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NO COMPRES; ADOPTA UNA MASCOTA. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

Estos hermosos personajes han sido creados por: EIICHIRO ODA-SAMA-SENSEI!!!!

Dedicado especialmente a: Zu-chi  y  Eva-chi he de decir que esta es una de las parejas que más dulzura producen en mi organismo. He aquí el primer epilogo, un HeatxShachi.

Por cierto, todos los epílogos serán intemporales. (Ninguno seguirá la misma línea de tiempo.)

Para recordar/comprender mejor lean el capítulo 4.

Estos hermosos personajes han sido creados por: EIICHIRO ODA-SAMA-SENSEI!!!!

Dedicado especialmente a: Zu-chi  y  Eva-chi he de decir que esta es una de las parejas que más dulzura producen en mi organismo. He aquí el primer epilogo, un HeatxShachi.

Por cierto, todos los epílogos serán intemporales. (Ninguno seguirá la misma línea de tiempo.)

Para recordar/comprender mejor lean el capítulo 4.

 

 

Capítulo 24: Watashi kekkon shite hoshii. (Quisiera que te casaras conmigo.)

 

 

/*/*/*/Grove 8/*/*/*/

 

 

Luego de recibir los primeros auxilios por parte del castaño, Heat llegó a su casa, ayudado por el menor que hacía de muleta pasando el brazo del más alto por sus hombros.

La casa era de un piso con tres habitaciones, un recibidor que hacía de sala, comedor y cocina; una habitación al fondo y baño continuo.

Heat no poseía más de necesario en su hogar, no era una persona ambiciosa, le agradaba mucho la tranquilidad que poseía gracias a la vida simple de un hombre común y corriente.

A pesar de vivir en uno de los Grove´s con mayor inseguridad, él disfrutaba de ser uno más de los renegados de Sabaody, un hombre marcado por la aristocracia como ¨lacra de la sociedad¨ e ignorado por las personas que nunca buscaría complacer cambiando su vida y personalidad.

Heat siempre había gustado de la soledad y el silencio, siempre se había mantenido incluso distante de Kid y Killer a pesar de considerarlos como su familia.

Cuando llegaron a Sabaody para iniciar su nueva vida como civiles comunes, los tres buscaron un trabajo coincidiendo con un loco de tupe azul, con su ultimo ¨trabajo¨ tenían más dinero del suficiente para vivir por ello se podían dar el lujo de no trabajar e incluso de instalarse en una zona de las más caras de la ciudad pero a ninguno les gustaba el ambiente de la ¨alta sociedad¨ por eso decidiendo unánimemente se quedaron en los barrios bajos de Sabaody.

Kid y Heat compraron una casa para cada uno y Killer se quedó en el taller (en el que trabajarían los tres) luego de la propuesta de su jefe de venderle la propiedad.

 

Heat compro una casa en el Grove 8, era pequeña y no estaba amueblada por eso tuvo que adquirir los utensilios necesarios, una cama y un buró que sirvió como armario de la poca ropa que llevaba del viaje, eso era todo lo habido en su habitación; La sala tenía un par de sillones de dos plazas cada uno con una mesilla de centro; La cocina era una estufa de un par de parrillas, de esas que parecen más una caja de zapatos, estaba sobre una alacena que guardaba platos, vasos y un par de cacerolas para preparar la comida, la mesa de cuatro plazas, solo porque podían visitarlo sus amigos que por gustar de los muebles familiares.

En sí, el peliazul no había puesto demasiado empeño en tener un hogar dicho como tal, toda la casa se veía amplia y ¨vacía¨ como el apartamento de un soltero que se acaba de mudar y no tiene más que los pocos muebles que abarrotaban la habitación en su anterior cuarto en casa de sus padres.

Era más que obvio el hecho de que no había mucho o casi nada que realmente interesase en la vida del peliazul.

Pero ese día, luego de aquella paliza que les habían dado, solo porque un ebrio se había sentido lo suficientemente valiente a causa del alcohol para molestar al rubio que bebía juntó a Kid en una mesa del rincón de aquella cantina de mala muerte a la que solían asistir, Heat había ido a la barra para pedir un par de botellas de un buen ron dulce para celebrar el llevar ya un buen tiempo disfrutando de la vida civil. Aquel tipo había dicho que el par de hombres se estaban jalando la verga en una cantina que era para ¨verdaderos hombres¨ y no para maricas.

