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Siete días para un te amo por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Pero que nostalgia que se acabe esta historia, perdón si me extendi un poco en este capítulo, lo escribi más de una vez porque para mi fue especial.

Kary~ preciosa, Angélica Mena mi sensei, se los dedico a ustedes con mi corazoncito acosador.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

La felicidad que profeso desde aquella hermosa confesión es indescriptible; el goce que me provoca poder probar sus seductores labios de menta, el darle la mano con la certeza de que esto es más que un juego, ser  el causante del desenfrenado ritmo de su corazón, haberme convertido en quien lo socorrió con esas pesadas cadenas de remordimiento; son emociones que no puedo explicar.

No escogí enamorarme de un petulante quien se diera todo el valor que poseía en mentiras ajenas y cuyo reflejo se contemplara a través de un espejo roto; aunque yo solía detestar a esa clase de personas no me pude ayudar al haber caído rendido a sus pies y anhelado convertirme en el espectador detrás de sus densas máscaras de engaños.

El que Takano se haya iluminado con los focos para ser el centro de las burlas solo por mí; el que se haya expuesto al odio de sus compañeros al denunciar sus cuentas por esas frías palabras envidiosas, que sea tan atento; eso me demuestra que es verdadero lo que nuestro infantil latir expone y aunque las cosas no sean tan perfectas a como lo anhelaba me siento afortunado por permanecer a su lado.

Suspire vislumbrando el alegre paisaje que me rodeaba, aspirando la fragante brisa de lo que parecía ser la primera página de un nuevo verano, con nervios mal disimulados lleve mi mano hasta el bolsillo de mis gastados jeans tratando de buscar un soporte en mi amigo.

Mis piernas temblaron al percibir como el teléfono había comenzado a vibrar, trague con dificultad antes de responderlo sin dejar de caminar “Ritsu” Mis ansias aumentaron con ese cariñoso tono de voz.

“Hiroki” Musite sin disimular mi sonrisa.

“Supuse que necesitarías algo de apoyo moral antes de esto” Casi podía imaginar la altanera mueca desbordante de satisfacción que se había dibujado sobre sus delgados labios.

“Sí” Musite con una risa histérica “Me siento un tanto nervioso al estar haciendo esto”

“¿No saliste toda una semana a distintos lugares con ese idiota?” Una traviesa carcajada escapo con esas palabras provocando que mi rostro ardiera; quizás por la frustración tal vez por la vergüenza.

“Sí pero no es lo mismo” Me trate de explicar desviando mi mirada hacia las hojas del suelo movidas por el viento “Esta es nuestra primera cita real, una que no demanda el juego de los siete días y temo arruinarla”

“No seas tan infantil” Aunque sus frases fueron firmes y agresivas su voz se había suavizado “Sí el tarado de Takano hizo todo eso fue para que lo perdonaras y se dieran una oportunidad decente, no para echar a perder dos veces las cosas”

“Tienes razón, aunque a veces no puedo evitar desconfiar” Mi piel se erizo al escuchar como un suspiro salía de su garganta.

“Tú sabes que ese hombre no me agrada” Farfullo con una frialdad glacial “Yo me había opuesto a que salieras con él, sin embargo, ha intentado arreglar sus errores y aunque me enferme del estómago admitirlo es quien te hace feliz Ritsu” Una ingenua sonrisa fue compartida aunque ninguno de nosotros lo sabía.

“Tú me lo enseñaste cuando me contaste sobre tu novio” La melancolía estaba impregnada en el ambiente “Uno no escoge de quien enamorarse simplemente pasa” Una risilla del otro lado del auricular confirmaba mis verdades.

“Es cierto” Proclamo “Solo les deseo suerte con lo que vayan a hacer y recuerda lo que te enseñe al salir con un chico; puede ser un tanto dolorosa la experiencia si tu dominante no tiene los conocimientos pero confió en que Takano también haya investigado” Mi cara se ruborizo con intensidad ante sus frases al recordar nuestra penosa conversación.

“¡Hiroki!” Grite enfurecido.

“Tú fuiste quien me pidió consejos” Fue lo último que confeso antes de que se cortará la llamada y mis ojos se centraran en la casa del azabache.

 Con el corazón pendiendo de un hilo y un inmenso nudo en la garganta al tratar de conocer mis emociones me acerque hasta su hogar para tocar el timbre y removerme con incomodidad, hundí mis hombros sin comprender el motivo de mis nervios.

“Ya te habías tardado” Su voz junto al rechinar de la puerta captaron mi atención; mi respiración me golpeó al verlo con esa resplandeciente sonrisa esperando por este chico loco y enfermo de amor.

“Lo siento es que salí un poco tarde” Me excuse con la cabeza gacha.

“No importa” Musito tomándome de las mejillas; erizando mi piel para besar de forma superficial mi frente “Te ves hermoso por cierto” Su mueca altanera y de satisfacción me corroboraron lo rojo que me debía encontrar.

“Solo vamos” Brame dándole la mano para encaminarnos hacia el paradero.

Con cada paso que dábamos mis ansias aumentaban apretando con potencia su fuerte y firme palma; con cada respiración que compartíamos una angustia sin fundamentos me posesionaba y un extraño sabor llenaba mi garganta.

Aunque este feliz de poder ser el privilegiado a quien le enseñe con transparencia sus sueños y se exponga en espera de un golpe a veces no puedo evitar desconfiar con lo del juego; aunque lo ame con demencia existen ocasiones en las que aun creo que está manipulando mis emociones en espera de algo, en espera de un falso te amo.

Sonreí con melancolía al saber que la confianza no se podría reconstruir en una pequeña semana sino que necesitaría de mucho esfuerzo que estaba dispuesto a poner para superar esos traumas; con el rabillo de mi ojo aprecie las masculinas facciones del azabache preparado para convertirme en el mártir de este amor y en el sujeto de prueba de su nuevo y sincero semblante.

