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Siete días para un te amo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Este es el 13/15

El capitulo va para Kary, es un especial de los trifectos, la verdad es que las emociones de Takano en cierto modo quedan más claras vistas desde afuera jaja asi que mil gracias y espero que te guste <3 <3

Kirishima Pov

Desde que tengo memoria he sido el cómplice de Masamune en un vago intento por encarnar a un Dios y aturdir a esas jóvenes mentes que nos observan con expectación ansiosas de que les entreguemos la siguiente escena de nuestra actuación; han sido tantos años codiciando que la admiración y la grandeza fueran las que bañaran mi cuerpo para que mi alma se impregnara de estas; por esa razón mi mejor amigo y yo nos acabamos humillando en público hasta convertirnos en las risas.

Yo y Masamune desde que ingresamos a la educación superior buscamos con desesperación la aprobación ajena para no profesarnos perdidos y patéticos con nuestras existencias; con las manos destrozadas y un par de vacíos en el espíritu tratamos de llenar nuestro destino y encontrar algún sentido para nuestro camino.

El renombre lo era todo al igual que esas cínicas miradas, la sed de asombro era la que movía los hilos de mis acciones mientras mis ojos se encendían con un presuntuoso futuro que parecía jamás querer llegar, me vi mártir de esa situación hasta que mi vida cambio hace dos años, cuando conocía al chico que voltearía cada una de mis creencias.

Recuerdo que los de último año en ese entonces nos habían invitado a una fiesta de despedida sin supuestos intereses ocultos; después de un par de tragos resonando por mi cabeza mientras las piernas me temblaban y los músculos me pesaban fue cuando descubrimos la verdadera intención de esos hombres al humillarnos.

Como sus últimas bromas al poder ellos nos forzaron a jugar un par de penosos retos para ser las victimas de sus risas y el último recuerdo agradable que se llevarían de esta institución construida a base de mentiras; fue ahí cuando me tocó besar a un chico.

Como el alcohol estaba ahogando mis pulmones y el éxtasis era el que ardía en mi sangre, omitiendo los reclamos de aquel imponente muchacho al frente de los demás le robe un beso que cambiaría mi mundo, aquellos labios eran excitantes; peligrosos, adictivos, tóxicos, eran sensaciones indescriptibles las que golpearon mi organismo como espasmos por culpa de un nuevo sabor que no podría dejar.

Sin poder salvarme sellé mi perdición con esos extrañamente dulces labios e intensos ojos zafiros de un terco chico. Con la curiosidad inundando mi razón me encargué de obtener cada uno de sus datos mientras mi corazón no dejaba de golpear mi pecho ante el recuerdo de su exquisito tacto; Yokozawa Takafumi, esas dos palabras juntas bastaban para que perdiera la cordura.

Desde esa mágica noche perseguí a ese chico con el único propósito de enamorarlo y obtener una oportunidad para envolvernos en un venenoso romance que me marcaría como el rey de esos ingenuos e ilusos jóvenes.

Lo que no esperaba con mi petulante actitud fue recibir constantes rechazos de esos ojos zafiros, cada vez que buscaba a Takafumi para entregarle mis sinceras emociones al desnudo él las pisaba con la excusa de que era un maldito arrogante cuya apariencia era lo único que le interesaba.

“Vete a la mierda Zen” “Deja de joderme” “No quiero que me relacionen con alguien que vive de las apariencias” Esas eran sus esquivas respuestas.

Esas fueron las palabras que me hicieron reflexionar y analizar cada uno de los pasos que había dado en este quebrajado camino; ¿Yo realmente vivía de las apariencias?

Estaba consciente de que disfrutaba los aplausos ensordecedores con los que los más jóvenes respetaban mis hazañas y me embriagaba con sus halagos, estaba consciente de que tenía una enfermiza necesidad por ser aceptado y querido al igual que mi mejor amigo; yo sabía esas cosas pero era muy cobarde para admitirlas.