Aquello había terminado como solo podía terminar, con todos los borrachos de la cantina uniéndose en contra de ellos tres, Heat había llegado hasta la mesa golpeando a todo aquel que se le cruzaba en el camino, sin embargo la cantidad había valido en cierta manera al ser apuñalado y luego golpeado en la cara rompiéndole el labio, sin embargo el par de sujetos que lo habían agredido no pudieron contarla pues una vez que cayeron al suelo no volvieron a levantarse.

Lo siguiente fue lo rutinario, salir de la cantina cubiertos de sangre y andar hasta el Grove 7 en busca de Kureha, era una doctora bruja pero una de las mejores médicos que conocían y la única que los recibiría aun sabiendo las razones de sus heridas.

El camino fue algo más fácil que en otras ocasiones, la mayoría de las veces anteriores el único herido era el pelirrojo y eso por dar golpes demasiado fuertes que lastimaban su piel tanto como la del pobre saco de piel y huesos de turno, Kid siempre negaba la atención médica y era llevado casi a la fuerza por ambos pelilargos.

Pero en esa ocasión en particular el pelirrojo arrastraba a ambos para que apresurasen el paso y llegaran más pronto. Ambos caminaron tan a prisa como les fue posible, sobre todo considerando que Kid se desangraba por la cortadura hecha en la pierna derecha.

Cuando llegaron fue un teatro, el hecho de que el pelirrojo no quisiese recibir la atención médica que le era necesaria, sin embargo, la llegada de aquellos chicos que arribaron como un par de ángeles* que los aliviaron, cuidaron sus heridas y de ellos durante un tiempo.

Con la idea de Kureha, que prácticamente les había ordenado que cuidasen de ese par de chicos, tanto Heat como Killer se vieron envueltos en una ruleta de azar con el par de chicos, siendo impredecibles cada posible desenlace.

 

Heat había pasado la noche dormitando a causa del dolor que provocaban sus suturas cada que respiraba y su piel se expandía al llenar de aire sus pulmones.

Una noche tan fatigante como ninguna otra, ya había pasado noches en vela por diversas razones pero ninguna como aquella.

No solo el escozor de sus heridas lo mantuvo en vela.

A un lado de su cama cabeceaba aquel chico castaño, sentado en una silla de madera que había tomado del comedor, una tinaja con agua fría y paños para bajar la fiebre del peliazul. Su temperatura subía repentinamente a causa de la inminente infección provocada por la puñalada que le habían dado.

El castaño dormitaba a momentos, por mucho unos cinco minutos y luego despertaba para humedecer el paño y limpiar el sudor del cuerpo de Heat pues no solo su frente se cubrí de este, también su pecho, brazos y cuello.

Cada que sentía el paño con agua fría pasar por su piel, el peliazul soltaba un gemido a causa del escalofrío que provocaba el repentino cambio de temperatura.*

Shachi se mantenía pendiente del más alto, su profesión le impedía abandonar al hombre tendido sobre la cama, pero… gradualmente se dio cuenta de que no solo era por su deber como profesional de la salud… su mente le hacía querer estar al pendiente de aquel hombre… no podía quitarle los ojos de encima… no hasta saber que había pasado el peligro.

Su cuerpo estaba agotado… quería dormir... los últimos días habían sido extenuantes… la huida… el viaje… el agotamiento mental…

Estaba por desfallecer, sin embargo no había sido capaz de dejarse reposar hasta que estuviese seguro de la recuperación del más alto.

Una noche más en vela no le afectaría, al menos eso quería creer.

 

 

+++

 

 

La mañana había llegado tan lenta como el amanecer de invierno.

Shachi despertó apoyado sobre el buró a un lado de la tinaja a medio llenar, parpadeo repetidamente despejando la neblina del sueño que obstruía su vista, talló sus ojos tratando de desperezar su cuerpo entumido por la incómoda posición en que había dormido apenas hacía un par de horas.

Cubrió su boca mientras bostezaba, giró para ver al peliazul pero, solo pudo encontrar la cama vacía.

 

-¡¡Eh…!! — Nunca se le había escapado un paciente, bueno sí, pero había sido un infante que no quería ser vacunado, no un hombre que había pasado la noche con fiebre. Se puso de pie apenas reteniendo la silla que casi cae al suelo por su levantar tan frenético —… ¿D-Donde…? — buscó con la mirada, la habitación estaba vacía por completo, era más que obvio considerando que estaba casi vacía, no había donde se pudiese ocultar el peliazul y mucho menos había razón para ocultarse del castaño.

 

Un aroma dulce llegó hasta su nariz haciendo gruñir su estómago que exigía alimento. Tomando la tinaja y los paños que uso durante la noche salió de la habitación para encontrar a su anfitrión cocinando hot-cakes.