Después de un par de minutos inmersos en una amena y ligera charla llegamos al paradero de buses en donde un vehículo de color verde nos estaba esperando, mi sonrisa se borró tan pronto nació al observar lo repleto que se hallaba el transporte; Takano bufó con pesadez antes de ingresar.

Con el revoltijo de la multitud, las quejas de las personas y el endeble movimiento brusco del bus yo acabe estrellándome de espaldas con alguien más al enredarme con mis piernas; con vergüenza me volteé para disculparme con un hombre de lacios cabellos negros y galante sonrisa quien con simpatía me ayudo a volverme a equilibrar al apoyar sus manos en mi cintura.

“¿No necesitas compañía a dónde vas? Ando con un poco de tiempo libre por si quieres ir a tomar algo” Cuando el atractivo sujeto me pregunto aquello mi pareja irracionalmente celosa me tomó de la muñeca para apartarme empujando a varios pasajeros hacia un rincón del trasporte.

“¿Qué clase de infantil reacción es?” Sus labios rozando los míos me callaron con un superficial beso eléctrico.

“Solo eres mío Ritsu” Musito acorralándome con sus dos brazos, protegiéndome del resto de los pasajeros como si estos representaran algo venenoso y dañino “Ahora que me has aceptado me perteneces”

“¿Desde cuándo comenzaste a ser tan posesivo?” Le pregunte bajando la mirada con un ligero rubor sobre mi rostro.

“Desde que me arriesgue a amar” Su mano acaricio mi mentón “Desde que tengo un lindo novio al cual proteger y mimar” Sus ojos con relucientes resplandores dorados me sometieron “Desde el primer día que llegaste a mi vida y cambiaste algo en mi interior”

“Takano” Mi suspiro y mi tonta sonrisa no se pudieron ocultar.

No dijimos más en el resto del trascurso, tan solo nos limitamos a mirarnos y a rozar nuestras pieles de vez en cuando debajo de las expectantes muecas de los demás, de las mismas voces que movieron los hilos de este hombre hasta devastarlo y convertirlo en un cínico.

Comprendo que Takano se haya visto desesperado por aprobación ajena cuando el rechazo es lo único que encuentras en tu propia mirada porque también lo he vivido; soy víctima de dudas y temores, esto de haberme enamorado de un hombre no estaba en mis planes y puedo ver que me traerá más conflictos de los que soy capaz de resolver, sin embargo, a su lado todas esas dudas se esfuman para que me entregue.

Cuando pudimos divisar inmensos juegos desde la sucia y rayada ventana del bus supimos que nuestros destino había llegado, compartiendo una tonta risilla entrelazamos nuestros dedos y batallamos por llegar a la puerta trasera entre el mar de personas incomodas para lo que se había convertido en nuestra primera cita.

“Por la fila de entrada no te preocupes” Musito el más alto sin liberar mis dedos al caminar “Anoche compre los boletos especiales con lo que había ganado trabajando el verano pasado”

“No tenías que hacerlo” Sabia que mi ceño fruncido no lo lograba engañar.

“Yo aún me siento como un idiota por todo lo que pasó en ese juego de los siete días” Su agarre se hizo más fuerte a medida que nos acercábamos al parque “Déjame compensarte y atosigarte como lo mereces”

“¿Sabes? Las cosas cursis no se te dan” Me mofe alzando una ceja.

“Entonces tendré que practicarlas hasta que ya no puedas respirar de la vergüenza y te endulces con solo verme” Proclamo con una expresión descarada extendiéndole las entradas al chico de uniforme infantil para que pudiéramos ingresar.

Mis ojos se abrieron con sorpresa ante el gigantesco parque; mi corazón dio un brinco al aun estar rozando esa confiada mano independiente de los cínicos susurros venenosos y las muestras de rechazo, mis pies afanosos golpearon el pavimento con una ansiedad que no comprendía.

“¿Qué nunca habías venido?” Me pregunto divertido aferrándose a mi cintura.

“Hiroki me había invitado pero no quería ser el mal tercio en su cita” Confesé con sinceridad entrelazando nuestras miradas “Muchas gracias por traerme Takano” Una linda expresión de vergüenza se tatuó en sus facciones; el más alto desvió la nuca impidiéndome memorizarla con una angustia que había sido contagiada.

“No fue nada, yo quería que te divirtieras” Un diminuto tartamudeo escapo con esas frases; ni siquiera pude disimular mi suspiro de enamorado al caminar hacia una fila al azar.

El más alto con malicia me incito a subirme a la montaña rusa más grande que tenía el parque; un aparato que subía extensos metros solo para caer de frente y después dejar a los pasajeros de espaldas, aunque me encontraba angustiado por la imagen para pretender un falso valor accedí cometiendo mi primer gran error.

El ruido de las personas aterradas sobre el juego conseguía que mis piernas temblaban; como la fila se acortaba pese a mis deseos porque alguna falla la detuviera, los datos que me entregaba mi novio sobre lo peligrosa de esa estúpida atracción, mis ansias crecían al igual que unos repentinos y absurdos temores.

“Enserio nunca antes habías venido” Fue lo que murmullo cuando nuestro turno se encontraba apuntándome como un arma.

“¿Por qué dices eso?” Pregunte con la voz destrozada por un infantil miedo.

“Ritsu si te sientes mal podemos irnos de la fila” Su comprensiva mano revolviendo mis cabellos electrizo mis poros “Pareciera que te vas a desmayar en cualquier momento, te has puesto muy pálido y no me has hablado, mejor vámonos” El encargado llamándonos aumento la tensión en el ambiente.

