Hola Sourwolf, nunca he visitado una playa en la que se pueda nadar, es algo triste, ¿conoces la ilusión de un niño con las ganas de conocer el mar? ¿Con el deseo de flotar entre sus miles de manos y ser acariciado por éstas ? ¿De recibir esos salados besos en todo el cuerpo y dejarse llevar entre sus brazos? ¿Si reconoces esa ilusión? Bueno, pues lo mismo me pasa con Derek, no sé qué es, pero lo quiero, lo quiero mucho y no lo puedo tener aunque mi deseo sea así de grande.
Él me hace sentir mejor, bueno pero me enoja, pero no es enojo, es... su cariño agridulce, absurdo y misterioso que se infiltra en mi cabeza de forma rápida gracias a esos momentos fotografiados en mi memoria que hemos vivido juntos. ¿Qué clase de sentimiento crees que sea Sourwolf?
En fin -suspiro- pasaron algunos días en lo que nos inscribíamos en la primera escuela de Nueva York -que ya lleva sus años- no quería ir, tenía que levantarme muy temprano y éso requería de mucho esfuerzo, y me quitaba tiempo de dormir, soy un niño, no merezco levantarme tan temprano a las jodidas siete de la mañana, y además bañarse a ésa hora no estaba cool, aunque esa palabra no esté inventada todavía, pero que importa ya la inventé yo.
El primer día de clases me levanté temprano, pero no precisamente porque me haya acordado que tenia que ir la escuela, tampoco porque mi padre haya venido a gritarme ni mi madre.
---¡Engendro, duende, criatura del infierno! -gritó Derek en mi oreja y jaló todas las cobijas hasta que mi trasero se golpeó muy duro contra el suelo de madera.
---¿Cuál es tu problema demonio guardián? -interrogué/reclamé furioso al mismo tiempo que me levantaba para reclamarle.
---Tenemos que estar en la escuela a las siete y tienes que bañarte -exigió totalmente despierto, no como yo que hasta tomaba mis cobijas con las manos y las volvía a poner sobre mí y yo sobre la cama, tuve una sensación curiosa, como un deja vu invertido.
---¿Bañarme a esta hora? ¿Estás loco? Bueno para que pregunto, el agua está helada, ¡Más que tú consideración por los demás! -Y me tapé hasta la cabeza.
---Ya he dicho, nos queda una hora, y tienes que seguir las ordenes de tu guardián celestial. -Me quitó todas las cobijas y no sé cómo lo hizo pero logró hacerme sentar.
---Querrás haber dicho guardián infernal -severé con la cara toda hinchada del sueño e incluso llegue a inflar un poco los cachetes.
Derek se me quedó viendo muy curioso, excrutador pero sin ser negativo, observando cuidadoso y peculiar, explorando las facciones de mi gesto con su fresca mirada de menta y hierbabuena, atento, depredador inofensivo, pero al final de cuentas depredador. Bueno tal vez estoy exagerando, pero si lo quieres imaginar de una manera menos intensa, se parecía a una persona negando que... No, creo su forma de mirarme en realidad era como la describí.
---¿Qué me ves? -pregunté fingiendo estar molesto de su actitud, cuando en realidad estaba también disfrutando de su forma de mirar, bueno Sourwolf, si dejaba ver que lo estaba disfrutando pues no creo que él lo hubiera tomado bien. Se supone que no debo disfrutar de su mirada pues ambos somos niños.
---Nada -dijo rápido, de pronto desviando la mirada muy rápido-, levántate y báñate. -Sentí un golpe en el brazo, no muy fuerte pero efectivo.
---A ver "Señor me baño en la mañana", qué tal si te metes primero a bañar y si lo logras, prometo que me meteré en seguida después que tú -propuse levantándome de una vez y ya empezando a tender la cama.
---De acuerdo -aceptó con demasiada confianza-. Oye...
---¿Si? -interrogué ante su nueva actitud esta vez un poco tímida.
---¿Te hago una promesa? -murmuro interesado, como si el que le fiera a prometer algo fuera yo.
---¿Bueno? -hablé con tono de confusión.
---Si nos toca en el mismo salón... prometo que... -Entrecerró los ojos, mirando hacia otro lado sacó aire muy rápido de su boca-. Prometo que si nos toca en el mismo salón tú serás mi único amigo, no necesitaré de nadie más -aseguró asintiendo con la cabeza.
