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Quiero ser tu apoyo por Lure89

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Notas del capitulo:

Hola!!! Al fin de vacaciones pero… sigo trabajando! Jeje así que por más que quiera darle de lleno, no puedo. Además, me metí a escribir otra historia. Lo siento, no lo pude evitar! Peeeero, dentro de todo no pasó un mes como en otras oportunidades. Aplausos para mí!!! Bueno, sin más interrupciones, los invito a leer. X3

Capítulo 24: Nunca has Confiado en Alguien.

  

Luego de aclarar aquella confusión sobre la primer visita que había hecho Bruce al taller de Tony Stark, los tres héroes se dispusieron a escuchar al murciélago que debía informarles sobre el plan ideado para actuar en la problemática que tenían que resolver. Como siempre, el caballero de la noche fue muy meticuloso en los detalles, dándoles papeles de acción a todos para que en conjunto pudieran salir victoriosos del asunto. En ningún momento hubo interrupciones en el relato y todos esperaron pacientes a que el playboy terminara con su discurso para poder subsanar algunas dudas. A pesar de que ninguno quiso parar al millonario en su narración, los tres arrugaban sus rostros estando un tanto disconformes con lo que les estaba proponiendo; en especial el Kryptoniano, que por momentos apretaba sus puños frustrado y se mordía el labio nervioso. Al finalizar, cada uno fue consultando sobre algunas cuestiones que no les habían quedado del todo claras y otras tantas que necesitaban de más referencias para comprender del todo. Durante varios minutos, los tres oyentes se quedaron pensativos tratando de asimilar lo que habían oído hasta que, cansado del mutismo, el señor de Gotham habló.

 

—Me gustaría que me dieran su opinión sobre el asunto. Los veo preocupados y lo entiendo. Sé que será complicado pero… creo que no tenemos muchas más opciones. Estoy seguro que es la mejor manera para obtener el resultado que estamos buscando. —Batman suspiró rascándose la nuca, percibiendo la tensión generada en el ambiente.

 

Clark, que hasta ese entonces se estaba conteniendo para expresar lo que sentía, tomó la palabra y fue el primero en acotar de manera ruda—: Bruce… me niego rotundamente a que hagamos eso —respondió decidido, dedicándole una mirada seria a su pareja—. Debe haber otra solución. No voy a dejar que te expongas de esa forma. —Se cruzó de brazos negado a cualquier tipo de diálogo al respecto.

 

La contemplación de Bruce dirigida al menor fue penetrante, lo observó por varios segundos desafiándolo con la mirada y luego con un resoplido lo ignoró y miró directamente a la pareja que aún seguía meditando sobre el asunto. Estos se miraron por unos segundos, buscando en el otro que responder, hasta que fue el castaño quien se animó a hablar.

 

—¿Qué quieres que diga Bruce?, en verdad… es peligroso. Pero debo admitir que es la mejor oportunidad que tenemos —acotó a la vez que se rascaba la barbilla tratando de buscar otras opciones en su mente brillante.

 

—Debe haber otra forma. No podemos arriesgarnos así. —El rubio siseó la cabeza disconforme—. Además, si cometemos un solo error… todo se irá por la boda. ¿Cómo sabes que va a salir todo bien? —Apoyó la mano en la rodilla de su novio buscando acordar en encontrar otra manera.

 

La cara que Tony le devolvió lo hizo cambiar de parecer, este le levantó la comisura del labio en un intento de sonrisa demostrando en sus ojos un dejo de angustia y resignación. Obviamente sabía que muchas más opciones no tenían, o no al menos con el poco tiempo que les quedaba para actuar.

 

—La verdad no tengo una respuesta para eso capitán Rogers —contestó el murciélago a la pregunta haciendo que todos se volvieran a mirarlo—, no lo sabremos hasta que lo intentemos. Pero estoy seguro que cualquier inconveniente que surja haremos lo que esté a nuestro alcance para resolverlo. —Bruce se puso de pie con intenciones de dirigirse a la cocina pero no pudo ir muy lejos al ser agarrado de la muñeca por el reportero.

 

—Aunque los demás digan que sí, realmente no me importa, no voy a permitir que sigas adelante con este plan. Si algo sale mal, podrías entrar en un enfrentamiento, y en tú estado débil y anémico, no serás capaz de manejarlo —sentenció con voz grave y mirada seria. Clark estaba decidido a detener la locura que estaba por emprender su pareja sin importarle las consecuencias, primero antes que nada debía preservar su bienestar, más, sabiendo la condición en la que se encontraba—. No tienes mi aprobación.

 

La mandíbula de Bruce se cerró con fuerza y contrajo completamente las facciones de su rostro producto de un profundo enojo. Acto seguido retiró el agarre con brusquedad y dando un paso hacia atrás vociferó enfurecido—: ¡¿Pero quién te crees que eres?! ¡¿Qué no lo vas a permitir?! Haremos esto con o sin tu consentimiento. —Caminó pisando fuerte hacia la salida, tomó una campera del perchero y salió por la puerta cerrándola de un portazo.