“Pero ya esperamos casi toda la mañana para subirnos” Lo contradije apreciando el brillo de decepción en sus hermosas orbes miel.

“No importa, podemos hacerlo la próxima vez que vengamos” Con un semblante de falso valor tomé con fuerza su mano para arrastrarlo hacia donde nos llamaba el encargado y subir en uno de los primeros carros “¿Por qué?” Me pregunto atónito mientras los seguros descendían y mi corazón se paralizaba.

“Tú querías venir a este” Mis palabras apenas se escucharon al ser prisioneras de un nudo y un potente y asqueroso malestar en mi estómago.

“Idiota, si te daba miedo no debiste” Su regaño se detuvo cuando nuestros ojos se encontraron.

“Quiero hacer esto contigo” Pude percibir como mi mirada había comenzado a arder ante los endebles movimientos del vehículo que había partido; la histeria se había plantado en lo más profundo de mi mente con una adrenalina que no deseaba.

“No sueltes mi mano en ningún momento” Murmullo paralizando el tiempo a mi alrededor; rozando sus dedos con los míos sobre los asientos individuales en los que nos había separado “Todo saldrá bien amor” Lo único que hice fue clavar mis uñas en su palma, echar para atrás mi cabeza hasta que esta dolió por la presión del asiento y respirar angustiado.

Cuando la máxima altura fue alcanzada el vértigo se convirtió en mi esclavo al apreciar la distancia de la que caeríamos; antes de que pudiera gritar el aire me fue robado con una brusca bajada, intente liberar un aterrado auxilio, sin embargo, mis pulmones ya no estaban recibiendo aire y el ritmo de mi latir se había paralizado.

Mi nuca golpeó con fuerza el asiento; con histeria me afirme sobre el seguro al sentir como nos dejaban de cabeza con las piernas colgando sobre el cuerpo, la adrenalina era algo que calcinaba todas mis venas con fuerza “¡Solo cálmate!” Me grito opacando los demás sollozos; con aflicción cerré mis parpados, tomé aire y me deje guiar por la suavidad de su piel.

Cuando los volvía a abrir por fin pude reír y disfrutar de esa monstruosa atracción con mortales vueltas porque ya no tenía miedo; porque estaba él a mi lado y aunque suene infantil pensaba que Takano me podía proteger de todo lo malo que ocurriera.

Las estruendosas carcajadas aumentaron cuando la montaña rusa frenó dejando a sus integrantes con el cabello revuelto y un par de lágrimas de emoción en los ojos “Te dije que estaría” Su regaño ceso al apreciar mi serena expresión “¿Estas bien?” Me mordí el labio extasiado para responder.

“Estuvo muy bien” Con una risilla traviesa me apoye en el seguro del carro para salir de este “Gracias por sostener mi mano Takano, por darme seguridad aunque sea en algo tan tonto como esto”

“Eres tan lindo” Balbuceó sin vergüenza atontado logrando que mi rostro ardiera “Vamos, hay que ir al de al lado que no tiene fila”

Con la mano sudorosa me arrastró hacia la pequeña hilera que tenía un juego con varios carros alrededor de un enorme poste el que los levantaba para girarlos a su alrededor con una estruendosa música de moda.

Suspire negando con la cabeza ante el emocionado semblante que tenía mi acompañante; él parecía un niño al contemplar con los ojos abiertos como los carros se mezclaban entre si y bajaban al ritmo de la guitarra; mi corazón se contrajo con pena al pensar que quizás esta también era su primera cita real.

“Adelante” La voz de la chica nos hizo ingresar en la plataforma, el azabache y yo corrimos en busca de dos capsulas cercanas sin éxito al estar todas ocupadas.

“Siéntate en mis piernas” Me ordeno mientras ingresaba en el estrecho asiento de una cabina verde.

“¿Qué?” Mis dientes hicieron presión “No me trates como una chica”

“No seas terco” Se quejó con el ceño tenso “Solo entra, ninguno de los encargados se dará cuenta y el juego no es peligroso” Rodeé los ojos metiendo mis pies en la cabina para apoyarme sobre su regazo y sostenerme de la protección de metal que cubría la capsula “¿Ves que no fue tan difícil?” Musito aferrándose a mi cintura “Es más divertido si estamos juntos”

“No hagas eso” Me queje al sentir como sus manos descendían por mis muslos “Takano compórtate acorde a la situación” Mi regaño solo ensancho su socarrona sonrisa.

“¿Te pone nervioso estar así de cerca conmigo?” Su aliento sedujo mi cuello embriagándome “¿Temes que te puedan gustar las perversiones que te haga?” Con el estómago hormigueando y la piel quemando me levante de sus piernas chocando con el techo de barras de metal.

“Yo me voy a bajar, esperaré que esta vuelta se acabe para subir” Pero la puerta de la capsula ya se había cerrado.

“Es peligroso que te muevas cuando la atracción esta en movimiento” Se mofó aferrándose a mi vientre para empujarme hacia sus piernas una vez más “Solo quédate a mi lado y disfruta del paseo” Pasé la saliva con dificultad tratando de centrar mi atención en como el objeto se levantaba del piso para comenzar a girarnos en tono a su eje.

El viento golpeando mi cara me relajo; inconscientemente apoye mi espalda en el pecho de Takano quien respiraba sin pudor mi aroma, un par de emocionados gritos salieron de ambas gargantas, estire mis brazos liberándome de las presiones para rozar en el techo del juego, mi mirada observaba extasiada el paisaje; se podían apreciar cada una de las atracciones desde esa altura.

En un movimiento brusco acabe por saltar sobre su regazo “¿Me estas tratando de provocar acá?” Su áspera voz rozó mi oreja; su frío aliento se había impregnado sobre mi piel, mi corazón seguía agitado pero ya no era por la adrenalina.

