Capítulo 13: Lo único que me importa.
Durante largo tiempo Batman había esperado con ansias este día. Las famosas embarcaciones con las personas secuestradas estarían llegando en cualquier momento. Había sido paciente, meticuloso y prolijo sobre el asunto, averiguando todo al detalle para estar preparado para su llegada.
Sabía que las personas estaban divididas en dos barcos altamente custodiados. Había mucho personal contratado para vigilar las embarcaciones provistos de armas que los harían capaces de comenzar una pequeña guerrilla si quisieran. Indagó esto gracias a que también localizó a un traficante de armas que merodeaba en el puerto y que había asegurado la asociación con los secuestradores aprovechando la situación para comercializar con armas. Ahora no solo debía asegurar el bienestar de las personas, sino que también debía detener el negocio de armas que se había generado.
Facilitando la tarea para camuflar la actividad criminal, algunos oficiales guardacostas habían sido ampliamente sobornados para permitirles a los malhechores arribar en los muelles de carga sin ser molestados. Otro dato valioso obtenido por Batman era la ubicación exacta donde desembarcarían, ayudándoles a focalizar el área específica del puerto para esperarlos.
El comisionado Gordon, principal jefe de policías de Gotham City, había sido advertido por Batman sobre la situación. El señor de la noche le había solicitado que estuviera presente y encubierto junto con la prefectura listos para auxiliar a las personas que serían rescatadas y encarcelar a los mercenarios. Todo debía funcionar de manera sigilosa para evitar levantar sospechas a los secuestradores, así que todos estaban estratégicamente posicionados esperando a las órdenes del murciélago para actuar.
Batman estaba parado en lo alto de un contenedor firme cerca de la costa mirando atento hacia el rio, a pesar de la oscuridad que abarcaba el gran manantial de agua, con su máscara especial era capaz de adaptarse a cualquier cambio de luz y distinguir a gran distancia lo que tenía en frente. A su lado estaba levitando Superman que había insistido en acompañarlo sin importarle que a Bruce le molestara su presencia. El caballero de la noche apenas si se había recuperado de un disparo y consideraba que lo mejor era vigilarlo de cerca dándole una mano. La condición de su pareja no era la óptima aunque el otro le había insistido en que se encontraba bien.
_ ¿Sabes que a cualquier persona le lleva meses recuperarse de una lesión como la tuya?-. Dijo Superman observándolo por unos instantes. –Ni hablar de los daños psicológicos que causa el trauma de recibir un disparo-.
_Ya te dije que estoy acostumbrado. He tenido lesiones peores. Además, yo no soy cualquier persona… soy Batman-. Acercó su mano hasta su máscara para a ampliar su visión a la distancia.
Superman bufó y rodó los ojos al mismo tiempo. No importaba lo que él le dijera, el otro era terco, testarudo y nunca escuchaba. Si dependiera de él ni si quiera le hubiera dejado intervenir en el asunto, pero sabía que no iba haber forma de detenerlo. Al fin y al cabo era su caso y lo había seguido por más de un mes.
Batman exhaló una pequeña risa al haber oído al otro resoplar. No sabía por qué tanto alboroto sobre el asunto. Su herida estaba perfectamente cicatrizada y había estado comiendo y durmiendo bien. Su estado de salud era mejor que nunca. Aunque era verdad que una herida así podría llevar tiempo recuperarse internamente, no era algo que le dificultara a la ahora de moverse o pelear.
_No te puedes quejar, accedí a que me acompañaras. Podría hacer esto solo perfectamente-. Dijo Batman arrugando su cara al no distinguir nada a lo lejos.
_Ya sé que ere capaz de hacerlo solo, pero quiero apoyarte. Aunque me digas todas esas tonterías de que estás bien, para mí sigues sin estar al cien por ciento. Además son dos barcos, no podrías solo con los dos al mismo tiempo. Igualmente necesitas mi ayuda-. Insistió enérgicamente.
_Yo aún no los veo. Dime que tan lejos están-. Pidió obviando su comentario.
