Capítulo 23: Ni kuma-chi. (Dos ositos.)
Un par de ositos jugando en la nieve.
Un pequeño oso blanco con motitas rojas y un osito rojo con motitas blancas.
Ambos divirtiéndose con un par de conejos lapahn que los acompañaba.
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Los meses siguientes, Law siguió trabajando en el consultorio.
Su salud era estable y no tenía ningún problema, a pesar del aumento de tamaño en su vientre se mantenía en movimiento.
Kid le ayudaba en todo lo que hacía y se mantenía pendiente de él en todo momento ¿Por qué? Por un comentario de Hiruluk:
-“Solo faltan un par de semanas para que se cumpla el tiempo de gestación.”
El pelirrojo no quería que Law sufriera y era consciente de las posibles complicaciones a la hora de la cirugía, toda la salud de Law podía esfumarse en un segundo, un segundo que podría costarle la vida, no solo a Law, también a sus bebés.
El moreno comprendía la desesperación que paralizabaa Kid cada que lo escuchaba respirar agitadamente, sus bebés se movían casi al mismo tiempo y sus órganos internos eran los que pagaban con una de tantas peleas que parecían tener entre ellos.
-Diles que dejen de pelear… — Law tomaba la mano de Kid y le hacía sentir los repentinos movimientos que habían dentro de su cuerpo y así hacerle saber la razón de sus molestias que no eran causadas por alguna complicación, silenciosamente le decía que todo estaba bien.
-No lastimen a mami… — Murmuraba Kid agachándose a la altura de sus bebés, acariciando el vientre de Law y aguantando el dolor de sus cabellos que eran jalados por el moreno cada vez que le decía ¨mami¨ delante de sus hijos.
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Una mañana tan tranquila como cualquier otra en el consultorio.
-¡¡MALDITO MEDICUCHO!! ¿¿QUIERE DESTRIPAR A MI LAW??
Kid tenía a uno de los médicos que llegaron al consultorio antes de que Hiruluk regresara de una consulta a domicilio.
Law había iniciado la labor de parto apenas llegar y despedirse de Kid, el pelirrojo que no había andado ni diez metros del consultorio cuando fue llamado por el hombre que ahora sostenía por el cuello, el hombre solo pasaba a saludar al doctor cuando escucho los murmullos de Law causados por el inminente dolor que lo atosigaba.
No fue necesario que el pelirrojo preguntara que le haría a Law, solo vio al hombre pasarle una bata azul para cambiar a Law mientras el fulano se lavaba las manos y buscaba ¨lo necesario¨ para atender al moreno.
Luego de cambiar a Law, Kid lo recostó sobre la camilla.
-¿Qué va a…?... — Kid se giró justo a tiempo para ver como el hombre enfundaba un bisturí de hoja evidentemente filosa.
Así habían llegado a ese punto.
El pelirrojo no permitía que aquel medico tocara a Law, el moreno estaba seguro de que el pobre hombre ya tenía al menos una falla respiratoria de solo ver al pelirrojo amenazándolo y ahora asfixiándolo.
-¿Qué pasa aquí?... — Hiruluk llegó parándose en el marco de la puerta.
-E-Eustass-ya… — Law apenas podía hablar sin gritar desesperado de que Kid dejase al médico hacer su trabajo.
-¡¡Law!! ¿Te duele mucho?
-Saca a ese hombre… deja que Hiruluk me atienda… quédate en la entrada… no dejes entrar a nadie más… — Law se esforzó lo mejor que pudo para regular su voz y que el pelirrojo no estallará en nervios.
-Entiendo… — Tomó al médico de la bata y lo arrastraba llevándoselo —… Law…
-Estaré bien… no te preocupes… — El moreno sonrió forzadamente.
-Law… — Kid dejo caer al hombre al suelo, se acercó a Law y se quedó a su lado tomando su mano y besándola suavemente, le miro a los ojos con una leve sonrisa —… Debo mantenerme firme, Law… si duele mucho puedes apretar mi mano.
-… Bakastass-ya… — Law se sonrojó y ajusto el agarre en la mano de Kid. Tenía contracciones provocadas por la reacción de su cuerpo que intentaba expulsar a sus bebes de su interior, sin embargo él era un chico y no había modo de que su parto fuese natural. La cirugía sería lo ideal y único para su estado.
Hiruluk apareció a su lado y le ofreció una bata al pelirrojo diciendo que era necesario que la usará. Kid no renegó y se encimó la tela sobre su ropa.
-Debes asegurarte de que crezcan sanos… — Pronunció Law al tiempo que la anestesia le hacía dormir.