 

Los ojos de Clark quedaron bien abiertos de la sorpresa ante la irascible reacción de su pareja e inmediatamente se puso de pie para seguirlo. Caminó presuroso hacia la puerta pero la voz de Tony, que se puso de pie para hablarle, lo detuvo por unos instantes.

 

—Alto allí grandote, será mejor dejarlo un rato a solas. —Trató de detenerlo antes que surgiera una pelea más importante—. Está enojado en estos momentos, quizás lo mejor sea dejar que se calme un poco; seguro dará una vuelta y regresará más tranquilo. Piensa que… le está dando mucho peso a esto por la similitud con su historia. —Se acercó a Clark que se había quedado meditando sus palabras y al estar a su lado le llamó la atención tomándolo del hombro.

 

—Lo siento, quizás tengas razón. Pero Bruce suele encerrar sus sentimientos y aislarse. Ha estado demasiado tiempo solo en lo que va de su vida, no voy a permitir que siga estándolo. —Abrió la puerta de salida y se encaminó decidido a buscarlo.

 

Stark suspiró, se giró para mirar a su novio y alzó los hombros resignado para luego llevar ambas manos a la cintura. Caminó hasta estar a la altura del soldado, se colocó entre sus piernas con un gesto angustioso y abrazó su cuello para luego besar sus cabellos.

 

—No te preocupes por ellos Tony, déjalos resolver sus problemas. Dales un tiempo a solas. Lo necesitan. —Palmeó sobre el sillón al verlo salirse del agarre y lo invitó a sentarse a su lado no sin antes darle un tierno beso en los labios.

 

____________________

 

 

Al salir de la habitación, Bruce se encaminó rápidamente al elevador para salir del edificio cuanto antes. Se sentía malhumorado como para seguir conversando con su pareja después de aquella áspera acotación, así que para evitar terminar creciendo la discusión entre ambos hasta un límite peligroso, prefirió retirarse del lugar para despejar su cabeza.

Lo primero que hizo mientras descendía hacia la planta baja, fue colocarse la campera para cubrirse el rostro con la capucha. Aún debía permanecer oculto ante la sociedad Londinense para evitar que la situación por la que estaban atravesando se complicara todavía más. Se maldecía por dentro de haber salido a las apuradas, ya que había olvidado tomar los lentes de sol con los cuales ocultaba sus ojos; estos estaban ubicados a simple vista sobre una mesa junto a la puerta, pero su enojo había hecho que se olvidara de los mismos. Al llegar al piso de abajo, agachó la cabeza, saludó con un gesto de su mano a los de recepción y con paso presuroso se encaminó hacia la calle. Las pisadas de Bruce al caminar por el barrio eran fuertes y cargadas de enojo, se notaba a simple vista la rigidez en la que se había sumergido de lo molesto que se sentía. Mientras recorría las calles de Londres, murmuraba cosas sin sentido y refunfuñaba mientras buscaba meterse en lugares poco transitados para salir del paso de la gente; no deseaba ver a nadie en ese momento y quería aprovechar un poco de la soledad que últimamente le hacía falta. Se sentía fastidioso, muy fastidioso por la actitud prepotente de su pareja, pero a pesar de todo, entendía su preocupación. Era obvio que con lo atento que solía ser con él reaccionara así. De alguna forma se lo esperaba, debía de haber anticipado que la idea que tenía para proponerle no le gustaría en lo más mínimo. Encima, a la respuesta autoritaria de Clark, le sumaba su recientemente mal humor que hacía que todo lo empeorara un poco más. Aunque era consciente que el plan era peligroso, por dentro había pensado que Clark no se lo tomaría tan serio como lo había hecho. A la vez que seguía rumiando todo lo sucedido en el departamento, sintió su presencia cerca haciéndolo irritar un poco más.

 

—Déjame solo Clark, no quiero hablar contigo en este momento —advirtió con tono peligroso a su pareja que lo estaba siguiendo desde que había salido del edificio—. No estoy de humor como para aguantar tus estupideces. —Se frenó y se dio media vuelta para mirarlo con esos ojos penetrantes, descolocándolo.

 

—Entiendo tu enojo, no debí haber dicho aquello de esa manera, fue precipitado y rudo de mi parte. Pero entiéndeme, tengo miedo por lo que pueda llegar a pasarte Bruce, trata de ponerte un poco en mi lugar. —Dio unos pasos para acercarse al mayor e inmediatamente este volvió a retomar la marcha para alejarse de él.

 

—No me importa, esto no está en discusión. Ahora que no hay más nada que conversar… te pido que te vayas, no quiero tenerte cerca en este momento. —Giró su rostro sin dejar de caminar y lo observó por arriba del hombro durante unos segundos antes volver la mirada hacia el frente.