Batallé más de un año por obtener su aceptación, luché a diario con rechazo y evasivas, con ceños fruncidos y muecas de desagrado; con insultos sobre que era un muñeco superficial cuyos únicos pensamientos era como ganarse las masas.

Hasta que me decidí poner a prueba y humillarme por su amor; escogí demostrarle lo importante que era para mí con el único deseo de que me entregara una miserable oportunidad para convertirme en lo que reinara en sus pensamientos y le cediera a Masamune ese pretencioso puesto como el Dios encarnado.

Un día en la cafetería; cuando la inmensa y elegante habitación se encontraba llena de estudiantes por la lluvia en el exterior y la tensión estaba asfixiando el ambiente a fin de ciclos de exámenes decidí cometer una locura para obtener ese corazón sellado.

Con un altavoz que le pedí prestado a los de la sala de arte camine por las frívolas baldosas grisáceas; me paré sobre una de las mesas del centro ignorando la petulante risa de mi cómplice de cabellos azabache y lo encendí para llevarme a mis límites.

“Yokozawa Takafumi” Aun recuerdo su pasmada expresión cuando lo llamé al frente de todas las personas de la escuela.

“¿Pero qué diablos?” Musito apenado dejando de lado su almuerzo con las claras intenciones de huir de mis dementes acciones.

“Estoy perdidamente enamorado de ti desde aquella fiesta en la que nos conocimos, estoy embobado con tus acciones, no has salido de ninguno de mis pensamientos desde el instante en que nuestras miradas chocaron por primera vez” Fue lo que dije sin temor alentado por el ferviente grito de la asombrada multitud.

“¿Qué se supone que estás haciendo?” Me pregunto con el ceño fruncido al ser arrastrado al centro de la cafetería por Masamune y un par de chicos más.

“Me declaro ¿No es obvio?” Le respondí alzando una ceja mientras bajaba de la mesa para encontrarme con él.

“Ya hemos tenido esta conversación durante unos agotados trece meses, no saldré contigo” Proclamo con terquedad desviando la mirada con enfado; rechazándome como si le causara asco mi presencia.

“Takafumi baja esas defensas de una buena vez y atrévete a escuchar lo que te estoy diciendo” Le pedí tomándole las manos con afecto y ternura, perdiéndome en esos misteriosos zafiros para ignorar a la hambrienta muchedumbre.

“¿Qué es lo que cambiara esta vez en tu discurso?” Me interrogo divertido “¿Ahora me dirás que no has hecho esto solo para obtener la atención de todos?”

“No lo hice para obtener la atención de todos” Me defendí guiando una de mis manos a sus mejillas “Lo hice para obtener la atención de solo uno”

“Pero que conveniente que todas las personas tengan sus ojos sobre ti” Se burló con ironía tratando de escapar de mis brazos para entablar la misma distancia con la que fulminaba mis esperanzas y apagaba mis pasiones.

“Takafumi ¿Por qué te cuesta tanto trabajo creerme?” Le pregunte con desilusión bajando los hombros en señal de derrota.

“Porque tú vives de esto” Respondió extendiendo sus brazos para señalar al extasiado grupo de espectadores que nos rodeaban “Yo no”

“Puedo dejar el resto de las opiniones para que la tuya sea la única que me importe” Le ofrecí con angustia acunando sus manos entre las mías como un silencioso ruego para que permaneciera a mi lado.

“No te creo ninguna de esas mentiras” Pregono apartándose con repulsión “Esas cosas mejor ve a publicarlas en tu página antes de que te difamen” Con ese par de gélidas verdades se dio la vuelta y me rechazó al frente de todos los demás.

En ese momento comprendí que sí era el payaso que se rejuvenecía por los aplausos; sí era un paracito que succionaba la vitalidad, si era un títere que codiciaba la aprobación ajena para ser feliz con su vida y sentirse satisfecho con sus decisiones; yo era de plástico al igual que mi amigo.

