Anteriormente…
Vegeta se sentía estúpido, se preguntaba mil veces por qué había hecho eso, no podía creer que había aceptado caer en el juego de ese vil mujeriego…
-Soy un idiota… Necesitaré ayuda… -Nunca lo había hecho, pero aún así intentó cambiar los pensamientos retorcidos de ese hombre tan frío…
El tiempo pasaba, mas nada cambiaba más que su propio corazón…
-¡No puedo creer que tú hayas salido enamorado! – Una mujer risueña, despreocupada…
Un Vegeta frustrado y lleno de tristeza y arrepentimiento…
-Será la fiestecita de empleados en ese bar tan conocido… Es tu oportunidad de darle celos…
Una idea descabellada y algo arriesgada… ¿Sería buen plan?
-…iré…
**
Mientras todo parecía ir mal entre los empleados de la empresa, una nueva guerra comienza… Una mujer obstinada que quiere al multimillonario Goku Son para ella, a cualquier costo…
-¿Qué tal si nos aliamos para destruirlo? …
Una propuesta llena de maldad, un pelilila indeciso… ¿Acabar con la carrera de Vegeta serviría de algo?
¿Cuál habrá sido su respuesta? ¿Qué planeaba esa muchacha…?
…
Una mujer, Bulma, enamorada y decepcionada… Un corazón puro y noble, ¿sería capaz de corromperse por amor?
-¿Te gustaría unirte a mí para deshacernos de ese chico tan molesto?
Aquella mujer no parecía tener paciencia… Ni compasión…
**
Era un hermoso día, en un bello lugar, con un ambiente propicio para la paz y tranquilidad… ¿Sería acaso su comunicado igual de hermoso?
Trunks aguardaba la llegada de cierto pelinegro… Cierto amigo suyo, en el que confiaba mucho… Pero, ¿Cómo se tomaría lo que iba a decirle…?
Un altercado… Una bicicleta que no estaba de acuerdo con esa confesión…
-¡Cuidado!
Ambos hombres cayeron al suelo, hipnotizados por la mirada del otro…
Se acercaron lentamente… Hasta que la distancia entre sus rostros terminó…
Su primer beso… ¿Y ahora qué?
**
Raditz buscaba una huída al infierno que vivía en su hogar… Pero no sospechaba que saliendo de ese infierno, vería a un demonio de su pasado…
-Gohan…
Un intercambio de miradas llenas de furia, tristeza, duda, rencor, dolor, miedo… Bajo la vista de un pequeño que no comprendía esa tensión que se formaba en el aire…
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Capítulo 11: Un reencuentro… ¿Oportunidad?
El mundo parecía haberse parado en ese momento. El tiempo se había detenido en la entrada de aquella tienda de chocolates… Tarble no lo entendía, no sabía por qué sentía el aire tan pesado, ni por qué esos rostros tan amables que conocía se endurecían al punto de parecer inescrutables.
Las palabras no salían de sus labios, solo miraba con mucha confusión a su maestro Gohan y al otro hombre, Raditz. -¿Por qué se miran así?
Gohan y Raditz se miraban con mucha frialdad, sorpresa, enojo y, muy en el fondo, podría decirse que también compartían algo de tristeza. Raditz parecía querer perforar a Gohan con su mirada, su ceño estaba más fruncido de lo normal, casi desprendía odio de sus poros. Se mordió el labio para tratar de no liberar esa ira contenida por tantos años…
Gohan mantenía la mirada firme en él, ese hombre de su pasado, ese al que recordaba de una manera muy diferente… Otra vez lo tenía frente a él mirándolo con desprecio, y eso lo enfurecía. Presionó los puños con fuerza, impotente. Le devolvió la mirada furiosa con cierta indignación…
Ambos querían que el otro desaparezca de su vida para siempre. Gohan desvió la mirada y la dirigió a su alumno, quien seguía mirando la situación entre preocupado y sorprendido.
-Vámonos de aquí, Tarble. – Sugirió, o más bien ordenó Gohan, sin mirar al otro adulto. Tomó al menor de uno de sus brazos y dio unos pasos hacia otro lado, dejando atrás al otro pelinegro.
-¿Otra vez huyendo? –Murmuró Raditz, con un tono burlón y soberbio… Gohan paró en seco, soltó a Tarble y giró solo un poco la cabeza para responderle.
