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Siete días para un te amo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Bueno acá van a ser las diez recien, lo estoy subiendo un tanto temprano *-* Me siento responsable.

Ahora que tienen los antecedentes de Zen pueden comprender más o menos la reaccion que tendra acá...

Y la desicion es netamente de Takano.

Espero que les guste <3 <3 

Takano Pov

¿Gané el juego? Esa era la tonta pregunta que recorría mi conflictiva mente mientras mis ojos observaban como el castaño al frente mío se desmoronaba entre mis brazos con una pretenciosa seguridad y un par de sacrificios que no anhelaba comprender.

¿Por qué? ¿Por qué diablos él está haciendo esto? No quiero que ponga esa clase de rostros, que me mire como si esto fuera un adiós, que sus preciosos jades me repasen con desilusión mientras sus labios prueban los míos por última vez, que me dé un amago beso de muerte en el cual nuestros caminos se separan; ¡No quiero esto!

“Felicidades” Fue lo que me dijo antes de darme la espalda y perderse con el viento; como quería detenerlo, como deseaba que frenara sus pasos y me permitiera explicarle lo que había ocurrido, confesarle este torcido juego en el que mis etiquetas me habían sentenciado; sin embargo, por el miedo no lo hice.

Estaba aterrado, por fin había conseguido lo que siempre había soñado; los ensordecedores aplausos a mi alrededor, un par de gritos de victoria, la ferviente manera en que los de primero me rodeaban como si fuera su rey; yo había ganado la batalla, me había convertido en leyenda, era el protagónico de su percepción, era el maestro quien poseía el control de sus pensamientos.

Finalmente me encontraba personificando a un titán indestructible, a un Dios caído entonces ¿Por qué mierda me sentía tan vacío alrededor de tantas personas? Con angustia llevé mi mano hacia mis ojos al percibir una débil humedad en mis mejillas, me sobresalte al apreciar que estaba llorando; por primera vez estaba llorando en público.

No creía que me podría sentir tan vacío, desolado, abandonado, desamparado entre tantos abrazos de felicitaciones e hipócritas palabras de admiración; no recordaba lo frío que era el mundo antes de chocar con esos hermosos ojos verdes.

“Felicidades sempai, sabía que usted lo haría” Me saludo un pequeño chico acariciándome la espalda como si fuera un patético consuelo “Aunque yo nunca dude de sus capacidades para serle franco” En su rostro había una amigable sonrisa y un tierno rubor que antes me hubieran llamado la atención, no obstante, ahora sus acciones parecían tan falsas.

¿Cuándo comencé a vivir en un mundo de plástico? ¿Cuándo yo me convertí en un muñeco de cuyos hilos no soy dueño? Al ver a mi alrededor, todas esas sonrisas, esos toques, esas risas; todo me enfermaba con su cinismo, con sus hipocresías; con sus asquerosas falsedades al profesarse como mis apoyos.

Supongo que acabó de dejar ir al único soporte real que obtuve en mi vida, quizás sea lo mejor para Ritsu, él merecía a un buen hombre quien le diera una amorosa relación  en la que se pudiera expresar libre y seguro, él merecía que su primer beso fuera especial en lugar de ser profanado por un par de tóxicos labios  que no saben  hacer otra cosa más que arrojar veneno.

Debería disfrutar el momento en lugar de sumergirme en la amargura; levantarme como el soberano en el que me he convertido para que sean sus piropos los que me llenen y sus gestos los que alimenten este insaciable ego; esa es la única manera de que el gran vacío que carcome mi interior sea saciado.

“Masamune” La preocupada voz de mi amigo me forzó a alzar la mirada del suelo y prestarle atención “¿Qué fue eso?”

“¿Qué no lo vez?” Le respondí con sarcasmo estirando los brazos “Gané el juego, gané el reto de los siete días” Proclame con una patética sonrisa mientras mis seguidores gritaban extasiados mi nombre.