“No seas idiota” Farfullé apenado “¿No ves que esta cosa se mueve mucho?”

“Cuando te pones así de terco me pareces tan tierno” Musito acariciando con sus labios mi hombro, rodeando con más intensidad mi cintura para que su tacto fuera el que me condenara.

“Takano” Aunque lo llamé sus manos ansiosas no me dejaban de recorrer y su mirada de absorber mis expresiones.

“Esta también es mi primera cita real” Confeso sin liberarme de sus ojos “También me siento nervioso contigo Ritsu y no se bien que hacer, no sé cómo controlarme” Una tonta sonrisa fue lo que intercambiamos, sin estar pensando al dejarme guiar por mis emociones me volteé sobre su regazo para que quedáramos de frente, mis piernas ahora se encontraban rozando sus cadenas y mis manos enredadas a su cuello.

“Parecemos un par de tontos adolescentes ¿No es así?” Le pregunte encantado por la manera en que el viento corría su oscuro cabello sobre su frente haciéndolo lucir aún más atractivo.

“Como unos enfermos de amor” Murmullo afirmándose con una mano de la protección del techo y con la otra acercándome hacia sus labios.

Aunque el frío aire seguía golpeándome, los gritos continuaban a nuestro alrededor y el vértigo consumía mi estómago con un solo roce ennegrecido lo olvide todo para presionar mis parpados y entregarle  lo que era.

Su boca saboreo con necesidad la mía; su mano izquierda se encontraba presionando mi nuca con ansias mientras su aroma me envolvía, mis manos descendieron hacia su camisa aferrándose a esta con desesperación; el tiempo simplemente se paralizo.

Su experta lengua se movía al compás de la mía logrando que sonidos húmedos resonaran; mi rostro ardía de la vergüenza, mi razón se desmoronaba al estar entre sus fuertes brazos siendo resguardado por su desenfrenado latir.

“Disculpen pero no se pueden subir dos personas a la misma atracción” Con nervios lo empuje de los hombros al escuchar una tercera voz sin poder salir de su regazo por su celoso agarre.

“¡Lo sentimos!” Grite con el rostro completamente encendido ocultándome por inercia en el pecho de mi pareja.

“Sí, no volverá a pasar” Farfullo el azabache indicándome con una descarada palmada en el trasero que me levantará para poder salir “Pero no nos debió interrumpir” Golpeé en el hombro al más alto por su insolencia aumentando su ego.

“¿Porque diablos te continuo haciendo caso?” Me cuestione a mí mismo revolviendo mi flequillo con mis dedos, intentando ocultar la sorpresa por la pérdida de noción de tiempo en que el de mirada miel me sumía.

“Porque me amas” Contesto orgulloso “Eso hará que toleres cada una de mis fallas”

“No abuses” Le pedí sabiendo que él me podría leer como un libro por culpa de mis sinceras emociones tatuadas sobre mi desnudo pecho.

“Hay que subirnos al último” Mi piel se erizo ante la malévola sonrisa sobre sus perfectas facciones “Hay que ir a ese” Un escalofrió azotó mis sentidos al ver la casa embrujaba en un solitario rincón del parque.

“O podemos ir a un juego de agua” Mis palabras no lo convencieron al estar siendo arrastrado hacia ese lugar.

“Las demás filas son muy largas y ya se está haciendo tarde, pronto van a cerrar” Me contradijo abrazándome con recelo en la fila para que no pudiera huir.

Mis ojos recorrieron curiosos una desbaratada casa de madera con paredes de un oscuro morado con manchas rojas a sus costados; el pasto a su alrededor yacía muerto, un letrero de madera  podrida apuntaba hacia la fila, dos grandes rejas oxidadas negras nos rodeaban como si fuéramos animales; varios  actores sin hablar con maquillaje de muertos y otros personajes de terror asechaban aquel lugar, di un respingo al ver que en la sucia ventana del segundo piso una mujer nos observaba.

“¿Estás seguro de esto?” Le pregunte nervioso cuando comenzó a oscurecer y los murmullos se hicieron presente entre la multitud.

“No me digas que esta cosa para niñas te da miedo” Su burlona risa logró que mi ceño se frunciera “Si algo te pasa yo te cuidaré como si fueras una damisela”

“No necesito de tu protección” Farfulle con orgullo cruzándome los brazos sobre el pecho, avanzando con pasos tembloroso hacia el establecimiento junto a un inmenso grupo de personas “Yo seré quien cuide de ti”

“Como digas” Al meternos y forzar mi vista para ver un escenario a oscuras deseé volver a tomar su mano pero por orgullo no lo hice.

“Bienvenidos al infierno” Ninguno supo de donde se escuchó esa voz hasta que una pantalla en el centro de una vieja pared de madera se ilumino enseñando a un muñeco de piel blanca, mejillas rojas y perturbadora sonrisa observándonos “Ustedes acaban de abrir un portal maldito y han ingresado en mis dominios” Las luces parpadeando junto al portazo de la entrada provocando que las chicas de al frente gritaran.

“Takano” Lo llamé en la oscuridad aterrorizado.

“Estoy acá Ritsu, a tu lado” Musito golpeándome la cadera con su temblorosa mano; tratando de tomar la mía con un pretencioso valor que no existía.

“El poco tiempo que les queda lo van a pasar sumergidos en mi agonía, arrepentidos por haber entrado a este lugar” Aunque no podía ver a mi pareja podía percibir su acelerado latido a través del pulso de su palma; la oscuridad se hizo más intensa, un par de sonidos de cadenas hicieron eco en el lugar.

