El amanecer dejaba notar aquellos rayos de sol en esa casa en las montañas, atravesaban las ventanas dejando ver su luz en la habitación de un joven peli negro.
Sus ojos se abrían con lentitud, pasó la mayor parte de la noche en vela, quedándose en sus pensamientos.
Era temprano, pero aun asi se levantó de la cama, se encontraba con solo la parte inferior de la pijama puesta.
Fue directo al baño a asearse, al salir se colocó unos boxers holgados, unos jeans de mezclilla y una camisa verde.
Dio un suspiro pesado, no quería ir a la escuela, pero si no se entretenía terminaría pensando de nuevo en Trunks.
No era su costumbre preparar el desayuno en su casa pero no queria despertar a su madre, asi que se dispuso a ir a la cocina.
El delicioso aroma del adobo en la carne invadía todo el lugar, aquel estofado de legumbres con calabacines ya hervía en la olla. El arroz ya estaba en la vaporera y el joven comenzaba a servirse la comida.
No era por nada pero el joven podía presumir de su facilidad en la cocina, la carne era tan suave y exquisita que cada mordida era un placer.
Terminó de desayunar y se levantó, no podía dejar los trastes sucios o su madre lo mataría, por lo que limpió todo lo que usó.
Se estiró al terminar, regresó a su habitación, ya su madre se estaba levantando, tomó su mochila y antes de irse se colocó unos zapatos deportivos blancos.
No tenía ganas de ver a su madre, ella ya se había dado cuento de lo distraído que estaba, emprendió vuelo, era temprano pero se quedaría en el parque antes de pasar a la escuela.
Su cabello se alborotaba con el viento, pensaba seriamente en cortarlo, aunque hace poco lo cortó ya que le había crecido como a su padre y lo que queria evitar era que lo confundieran.
Descendió en el parque que estaba en ciudad Satan, estaba un poco vacío pero era tranquilo.
-Ah...Trunks, de verdad quiero verte.
-Entonces mira hacia atrás.
El pelinegro dio un respingo al escuchar esa voz tan cerca. ¿Su cabeza jugaba con él? Sólo lo sabría si volteaba.
Tragó saliva y lentamente se giró y se dejó llevar por un impulso al ver a aquel chico.
-Trunks.- un abrazo casi estrujante era el que daba el menor.
El peli lila correspondió, había sentido el ki de Goten moverse y al no estar su padre en casa aprovechó y escapó temprano, sabia que su madre no tenía el localizador, y su padre probablemente no estaba despierto ya que se dio cuenta de que estaba con el de cabellos alborotados.
-Goten, me alegro de verte, de verdad quería salir a buscarte para explicarte las cosas pero mi padre me retuvo y...
-No tienes que decirme eso Trunks, ya sabía que él no te soltaría. Yo...quería disculparme por reaccionar así, no quise decirte esas cosas, no quiero que me dejes de hablar.
El pelinegro seguía aferrado a su amigo, se sentía culpable por haber dicho eso, pero es que ya en ese momento estaba con demasiadas cosas en la cabeza, sólo se calmo cuando habló con su padre y le aclaró algunas cosas.
-¿Qué te parece si nos sentamos a charlar?
El mayor se safo cuidadosamente del menor, dirigiéndose a una de las bancas del parque. Ambos tomaron asiento.
-Sobre la relación de nuestros padres. ¿Qué es lo que sabes?
-Bueno, mi padre me dijo que ya llevan tiempo juntos y que todos lo sabían menos yo.
-Goten, créeme que cuando eramos pequeños intente decírtelo varias veces pero tú lo entendías de forma diferente. Tú padre dijo que mejor no lo siguiera intentando y que guardara el secreto de ti. Lo lamento, debí decírtelo cuando pude.
-No te preocupes por eso, ya me lo explico mi papá y dice que no es tú culpa y tiene razón, yo no entendía las cosas. Aunque para serte sincero, no me imagino a tu padre con el mío, a veces es muy brusco.
-Si, yo tambien pensaba lo mismo, aunque al pasar el tiempo me di cuenta de que en verdad lo quiere, tanto así que fue capaz de reconocerlo frente a mi.
-¿Puedes imaginártelos todos melosos? Yo lo intente y solo mori de risa.
