Capítulo No. 2
Yukihiro llegó puntual a la cita en el viejo departamento de Hyde, y aun así fue el último en llegar.
-Vaya, Yukihiro. Así que sigues vivo…- le recriminó Ken con falsa preocupación cuando le abrió la puerta. Había esperado su llamada toda la semana. Que extraño, él nunca le llamaba.
-¿Ya están todos?- preguntó extrañado, aún de pie al otro lado de la puerta.
-¡Pasa, Yuki!- le gritó Tetsuya desde el salón donde ya estaban trabajando.
Al entrar, Yukihiro bajó la mirada, esquivándola en todo momento de la de Ken. ¿Por qué de repente sentía este miedo hacia el guitarrista? No, no era el guitarrista, su miedo radicaba en los sentimientos hacía este, y que hacía tiempo había aceptado. ¿Lo había hecho?
Se detuvo en seco a medio camino, le sorprendieron sus propios pensamientos… Miró a Ken un segundo y sin poder evitarlo le sonrió ligeramente.
Ken, al ver la sonrisa, por alguna estúpida razón, se sonrojó.
Ambos bajaron la mirada y caminaron juntos y en silencio hasta donde sus amigos los esperaban.
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-De acuerdo… ¿alguna duda?
-Sí. ¿Por qué demonios nos reunimos en el viejo departamento del enano? ¿Qué no se supone que se mudaron juntos? ¿Por qué no nos reunimos en su nuevo departamento? Aún no lo hemos inaugurado…
-Ken…- advirtió Tetsuya, cansado de las preguntas infantiles de Ken.
-¿Cuándo comenzamos a trabajar?- preguntó ahora Yukihiro, ignorando completamente al guitarrista.
-Después de Navidad.- Le contestó. –La próxima semana me reuniré con los ejecutivos. Si hay algo yo les avisaré.- Lo pensó un momento antes de continuar. –Pero confío que todo irá bien.
-¿Qué pasó con su departamento? ¿Ya no están viviendo juntos?- siguió el guitarrista.
-Ken, basta. Las cosas entre nosotros están bien.- ahora fue Hyde quien respondió. –Deja de meterte en nuestros asuntos, ¿quieres?
-Entonces, sí pasó algo…
-Ken…- siseó, Tetsuya en tono de advertencia.
Ken sonrió incrédulo. Algo pasaba con sus amigos. Pero, si ellos no querían hablar, él no los obligaría. Por ahora…
En ese momento Ken se levantó de su lugar y buscó su celular en la mochila que siempre cargaba a todos lados. Cuando por fin lo encontró, lo encendió y comenzó a teclear un mensaje.
-Ken, aún no terminamos. Ya sabes que los celulares están prohibidos hasta…
-Sí, sí, ya sé, Tetchan.- cortó a su amigo sin dejar de escribir. –Pero es que, esto es importante.- dicho lo último, volvió a apagar el aparato y lo metió de nuevo en la mochila.
Un par de horas más de trabajo y por fin terminaron.
-Bien, terminamos.
-¿Vamos a celebrar?- preguntó Ken ya más relajado en su asiento. Aunque la pregunta era para todos, miraba directamente a Hyde. Tal vez porque, normalmente, era él quien siempre le seguía el juego. Pero hoy Hyde se veía un poco desanimado.
-Tal vez otro día, Ken-chan. Hoy no me siento muy bien…- le respondió al fin Hyde.
-Hoy no Ken, en otra ocasión.- secundó Tetsuya.
-Bueno, si esto es todo, entonces me retiro.- Yukihiro se levantó de su lugar y tomó su chaqueta.
Por un segundo, Yukihiro y Ken compartieron una mirada. Salieron chispas debido a la intensidad.
-No olvides la fiesta, Yuki- Hyde se levantó de su lugar y caminó hacia él.
Parados en el umbral de la puerta principal, Yukihiro tuvo la sensación de que Hyde lucía especialmente triste ese día. Casi no había participado en la reunión, cuando, normalmente, no dejaba de hablar y hacer bromas. Quiso preguntar pero ahora tenía mucha urgencia.
