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*xXx*Burn your fat with me!*xXx* por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Hola pequeños ya estoy de nuevo aqui!! cuanto me alegro que les haya gustado el comienzo jeje! 

Quiero mandarles saludines especiales a Annie, Aylin, Salo Reyes, CaocTaisho, Alexis, Gadiel, Alexa, kuroneko212, Ktika y Yolanda!! muchas gracias por sus lindos rr~

A leer se ha dicho +w+!

Cuando recibió una lechuza de Narcisa Malfoy a muy temprana hora citándole en las tres escobas, presupuso que no se trataba de nada bueno. “Seguro quiere cobrarse la deuda de vida” pensó dando un profundo suspiro acomodando su túnica de auror antes de entrar al lugar.

 

 No es que le molestara aquello, para él estaba claro como el agua que se la debía por salvarle el cuello esa vez en el bosque… aparte, él no consideraba que evitar que los traseros de su esposo y de su hijo terminaran en Azkaban como su deuda saldada, puesto que esa acción la había hecho más que gustoso por ser lo correcto.

 

Aunque si le preguntaban, seguía considerando a Lucius Malfoy un hijo de puta en toda la extensión de la palabra, en eso no le cabía duda (por más que comprendiera que  todas sus acciones fueron a favor de la seguridad de su familia y que cualquier persona siempre busca el bienestar de los suyos sin importar las consecuencias; este se excedió en sus errores) y no cambiaría de parecer… aunque si decía de Draco Malfoy, eso era otro cantar que ni el mismo comprendía.

 

Así que por el momento estaba más que interesado en lo que la rubia mujer le pediría.

 

-Buenas tardes señora Malfoy- saludó haciendo un asentimiento de cabeza a la par que estrechaba la delicada mano enjoyada.

 

-Llámame Narcisa, por favor- sonrió elegantemente para sorpresa del moreno.

 

-Está bien… ehh… Narcissa…- carraspeó rascando su nuca, extrañado como se escuchaba el nombre de la madre de Malfoy en su boca. Era definitivamente raro y más la sonrisa que le dedicó, tan enigmática que solo le provocó más curiosidad.

 

Con un movimiento de mano le indicó a Madame Rosmerta que les trajera hidromiel; al parecer eso iba para largo y Harry se acomodó mejor en la silla frente a la aristocrática mujer.

 

-Seguro te preguntarás el motivo de nuestra reunión… pero no sabía a quién más recurrir…- aquello hizo sonar las alarmas en la cabeza de Harry que la miró expectante y le hizo un movimiento de cabeza para que continuara –es sobre Draco… necesita tu ayuda…-

 

*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*

 

Su vida tal vez no era el lecho de rosas, ni mucho menos; pero en el pequeño lapso entre la derrota de Voldemort y sus estudios para auror, consideraba que era lo suficientemente agradable.

 

Tenía una nueva y mejorada Gimmauld Place (con mejor tapiz, mas luminosidad y sin el bendito cuadro de la cacatúa de Walburga Black vociferando improperios a diestra y siniestra ya que este pasó a mejor vida por accidente/apropósito de un poderoso diffindo), no le rendía cuentas a nadie, tenía el apoyo incondicional de sus mejores amigos y de los Weasley y era tan libre como quería ser.

 

Sin embargo al ponerse al corriente de la situación de Draco por una sollozante Narcisa Malfoy, no fue fácil y le dejó demasiado absorto.

 

Hacia cerca de dos años que no lo veía y su estado actual sí que era un verdadero shock. Aunque al concluir el octavo año en Hogwarts su relación terminó algo mejor que “enemigos declarados a muerte”, cada quien siguió su vida sin cruzar caminos; apenas miradas y cordiales movimientos de cabeza de lejos.

 

Mientras él se dedicó a lo que tanto amaba y lo que la comunidad esperaba de él, Draco optó por la seguridad de la contaduría haciendo que Harry pensara con cierto desánimo que tal vez jamás le volvería a ver.

 

Más de una vez pensó que el Slytherin sentaría cabeza como todos los diarios presuponían que haría con una de las herederas de la familia Greengrass y que sería más que rico y feliz como perdiz en la cima del mundo con lo que siempre quiso…y al menos por parte de Harry, pensaba que se lo merecía (por muy maldito grano en el culo que fue en la escuela).

 

Sin embargo… ¿Rompimiento desastroso? ¿Abandono? ¿Perdida de cintura? No podía creerlo ¿tan mal se la estaba tomando el rubio?

 

“A no ver, no creer” fue lo que se dijo dirigiéndose a la Mansión Malfoy.

 

*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*

 

Abrió a más no poder sus ojos. Su corazón retumbó en su pecho al verle. “¿ese es Draco Malfoy?” Preguntó una voz incrédula en su mente, pero su sentido común le indicaba que era imposible que no fuera él; reconocería los cabellos de ese inconfundible rubio platinado en cualquier lado, esa nariz respingada, esa piel suave y nacarada…

 

Tuvo que ocultar su sorpresa y sardónica sonrisa que bailaba en sus labios al verle perdido en sus libros que recorría con la mano como sintiendo su tacto, tan absorto y dedicado, que no cayó en la cuenta de su presencia.

