Capítulo 15: Sentimientos Intensos.
Batman había perdió la cuenta de los días que pasó buscando al hombre de acero desde lo sucedido en el puerto. Solo había transcurrido un poco más de cuarenta días pero al caballero de la noche le daba la impresión que habían sido muchos más. La ausencia de su pareja le estaba afectando con el paso del tiempo, sumergiéndolo lentamente en una gran depresión de la cual le era imposible salir. Vivía únicamente con dos objetivos en su cabeza: limpiar a su ciudad de los criminales y buscar a Superman. De lo único que se hacía cargo el murciélago era de eso y nada más; cualquier otra cosa que le ocupara tiempo como cosas simples y básicas de la vida, eran descartadas.
Su familia y amigos estaban bastantes intranquilos por Batman ya que nadie era capaz de hacerle entrar en razón. Por más que le insistían en que se alimentara bien o que descansara, sus palabras caían en saco roto. Todos insistían para que detuviera su autodestructivo accionar y trataban de hacerle entender lo preocupados que estaban, pero Bruce solo afirmaba que se encontraba bien. El cruel paso del tiempo y la falta de evidencia a su irrefutable creencia de que el hombre de acero estaba vivo, solo hacían intensificar su depresión y por consecuencia su mal manejo frente a la situación.
Afortunadamente gracias al gerente comercial de Wayne Enterprises, Bruce logró salir de su rutinario estilo de vida.
Oficinas de Industrias Wayne.
_Buenos día señor Wayne, me alegro que haya accedido a encontrarse conmigo. Hacía mucho que no lo veíamos por la empresa-. Saludó Fox al ver entrar al millonario.
Bruce solo asintió y se sentó desplomándose sobre el sillón ejecutivo.
_Tengo muchas cosas que hacer Lucius, solo vine por tu insistencia sobre que era algo urgente. Te pido que apuremos el trámite-. Contestó molesto mientras lo seguía con la mirada.
Fox solo sonrió y haciendo caso omiso a las palabras del playboy se tomó su tiempo para sentarse y tomar el café que traía en mano. Bruce solo logró impacientarse y comenzó a mover su pie molesto. Pero decidió no decirle nada porque sabía que lograría que el hombre ralentizara todo aún más.
_Ya que ha estado muy ocupado, he tenido que hacerme cargo de ciertas cuestiones a las cuales debería haber tenido su consentimiento-. Tomo otro sorbo de su café. –Como me ha sido difícil contactar con usted, las decisiones las he tenido que tomar yo-. Dijo sonriendo mientras depositaba la taza sobre el escritorio.
_Lamento mi ausencia, en cuanto resuelva el inconveniente que traigo entre manos estaré más presente. Con respecto a las decisiones que tomaste, tengo plena confianza en que habrás sabido resolver cualquier problemática que se te haya presentado con eficiencia-. Contestó mientras se masajeaba las sienes.
_Le agradezco su confianza señor Wayne-. Hizo una pausa y miró el cansado semblante de su jefe. -He hablado con el señor Pennywoth y puedo confirmar sus preocupaciones. No se lo ve bien, lo que sea que le esté inquietando… debería tomarlo con calma… Antes que nada está su salud.
_Lo tendré en cuenta-. Comentó escuetamente. -Pero seguramente estoy aquí por otro motivo así que le pido por favor que vaya al grano-. Desvió el tema por completo.
_Bien… solo quería informarle que acordé una fecha con la señorita Lane por la cita a la cual se comprometió en el evento de caridad. La misma es este sábado próximo-. Y viendo la cara arrugada del otro continuó para evitar que se quejara. –Ha estado muy insistente desde hace semanas y no me quedó otra que programarle una fecha. La mujer podría poner en peligro la imagen del evento y estoy seguro que usted no desea que la misma quede perjudicada-.
Bruce solo suspiró de frustración, su imagen del playboy millonario le tenía sin cuidado, no le importaba que los periódicos hablaran mal de su persona, pero no deseaba arruinar la imagen del evento. El señor de la noche sintiéndose entre la espada y la pared accedió de mal gusto a formalizar la cita. Lo hacía solo para evitar que fuera afectado uno de los ingresos económicos más importantes que se realizaban a los lugares carenciados de la ciudad. Era la única cosa que efectuaba ante la ley de la cual se sentía orgulloso como Bruce Wayne.
_¡¿Me has hecho venir hasta aquí solo por esto?!-. Suspiró cansado e hizo una mueca al ver que el otro simplemente alzaba sus hombros relajado. –Entiendo… veo que sus intenciones van más allá de lo que aparenta pero… a pesar de todo me haré cargo como corresponde del tema. Agradezco que se tomara la molestia de acordar la cita por mí-. Dijo levantándose para salir del lugar pero se frenó un instante antes de atravesar la puerta. –Y Lucius… la próxima vez que debas acordar una cita para mí, trata de tener mi consentimiento-. Sin decir más se retiró.
