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NO COMPRES; ADOPTA UNA MASCOTA. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

estos hermosos personages han sido creados por: EIICHIRO OPDA-SAMA-SENSEI!!!!!

Capítulo 26: Abunai kara, anata ni horemasita. (Ten cuidado, me he enamorado de ti.)

 

 

En la isla de Loguetown, un barco turístico arribaba en el puerto, al ser una ciudad de historia la forma más fácil de llegar era en uno de tantos cruceros turísticos que dejaban a las personas como si se tratase de algún tipo de autobús.

De la embarcación bajaron un par de hombres que contrastaban demasiado uno del otro.

Un rubio de hermosos caracoles dorados, ojos azules como el cielo y una piel tan clara que delataba la suavidad de aquella piel y a su lado un hombre más alto que él de cabello verde encrespado con dos patillas largas, ojos cobrizos y piel acanelada.

 

-¿Hacia dónde?... — Cuestionó el rubio cubriendo su cuerpo con un abrigo de cuerpo entero de color blanco, el tiempo era frio y el aire que corría entre las calles volvía el ambiente lo suficientemente frio para tener que usar ropa abrigadora, incluso el clima les ayudaba a ocultar lo que su cuerpo padecía.

-Al centro, cruzando la plaza… — Bartolomeo caminaba al lado de Cavendish, él sabía que las personas de Loguetown no tenían ningún problema con ¨los seres diferentes¨ aun así prefería que el estado de salud de su rubio no fuera descubierto, después de todo nunca se sabía con los anteriores rivales de ¨negocios¨ los cuales no eran personas que olvidaran de la noche a la mañana o siquiera que olvidaran —… Aah~ — Con un suspiro de resignación siguió andando, al menos también tenía a sus viejos amigos que sin duda le ayudarían a mantener seguro a Cavendish y por supuesto nadie, ni siquiera sus rivales de negocios ayudarían a algún hombre de la ¨ley¨ por lo menos estaba seguro que en Loguetown no había tanto sistema corrupto, al menos en el momento en que salió de la isla.

-Un lugar tranquilo… — Cavendish observaba las calles tranquilas y llenas de gente que parecía ser feliz con solo saber que podían disfrutar un nuevo día, así había sido Rommel en algún momento, solo hasta que había llegado él, entonces todo cambio.

-Descuida, no nos aburriremos.

-¡…!... — Cavendish siempre terminaba sorprendido con las palabras del peliverde, era como si le pudiese leer la mente y usando su peculiar forma de hablar, calmaba sus ansias o miedos a lo que pudiese suceder cuando él estaba cerca de algún ¨pequeño paraíso¨ —… Espero que no me engañes o terminaré zarpando en el primer barco que encuentre, así sea un bote de remos.

-Behehehe… — Bartolomeo abrazó al rubio pasando un brazo por los hombros del príncipe —… No digas tonterías Cavage, sabes tan bien como yo que esperarías el más lujoso crucero antes de siquiera considerar ponerte a remar… — sin soltar al rubio, siguieron andando hasta llegar a los callejones angostos que llevaban a la plaza central.

 

Aquellas calles eran como un laberinto donde se perdían los turistas tratando de encontrar la plaza o alguna tienda interesante y solo encontrando la infinidad de pasillos que terminaban por agotarlos teniendo que recurrir a los ¨favores¨ de los residentes del lugar y de paso comprando algún artículo poco legal solamente comerciado en aquella ciudad.

Cavendish pudo notar los intercambios poco discretos entre ¨comerciantes¨ sin duda la ilegalidad predominaba en ese distrito de Loguetown, no era que el rubio desconociera o estuviera en contra de las personas que decidían arruinar sus vidas consumiendo aquel preparado de ingredientes nocivos, él incluso los había llegado a usar en algún momento solo para olvidar las continuas lagunas mentales que le hacían despertar cubierto de sangre de personas desconocidas.