“Deberías ir a buscar a Ritsu” Me regaño el de cabellos castaños con el ceño fruncido y una mueca de desaprobación sobre sus facciones.

“¿Por qué debería hacer eso? Entre nosotros las cosas quedaron dichas” Pregoné con terquedad percibiendo como algo en mi interior comenzaba a desfallecer al recordar esas orbes esmeralda siendo apagadas por mis ególatras deseos; yo mismo tomé con mis manos toda la inocencia de ese joven para destrozarla; al parecer es lo único que sé hacer.

“Masamune tú amas a ese chico” La suave voz de Yokozawa destrozó cada una de mis barreras mientras me comenzaba a derrumbar; esa perfecta imagen que siempre les di a todos se comenzaba a romper en el espejo.

“¿Amarlo?” Musite negando con la cabeza “Estoy feliz de haber ganado”

“¿Entonces porque estas llorando?” Me interrogo con seriedad llevando una de sus suaves manos hasta mis mejillas “No es necesario que actúes frente a todos, al menos atrévete a ser sincero con tus amigos” Me pidió extendiéndome los brazos como señal de apoyo; ignorando la mirada enfadada de Zen me arrojé a sus brazos para descargar esta red de mentiras de la que me acabé convirtiendo en presa.

“Lo arruine” Balbuceé aferrándome a la espalda de mi confidente quien me acariciaba la cabeza como si fuera un niño pequeño “Lo arruine con Ritsu”

“¿Por qué no fuiste capaz de decirle que lo amabas?” La imponente y enfada voz del hombre de ojos avellana solo consiguió alterar más esas barrera que había creado para protegerme y comenzar a desgarrar todo lo que conocía.

“Porque tengo miedo” Confesé aspirando el familiar aroma de mi amigo “Me daba miedo que me repudiara por lo que soy”

“No creo que Ritsu hiciera eso” Murmuró el más bajo tomando mi mentón para entablar cercanía visual “Creo que las emociones de ese chico quedaron más que claras con este gesto que te entregó” Me indico con calma respirando con pesadumbre.

“No pensé que me dolería tanto perderlo, yo no quería que esto llegara tan lejos con él pero las cosas se me salieron de las manos” Expresé limpiándome con frustración esas ácidas gotas que descendían por mi rostro “No quería que esto pasará”

“¿Y qué es lo que vas a hacer ahora? No creo que seguir llorando te ayude mucho” La voz del castaño sonaba imponente  y desafiante; jamás había visto a Zen tan rígido y enfadado por alguna de mis vanidosas acciones, nunca había apreciado la verdadera furia en sus ojos.

“No lo sé ¿Qué se supone que haga?” Le pregunte consiguiendo que su ceño se arqueara con más fuerza.

“¿Sabes Masamune? Siempre te he apoyado en cada una de las idioteces que se te ocurren, he sido un apoyo incondicional por años pero esto pasa mis limites por mucho” Masculló con los puños cerrados.

“¿Zen?” Lo llamó su pareja apartándose de mi lado para acariciar su hombro.

“Si no quieres ir por Ritsu no lo hagas, no lo buques sí ni si quiera tú estas seguro de tus emociones, no te atrevas a lastimar a un inocente solo por un capricho, no traigas más víctimas tuyas para que alimenten ese enfermizo complejo de superioridad” El más alto parecía escupir con asco aquellas palabras  mientras su mirada se ensombrecía y apretaba con fuerza la mano de Yokozawa; él jamás me había rechazado de esta manera “Si eres tan patético para flagelar no te atrevas ni a pronunciar su nombre”

“¿Por qué de repente me tratas como si fuera un enemigo?” Le rebatí intentando acercarme para recibir un golpe frío en la mano.