-Nos aseguraremos… juntos… Los cuatro estaremos juntos… — Kid recargó su frente en la de Law y susurró continuas palabras de alivio para el moreno —… Todo estará bien… todo saldrá bien… — No sabía si aquellas palabras eran para Law o para convencerse a sí mismo pero, no dejo de repetirlas como una eterna letanía de consuelo.
Kid no fue consciente del proceso quirúrgico, se quedó pendiente del rostro afligido de Law, parecía que el moreno seguía sintiendo dolor, eso le preocupaba y lo mantenía alerta ante cualquier cambio en Law. En todo momento el pelirrojo se mantuvo intranquilo hasta que escuchó un llanto y luego otro.
No apartó la vista de Law.
Sus bebés estaban bien.
Lo había escuchado del otro médico que se ocupaba de ambos.
Ahora… solo faltaba que Law despertará.
Pero… a cada momento…
El moreno parecía sufrir cada vez más.
La desesperación creció en Kid, Law no podía despertar.
-“Ha perdido demasiada sangre.”
Las palabras de Hiruluk resonaron en la mente de Kid.
Miró hacía el vientre de Law.
Todas las sabanas y la camilla estaban cubiertas de sangre.
Su respiración se aceleró de repente.
Law, su Law no tenía suficiente sangre para poder despertar.
La disminución del líquido vital en sus venas, era la causa de que no abriera los ojos y sonriera soberbio ante el pelirrojo para burlarse de su debilidad y poco control ante los momentos críticos.
-No tiene ninguna lesión o desgarre, la transfusión le ayudará. Solo debe descansar.
-… — Las palabras de Hiruluk fueron demasiado distantes para Kid que no pudo escucharlo claramente.
-Ambos están bien, ahora duermen… — Hiruluk dejó a ambos bebés al lado del pelirrojo, dormían dentro de una cesta que estaba sobre la mesilla del material quirúrgico.
-… Me quedaré aquí hasta que despierte.
-Tardará un poco en asimilar la sangre, no desesperes… — Hiruluk se retiró de la sala cerrando la puerta y dejando a Kid cuidando de Law.
Cuando salió, encontró a varias personas del pueblo esperando noticias de Law, estaban las mujeres que convivían con el moreno y algunos de los hombres a los que había ayudado el pelirrojo. Incluso había algunos niños que siempre se entretenían interrogando a Law.
-Ah~… Todos están bien… solo falta que despierte Law.
-¡¡Ah~!!... — Todos suspiraron aliviados, en el tiempo que llevaban ambos jóvenes se habían ganado el cariño de la mayoría del pueblo.
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Era casi medio día y se dio cuenta de que ni uno de los bebes había hecho ruido o llorado. Se giró asustado hasta el cesto, ahí dentro cubiertos por una manta de lana apenas de distinguían dos pares de ojos claros lo miraban atentos.
No sabía desde cuando habían despertado pero, ambos bebés lo miraban mientras chupaban un dedo cada uno.
-E-Eustass-ya…
-¡¡¡…!!! — Law había despertado, se esforzaba por entreabrir los ojos.
-¿Cómo…?
-Están bien, descansa un momento más… — Pidió al moreno besando sus labios.
-Mhh…~ — El moreno cerró los ojos y volvió a dormir ahora visiblemente más tranquilo.
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La espera se había extendido hasta el anochecer, Kid había permanecido pendiente de Law en todo momento, hasta que vio el rostro moreno relajarse y expresar solo el descanso de dormir tranquilo, en ese momento el pelirrojo pudo respirar tranquilo.
Law lucia repuesto del cansancio que había experimentado con la pérdida de sangre.
-Guuh~ — La débil voz de uno de sus bebés le hizo girar la mirada.
-¿Qué sucede?
-Ah… — Llamó su atención su otro bebé estirando sus pequeñas manos tratando de alcanzar a Kid.
-Dormilones… parecen un par de gatitos… — Kid se inclinó un poco sobre el cesto para poder pasar sus dedos por aquellas mejillas rosadas —… Bueno, su papi es un gatito que adopte… — El pelirrojo se entretenía hablando con sus bebés que lo miraban atentamente y trataban de alcanzarlo estirando sus manos y llamándolo.
-Sabía que ibas a ser demasiado mimoso con ellos.
-¡¡…!! Law ¿Cómo te sientes?
Law había despertado y ahora con mejor aspecto sonreía ampliamente ante la primera escena que su mirada platina había presenciado, definitivamente aquel pelirrojo no dejaba de sorprenderlo. Era tan impredecible como él mismo.
Por eso no pudo más que sonreír cuando Kid con delicadeza tan poco usual en él, levantó a ambos bebés, uno en cada brazo y los pasó a Law para que pudiera abrazarlos.