El simple aroma a vainilla hizo que Shachi relamiera su labio superior ansioso por probar tan exquisito desayuno y más al ver sobre la mesa la cajeta de coco, una vez la había probado en una feria y era deliciosa, no pudo evitar sonreír alegremente casi como un niño que es sorprendido por su madre, en un sábado y siendo despertado por el aroma de dicho pan dulce.

El castaño nunca pudo experimentar tal hecho, por eso le era demasiado risueño poder compartir un desayuno tan ¨afectivo¨ con su reciente anfitrión.

 

Al sentir la presencia del menor Heat se giró para sacar un hot-cake del sartén y dejarlo sobre el resto que se apilaban en un plato amplio sobre la mesa.

El peliazul mantenía atadas las rastas de su cabello con un listón de color rosa pastel que contrastaba perfectamente con lo azulino de su cabello, una remera de cuello en ¨v¨ y mangas largas color arena, un pantalón de chándal negro y sandalias negras. Un atuendo sencillo y perfecto para un día de descanso en casa, ya Franky debía haber sido avisado por Killer sobre su repentina ¨incapacidad laboral¨

 

-Buenos días… — La voz del castaño hizo despertar de su ensimismamiento a Heat, aquel chico sonreía tan dulcemente que simplemente lo había hechizado… ¡¡UN CHICO!! Ni siquiera debía tener más de veinticinco años, lucía demasiado joven e inocente para ser considerado un hombre, podría pasar por un violador de menores si intentaba conquistarlo, incluso estaba seguro que más de uno diría que lo compró en la casa de subastas del Grove 1.

-B-buenos días… — Respondió apagando la estufa y sacando el café del fuego sirviendo dos tazas al medio para agregar leche y templar la temperatura de la bebida.

-¿Te sientes mejor?

-La fiebre ha cedido por completo, he tenido apetito y preparé el desayuno, debes tener hambre ayer no cenamos nada.

-Sí, huele delicioso, ¿Dónde puedo dejar esto?... — Preguntó mostrando la tinaja entre sus manos.

-En el baño puedes vaciar el agua y los paños en el cesto de la basura, lávate para desayunar usa el jabón empaquetado, será tuyo, te quedarás por un tiempo ¿Verdad?

-… Sí… — Shachi entró al baño vertiendo el agua en el lavabo y sacando el jabón perfumado de ¨frutos rojos¨ para lavar su rostro y manos.

 

Heat por su parte pudo respirar, no comprendía como era que ese chico le hacía perder el aliento con solo su presencia, rayos, ni siquiera lo conocía. Sin embargo sabía que poseía una perseverancia digna de su profesión, era más que obvio luego de toda esa noche en vela cuidando de él. Esa era una de las actitudes que más fascinaban a Heat.

La perseverancia de nunca rendirse en la vida ni en las labores que había decidido cumplir y ese chico era poseedor de una tenacidad única.

Cuando el castaño salió del baño pudo sentir el aroma de aquel jabón que había tomado en la tienda solo porque estaba en oferta, ahora se arrepentía por haber querido ahorrar dinero tan tacañamente, pues aquel aroma solo le hacía querer babear como si estuviese muriendo de hambre frente a la carne asada en una parrillada. Tragó la saliva que había sobre-producido su boca para no dejarla caer por las comisuras de sus labios, sinceramente, nunca se había sentido como un perro babeando por carne. Un vulgar y caliente perro lujurioso.

No, no podía, aquel chico no era un virgen sacrificable al demonio del quinto infierno.*

 

Ignorando el calor que ardía en sus entrañas empezó a comer, sentado frente al castaño que degustaba los hot-cakes con la dulzona cajeta que dejaba en sus labios el sabor de la leche de coco que disfrutaba relamiendo aquellos apetecibles labios que poseía en cada bocado.

El peliazul tenía ganas de darse un disparo en la bolas por haber tenido antojo de algo dulce  para el desayuno, sobre todo teniendo al castaño en casa, ese chico era un ángel que cuidaba la salud de las personas, el problema era que ÉL no era precisamente  una ¨buena persona¨ sencillamente aquel joven estaba en más peligro con él que en las calles de los bajos distritos o en la casa de subastas.

Y lo peor sucedió en menos de cinco minutos, la cajeta había caído en los dedos del castaño y como acto reflejo llevó sus falanges a la boca lamiendo el dulce.

Lo siguiente fue el sonido de la silla de madera del más alto estampándose contra el suelo del comedor.

 

-Umh… — Los labios de Shachi  fueron asaltados por Heat. El castaño se quedó paralizado sin saber cómo actuar ante las acciones del peliazul.