“Con el amor no se juega” Proclamo a la defensiva “Para nadie es sencillo encontrar a alguien con quien compartir esta vida y la verdad es que me das lastima por haberlo dejado ir así sin dar pelea; si no vas a hacer otra cosa más que llorar no eres el hombre que creí que eras” Declaro consiguiendo que el peso de mi realidad me aplastara.

“Ya déjalo, él está mal por esto Zen tú tampoco actuaste muy seguro conmigo” Me intento defender mi amigo sin resultado.

“Yo nunca vacile por mis emociones con Takafumi, nunca dejé de luchar por él, casi lo pierdo por una estupidez; no lo arriesgare otra vez por apoyarte en esos tontos deseos de ser una leyenda para ellos” Proclamo con gélido aferrándose al brazo del chico de ojos azules.

“No me puedes forzar a que sienta amor por Ritsu” Farfullé con las cejas arqueadas y la sangre hirviendo de la cólera; subiendo mis quebrajadas defensas.

“Si eres tan cobarde y patético como para no verlo no mereces ni que te hable; si la opinión de ellos es más importante que la mía, disfruta tu reinado” Bramó arrastrando a Yokozawa lejos de mí, dejándome solo en aquella multitud.

¿Yo era un cobarde? ¡Por supuesto que sí! Era tan solo un pequeño niño aterrado deseando que alguien lo salvará, un alma incomprendida, un adolescente que creció sin una repulsiva gota de afecto quien ahora se tiene que arrastrar para no profesarse como un desperdicio.

Por supuesto que me aterra entregarme a alguien más, dejar toda mi reputación para perderme en una relación sin seguro, quedarme solo; aceptar que me han abandonado en las solitarias tierras de mi mente y ver lo quebrajado que esta mi corazón; me horroriza tener que hacer eso; ver mis emociones reales.

“Sempai nosotros vamos a ir a celebrar a mi hogar ¿Quieres venir?” El mismo chico de cabellos claros me pregunto eso, lo único que hice fue aceptar con una embustera sonrisa y seguirlos hacia la inmensa casa en donde yo y Ritsu tuvimos una de nuestras primeras citas.

Debería estar bien; esto era lo que yo quería, popularidad sin límite, satisfacción en mi sed por la admiración, poder; control, asombro; litros de palabras adornando mi realidad para que esta se vea menos miserable, un retoque al espejo para que no pueda observar lo sucio y repulsivo que realmente soy.

Pensé que me podría olvidar con facilidad de la presencia del castaño; deseaba que el recuerdo de Onodera se perdiera con la glacial brisa de mis inexistentes sentimientos de culpa y remordimiento, sin embargo, las cosas no se dieron así.

Cada día lo extrañaba más, mi casa jamás se había visto tan vacía, hasta Sorata parecía mirarme con decepción al haber perdido a la única luz que había en mi existencia por temor; parecía un leproso al ser rechazado hasta por Zen y Takafumi, fue mi egoísmo el que me acabó aislado, al final di por sentado el amor de esos incondicionales y los rompí.

La mirada de decepción del castaño no se ha borrado de mi mente; ese amargo beso de sentencia es lo único que me queda para lamentarme por su partida mientras ni si quiera tengo el coraje para llamarlo por su teléfono celular; como lo extraño; ¡Maldición! Echo de menos tenerlo entre mis brazos una vez más ¿Cuándo permití que se adentrara tanto en cada uno de mis pensamientos?

“Ritsu” Lo había comenzado a llamar en las noches por inercia acurrucándome en una gélida cama de un hogar sin corazón.

Los aplausos con los que me recibían a diario en mi salón; esa devoción con la que a veces me trataban, como me había convertido en una celebridad en ese mentiroso instituto eran cosas que me debían llenar, con las que me debería haber profesado satisfecho y pleno, sin embargo, no lo hicieron, lo único que he sentido desde que el juego se acabó ha sido un infinito remordimiento por haberlo apartado.