A pesar de su rechazo yo no me pude rendir con él; yo no sabía que era lo que debía regalarle para seducirlo, no estaba seguro de lo que el hombre de cabellos negros esperaba de mí; la única certeza que poesía era que sus ojos se llenaban de una melancolía tan grande al encontrarse con los míos; esa misteriosa divergencia en sus acciones me confundía.

“Entrégale lo único que te está pidiendo idiota” Fue la esquiva respuesta de Masamune mientras le cedía los reflectores para que se convirtiera en el símbolo de admiración.

Y así lo hice, le cedi a mi mejor amigo mi lugar mientras trataba de dejar de vivir de las miradas forasteras y buscaba una paz personal con mis propias manos; no fue sencillo volver a acercarme al chico de ojos zafiro, sin embargo, después de enseñarle el verdadero cambio con el que mi alma se había renovado él escogió darme una oportunidad.

“Deja de perseguirme” Me ordenó con frustración revolviéndose los cabellos en uno de los solitarios rincones de la biblioteca.

“Te dejaré en paz cuando aceptes entregarme una miserable oportunidad” Musite sentándome a su lado en aquella olvidada mesa.

“¿No se supone que todos están en una de las fiestas escolares?” Me pregunto sin despegar la vista de su libro, tratando de ignorarme con su indiferencia y fulminarme con la tensión que nacía entre nosotros.

“Sí la hay” Murmullé divertido.

“¿Por qué no estas ahí?” Me interrogo elevando esos reveladores zafiros.

“Porque sabía que no irías y era la única manera de acorralarte sin público para confesarte una vez más mi amor” Proclamé con seriedad conociendo de ante mano sus recias reacciones.

“Zen ya basta de esto, no solo somos dos chicos, no solo me desagradas, no solo pienso que eres un arrogante sin remedio sino que” No permití que él acabara con sus palabras al tomar con mis manos sus mejillas y presionar nuestras bocas.

El más bajo se resistió empujándome al apoyar sus manos en mi pecho y descompasar el irracional latido de mi corazón, sin embargo, con el pasó de los segundos no pudo evitar acabar cerrando sus ojos y envolviendo sus manos en mi cuello mientras yo probaba ese adictivo sabor.

Temía estar soñando al ser nuevamente el catador de esos dulces labios; me aterraba que esta fuera una más de mis fantasías al probar con lentitud y recelo ese adictivo sabor que había encendido hace tantos meses la chispa del deseo en mi interior.

Cuando nos separamos mi cuerpo tembló ante un lindo sonrojo que se había dibujado en sus mejillas; en ese instante fue cuando supe que había perdido la batalla y estaba ahogado en ese encantador chico.

“¿Por qué?” Interrumpí con mis potentes palabras al menor.

“Si no te gusto ¿Por qué estás tan rojo?” El más bajo frunció el ceño presionando su mandíbula sin dejar ese seductor color carmín “Te gusto” Proclamé con orgullo.

“Maldición” Musito bajando en rostro “Sí me gustas pero no confió en esa personalidad tan arrogante tuya, no me agrada la idea de que todos se enteren lo que vivimos y” Presione los labios del estudiante de cabellos negros para que guardara silencio.

“Takafumi todo lo que has dicho de mi este tiempo es verdad, soy un paracito que necesita la aprobación ajena, soy alguien vacío quien nunca se sentirá seguro con lo que hace” Los hombros de mi acompañante se relajaron mientras liberaba un cansado suspiro.

“Entonces esto nunca va a funcionar” Murmulló tensando sus músculos por mi intensa mirada.

“Pero la única aprobación que realmente me importa es la tuya” Declare con orgullo sin dejar de tocar ese suave rostro “Sí estas dispuesto a ser quien llene esa necesidad yo puedo dejarlo todo por ti para amarte”

“No estas hablando enserio” Se burló arrepentido al entrelazar nuestras miradas.

“Por supuesto que lo hago” El hombre de ojos zafiro apenado desvió  la cabeza para susurrarme las palabras que cambiarían mi vida.