 

—No voy a dejarte solo, si no quieres que hablemos del tema está bien, pero me quedaré aquí contigo caminando a la distancia. Cuando se te pase el enojo y tengas deseos de hablar, me avisas —respondió ante su provocación tranquilamente sin detener su marcha.

 

El andar del millonario se detuvo al instante y se volvió hacia el reportero furioso—: ¡Crees que estoy bromeando! ¡Sabes que si quiero puedo hacerte cambiar de parecer con Kryptonita! —exclamó para desafiarlo pero solo obtuvo en respuesta una sonrisa por parte del menor.

 

—Mientes Bruce, no lo harás. —Caminó acelerando sus pasos para alcanzarlo—. Es más, hace tiempo que no traes Kryptonita contigo, y de cierta forma, me siento halagado. Has comenzado a confiar en mí. —Acortó la distancia en un vuelo rápido al verlo retroceder y cuando estuvo a su alcance tomó su mano para besarla cálidamente.

 

—¿Te amenazo con Kryptonita y tú solo me buscas para darme un beso? —preguntó asombrado e intentó apartar su mano temblando al haberle escuchado decir esas palabras—. ¿Cómo sabes que no la llevo encima? ¿Qué te hace pensar que no?

 

Superman alzó la mirada y entrelazó sus dedos con los de su pareja—. ¿Tienes miedo Bruce? ¿De lo que… estás sintiendo? —Hizo una pausa para estudiar las reacciones de su pareja que se estremecía al verlo a los ojos—. Sé que nunca has confiado en alguien, jamás, y el hecho de darte cuenta que has bajado la guardia conmigo… te asusta. ¿Me equivoco? Lo noto en tus ojos. —Rodeó su brazo izquierdo en la cintura del mayor y lo atrajo hacia sí para abrazarlo.

 

—Clark… en serio, suéltame —susurró temblando con más fuerza tratando de asimilar lo que había oído.

 

Y en cuestión de segundos la ficha le cayó al señor de la noche. Aún no lo podía creer, le costaba aceptar que el reportero tenía razón, desde hacía mucho que la Kryptonita ya no formaba parte de sus accesorios habituales de civil. Obviamente esta nunca había salido del cinturón de Batman, estaba lista para ser usada si las circunstancias lo ameritaban, pero no la cargaba en su cotidiano como Bruce Wayne. Por primera vez el murciélago sintió que podía confiar plenamente en alguien y realmente el aceptar eso le asustó, porque por muchos años se había auto convencido que no debía hacerlo.

Mientras meditaba todo esto, Clark alzó su mano a la nuca de su pareja sin dejar de rodearlo y apretó con fuerza el agarre de sus manos entrelazadas, podía sentir el bombeante corazón de Bruce, que confundido iba confrontando poco a poco la realidad. Sintió como el pecho del señor de Gotham se inflaba para luego soltar un largo suspiro. Luego, poco a poco apreció como su cuerpo tembloroso se iba calmando y sonrió al notar como los brazos de su pareja se alzaron para tomarlo de la cintura. Una sonrisa tonta se formó en los labios de Superman al verse correspondido con aquel tierno abrazo.

 

—¿Cómo te sientes? —preguntó el héroe de Metrópolis suavemente al oído del otro dejando que su aliento cálido golpeara sobre su cuello.

 

—¿No te cansas de preguntar eso? —Soltó una pequeña risa a la vez que se iba aflojando más entre sus brazos—. Aún estoy enojado, odio cuando te comportas tan sobreprotector conmigo. A veces siento que eres tú el que no confía en mí. —Apoyó su cabeza en su pecho entregándose poco a poco al calor que lo rodeaba y a la vez tranquilizaba.

 

Una puntada de dolor fue lo que sintió Clark con aquellas palabras y en seguida intentó disculparse—: Lo siento Bruce, sé que me extralimité con mis palabras. Entiendo que esto es muy importante para ti y que te afecta tanto como para tomártelo tan en serio. Pero necesito que veas la situación con calma y medites bien lo que harás, no quiero que por algo precipitado termines lastimado. —Tembló ante la idea e hizo el agarre más fuerte, como buscando protegerlo de lo que sea que pudiera sucederle. Lo amaba tanto que temía perderle.

 

—Está todo meditado Clark, hasta el mínimo detalle. Lo pensé durante horas, de manera fría y calculadora, como siempre. Necesito que confíes en mí, prometo que todo saldrá bien. —Suspiró cansado de la tonta discusión y cerró sus ojos por unos instantes entregándose a la sensación del momento.

 

 —Sí confío en ti, solo que… como te dije, me preocupas. Sé que nunca necesitaste ayuda de nadie y que puedes hacer las cosas tú solo, pero ahora es diferente. Tú también has escuchado lo que dijo Jarvis y yo mismo te he visto débil y mareado. —Lo apartó de su pecho para mirarle a los ojos al hablarle, brindándole una mirada llena de congoja y preocupación.