Me revolvió con frustración los cabellos sin poder conciliar el sueño; ya han pasado un par de días desde que no sé nada de ese muchacho; horas que ante mis ojos han sido eternas, arrojé un cansado suspiro inclinándome sobre mi desordenada cama para ir al baño a lavarme el rostro.

Con pasos torpes me arrastré por las ásperas alfombras de mi hogar hasta llegar al lava manos, por inercia mis ojos se centraron en mi reflejo; en las inmensas ojeras que tenía por la escases de sueño, en lo hinchados que estos se veían por tantos vagidos, en mi deplorable estado; no lo comprendo se supone que esta es la mejor época de mi existencia.

“Al menos ten el valor de decírtelo a ti mismo Masamune” Musite con vergüenza enfocándome en mi reflejo, tratando de ser honesto con ese chico de ojos miel quien se desmorona ante cada una de mis mentiras.

“En esos siete días que pasé junto a él pude ser libre por primera vez; esos instantes en los que Ritsu estuvo a mi lado no los he podido olvidar, sé que lo deje ir por una estupidez, que fue por culpa del miedo y todo el griterío de la multitud que me acobarde para detenerlo” Me dije a mi mismo pretendiendo hablar con alguien más.

“Yo soy alguien cobarde, soy despreciable, me asusto con facilidad, soy dependiente, necesito de la constante aprobación ajena para ser feliz, necesito un apoyo para no desmoronarme, necesito de esos aplausos para pensar que valgo la pena, por esa razón  no pude ir con él y ahora me ahogó en el arrepentimiento” Confesé con una dolorosa opresión en el pecho mientras entrelazaba mi mirada en mis melancólicos ojos; apreciando la muerte en la misma vida.

“Pensé que con esto del juego las cosas me saldrían bien pero como lo extraño” Me quejé deseando que una inexistente fortaleza fuera la que me poseyera.

“¿Por qué no vas por él si lo hechas tanto de menos?” Mis músculos se tensaron ante esa femenina voz, con vergüenza observé en el espejo la figura de mi madre en una bata de dormir de tonos amarillentos.

“¿Qué haces?” La mujer no me dejo acabar con mis palabras al liberar una divertida risa.

“Estas hablando solo a las tres de la mañana, me iba a dar cuenta Masamune” Se burló cambiando su sonrisa a una mueca llena de preocupación “¿Qué fue lo que pasó con ese chico?” Me interrogo con una extraña confianza.

“Soy un idiota y lo perdí porque lo que teníamos me asustaba; porque escogí quedarme con personas llenas de mentiras” Confesé bajando la cabeza, tensándome al apreciar como sus brazos me envolvían.

“Masamune desde que ingresaste a ese instituto en el que tu padre te metió has cambiado tanto; no creas que no me daba cuenta como todo tu autoestima se basaba en las opiniones de los demás, como te volviste frágil y permitiste que tu valor se diera en palabras ajenas” Proclamo con seguridad rodeándome con su calor “Mi niño yo creo que es hora de cambiar eso”

“Pero si lo dejo todo por Ritsu ¿Qué pensaran los demás de mí?” Mi madre rio con sutileza ante mis palabras quitándome un desordenado mechón de la frente.

“¿Te importa lo que piensen de ti? ¿Aun te afecta la opinión de tus compañeros?” Esas irónicas frases resonaron en mi interior despertándome como si fueran un balde de agua fría; gracias a esa reflexión me logré dar cuenta de algo; conseguí abrir los ojos quitándome esa venda que me cegó tantos años.

“No” Conteste con seguridad “Lo único que he hecho desde que Ritsu se fue es lamentarme, estaba tan sumido en mi estupidez que olvide preocuparme por sus opiniones” Una tonta sonrisa fue la que dibuje “Supongo que la única opinión que realmente me importa es la de Ritsu” La más alta me miro con orgullo dándome un tierno beso en la frente.