-¿Tú otra vez provocando? Ya deja de molestarme –Le pidió elevando el tono de voz, mostrándose enojado cosa que sorprendió a Tarble. Nuevamente trató de tomar al menor y largarse de allí, pero Raditz seguía provocándolo
-Tú deja a ese chico, ¿O acaso tratas de engañarlo? – Insinuó con algo de resentimiento en su voz. Gohan se mordió el labio para no insultarlo, y se giró a verlo
-Nunca sería capaz de cometer ese acto tan deplorable -Se defendió, en su rostro se formó una mueca de disgusto. Raditz sonrió sarcásticamente y rodó los ojos al tiempo que se cruzaba de brazos
-Sí, cómo no… -Respondió altanero, sin quitar su mirada desafiante del otro. De nuevo se miraban con furia, como si fueran a saltarse encima en cualquier segundo. Raditz se acercó unos pasos al otro -Más te vale alejarte de aquí si no quieres que te rompa la cabeza –Amenazante
Gohan se quejó por lo bajo -Vete al diablo, Raditz. –Susurró ya fastidiado y, antes de que el otro volviera a atacarlo, se dio la vuelta. –Vámonos Tarble. –Volvió a pedir, ésta vez alejándose sin agarrar al menor.
Tarble miró una última vez a Raditz, sin comprender nada, y rápidamente se fue junto a su maestro.
-Cuidado Tarble, no confíes en ese desgraciado –Escucharon esa última advertencia por parte del de cabellos largos, pero Gohan prefirió seguir caminando para no tener problemas.
-Maldito… -Murmuró molesto Gohan, andando a pasos largos para dejar atrás a ese fantasma de su pasado…
-¡Espera Gohan, vas muy rápido! –Se quejó Tarble, tratando de seguirle el paso a su maestro sin conseguirlo. Gohan pareció recapacitar, borró su expresión de enfado y miró a su alumno nuevamente con su típica despreocupación
-Discúlpame Tarble, no lo noté. –Se disculpó con una leve sonrisa, el menor se quedó viéndolo sin decirle nada, como esperando una explicación o algo por su parte. Gohan tragó grueso, continuando lentamente con su camino. –Raditz es un viejo conocido mío…Tuvimos problemas en el pasado, y ahora me odia… Pero no es nada de lo que tengas que preocuparte –Le explicó brevemente, solo para tranquilizarlo
Tarble seguía dudando –Pero él dijo cosas feas de ti, ¿por qué cree que podrías engañarme? –Preguntó dubitativo, con una mirada insistente. Quería entender las cosas, no quería quedarse con esa duda.
Gohan suspiró. –Él cree tener sus motivos… Es un imbécil… - Respondió casi en un susurro, arrugando el entrecejo nuevamente. Lo dijo más para sí mismo, recordando aquellos días de su pasado. Pero rápidamente miró al menor con una sonrisa –Pero eso no es cierto, yo jamás engañé a nadie, y no empezaría contigo Tarble. La verdad, tú me agradas mucho y no quiero arruinar nuestra relación –Aseguró mostrando su reluciente sonrisa
Tarble pareció olvidar el asunto por unos momentos, un leve rubor se hizo presente en sus mejillas - ¡Claro, confío en ti, Gohan! –Comentó alegre, pero al notar lo que dijo, se ruborizó más. –Ehh quiero decir que… Bu-bueno tú… e-eres un hombre confiable y... y r-responsable… - Comenzó a balbucear nervioso, sacándole unas risas a su maestro.
-Bueno, ya. Vamos a comer estos chocolates en una plaza, pequeño –Dijo con tono divertido, revolviendo cariñosamente los cabellos del menor. Esto le devolvió la sonrisa a Tarble.
Gohan siguió pensando en ese asunto un rato más… No podía creer que Raditz, ese impulsivo, había regresado, hubiera preferido que se quedara en Alemania… No sabía cómo reaccionar ahora, su vida era más fácil cuando ese idiota no estaba cerca de él. Todavía recordaba lo que había pasado, la frialdad con la que Raditz lo había tratado en su juventud… El daño que le causó… Simplemente no lo perdonaría jamás.
Suspiró, prefiriendo concentrarse en su querido pelinegro. Aquel encuentro había quedado olvidado… Al menos por ahora…
**
Unos cuantos metros detrás de ellos, se encontraba Raditz, mirando con una furia incontenible el lugar por el que se iban esos dos.
