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El Destino por Gratsune

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Notas del capitulo:

los personajen son de Hiro Mashima

 

EDITADO*

6:20 am, y los chicos ya estaban casi listos para salir de la posada e irse al puerto por el siguiente barco que los llevaría a su siguiente destino, Gray ya estaba esperando en la recepción junto a  Natsu y Happy, el pelinegro se sentía curiosamente incomodo al lado de Natsu, con tan solo verlo su mente se convertía en un torbellino de pensamientos, recordando inmediatamente lo que pasó la noche anterior, llenando su pecho de angustia, sin embargo, se mantenía recto e inquebrantable, no demostraría ni una gota de nerviosismo frente al pelirosa, por otro lado, Natsu junto su entrecejo, divertido al ver a Gray, no sabía desde cuándo o el porqué, pero siempre le pareció divertido molestar al pelinegro, tanto que ahora ya era rutina en su día a día.

 

Gray Ignoro la mirada intensa fija en él, por más que quisiera no era capaz de responderle de la misma forma retadora de siempre, tenía que colocar orden en sus pensamientos, trago grueso y miro a un costado, no era capaz de ver a Natsu  ahora.

 

¿Por qué? ¿Desde cuándo tenía pena frente a aquel salvaje? Justamente por eso tenía que controlar sus pensamientos, la simple presencia del pelirosa era inquietante para el azabache. Por el momento no le seguiría la corriente y lo ignoraría.

 

Las magas hicieron acto de presencia y comenzaron su marcha hacia el puerto, en el trayecto una curiosa duda no dejaba de dar vueltas en la mente del mayor de los hombres ¿Gray lo estaba ignorando? No es como si fuera la primera vez, pero había algo raro en esta ocasión quizás tenga hambre se encogió de hombros, importándole menos el estar de Gray.

 

A los 5 minutos de estar navegando Natsu ya se encontraba tambaleándose pidiendo ayuda, Erza estudiaba un mapa de la zona, Lucy tomaba el sol en un diminuto bikini y finalmente Gray engullía un pedazo de pan, observando disimuladamente las expresiones moribundas de Natsu, tratando de encontrar la razón de porque encontraba lindo a ese chico, es que es insólito, tal vez en la infancia tendría razón, los niños siempre son lindos, pero Natsu ya era todo un hombre, entendía que fuera atractivo, ¿Pero y qué? La mayoría del gremio los son y aun así no tenía que luchar con su instinto por dejar de pensar en ellos.

 

Era de madrugada y solo faltaban menos de media hora para llegar al puerto, los únicos despiertos en el barco era el capitán y Erza, quien se había pasado la noche en vela estudiando el mapa y charlando de sus aventuras con el capitán.

 

Al amanecer los chicos ya emprendían viaje con Erza al frente del grupo, ignorando las quejas de Lucy por lo largo y estrecho del camino. Por otro lado Natsu intentaba provocar nuevamente el enojo del azabache quien seguía pasando de él olímpicamente desde que bajaron del barco. Tan solo llegar al pueblo fueron inmediatamente al hogar del propietario de la misión.

 

― Buenas – entreabrió la puerta una joven de pelo castaño, asomándose por la rendija algo tímida – ¿Qué se les ofrece?

 

― Somos del gremio Fairy Tail – presento Erza, mostrando el papel que le dio Makarov.

 

― Ho… claro, adelante  – el interior de la casa era acogedor, todo estaba en muy buen estado al igual que las demás viviendas a su alrededor, para ser un pueblo estaba muy bien organizado – Padre, unos chicos de Fairy Tail te buscan – segundos después la presencia de un hombre mayor se hizo presente en la sala de estar.

 

 

―Gracias a Dios están aquí… muchas gracias por venir, por favor siéntense – ofreció con amabilidad, tomando asiento frente a los jóvenes – sé que fue un recorrido muy largo y molestoso desde Magnolia hasta aquí – Natsu no dudo en darle la razón, asintiendo con total comprensión fue él el que más sufrió – pero no le hubiera pedido ayuda a Makarov si no fuera necesario.