“Masamune sé que no hemos hecho el mejor trabajo como padres y nos hemos distanciado de ti más de lo que debimos, nos equivocamos al pensar que te podías mantener tú solo” Pude escuchar como ella trago saliva con angustia “Pero me enorgulleces al hacer esa clase de cosas, al tomar decisiones adultas, al atreverte a crecer como persona, por experiencia sé que no es sencillo corregir un error de esa magnitud, pero pienso que ese chico lo vale” Musito separándose de mi cuerpo para darme la espalda y caminar de regreso a su dormitorio.

“Gracias” Murmuré con honestidad.

“Ahora ve a dormir porque no quiero seguir escuchando el mismo monologo todas las noches como ha pasado hasta ahora” Se mofó con confianza desapareciendo de mi vista para dejarme solo en la habitación.

“Me pregunto si una disculpa será suficiente para ganarme su perdón” Me dije a mi mismo arrastrando mis desnudos pies por el sucio piso hasta regresar a mis desordenadas sabanas y pretender conciliar los males en mi corazón.

Ritsu es un chico dulce; es tierno, es bondadoso, espero que no me guarde rencor, que sea capaz de aceptar una penosa disculpa para recibir mis sentimientos al desnudo y aceptarme con cada uno de mis defectos.

Me enloquece que me rechace por la clase de monstruo en el que me he convertido, por el paracito sediento de opiniones en el que me transformando; por la clase de escoria que se ha aferrado a sus piernas, sin embargo, estoy dispuesto a cambiar por él, a dejar que esas lenguas venenosas me resbalen para centrarme únicamente en sus ojos.

No será sencillo, para mi jamás será fácil dejar de vivir de las apariencias, no obstante, a su lado me fluye la sinceridad y los grilletes con los que se amarran mis alas por unos instantes desaparecen; Zen tiene razón; no puedo ser tan cobarde como para dejar ir a ese castaño quien ha volteado mi vida; ¡Ya no puedo seguir escondiéndome!

Con esa clase de voces demoníacas recordándome mi sentencia no logré conciliar el sueño al temer por la reacción del castaño; sé que estuvo mal esperar tantos días y fue una idiotez el tratar de olvidarlo en lugar de batallar por nuestra relación, pero soy un simple humano, soy pequeño, soy frágil y sobre todo miedoso; esa es una de las cosas que trato de arreglar.

Cuando por fin llego el amanecer me levante de mi cuarto para ponerme con rapidez mi uniforme y correr hacia la escuela del chico de ojos verdes con las ingenuas esperanzas de encontrarlo, que aceptara una tonta disculpa y pudiéramos vivir el resto de la relación como la pareja que en el fondo codiciaba que fuéramos.

“Suerte” Fue lo que me dijo mi madre antes de partir; ignoré cada una de las curiosas miradas que se posó sobre mi acelerado cuerpo, la respiración se me había vuelto irregular, mi corazón se agitaba con intensidad ante cada uno de los pasos que daba.

No me pude concentrar a mí alrededor al ansiar verlo; al hallarme con la sangre ardiendo en busca de su clemencia. Mis labios ya se habían secado y el sudor corría por mi frente cuando llegué al pequeño edificio en donde el castaño estudiaba, con pesadumbre me apoyé en la puerta de entrada para esperarlo.

“Solo espero que me acepte” Murmuré centrando mi atención en cada uno de los rostro que ingresaban al establecimiento “Por favor acéptame” Me repetí pasando la saliva con dificultad ante cada uno de los estudiantes.

Luego de un par de minutos en la misma rígida posición mis facciones se endurecieron al encontrarme con el enfadado hombre de ojos avellana y su pareja conversando amenamente sin Ritsu; el ambiente se tensó cuando nuestras miradas chocaron en una silenciosa batalla.

“Takano” Masculló el más bajo con pasos firmes hasta la entrada “¿Pero qué diablos es lo que estás haciendo acá?”

“Vine a ver a Ritsu” Musite intimidado; centrando mi mirada en los ojos azules del más alto quien solo me observaba con desprecio.