 

No podía ser cierto, ¿Aquel hombre quería que le pagara con su cuerpo?

No, no quería ser usado de esa manera, era prácticamente por lo único que no quería pasar.

Y recordó lo único que no podía ser permitido en su condición de varón fértil.

 

-N-no… por favor… no… — Su voz fue capaz de salir de su garganta cuando Heat abandono sus labios para poder respirar y pegar su frente a la del castaño que respiraba entre jadeos inexpertos de un beso demasiado apasionado para sus labios torpes, las palabras dichas fueron un susurró en la oscuridad de sus ojos cerrados que liberaban pequeñas lágrimas de impotencia al no poder negarse, no por falta de fuerza o disposición, simplemente su cuerpo no respondía.

-Nunca he sentido algo así… — Susurró el peliazul —… Nunca lo he pensado siquiera… Y ahora mismo no creo poder detenerme.

-… ¿P-porque?

-Ni yo mismo lo sé… pero… prometo no lastimarte… — Acarició sutilmente ambas mejillas del castaño con sus dedos, sus yemas percibían la calidez de aquellas mofletes enrojecidos que lo hipnotizaban dejándole sin aliento.

 

Un beso siguió a otro cada vez más profundo, más apasionado, más asfixiante, más embriagador.

Contrario a toda su razón, Shachi terminó abrazando a Heat, rodeando su cuello con ambos brazos pegando su pecho al del más alto, sintiendo el calor de su piel y percibiendo el latido de un corazón cada vez más acelerado.

Creía escuchar el corazón del contrario, pero le avergonzó al reconocer que era su propio corazón el que escuchaba ansioso por lo venidero. Ansioso por sentir más, por tener más, por pasar a más.

Y sin saber cómo o en qué momento llegaron a la habitación, el castaño se vio recostado en la cama con Heat sobre él y entre sus piernas sin dejar de besarlo y estrecharlo con ambos brazos.

Shachi lo rodeaba por el cuello acercándolo a su cuerpo, estrechándolo, apretándolo y casi suplicando por sentir el peso de aquel cuerpo que le hacía arder de deseo, aquel peso sobre él no era asfixiante por la presión ejercida, era asfixiante porque le hacía frotar su piel desnuda con la de aquel hombre que acababa de conocer.

Aquel que ahora mismo le golpeaba la pelvis tan insistentemente para provocarlo, frotando su miembro con el del castaño sin ninguna delicadeza, incitando a la lujuria.

 

-¡¡Umh…!! — Shachi había mordido el cuello del peliazul tratando de callar sus gemidos que ya le parecían ruidosos.

-No te calles… déjame escucharte… déjame saber que soy yo quien te hace sentir…

-N-No… e-es vergonzoso…

-Jujum… No le diré a nadie… — Susurró insinuando que sería un secreto.

-Pero… pero tú me escuchas… por eso es vergonzoso… Umh~… — Una lamida a su pezón derecho y un apretón al otro con el dedo índice y pulgar, hicieron que Shachi mordiera sus labios para no gritar. En verdad no quería parecer tan débil ante aquel hombre, aunque no sabía la razón.

-Entonces tendré que hacerlo mejor… — El peliazul se agacho hasta poder morder nuevamente el ahora rojizo pezón del castaño —… Hasta hacerte gritar.

-N-no… d-duele… prometiste… no lastimarme… — El castaño soltó a Heat para cubrir su rostro con ambas manos que temblaban a causa del placer, que incluso las caricias que provocaban dolor le proporcionaban. Pero, él no quería experimentar dolor, ya tenía suficiente con el sufrimiento mental como para ser un masoquista en la cama también.

-… — Heat comprendía el rechazo al dolor, el miedo a experimentarlo y sobre todo el desprecio al causarlo, él lo provocaba con golpes y asesinando pero, nunca había causado dolor mental, ese no cicatrizaba, lo sabía por experiencia propia —… Disculpa… — Beso la mejilla de Shachi limpiando un par de lágrimas.

 

Con la piel expuesta, se dejaron llevar por el placer.

Heat frotó su miembro entre las piernas del castaño llegando hasta su entrada que se humedecía con el pre-seminal que derramaba desde la punta de su pene.

Shachi cerraba los ojos sintiendo cada roce, cada caricia, cada nuevo empuje que Heat daba para poder entrar poco a poco en aquel estrecho pasaje de delicada y sensible piel que recibía al peliazul succionándolo poco a poco.