 

—Prometo que no hará falta la fuerza Clark, solo la inteligencia. Te aseguro que si algo llegara a pasar, pediré asistencia cuanto antes. —Trató de sonreírle para transmitirle confianza e inesperadamente sus mejillas comenzaron a tomar color.

 

Este incremento en la temperatura del mayor no pasó desapercibida por el Kryptoniano, que en seguida oyó como su corazón comenzó a golpear con más fuerza. Al notar el cambio de actitud en comparación a instantes atrás, no pudo evitar mencionárselo—: ¿Sabes que descubrí desde hace algún tiempo Bruce? —Llevó su mano hasta el cuello de Batman y juntó su cabeza dulcemente—. Al principio, detestabas cuando te abrazaba, te ponías sumamente incómodo y querías soltarte cuanto antes. —Lo miró con ternura y acercó sus labios a los del otro con un suspiro—. Pero ahora… sé que puedo relajarte de esta manera. Has cambiado mucho y me alegra tanto ser yo él que genera esto en ti. Cuando te pones nervioso o tenso, incluso cuando te enojas, no dudo un segundo en abrazarte. En seguida te entregas a mí dejando de lado lo que sea que te esté molestando. —Rozó sus labios cálidamente tanteando el terreno; sabía que aunque su novio estaba más calmado, aún no había dejado el enojo de lado, así que iba con cuidado para saber hasta dónde avanzar.

 

—Has roto con todos los principios que me he auto impuesto. A veces… me pregunto cómo es que te dejé llegar tan lejos. Debería ponerte un freno Clark, sigues desestructurándome a tu antojo. —Mordió sus labios por un impulso que comenzó a aflorar en su estómago y sin dar más vueltas al asunto decidió sacarlo.

 

Los ojos de Bruce brillaron con deseo y tentado de tomar la boca de su pareja llevó sus manos hacia su rostro y lo besó delicadamente, aceptando la tímida invitación del otro que había permanecido expectante a su respuesta. El beso fue correspondido de manera lenta y pausada, y ambos deleitaron los pequeños roses que se daban al separarse y volverse a juntar. A pesar que Bruce se sentía un poco molesto, poco a poco fue dejado atrás aquellas palabras desafiantes que lo habían hecho enojar; porque escarbando en lo más profundo de su corazón, sabía que Clark realmente lo hacía de manera inconsciente, simplemente llevado por su obsesiva preocupación. Sin separar sus bocas jugaron con sus lenguas con suavidad, enfocados en sentir los detalles eléctricos que transmitían aquellos labios ajenos. Al poco tiempo de apartarse, Bruce exhaló un largo suspiro y agachó su cabeza avergonzado por lo que se le había cruzado por la cabeza.

 

En seguida, Bruce miró a su pareja y acercó su boca al oído para susurrarle con calor—: Como desearía que me hicieras el amor ahora mismo. Lástima que no tenemos tiempo y tampoco lugar. —Se alejó con las mejillas rojas y dio un paso hacia atrás para separarse antes de seguir tentándose con lo prohibido.

 

La cara del Kryptoniano se incendió al ver la sinceridad con la que le había hablado su novio, vibró por unos segundos lleno de deseo y rápidamente lo tomó de la muñeca con una idea en la cabeza—: Creo que podemos solucionar eso fácilmente. —Caminó presuroso llevando al murciélago hasta la mitad de la cuadra para luego doblar y meterse en un callejón. Sin adentrarse mucho, acorraló al mayor contra la pared y lo miró expectante por una respuesta a su propuesta—. ¿Y… qué te parece? —preguntó ansioso con una garrafal sonrisa.

 

—¡¿Qué?! ¡¿Hablas en serio?! ¡¿Aquí?! —exclamó con rostro rojo de lo abochornado que se sentía y miró para todos lados buscando que no hubiera nadie más en el lugar. En seguida miró al menor mientras este retiraba suavemente su capucha hacia atrás y luego cerró fuertemente los ojos al sentir los labios ajenos besando delicadamente su cuello comenzando por la zona de la oreja—. ¡Clark… en serio, a-aquí no! Alguien podría vernos. —Intentó resistirse a sus besos tratando de apartarlo pero fue cediendo de a poco, con reproches cada vez menos intensos—. Estamos… mmm… demasiado expuestos —murmuró sin fuerza comenzándose a sonrojar.

 

—Prometo que no nos verá nadie —susurró al oído y tras esas palabras tomó delicadamente la oreja ajena entre sus labios.

 

Mordió suavemente la misma y deslizó sus dientes tironeándola hacia abajo mientras que a la vez iba desabrochando el cierre de la campera para tener mejor acceso a su piel. Una vez que tuvo el cuello descubierto, lamió el mismo de manera insistente, disfrutando del aroma que desprendía y tentándose de sobremanera a marcarlo. Superman en su interior, todavía se sentía molesto por imaginar que su pareja había estado con el millonario de Industrias Stark y tuvo la necesidad de dejar bien en claro que Bruce era suyo y de nadie más. Sin contenerse, succionó la piel con fuerza reiteradamente para imprimir sobre la delicada tez de su amante, diferentes chupones desperdigados.