_Están cerca… a lo sumo media hora y llegan al puerto-. Arrugó su nariz al sentirse ignorado. –Mira Bruce, sé que no te gusta mi presencia aquí pero…-.
_No, al contrario-. Contestó en seguida interrumpiendo al hombre de acero. –Agradezco que estés aquí conmigo-.
Superman abrió grande sus ojos de la sorpresa y le iba a contestar pero el otro se le adelantó.
_Me eres útil para obtener información. Dime cuantas personas hay y cuantos son los que están armados-. Lo miró un instante desviando su rostro del rio.
La cara alegre del Kryptoniano se borró de un plumazo sintiéndose molestado por la acotación. Agudizó su vista hasta localizar a los barcos nuevamente y se puso a identificar lo solicitado.
_Habrá aproximadamente doscientas personas en cada embarcación y unos cien hombres armados en cada una-. Se quedó mirando a lo lejos indignado pero luego sintiendo los latidos de su pareja cambiar volvió la mirada al murciélago.
_ ¿Sucede algo?... Tienes… cara arrugada-. Superman preguntó sin mencionar lo que había escuchado.
_ ¿Alguna vez me viste con cara feliz o sonriendo?-. Rió divertido por la pregunta.
_Bueno…-. Superman recordó varias situaciones y se las iba a exponer.
_Mejor no respondas…-. He hizo una pausa. -Estoy… preocupado… Algo no está bien-. La cara del murciélago se arrugó aún más.
_ ¿Por qué lo dices?-. Preguntó extrañado el hombre de acero.
Bruce lo miró directo a los ojos y Superman fijándose detrás de la máscara del otro pudo notar la duda y el… ¿miedo? Algo le estaba preocupando al murciélago y no sabía exactamente qué. Pero de alguna forma se sentía feliz de que el otro le dijera lo que pensaba.
_No lo sé, es una impresión. Siento que… está saliendo todo demasiado fácil-. Buscó en su cinturón un control remoto y presionó un botón.
_Despreocúpate… Estoy aquí contigo-. Trató de calmarlo apoyando su mano en el hombro del otro.
Bruce solo hizo una mueca y volvió a mirar hacia el rio, por suerte al fin pudo distinguir a los barcos aproximándose. Miró hacia el cielo y su Batplane ya se encontraba en posición. El pequeño avión personalizado con forma de murciélago descendió hasta estar a la altura de su dueño y abrió la parte superior permitiéndole ingresar al mismo. Era hora de actuar.
_Vamos-. Indicó Batman desde adentro y aceleró la marcha hacia los objetivos. –Estableciendo comunicación. ¿Me escuchas Superman?-. Corroboraba el funcionamiento de los auriculares mientras que al mismo tiempo activaba el camuflaje del jet.
_“Perfectamente Batman”-. Le hizo señas con su mano saludándolo.
Los dos héroes llegaron a donde se encontraban los barcos en cuestión de segundos.
_Creo que ya lo sabes pero igual te lo repito. Asegura a los rehenes y neutraliza a los sospechosos. En cuanto despejes tu área avisaré a Gordon para que vaya a socorrer a las personas. Mantente en comunicación-. Presionó un botón y activó el piloto automático.
Batman levantó la parte superior de su jet y se paró sobre el mismo. Miró unos segundos hacia abajo para diferenciar a las dos embarcaciones. Podía distinguir que en la superficie había personal custodiando el lugar.
_Descuida Batman, se lo que tengo que hacer. ¿Cuál prefieres? ¿Izquierda o derecha?-. Sonrió apuntando a uno y al otro.
Sin decir comentario el murciélago bufó y saltando de su batplane se tiró sobre uno de los barcos. Superman solo puso su vista en blanco por la actitud del mayor y descendió sobre el otro, solo quería aflojar la tensión que tenía el murciélago pero por lo visto no estaba de humor.
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Batman descendió sigilosamente extendiendo su capa permitiéndole planear hasta ubicarse detrás de una de las enromes cajas que se encontraban en la cubierta. Apoyó su espalda a la misma y solo arrimó su cara por un lateral para ver al personal que circulaba por ahí. Había contabilizado a los hombres mientras descendía así que sabía que habría un poco más de diez mercenarios en el lugar. Parecían muy relajados ignorando cualquier posible peligro.