 

-Estas peor de lo que pensaba- las palabras escaparon de su boca sin siquiera meditarlo.

 

La mirada iracunda en el rostro del rubio no tuvo precio, ni mucho menos el tenue rubor que invadió sus abultadas mejillas.

 

-¿Qué haces aquí, Potter?- esa venenosa pregunta le pareció una bomba temporalizada lanzada a su cara. Con divertimiento pensó en cortar de tajo todos los cables esperando lo mejor.

 

-Vine a ayudarte, gordito. Espero que estés dispuesto a colaborar-

 

Para Harry fue más que un poema como desfilaban los colores por el usualmente pálido rostro. El blanco perdiendo terreno ganándole sumamente el rojo que comenzaba a virar en un perturbador morado.

 

Contuvo una sonrisa; era obvio que una vez verlo lo ayudaría en lo que pudiera, estaba más que dispuesto a ello; pero consideraba que picarlo un poco no haría daño alguno.

 

-¡E-E-Eres un maldito imbécil, cuatro ojos! ¡Sal de mi cuarto en el momento!-

 

-Lo siento, pero no lo haré- dijo juguetón rodeándolo hasta situarse cerca de una ventana para abrir la gruesa cortina para dejar entrar la luz del sol. Como un asustado murciélago, Draco retrocedió para divertimiento del azabache.

 

-¡No tienes cabida aquí Potter! ¡Lo que sea que te haya dicho o prometido mi madre, podrás olvidarlo porque no quiero ver tu horrible rostro!-

 

-Pues tú no estás en mejor condición- un relámpago de dolor apareció en los ojos grises haciendo notar su metida de pata “mierda” maldijo sobando el puente de su nariz.

 

El rubio apretó los ojos haciendo amago de limpiarse alguna basurilla de sus lagrimales, pero aquello no engañó a Harry –lo siento…- no podía permitirse hacerle llorar… al menos no por una de sus torpezas.

 

-Como sea, no importa, solo lárgate- dijo señalando la puerta, pero Harry le ignoró.

 

-Si te encierras así te perderás un agradable día….- trató de mejorar la conversación torpemente, ya que no decían “si no sabes que decir, habla del clima” pero aquello no hizo meya en Draco quien no dijo nada.

 

Harry algo incomodo, se dedicó a mirarlo esperando alguna nueva reacción, buscando algo que le diera mayor profundidad al relato de Narcisa. Se veía bastante desaliñado con esa horrible bata de baño que no lograba cubrirlo por completo, sus largos cabellos llegándole a los hombros y aquellos gruesos círculos negros opacaban sus preciosos ojos grises, aun podía ver un atisbo del viejo Draco Malfoy bajo las incontables capas de… bueno… carraspeó.

 

-¿Qué aparte de ciego, estas sordo?- preguntó sumamente irritado como si de un momento a otro fuera a lanzarle un hechizo.

 

Ese era él Draco que le encantaba; que peleara. Es lo que necesitaba para sacarlo de ese círculo oscuro en el que decidió sumirse. “Voy a ayudarte Draco, lo quieras o no” se dijo seguro de sí mismo sonriendo ante tal interesante reto que se planteó.

 

*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*

 

Draco no sabía dónde esconderse. Odiaba que el jodido-niño-que-vivió-para-meterse-en-donde-no-lo-llaman estuviera ahí, bailoteando por todo su cuarto como maldito hipogrifo en el valle.

 

¿Qué había hecho para merecer todo lo que le pasaba? De entre todos los magos y brujas, tenía que ser la última persona que quería ver la que estuviera observándole en su deplorable estado, analizando todo su esperpento y nauseabundo ser.

 

“Espero que esto solo sea una alucinación por algún coma causado por chocolates…” pensó desamparado mirándole con nueva ira reforzada.

 

-¿Qué aparte de ciego, estas sordo?- esperó que con la misma cantaleta de siempre lograra cansarlo para que lo diera por causa perdida y se fuera… no quería tenerlo ahí.

 

-No tan sordo como ciego, pero no me voy porque no se me da la gana- dijo dejándose caer sobre la cama sin apartar la mirada.

 

-¡Esta no es tu casa para que andes campante por mi cuarto!-

 

Frunció el entrecejo cuando Potter con un movimiento de manos sin la necesidad de usar su varita desechó las pilas de envolturas y demás basura que cubría su piso dejándolo limpio e impecable. “Como un vil elfo domestico” fue lo que pensó con desdén desviando la mirada.

 

-¿Por qué estás aquí?- reiteró peligrosamente. El cara rajada ladeó la cabeza y Draco tragó duro comenzando a asustarse.

 

Lo sabía” pensó dolido, angustiado. Ahora todo encajaba. Su madre ilusamente fue a pedir ayuda a aquel personaje considerándolo toda rectitud y demás estupideces con lo que lo llamaba el mundo mágico; pero debido a todo su pasado, aquel descarado sinvergüenza solo estaba ahí por un motivo…

 

-¡Si te vas a burlar, hazlo! ¡Búrlate todo lo que quieras del cerdo en el que se ha convertido Draco Malfoy y lárgate de mi casa!- lo retó.