“Tienes una oportunidad Zen” Proclamo articulando las frases con dificultad “Sí me fallas yo no te lo voy a perdonar jamás”

Desde ese día toda mi historia cambio; en lugar de ser el centro de las luces me convertí en el apoyo incondicional de Masamune mientras vivía una hermosa historia de amor con mí obstinada pero dulce pareja.

Takafumi y yo disfrutábamos meses de una agradable tranquilidad en la que aprovechamos de conocer y congeniar nuestros explosivos caracteres; con cada noche que despertaba a su lado, cada una de sus escasas pero hermosas sonrisas, con cada una de sus palabras me ahoga más en este toxico amor; ese estoico de ojos azules cambio mi vida sin si quiera saberlo.

Todo lucía de maravilla en nuestro futuro, con ingenuos pensamientos yo pretendía tener un futuro al lado del de cabellos negros luego de que acabáramos la escuela y la universidad, sin embargo, las cosas se pusieron tensas entre nosotros con este ridículo juego de siete días al que invite a Masamune para que participará.

Al principio los dos lo tomamos como una amarga broma para lastimar a un inocente chico castaño, al comienzo era divertido espiarlos y subir a la página las conversación que melosas que ellos tenían para que el resto de los estudiantes estallarán en carcajadas y se volvieran unos adictos a esa relación como búsqueda de desahogar sus penurias.

Sin embargo; cuando mi novio se enteró de la clase de persona que éramos pude percibir como algo en mi alma se partía; en todos estos preciosos meses de relación y años de un constante acoso nunca había visto esa mirada tan apagada suya; como sus labios temblaban de frustración, como me despreciaba, era como si sintiera asco del hombre que lo besaba, como sí él repudiara mis afectivos tactos.

Luego de que en el tercer día de ese amorío Takafumi nos confrontara a ambos él me arrastró a uno de los vacíos laboratorios para poder hablar en privado, aún está viva en mi memoria la forma en que nuestro primer colapso llegó.

“Zen” Él pronuncio mi nombre con una tristeza que me robó el aliento y me forzó a apoyar mi cuerpo en uno de los mesones de cerámica que sostenían los mecheros “En esa página de la escuela está escrito que esto fue tu idea”

“¿Qué tiene eso?” Le pregunte tratando de acercarme en vano ante un gesto de desprecio con la mano.

“Dime que es mentira por favor” Me rogó con los hombros relajados y una expresión atónita que aún tengo tatuada en mi mente.

“Fue mi idea, yo le dije a Masamune que saliera con ese chico para que sus seguidores lo admiraran aún más” Un risa sarcástica fue lo que golpeo como eco las paredes del lugar.

“¿Eres esa clase de persona?” Me interrogo decepcionado “Aun eres esa clase de idiota que se basa en las opiniones de los demás, tú no has cambiado en nada” Con pasos suaves me acerque hasta mi pareja para aferrarme a su espalda.

“No comprendo porque estas enfadado si no soy yo quien está en el juego de los siete días” Musite en su oreja consiguiendo un golpe en el pecho.

“Porque me da rabia que juegues así con un niño” Masculló juntando su mandíbula “Me enferma que traten así a un inocente chico que ni si quiera asiste a esta escuela” Proclamo con poderío alzando el mentón.

“Amor no lo conoces, no tienes por qué sentirte mal” Musite intentando calmar las efusiones de mi pareja, sin embargo, lo único que conseguí fue un bufido lleno de desprecio.

“¿Por qué no lo conoces crees que está bien jugar con él?” Me pregunto con los brazos cruzando, subiendo cada una de sus murallas “Yo vi las fotos que habían en la página, la forma en la que mira a tu imbécil amigo es tan” El más bajo detuvo sus palabras.

“¿Tan qué?” Mi novio no me entrego una respuesta, tan solo se limitó a morderse el labio.

“Es la forma en que yo te miro a ti” Susurro con los hombros encogidos “Ese mocoso me recuerda al tiempo en que yo te veía de esa manera, cuando pensaba que eras el rey de los idiotas por basarte en meras apariencias” Con esas palabras mi pecho se estremeció mientras algo en mi interior era apresado.