-Claro. Donde siempre, ¿no?- preguntó mientras se colocaba la chaqueta.
-Supongo que sí…- Hizo un gesto de malestar. Lo pensó un momento antes de seguir hablando. –Aún tengo que hablar con Tetsu, pero supongo que será aquí, no lo sé, yo te avisaré.
“Tetsu” ahora estaba seguro que algo pasaba entre sus amigos. Hacía tiempo que sólo lo llamaba así en público. Normalmente, en la intimidad, entre amigos, era “Tetchan”.
-Entonces, espero tu llamada, ¿Sí?
-De acuerdo.
Yukihiro salió del apartamento.
Cada año, el veintitrés de diciembre, los chicos se reunían en el departamento de alguno para celebrar “La Pre-Noche Buena” así lo llamaba Hyde. Era una celebración muy íntima, sólo ellos cuatro, lo hacían desde que iniciaron la banda. Se había vuelto una tradición.
Incluso si todos estaban ocupados en sus respectivos proyectos, siempre asistían a esa reunión. No importaba cuánto tuvieran que viajar, o si era sólo por una noche. Nunca, ninguno había faltado.
Desde que Tetsuya y Hyde estaban juntos, siempre se habían reunido en el departamento de Hyde. Pues ellos compartían, desde hace algún tiempo, el departamento de Tetsuya.
Hacía cerca de un año que ambos habían decidido adquirir un nuevo departamento y mudarse juntos. A Ken le había parecido algo estúpido, después de todo ya prácticamente vivían juntos. Pero, para ellos era extraña la frase de “el departamento de Tetsu” o “el departamento de Hyde” ellos, en especial Hyde, querían algo que fuera de ambos.
Desde que se enteraron, supusieron que la siguiente reunión que tuviera el grupo, festejo o trabajo, sería en el departamento que ahora compartían.
Yukihiro suspiró. Por un segundó se preguntó qué habría pasado entre ellos. Al baterista no le gustaba meterse en los asuntos ajenos, pero ellos eran sus amigos, su familia. Aun así, él no intervendría hasta que alguno de ellos se lo pidiera. O que él lo creyera necesario.
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-Entonces, no me vas a decir qué pasó entre tú y el enano…?
-Ken, basta. – Tetsuya lo miró serio. Luego sonrió, entonces se acercó más al guitarrista y en un casi susurro le dijo… -Mejor dime tú… ¿qué te traes con Yuki?
Ken casi se ahogó con el humo del cigarrillo al escucharlo. Estaba realmente sorprendido de la perspicacia de su amigo. Tetsuya comenzó a carcajear al ver las convulsiones de Ken, pero sobre todo, su rostro mesclado con asombro y nerviosismo.
Tetsu había visto esa mirada que compartieron y estaba seguro de haber notado algo, suponía qué era, pero quería que su amigo se lo confirmara.
-No sé de qué rayos estás hablando.- Ken se hizo el desentendido. Intentó aparentar normalidad, pero… era Ken después de todo.
Justo en ese momento Hyde regresó a la sala. Se les quedó mirando un largo rato. Se habían quedado callados de repente, y se veían extraños, quiso preguntar pero no lo hizo.
Con la llegada de Hyde, el ambiente se tornó pesado, Ken se sintió incómodo y decidió que era hora de retirarse. Era obvio que sus amigos necesitaban un momento a solas.
-¿E-entonces….?- preguntó el guitarrista, incómodo. Necesitaba salir de allí. Además, tenía algo importante que hacer.
-¿Si quieren me voy para que ustedes sigan en lo suyo?- Respondió Hyde con desdén, observando con cierta molestia a Tetsuya.
-No enano. Soy yo el que se va.- Ken se levantó de su lugar y casi corrió a la puerta.
-Ken, no es necesario que…
-Sí, Tetchan, sí es necesario. Nos vemos luego.- El guitarrista apuntó a Hyde con un gesto de cabeza. Le guiñó un ojo a Tetsu y entonces salió de allí.
Tetsuya captó perfectamente el mensaje.