Heat percibía claramente cada presión ejercida a su miembro que iba apenas entrando la mitad de su longitud, un continuo palpitar con el que podía ver el rostro de Shachi distorsionándose por el dolor experimentado a causa de la desvírgante penetración y las casi seguidas envestidas.

El continuo vaivén de las caderas de Heat hacía que el cuerpo del castaño se arqueará levantando las caderas para que el mayor fuera más preciso en cada penetración y golpease su próstata provocando continuas descargas de placer que le hacían perder la razón, apretar las sabanas con ambas manos y apretar los dedos de los pies tratando de controlar el inminente orgasmo que estaba por liberar, su propio miembro ya goteaba derramando el líquido blanquecino sobre su abdomen y pecho con repentinos chorreos que no terminaban de liberar toda su semilla.

Heat tomaba al castaño de las caderas, Shachi se mantenía con la cabeza hundida en la almohada, la espalda arqueada, las caderas levantadas y sosteniéndose en sus piernas flexionadas y apoyadas a los lados de sus caderas, una posición por demás erótica, pero, lo más exquisito para el peliazul era el modo tan firme en que el menor sostenía la sabana, era como si quisiera sostenerse de algo para evitar perderse en el mismo abismo de placer en el que ya había caído Heat que aceleraba el ritmo a cada segundo volviendo las penetraciones casi violentas.

 

-¡¡AHG…!! Ah… Umgh… ¡AH…! — Shachi pudo sentir las frenéticas envestidas que desgarraban su piel causando un dolor punzante que aumentaba con cada penetración, e irremediablemente por la postura sintió un líquido caliente recorrer su espina dorsal hasta casi media espalda donde se desvanecía manchando las blancas sabanas con el carmín de su sangre —… E-espera… d-dueleegh… por… por favor… más despacio…

-Lo siento… Umgh… no puedo… estás tan estrecho… tan caliente…

-Heat… — Susurró tomando el rostro del peliazul con ambas manos y haciéndole mirarle a los ojos, mostrando su mirada verde agua que reflejaba un hermoso brillo con las abundantes lágrimas que se derramaban de sus ojos —… Por favor… — Suplicó dando pequeños y cortos besos en los labios del peliazul, casi como un soborno para obtener un poco de sutileza por parte de Heat.

-Me pides que sea delicado… — Dijo besando el cuello de Shachi —… Pero me provocas con una postura demasiado ansiosa de más…  — Susurró al oído del castaño lamiéndolo entre cada palabra —… Demasiado lujurioso… — Acarició los muslos de piel blanca —… Demasiado erótico… — Terminó de hablar separando la piel de las caderas de Shachi, notando por primera vez la sangre que se derramaba del castaño, se paró en seco, entrando en razón y tratando de sacar su miembro.

-No… — Shachi sintió como Heat se alejaba de él e inmediatamente lo rodeo del cuello con ambos brazos —… No quiero que te detengas…

-¡¡…!! — El peliazul buscó la mirada de Shachi que se mantenía oculto en su pecho.

-S-solo… ve más suavemente… por favor… — El castaño terminó de hablar y aunque Heat no podía ver su rostro, sí sentía el calor de las mejillas enrojecidas a causa de la vergüenza por la que pasaba Shachi al pedir como le gustaría ser tomado por el mayor.

 

Sin decir nada Heat comenzó a moverse nuevamente, más lento y por consecuencia con mayor sensibilidad.

El menor podía sentir cada vena en el miembro que lo penetraba resaltada por la sangre que se agolpaba por la excitación.

Con un vaivén lento y los continuos besos y mordidas a su cuello le hacían estremecer Shachi terminó por correrse sobre su pecho manchando su piel.

Con los repetitivos espasmos las penetraciones a su interior continuaron, la respiración de Heat se aceleró, estaba cerca del orgasmo.

 

-No… agh… no dentro… por favor… sal de mí…

-Umgh… — Con todo su pesar, Heat tuvo que abandonar el interior del castaño.

-¡¡AAHH!!... — Al sentirse libre de la invasión Shachi no pudo evitar gemir —… ¡Ah!… — El castaño tuvo que cubrirse con ambas manos el rostro, cuando el peliazul abandono su interior y se derramó sobre él cubriendo su cuerpo con repetidos derrames de semen que llegaron hasta el rostro de Shachi; Sus labios, por estar abiertos a causa de constantes e irregulares jadeos, el semen calló dentro de su boca y tragándolo al momento en un acto reflejo, degustando el excéntrico sabor agridulce Shachi relamió sus labios e inconscientemente pasó sus dedos por los restos del líquido blanquecino, sintiendo la sustancia pegajosa que había sido vertida sobre su pecho terminando por volver a degustarla relamiendo sus dedos.