Tomando de su cinturón cuatro esferas de metal, las rodó por el piso del lugar hacia donde estaban los hombres y uno de los mercenarios las vio al sentirla chocar contra su pie. Arrugó su cara extrañado y estaba a punto de gritar pero estas se activaron al instante produciendo una enorme cortina de humo cubriendo toda el área.
El señor de la noche se había colocado una máscara de oxígeno y comenzó a caminar entre la cortina de humo viendo como uno a uno los hombres iban desplomándose. Tan potente era el somnífero que los había dejado dormidos en cuestión de segundos.
La cortina se disipó al minuto gracias a la fuerte brisa que soplaba.
_Cubierta despejada, estoy por entrar-. Dijo después de retirar su máscara.
_“Yo… ya casi”-. Dijo mientras golpeaba a uno de frente dejándolo inconsciente y voló hacia otro rápidamente.
Batman se arrimó a la puerta de entrada de la embarcación y la abrió levemente. Levantó su brazo izquierdo y utilizó la computadora que tenía en este para mirar el mapeo del lugar. Al instante sintió el ruido de disparos provocados en la otra embarcación. Se llevó los dedos hasta el puente de la nariz y suspiró frustrado.
_Por lo visto para ti la palabra sigilo no significa nada-. Colocó rápidamente un explosivo en la puerta y tomó distancia.
_“Lo siento. La verdad no se me da muy bien lo de ocultarme en la sombras”-. Usó su visión calorífica y derritió fácilmente a todas las armas que le disparaban.
Los hombres fueron alertados al escuchar los disparos en el otro barco. Trataron de comunicarse con el personal que estaba en el exterior para que les informaran lo que veían desde la proa, pero al no recibir respuesta salieron rápido hacia fuera para inspeccionar lo que sucedía. Se llevaron una enorme sorpresa al ver parado de pie al señor de la noche y levantaron sus armas para disparar, pero fueron instantáneamente segados por una potente luz producto de la explosión en la puerta. En cuestión de segundos el murciélago corrió velozmente hacia ellos y los fue noqueando uno por uno. Sin detener su carrera ingresó al lugar dispuesto a apresurar las cosas, ya que el modo sigilo no servía para nada.
Volvió a mirar su computadora en el brazo y simplemente memorizó el recorrido que debía hacer hasta las celdas inferiores donde estaban los rehenes. En el camino iba esquivando a cuanto se le aproximaba propinándoles fuertes golpes para dejarlos inconscientes al instante. Se frenó un segundo al notar como el barco había acelerado su marcha cambiando de dirección. Decidió entonces dirigirse a la sala de controles en primer lugar.
Con nuevo recorrido en mente, dobló en una esquina y varios hombres que lo estaban esperando lanzaron granadas a donde estaba el murciélago.
_Maldición-. Dijo Batman dando un salto mortal hacia atrás y cubriéndose con su capa.
La explosión lo impulsó contra una pared haciendo que se golpeara fuertemente la espalda. Los hombres se disponían a lanzar granadas nuevamente pero Bruce se levantó al instante y lanzó varios batarang haciendo caer los explosivos de sus manos. Alzando su brazo hacia una caja pesada que se encontraba sobre la cabeza de los hombres, tiró de su gancho y se elevó hasta la misma para romper con un simple corte las cadenas que la sostenían. La caja cayó sobre los mercenarios dejándolos inmóviles por el fuerte golpe.
Una vez llegado a la puerta de entrada a la sala de controles sintió un ruido que le era familiar y al instante se arrojó al suelo. Sus sospechas fueron acertadas, ya que unos disparos atravesaron la puerta haciéndole unos enormes agujeros.
_“No creí que tuvieran tal armamento”-. Pensó mientras apretaba su mandíbula.
No se suponía que pudieran tener ese tipo de arma. Una ametralladora de ese calibre era exclusiva de uso militar, no estaba pensada para ser vendida en las calles. Aquellos hombres tenían un trasfondo más de lo que demostraban o la persona que los había contratado no había escatimado en gastos para su protección.
