-Luffy
Las siluetas de los edificios se reflejaban por el vidrio de la ventana, la luna comenzaba a alumbrar tenuemente el cielo y las sombras danzaban por el pavimento, mi celular había dejado de sonar hacia un buen rato y en el auto se sentía lo denso del silencio que se había formado, estábamos entrando a terreno peligroso y por si fuera poco acabábamos de hacer enojar bastante a Teach, seguro que nuestra presencia no le agradaría en lo absoluto.
-Estamos en la calle 13, jefe.- dijo quién iba manejando, estoy seguro de saber su nombre pero no puedo recordarlo en este momento.
-Bien.- mientras hablaba mi mano ya había ido a dar a la palanca de la puerta y con agiles movimientos baje del mismo mientras aún se encontraba en movimiento, corrí en dirección contraria al muelle pues seguramente sería la zona en la que Zoro se movía, el territorio de Teach comenzaba en la calle 15, aunque aún había distancia hay que decir que es menos de la ideal.
Bueno, pasará lo que tenga que pasar.
Vi pasar a dos tipos corriendo en el cruce de la calle 13 con la calle Roger, pero no podía ver a Zoro, me detuve unos instantes en esa intersección, ellos se movían en dirección a la calle 15, es poco probable que Zoro caminara hacía allá, por lo que decidí seguir de frente, pronto me di cuenta de que era un callejón sin salida, cuando estaba por salir de ahí algo detrás de una pila de basura se cayó, segundos después me encontraba con la espalda al suelo y tenía a Zoro agazapado contra mí.
-Pero qué demonios… Luffy ¿Qué mierda haces aquí?-
-Shishishi, te encontré, es hora de irnos.-
Zoro hizo cara de confusión, aunque supongo que pensó que Brook había ido a darnos la noticia de su maratón.
-Lo mejor es movernos rápido.- comenzó a mover a distintos lugares la cabeza y tuve que admitir que tenía razón.
-¿Quiénes te seguían Zoro?- Hizo un movimiento de negación con la cabeza.
-No tengo idea, no dijeron… ellos no dijeron nada.- Oh no, Zoro nunca titubea al hablar, algo anda mal aquí.
-Zoro, es importante que me digas que es lo que dijeron. Lo sabes.-
-Lo sé, Luffy, ellos dijeron que sería tan fácil como con Toshiro, ¡Maldita sea! ¿Te das cuenta de quien mierda estaban hablando?-
-Zoro, puede que hablaran de alguien más.-
-Lo pensé, pero después comenzaron a hablar de que bien quemaba la madera de los viejos dojos, ¡Mierda! ¡Ellos no estaban hablando de alguien más, maldición!-
-Es muy raro, nadie a parte del abuelo, Robin y yo sabíamos de donde procedían ustedes, para el mundo no hubo sobrevivientes de aquella noche, Zoro, esos tipos no pudieron reconocerte, ¿por qué te seguían?
-Oh, quizás eso es mi culpa, comencé a insultarles y herí a uno de ellos, quizás me seguían por eso.-
Antes de poder responder se escucharon ruidos detrás de nosotros, Zoro y yo cruzamos miradas, quizás era momento de salir de ahí.
-Sanji.
Caminaba a paso decidido hacia la puerta, pensaba salir sigilosamente de aquella casa, pero si alguna seña particular poseían es que no tenían absolutamente nada de sigilosos, antes de poder llegar a la puerta escuche la voz que por todo el tiempo que estuve aquí no hizo más que sermonearme.
-¡Sanji! ¿A dónde se supone que vas?- Un pequeño castaño hablaba apretando los dientes sobre el bullicio de la casa.
-Tengo que salir unos momentos, prometo no tardar.- Hice ademan de darme la vuelta hasta que hablo de nuevo, este chico realmente siempre tenía algo que decir.
-Parece que encontraron a Zoro.- sentí que el corazón luchaba por salir determinado de mi pecho, mis oídos eran golpeados por un rápido flujo de sangre y sentí mi mandíbula destensarse, no fue hasta ese momento que me di cuenta que estaba apretando los dientes todo el rato.