Heat había observado atentamente el proceder del castaño, su respiración irregular se detuvo por completo cuando el chico bajo su cuerpo cerró los ojos buscando maximizar su sentido del gusto, aquel joven simplemente no sabía que aquel acto había sido el crimen que pagaría con la condena de quedarse por el resto de su vida con aquel peliazul que acababa de conocer.

Suspirando se recostó sobre la cama sin decir nada, no conocía la manera más adecuada para expresar sentimientos y ahora mismo aquel castaño despertaba en su interior infinidad de reacciones desconocidas para él.

¿Qué debería hacer?

¿Atar al chico a la cama con una correa que no llegará más allá de la puerta de entrada?

¿Solo así se quedaría con él?

¿Cuál era la mejor forma de expresar algo de lo que carecía de conocimientos?

¿Cómo aprendes algo que no está en los libros?

¿Cómo…?

 

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el calor que le abrazó de la cintura y cubrió su pecho.

Shachi se había abrazado a su cuerpo buscando su calor, como los amantes de las películas románticas, igual que siempre sucedía luego de ¨hacer el amor¨

¿Eso significaba que el castaño le correspondía?

¿Qué no solo su corazón se había acelerado?

¿Qué no solo él lo sentía?

Sus mejillas se enrojecieron y con la sonrisa más boba que pudo dibujarse en su rostro, rodeo a aquel chico cubriéndolo con ambos brazos y hundiendo su rostro en el mar de cabellos cobrizos aspiró el delicado aroma que se desprendía de Shachi.

 

En la primera semana a Shachi le costó andar, siendo un leve cojeo lo que perturbaba sus pasos y que misteriosamente Heat se disculpaba con él y le ayudaba a caminar ofreciendo su brazo para que el castaño se sostuviera de él.

Un par de meses pasaron compartiendo una vida por demás satisfactoria y aunque la casa seguía estando casi vacía, con la presencia del castaño no se sentía la soledad o el ambiente frio que había poseído antes, ahora se sentía como un verdadero hogar.

 

 

+++

 

 

Una noche que habían pasado recuperando el tiempo como pareja, como prometidos y como amantes, fue que sucedió.

 

-… Sé que puede ser molesto pero, si tomas una ducha podrás limpiarte, si quieres te ayudo a…

-Ya hiciste suficiente…

-… ¿Cuál es la verdadera razón de que estés molesto?

-… No estoy molesto.

-Entonces… ¿Por qué nunca me dejaste venirme dentro de ti antes?

-¡No te dejé, solo lo hiciste!

-¿Y qué te molesta?

-… No me molesta… me asusta…

-¿Qué cosa?

-Que me odies

-¿Por qué lo haría?

-…

-Dime… ¿Por qué te odiaría?

-Soy un varón…  fértil… es muy posible que… este en cinta.

 

Heat se quedó paralizado, estaba recostado bocarriba en la cama y con Shachi sentado sobre sus caderas y apoyándose con ambas manos deteniéndose en el pecho del mayor, solo era una sesión de sexo liberador, para aliviar el estrés por el que ambos habían pasado en la última semana; Pero ninguno de los dos previó que con el celibato de siete días sus cuerpos serían más sensibles al momento del clímax.

Cuando el peliazul había previsto el orgasmo no le aviso a Shachi, por el contrario en ese momento lo tomó fuertemente de la cintura penetrándolo tan profundo como le fue posible y derramando toda su semilla en su interior y provocando que volviera a la realidad cuando el menor sintió el ardiente líquido inundar sus entrañas. Y la ¨culpa¨ de este acto fue de ambos pues el castaño en vez de buscar los preservativos en la cajonera del buró, se había montado sobre Heat penetrándose continuamente, cabalgando tan ferviente que los dos se perdieron en la lujuria y el placer del acto sexual que efectuaban ambos.

Ahora Shachi estaba arrodillado entre las piernas del peliazul sintiendo como su semen se escurría desde su interior, bajando por sus piernas hasta las sabanas. No podía mirar a Heat, le había ocultado algo demasiado importante, ahora seguramente le odiaría y lo echaría a la calle.

 

-Soy el hombre más feliz.

-¿Eh?... — Shachi levanto la vista al escuchar el apenas entendible susurro de Heat.

 

No fue ni un segundo luego de terminar de hablar cuando el peliazul estrecho al castaño en sus brazos.

 

-¿Heat-san porque tiemblas? ¿Te duele algo? ¿Qué tienes?