_Descuide señor Wayne, no volverá a pasar-. Rió por dentro divertido.
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El restaurante al que acordaron reunirse ambos jóvenes era sin lugar a dudas el más hermoso de la ciudad de Metrópolis. El mismo reconocido por su alta calidad, solo lo frecuentaban personas famosas o adineradas logrando ser de uso exclusivo para la alta alcurnia. Para poder reservar una mesa tenías que ser alguien reconocido, y el nombre de Bruce Wayne era sabido por todos los estados, así que no tuvo ningún problema para acceder al sitio.
El glamour era la principal característica del edificio y este se desplegaba en cada rincón del mismo. Tanto la fachada como el interior estaban cuidados al detalle ofreciendo a los concurrentes una ambientación de excelente calidad. La mesa que había reservado el millonario estaba dispuesta en una zona privilegiada que ofrecía una espectacular vista al exterior, logrando conseguir un poco de intimidad distanciándolos de los otros comensales.
A pesar de todo lo que le brindaba el lugar a Batman, este estaba más que incómodo teniendo que estar con la famosa reportera. Deseaba que el protocolo formal terminara cuanto antes ya que no le apetecía compartir una cena con la mujer que alguna vez amó el súper hombre. Aunque en su momento Clark le había dejado bien en claro que ella nunca le había correspondido y que su corazón solo le pertenecía a él, no podía evitar sentirse molesto. Por tal motivo hacía un esfuerzo sobrehumano para no pensar en su pareja y trataba de poner su mente en blanco para distraerse en varias oportunidades.
Hacía largo rato que les habían servido la comida a ambos jóvenes y la reportera estaba a unos pocos bocados de terminar con su plato; en cambio el playboy apenas si había tocado el suyo. Su mirada se encontraba perdida dirigida hacia el exterior y cada tanto observaba su comida y la revolvía un poco para luego volver a mirar a un punto fijo a la nada. Estaba por demás distraído y no tenía apetito alguno. Últimamente la comida que le servían le parecía insípida; esto era una de las tantas excusas que decía para no comer.
_¿No le gusta lo que le sirvieron señor Wayne?-. Preguntó la mujer al notar el plato del otro casi intacto.
Bruce parecía no escucharla ya que no le miraba o dirigía la palabra, hacía ya varios minutos que ambos comensales permanecían en silencio sin intercambiar algún que otro diálogo. La reportera ya se estaba empezando a incomodar al notar la falta de interés del empresario por tratar de conversar con ella.
_Si lo desea puede pedir que le cambien el plato-. Insistió al no ver respuesta. Se sentía mal al pensar que podría desagradarle la comida ya que había sido ella la que sugirió el lugar.
Otra vez la mujer no obtuvo respuesta. Lois movió su cabeza hasta encontrase con los ojos del otro y cuando lo hizo notó que simplemente el millonario estaba mirando a la nada advirtiendo como sus orbes iban perdiendo brillo.
_Wayne… ¿se encuentra bien?-. Inquirió moviendo su mano enfrente del joven para llamar su atención.
La reportera resignándose por completo comió el último bocado de comida que quedaba en su plato y bebió todo el contenido de su copa. Al instante pensó que quizás era su compañía la que le desagradaba al millonario y se sintió por demás insegura de sí misma. Por tal motivo se sirvió más vino de la botella que se encontraba en la mesa y de nueva cuenta bebió el líquido por completo. Suspiró un poco más relajada y volvió a posar sus ojos en la esbelta figura del playboy que seguía perdido en su mundo.
_Quién iba a pensar que sería más divertido hablar con Villachica que con este hombre-. Bufó exasperada al sentirse ignorada mientras apoyaba su mentón sobre la mano y miraba hacia un costado.
Aquel apodo quitó del trance al hombre de la noche haciéndolo reaccionar al instante. No había oído ese sobrenombre desde hacía mucho tiempo y obviamente al segundo la figura de Clark se le vino a la mente entristeciéndolo a más no poder. A pesar de que había decidido acceder a la cita, no estaba de ánimo como para ser la compañía que la dama solicitaba. Obviamente si hubiera sido por el murciélago habría extendido este encuentro en el tiempo.
_Lamento si luzco distraído señorita Lane, últimamente no me he sentido muy bien. Pero cuénteme… ¿quién es Villachica?-. Curioseó haciéndose el desentendido mientras tomaba su copa para beber.
_Usted lo conoce… es mi compañero de trabajo, Clark Kent. Es un apodo simplemente-. La mujer se sonrojó al verse delatada por su comentario y se quedó pensativa al retener lo que le había dicho sobre que no se sentía bien.