 

―El Maestro dijo que se trataba de unos bandidos que usaban magia para aterrorizar y robar a la gente del pueblo, ¿no es así? – articulo las palabras que una vez escucho del maestro. Recibiendo afirmación par parte del anciano.

 

―llegaron aquí hace más de un año, los toleramos y dejamos que se lleven lo que quieren, este es un pueblo prospero y nunca nos ah faltado nada a pesar de ser humilde, además, no contamos con ningún portador de magia en este lugar, por lo cual brindarles alimentos y unos que otros objetos de vez en cuando con tal de no pasar a la agresión, sin embargo – toco la mano de su hija quien se encontraba de pie detrás de él – cada vez sus demandas eran más grandes, de una bolsa de manzanas pasaron a un saco, luego dos, e incluso llegaban a vaciar los almacenes de las tiendas comerciales. Aun así eso no fue lo peor.

 

―¿A no? – el anciano negó ante la pregunta de la pelirroja que parecia indignada por el comportamiento de aquellos magos corruptos.

 

―la última vez que estuvieron aquí, el líder del grupo exigió el doble de la cantidad acordada, así como también la mano de mi hija en matrimonio – sus rasgos faciales endurecieron ¿era eso cierto? Sus dudas disiparon al reparar en el rostro entristecido de la joven – fue por eso que le pedí ayuda a Makarov, temo por la seguridad de mi hija, no quiero que su vida se arruine.

 

― No permitiremos que eso pase – hablo seria, recibiendo el asentimiento de todos los presentes.

 

― ¿Saben en donde podemos encontrarlos? – El viejo negó ante la pregunta de Gray

 

―Pero siempre vienen desde la montaña, suponemos que tienen una guarida allí.

 

―La montaña Euco – comenta pensativa la mayor – es enorme.

 

―¿la conoce señorita? – Erza negó con la cabeza.

 

―Pero la estudie, es capaz de cambiar de clima sin respetar las estaciones, ¿Nos llevaría hasta allá?

 

― ¿Ahora? ― Levato sus cejas en incredulidad ―  ¿Por qué mejor no se instalan y descansan del viaje? Me  gustaría que estuvieran con todas sus energías al momento de enfrentar a los bandidos – en cierto punto tenía razón, Lucy estaba exhausta, no es muy atlética, Natsu aun necesita reponerse del ajetreo del barco y Gray no luce como de costumbre, Erza suponía que no les vendría  mal una noche de descanso.

 

― De acuerdo.

 

Luego de que Erza convencía al propietario del trabajo de que no era necesario que pagara su estadía en el hotel del pueblo y que solo se conformaban con hacer su trabajo y recibir lo acordado según la misión, los chicos salieron del hogar del hombre tras recitar palabras llenas de valentía y honra, quitando así de toneladas de angustia en los hombros del envejecido señor. Minutos más tarde el timbre de su hogar comenzó a sonar de nuevo, mirándose entre sí se dirigieron juntos a abrir la puerta algo temerosos, encontrándose con los rostros sonrojados de las personas que hace minutos atrás habían dejado aquel hogar de forma heroica y valiente.

 

― ¿Podrían decirnos… donde queda el hotel? Por favor – pidió Erza avergonzada.

 

***

 

―Solo me quedan dos habitaciones y ambas son matrimoniales – decía la recepcionista de aspecto huraño.

 

―¿Solo dos matrimoniales?  ¿No hay más? – La chica solo se limito a alzar sus cejas como respuesta ante la pregunta de Erza.

 

El rostro de Gray era un poema, obviamente si habían dos habitaciones las chicas dormirán juntas, eso dejaría  a Natsu y a él solos en una habitación… durmiendo juntos en una cama y de remate  matrimonial.