“Pensé que lo querías” Farfulló el de cabellos negros aferrándose a la cintura de su novio “Creí que lo cuidarías bien como me lo prometiste”

“Yo realmente lo siento” Me disculpe con una pequeña reverencia “Sé que estuvo mal jugar así con Ritsu, que fue una infinita cobardía huir de lo nuestro en lugar de confrontarlo, pero no lo puedo olvidar, no puedo dejarlo ir” Confesé con una destacable angustia siendo reflejada en mis quebrajadas palabras.

“¿No lo puedes dejar ir?” Una sarcástica risa fue todo lo que se escuchó en esa fría mañana “Pero que patético eres Takano”

“Solo quiero verlo para disculparme y explicarle como fueron las cosas” Mis comentarios solo consiguieron que la recia mueca del más bajo se endureciera.

“¿Explicarle?” Me pregunto con sarcasmo “¿Qué mierda es lo que le vas a decir? ¿Qué te divertías publicando sus intimidades en internet? ¿Qué te sentías muy fuerte y grande al pisotear su primera ilusión?” Mis ojos se abrieron con sorpresa al igual que mis labios ante esas frases, el aire me fue robado por el asombro.

“¿Cómo?” Un golpe en mi estómago me corto las palabras.

“Nowaki y yo se lo advertimos hace días; hace días que conocemos esa asquerosa página en donde subías tus conversaciones con las de él” Farfulló mordiéndose el labio “¿Fue divertido burlarse de mi amigo?”

“No me estaba burlando” Me defendí sin flagelar “Sí es cierto, todo esto comenzó como un juego pero no acabo así; él me importa, yo lo quiero tener a mi lado” Confesé consiguiendo que ambos hombres se relajan.

“Si lo querías tanto debiste ir por él antes porque ahora es muy tarde” Masculló con cólera “Ritsu ya encontró a alguien que lo quiere de verdad, y tú no tienes el derecho a interferir en esa relación, lo lamento Takano”

“Comprendo que yo no te agrade pero no debes engañarme así” Le rebatí con la sangre calcinando cada uno de mis músculos ante la frustración “¡¿Acaso me crees idiota como para que me trague ese drama tuyo?!”

Una sonrisa arrogante se trazó sobre los labios del castaño, yo conocía  Ritsu; él es la clase de persona que le gusta enamorarse con lentitud, embelesarse con cada uno de los gestos del otro, perderse en las miradas, él jamás comenzaría algo con otro hombre en un par de días, él no me olvidaría con tanta facilidad.

Porque aquel beso que me entregó como un sacrificio fue la prueba de la sinceridad de ese te amo; fue la prueba que necesitaba como para entregarle mi confianza y dejar esa existencia llena de vanidades e hipocresías.

“Si no me quieres decir en donde esta; bien, no lo hagas, pero no andes inventando cosas como que conoció a alguien más” El más bajo negó con la cabeza liberando una risa irónica ante mi semblante, de seguro le causa gracia ver como el indestructible Dios se ha comenzado a desmoronar.

“Puede que no sea tan así, pero alguien que vale la pena ha demostrado su interés por él y al menos ese sujeto no está jugando o subiendo a las páginas sus conversación, al menos él tiene la decencia de ser honesto” Farfulló encogiendo los hombros para dejarme con las palabras en la boca y el arrepentimiento incrustado en cada uno de los pedazos de mi corazón.

“Nowaki yo” El más alto me hizo un gesto con la mano para que me callara.

“Cuando nos conocimos te dije que te podría ayudar con Ritsu si tú me prometías cuidarlo, si prometías permanecer a su lado y atesorar cada una de sus ilusiones” Baje los hombros al igual que la cabeza con sumisión.

“Me he equivocado muchas veces, he hecho las cosas muy mal con Ritsu pero Nowaki yo no lo quiero perder” El más alto abrió sus ojos con incertidumbre mientras se llevaba la mano hacia el mentón como si estuviera perdido en sus pensamientos.