 

—Mmm… Clark… ¿qué haces? Vas a dejarme demasiadas marcas. —Intentó detenerlo pero solo logró la reacción contraria, haciendo que el mencionado buscara más lugares para grabarlo.

 

Al segundo, Superman se alejó de su tarea, suspiró y expresó lo que le daba vueltas por la cabeza—: Bruce… no puedo dejar de pensar sobre lo que pasó con Stark. Por un momento realmente creí que entre ustedes había habido algo y que hasta habías intimado con él, y eso provocó unos terribles celos en mí. —Continuó con su delicioso camino, disfrutando y saboreando la piel del otro que no dejaba de estremecerse con su contacto—. Sé que Stark solo es tu amigos pero… la idea de pensar que podrían haber sido cercanos, me está torturando. —Resopló molesto para luego volver a su tarea.

 

—Sabes que solo lo hace para molestarte, ¿no? ¡Mgh! —protestó al sentir dolor por el nuevo chupón marcado.

 

Clark se alejó al notar este gesto de dolor en el mayor y sus ojos miraron los contrarios con intensidad. Luego apartó su vista para dedicarse a observar el recorrido de moretones que había hecho con su boca y se mordió el labio molesto por dejarse llevar de esa manera por los celos; nuevamente se sentía culpable de sentir que lastimaba al otro. Pero por el contrario, Bruce estaba tan estimulado por aquellas succiones y lamidas en su piel, que esperaba jadeante a su pareja para que continuara con lo que había empezado. Avergonzándose lentamente por la mirada atenta del otro, con brusquedad tapó esos ojos penetrantes para dejar de ser estudiado de esa manera tonta y preocupada.

 

—¡Ya deja de observarme así! ¡Si sigues con esa cara de preocupación, me marcho ahora mismo! —exclamó molesto y su mano fue apartada por las de Clark para luego ser llevadas a su boca con un tierno beso—. Si vamos a hacer esto… hagámoslo de una maldita vez —gruñó alterado por los nervios de estar en medio de la calle donde cualquiera podía acercarse y verlos.

 

—Lo siento. A veces me dejo llevar —susurró cerca de su pecho y al tener al alcance una de las tetillas mordió suavemente sobre la prenda logrando que un gemido inesperado saliera de la garganta del mayor—. Me voy a dedicar a complacerte Bruce. —Continuó lamiendo el pezón para luego succionarlo y besarlo por momentos.

 

Las manos de Superman se dedicaron a acariciar el trasero del millonario y luego tentado de ir más lejos, recorrió la raya de en medio de arriba abajo disfrutando de ver a su pareja removerse estimulado. Tantas atenciones a la vez hicieron que la temperatura del playboy aumentara haciéndolo jadear constantemente y gemir alternadamente. El aire que emanaba de su boca se condensaba rápidamente por el frío de la noche, y por tal motivo el reportero agilizó el asunto para levantar más la temperatura. La mano de Superman, anhelante de sentir la piel del otro, se dedicó a desabrochar el pantalón del murciélago para tener acceso por debajo de la ropa interior. Una vez habiéndose hecho camino, comenzó a acariciar al miembro de arriba abajo, disfrutando de sentir como este respondía a sus atenciones incrementando de tamaño e irguiéndose entre sus manos.

 

—Bruce, sobre lo que mencioné antes en el departamento. Hablaba en serio cuando dije que me entregaría a ti sin dudarlo. Solo deseo complacerte —acotó repentinamente Superman mirando expectante la cara de su novio, que entregado al momento, había cerrado sus ojos por un instante—. ¿Deseas que cambiemos de posiciones? —Besó su nuez de adán junto a un suspiro y siguió besando hacia arriba buscando la barbilla.

 

La boca del millonario se abrió temblorosa y sus ojos lo vieron de manera embelesada. Ágilmente buscó la boca del contrario y lo besó con pasión, transmitiéndole toda la humedad de su cavidad de manera lujuriosa. Clark lo miró asombrado con rubor en sus mejillas y vio en aquellos ojos al separarse el deseo y el amor.

 

—Siempre me has complacido Clark. Te aseguro que no necesito cambiar de posiciones, estoy bien así contigo. Además, cada vez que hacemos el amor, puedo notar como te preocupas por mí, priorizando mi disfrute… Si algún día realmente deseara intimar contigo de otra manera, que no te quepa duda que te lo haré saber. La forma que sostenemos ahora, para mí es más que suficiente. —Juntó su cuello con el del otro rodeándolo con sus brazos y ronroneó complacido y sumamente excitado.