-Trato de no pensar en eso.
Se hizo un silencio, Trunks ya sabia que venía ahora y no podía escapar, esperaba a que su amigo hablase.
-Oye Trunks, quiero preguntarte una cosa.
-Adelante, hazlo.
-¿Si no son de amistad esos besos, entonces de que son?
Ahí estaba, aquella pregunta en la cual estuvo pensando toda la noche, sabia como explicar el principio, pero no el porqué continuo haciendo ese gesto.
-Bueno, mira, cuando eramos pequeños, más específico. ¿Recuerdas cuando te lo di por primera vez? Pues un día antes de eso, yo había descubierto a nuestros padres dándose un beso y se los dije. Pero ellos me habían explicado que ese beso significaba otra cosa, que era algo que hacías cuando le agradecías a tu contrincante por tener una buena pelea y que sólo lo podías hacer con una persona, una que fuese especial. Tambien me comentaron que debía ser un secreto ya que era una tradición del planeta natal de ellos. - el peli lila dio un suspiro y miró al pelinegro para ver si seguía el hilo de la conversación , lo vio atento asi que continuo.- Cuando te di ese beso, era porque en ese momento yo realmente les creí y yo te estaba agradeciendo, pero recorde que no debía decir nada respecto al tema así que te menti diciendo que eran de amistad.
-¿Entonces esos besos son de una tradición? - el joven estaba algo confundido.
Trunks negó con la cabeza.
-Al principio yo no sospechaba nada, y a pesar de que mi padre me había prohibido continuar haciéndolo, me sentía cómodo por lo que lo desobedecí, incluso te dije que tuviésemos más cuidado. Pero entendí la realidad de ese beso cuando nuestros padres nos dieron la noticia de que vivirían juntos. Comprendí entonces que esos besos no eran de una tradición, me di cuenta que esa relación era más que de amistad y que había creído una mentira. Esos besos eran los que se daban las parejas.
-¿Los que se dan los novios?- un sonrojo llegó a las mejillas del menor, ya entendía mejor las cosas.- ¿Y entonces porqué continuaste con eso?
-Yo...sinceramente no lo sé, después de la fiesta de aniversario de un año a la que fuimos, nos dejamos de ver con frecuencia y mis padres me metieron en cada cosa que pudieron para distraerme, pasó el tiempo y ya hasta había olvidado aquellos besos que nos dábamos, pero tú...tú me lo volviste a dar y me confundí, sabía que debía decirte la verdad, pero no había encontrado en momento. De verdad lo siento.
-Ya veo, entonces todo esto fue un enredo. Pero ni es tú culpa, en todo caso es culpa de mi papá y el tuyo por haber mentido desde el principio.
Goten miró de reojo al mayor, ahora que sabía que esos besos no eran lo que él creía, sentía una inmensa vergüenza.
-Y...ahora ¿Ya..no nos lo daremos?- un gran sonrojo se asomaba por su rostro.
Trunks no lo estaba viendo asi que no se dio cuenta de lo colorado y nervioso que se encontraba Goten.
-Pues, supongo que no, no hay ningún caso en seguir dándolos.
Esas palabras salieron sin pensarlas, únicamente pensaba en arreglar el problema. Pero para Goten escuchar eso hizo que algo en él se quebrase, no sabía el porqué pero saber que no volvería a tocar esos labios lo hizo sentir un poco triste.
-Ya veo, tienes razón.- fingió una sonrisa y se levanto de la banca. - Ya me tengo que ir a la escuela. ¿Hablamos por teléfono en la noche?
-Claro, me alegra haber aclarado las cosas.
-A mi también me alegra. Espero te quiten tú castigo pronto y también el mío. Asi podremos salir al cine a ver el estreno de esa película sangrienta de la que ya olvide el nombre.
-Al rojo vivo.
-Si, esa. Bueno, entonces hasta la noche.
-Adiós.
El pelinegro emprendió nuevamente en vuelo, seguía con aquella sonrisa fingida hasta que se alejó lo suficiente de su amigo, desvaneciéndola por completo de su rostro.
Descendió en la azotea de la escuela, ladeo un par de veces su cabeza para despejar su mente, ya no había problemas que aclarar, pero se sentía decaído.
-¿Qué me sucede?