“Ya no tienen escapatoria” Su risa heló mi sangre, su rojiza sonrisa se ensancho mostrando unos filosos colmillos deformes, el sonido del acero contra el piso de metal se hizo más fuerte “Acataran estrictamente mis órdenes y las siguientes reglas”

Mi cuerpo se estremeció al percibir como una cálida, húmeda y asquerosa respiración acariciaba mi cuello, presione mis parpados intentando empujar a las personas de adelante sin éxito, una de las cadenas me golpeo “Correrán por el laberinto de pasillos como ratas enjauladas para mi deleite” Su voz se hizo más ronca y profunda “Entregaran sus almas a mis amigos porque estas ya no les pertenecen”

“Takano” Volví a llamarlo aferrándome a su muñeca, apegándolo a mi pecho “Algo está respirando sobre mí” Sus brazos me envolvieron con fuerza, pude escuchar el intenso latir de su corazón, la pantalla se apagó para dejarnos solos en un penetrante negro con esa estruendosa multitud.

“Vivir o morir, la elección ya no es suya” Un largo y filoso dedo acaricio mi desnudo hombro al correr mi camisa provocando un pequeño salto “Uno por uno los cazaremos” Una imponente puerta de madera rechinando nos indicó un camino con luces rojas que debíamos seguir.

El público grito de forma desgarradora cuando los hombre de las cadenas empezaron a atraparlos; me estremecí al sentí como esas manos afiladas me tomaban de la cintura intentando separarnos, por el relejo de la luz pude ver la cara de pánico de Takano quien con fuerza me tiro para comenzar a correr.

Al darme vueltas por el llanto de un par de niños pude observar la cara deforme del hombre de fríos dedos quien vestía una inmensa bata blanca bañada en sangre y se despedía de mí con una torcida sonrisa y un gesto burlón de manos.

“Tranquilo recuerda que es solo un juego” Eso me dijo pero su sudado agarre no me tranquilizo.

Un estruendoso golpe capto nuestra atención, de una de las paredes se escapaba una mano la cual comenzó a rasgar la madera a su alrededor para enseñarnos el rostro medio quemado de un hombre con traje de preso.

“Solo un juego” Me repetí corriendo con velocidad, pisando con fuerza esos pasillos, dejando atrás a las personas.

Sin un rumbo fijo doblamos hacia la habitación más iluminada, ambas respiraciones se encontraban completamente fuera de sí; nuestros labios abiertos por el miedo, el aire perdido por el pavor, nuestras manos el único seguro que nos mantenía confiados.

Cuando ingresamos con un par de personas más las puertas se cerraron de forma estruendosa y las luces se apagaron, forzando los ojos pude observar un viejo sillón con las puntas gastadas liberando el blanco relleno de su interior; me mordí la boca para reprimir un quejido al observar que sobre este yacía una pequeña niña de largos cabellos negros y camisón blanco moviéndose hacia nosotros.

“Fuera de aquí” Musito acercándose a gatas con una pronunciada joroba y con el pelo cubriéndose el rostro.

“Cariño tengo miedo” Pude escuchar como la voz de esa mujer se quebraba.

“Váyanse” La chica se acercó hasta Takano para tomarlo de la camisa y respirar sobre su rostro “He dicho que se larguen” Mi novio parecía de hielo al no poder despegarle la mirada a la chica, jale de su manga tratando de captar su atención.

“Entonces esperen las consecuencias” Las puertas se volvieron a abrir, el sonido de las cadenas una vez más se hizo presente, no reaccioné, guiado por el pánico calcinando mis venas agarré su muñeca para seguir en contra del sonido del metal.

Ni el despavorido grito de la muchacha nos detuvo “¿Cómo se sale de esto?” Me pregunto con histeria aumentando la velocidad de sus pasos.

“¿No que era solo un juego?” Mis palabras chocaron en mi garganta al tener la respiración en su límite y el sudor corriendo por mi frente.

“¡No pensé que sería tan real!” Los dos descendimos solos hacia el piso inferior; las luces azules tintineaban enseñándonos lo que parecía ser un baño de baldosas azules.

Mis ojos esquivaron los espejos llenos de letras rojizas para centrar mi atención en el camino sospechosamente abierto, mi corazón se paralizo cuando de un salto un hombre aterrizo al frente de nosotros con su manchada sonrisa y un mal disfraz de payaso.

“Así que han sido tan valiente como para llegar acá” Mis piernas temblaron por esa áspera voz y ennegrecida mirada “Si quieren salir de este lugar necesito que un voluntario se quede conmigo”

“¿Qué?” El pánico tatuado en su voz era evidente.

“¿Cuál de los dos muchachos se convertirá en mi nueva compañía?” El hombre al sonreír nos mostró lo desgarrada que estaba la piel en su boca, mi estómago se llenó de náuseas y mis ojos de unas inmensas ganas de llorar.

“¿Serás tú pequeño mi lindo sacrificio?” Repitió pasando una de sus metálicas uñas por mi mejilla dejándome sin movimientos “¿O tú?” El ruido de las cadenas se volvió a hacer presente resonando con más intensidad “Apresúrense que están cerca” El asqueroso aliento de ese sujeto golpeo mi cara “Vienen por ustedes”

Takano en contra de lo que esperaba empujo a quien nos interrumpía el pasó para que ambos cruzáramos hacia la otra habitación bañada en la oscuridad; el incesante latir de nuestros corazones con una escalofriante música de piano era lo único que se escucha en aquella habitación.

Un rincón iluminado por una lúgubre ampolleta verde era nuestra engañosa salida, los dos con pisadas ligeras fuimos a ese lugar en donde había un hombre de piel esmeralda amarrado con dos cadenas a la pared.

Sus ojos rojos se centraron en nosotros, su rostro se hallaba lleno de agujas y sus mejillas presionadas por una red de metal, la mano del más alto me apretó con más fuerza enseñándose expuesto ante esa película encarnada.

