que tomara las flores.

 

Yugi tomo el ramo con delicadeza, las acerco hasta su nariz y percibió el agradable aroma - Su aroma es tan dulce, tan lindas, te lo agradezco-

 

-Sabía que te encantarían las compre especialmente para ti – al decirlo no evito mirar de forma tierna como Yugi las había acercado y aspirado su aroma.

 

-Bueno mi señor Duque el doctor vino a revisarme y me informo que estoy bien, ya no será necesario quedarme más tiempo en su habitación, tratare de regresar a mis labores desde…. – no término de hablar ya que se vio interrumpido

 

-Espera Yugi, yo no te he autorizado volver a ser mi sirviente-

 

-Es que yo pensé que…- fue acallado por Yami quien coloco dos de sus dedos sobre sus labios.

 

-Tú no eres un sirviente y no quiero que lo seas más puedes quedarte en esta habitación las veces que quieras- y de manera atrevía tomo al más bajo por la cintura y lo acerco a su cuerpo.

 

Yugi empezó a tartamudear de los nervios y apenas artículo una frase –pero yo…yo. Es que… no quiero abusar de su hospitalidad- de manera entre que quería y no trataba de apartarse de Yami.

 

-Está bien Yugi no te obligare pero cualquier cosa que necesites o quieras yo…-

 

Ahora Yugi fue quien le interrumpió –No necesito de tales atenciones me hace muy feliz las rosas que me ha obsequiado mi señor Duque-

 

-Pero preferiría no uses la palabra Duque al hablarme prefiero que me llames por mi nombre-

 

-Así será Yami -  al terminar de hablar no pudo contener una sonrisa bastante tierna a ojos de Yami.

 

-Casi lo olvido tú me habías mencionado que a ti te gusta mucho pintar-

 

-Sí, me gusta mucho –

 

Al escuchar una respuesta afirmativa fue a su armario, busco entre varias de sus cosas y saco un maletín. Lo tomo y se lo dio a Yugi.

 

-Ábrelo- Yugi obedeció ante lo dicho y sí que se asombró al ver su contenido, pinceles de varios tamaños, pinturas de varias tonalidades y varias materiales para pintar.

 

-Era de mi padre a él le gustaba pintar-

 

-Yami perdóname pero no puedo aceptarlo si dices fue de tu padre debe tener un valor sentimental para ti- trato de regresarlo pero Yami no se lo permitió.

 

-Descuida como sabes yo no uso para nada ese maletín de pinturas, prefiero que tú lo tengas, sé que le darás buen uso y no se quede guardado, por favor acéptalo –

 

-Muchas gracias te prometo hacer mi mejor pintura como agradecimiento-

 

Yami no podía embelesarme más al ver la linda expresión de Yugi era entre tierna y agradecida más su ensoñación se vio interrumpida.

 

-¿Te puedo preguntar algo?-

 

-No es problema –

 

-He tenido curiosidad por aquella pintura en la que esta retratada una mujer muy linda ¿Es tu madre?-

 

-Si es mi madre – dijo un tanto serio.

 

-Es hermosa además pude notar que el retrato está bien hecho –

 

-Mi padre fue quien la retrato-

 

-Tu padre debió ser un gran artista algún día quiero llegar a ser un profesional como el –

 

Yami pudo observar esa chispa de determinación en la mirada del más bajo, estaba en tremendo torbellino de emociones, todas provocadas por ese chico.

 

-Sé que lo harás - sin poder contenerse más al ver su mirada directa, el más alto se aproximó lentamente, llegando a estar muy cerca del rostro contrario. Lo agarro con delicadeza de su mentón y poso sus labios en aquellos que le parecían incitantes. Esta vez Yugi no hizo esfuerzo alguno por detenerlo, respondió al beso y pasó sus manos por detrás del cuello del más alto y el beso se volvió apasionado.

 

-¿Estás ahí Yami? Alguien pide verte de forma urgente- a continuación de decirlo dio ligeros golpes a la puerta.

-deberías ir, debe ser importante- al decirlo se apartó de aquel calor y le dio la espalda.

 

-Si- una palabra corta de su parte pero se marchó de inmediato. Yugi solo se quedó pensando un instante en lo que había pasado. Tomo aire y suspiro, más era inevitable la sonrisa  que formaron sus labios.

 

De mala gana Yami bajo las escaleras, no era posible le estuvieran molestando justo cuando tenía tal oportunidad, al toparse con cierta persona que no veía hace mucho tiempo, se le fue esa frustración y de forma efusiva lo saludo.

 

-Joey hace mucho que no nos hemos visto-

 

-Vaya que es así, veo que has cambiado en algo-

 

-Es así pero vamos a la sala de invitados-

 

Ambos se dirigieron a la sala, se pusieron cómodos mientras las sirvientas les servían té.

 

-Bueno primo que te trae por este lugar-

 

-Tu sabes que no te visitaba debido a que tu padrastro no me soportaba pero me entere que ahora  tu eres quien manda, sabes debes estar estresado, debe ser extenuante ser tú y por ello te invito a unas lindas vacaciones y de paso me acompañes a una fiesta que hará Seto, no sé de qué se trata tal celebración pero lo que si se es que la fiesta será en Inglaterra-

 

-Inglaterra- Yami quedo helado al escuchar tal lugar no podía ser ese lugar, el destino acaso le hacia una broma cruel.

 

-Debo pensarlo- dijo de manera cortante.

 

-Bien esperare tu respuesta mañana justo al alba vendré a despertarte- termino su té despidiéndose y se fue ya que tenía cosas por hacer.

 

-¿Le sucede algo?- decía un poco preocupada al ver la cara de Yami por ello él le explico la situación en la que se hallaba.

-Si vas a esa fiesta, serias capaz ¿llevarías a Yugi contigo?-

 

-Me temo que sí, Eleonor, es algo que no puedo ocultarle a Yugi y privarle de su libertad, es su hogar, su familia y su país –

 

-¿Estás dispuesto a llevarlo a su hogar? Sabes que eso significa dejarlo ir- dijo de manera sorprendida.

 

-Por la felicidad de Yugi haría cualquier cosa, prefiero anteponer su felicidad a la mía, sé que dolerá mucho pero estoy dispuesto a sacrificarme por el -   

 

Continuara….

 

Notas finales:

Azalea: Aunque el público no lo pidió quizás Atem regrese a esta historia y ¿que pasara?  Lo sabrán en el siguiente capítulo, Yugi que ya estaba agarrándole gusto al besar a Yami.

Besos y tengan una bella semana.


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