---Nada más no lo cumples -exigí finjiendo molestia, con una mano en mi cintura y un dedo señalando su cuerpo.
---No te preocupes por eso niño -Y me miró como diciendo "Yo debería estar preocupado de que tú rompas la promesa". Aunque yo no había prometido nada.
---Bueno, se hace tarde Derek -dije y entonces me fui de ahí con una sonrisa de oreja a oreja.
Y él se metió a bañar con agua fría en la mañana de Nueva York. Mientras tanto yo estaba desayunado avena y miel con leche caliente en un tazón, para después coger unas cuantas moras azules, las cuales saboreé y hasta me relamí los labios, siempre a mí me dejan ese sabor del jugo dulce entre ellos.
Me vestí tranquilamente, me puse un pantalón sencillo color azul oscuro, una remera gris y un suéter algo grande para mí que había hecho mi madre con sus propias manos. Cuando menos me di cuenta ya se nos hacia tarde a ambos. Y claro mi madre ya me lo había advertido, mientras que la madre de Derek de alguna manera intentaba comunicarse conmigo para saber dónde estaba Derek, lo cual fue un poco gracioso, no logramos entender nada de lo queríamos decirnos. No sé por qué Derek se tardó mucho en el baño, tal vez porque que estaba ahí como perrito asustado bañándose con agua casi congelada, pero el sujeto es lo suficientemente fuerte porque no se enfermó.
---¡Stiles he salido del baño! -exclamó y lo vi salir del baño, en efecto, estaba temblando como perro-. ¿Por qué diablos ya estás vestido? -interrogó con algunas partes de su cara fruncidas.
---Derek se hace tarde -dije con expresión de "Eres muy tonto y me hartas, pero me da ternura tu estupidez".
---Te detesto -murmuró lleno de... humillación.
---Yo también guardián infernal. -Me dirigí hacia el baño para nada más lavarme la cara y tal vez el cabello, para que brillará aunque sea un poco.
---¡Cállate! -gritó, y se escuchó todo el desorden que hacía en nuestra habitación pues estaba demasiado apurado buscando ropa que ponerse sin desperdiciar ningún segundo del tiempo que nos quedaba.
Cuando Derek me vio ya fuera de la casa con su madre, volvió a hacer esa mirada de interés incontrolable con una mezcla de sorpresa y ¿ternura? No lo sé tal vez era que me quedaba algo grande el suéter que tenía puesto, tal vez era que me veía chistoso con mi cabello tan corto por las mañanas, tal vez era por haber tomado leche caliente y después haber salido al frío y tener las mejillas coloradas contrastando con mi pálida piel o tal vez todas las anteriores. Y a pesar de haber notado la forma en que Derek me veía no dije nada porque él también se veía lindo con su suéter puesto -nunca lo había visto con un suéter tejido- en la mañana.
Caminamos entre las calles de la ciudad, por ahora iríamos en compañía de la madre de Derek, al menos la primera semana.
Era algo curioso porque la madre de Derek y él hablaban en su idioma natal, no estaban hablando francés esta vez, quien sabe por qué, pero me sorprende que Derek sepa hablar tantas idiomas, además tiene un asentó diferente cuando habla en inglés, se salta mucho las erres. Éso no es lo que importa.
Aquel primer día de clases Derek creyó que nos tocaría en el mismo salón de clase, cuando en realidad no fue así, y Derek no se contuvo de expresar su inconformidad con gritos y alaridos.
---No, no, no, no, no, no, ¡yo quiero estar en su mismo salón! -gritó Derek y pude notar que su voz ya era tal vez un tono más gruesa, siempre se veía lindo cuando se ponía a gritar a otras personas que no fueran yo-. ¡Stiles! -clamaba mi nombre mientras era jalando por los maestros hacia su salón. Yo sólo... levanté los hombros, en realidad no podía hacer nada.
Llegué a mi salón y pues, no conocía a nadie, además Scott no estaba en ningún lado, y éso no era bueno, me senté junto a una chica, y diablos, tenía mucha pena. Ella es de sonrisa amplia y bonitas mejillas, cabello largo y fina voz además de elegante y correcta al expresarse, aunque sin ser aburrida.