 

Los labios de Clark se alzaron en una sonrisa y dejando su tarea se dedicó a bajar el pantalón de su novio hasta dejarlo por debajo de su trasero. Llevó una mano hasta su boca y lamió dos de sus dedos impregnándolos con abundante saliva. Cuando lo creyó conveniente, llevó aquellos dedos embebidos con el líquido viscoso y se dispuso a lubricar la zona a la que después iría a poseer. Sumergiéndose cada vez más y más en la lujuria, Bruce se aferró con fuerza a los brazos de su amante sintiendo como sus rodillas flaqueaban, incapaces de seguir sosteniéndose en pie. Notando como el cuerpo del murciélago iba desfalleciendo, Superman lo alzó de las piernas y las colocó a los costados de su cuerpo sosteniéndolo de los muslos contra la pared. Viendo la cara de Bruce, que suplicaba porque fuera más lejos, decidió bajar la bragueta de su pantalón y retiró el miembro erecto y pulsante que dolía de lo excitado que se encontraba. Tras un largo suspiro lleno de calor, ingresó gradualmente dentro de aquella cavidad dilatada hasta sentirse completamente rodeado y aprisionado por las paredes elásticas. Incitado por tomar la boca ajena, Clark llevó sus labios junto a los de Bruce y lo besó dulcemente mientras su cadera comenzaba con un delicioso vaivén, logrando que el otro gimiera entrecortadamente de placer.

No muy lejos de allí, un grupo de amigas iba caminando en dirección a donde ellos se encontraban, hablando a los gritos y riendo a carcajadas logrando que Bruce se percatara de sus presencias. Asustado de ser descubierto en aquella bochornosa situación, sacudió insistentemente los hombros de Clark para llamarle la atención, aunque obviamente este ya se había percatado de las que cruzarían cerca de allí.

 

—Clark, ¡Mgh! ¡Clark! ¡Ahh! ¡A-alguien… viene! —exclamó aterrado entrecortadamente tratando de que el otro reaccionara y detuviera su accionar.

 

—Tranquilo, no nos verán. —Gruñó al tener que alzar la voz y se juntó más al cuerpo aprisionado. Sin dejar de propinar arremetidas suaves pero profundas, llevó su cabeza hacia la pared para tapar el perfil del millonario.

 

—¡Ah! ¡Clark! ¡Eso no será suficiente! ¡Nos podrán oír! —gimió en alto al sentir su punto más sensible rozado intensamente sin parar.

 

En seguida, el héroe de Metrópolis silenció al mayor con un beso, logrando que sus gemidos y jadeos fueran lo suficientemente disimulados para que no lo oyeran. Su lengua jugó de manera insistente en aquella cavidad que no dejaba de vibrar producto de su voz siendo ahogada. El cuerpo de Clark se estremeció al sentir la intensidad por la que estaba atravesando el playboy que se deshacía de placer entre sus brazos. Deseaba penetrarlo con más fuerza impulsado por la lujuria, pero recordando la última vez que se había dejado llevar por la pasión, decidió contenerse con toda las fuerzas de su voluntad. Para canalizar lo que estaba sintiendo, llevó su mano izquierda a la pared y rasguñó la misma rompiendo los ladrillos al incrustarse los dedos. Al poco tiempo, las chicas pasaron cerca de ellos sin notarlos, y al oírlas lejos, Clark se separó de los labios del menor consiguiendo que este tomara una enorme bocanada de aire para volver a respirar.

 

—Clark… —lo llamó agitado, casi sin fuerzas y trasladó sus manos al rostro del menor dedicándole una dócil mirada que hizo temblar al nombrado—… ve más rápido... por favor —murmuró cerca de su oído y tragó la abundante saliva que se había formado en su boca antes de que esta comenzara a escurrirse de entre sus labios.

 

Superman inhaló en profundidad antes de soltar a la bestia que tenía adentro y se mordió los labios excitado de sentir como aquel líquido se deslizaba por la garganta ajena. Usando la poca consciencia que le quedaba, habló con la mayor entereza que pudo—: Bruce, si voy más rápido, podría lastimarte… como la última vez. —Apenas terminó la frase pegó un gruñido al sentir como su miembro era aprisionado con fuerza por la contracción de los músculos del trasero del mayor.

 

—Estaré… bien. ¡Por favor! ¡Más! ¡Ah! ¡Ve más rápido! —exclamó sumamente acalorado sintiéndose incapaz de seguir aguantando esa lenta velocidad.

 

Sin hacerse esperar, el Kryptoniano arremetió con mayor fuerza y aligeró las estocadas para complacer al murciélago en su petición. Este, exhaló un grito fogoso y avergonzado, tapó su boca cubriéndola con el pecho de su amante mientras que llevaba ambas manos a su espalda para agarrase de la remera y tirando de esta con fuerza. La cabeza de Clark se inclinó hacia atrás encantado por la libido incrementada y continuó con los golpes de cadera por largo rato hasta sentir como el cuerpo de su amante temblaba enérgicamente producto de los deliciosos estertores del orgasmo. Seguido de Bruce, el reportero se vino copiosamente en su interior y apretó los dientes mientas tensaba cada músculo de su cuerpo junto con las últimas acometidas.