_Superman, repórtate-. Pidió mientras trataba de asomarse agachado para ver dentro de la sala.
_“Estoy a punto de acabar aquí… En cuanto termine me dirijo directamente a donde están los rehenes”-.
_Perfecto. Avísame en cuanto los liberes-. Se levantó del suelo y entró a la sala velozmente.
Corrió por el lateral de la habitación y con un rápido vistazo registró la zona, afortunadamente no había nadie más que el que le disparaba. La enorme arma lo seguía para tratar de abatirlo pero Batman era mucho más veloz. Sabiendo que la maniobrabilidad era difícil, estaba seguro que aquel hombre era incapaz de poder apuntarle correctamente. Se acercó en zigzag mientras esquivaba los proyectiles hasta estar bien cerca para pegar un salto y pararse sobre su arma.
_A esta distancia ya no podrás disparar-. Descendió hasta ponerse en frente del hombre.
El mercenario dio unos pasos hacia atrás aterrado hasta tropezarse y caer al suelo. Sacó una pistola de su chaqueta y le apuntó tembloroso al caballero de la noche. Batman simplemente lo miraba impasible y antes de que el hombre disparara sostuvo su muñeca hasta torcérsela haciendo caer el arma por el piso. Luego, con un fuerte puñetazo en la cara lo dejó inconsciente. Caminó veloz hasta los controles y detuvo al instante la marcha del barco. Identificó por una cámara de seguridad a los rehenes y al poco personal que quedaba custodiando el lugar. Sin perder más tiempo se dirigió a donde estaban los prisioneros.
Los hombres que quedaban estaban nerviosos caminando de un lado a otro, sabiendo que en cualquier momento serían sorprendidos. Y así sucedió. Una fuerte explosión arrancó la puerta que estaba trabada desde adentro y al instante todos apuntaron en dirección a la entrada. Sin dudarlo dispararon desesperados aunque por la gran cantidad de humo no veían exactamente a quien le tiraban. Al no escuchar ningún movimiento detuvieron su accionar y se quedaron en silencio por unos segundo tratando de visualizar detrás de la cortina de humo. Uno de los hombres le hizo señas a otro indicándole que se fuera a cerciorar. Al instante por un conducto de ventilación en el techo desciende Batman y les lanza un batlazo que rodea a los tres hombres electrocutándolos al segundo y dejándolos inconscientes. Sin prestarles atención se acercó a la enorme jaula en donde tenían a todas las personas amotinadas.
_Descuiden, en seguida los libero. Retírense hacia atrás-. Colocó una goma sobre la reja y retrocedió unos pasos.
El pequeño explosivo tiró abajo la reja dejando en libertad a las personas. Se acercó hasta la entrada pero se detuvo un segundo al escuchar la voz del hombre de acero dándole buenas noticias del otro barco.
_“Batman, los rehenes están libres”-. Informó Superman al instante.
_Excelente, aquí también. En seguida notifico para que envíen la ayuda-. El caballero de la noche se llevó su mano hasta el oído para comunicarle a Gordon de la situación. -Gordon, los barcos están asegurados. Trae a tu gente-. Indicó brevemente mientras se acercaba a donde estaban las personas.
_“En seguida estamos ahí”-. Contestó rápidamente el comisionado.
Observando a la gente que estaba quieta sin moverse del lugar pudo notar como algunos estaban desnutridos y debilitados. Una pequeña niña entre la multitud se paró hasta acercarse al caballero y jaló de su capa. La niña de orbes enormes miró al señor de la noche con ojos acuosos y comenzó a llorar. Bruce se agachó para estar a su altura y acarició sus cabellos largos y oscuros.
_Ya están a salvo. Son libres-. Le respondió mientras le secó una lágrima que comenzaba a descender por su mejilla.