---¿Donde están los niños nuevos? -preguntó la profesora ya parada frente al pizarrón.
---Aquí estoy -habló la niña que estaba a un lado de mí.
---¿Y el otro? -volvió a hablar la maestra-. Bilinski creo que era.
---Aquí... y es Stilinski -susurré y creo que hasta me hundí más en mi asiento, mientras se oían las risas de algunos compañeros.
La maestra nos hizo presentarnos, y descubrí que el nombre de ella es Paige. Después de algunas horas me encontré con Derek en el receso, no pasamos de un saludo y una platica corta, el muy chucho ya tenía un par de amigas... ¿Celos? ¿Dónde?
Los primeros días fueron así, por lo general sólo tenía pequeñas conversaciones con esa niña Paige, y trataba de evitar a un par de gemelos que al parecer siempre estaban haciendo bromas pesadas niños de baja estatura e inofensivos, tipo Stiles. Pero un día durante una visita mía al baño... ya estaba a punto de irme al salón -estaba lavando mis manos- cuando de repente llegó uno de ellos, no recuerdo su nombre, tal vez Ethan, creo que era algo así. Pasó y me dejó un sape en la cabeza, algo fuerte.
---¿Oye qué te sucede? -pregunté y me di la vuelta demostrando mi evidente enojo.
---¡Miren el niñito nuevo se va a poner rudo! -habló con un tono de burla y varios niños se estaban cercando a donde estábamos-. ¡Aiden! -llamó Ethan, al perecer su hermano gemelo.
---¿Qué pasa Ethan? -preguntó el gemelo ya estando cerca de nosotros.
---Este niño nuevo se está poniendo al brinco -comentó y ya había una bola de niños a nuestro alrededor.
---Deberías enseñarle que nosotros mandamos -dijo uno de ellos con claras intenciones de hacerme algo.
Me estaba amilanando un poco, se veían seis veces más grande que yo, di un paso hacia atrás, miré hacia mis espaldas, volví a mirar al frente y perdí a uno de ellos, cuando di otro paso atrás, al parecer el que se llama Aiden, me empujó hacia atrás con la fuerza que yo esperaba, y caí al suelo dándome en la cabeza, Ethan se había puesto en cuatro detrás de mí para que mi caída fuera más efectiva. Sourwolf tú sabes que yo nunca me dejo de nadie. Con la tierra un poco ya más en mas en su posición correcta, me levanté y me subí en la espalda de Ethan, me aferre a sus cabellos con manos y dientes, hasta que mi boca se llenó de pelos, todo mundo coreaba: ¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!
Aiden llegó hasta nosotros, recibí un golpe en el ojo derecho que me llevó desde la espalda de Ethan hasta el suelo, mi espalda se golpeó muy fuerte contra el suelo, tanto que mi aire se fue. Y llegó Paige.
---¡Dejenlo en paz! -gritó ella poniéndose frente a mí arrodillada, intentando protegerme.
---¡Derek! -exclamé como pude, sintiendo todo el dolor líquido recorriendo cada detalle en las letras de su nombre.
Y pasó algo increíble, él escuchó mi llamado. Se hizo paso entre la multitud, se notaba como todos estaban siendo empujados, llegó hasta mí, lo vi desde el suelo. Él puso su mirada en mí, pude notar su rostro inundarse de algo que nunca había visto en él, incluso, no sé si fui yo, o en realidad pasó, pero sus ojos se veían rojos.
Derek se acercó a los gemelos, cogió a uno de su ropa y lo acercó mucho a él, Ethan se puso detrás de Derek y le golpeó en la cabeza, pero Derek no se inmutó, sólo golpeó un par de veces a Aiden, y lo empujo con una fuerza tan grande hacia Ethan que ambos cayeron al suelo.
---¡No sé vuelvan a meter con Stiles par de soquetes idiotas! -ordenó Derek con furia, se notaba en todas las células de la piel de su cara y la tensión en su cuerpo-. ¡Y ustedes que ven, váyanse bola de montoneros! -gritó Derek a todos los niños que nos rodeaban, y su sola fuerza en la voz hizo que todos se fueran a una velocidad increíble, como pequeñas hormigas.