Gruñó por lo bajo, intentando calmarse –Ese infeliz, por qué demonios no se mudó del país como yo hice… -Murmuró rabioso, para después darse la vuelta rápidamente. Miró a un costado, la tienda de chocolates seguía abierta. –Mierda… Todavía me falta eso…
De mala gana entró a la tienda, asustando incluso al guardia de seguridad con su expresión tan seria. No le importaba cómo lo miraba la gente, solo quería comprar las cosas y largarse de allí. Luego de ver a ese infeliz, como él lo llamaba, quería ir a su casa y dormir todo un año para no volver a verle la cara.
-Debería matarlo… -Susurró, agarrando con fuerza una caja de chocolates. Recordaba perfectamente el daño que ese desgraciado le había hecho, recordaba todo con claridad… Tanto que sentía que lo tenía frente a él, mintiéndole en la cara toda la vida.
Gohan les había hecho algo terrible, y jamás lo perdonaría…
**
Cerca de allí, en una plaza, se encontraban dos jóvenes en el suelo. El pelinegro debajo, y el peli lila sobre él… Sus labios seguían juntos, uniéndolos…
Ninguno de los dos emitió sonido, tampoco se movieron ni intentaron separarse. Simplemente se quedaron tiesos, sintiendo la húmeda suavidad de sus labios. Trunks mantenía sus ojos cerrados con fuerza, ¡Mierda, luego de tal atrevimiento, seguro Goten lo mataría! Pero a pesar del miedo, se quedó en la misma posición, sosteniéndose con ambas manos a los lados del pelinegro.
Goten al principio se sorprendió en demasía, ¿Acaso su mejor amigo Trunks estaba besándolo? No pudo mover ni un músculo, pero aún así no quería hacerlo, estaba disfrutando ese beso tan inocente y la cercanía del menor. -¿Será que me gustas, Trunks?
Poco a poco, comenzaron a separar sus rostros luego de aquel contacto tan comprometedor que habían tenido. Sus respiraciones seguían entrelazadas, Trunks no abría los ojos ni tampoco se movía, parecía paralizado, embobado por la situación. Goten miraba detenidamente su expresión, sus mejillas ruborizadas le produjeron un cosquilleo en lo más profundo de su ser.
-Trunks…-Susurró el pelinegro…
El peli lila reaccionó de repente, abrió los ojos con rapidez y de un salto se levantó. Se quedó sentado a unos centímetros del mayor, tocándose los labios mientras miraba el piso con mucha vergüenza.
-Y-y-yo n-no que-quería esto. Bu-bueno fu-fue un error gr-grave y-y n-no… n-no me con-controlé… no pensé… no sé, no sé, no sé qu-qué pasó…E-esto perdóname Go-goten por favor… Y-yo n-no quería y esto no s-sé… y-yo so-solo… -Balbuceaba sin sentido el peli lila, lleno de miedo y vergüenza, sin levantar la mirada. Se atragantaba con sus palabras, Goten casi no entendía nada de lo que decía
El pelinegro se levantó y se acercó al manojo de nervios que tenía a su lado…-Ehh, Trunks, tranquilo chico. –Colocó su mano en su hombro, Trunks se sobresaltó y lo miró aún avergonzado -No te pongas así, está bien, no es tu culpa. –Le sonrió para tranquilizarlo, Trunks copió levemente el gesto y trató de respirar hondo. -¿Y sabes algo? Me gustó eso. –Comentó con cierta dulzura y una mirada coqueta.
A Trunks se le erizó la piel con ese comentario, mientras sentía sus mejillas arder más que antes. Goten comenzó a reír por el nerviosismo del otro, Trunks lo imitó, poco a poco dejando la vergüenza de lado –Esto es raro… Nunca en mi vida estuve tan nervioso… Estás loco, Goten. –Dijo el peli lila sin dejar de reír, más tranquilo, ya que el pelinegro se estaba tomando todo en broma.
-¿Estoy loco por decir lo que pienso? –Sonrió con despreocupación, mirando el cielo unos momentos. El menor lo imitó, ambos estaban muy tranquilos en ese lugar, Trunks estaba a punto de olvidar ese incidente, pero Goten volvió a mirarlo. -Creo que me gustas, Trunks. –Confesó con mucha naturalidad, sonriéndole al menor.
Ahora sí que Trunks se paralizó por completo. -Pe-pero… Tú eres un adulto y yo…
-Un niño… un niñito adorable…-Contestó con cierta ternura, mientras alzaba una de sus manos y la acercaba a una mejilla del otro para acariciarlo con delicadeza. Trunks ya no sabía qué decir, solo se dejó, mirando atentamente a Goten. –Yo te gusto, ¿Verdad, Trunks? –Le preguntó de forma bastante directa, Trunks abrió la boca levemente en señarl de sorpresa.