 

Por su parte el peliazul no respondió ninguna de las incógnitas, ni dejó que Shachi se separara de él en ningún momento, solo permaneció abrazando al castaño en silencio, sin hacer otra cosa.

Shachi se dejó abrazar correspondiendo él también rodeando la cintura de Heat… sin embargo… luego de un rato… pudo sentir el frío un par de gotas de agua.

Cuando quiso preguntar Heat lo abrazo con más fuerza aun sin responderle.

 

-Estoy… muy feliz… creo que… podría morir de felicidad.

-… Perdón, por no decírtelo antes.

 

Sin duda había sido una gran sorpresa para sus amigos cuando se los contaron. Al menos para Killer y Pengüin. Por su parte Kid…

 

-¿No te habías dado cuenta que es fértil?

-¿Cómo lo supiste tú Kid?

-¿Cómo lo supo capitán?

-Es más que obvio… — Kid nunca había dado una razón en especial o un verdadero motivo de cómo lo sabía, aunque no era realmente raro que el pelirrojo notara un par de cosas que por lo regular tanto Killer como Heat ignoraban. Por eso dejaron de cuestionar al pelirrojo.

-Voy a casarme… — Declaró el peliazul con su habitual tranquilidad.

-Que bien… — Sonrió Killer mostrando una cada vez más frecuente sonrisa.

-Me alegro, eso quiere decir que no es un juego ¿Cierto?

-No lo es capitán.

 

*/*/*/Grove 7*/*/*

 

 

-¡¡¿¿VAN A CASARCE??!!

-Sí.

-F-felicidades… — Chopper sonrió abrazando a Shachi.

-Ya se habían tardado… — Comentó Kureha que preparaba un nuevo medicamento.

-¿C-cuándo?

-E-esta tarde… — El castaño se encogió en la silla donde estaba sentado.

-¿¿Tan pronto??

-Uhum, por eso les quería pedir que me acompañaran en la tarde, Heat-san buscará a un juez que pueda casarnos en casa, el banquete será para la cena… — Terminó de informar con las mejillas ardiendo en carmín —… ¿Podrán acompañarnos?

-¡¡Sí!! ¡Iremos verdad Doctorine!

-Ahí estaremos mocoso.

-…

-¿Pengüin…?

-Le pediré a Killer que vayamos… pero… ¡¡NO ES JUSTO QUE TÚ TE CASES ANTES QUE YO!!

-¿Eh? ¿Por qué?

-Se supone que nos casaríamos el mismo día.

-Podrás casarte cuando quieras Pen-chan, además…

-¿Además qué?

-Tal vez así Killer-san quiera casarse también.

-¿QUÉ… PERO… QUIEN TE DIJO… YO NO… DIGO ÉL NO…?

-Hehehe ninguno de los dos lo podréis negar más.

-Eso no… — Pengüin enrojeció tanto por la vergüenza de verse descubierto que no pudo crear una frase comprensible por el resto del día.

 

 

*/*/*/*Grove 8*/*/*/*

 

 

El juez del registro civil del Grove 48 había asistido voluntariamente (a fuerzas) para legalizar la boda y ahora que la ceremonia había sido consumada con los clásicos votos de fidelidad y el beso pedido por los pocos invitados, habían firmado el acta de matrimonio siendo Pengüin y Kureha testigos legales de Shachi y Kid y Killer de Heat respectivamente.

 

Ahora en plena celebración Kureha, Kid y el secuestrado juez bebían en un improvisado concurso de quien bebe más.

 

-¡¡Hora del ramo!!... — Grito Pengüin con diversión tomando las flores del jarrón que adornaba la mesa y atándolas con un listón de rafia que adornaba los improvisados globos blancos que habían colocado hacía un par de horas.

-¡¡Sí, lánzalo!!... — Pidió Chopper dejando el jugo sobre la mesa y andando junto con Pengüin hasta una distancia aceptable para poder atraparlo.

-Pero… — Dudó el castaño mirando a Heat que solo sonrió y asintió en forma afirmativa.

-¡¡Y luego viene la liga!!...  — Gritó Kid.

-¡¡NO HABRÁ LIGA!!... — Sentenció avergonzado el castaño, ya había sido mucho que lo hicieran usar un tocado de flores simuladas con cristales (cortesía de Kid) —… Bien, ahí va… — Dijo dándose vuelta quedando de espaldas y seguido lanzando la docena de rosas blancas.

 

Pengüin y Chopper se lanzaron al mismo tiempo, como un par de niños buscando el premio de una feria, sin embargo se chocaron uno contra otro revotando al lado contrario siendo lanzados por donde habían avanzado sin llegar a rozar el puño de rosas siquiera.