_Se nota que son muy unidos… ¿Acaso el señor Kent y usted tienen algún tipo de relación?-. Bruce se sintió como un idiota al instante, ¿a dónde quería llegar con la pregunta?, él tenía más que clara la respuesta. No entendía porque pero de alguna forma parecía que necesitaba escuchar lo que sabía directamente de la boca de la mujer. –Descuide… no tiene por qué contestar-. Se corrigió al instante al sentir desubicada la pregunta y al notar la copa vacía de la mujer se la llenó.
La dama creyendo que el playboy estaba tanteando terreno en un intento de coquetear con ella, en seguida quiso aclarar la situación. No podía perder la oportunidad de engancharse al joven millonario por la culpa de un malentendido en su relación con su torpe amigo reportero.
_¡No, por favor! Solo es un gran amigo y compañero, ¡nada más!...-. Exclamó con energía y continuó. -…Tiene el camino libre conmigo Wayne-. Dijo esto último en un susurro y al instante sintiéndose avergonzada, tomó otra vez la copa hasta vaciarla.
Bruce solo sonrió y comenzó a platicar con la mujer de trivialidades ignorando el comentario de recién. Desde un principio le había dejado en claro a la reportera que esa noche iba a ser solo para disfrutar y que no tenía ninguna intención de responder a preguntas con propósitos para algún que otro artículo. Durante el resto de la velada, el murciélago hizo un gran esfuerzo por no distraerse más y por parecer lo más simpático posible; debía terminar bien la cena si quería dejar contenta a la mujer y evitar cualquier problema.
Finalizada la cita, Bruce como todo un caballero acompañó a la dama hasta su departamento, y al verla con unas cuantas copas encima, se sintió en la obligación de subir con ella hasta asegurarse que estuviera bien. Viéndola que apenas si se podía mantener en pie, la sostuvo de la cintura para evitar que se cayera mientras caminaban por el largo pasillo hasta su puerta.
_Señor Wayne… muy astuto de su parte el querer acompañarme hasta ver que llegue a salvo. Bien jugado-. Dijo golpeando el pecho del otro mientras se reía a carcajadas.
_¿Tan mala fama tengo señorita Lane?, realmente mi propósito es simplemente asegurarme que usted entre sin problemas al departamento-. Soltó a la mujer una vez llegados hasta su puerta.
_Claro… si… como usted diga. Igual si desea pasar podría prepararle un café-. Se sonrojó al instante y buscó torpemente sus llaves en su pequeña cartera. Una vez que las encontró intentó abrir su puerta pero de alguna manera no podía encajar la llave en la cerradura. –Maldición-. Se quejó al caérsele las llaves de la mano. Su pequeña borrachera le hacía perder su motricidad fina.
Bruce exhaló fatigoso y se agachó para levantar la llave del suelo.
_Aquí tienes-. Se la ofreció a la dama con una enorme sonrisa.
Lois con ojos brillosos y cachetes encendidos lo miró unos instantes a los ojos para luego posar la mirada sobre la tentadora boca del millonario. Sonrió apenas visiblemente y de un arrebato arrinconó al playboy a la puerta y lo besó sorpresivamente tomándolo de las solapas de su saco. El joven no supo cómo reaccionar y se dejó estar unos segundos, la inesperada reacción de la mujer lo paralizó. Abrió grande sus ojos incómodo y al instante separó el cuerpo de la reportera por los hombros. Esta solo hizo un mohín al no sentirse correspondida y tras una leve sonrisa cerró sus ojos y se desplomó. Afortunadamente Bruce la sostuvo entre sus brazos evitando que se cayera al piso. Rodó los ojos molesto y luego utilizó la llave que aún sostenía en mano e ingresó al departamento con la mujer en brazos. Buscó su dormitorio y la recostó sobre la cama para luego quitarle los zapatos antes de taparla. La reportera volvió a despertarse y agarró del cuello al señor de la noche empujándolo hasta lograr tumbarlo sobre ella.
_Señorita Lane, creo que malinterpreta mis intenciones. Solo deseo acostarla-. Trató de persuadir a la mujer mientras quitaba uno de los brazos que había rodeado su cuello.
_¿Que espera señor Wayne?... Hágame suya-. Dijo metiendo la mano retirada en el trasero del joven y lo besó nuevamente empujando la nuca del contrario contra sus labios.