 

Su mente comenzó a volar en un plano dimensional en donde él y Natsu yacían tomados de manos vestidos con un elegante traje frente a la catedral de magnolia tras haber dicho sus votos para luego terminar en una lujosa habitación matrimonial casi desnudos y…  

 

―¡AHHH! No, no, no – negaba asustado, alarmando a la recepcionista al notar como el azabache había colocado bruscamente sus manos en el ventanal que los separaba  – ¿No hay otro hotel en este lugar? – Pregunto exaltado llamando la atención de los presentes que se le quedaron mirando interrogantes por su comportamiento.

 

― N-No, este es el único hotel del pueblo…

 

―¡Tiene que haber una habitación disponible! ¡Una donde YO duerma con mi eterna soledad! ― Grito exasperado.

 

―P-Pero solo quedan dos.

 

―Ese no es MI, problema. Es SU trabajo, y tiene que solucionarlo.

 

― ¡Gray! ― La voz de mando de Erza llamo su atención, calmándose, chistando los dientes para mirar con frustración hacia otro lado. ― Tomaremos las habitaciones ― Termino por decir la pelirroja mirando a la secretaria, e inmediatamente, Gray giro hasta ella con dramatismo.

 

― ¡Erza, no! – Suplico.

 

― ¿Por qué no?

 

― P-Porque… – no podía decir el porqué, ni él mismo conocía la razón – ¡Porque no quiero compartir la  habitación con este inútil! – señalo a Natsu quien dejo de limpiar su oreja para lucir indignado ante el comentario.

 

―¡¡Tú eres el inútil!! ― Contraataco.

 

― ¡Cállate cabeza hueca!

 

―¡¡¡Cállate tú, bueno para nada!!!

 

―¡¡¡Cerebro tostado!!!

 

―¡¡¡Exhibista barato!!!

 

― ¡Pedazo de animal!

 

― ¡¡Grandísimo imbécil!!

 

― ¿¡¡Quieres pelea  Lagartija!!? – Lanzo la parte superior de su vestimenta al suelo.

 

― ¡¡Voy a hacerte carbón princesita de hielo!! – prendió fuego a sus puños.

 

A cada insulto se acercaban el uno al otro preparándose para golpearse mutuamente, alzaron sus puños cargados de magia dispuestos ah impactarlos en el rostro que tenían en frente, pero antes de que eso pudiera ocurrir, una fuerza familiar había invadido su sistema circular, impidiendo cualquier movimiento, sabían perfectamente de quien se trataba.

 

Esos ojos oscuros estaban posados en ellos causando estragos en sus sentimientos, habían despertado al monstruo más peligroso y temible de toda Magnolia, no, de todo el mundo según ellos, inconscientemente se abrazaron tratando de brindarse mutua tranquilidad al tener frente a ellos a Erza, era inútil tratar de huir, solo empeorarían las cosas y al cabo de varios segundos ambos salieron con chichones rojos de sus frentes para caer al suelo casi noqueados.

 

La recepcionista se tensó cuando Erza se acercaba hacia ella, pensando que tal vez debió de ser más amable con ellos desde un principio. La chica de armadura extendió la palma de su mano hacia la mujer, haciendo que dejara escapar un chillido de susto.

 

― Deme las dos habitaciones – exigió con normalidad.

 

― Aquí tiene su alteza.

 

― Lucy – la nombrada camino hasta ella, acostumbrada de verla actuar de tal manera – tu dormirás conmigo, y tú – miro a Happy que corrió asustado detrás de Lucy  ―también dormirás con nosotras hoy – ordeno.

 

― P-pero yo siempre duermo con Nat… – enmudeció al instante, la mirada de Erza le había cerrado la boca – Yay – lloriqueo.

 

― Y ustedes dos – caminaba hacia los jóvenes que aún seguían quejándose del dolor – dormirán juntos, solos, y espero que arreglen sus infantiles diferencias… y más vale que así sea para mañana.

 


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