“Lo lamento” Susurré recorriendo su rostro “Sé que está mal lo que le hacemos al pobre chico pero ya es muy tarde para echar marcha atrás”

“¿Eso es lo que piensas?” Un pequeño quejido se escapó de su garganta mientras se removía de mi lado para caminar a la salida.

“¿Takafumi?” Lo llamé sin obtener mayor respuesta a una gélida mirada.

“Pensé que no eras de las personas que se rendían así de fácil” Pregono rendido “Esa persona también pude ser yo; hubo un tiempo en que yo hacía esa clase de idioteces como publicar mi nombre en las páginas por ingenuidad e ilusión, pero eso a ti no te importa” El más bajo me enseñó su espalda para marcharse por el laboratorio.

Aunque hayamos salido por meses esa fue nuestra primera pelea, la primera vez que en las noches derramé lagrimas silenciosas a falta de ese cálido cuerpo al cual rodear con mis protectoras manos; el primer instante en que sentí que podría morir de la melancolía y hundirme en la desesperanza.

Cuando arrepentido estaba viendo la página de Masamune antes de subir las conversaciones que habían tenido Ritsu y su amigo con el ceño fruncido en el baño del café no fui capaz de continuar con la información al leer los crueles comentarios que publicaban.

“Él es un chico bastante tonto para creer en las mentiras de Takano-san” “Sempai usted puede vencer a ese idiota” “¿Pero qué clase de imbécil publica su nombre en una de esas páginas?” “No sé si reírme o llorar por esas patéticas palabras”

Si yo hubiera conocido a Takafumi en esas circunstancias, si él hubiera salido lastimado por mi culpa al recibir esta clase de insultos por publicar su nombre en busca de afecto y consuelo no me lo hubiera perdonado; no podría vivir conmigo mismo al estar consciente de la humillación a la que lo estaba sometiendo; muy tarde me di cuenta de mi error.

En los siguientes días traté de hablar con mi pareja en vano al estarme evitando por mi insensible carácter; en esas mañana nubladas pude notar como la sonrisa de mi mejor amigo era más reluciente y brillante, como la opinión de esos hipócritas cada vez tenía menos peso sobre sus hombros y sus suspiros eran más frecuentes.

No tenía que ser uno de los más destacados en la escuela para saber que Masamune se había enamorado de aquel muchacho del juego; la forma tan cariñosa y preocupada en la que se refería a sus salidas, como me rogaba detener un juego que se nos había escapado de las manos para pasar a las fauces del público; las cosas se descontrolaron.

En la sospechosa fiesta que organizaron los de primero observe como el castaño y el azabache entraron juntos captando la atención de todos los presentes, antes de que pudiera ir a socorrer a mi amigo un fuerte jalón en mi muñeca llamó mi atención encontrándome con esos intensos ojos de color zafiro.

“¿Te importo una mierda todo lo que te dije?” Masculló con enfado haciéndome una seña con la boca para apuntar a Ritsu.

“No fue mi idea Takafumi yo” El ruido de la estruendosa música resonando por la habitación enterró mis desesperadas palabras; con agobio por no haber podido explicarle la situación a mi pareja lo llevé hasta el baño para encerrarnos y hablar.

“¿Qué es lo que quieres?” Me pregunto apoyándose en contra del espejo; viéndose más pálido gracias al tenue reflejo de las luces.

“Takafumi lo lamento” Me disculpé permitiendo que mi orgullo fuera pisoteado “Tenías razón con todo lo que dijiste y realmente lo siento, no debimos haber humillado de esa manera a ese pobre chico”

“¿Por qué el cambio?” Me interrogo alzando una ceja como si mis palabras le resbalaran.

“¿Tú realmente hacías eso?” Le rebatí acercándome a su cuerpo para tomar su mentón y someterlo “¿Te metías a esas páginas?” Mi pareja libero un agobiado suspiro.