-Y-yo… N-no sé qué decir… -Y no mentía, simplemente se había quedado sin palabras, nuevamente perdido en la profundidad de los ojos del mayor. Goten no dejaba de acariciar su ardiente mejilla
-Hmm… Tus mejillas te delatan, no puedes engañarme Trunks, tengo más años que tú… -Comentó con cierto tono juguetón, sonriéndole infantilmente. Trunks bajó la mirada avergonzado
-No me trates como a un adolescente… E-esto es mu-muy raro… Y-yo nunca…
-¿Nunca tuviste pareja? –Interrumpió, sin dejar de mirarlo divertido. Trunks arrugó el entrecejo, a la vez que negaba con la cabeza. Goten pareció alegrarse más -Eso puede arreglarse, bebé –Dijo la última palabra con lentitud, pellizcando las mejillas calientes del otro
-¡Ey! –Golpeó las manos del pelinegro, quien no dejaba de reir. - No soy una mujer –Se quejó, Goten rodó los ojos, alejó sus manos y se quedó mirándolo desde su sitio.
-Me gustas, Trunks. Y quisiera… Intentar algo contigo…-Propuso directamente, Trunks lo miró con mucha más sorpresa, si es que eso era posible… - ¿Qué me dices? No es obligatorio que me respondas ahora… Puedes pensarlo todo lo que quieras, ambos somos adultos y no tenemos por qué andar con rodeos o niñerías. –Explicó tranquilo, sin vueltas ni vergüenza.
Trunks podía notar su madurez, y no quería parecer un tonto ante él, así que carraspeó un poco y trató de recobrar la seriedad, tragándose su vergüenza. -Sí… tienes razón… Me gustaría… pensarlo… -Concluyó con firmeza, para luego darle al mayor una pequeña sonrisa. Seguía viéndose nervioso y sonrojado, pero el otro fingió no notarlo…
Goten no pareció enojarse, solo le devolvió la sonrisa y se levantó. -Esperaré todo lo que sea necesario. – Le extendió una mano a Trunks para ayudarlo a levantarse, este aceptó. -Y por cierto, ¿qué querías decirme antes de que esto sucediera?
-Esto… e-eh… L-lo ol-olvidé. –Respondió con una media sonrisa, rascándose la nuca. Obviamente, le mintió… Goten no lo notó para nada, por lo que siguieron caminando sin más problemas.
-¿Irás a la fiesta de empleados, mañana por la noche? –Preguntó de repente el pelinegro, Trunks lo miró indeciso -Yo iré, llegaré bien temprano así puedo embriagarme más que todos… Amo los viernes… -Comentó con una amplia sonrisa, Trunks no pudo contener la risa
-Pues… Si vas tú… Supongo que iré.- Respondió seguro, Goten se emocionó
-Que bien, ¡Me harás compañía! –Casi gritó con mucha alegría, acercando al menor pasando su brazo sobre sus hombros. -¡Te enseñaré todo lo que sé acerca de bebidas! ¡Haremos competencia, bailaremos mucho hasta marearnos y…
-¡Oye cálmate, pareces adolescente! –Le dijo risueño, Goten no cambiaba su semblante
-¿Quién dice que no lo soy? –Contestó sin soltarlo, ambos rieron y continuaron su camino así, juntos y pegados…
Tal vez ese sería el comienzo de una divertida experiencia para ambos…
**
Las horas pasaron, ya era de noche. Vegeta se encontraba en su cama, mirando el techo. No podía dormir aún, solo estaba reposando, tratando de calmar sus pensamientos y sentimientos…
-La fiesta de empleados… ¿Debería ir? –Aún pensaba en la charla que tuvo con su amiga, ella le sugirió ir a ese evento con el único propósito de darle celos a Son Goku, pero, ¿Eso serviría de algo? Ese mujeriego podría tener a quien quisiera a sus pies… ¿No sería Goku quien le diera celos a él…?
-Seguramente andará con todo el mundo…-Susurró tristemente, pero luego se mordió el labio y se golpeó la cabeza contra su almohada. -¡Demonios! No debería preocuparme tanto… Al fin y al cabo ese desgraciado es así. No me metí a este estúpido juego para cambiarlo. –Trataba de convencerse de que no quería a ese libertino, pero en el fondo, sabía perfectamente que ya era tarde para intentar odiarlo…
Ahora ya no sabía qué hacer. Se arrepentía de haber aceptado el juego de su jefe, estaba perdiendo cada día más. Quería divertirse con él, pero al final Goku siguió ganando terreno, con cada gesto se acercaba aún más a su corazón… Si no trataba de “desenamorarse” de ese cretino, seguramente pronto el señor Son estaría satisfaciendo sus necesidades con él, para luego dejarlo tirado, como a todos…
-¡Ese tipo es un completo…!