-Son tan hermosos como su ¨mami¨
-Kid…
-¿Eh?
-Jeje… soy muy feliz… — Law tenía un par de lágrimas en sus ojos, el rostro sonrojado y una sonrisa tan linda que Kid supo que con tal de ver esa imagen nuevamente podría dejar en cinta a Law desde ese mismo momento.
Dos niños, gemelos.
Ambos de piel clara, más no tanto como la de Kid.
Uno de cabello claro y rojizo que parecía oro fundido y con un par de ojos plateados, se acomodaba buscando el cuerpo de Law para dormir cubriéndose con el calor que emanaba del cuerpo del moreno.
El otro de cabello negro como la misma noche sin luna, de ojos tan rojizos que solo se reconocía un pequeño brillo rojizo en ellos, miraba atentamente a Kid chupando su pequeño pulgar sin perder de vista al pelirrojo que sonreía como bobo al ver como Law abrazaba a su bebé.
-¡AH!
-¿Qué pasa?
-¡¡Ah ah!!... — El pequeño que miraba a Kid se quejaba con las mejillas infladas al notar que el pelirrojo no le prestaba atención.
-Bien, bien, dime que quieres… — Kid abrazo al pequeño acercando su rostro hasta su hijo que lo miraba curioso —… ¡¡Ah!! ¡Eso duele!... — Se quejó el pelirrojo cuando sintió un fuerte jalón a sus cabellos rojizos.
-Lo mereces por no prestarle atención, ¿verdad?... ¿Eh?... — Law busco el apoyo de su bebé que tenía en brazos pero, el pequeño pelirrojo se había quedado dormido mientras cerraba sus pequeños puños sosteniendo la remera blanca que ahora usaba Law. El moreno sonrió recordando que Kid solía dormir sin soltarlo, tal vez su bebé sería un Edipo por herencia de su pelirrojo padre. Volvió la mirada nuevamente hacía Kid que seguía intentando que su hijo soltara su cabello —… Son igual de necios… — Comentó al notar que entre más intentaba zafarse Kid, más fuerte le alaba el cabello su bebé.
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Esa misma noche Hiruluk le dio el alta a Law, debía guardar reposo al menos una semana y si se quedaba en el consultorio era capaz de levantarse y dar consulta al día siguiente.
Kid había llevado a Law en brazos hasta su casa y Hiruluk les había acompañado llevando él a ambos bebes, por supuesto cubiertos con un grueso cobertor blanco con un oso estampado en el medio.
Al llegar inmediatamente Law había sido recostado en la cama con los dos infantes. Hiruluk se despidió de ambos recordándole al moreno que debía permanecer en reposo y dejando la leche en polvo que beberían los niños al menos durante medio año.
Kid ahora mismo preparaba la cena de ambos y el agua para los biberones de los pequeños que se empezaban a inquietar con el hambre que ya sentían, con un día de haber nacido eran realmente enérgicos considerando que no habían vuelto a dormir desde que Law había despertado.
-… Taa~… talalala… tala~…talatalarla~… lala… la~
Kid dejó de revolver la sopa que preparaba cuando escuchó el tarareo apenas como un leve susurró.Law se había recostado de lado para poder ver a sus dos bebés y les peinaba delicadamente.
Ni siquiera el mismo Law se había imaginado a él mismo en ese tipo de situación, ni siquiera cuando le dijeron que era fértil, un hombre pelirrojo que lo amaba y dos bebés suyos.
Law se sonrojo al aceptar que quizá él estaba mucho más enamorado de ese pelirrojo, fue en ese momento en que recordó a Kid haciendo la cena, levanto la mirada y vio a Kid mirándolo atentamente, Law solamente sonrió dulcemente.
Ese pelirrojo lo había salvado de una vida que no quería, le había ofrecido un nuevo hogar, le había ofrecido tanto amor y se lo había demostrado cuando fue por él a Dresrosa, pero sobre todo, ahora tenía delante de él un par de hermosas razones vivas de cuanto lo amaba y de cuan reciproco era ese amor.
Al ver la sonrisa del moreno Kid se acercó a él y se agachó hasta poder dejar un beso en los labios del moreno.
-Me da mucho gusto haber adoptado este gatito… — Susurró sobre los labios de Law y mirando fijamente las pupilas plateadas.
-Bakastass-ya… — Las mejillas de Law enrojecieron y pegó su frente contra la de Kid.
-No sabes cuánto te amo… — Susurró.
-Sí lo sé… Tanto como yo te amo a ti… — Aseguró en un susurró para besar nuevamente al pelirrojo.
FIN.