“Sí” Pregono “Era una estupidez de mi adolescencia, pero comprendo bien el deseo de sentirse amado, el tener ese ridículo final de cuento de hadas que tanto nos han metido en la cabeza, yo comprendo por lo que está pasado Ritsu”

“Porque ese pensamientos me retuerce el estómago es que cambie de opinión” Respondí captando su atención “Takafumi si eso nos hubiera pasado a nosotros, si yo hubiera jugado de esa manera contigo solo para enamorarme no habría sido capaz de levantarme al hacerte daño, no habría podido continuar con mi vida sabiendo que perdí al alma que me pertenecía por una estupidez” El más bajo me sonrió con ternura.

“¿Masamune acabó enamorado del chiquillo?” Más que una pregunta esa parecía una afirmación.

“Aunque no sea capaz de decírmelo puedo ver a kilómetros que lo ama, que está loco por él como yo lo estoy por ti” Musite besando de forma superficial sus labios.

“Pero si estas tan arrepentido ¿Porque diablos esa página sigue en pie?” No liberé la cintura de mi novio ante su recio carácter y gélidas frases.

“Se nos fue de las manos” Confesé con vergüenza “Yo ya no tengo control de la información que se sube ni de lo que dicen esos insensible, Takafumi esta pequeña apuesta nos la están quitando de las manos” El más bajo abrió sus ojos mientras examinaba la situación repasando un par de puntos al azar en el baño.

“¿Qué rayos hace Ritsu en esta fiesta?” Me pregunto atónito.

“Nosotros no la organizamos” El chico de cabellos negros apresó mi mano leyendo mis pensamientos para salir de la habitación y quedar helados con la imagen.

“No vine acá para que se rieran de nosotros inútiles” Mi mejor amigo parecía echar fuego de los ojos mientras ocultaba al castaño detrás de su espalda “Si son tan poco hombres como para acorralar mi debilidad y forzar a mi pareja a responderles sus caprichos sabiendo que con eso lo ponen nervioso no valen la pena” Las únicas palabras que resonaban en la habitación eran las de mi amigo.

“Pero solo queríamos ver cómo les iba con su relación” Musito un pequeño chico siendo apoyado con un leve asentimiento de la multitud.

“Escúchame mocoso” Masamune sin previo aviso tomó el cuello del anfitrión “Si me enteró que dices algo en contra de Ritsu; si te ríes, si  haces una broma que lo lastime; incluso si te atreves a mirarlo feo o hacer otra cosa que lo haga sentir mal; daté por muerto” Con esas última amenaza en el aire él tomó a su pareja para largarse de la casa.

“Me siento extrañamente orgulloso” Musite para mí mismo uniendo mi mirada con la de mi novio “Te dije que él estaba enamorado de Ritsu”

“Creo que hay que contarle lo de la apuesta y la página para que no le duele después” Confeso el de cabellos negros aferrándose a mi brazo.

“Realmente lo lamento Takafumi, siento haber sido tan insensible como para no darme cuenta de la clase de persona en la que me había convertido” El más bajo me sonrió con ternura llevando sus manos hasta mis hombros.

“Me alegra que hayas reaccionado y te dieras cuenta” Musito consintiendo que acercara mi boca hasta la suya para presionarla.

Todo mi cuerpo fue azotado por una poderosa corriente eléctrica al ser quien robaba el aliento de esos dulces labios que saboreaba con lentitud y recelo; cerré los ojos aferrándome con fuerza a la delgada cintura de mi compañero quien había enredado sus dedos entre mis cabellos.

Mi lengua ansiosa comenzó a juguetear con la suya; nuestras esencias se mezclaron en una adictiva droga sin la que ya no podía respirar, mis manos debajo de su polera acariciaban con recelo esa suave y cálida piel mientras aspiraba con necesidad su embriagador aroma.

Con una eléctrica atmósfera entre nosotros; los latidos agitados, las emociones a la flor en la piel, el más bajo se separó para refugiarse en mi pecho mientras mis manos se negaban a liberarnos y ponernos a bailar empalagosamente ignorando a cada uno de esos hipócritas para vivir nuestras propias fantasías.