 

Si a eso había ido, ya podía darle con su mejor insulto; no le replicaría ni nada pues el mismo era consciente de su propia desgracia y sabía que de estar en el papel de Potter, lo haría con muchísimo gusto.

 

Pero no hubo nada. Ni risa, ni burla, nada; solo una mirada que no supo descifrar. ¿Acaso era aflicción? “no es posible” se dijo negando con la cabeza.

 

-Mira Malfoy, tal vez los términos entre nosotros no son los mejores, pero no me burlaría de ti, ni mucho menos ahora- la veracidad brillando como fuego ardiente en esos ojos esmeraldas lo estremeció. “¿Qué fue eso?” se preguntó asuntado por su propia reacción.

 

-Entonces si no es para mofarte de mi desgracia y mi apariencia ¿Por qué estás aquí?- arqueó una ceja escéptico, buscando aunque sea un poco de malas intensiones detrás de su carilla de niño bueno.

 

“Nadie puede ser tan dadivoso” pensó analíticamente, pero al parecer estaba limpio de culpa; eso era, o aparentaba demasiado bien.

 

-Tu madre me contó a grandes rasgos lo que te pasó y pienso que no fue justo… no merecías que te tratara como te trató… así que te ayudaré-

 

Draco cerró los ojos pensando avergonzado que ahora Potter se sumaba al enorme número de personas que sabían de su penosa ruptura con Asti… “Ay Madre, tuviste que recurrir al que es seguro, el único individuo del mundo mágico que no sabía de mi condición…” pensó acomodando su cabello enmarañado.

 

Aun si creerle por completo, suspiró decidiendo darle una oportunidad… pero por si acaso le dedicó una dura mirada de “si tus intensiones son torcidas, yo mismo te arrojo a un acantilado” Más le valía a Potter no tenderle una trampa.

 

*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*´¨°°¨¨´*

 

Harry tenía que recordarse no quedársele viendo, pues aun ese rubio (que en su momento de gloria fue terriblemente petulante y abusivo con él) seguía descolocándolo, haciendo estragos en él que eran por demás incontrolables y que solo se desencadenaban con su sola presencia. Nadie jamás logró provocarlo de esa manera… Por ello, que lo motivara a burlarse abiertamente de su desdicha, no le hizo para nada gracia; ni una pizca.

 

No lo consideraba repulsivo como Draco mismo se auto calificaba. Claro, estaba el factor de que subió unos cuantos… muchos quilitos, pero seguía siendo él mismo Draco Malfoy irremediablemente atractivo que recordaba; aunque un poco más lastimado y con su orgullo herido.

 

Aquello lo motivaba y  sabía que lograría encausando su dolor, provocándolo solo como él podía, salvándolo de sí mismo.

 

-Entonces si no es para mofarte de mi desgracia y mi apariencia ¿Por qué estás aquí?-  esa era el tono de pregunta que esperaba y sonrió más tranquilo, bajando sus hombros y acomodando su mochila en el suelo.

 

Saboreó sus palabras por unos instante “¿Por qué estoy aquí por mi propio pie, pudiendo declinar así de fácil el pedido de Narcisa Malfoy?” sonrió más ampliamente y se contestó “Simple y sencillamente porque así lo quiero”

 

-Tu madre me contó a grandes rasgos lo que te pasó y pienso que no fue justo… no merecías que te tratara como te trató… así que te ayudaré- Contestó desviando el “querer” un poco avergonzado, aparte no es como si estuviera mintiendo, realmente ansiaba ayudarlo.

 

-¡No soy tu maldito experimento, Potter! ¡Ni un desvalido de tus lameculos que espera limosna de tu bendita mano!- el azabache rió pues esperaba eso y más de su archienemigo de la escuela.

 

-Ni quiero que seas mi experimento ni pienso que seas un desvalido- “aunque lo de lameculos, no suena tan mal” pensó malicioso tergiversando el sentido de la frase –si te ofrezco mi ayuda es porque es sincera y así  lo siento-

 

-San Potter tenías que ser…-

 

-Ni tanto- disimuló su sonrisa parándose frente a él -¿quieres demostrarle a esa tal Astoria cuánto vale Draco Malfoy y de lo que se está perdiendo? Este es tu momento-

 

 

Notas finales:

jaja despues de leer este capi como quedó me quede ¿comedia? ¿donde? jajaja un fiasco total lolz! asi que espero espero no defraudar mucho con este capi que no quedo tan gracioso como esperaba, pero bueno, apenas es el segundo capi xD asi que sean pacientes conmigo e.e 

 

si les saque aunque sea una sonrisa me doy por bien servida sino pues les devuelvo su dinero jaja.

 

espero sus opiniones que son muy valiosas para mi! los adoro pequeños!! nos leemos prontito! claro, si quieren que continue, si no, pues mando este fic a mi rincon oscuro de malos escritos xP!


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