“Han osado irrumpir en mis dominios” Su espalda chocó en contra de la pared provocando que las esposas en sus muñecas resonaran “El poco tiempo que les queda los pasaran agonizando y sufriendo en este lugar” Su sucia sonrisa brillo con la luz “Porque ahora cada una de sus almas me pertenecen” Cuando él dijo eso sus cadenas se alargaron hasta que llego a nosotros.

Mi piel se erizo cuando sus brazos me envolvieron tirando de regreso a la especie de celda que tenía, con el miedo en cada uno de mis poros lo trata de empujar apoyando mis manos en las heridas de sus brazos sin conseguir nada.

“¡Ritsu!” La voz de mi pareja se había quebrado; con un instinto casi animal me tomó del brazo para cortar el contacto mientras la criatura trataba de encerrarnos en su celda tensándonos con su risa.

“Mierda” Bramó cuando el ruido de esas criaturas del inicio se hizo presente, atacando nuestros corazones con el sonido del metal, mis ojos captaron al hombre de largas uñas, cabellos despeinado y bata ensangrentada saludarme con el mismo movimiento burlón.

Con una pisada poderosa me solté del otro monstruo repasando con pánico el lugar “¡Arriba!” Grite al ver una escalera de cuerda ir hacia una especie de ático; el más alto sin pensarlo me levanto de la cintura para que llegará y luego con un salto atlético él se sujetó, uno de los enfermos mentales tomo del pie al azabache quien dejó escapar un grito de susto; con todas mis fuerzas lo tire hasta que ambos ya nos encontrábamos arriba enrollando la escalera para que ellos no la usaran.

Los dos con el aliento perdido repasamos la habitación en donde había un vagón viejo detrás de un letrero que indicaba la salida, el azabache y yo nos miramos con pánico afirmando en silencio con un movimiento de cabeza para subir a aquel vehículo.

Él me abrazo de la cintura cuando el auto se comenzó a mover, pasamos una pequeña curva llena de monstruos electrónicos antes de volver a ver la luz del día, lleve mi mano hacia mi corazón cuando nos encontrábamos de regreso en el parque.

“Que susto” Balbuceé intercambiando una mirada con esos ojos miel; ambos estallamos de risa por nuestro estúpido comportamiento acurrucándonos en el carro “Idiota, lo que me haces hacer por ti”

“Acepto mi culpa, esta no fue la mejor idea” Murmullo extendiéndome una mano para salir del parque.

Antes de que llegáramos a la salida un fuerte estruendo acompañado de una gigantesca ola nos empapo a ambos; parpadeé sintiendo como el agua corría hasta por mis pestañas para ver que hacia mi derecha se encontraba el juego de agua más grande del país en pleno furor.

“Ya nos secaremos” Su voz salió con una risa que estremeció mis piernas.

“Sí” Fue todo lo que respondí antes de apegarme a la mojada camisa de su pecho y caminar sumergidos en la oscuridad de la noche.

El viaje en el bus no lo percibí al estar junto a ese incesante y melodioso latido, al tener el valor para reposar en su hombro y dormitar agotado por las efusiones de ese día; tan solo deje que mis emociones me arrastraran junto a la fragancia a menta que desprendía su piel.

En todo instante sus manos me acariciaron de manera juguetona dándome la seguridad de que se estaba arriesgando para amarme y dejar las opiniones que alguna vez se convirtieron en su prisión; agasajando mi alma con un afecto real y emociones al desnudo.

Con una tonta sonrisa llegamos a su casa en donde la pasión comenzó a florecer apenas cruzamos la puerta y nuestros labios se empezaron a degustar con la piel convertida en fuego y el alma destilando la locura de este amor.

Takano enredo sus manos en mis cabellos mientras con torpes pasos a ciegas caminábamos hacia su habitación; la respiración me había fallecido en la garganta ante su dominante y posesiva lengua recorriendo todo lo que estaba a su paso con recelo.

La estática creció en el ambiente, lo único que pude hacer fue aferrarme con fuerza a sus mojados hombros para dar un pequeño salto y enredar mis piernas a su cadera en esta demandante batalla de seducción.

Sus manos descendieron hasta mi cintura afirmándome, sus labios me habían embriagado con la exquisita y espesa sensación de su saliva mezclándose con la mía, un estridente latir junto con el ruido de mi camisa cayendo era lo único que se escuchaba en aquella solitaria noche.

Con un vigoroso rechinar del colchón ambos caímos en cama impregnando de sudor e ilusión las sabanas, el más alto mordió con recelo mi labio tirando levemente de este mientras sus manos me electrizaban al recorrer mi desnudo vientre con sus fríos y largos dedos.

El pecho se me comprimía de manera dolorosa ante la escases de aire, la razón abandonaba mi cuerpo por culpa de esa tentación a la que estaba siendo sometido, cientos de cosquillas en mi estómago me impidieron pensar para ser poseídos.

“T…Takano” Jadeé al sentir como su lengua acariciaba mi boca de forma superficial.

“Ritsu quiero tenerte, codicio marcarte para que ya no me puedas olvidar” Musito en mi oreja tirando levemente de esta “¿Puedes ser solamente mí?” Su áspera voz embriago cada uno de mis sentidos y estremeció los poros de mi piel.

“Yo” No pude responder al encontrarme perdido en ese infinito mar de misterios que representaban sus ojos encendidos por una desbordante lujuria.

“No tienes nada que temer” Musito llevando su mano hacia mi enrojecida mejilla “No le haré daño a la persona que amo” No escondí el éxtasis que me provocó escuchar esas melodías frases, en contra de todo mi orgullo y la vergüenza me incline para besar de forma superficial sus seductores labios.

“Quiero ser tuyo” Susurré provocando que una expresión de timidez se tatuará en sus facciones junto a una codiciosa sonrisa.