La nena alzó los brazos y los rodeó fuertemente sobre el cuello del murciélago. Este la tomó por la espalda y la abrazó por la cintura apretando levemente su pequeño cuerpecito hasta su pecho. Tomó a la niña en brazos e irguiéndose del suelo se aproximó a las personas que comenzaban a levantarse de a poco y que iban acercándosele a él. La mayoría de los rostros se veían abatidos pero estos fueron transformándose en rostros de felicidad y algunos abrazos espontáneos comenzaron a darse. Aquellas personas habían pasado mucho tiempo encerradas y algunas de ellas aún no creían que la tortura hubiera acabado, pero sus sospechas fueron rápidamente disipadas.
Afortunadamente la ayuda no se hizo esperar. El jefe de policía había ingresado junto con prefectura y médicos al lugar y en seguida estos empezaron a atender a las personas. La policía comenzó a esposar a los mercenarios llevándolos hasta los barcos de prefectura y los paramédicos fueron inspeccionando uno por uno a todos los que habían sido secuestrados.
Batman suspiró aliviado creyendo que todo había terminado. Después de casi un poco más de un mes había podido resolver el caso y salvar a todas estas personas. Pero la felicidad le duró poco tiempo al escuchar la voz del Kryptoniano.
_“Batman… tenemos problemas-. Dijo aturdido el hombre de traje azul mientras se levantaba de entre los escombros con dificultad. –Es… Metallo-.
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En otro lado, Superman había neutralizado a todos los mercenarios y se había encaminado hasta la sala en donde estaban los rehenes. Con un fuerte puñetazo abrió la puerta de entrada doblándola a la mitad. Los hombres dentro vaciaron sus cargadores inútilmente ya que los proyectiles rebotaban en el cuerpo del súper hombre. Acercándose hasta ellos, tomó velozmente las armas de los mercenarios y las doblo como si fueran de goma sin ninguna dificultad. Con una leve sonrisa los noqueó en dos segundos dejándolos inconscientes en el piso. Alzó su vista hacia donde sintió los leves latidos palpitar y se acercó hasta la reja en donde estaban los rehenes. Usando su visión calorífica derritió la cerradura, luego con un simple manotazo tiró abajo la puerta y miró a todos los presentes con sonrisa satisfecha.
_“Batman, los rehenes están libres”-. Informó Superman al instante llevando sus manos en la cintura.
_Excelente, aquí también. En seguida notifico para que envíen la ayuda-.
Superman pudo sentir la tranquilidad en la voz del murciélago y se alegró al saber que también él estaba seguro. La tormenta se había acabado. Luego se dirigió a las personas que comenzaban a acercársele dudosos algunos y alegres otros, reconociendo al héroe más famoso de Metrópolis que ahora resultaba ser su salvador. Identificando fácilmente al Kryptoniano de traje azul comenzaron a gritar de alegría y abrazarse con júbilo.
_Sean pacientes, pronto saldrán todos de aquí. La ayuda vendrá en segui…-. Y un fuerte ruido lo desconcertó.
El reportero sabía que había neutralizado a todos los mercenarios y estaba seguro que no podía ser nadie más. El sonido lo estaba confundiendo, ya que agudizando su oído, podía escuchar claramente pasos acercándose pero no sentía ningún corazón palpitar. De repente una compuerta se abrió confirmando al Kryptoniano que todavía no había acabado todo el asunto, alguien más estaba adentro del lugar. Su sorpresa fue grande al ver aparecer a uno de sus enemigos más letales.
_Tu… no puede ser. ¿Qué haces aquí Metallo?-. Miró un instante a las personas que aún no salían de la jaula. Si una pelea comenzaba ahí mismo, esas vidas estarían en peligro.
_Me prometieron una gran suma de dinero simplemente por acompañarlos. No creí que fueran a darme un regalo aún mayor. Fueron muy considerados al brindarme una nueva oportunidad para matarte-. Y arrancando la placa que de plomo que cubría su pecho se fue acercando hasta el hombre de acero.
Superman sabía que no era oponente para él, menos en un lugar como ese acotándole sus movimientos. Pero si quería preservar el bienestar de las personas tenía que hacerle frente a como dé lugar. Y sin dejar reaccionar al villano voló velozmente a su encuentro y lo arrastró hasta el piso superior alejándolo así de las personas. Justo en ese instante escuchó que el personal de Gotham estaba ingresando al lugar.