 

____________________

 

Los dos vengadores que se habían quedado en el hotel, se sentaron en la mesa del comedor para conversar tranquilamente mientras esperaban a que aquellos dos que se habían marchado hacía rato, regresaran. Deseosos de beber algo caliente, volvieron a servir sus tazas con café y estando uno en frente del otro se miraron con cariño cada tanto y suspiraron con deseo de ponerse más íntimos y cómodos; más aún después de la confusión por la que también había pasado Steve. Pero la grata conversación que habían comenzado fue interrumpida cuando sintieron una puerta dentro del departamento abrirse, dejando ver a la pequeña que caminó somnolienta hacia ellos mientras se rascaba un ojo. Abie quedó en medio del comedor y miró para todos lados buscando a quien sería su favorito, Bruce. Sin mencionar nada, se encaminó hacia la habitación de los héroes, abrió la puerta y tras un suspiro se dirigió al baño. Sin golpear, entró y entrecerró los ojos con disgusto de notar que no se encontraba en el lugar al que estaba buscando. Resignada, se volvió al comedor y miró interesada a los dos jóvenes que habían quedado a la expectativa de lo que estaba haciendo ella.

 

—¿Dónde están Bruce y Clark? —preguntó rápidamente al no notarlos en el departamento y se encaminó a una silla para sentarse junto a los otros dos.

 

Steve con una sonrisa corrió un mechón de pelo de en medio de la cara de la pequeña y respondió—: Bruce y Clark salieron a dar un paseo, seguramente estarán de vuelta en cualquier momento. —Exhaló una pequeña risa al ver a la menor rascarse los ojitos y arrugando disconforme su delicado rostro por la noticia.

 

—Ah… —acotó con simpleza y agregó—: está bien, desde que he estado aquí no han tenido un momento a solas, seguro que han ido a tener sexo, últimamente los he notado muy tensos.

 

La cara de los dos héroes era para el retrato, estaban sorprendidos de oír esa acotación tan poco propia de una nena de esa edad. Ellos se miraron por un segundo y volvieron a mirar a la nena que los observaba con una ceja levantada. Al instante entendiendo el porqué de la expresión en aquellos dos, que casi habían dejado la boca abierta, comenzó a reír.

 

—Vamos… saben de lo que estoy hablando, ¿no? —Hizo una pausa y su rostro se iluminó con una idea en la cabeza—. Ahhh… ya que he sacado el tema, quería hacerles una pregunta. —Hizo silencio disfrutando la cara de pánico que se iba transformando en los dos mayores—. ¿Cómo es que tienen sexo los varones? Entiendo físicamente como lo hace un varón y una mujer pero… con dos hombres, no logro comprender. —Miró expectante con una sonrisa y jugó con sus manos con ansiedad. Realmente no sabía del tema y quería averiguarlo a toda costa.

 

—Bueno… —empezó hablando Stark a la vez que se rascaba la cabeza buscando como evadir la pregunta.

 

—¡Tony por Dios, cállate! —exclamó el rubio junto a una fuerte patada a la canilla del otro para silenciarlo.

 

—¡Auch! ¡Cariño! ¡Que no le iba a contar nada, ¿por quién me tomas?! ¡Sé cuándo callarme hombre! —Se friccionó la pierna mientras arrugaba su cara con dolor.

 

—¡Por las dudas! —acotó asustado pensando que su pareja iría a abrir su boca comentando alguna barbaridad.

 

—¡Vamoooos… que quiero sabeeer! —Golpeó la mesa molesta a la vez que arrugaba su rostro—. No les preguntaría si me dejaran investigar por mi cuenta; hace un tiempo casi lo logro. Recuerdo que estaba en la red averiguando sobre el asunto hasta que mi papá me descubrió y colocó control parental. ¡Le sacó lo divertido al Internet! —Se cruzó de brazos toda gruñona.

 

—Y si… la chica tiene razón. —El hombre con barba en forma de candado levantó los hombros como preguntándose qué había hecho al ver a su novio fulminándolo con la mirada

 

—Abie, —la nombró con dulzura el soldado mientras la tomaba del hombro—, eres muy pequeña para saber esas cosas. Aunque seas muy inteligente, hay ciertas cuestiones que debes aprender a su debido tiempo. Si tu papá hizo eso, estoy seguro que lo hizo para protegerte. Cuando seas mayor, entenderás de qué te estoy hablando. —Acarició su brazo con cariño logrando que la menor se calmara con un pequeño bufido.

 

A los pocos segundos, el ruido de una llave en la cerradura alertó a los tres que estaban sentados y miraron en dirección a la puerta de salida. En seguida, se aparecieron Bruce y Clark empapados por la lluvia que había comenzado a caer hacía tan solo unos minutos; inesperado pero propio del clima de Londres. Al entrar al departamento, el castaño mayor los estudió por unos segundos y una sonrisa ladina se formó en su rostro.