Sus labios descendieron hacia mi cuello para dejar marcas en este, sus manos se encontraban presionando mi miembro sobre mi ropa interior comenzando con una lenta tortura, lo único que pude hacer fue tratar de regular mi respiración hundiendo mi nuca en la almohada.

Sus dientes repasaron mi estructura con malicia, su húmeda y cálida boca me enloquecía succionando hasta que el tono de mi piel se tiño a un suave escarlata igual que mis mejillas, su obscena y traviesa lengua me saboreaba como si fuera un animal marcando su territorio.

Mis piernas comenzaron a temblar ansiosas por el placer, mis manos se aferraron a su espalda al percibir como con sus dientes aprisionaba uno de mis pezones azotando con una insoportable electricidad mi columna vertebral; una indescriptible sensación de placer ahogo todo lo que pensaba para que solo me centrara en él.

Takano se mordió el labio mientras me estimulaba con sus dedos, un jadeo de puro éxtasis salió de mi garganta con las explosiones que me provocaba el roce de su cuerpo, pronto todos los lugares que no estaban en contacto con él amenazaban con ser congelados mientras que los que dominaba calcinaban en el infierno.

“Eres realmente sensible” Musito acariciando con su lengua todo mi abdomen, deteniéndose en mi cadera para rozarme con sus dientes erizando mi piel “Me excita que te pongas de esa manera solo por mí” Susurro pellizcando por última vez mis erectos pezones para bajarme el pantalón desbordando pasión en una sola mirada.

El más alto  ingreso su mano en mi bóxer acariciando mi hombría; un espasmo me golpeo al percibir como sus dedos recorrían toda mi extensión con una lentitud que me guiaría hasta la locura, con brusquedad me levante de las sabanas para tomar sus labios y perdernos en un necesitado beso.

Con el corazón golpeando con una estridente fuerza metí mi mano hacia su ropa interior para tomar su despierto miembro; con torpes y rápidos movimientos comencé a masturbarlo provocando que él se endureciera y un gruñido fuera liberado.

Nuestros labios se impregnaban de la esencia del otro, el ruido de nuestras respiraciones era lo que nos rodeaba, el sudor descendía por nuestras pieles; su tentador aroma a tabaco llenaba mis sentidos, su mano sobre mi miembro me hacía enloquecer con unas tortuosas cosquillas eléctricas.

Mis piernas temblaban del éxtasis, mi piel estaba erizada, podía sentir como la caliente hombría del azabache palpitaba creciendo con mis caricias mientras yo desfallecía en el infierno por culpa de sus roces.

Pronto una dolorosa presión me cegó, la electricidad era lo que corría en cada una de mis venas y en lava quemando mi piel; presioné mis parpados con un jadeo permitiendo que Takano guiara el lujurioso beso hasta que no pude resistir las sensaciones y acabe en la mano de mi pareja quien parecía satisfecho.

Caí rendido sobre la cama apoyando una de mis manos en mi abdomen intentando recuperar fuerzas, batallando por regularizar mi respiración, mi mirada se había concentrado en los movimientos de mi amante quien se estaba quitando la camisa para dejar expuesto su marcado y fuerte cuerpo adornado por una brillante capa de sudor.

“No tienes nada que temer” Me había vuelto esclavo de sus mentiras “Te voy a cuidar Ritsu” Musito antes de quitarme la ropa interior para arrojarla el suelo y apoyar una de mis piernas sobre su hombro.

Me sobresalte al sentir como sus manos se afirmaban de mi trasero, mis mejillas hormiguearon al percibir como con uno de sus dedos estaba haciendo presión en mi entrada, una extraña sensación de dolor y vergüenza fue lo que pude apreciar.

“Takano” Aunque lo llamé él no se detuvo, me aferré a las sabanas encogiendo mis hombros al intentar disimular lo incomodo que era.

Un reclamo escapo de lo más profundo de mi garganta cuando un segundo dedo era ingresado para moverse con libertad en mi interior, la excitación comenzaba a rebalsar mis sentidos, la temperatura del encuentro nos estaba ahogando, su boca besaba mi muslos de manera celosa para que me tranquilizara.

“¡Para!” Grite cuando no pude resistir otra intromisión “Takano ya, es incómodo” El hombre de ojos miel me absorbió con la mirada transmitiéndome una seguridad que nunca nadie me había entregado; mis sollozos cesaron en mi boca antes de ser pronunciador por la profundidad que expresaban esos tonos dorados.

Lo único que podía percibir era un dulce dolor tomando mi cuerpo; él más alto agarro mis caderas para apoyar su excitada hombría en mi entrada y ejercer una presión desgarradora; pensaba que él me sometería en un infierno de confusión en donde la pasión desbordaría y así lo hizo.

Un ronco sonido salió de su garganta, sus ojos se cerraron poseídos por el placer mientras la presión en mi interior me estaba devastando “Solo relájate” Me pidió inclinándose hacia mi enrojecido rostro para fundirse con un silencioso intercambio de temores “Mi Ritsu tranquilízate” Liberé una lágrima sin saber la razón ante tanto cariño acariciándome sin más que palabras.

Sus labios rozaron mi nariz, una confiada sonrisa fue intercambiada antes de que las embestidas comenzaran y el éxtasis nos sofocará, con fuerza me aferré a sus cabellos devorando sus tentadores labios de vicio y pecado, sepultándome en su toxico amor.

La sangre recorriendo mis músculos los quemó, los rincones que transitaban esas masculinas manos fueron devastados, mi interior desgarrado por tanta lujuria y pasión; mi boca emponzoñada por ese venenoso sabor mientras descendía mis pestañas empapadas de placer.