-Bien.- dije, tratando de calmarme, pero Chopper no me dejaría ir tan fácil.
-Si vas a irte, vete después de verlo.- diciendo eso dio una media vuelta para volver al frenesí que se vivía dentro de la casa, la incertidumbre era palpable ahí adentro, vi su silueta mezclarse con las demás que lucían desde fuera de la ventana.
Esa frase había sido un duro golpe, no podía simplemente desvanecerme entre las sombras sino que tenía que verlo una vez más, una vez antes de irme, tenía que enfrentar la realidad de marcharme, de que no podemos estar juntos, de que únicamente le estoy haciendo daño, respire hondo y salí del lugar, aún tenía que encontrarme con Franky y entender la rara conversación que habíamos tenido hacia poco.
Después de 30 minutos de camino en un viejo autobús hundido en mis pensamientos llegue al lugar donde seguramente lo encontraría, baje del autobús y emprendí mi marcha a una de las peores zonas de la ciudad, aquel lugar parecía abandonado por cualquier divinidad existente, la justicia jamás llegaría a aquellos lugares, con el pútrido olor a muerte impregnado en las paredes con unas pizcas de hierba a alcohol aquel lugar se convertía en uno de los lugares que te alegraría borrar de tu lista de “Lugares de visitar en la ciudad”, me detuve en una puerta de gruesa madera podrida al fondo de un viejo callejón, toque dos veces y una pausa para después tocar tres veces más, una pequeña reja en la parte superior de la puerta de abrió con un ruido sonoro seguido de una voz preguntando la contraseña, simplemente di dos golpes más a la puerta y esta se abrió dejando ver botellas sucias y desgastadas en un viejo mueble, unas sillas con madera desteñida y algunos malhumorados sentados en cada rincón del viejo bar. Me acerque a la barra pasando el dedo índice por el lugar donde me había sentado rebelando la gruesa capa de polvo que lo cubría pedí un whisky en las rocas y pronto vi a Franky acercarse a mi lugar, pidió lo mismo y se situó en el taburete junto al mío.
-No pensé que vendrías tan rápido.- recibimos nuestras bebidas mientras hablábamos sin mirarnos.
-Es un buen momento para venir.- Franky soltó una pequeña risa.
-Claro, ahora me dirás que fue el momento justo y no la curiosidad que te creo la llamada, lo que digas.- contuve la risa, este hombre me conocía mejor de lo que quería admitir.
-Solo escondes información cuando tienes algo interesante que decir, son tipos de detalles que se aprenden con los años, ya sabes.- El ambiente se puso algo tenso, pero Franky respondió después de unos segundos
-Me ayudaste ciegamente cuando era necesario, no sabes cuánto te debo muchacho.- meció su vaso agitando el líquido ámbar de dentro.- Y debo decirte que te estas metiendo en camino peligroso, sé lo que te digo.
-¿A que de todo lo peligroso en lo que estoy metido te refieres?- Le di un gran sorbo a mi bebida y Franky continuó.
-El chico al que me pediste buscar, es uno de los peses grandes, pero cualquiera que se haya topado con ellos alguna vez puede saber que no son tan malos como su reputación dice, pero es cierto que han tenido grandes peleas por territorio, pero y es aquí donde se presenta continuamente la confusión del FBI y demás, siempre son peleas contra regímenes corruptos, siempre “liberan” los territorios y los ponen bajo su mando, siempre es mejor una vez que entran ellos, es correcto que pelean en el bajo mundo pero completamente erróneo que lo hagan por los motivos que todos creen, ellos no buscan perjudicar, buscan ayudar.
-Bien, ahora no entiendo en donde entra tu advertencia.