Las cosas desde aquel día aparecieron ir mejor; Masamune consideraba revelarle la verdad al castaño para que este no lo detestara el día del te amo, sus pensamientos eran hurtados por ese chico mientras Takafumi y yo nos encontrábamos mejor con nunca con un par de muestras rápidas de afecto en la escuela y afectivas caricias en nuestras casas.

Hasta que el temido día llegó y la semana se acabó; Takafumi y yo nos encontrábamos en la biblioteca gracias a que nuestros maestros faltaron por un seminario que impartieron en la universidad central; el hombre de cabellos negros trataba de explicarme un par de aburridas materias de cálculo mientras yo me limitaba a acariciar sus piernas con una tonta sonrisa.

“Zen” Me regaño con el entrecejo arqueado “No me hagas perder el tiempo, si no vas a escuchar lo que te estoy explicando iré a enseñarle a alguien más” Ante esa amenaza besé una de sus mejillas sin vergüenza consiguiendo un sonrojo.

“Te estoy escuchando oso gruñón, pero no me puedo concentrar si te tengo al lado, los deseos de estar contigo son muy grandes” Me mofé sabiendo que mi afectivo apodo lograría que su molestia se desatara.

“Recuérdame porque salgo contigo” Me pidió con una sutil sonrisa sobre sus labios apoyando su rostro sobre su mano.

“Porque me amas Takafumi” Antes de que me reclamara roce sus labios de manera superficial “Pero a mí me traes loco”

“Imbécil” Murmulló dejando que nuestros dedos juguetearan entre ellos; iba a proponerle que nos escapáramos de clases para ir a comer algo cuando el azabache ingreso con un agotado semblante a la biblioteca.

“Masamune” Musite viendo con preocupación cómo mi amigo se sentaba en la mesa al frente de nosotros.

“Se acabó Zen, se acabó el juego, Ritsu esta esperando mi respuesta” Pregono con agobio tragando con dificultad “¿Qué diablos voy a hacer?”

“Comienza con decirle la verdad” Proclamo mi novio relajando sus facciones ante los temblores del cuerpo del chico de ojos miel.

“No puedo” Musito “Sí le digo que esto solo partió por una estupidez él me odiaría, no lo puedo perder; yo siento que sin Ritsu” Murmullo con la voz quebrada “No sé qué es lo que voy a hacer”

“¿Por qué no le entregas él te amo?” Mis palabras tensaron todo el cuerpo de mi compañero.

“Porque no sé si lo amo; todo esto es muy  nuevo y aun no lo comprendo” Mi novio y yo intercambiamos una mirada divertida mientras yo alzaba una ceja por la transparencia que mostraba mi amigo.

“¿En verdad no lo sabes o tienes miedo de admitirlo?” Le pregunte intrigado aferrándome con una mayor intensidad a la mano del terco que absorbía mis conmociones.

“Creo que tengo miedo” Admitió con los hombros bajos “Ya no sé qué debo hacer, no sé qué es lo que está esperando Ritsu conmigo, pienso que lo podría llegar a amar sí nos diéramos una oportunidad como pareja, sin límite de tiempo, sin presiones, solo los dos saliendo como tontos adolescentes en busca del amor” Proclamo con una risueña sonrisa mientras su voz descendía de tono y su cuerpo se removía en la silla.

“¿Qué es lo que te impide ofrecerle eso?” Le pregunto Takafumi liberando mi mano para apoyarla sobre la de mi amigo como señal de apoyo; acción que despertaba unos irracionales celos en mi interior.

“Que me odio por haberlo humillado todo el tiempo” El hombre de cabellos negros suspiro acariciando la palma de Masamune para llamar su atención ignorando la mueca de disgusto que tenía sobre mi cara.