El ruido de la fricción entre nuestros cuerpos y mis gemidos era lo que se escuchaba en esa ensordecedora noche, sus manos se habían aferrado a mis muslos para apretarlos y profundizar el tacto. La electricidad me atacó sin piedad mientras más profundo él surcaba en mi interior, una indescriptible sensación de gozo fue lo que me rebaso, no pude evitar enredar mis piernas a su alrededor y aferrarme a Takano con desesperación.

Podía percibir como su corazón se retorcía dentro su formado pecho, como mis labios se abrían rogando porque me entregara más, como sus poderosas estocadas abrían paso hasta mis entrañas con majestuosos movimientos  para marcarme y condenarme en esta unión, mi aliento era robado por esa experta lengua bailando debajo de la lujuria.

Una sensación ensordecedora me atacó; él con su mano comenzó a estimular mi despierto miembro provocando que mi mirada se empañara de placer y mis labios con más necesidad lo buscaran.

Una tibia sacudida apasionada, el aire asfixiándome en este tenso ambiente, el calor que emanábamos antes jugaba con mi cordura, mi estómago cosquilleaba con brusquedad mientras la presión en mi entrepierna se hacía insoportable; acabe clavando mis uñas en su desnuda espalda codiciando más.

Con un par de lentos movimientos la estática se hizo imposible de resistir, el fuego de mi alma ya me había consumido, cientos de escalofríos se habían clavado en mi mente  para que yo acabará con una última mirada en explosión y me corriera en su mano arqueando la espalda.

Takano tomó mis caderas para continuar con ese desgarrador vaivén, nuestras miradas chocaron en el silencioso manto de la oscuridad, nuestros hinchados labios se buscaron para probarse con lentitud; nuestro calor ya se había funcionado.

Mi rostro ardió cuando mi nombre fue pronunciado con lujuria antes de que un cálido líquido fuera derramado en mi interior y él nos arrojara a ambos sobre el colchón para apoyar su cabeza en el acelerado ritmo de mi corazón.

“No puedo creer que casi hecho esto a perder” Musito en voz alta apoyando sus manos sobre mi pecho para que me sometiera bajo su respiración de menta “No puedo creer que casi te pierdo por personas sin valor” Su mano acaricio mi mejilla, sus facciones se relajaron para entregarme una expresión desbordante de dulzura, nuevamente caía por él.

“Takano lo que hayas estado a punto de hacer ya no me importa” Murmure presionando mis parpados para besar con vergüenza su frente “Me lo dijiste todo cuando te atreviste a sincerarte”

“Te amo Ritsu” La respiración me fue robada junto a un fugaz beso “Eres al único que quiero mantener en mi futuro y cuya opinión voy a valorar, eres el único que me ha hecho sentir de esta manera” Silencie sus frases con mi dedo índice entregándole una brillante sonrisa.

“No tienes que forzarte para que me sienta más seguro” Sus manos rodearon con recelo mi cintura sin separarse de mi cuerpo.

“No te digo hipocresías como alguna vez lo hice” Me aseguro entrelazando nuestros dedos “Tan solo espero que confíes en mis emociones”

“Eso ya lo hago” Murmulle recostándome sobre las sabanas, jugueteando con los negros cabellos de su flequillo mientras el besaba mi cuello en esa noche de sexo y sudor, en donde ambos cuerpos fueron entregados y el corazón expuesto a un silencioso disparo.

Amar; aunque cuando comencé este juego tan solo me hallaba en busca de una compañía pasajera encontré algo mucho más valioso, alguien con quien me pude liberar las máscaras que ni siquiera el espejo era capaz contemplar, un hombre sobre el cual vacié todas mis esperanzas para apoyarlo en sus momentos de debilidad, un chico quien beso esos latentes temores hasta que estos desaparecieron con su áspera voz.

No me arrepiento de haber entrado a esa página para conocer a Takano ni de pasar por esa humillación, no haría nada diferente si me dieran la oportunidad porque alcancé el éxtasis esta noche pereciendo entre sus dulces labios de veneno y siendo marcado como suyo por el resto de la eternidad.

En esta vida salir herido no es una opción, pero si puedes escoger quien es la persona que le hace las marcas a tu corazón.

Notas finales:

Primero que nada, si se preguntan ¿Que clase de extraño parque de diversiones tiene una casa embrujada asi? Pues acá hay uno y joder, dio muchisimo miedo, en especial porque te perseguian y no ayuda el hecho de que yo sea cobarde.

Ahora mi discurso cursi...

Yo vacile al subir este fic, la idea estuvo muerta meses en mi cabeza y no queria escribirlo porque me imagine la peor reaccion, de repente no es tan facil arrancarlo, uno se deja llevar por palabras crueles, ya me habian hecho comentarios mala onda y asi sigue la lista de excusas que yo me puse.

Chicos, quienes escriben, nunca desechen una idea, mis historias han sufrido cientos de cambios hasta llegar a ser escritas pero no dejen de trabajar en algo que les inspira y gusta solo por cosas como falta de confianza y miedo, quizas les falte el tiempo para llevarla a cabo y duela cuando la insulten, pero si les agrada perseveren; sé que no es facil pero vale la pena, porque es tu creacion, tu orgullo.

Este proyecto es uno de los que intentare llevar más lejos a ver que me resulta, gracias a todos los que le dieron su apoyo, a esas lindas personas que comentaron, a quienes simplemente lo leyeron, quien se tomo la molestia de llegar acá gracias.

Se que a veces me extiendo mucho y creo que me pasó bastante en este fic por la longuitud de los capítulos y las emociones, más de una vez me lo dijeron, por eso aprecio tanto a quien lo termino y espero que se hayan notado alguna mejoria porque lo intente.

Mil gracias chicos! Nos vemos quizas en un extra.

Les envio un gigante abrazo y espero que les haya gustado <3 <3


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