Ring ring… (Sonido cliché de celular…)
Vegeta salió de sus pensamientos y tomó su celular sin apuro. Al mirar, decía “Número privado”. No lo pensó dos veces y atendió - ¿Hola? – Preguntó con tono aburrido. Escuchó una leve risa al otro lado…
-¡Vegeta! A que no sabes quién soy… - Ese tono de voz juguetón, esa voz tan masculina y a la vez infantil… Se sentó en la cama abruptamente por la sorpresa, ¡No era posible!
-¡¿Goku!? ¡¿Cómo …
-Soy tu jefe, tengo los números de todos, daaaaa – Se burló sarcástico, Vegeta gruñó por lo bajo por esa broma.
-Muy listo… ¿Qué necesita, jefe? – Preguntó, tratando de mantener la formalidad aunque sea una vez, ya que era su jefe con quien estaba hablando. El otro tardó unos segundos en responder.
-…No te llamo como tu jefe, demonios. Quiero que vayas conmigo a la fiesta de empleados de mañana. ¿Qué tal? – Lo invitó seriamente, Vegeta no pudo ni siquiera hablar, solo titubeó unos momentos, ¿Qué podía responderle? -Te dejé sin palabras, típico… - Lo escuchó reír, con altanería, orgullo. Vegeta volvió a quejarse -Vamos, ven conmigo, nos divertiremos mucho…
-¿Cómo puedo estar seguro de que me divertiré contigo…? Siendo el jefe arruinarías la fiesta… todos te tendrían miedo…-Trató de persuadirlo, pero Goku carcajeó al otro lado del teléfono
-¡Oh vamos! Esos idiotas saben que sé divertirme mucho mejor que ellos. Y tú también podrías saberlo… Si quisieras… -Insinuó con cierta pizca de perversión, Vegeta rodó los ojos ante esa propuesta tan repetitiva.
-¿A qué se debe tu invitación? ¿Piensas emborracharme y violarme? –Acusó bromista, Goku solo rió por lo bajo, con algo de seriedad, se podría decir…
-Bueno… tanto así como violarte no… No soy tan sádico. Además, sé que tendría tu aprobación, por lo tanto no es violación…-
-¿Para qué me llamas? –Volvió a preguntar, cansado de escucharlo decir lo mismo tantas veces…
-Para invitarte, simplemente eso. Mañana en el trabajo te invitaré de nuevo si tanto quieres que te busque. Al menos ten en cuenta eso, Vegeta. ¿Sabes lo difícil que es para mí salir de mi cómoda oficina, tomar el ascensor con todos esos insectos y luego ir hasta ti? – Goku le reprochó, se oía también cansado y fastidiado de pasar siempre lo mismo, aunque por alguna razón no desistía…
Vegeta suspiró pesadamente. Lo pensó solo unos momentos, hasta que al fin respondí -Está bien… iré a esa estúpida fiesta… -Aceptó su invitación, imaginando por un segundo que se arrepentiría… y mucho…
-¡Genial, esperaré ansioso esa fiestecita!- Chilló de emoción, se sentía victorioso nuevamente. -Te mostraré un lado de la vida que aún no conoces, Veggie… -Sugirió con ese tono tan masculino y seductor que solo él poseía, Vegeta sintió sus mejillas ruborizarse levemente.
-¡No me llames así! –Se quejó, tratando de mantener la seriedad. Escuchó al otro reír otra vez. -Y no me dejaré arrastrar por ti. –Le aseguró confiado, pero ni eso tiró abajo las esperanzas de su compañero.
-Ya veremos, bye bye… - Se despidió victorioso, y cortó la llamada con rapidez. Vegeta arrojó su celular sin cuidado sobre la cama y luego volvió a recostarse.
Y poco a poco, comenzaba a arrepentirse… -Ay dios… ¿En qué me metí ahora?
**
En alguna parte de la ciudad, en una habitación a oscuras, una sombra viendo a través de la ventana, con un teléfono en las manos…
-Fiesta de empleados en un bar… No perderé esta oportunidad… - Cortó la comunicación, para después sonreír maléficamente. –La pagarás caro, Vegeta…