Bruce separándose del agarre se irguió al instante y haciendo presión con su pulgar en el cuello de la dama la dejó inconsciente sin lastimarla. Se quedó unos segundos sobre la mujer recuperando el aliento y siseó la cabeza para alejar los pensamientos turbios que se le cruzaban por la mente. No era que la deseaba, por el contrario le daba asco, y si hubiera sido un hombre sin dudas le hubiera pegado sin pensar, pero lamentablemente era una dama y encima borracha. Luego de levantarse limpió su boca con la manga de su saco y se dispuso por fin a tapar a la mujer. Salió del cuarto de la reportera y sin darse cuenta comenzó a tambalearse hasta la salida mientras para evitar caerse se iba sosteniendo de cualquier superficie que tuviera a su alcance. Se había mareado fuertemente y una vez llegado hasta la salida cerró la puerta tras de sí y se desplomó en la entrada agitado del esfuerzo de caminar. Trató de tapar sus ojos con su mano al sentir como todo a su alrededor daba vueltas. Él no había bebido nada pero la razón por la que se encontraba así no tenía nada que ver con el alcohol. Lo terrible del tema era que no era la primera vez que se descompensaba de esa manera, ya se estaba volviendo algo habitual de todos los días.
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Unos días después. Batcave.
El señor de la noche estaba frente a su computadora como de costumbre revisando información que había recolectado durante los últimos días. Su mayordomo estaba cerca de allí y decidido con plato en mano se acercó al menor hasta posicionarse a su lado. Luego sorpresivamente le retira la máscara hacia atrás y con el tenedor le ofrece comida directamente sobre los labios. Bruce miró desconfiado el trozo de carne que sostenía su mayordomo y alzó una ceja divertido.
_Al parecer ha olvidado como comer señor. No me queda otra que alimentarlo como a los niños-. Dijo sin inmutarse el mayordomo.
Bruce suspiró y desvió su vista a un costado. Simplemente para complacer al mayor tomó el tenedor y se dispuso a masticar la comida.
_Deja el plato por allí Alfred, termino con esto y te juro que voy a comer-. Le entregó de vuelta el tenedor.
_Este mes he tirado muchas veces comida a la basura que usted ha dejado sin tocar. Ya me ha prometido cenar en otras oportunidades y luego no lo hizo. Me voy a quedar aquí hasta verle terminar su plato-. Insistió mientras se disponía a cortar otro trozo de carne.
Bruce solo pudo sonreír y decidió apartar sus manos de la tarea que estaba realizando para acomodarse y tomar el plato. No tenía apetito pero deseaba tranquilizar a su mayordomo que al parecer no le importaba usar cualquier método con tal de verlo comer. Pero desistió de su tarea al ver y oír una alarma en la pantalla principal. Alfred suspiró frustrado y retiró el plato del lugar y Bruce se colocó la máscara para luego presionar un botón dejando ver a la persona que solicitaba hablar con él.
La figura de Diana apareció en la pantalla y de fondo se podía escuchar que una batalla se estaba librando. La mujer habló enseguida.
_¡Batman! ¡Requerimos tu ayuda cuanto antes!-. Solicitó apresurada la guerrera. –Estamos en un enfrentamiento en…-.
_Estoy ocupado princesa, puedes pedirle a John que te envíe a cualquier integrante de la liga en la Atalaya-. Interrumpió a la mujer sin siquiera dejarla terminar la frase.
_Es urgente Bruce, ¡necesitamos tus conocimientos para desactivar una bomba!-. Y antes de que el otro volviera a negarse acotó. –Es enorme y no estamos seguros de moverla, podríamos causar su detonación, eres el único que puede hacerse cargo-.
_Dudo que sea su única opción, llegado el caso puedes pedirle a Linterna Verde que la cubra. Estoy seguro que no necesitan mi ayuda-. Dijo tranquilo y acercó su mano al botón para cortar la comunicación.
_¡Es Metrópolis Bruce!-.Dijo alzando todavía más su voz. –Además Stewart está en una misión fuera del sistema solar. ¡Solo podemos contar contigo!-.Insistió la guerrera.
Desde un principio Bruce sospechaba que solo lo convocaba con la excusa de hacerlo salir de su Batcave, no era la primera vez que lo llamaban y que simplemente resultaba ser un pretexto para forzarlo a verse con los demás. Pero al escuchar el nombre de la ciudad no pudo evitar sentir un cosquilleo en el estómago y apretó los puños. Si realmente era cierto que precisaban su ayuda, él debía responder cuanto antes, simplemente por el hecho de que se sentía en falta con Metrópolis al considerarse responsable por haberle desprovisto de su héroe más valioso. Así que sin pensarlo más, se levantó en seguida de la silla y activó su transporte aéreo mientras se acercaba al mismo.
_En unos minutos estoy allí Diana-. Dijo escuetamente y se subió a su jet.
La compuerta para la salida del Batjet se abrió y Bruce salió volando a toda marcha hacia Metrópolis.