 

—¡Pero mira Steve! ¡La pequeña acertó! —Rió Iron Man al notar a los dos jóvenes más relajados y con un pequeño rubor en sus mejillas, señal clara para él, que momentos atrás esos dos habían intimado.

 

—¡Tony! —el capitán volvió a exclamar con otra patada a la canilla por lo desubicado de su comentario—. ¡Podrías aprender a cerrar la boca de una buena vez!

 

—¡Pero no dije nada malo! —Levantó las manos en señal pacífica mientras se aguantaba de no refregarse nuevamente la pierna por el dolor; a veces el capitán se olvidaba que tenía súper fuerza.

 

—¿De qué están hablando? —preguntó Bruce al adentrarse más y se retiró la campera mojada para colgarla en el perchero.

 

La pequeña se levantó de la silla y salió corriendo al encuentro del murciélago para abrazarlo—: Estábamos hablando de que seguramente salieron a tener sexo. —Sonrió dulcemente a la vez que restregaba su rostro sobre el vientre del otro.

 

La cara de Bruce se frunció con disgusto y alzó sus ojos asesinos directamente al millonario—: ¡Stark! ¡Te mato! ¡Qué le has estado diciendo a Abie! —Apartó a la pequeña y caminó decidido a enfrentarse con su amigo.

 

—¡Ay pero que mala imagen tienen de mí! ¡No le he dicho nada a la niña! ¡Por favor!—Se cruzó de brazos indignado y miró para un costado.

 

—¡Es verdad Bruce! —Corrió la pequeña para ponerse delante del playboy y lo tomó de la remera con fuerza—. Yo solita lo deduje. —Rió al ver la cara de pánico de Bruce que la alzó en brazos con intenciones de caminar hacia al dormitorio.

 

—¡¿Qué tú qué?! —Se puso rojo como un tomate y acomodó su rostro para que ella no lo viera—. Mejor no se diga más, usted señorita debería estar en la cama en estos instantes. —Sonrió al sentir el ruidoso beso de la pequeña en su mejilla mientras movía sus piernitas con alegría.

 

—Es tu culpa Bruce, me desperté por que sentí que no estabas en la casa. —Se aferró a su cuello y miró con desdén a los tres restantes que observaban con ternura la escena—. Ahora que sé que estás aquí volveré a dormir. —Sacó la lengua a los mirones y cerró sus ojos para apoyar su cabeza en el cuello del señor de la noche sintiendo como el sueño nuevamente se iba apoderando de ella.

 

Mientras Bruce se metía al cuarto de Abie, un largo silencio se produjo en la habitación. En seguida Tony miró al grandote que estaba parado cerca de él y levantó una ceja al notar como este aún no retiraba sus ojos enamorados de la puerta por la que había atravesado Batman con la pequeña.

 

—¿Y bien Boy Scout? —Se puso de pie y se situó al lado del Kryptoniano para golpearlo suavemente con su codo en las costillas—. ¿Qué pasó entre ustedes? ¿Eh? Parece que Bruce ya no está enojado y… hasta lo veo mucho más relajado. ¿Tema resuelto? —preguntó socarronamente y volvió a ser censurado por la mirada de su novio.

 

—Estamos… más que bien —acotó sin apartar la vista y repentinamente tomó la corbata del millonario, giró su rostro y lo atrajo bien cerca—. Señor Stark… le voy a pedir que evite seguir bromeando sobre mi pareja, no creo poder seguir tolerándolo más. Se lo solicito amablemente. —Lo miró seriamente esperando una respuesta.

 

—Cla-claro. No más bromas, entendí el mensaje. —Sonrió nervioso y se acomodó la corbata luego de ser soltado.

 

Clark solo alzó la comisura del labio en contestación a lo antes dicho, y decidido a ir a buscar a su pareja, se encaminó al dormitorio de la pequeña para pedirle tomarse un baño juntos. Después de haber quedado empapados y de haber… intimado de aquella manera, los dos lo estaban necesitando.

Notas finales:

Estuve pensando que… y casi puedo afirmar, los abrazos son unas de las demostraciones de amor y cariño más universales y perfectas. Se puede dar a otros siendo de diferentes edades, género, raza, religión, etc. Amo los abrazos y suelo hacerlo mucho y muy fuerte! Se transmite tanto en un abrazo que sin dudas creo que generamos en el otro algo indescriptible, y obviamente es reciproco a uno. Por eso me encanta que ellos se abracen y generar este cambio en Bruce, que si bien suele ser osco y frio, ha encontrado en los brazos de Clark, el amor y la paz que le estaba haciendo falta.

Muchas gracias por leer y espero que el capítulo les haya gustado! Nos seguiremos leyendo por ahí! Muchos Besos y ya que estoy… Les mando un enorme abrazo.


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