“Si Ritsu te ama lo comprenderá, solo dile la verdad; sí respetas esa relación que llevaron, si valoraste tu semana a su lado no deberías seguir con engaños y si pese a eso sus emociones siguen intactas significa que se pueden dar una oportunidad” Mi confidente elevó su mirada irritada con una trágica sonrisa.

“¿Y si me dice que no? ¿Y si me rechaza por ser un imbécil?” Le pregunto correspondiendo al agarre; tratándome como si mi presencia fuera irrelevante.

“Afronta tus errores como hombre no como cobarde, si lo perdiste asúmelo y déjalo ir” El más alto trago con dificultad levantándose con lentitud de la silla de madera.

“Supongo que es lo que tengo que hacer” Murmulló vencido “Gracias, creo que yo los debería dejar solos” Musito entrelazando nuestras miradas para percatarse del rencor con el que lo estaba atacando.

“Por favor déjanos solos” Le respondí intentando calmar mis ardores “Y mucha suerte Masamune” El nombrado se despidió con un vago movimiento de manos dejándonos solos en la habitación.

“¿Por qué lo tratas con tanta cercanía?” Le pregunte sin vergüenza alguna acariciando su mano como un animal posesivo.

“Porque un idiota guiando a otro idiota solo trae resultados trágicos” Me respondió con un aura poderosa sonrojándose al sentir como mis labios repasaban su mano “¿Qué diablos estás haciendo Zen?” Me pregunto con el rostro encendido.

“Marco lo que me ha costado tanto conseguir, Takafumi me pongo celoso con facilidad y te encanta provocarme con eso” Confesé lamiendo sutilmente las áreas en donde la mano de mi amigo había pasado “Quiero a Masamune pero tú eres solo mío”

“Cada día estas peor” Se quejó con un embustero enfado mientras nuestros labios rogaban por encontrarse.

El resto de los periodos de clases ambos nos quedamos en la biblioteca repartiéndonos un par de besos intensos sin volver a tocar el cuaderno de cálculo; a su lado no me conseguí percatar ni del paso del tiempo ni de las miradas curiosas o lo que ocurría a mi alrededor, lo único que resonaba en mis pensamientos era el agitado ritmo de mi corazón y el exquisito sabor de sus labios probando los míos.

La campana fue la que nos advirtió que la hora de salida había llegado; yo planeaba invitar a mi pareja hasta mi casa para compartir una noche de películas y un par de coqueteos descarados hasta que escuche como los de primero se encontraban emocionados por el encuentro de Masamune con su pareja.

Sin pensarlo ambos corrimos por impulso junto a toda la atenta y expectante masa de cínicos para confrontarnos al momento de la verdad; traté de advertirle a mi amigo para buscaran un lugar más privado y le confesara la verdad al castaño, sin embargo, el azabache no se movía, nunca antes había visto esa expresión de pánico en sus facciones.

Como los gritos se intensificaban al igual que el público ¿Cuándo nos habíamos convertido en una atracción de feria? ¿Cuándo ellos nos empezaron a manipular? Los ojos miel de mi amigo parecía que romperían en llanto; lo único que hice con impotencia fue abrazar al de cabellos negros quien estaba desesperado por intervenir.

La tensión creía en la entrada de la academia, la presión sobre mi frágil amigo le estaba destrozando, el castaño con una decepción indescriptible en sus facciones pronuncio las palabras que nos dejaría a todos sin habla.

 “Tú ganaste el juego Takano” Ese fue el detonando para que los rumores comenzaran a correr paralizando a mi amigo “Felicidades” Con esas amargas verdades Ritsu desapareció con su confidente mientras de los ojos de Masamune escapaba una lagrima llena de impotencia y arrepentimiento; así supo que se había enamorado.

Notas finales:

Para que vean que Zen tampoco la tuvo muy sencilla.

Pero bueno; el siguiente capitulo lo subire los primeros días de la semana jaja porque me imagino que quieren saber que paso con Takano.

Y chicos lo siento, aun me quedan un par de comentarios en las otras 2 de las masivas asi que se las traigo temprano pero aca son las 2 am y yo estoy agotada.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias <3 <3


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