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Batman llegó al lugar en cuestión de minutos, se ubicó sobre el sitio donde el GPS le indicaba la posición de la Amazona y sin perder tiempo colocó al Batjet en piloto automático. Luego abrió rápidamente la parte superior de su transporte y de un salto se lanzó al vacío. Viendo hacia abajo, localizó a la mujer que estaba luchando con varios hombres a la vez y distinguiendo a uno que iba a atacarle por la espalda se posicionó sobre este y cayó con todos su peso sacándolo fuera de combate al instante. Miró unos segundos a su alrededor y vio a Hawkgirl que estaba luchando con su mazo desplegando a varios malhechores que estaban destruyendo los negocios y en el transcurso cubría a los civiles que eran objetivo de disparos. También escuchó los gritos desesperados de las personas mientras trataban de huir y distinguió una estela que corría de un lado a otro alzando a las personas distanciándolas del lugar. Flash no detenía su marcha y en el camino iba noqueado a cuanto delincuente se le cruzaba.
Diana al ver al murciélago sonrió de oreja a oreja y se arrimó para abrazarlo con fuerza y luego posar su mano sobre el hombro.
_Me alegro que hayas venido. No perdamos tiempo, te llevaré donde está la bomba-. Alzó vuelo sin decir más y tomó del brazo al millonario encaminándose a donde residía el mayor peligro.
Bruce miró hacia el suelo y reconoció a varios villanos a los cuales se enfrentaba comúnmente el hombre de acero y a diversos súper héroes que se encontraban en el lugar de la batalla conteniéndolos. La cantidad de criminales se iba disminuyendo conforme se iban alejando del centro la ciudad. Obviamente no todos estaban al tanto de la inminente explosión.
_Supongo que la bomba está en la plaza central-. Dijo alzando su vista a la mujer.
–Si…-. Susurró y se entristeció al sentir como el cuerpo de su amigo se estremecía.
Allí en la plaza se encontraba la tumba representativa del héroe de Metrópolis.
–Como podrás notar varios villanos se unieron para destruir la ciudad que Superman protegió durante tanto tiempo. Se dieron varios ataques simultáneos pero lo más terrible de la situación es la bomba que colocaron en la plaza. ¡Esos malditos no solo quieren sembrar caos por todos lados sino que tienen intenciones de destruir y profanar el lugar de descanso de nuestro amigo!-. Apretó con fuerza el agarre que sostenía al murciélago.
_Eso no va a pasar. No mientras yo esté aquí-. Dijo con voz firme y segura el millonario.
En cuestión de segundo arribaron al destino y sin perder más tiempo Batman sacó sus herramientas, abrió el panel que cubría al cableado de la bomba y se dispuso a desactivar la misma. Diana se colocó detrás de él en guardia lista para atacar a cualquiera que se le acercara. Y así lo hizo cuando unos hombres llegaron disparando contra ellos y la Amazona utilizó sus brazaletes para desviar los tiros. Al instante salió volando al encuentro de los hombres y con fuertes puñetazos los dejó inconscientes fácilmente. Afortunadamente los grandes villanos estaban ocupados en otro lugar dejando la plaza a la suerte de simples delincuentes. Luego regresó rápidamente al lado del murciélago tomando nuevamente una posición defensiva.
Bruce estaba completamente absorto en su tarea, sabía que la mujer detendría a cualquiera que se le acercara así que concentró todos sus instintos en desactivar el artefacto. Pero sin darse cuenta, de un momento a otro, la pinza que sostenía en la mano se le cayó y dio unos pasos hacia atrás mareado.
_¿Batman? ¿Te encuentras bien?- Dijo la mujer al notarlo arrodillado en el suelo y se le acercó hasta tomarlo de los hombros.
_“No… por favor, ahora no”-. Pensó el señor de la noche mientras cerraba sus ojos y tapaba su rostro con la mano.
La princesa podía ver como respiraba con dificultad y como unas gotas de transpiración recorrían su mejilla. Bruce sacudió su cabeza para intentar aclarar su vista pero aún así esta seguía borrosa. Tratando de disimular su malestar apartó las manos de la mujer que lo sostenían.
–Estoy bien princesa-. Mintió levantándose con esfuerzo del suelo y recogió la pinza.
Diana lo miró asustada, sabía que estaba ocultándole algo y podía notar a simple vista que no se encontraba bien. Se hacía una nota mental para hablar luego con su amigo aunque este no quisiera ya que consideraba que la situación se había ido de las manos; estaba dispuesta a obligarlo si de esa manera lo podía ayudar.
Batman no se demoró mucho más tiempo en la tarea y al instante cortó un cable que hizo detener el conteo regresivo del dispositivo. Bruce suspiró aliviado y se dejó caer sobre sus rodillas, le costaba mantenerse parado de lo cansando que se sentía, seguido de esto miró atento a la pared que se alzaba en alto con la “S” dibujada en medio. Sonrió satisfecho al lograr proteger la ciudad que tanto amaba su pareja. Wonder Woman también sonrió victoriosa y al ver la actitud del joven decidió no decir nada en ese momento y se acercó hasta la bomba para tomarla en brazos.