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Mientras Yukihiro manejaba hacía su departamento, un escalofrío le recorrió el cuerpo, por un segundo recordó los momentos que había compartido con Ken en la cama. Tenía unas ganas terribles de sentirlo otra vez.
Se había prometido a sí mismo que lo de Ken debía terminar, pero… Una última vez… a nadie le hace daño una última vez, ¿verdad? suspiró.
No. No más. Sacudió la cabeza intentando apartar esos pensamientos. Se obligó a pensar en el trabajo, justo ahora tenía otra reunión. Un nuevo proyecto. Sí, eso era lo que necesitaba para mantenerse ocupado y dejar de pensar en tonterías.
Cuando llegó al departamento, lo primero que hizo fue correr a su habitación para recoger el poco desorden que había dejado esa mañana y ponerse ropa un poco más cómoda.
Entonces, recordó su celular. Lo buscó en sus pantalones y no lo encontró. Regresó hasta el recibidor, donde había dejado en su mochila, lo sacó y lo encendió enseguida.
Justo en el momento en que lo dejó en el mueble al lado de la puerta, el aparato vibró, anunciando la entrada de un mensaje. Curioso, Yukihiró lo abrió, sólo para darse cuenta de que era el mensaje que había enviado Ken hacía unas horas, mientras estaban en el departamento de Hyde.
En el mensaje le decía que al terminar esa reunión, lo vería en su departamento, que le esperara. Yukihiro se sorprendió, por no decir que se asustó. Comenzó a marcarle al guitarrista desesperadamente, pero el celular seguía apagado.
-Eres un estúpido, Kitamura…- susurró.
Justo en ese momento el timbre de la puerta sonó.
Se sorprendió un poco de la rapidez con la que había llegado el guitarrista. Aun así no pudo suprimir una sonrisa de satisfacción, Ken también debía estar desesperado por estar con él.
Yukihiro casi corrió a la puerta, tenía que disculparse con Ken, tal vez podrían verse más tarde o en otro momento. Tenía que deshacerse de él, Kazuhiro no debía de tardar y, además, llegaría junto con su manager.
¿Y si lo sorprendían con Ken…? No…
Aun así tiró del picaporte con una gran sonrisa, no pudo evitarlo, pero al abrir, la sonrisa se borró…
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Cuando por fin se quedaron solos, Tetsuya intentó acercarse a Hyde pero este se levantó del sofá y se dirigió hacía el balcón.
-Hyde…- le pidió Tetsu en casi una súplica. –Por favor…
Pero Hyde no le contestó, simplemente le devolvió la mirada con un extraño brillo en sus ojos. Algo parecido a la decepción.
Tetsuya suspiró audiblemente antes de caminar hacía el vocalista. Se detuvo en el umbral y lo miró un largo rato antes de decidirse a acercarse.
-Hyde… hablemos, ¿sí?- Tetsuya se detuvo a centímetros del vocalista. Tenía unas enormes ganas de acercarse y abrazarlo y besarlo… pero se contuvo.
-Creo que hoy también pasaré la noche aquí.- Le dijo Hyde sin despegar la vista del firmamento. –Cierra la puerta cuando salgas.
-¿Por qué eres tan cruel conmigo?- la voz de Tetsuya sonó llena de indignación. Entonces Hyde lo miró con el ceño fruncido.
-¿Yo soy cruel?- preguntó incrédulo. –Eres tú el que se acuesta con otros cuando….
-¡No me acosté con él!- le interrumpió molesto.
Hyde se le quedó mirando como queriendo encontrar la mentira, pero no la encontró. La mirada de Tetsuya era tan clara como siempre. Bajó la mirada. Quería creerle pero…
-Hyde, mírame.- pidió el bajista, ahora sí acercándose y tomándolo del mentón para que lo mirara a los ojos. –¿De verdad me crees capaz de hacer algo así?
-Yo… quiero creerte pero…- Hyde se deshizo del contacto sutilmente, retrocedió unos cuantos pasos y entonces se alejó.
Tetsuya se quedó en su lugar, vencido.
Maldita la hora en que había aceptado la invitación de su “amigo” Takanori.