“¿Lo amas?” Me pregunto sin vergüenza “¿Estás enamorado de Ritsu?”

“Sí” Confesé sin máscaras, sin temor, sin ataduras, sin interesarme las risas y las burlas ajenas; ya era hora de dejar ir esa torcida personalidad que se alimentaba de un par de quebrajadas mentiras para enseñarles quien soy en realidad.

“Para mí eso es suficiente” Musito con una pequeña sonrisa “Comprende a Hiro-san, Ritsu y él han sido amigos toda la vida, lo trata como un hermano menor, por supuesto que le duele verlo mal por tu culpa”

“Yo perdí muchas cosas por este tonto juego, yo acabé lastimando a mi mejor amigo, acabé perdiendo a las únicas conexiones reales en mi vida, pero el costo más alto que tuve que pagar fue dejar a Ritsu” El menor liberó un suspiro golpeando mi espalda con familiaridad y confianza.

“Yo no quería ceder con tus palabras pero cuando Onodera habla de ti su mente se va a las nubes, ese chico es transparente con las cosas del amor, por eso quiero ayudar, quiero creer en ese milagroso cambio tuyo” Una tonta sonrisa se grabó sobre mis labios, con un nuevo brillo de esperanza hice una pequeña reverencia.

“Muchas gracias” Confesé liberándome de esa mochila.

“Takano esas cosas que yo vi en tu página fueron bastante cruel, tienes suerte de que el acceso sea solo en tu escuela, pero fue despreciable hacerle eso a otra persona; me sorprende que Ritsu no te haya detestado por eso” Musito revolviéndose los cabellos de la frente enmascarando una poderosa molestia.

“A mí me sorprende el cambio que he tenido esta semana, han sido muchas las cosas que he reflexionado y por fin creo que abrí los ojos” Proclame uniendo mi mirada con la suya “Creo que todos mis supuestos admiradores lo único que hacían era burlarse de mí en lugar de apoyarme como me decían” El menor solo se limitó a sonreírme con empatía.

Al final fui yo la atracción en ese circo, el entretenimiento de esas víboras, el chico que en lugar de Dios se convirtió en bufón, no era cariño lo que ellos me entregaban sino cinismo y veneno, no era amor lo que me profesaban sino dependencia.

Con Ritsu pude comprender esas cosas, desde el primer beso que me robé de sus dulces labios pude probar la diferencia y consentir que este negro corazón comenzara a limpiarse para que él lo sostuviera en sus cálidas manos; ya no me acobardare por ese chico, no puedo permitir que los mejores días de toda mi lastimera existencia queden como un miserable recuerdo.

“Takano” La seria voz del de cabellos negros me sacó de mi ambiente “¿Tú has venido a disculparte con Ritsu?”

“Sí” Proclame con orgullo apoyando mi espalda en las frías barras de la reja de metal “Y también vine a confesarle todo incluyendo mis emociones por él, Ritsu no merece vivir en un romance rodeado de mentiras” El más alto permitió que mis palabras le quitaran el aliento mientras sus ojos se encontraban con los míos.

“Si te soy sincero a estas alturas no creo que una disculpa lo arregle” Pregono con angustia logrando que un poderoso peso fuera el que se posicionara en mi pecho.

“¿Por qué?” Balbuceé.

“Aunque Ritsu pretenda ser muy fuerte sí lo lastimaste al no detenerlo; al darle la razón con que la opinión de esos cínicos era la que más te importaba, por eso creo que tu disculpa perdió un poco el valor, además no siempre las cosas se arreglan con un par de palabras” Era cierto, sus frases eran verdaderas, sabía que lo había lastimado al haberme paralizado por el miedo y aceptar nuestra despedida, sin embargo, no me podía rendir con esa facilidad.