_Bruce… necesitamos hablar-. Dijo firme alzando vuelo. –No te vayas hasta que regrese, espérame por favor-. Al instante la mujer se alejó con el dispositivo del lugar.
Bruce se quedó largo rato tendido en el suelo tratando de recuperar su aliento hasta que un impulso lo hizo levantarse para luego acercarse a la enorme pared. Miró detenidamente la “S” dibujada y no pudo evitar sentir como se le formaba un nudo en la garganta. Unas lágrimas amenazaron con salir de sus ojos pero las contuvo con fuerza.
_Tengo varias cosas que decir… Debí haberlas dicho cuando estabas aquí… pero a pesar de nuestras diferencias siento un gran respeto por ti. Ojala supieras… sepas esto-. Bajó su vista adolorido. -Tú me enseñaste que no siempre la justicia sale de la oscuridad…-. Alzó su rostro nuevamente y apoyó su mano sobre la piedra. –Durante mucho tiempo me sentí solo y solo tú supiste como sacarme de las tinieblas e iluminar mi oscuro corazón. Lamento… no haberte dicho las palabras que deseabas oír, solo por culpa de mi orgullo y arrogancia…-.
Hawkgirl y Flash se acercaron a Diana que había regresado minutos atrás y había permanecido a la distancia observando a su amigo. Ambos héroes habían terminado con sus tareas.
_¿Cómo está?-. Preguntó Shayera a la amazona mientras apoyaba su mazo en el hombro.
_Como lo ves…- Contestó la princesa mientras se abrazaba. Miró unos segundos al cielo y se estremeció.
Una enorme tormenta se avecinaba, podía sentir como el viento comenzaba a soplar con mayor fuerza y el cielo se cubría en cuestión de segundos. Ya no tan lejos se podía distinguir como entre las nubes los relámpagos alumbraban al oscuro cielo. La humedad brotaba del piso señal de que caería abundante agua. Shayera tocó el hombro de la amazona distrayéndola de sus pensamientos.
_Tan intensos son sus sentimientos que hasta el cielo lo acompaña-. Dijo la princesa sintiendo la energía que se estaba por desatar en los cielos. Y volviendo a mirar a la chica halcón continuó. –Tenemos que… ¡necesitamos hacer algo!... Antes lo cargué hasta aquí y sentí como su…-. Y la mujer es interrumpida por el velocista.
_¿Qué hacemos aquí parados? ¡Deberíamos ir a saludarlo! Se lo ve solo y triste. Más que nunca necesita de la ayuda de sus amigos-. Flash apoyó sus brazos en la cintura y miró atento a la cara de las chicas. Ladeó su cabeza esperando alguna respuesta pero ambas mujeres permanecieron en silencio. –Bien, si ustedes no quieren ir…-. Hizo ademán de salir corriendo pero es sostenido de la parte trasera de su traje por Shayera.
_Alto ahí jovencito, tú no irás a ningún lado. Obviamente Batman necesita privacidad. Dejémoslo un rato a solas-. Soltó el agarre del muchacho que se quedó cabizbajo.
_Pero…-. Alzó su rostro para objetar.
_Nada de peros, tú te quedas aquí quietito mientras…-. Y la voz de Shayera es interrumpida por una potente luz y un ruido estrepitoso.
De repente el suelo comenzó a temblar y la potente luz empezó a girar en forma de espiral. Batman se acercó corriendo a los tres que trataban de acostumbrar la vista confundidos por el repentino estruendo. Los héroes no sabían que estaba sucediendo y miraron extrañados en dirección a la luz. Una vez que esta fue disipada, los cuatro que estaban allí parados quedaron atónitos al ver la figura que se revelaba. Apareció un hombre que tenía los ropajes un poco maltrechos y una insipiente barba que les hacía dudar de quien era, pero al cabo de unos segundos reconocieron a su tan querido amigo. Superman había aparecido de la nada y se acercaba con una enorme sonrisa hacia ellos.
Flash fue el primero en reconocerlo y salió corriendo a su encuentro con lágrimas en los ojos hasta abrazarlo fuertemente.
_¡Dios! ¡Amigo! ¡Es imposible! Tú deberías estar…-. Se detuvo al instante y tragó saliva mientras secaba sus lágrimas.
_¿Muerto? No lo creo. No los dejaría por nada en el mundo-. Sonrió ampliamente y miró en dirección a donde estaban los tres restantes.
_Es bueno verte Superman-. Shayera se acercó y no pudo evitar tocar sus ropajes. -¿Dónde has estado todo este tiempo?-. Preguntó asombrada al ver su vestimenta y barba con intriga.
_Larga historia… luego les contaré los detalles-. Y sin decir más se acercó con paso firme hasta el murciélago.