Podía observar a Paige admirando la forma en que Derek, incluso, se ponía las manos en la cintura, cerraba los ojos, llevaba su rostro hacia el cielo y respiraba profundo. Se veía el vapor salir de su boca -era un día frío- al hacerlo, después puso la mirada en mí y sólo en mí.
---Stiles ¿estás bien? -preguntó de rodillas frente a mí, me sentía mal, pero la atención que me prestaba más su congelada preocupación me hacía sentir mucho mejor.
---Sí. -Nuestras miradas se unieron por un momento corto y mágico, que me produjo, todavía más seguridad.
Una vez pude ver la calma en su faz, se dio permiso de saber quién estaba conmigo, quién me había protegido. Derek giró su cabeza un poco, y miró a Paige, no pude evitar sentirme un poco celoso, celoso... Se veían con un poco de interés, Derek cortó el momento de pronto, quiero pensar que fue porque sintió mi incomodidad ante la escena que ellos interpretaban en aquél momento extraño para mí, me ayudó a levantarme y después se fue, sin más. Paige se quedó de seguro por dentro con sorpresa y curiosidad.
Paige y yo nos fuimos al salón y desde ahí nuestra amistad se formó.
---Entonces ¿Derek es tu hermano? -preguntó ella. "Mi amigo, mi novio platónico" pensé.
---Oye ¿Cómo sabes que se llama Derek? -cuestioné.
---Tú exclamaste su nombre.
---No lo noté.
---Sí, fue curioso porque después de que lo dijeras, él vino directo hacia nosotros.
Lo cual me hizo pensar más, pero no lo sé, él... fue capaz de escucharlo. Debo estar loco pero tal vez sólo fue que Derek pudo notar que algo pasaba ahí en toda esa bola de niños que nos rodeaba. Si yo fuera él lo más probable es que hubiera hecho mi camino hasta llegar al centro de la bola sólo para ver, pero de haber sido así, ni hubiera podido defender al Stiles que estaba tirado en el suelo.
Al final de la escuela una carroza enorme vino por Paige y se la llevó, ella se despidió de mí de forma calurosa y una sonrisa sincera. Había muchos niños saliendo de la escuela, intenté buscar a Ethan y a Aiden con la mirada, pero no los encontré, al final Derek me halló más rápido de lo que creí.
---Vámonos Stiles -dijo pasando su mano derecha por mi brazo, deslizando sus dedos hasta llegar a mi muñeca.
---Sí.
Caminamos hasta llegar a casa y creo que mi moretón se hizo más evidente, ahora yo tenía uno.
---¿Qué te pasó Stiles? -interrogó mi madre exaltada, tocando mi cara, se espantó, y después vio a Derek, pude distinguir un brillo opaco de sospecha en la mirada de mi madre. Creo que pensaba que Derek lo había hecho por lo que le hice con la manzana.
---Unos chicos de mi escuela, me golpearon... Y Derek me defendió, y una amiga también...
Derek no dijo nada, solo asistió con la cabeza ante la inspección de mi madre. Durante la hora de la cena tuvimos que contar la historia de nuevo.
Más tarde después de la cena, Derek igual estuvo muy callado, me seguía hacia nuestra habitación, después de la cena, entramos y el fue el que cerro la puerta detrás de sí. Desde todo el día parecía que Derek tenía la extraña sensación de querer vomitar, tenía los cachetes inflados, sólo se limitaba a decir lo necesario, pero hasta ahí, su actitud era sería, pero a la vez, tan interesante, sólo cayado atrás de mí, siguiendome en silencio, todo el tiempo. Como mi ángel guardián.
Coloque la vela detrás detrás de mí, para poder prender otras más para poder ver meior, ponerme la pijama, y que Derek arreglara su cama en el suelo, sólo tal vez si esta vez no insistía en dormir conmigo en la cama de verdad. Ya casi estaba a punto de apagar las velas cuando Derek me tomó por sorpresa.
---¿Cómo estás? -pregunto sujetando mi muñeca con una de sus manos y con la otra intentando tocar mi rostro, más no lo hacía, sabía que podía dolerme el moretón.
---Sí ya me siento mejor... -respondí viendo sus ojos inspeccionar mi herida en el rostro, los cuales se movían muy rápido.
---Está bien. -Todavía yo tenía esa sensación de que él tenía los cachetes inflados a pesar de todo.