_ ¡Apresúrense a quitar a todas las personas de aquí!-. Gritó apenas viendo a uno de los hombres llegar y todos se adelantaron a descender al último piso haciendo caso a las palabras del Kryptoniano.
Metallo arremetió fuertemente contra Superman tirándolo contra uno de las paredes haciéndolo atravesar la misma.
_Batman… tenemos problemas-. Dijo aturdido el hombre de traje azul mientras se levantaba de entre los escombros con dificultad. –Es… Metallo-.
_“Eso no es posible… ¡Maldición! ¡Vete de allí cuanto antes!”-. Entregó a la niña que sostenía en brazos a un paramédico y comenzó a correr a la superficie.
_No puedo irme hasta que retiren a todas las personas-. Tambaleó un poco pero tensando sus músculos increpó al hombre de hojalata con un fuerte golpe mandándolo a estrellarse con algunas cajas en el lugar.
Metallo es un organismo cibernético y lo único que todavía lo hace humano es su cerebro. Su cuerpo es una poderosa máquina con una gran fuerza que casi iguala a la de Superman, pero lo que lo vuelve más letal es la Kryptonita en su pecho que funciona como energía que abastece a su organismo. Además que puede moldear su aleación a su antojo pudiendo crear cualquier tipo de arma con su cuerpo.
_Esto es divertido… pero aún puede ser más-. Metallo se levantó del suelo y tomó un control remoto con sonrisa maléfica, luego presionó un botón. –Me dijeron que si algo fallaba no podía quedar absolutamente ninguna prueba-. Comenzó a reír a carcajadas.
_No… Dios mío-. Dijo al sentir el ruido de dos bombas activarse a la vez. – ¡Batman! ¡Metallo activó unas bombas en los barcos!- Gritó alertando al murciélago.
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Batman corría hasta la superficie para luego dirigirse al otro barco en ayuda de Superman. Estaba a punto de subirse a su jet hasta que escuchó la voz de su pareja alertándolo.
– ¡Batman! ¡Metallo activó unas bombas en los barcos!-
Tal noticia detuvo en seco al murciélago y apretó con fuerza sus dientes. No podía irse habiendo una bomba allí, antes que anda debía desactivarla. Además todavía había muchas personas dentro del barco.
Volvió a ingresar a la parte interna de la embarcación y comenzó a alertar a todo el personal para que se apuraran a salir de allí cuanto antes.
_Sé que estás ocupado pero ahórrame tiempo Superman, dime donde están las bombas-. Pidió mientras ayudaba a subir a las personas a los barcos de prefectura.
El Kryptoniano estaba dando una dura batalla contra Metallo que no le daba tregua. Pero escuchando la petición de su pareja buscó con su visión de rayos x la posición exacta de las bombas.
_“Ambas bombas… están adheridas… haa, haaa… a la pared posterior de la sala de control”-. Dijo con voz dificultosa mientras recibía otro terrible golpe por parte del villano.
_ ¡Resiste Superman! ¡En seguida iré a ayudarte!-. Dijo mientras corría a la sala de control.
Una vez llegado allí quitó el panel que cubría la bomba y abrió grande sus ojos al ver la magnitud de la misma. Esta era colosal y si llegaba a detonar podría volar el barco entero y por la proximidad con el puerto podría extenderse hasta el muelle y parte de la ciudad. Rápidamente tomó las herramientas correspondientes de su cinturón y se puso neutralizar el artefacto.
_Gordon… no estoy seguro de llegar a desactivar ambas bombas. Debes evacuar el puerto enseguida y retira a todos cuanto antes del área-. Su mirada era sombría, esto no lo había previsto y ahora muchas más personas estaban en peligro. Muchas peguntas empezaron a saltar en su cabeza pero cerrándolas en seguida concentró su mente en su tarea principal.
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Superman hacía su mayor esfuerzo luchando contra ese titán que en su pecho tenía a la piedra que lo debilitaba. Cada encontronazo era aún peor, disminuyendo sus capacidades de manera colosal. Estaba agitado, cansado y apenas podía mantenerse en pie. Pero no se iba a dar por vencido ante nada, el seguiría de pie sin importarle nada.