Batman había detenido su marcha al reconocer al hombre de acero, paralizado e incrédulo de ver a su pareja. Tenía muchas cosas que quería decir pero ninguna se le venía a la mente en ese momento. Abrió su boca en un ademán por comentar algo pero esta quedó abierta por unos segundos y luego se cerró con fuerza mientas los músculos de su mandíbula se contraían duramente.
_Bruce…-. Dijo en un susurro ahogado el héroe de Metrópolis al llegar a su lado. Tenía el impulso de saltar a sus brazos pero sabía que estaban sus amigos cerca y que tenía que disimular.
Batman al escuchar su nombre pronunciado por la voz de su pareja tembló sintiendo como su cuerpo reaccionaba a su timbre y sus primeras palabras salieron a flote.
_Yo… sabía que…-. Dijo con voz entrecortada y extendió su mano para tocarlo, pero se detuvo en seco a unos centímetros del otro. Cerró su mano en puño y bajó su brazo al instante para después presionar un botón en su cinturón. –Siempre supe que estabas vivo. Me alegra volverte a ver-. Continuó hablando de forma impasible y luego alzando su mano tiró de su gancho al cielo, este se enroscó en una de las alas del Batjet que estaba pasando sobre las cabezas de todos y se alejó volando del lugar rápidamente.
El Kryptoniano se extrañó por la actitud del mayor y trató de alzar vuelo para seguirlo pero es detenido por la mano de Wonder Woman.
_El día de la explosión… todos te dimos por muerto Clark; pero Bruce en ningún momento se dio por vencido. Él afirmaba que estabas vivo y nunca dejó de buscarte en todo este tiempo. Deberías dejarlo solo por ahora, necesita espacio para asimilar lo que está sintiendo. Ha sufrido mucho… tu ausencia-. La princesa dijo esto último casi en un susurro.
Superman escuchó atento a las palabras de la mujer, pero su corazón le pedía a gritos ir tras el murciélago. Se sentía culpable por haberle causando tanta angustia a su pareja y más que nada deseaba poder ir hasta su encuentro para besarlo, abrazarlo y reconfortarlo. Había deseado ponerse en contacto durante todo este tiempo con él pero le era imposible por el lugar en donde se encontraba. Ahora que había regresado de su larga ausencia y que estaba cerca del playboy, no iba a permanecer ni un segundo más sin estar a su lado. Así que sin hacer caso a la petición de la guerrera solo le sonrió disculpándose y alzó vuelo decidido en ir en búsqueda de su pareja.
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Bruce necesitaba alejarse cuanto antes del hombre de acero, tenerlo cerca le hacía sentir como si su pecho fuera a explotar de un momento a otro. Sentía una mezcla de sensaciones encontradas que lo invadían y desbordaban a más no poder y una necesidad imperiosa de controlarlas surgió desde el centro de su abdomen. Si no lo hacía cuanto antes, tenía el presentimiento que colapsaría de un momento a otro. Era consciente que necesitaba detenerse para controlarse y además debía recuperar el aliento que había perdido desde que alzó vuelo. Bruce no era consciente que simplemente estaba aguantando la respiración.
Viendo desde las alturas una estructura por la cual detenerse, soltó el agarre de su gancho y planeo hasta el rascacielos en construcción que tenía debajo. Cerró su capa para descender sobre una enorme viga y se acercó hasta la punta para mirar todo a su alrededor.
Los truenos comenzaron a resonar con potencia indicando la inminente tormenta que se estaba instalando sobre él. Las luces de los relámpagos iluminaban el cielo por completo y sin hacerse esperar más, la lluvia cayó con toda su furia. Y como si el cielo le clamara que también vertiera sus lágrimas, Bruce comenzó a llorar angustiosamente. La única vez que había llorado había sido cuando hicieron la ceremonia de entierro del súper hombre y desde esa vez se había jurado que no volvería hacerlo. Pero el verlo vivo nuevamente y el confirmar sus sospechas, habían logrado inundarlo de felicidad. Si bien durante todo este tiempo había afirmado que el hombre de acero estaba vivo, conforme iba pasando los días iba perdiendo las ilusiones y así como por arte de magia sus esperanzas habían regresado. Superman realmente estaba vivo.
Batman empezó a sentirse ahogado y le costaba respirar. Por tal motivo sin ningún temor de ser descubierto gracias al lugar en donde se encontraba, retiró su máscara junto a su capa para permitirle inhalar cómodamente y alzó su mentón al cielo para lograr que el agua de la lluvia lavara su rostro. Mientras con una mano se sostenía el pecho que subía y bajaba tratando de controlar su respiración agitada, la otra soltó el agarre de su prenda dejándola a la suerte.
_¿Sueles quitarte la máscara seguido?-. Preguntó el Kryptoniano que no sabía cómo romper el hielo. En su mano sostenía parte del traje que el murciélago había descartado segundos atrás.