---Hasta mañana... -comenté en un tono un poco apagado, y eliminando la luz de las velas poco a poco hasta que sólo quedaron tres, esa noche no quería dormir con la oscuridad a mi alrededor. Me dirigí a la cama y me iba a acostar con la sensación de que también tenía que decir algo, lo cual evitó Derek con sólo susurrar casi desolado:
---Ningún gracias Derek...
Éso me detuvo en seco.
---Gracias Derek. -Y entonces sentí como era jalado de la ropa hacia atrás, casi tropiezo, mi compañero de cuarto lo hacía, hasta que me detuvo frente a él, me menequeé adelante y atrás ante el fuerte jaloneo.
---¡No lo entiendes Stiles! -murmuró exasperado, arrugando varias partes de su cara.
---Es que.... -Quise defenderme, pero él me interrumpió de golpe.
---Fui a defenderte y también me golpearon, y un sólo "Gracias Derek" es todo lo que dices.
---Era lo que querías -excusé con temor de como fuera a reaccionar.
---Pero no lo quería así, fue por lo que dije, no porqué lo hayas querido hacer. -Así fue como él le dio a la manzana con el cuchillo, estaba en lo cierto.
---Pues es que... Tenía pena de decírtelo, ¿crees que no estuve preocupado de que te pasará algo al pelear con esos dos? -Me hice escuchar con voz firme, en realidad, si tenia un poco de pena con Derek por eso, porque soy débil y él me defendió, porque a pesar de que siempre lo maltrato y peleamos, sin importarle fue y me salvó, y era apenante.
---No sabes cuánto quería golpear a esos idiotas por haberte si quiera tocado un pelo. ¡Yo estaba aún más preocupado que tú por ti Tonto! -declaró él, sin dejar de verme a los ojos y además su agarre se había hecho un poco más firme.
---Lo siento y gracias de verdad por haberme ayudado. -No me costó mucho trabajo decirlo, después de todo así lo sentía.
---No hay problema ahora, después de todo, soy tu ángel guardián -dijo lleno de orgullo de ser lo que él dice ser-. Además, merezco una recompensa.
Ya sabía que era.
---Está bien Derek, puedes dormir en la cama por hoy. -Propuse y sonreí, y pude ver un poco de una casi invisible media sonrisa en sus labios. Era algo así como una tela café opaco transparente que tenia una fantasmal mancha roja, que a simple vista podrías decir que no está ahí, pero si te detenias a ver bien, podías descubrir el espectro Colorado en la tela.
---Y quiero una cosa más. -Pidió soltándome y caminando de un lado a otro, pensativo-. Quiero un beso... en la mejilla.
Yo hice una mueca de "Jamás haré éso".
---Vamos Stiles -pedía sin quitar esa actitud sería, con las cejas en posición de exigencia-. ¿Qué esperas?
---No lo haré -sentencié. Pero lo pensé Sourwolf, Derek Hale me estaba pidiendo un beso en en la mejilla como recompensa, pago, agradecimiento.
---¿Y bien? -insistió cruzado de brazos, dando pequeños golpes al suelo con la punta de su zapato.
---De acuerdo -acepté fingiendo un tono de mala gana. Pero en el fondo, sí quería hacerlo.
Me acerqué a él, para mí fue lento, pero creo que lo estaba haciendo muy rápido. No supe si parar los labios o no y sólo hacerlo sin más. Cuando lo hice, paré los labios y los troné en su mejilla, mis manos estaban entrelazadas tras de mí. Probablemente si lo hice sin previo aviso, Derek tenía una mancha de sorpresa sobre su rostro.
---Sé feliz -dije antes de irme y notar que tal vez Derek se había ruborizado un poco, pero estaba lo bastante oscuro como para saberlo a ciencia cierta.
Me acosté en la cama, actuando estar molesto de lo que me había "obligado" a hacer.
---Ya soy feliz -respondió él desde donde estaba, todavía en el mismo estado.
---Ya Derek ¿qué estás esperando? Ven a dormir -ordené chasqueando los dedos.
---Ya voy. -Su tono de voz seguía serio pero ahora tenía un toque alegre y con vida.
Por cierto, esa noche, dormí con una sonrisa que escondí entre las cobijas. Y al siguiente día, pasó algo que cambió las cosas.