“¿Qué es lo que está esperando de mí?” Le pregunte con confianza a mi nuevo confidente tirando del chaleco de su uniforme.

“Se bastante honesto en esto” Me pidió con cierto gélido en sus palabras “¿Qué te importa más? ¿Ritsu o todos esos chicos pequeños comentando tu página?” Tragué con dificultad atreviéndome a destrozar todo el reinado que construí por años para ser libre de mis propios prejuicios y adquirir un valor oculto.

“Ritsu; él es el único que me importa” Si tan solo hubiera sido capaz de decirle esas palabras de frente ahora no me encontraría cegado por el arrepentimiento y abandonado al haber causado conflictos en los ojos de Zen.

“¿Estás seguro?” Ofendido le conteste.

“Nowaki sé que tienes más de una razón para desconfiar de mí pero yo lo amo; estoy enamorado de ese castaño aunque me tomó mucho tiempo admitirlo y deje pasar más de una oportunidad” El de cabellos negros me sonrió lleno de orgullo.

“Entonces demuéstraselo” Me pidió con una tonalidad calmada “Si él es quien más te importa atrévete a destrozar las opiniones de tus seguidores”

“¿Cómo?” Musite subiendo mi mirada a los ojos del menor “La página” Balbuceé por inercia percibiendo un escalofrió en mi columna.

“Se requiere mucho coraje para hacer algo así pero creo que con ese gesto dejaras más que claras tus emociones” Inspire con angustia el aire para que mis pulmones dejaran de asfixiar mi corazón y desobedecer a mi mente.

“Estoy dispuesto a correr el riesgo” Pregone con orgullo.

“Nada te garantiza que con eso Ritsu volverá contigo o algo así” Me advirtió con una expresión llena de lastima.

“Sí Ritsu no me perdona está bien, lo comprendo” Musite sin ser capaz de ocultar mi decepción “Yo lo único que quiero es que sepa lo que fue real en este juego y las cosas que ha provocado en este irresponsable cínico, quiero que me mire como realmente soy y después tome una decisión, sé que lo perderé todo con un riesgo tan grande pero por él lo puedo hacer” Nowaki me sonrió con confianza haciéndome un gesto para que nos moviéramos de la entrada.

“Así habla un hombre enamorado” Se burló con un luminoso gesto dispuesto a ayudarme con mis dementes planes en busca de la redención.

Yo soy un cobarde; a pesar de ser proclamado como el victorioso de los siete días fui el hombre que lo acabo perdiendo todo, quien necesito tocar el fondo para darse cuenta que se encontraba más solo que nunca al estar rodeado por cientos de hipócritas.

El costo de mis errores ha sido alto; siempre seré preso de las consecuencias a las que me someteré en busca de ganarme la confianza de ese muchacho, sin embargo, si no me arriesgo a abandonar hasta mi mismo nombre por él lo único que me quedara será el arrepentimiento, si no le enseño  a Ritsu de lo que soy capaz lo habré perdido por siempre.

Cuando mi corazón comenzó a llorar lágrimas de sangre por tu partida supe que estaba perdidamente enamorado.

 

Notas finales:

Bueno Takano toda su vida espero ese momento de grandeza, el choque llego cuando se dio cuenta de lo vacio que estaba con esos falsos y la falta que le hacia Ritsu.

Kirishima reacciono con ese enfado porque esta mucho más sensible a el juego ahora que sabe que su pareja pudo vivir lo mismo.

Y que les digo? Quedan dos capitulos o tres, no más.

Bueno ya que estamos por las fechas yo quiero agradecerles a cada una de las personas que se toman la molestia de leer mis historias, tuve un comienzo de año terrible, trabajar no me quito menos peso, siempre tiendo a estar como al borde; pero pucha que feliz me senti de conocer a personas tan agradables aca, a amistades de verdad mil gracias por todo.

Espero que tengan una hermosa navidad y les envio un gigante y calido abrazo <3 <3


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