Nuevamente es lanzado contra una pared con un fuerte golpe y haciendo que se desparramara por el piso. Levantó su rostro del suelo con dificultad y vio como aquel monstruo se le acercaba sonriendo con maldad. De repente una explosión hizo que cerrara levemente sus ojos y al abrirlos vio a Batman en frente suyo que lo ayudaba a levantarse del lugar.
_ ¿Explosivo plástico?-. Preguntó todavía aturdido.
_Si. Debemos alejarte lo más rápido posible para que la radiación de la Kryptonita no te afecte-. Contestó sin decir más mientras lo llevaba a la sala de control.
_No lo detendrá por mucho tiempo. Va a reconstruirse-. Suspiró cansado mientras ponía todo de sí para apresurar sus pasos.
Llegados ambos a la sala de control, Batman sentó en el suelo a Superman que ya se sentía un poco mejor. En seguida fue a los controles y puso en marcha al barco alejándolo del puerto. Sabía que si no llegaba a detener la bomba, al menos iba a reducir el daño causado por la explosión. Terminado esta tarea fue detrás de la pared y retiró el panel para ponerse a desactivar la bomba. Superman todo magullado se levantó y se acercó hasta su pareja y se sorprendió al ver los segundos que quedaban para que la bomba explote.
_Bruce… ¿Crees que…?-. Preguntó dudoso el hombre de acero.
_Si, lo haré-. Respondió escuetamente y luego lo miró unos segundos. –Y si no… al menos estás a mi lado-. Sonrió mansamente y volvió a continuar con su tarea.
Clark abrió enormemente sus ojos por el comentario del mayor y su cuerpo tembló al cruzársele la idea de que su pareja muriera allí. Volvió a mirar los segundos que quedaban y estaba seguro que Bruce no llegaría a desactivar la bomba. Su primera intención era decirle que se marchara pero sabiendo las vidas que había en juego estaba seguro que no lo haría, utilizaría hasta el último segundo de su vida en intentar detener la bomba. Entonces sin decir nada empujó con fuerza el cuerpo del mayor alejándolo bastante para poder utilizar su visión calórica alrededor de la bomba.
_ ¡¿Qué haces Clark?! ¡¿Estás loco?!-. Gritó levantándose del suelo.
_Lo siento Bruce, sé que no llegarás a desactivarla y no pienso dejarte morir aquí-. Tomó la gran bomba en sus manos y le sonrió.
_ ¡Tú estás débil! ¡No resistirás la explosión!- Le dijo acercándosele.
Clark alzó su cabeza y miró hacia el cielo con claras intenciones de tomar vuelo, pero al oír aproximarse a Metallo sabía que su pareja aún seguiría corriendo peligro si lo dejaba solo. Viéndolo aparecerse voló rápidamente hasta él y tomándolo por sorpresa se elevó con él atravesando el techo del barco y dirigiéndose lo más lejos posible al cielo. A pesar de que la Kryptonita lo debilitaba, no detuvo por ningún segundo su velocidad. Debía estar lo suficientemente alto para evitar que la explosión hiciera daño a las personas.
Batman maldijo el impulsivo accionar de su pareja y salió a toda velocidad a la superficie.
_ ¡Detente Clark! ¡Podrías morir con la Kryptonita a tu lado!-. Una vez llegado a la cubierta miró atento hacia el cielo.
_No me interesa, lo único que me importa… es que tú sigas con vida-. Dijo en un dulce susurro.
_ ¡SUPERMAAAAAAAAAN!-. Gritó potentemente.
Al instante, la bomba explotó produciendo una fuerte ráfaga de viento. Las potentes olas en el agua movieron fuertemente al barco y la poderosa luz cegó al caballero de la noche que se cubrió los ojos al instante con su capa. Apenas terminado el enorme destello de luz volvió a mirar hacia el cielo incrédulo al no ver nada más que el vació y sentir un completo silencio. No había ningún rastro del Kryptoniano.
_No puede ser… Clark…-. Dijo Bruce en un susurro angustiado y se desplomó en el piso.