Bruce tembló a escuchar la voz detrás suyo y se volteó lentamente. Lo miró atento a los ojos y Clark no pudo evitar sentir como un cosquilleo recorría su espalda. La figura del mayor era visiblemente más delgada de lo que solía recordar y sus ojos estaban rojos e hinchados además de tener unas pronunciadas ojeras. Podía notar a simple vista como su cuerpo temblaba y el esfuerzo que hacía para controlar su respiración.
_No molestes Clark... por favor… vete-. Suplicó en un susurro lastimero mientras trataba de controlar sus sollozos.
_Dios Bruce… lo siento-. Notó al instante a pesar de la lluvia como las lágrimas descendían a borbotones de los ojos de su pareja. Sintió un imperioso deseo de aproximarse, así que voló lentamente hacia el millonario.
_¡No te acerques!-. Gritó con su brazo en alto manteniendo la distancia.
Bruce se sentía débil y vulnerable, no deseaba que su pareja lo viera en ese terrible estado. Sabía que el otro podía distinguir sus lágrimas y su mala condición. Necesitaba más tiempo a solas para calmarse.
_Pero es lo que más deseo hacer-. Extendió su mano para intentar tocarlo y el otro la retiró al instante.
_Por favor Clark… no lo hagas… no cuando me siento así-. Y colocó su mano en su pecho para tratar de tranquilizar los fuertes latidos de su corazón.
Superman se quedó inmóvil a la espera de las indicaciones de su pareja. El playboy le pedía que no se le acercara y eso se lo iba a respetar, pero el Kryptoniano no tenía ninguna intención de marcharse.
Bruce entendió al instante que la única manera de alivianar la pesadez que tenía en su pecho era no contenerse más y decir todo lo que necesitaba decir. Así que luego de una pausa abrió su boca con claras intenciones de hablar.
_Maldición Clark. Duele… duele como ninguna otra herida me ha dolido jamás-. Lo miró intensamente a los ojos mientras sostuvo su pecho con fuerza. –Lamento no habértelo dicho antes. Necesité que te fueras de mi lado para confirmarlo-. Sonrió con tristeza y soltó lo que más deseaba decir desde que lo volvió a ver. -Te amo… Clark-. Dijo dulcemente mientras cerró sus párpados y aflojó la tensión en su cuerpo. Sentía como un peso de encima se liberaba al transmitir sus sentimientos. Al instante abrió sus ojos y se sonrojó avergonzado.
Clark abrió enormemente los ojos y su corazón dio un vuelco que lo hizo temblar. Sin importarle nada más salió volando hasta abrazar al playboy rodeándolo por la cintura y descansando su frente en el cuello. Podía sentir como el corazón de su novio palpitaba vigorosamente y de igual manera lo hacía el suyo.
_Te amo Clark-. Dijo nuevamente Batman al oído mientras correspondía con fuerza el abrazo del súper hombre.
El Kryptoniano se alejó un poco y miró unos segundos al murciélago.
_Yo también te amo Bruce-. Y sin contenerse más lo besó.
Las lenguas de ambos dos luchaban desesperadamente por inspeccionar la cavidad ajena. Se deseaban con frenesí y solo se separaban unos centímetros para tomar impulso y arremeter nuevamente con fiereza la entrada del otro. Extrañaban con demasía la sensación de sus labios unidos y disfrutaban el intercambio de humedad que se producía entre sus bocas. Clark aún podía sentir el sabor salado producto de las lágrimas que continuaban descendiendo de los ojos de su amante.
El corazón de Superman parecía que iba a estallar de felicidad al sentirse lleno gracias a las palabras de su novio. Él sabía desde hacía tiempo que su pareja lo amaba y no le importaba esperar el tiempo necesario para que su novio tuviera la confianza para decírselo. Jamás creyó que el escucharlo por primera vez a conciencia hiciera que su cuerpo entero temblara colmándolo por completo.
Al separarse Clark notó como la firmeza en los músculos del mayor cedían perdiendo sostén en sus piernas. Lo mantuvo de la cintura y acercó sus labios al oído del otro para hablarle delicadamente. Pero no pudo resistirse a la tentación que tenía en frente e inhaló el aroma de su pareja mientras recorría con su nariz el empapado cuello del millonario.
_Te deseo Bruce… mi departamento está cerca. No deberíamos estar aquí bajo la lluvia-. Susurró el Kryptoniano con lujuria.
Bruce se sonrojó al instante y sin decir nada asintió con su cabeza. Él también lo deseaba, así que simplemente se dejó tomar en brazos por el menor sin quejarse. Por el contrario, se agarró con fuerza del cuello de su pareja, actitud que sorprendió a Superman pero al mismo tiempo le encantó. Tomándolo con firmeza sin más rodeos, Clark salió volando en dirección a su casa a una gran velocidad. Ambos necesitaban tiempo para hablar y ponerse más cómodos.