Killer se levantó de la silla donde estaba sentado para auxiliar a Pengüin y Kureha se acercó a ver como estaba Chopper. Por suerte ninguno de los dos se lastimo más allá de un leve raspón o el chichón en la cabeza que les creció luego del golpe que se dieron uno a otro.

 

-¿Quién gano el ramo?... — Shachi se giró para ver las manos vacías de ambos chicos.

-Yo ni lo roce… — Dijo Pengüin sobando su cabeza.

-Yo mucho menos… — Chopper se cubría el chichón tratando de disminuir el dolor.

-¿Entonces donde…?... — La voz de Heat se dejó de escuchar cuando miró más atrás de los chicos y encontró la docena de rosas que buscaba en manos del pelirrojo —… Capitán.

-¿Eh?

-Espero poder asistir a su boda.

-Yo también Kid.

-¿¿QUÉ??

-Es la ley Kid, no puedes negarte eres el próximo en casarte.

-¿¿Qué dicen…??

 

 

+++Cinco años después+++

 

*/*/*/*En alguna ciudad*/*/*/*

 

 

Un castaño entraba a su departamento luego de quitar el seguro con la llave de su cartera.

Pasó hasta la sala encontrando al peliazul dormido en el sofá de la sala y abrazando un pequeño bulto envuelto en una manta de algodón.

 

-Heat-san les dará dolor de espalda si siguen durmiendo en el sofá.

-Amgh… Bienvenido… ¿Dónde estabas?

-Fui por la cena, será estofado de udon.

-¡¡Que rico yo quero con verduras!!... — Una dulce voz se escuchó desde debajo de la sabana que se removía.

-Yumi-chan ¿No estabas durmiendo?

-Sí, pero escuché a papi llegar jeje… — Un pequeño niño con más de cuatro años se dejó ver debajo de la sabana, su cabello claro apenas había adquirido color cobrizo con los años y su piel clara seguía siendo lechosa como el primer día que lo vieron y aquel claro en sus pupilas cambiaba de tonalidad como la seda azul en los días soleados que relucía su color contrastando con los días nublados en los que casi desaparecía perdiéndose en el aire.

-Aguarden un poco, ya estará listo en un momento… — Shachi sonrió besando la mejilla del niño y dando un beso a Heat en los labios.

-¿Podemos ayudar? Así será más rápido… — Propuso el pequeño sentándose sobre su padre que le sostenía de la cintura para que no cayera al suelo.

-¿Seguros?

-Por mi está bien… — Dijo el peliazul levantándose y tomando al niño en brazos andando a la cocina.

-¡¡Sí, yo lavó la zanahorias!!

-Entonces, yo las cortó… — Heat y el pequeño Yumi empezaron a preparar los vegetales mientras Shachi los miraba desde la sala.

-… — El castaño suspiró, era como si al fin pudiese liberar el aire contenido en sus pulmones desde el día que Law les había ordenado huir, tantas cosas que pasaron desde entonces, tantos buenos y malos momentos y al fin ahora podía estar con las dos personas que más amaba en la vida —… Sin duda… No cambiaría nada en mi pasado, después de todo cada momento fue necesario para llegar a este momento.

-Papi tú también debes ayudar.

-Lo siento ya voy.

 

Yumi parado sobre una mesa observaba la forma en que Heat cortaba las zanahorias y comía de vez en cuando algún cubito de vegetal sonriendo al verse descubierto por el peliazul.

Heat sonreía picando una mejilla del pequeño que negaba divertidamente el haber comido dicho cubito de verdura.

Shachi sonreía dulcemente al verlos mientras revolvía la sopa.

 

Una familia.

Lo que ambos habían deseado en cierto momento.

Sin sentirse capaces de tenerla, ahora mismo la disfrutaban.

 

 

 

FIN.

Notas finales:

Y aquí termina el HeatxShachi… espero haber aclarado dudas… y no crear otras tantas XP kekekekee!!!

 

*en el anime de Candy Candy a las enfermeras les llaman ¨ángeles blancos¨ me gustó como lo dijeron, por eso y el hecho de que Shachi y Pengüin sean enfermeros me hizo recordar ese anime… XD

*la verdad nosé, si así se trate la fiebre. De pequeña mi madre me frotaba el cuerpo con un tomate verde, al siguiente día ya estaba como si nada, lista para el colegio (U—_—)

*según ¨Los Caballeros del zodiaco el quinto infierno es el de la lujuria… sino mal recuerdo XP

cuidence mucho!!! mata-nee!!


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