-Voy para allá, por esto mismo es que son tan odiados en el bajo mundo, la mafia, los yakuzas, los traficantes, todos alguna vez han tenido el placer de toparse con ellos y tienen especial problema con Barba Negra, ese gran bastardo es de los peores.- No pude evitar hacer sonidos y aclararme la garganta ante el comentario que hizo, sin duda yo entendía la escoria que era ese tipo, sin embargo Franky continuo.- Es él de quien debes cuidarte, Teach hará lo que sea para dañar a los Mugiwara y podría volverte un foco rojo pronto.
-Quizás llegas demasiado tarde, pero eso no era todo lo que querías decir ¿verdad?- Franky asintió.
-Tienes razón, no es todo, pero es suficiente por hoy, búscame de nuevo.- lentamente deslizo un papel sobre la mesa se levantó y salió del bar.-
-Vaya, parece que las cosas se ponen interesantes a estas alturas del camino.- Tome el papel y lo metí en la bolsa de mi camisa, pedí la cuenta pero Franky la pago al salir, vaya hombre, quizás sea hora de volver.
Salí del bar y caminaba perdido en mis pensamientos, ¿qué demonios iba a hacer una vez que volviera? Una vez que tuviera a Zoro frente a mí, con el corazón acelerado y sin palabras en la boca ¿Cómo le diría que me iba? Odio las despedidas, siempre las he odiado, pero las palabras de Chopper no me dejan en paz, yo podría seguir adelante ya lo he hecho ¿por qué sería diferente? Únicamente estoy pensando en mí ¿pero él? ¿Podrá hacerlo? El sonido de un claxon me saco de mis pensamientos sin darme cuenta estaba cruzando una avenida y el siga ya se había quitado, pedí disculpas y tuve que correr para lograr salir ileso, mierda, debo tener más cuidado.
Finalmente había llegado a la casa, las grandes puertas se alzaban frente a mí, tan imponentes y aterradoras como cuando presentabas un examen 100% en la escuela o la primera vez que debía rendir cuentas de tu empleo de tiempo parcial, como la primera vez que tuviste que disparar un arma en los entrenamientos, todo ese miedo parecía poco ante esas puertas de gruesa madera que ahora me parecían colosales, entre con unos chicos que parecían terminar su ronda y al entrar los ruidos y murmullos golpearon mi mente como un balde de agua fría. Ese era el momento, y no parecía tener otro para reaccionar.
Me dirigí al salón principal, que era el lugar donde se encontraba el mayor número de gente reunida se escuchaba la risa de Luffy y el ambiente estaba mucho más ligero que antes, todos reían y se estrechaban para ver al jefe, todos corrían de un lado a otro, busque con la mirada pero no lo pude ver entonces escuche la voz de Robin.
-No está aquí, Chopper lo llevo a hacerse una revisión, pero él parecía estar bastante bien.
-No, n-o, no yo buscaba a nadie.
-Claro.- y se desvaneció en la multitud.
Maldición, parece que todos aquí cuidan los movimientos de todos, me moví en dirección al consultorio de Chopper donde había una única luz encendida, antes de entrar me detuve en la puerta escuchando la conversación de dentro de la habitación.
-Y bien ¿me dirás en donde esta Sanji?- esa era sin duda la voz de Zoro.
-Es mejor si se ha marchado, es lo mejor Zoro.- parece que no soy el favorito por aquí.
-No, no es lo mejor, Chopper sabes cómo es esto…
-Basta.- Chopper ni siquiera lo dejo terminar de hablar.- Basta Zoro, es mejor que se vaya, es mejor para ti.
-Eso no lo decides tú.
-¡Ohh!, pero sé que pasará, Robin quedo destrozada, ellos te van a destrozar, sólo deja que se vaya, por favor Zoro, piensa un poco más en los demás.
El silencio reino en la habitación y salí del lugar, ¿de qué demonios hablaban? Entre al salón principal y me quede en un rincón siendo invisible, esperando lo que sea que tuviera que pasar, simplemente aguardando resultados, Zoro y Chopper entraron en el salón y ser invisible me resultaba con todos los demás menos con él, pues en cuento entro nuestras miradas se cruzaron y sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal.
Ahora tenía mi decisión.
Y sería un rumbo sin retorno.