Pero ahora, ahora debía ver por la salud de aquel que crecía en su interior e inconscientemente cubrió su vientre, casi protegiéndolo como si pudiese ver las acciones reprobatorias de aquellos adultos. Suspiró sintiéndose estúpido, él criaría a su hijo para que supiera distinguir lo bueno de lo malo y así decidiera lo que deseara ser en su vida.

Bajando las escaleras de los callejones llegaron a lo que parecía un nuevo nivel de la ciudad, los edificios eran visiblemente más antiguos, sin duda esa debía ser la parte en que se había fundado Loguetown. Las personas andaban tan tranquilamente como en los barrios superiores, sin duda era un lugar tranquilo y reservado, donde los turistas no atiborraban los locales y tiendas causando el incremento en los precios, sin embargo en esa parte de la ciudad también cultivaban sus propios productos, era como un pueblo oculto por el laberinto de callejones donde se resguardaban las personas que solo querían una vida tranquila y al mismo tiempo el mejor escondite para la ilegalidad, eso sí, siempre ayudando a proteger a su gente, aquellos que amparaban huérfanos y desahuciados que no eran bien vistos en las zonas ricas de la ciudad, solo la siempre presente sombra de todo lugar: ¨Los pobres dan mala imagen a la ciudad, hagan algo con ellos.¨

 

-¡Barto-chan!

-¡Hey! Oba-san… — Saludó el peliverde acercándose a una mujer que le había visto nada más haber terminado de bajar los escalones.

-¿Desde cuándo llegaste?

-Esta mañana.

-¿Eh? Barto-chan, sabía que volverías con una linda novia pero…

-¨¿Novia?¨… — Cavendish fue observado por las personas que se acercaban al peliverde, al parecer todos conocían a su novio y se llevaban bien con él.

-¡¡Este jovencito es lo más hermoso que había visto en mi vida!!... — La mujer se acercó al rubio quedando parada delante del rubio que no sabía cómo reaccionar, nunca espero una ¨bienvenida¨ tan dulce por parte de los habitantes o personas que conocieran a Bartolomeo, después  de todo él no era una de las personas más ¨simpáticas¨ que había conocido, con su carácter cínico y ese afán por molestar a todo aquel que le disgustase de una u otra forma, en resumen todo un caníbal.*

-Oba-san, no lo alagues o se lo va a creer… — Bartolomeo sonreía al ver que todas las personas que le conocían y apreciaban al menos un poco, también aceptaban al rubio sin ningún prejuicio y le rodeaban haciendo preguntas, tratando de conocerlo y afirmar sus sospechas de una relación con su ¨Barto-chan¨ que era como lo conocían en aquel lugar.

-Barto-nii, ¿Él es tu novia?... — Una niña de cabellos castaños que abrazaba una canasta con cerezas jalaba insistentemente tratando de que el más alto le hiciese caso.

-Sí.

-¿Cómo que ¨novia¨ Bartolomeo?... — Cavendish trataba de que dejasen de tratarlo como una chica, aunque era mundialmente ignorado.

-¿Y van a tener muchos niños?... — Siguió preguntando la pequeña niña.

-Sí… — Aseguró el peliverde.

-¡¡Confórmate con uno!!... — Terminó gritando el rubio al ser ignorado, provocando la curiosidad en los que lo escucharon.

-¿Qué no era un chico?... — Susurró un aldeano que vendía verduras.

-¿Crees que sea…? — Consideró un vendedor de ropa.

-¿¡Y cuándo!?... — La pequeña ansiaba el momento de conocer al bebé que sería de Bartolomeo.

-¡¡De hecho ya solo faltan cinco meses!!... — Bartolomeo sonreía tontamente jugando con la niña, sosteniendo sus manos y dando saltos de alegría como un par de niños.

-¡¡¿¿QUÉÉÉÉ??!!... — Gritaron todas las personas que los rodeaban — ¡¡¿¿NUESTRO BARTO-CHAN VA  A SER PADRE??!! ¿¿CUÁNTO HA CRECIDO??

-¡¡¡YA TENGO 26 AÑOS!!! ¡¡CRECÍ HACE MUCHO!!!

-¡¡BARTO-CHAN YA ES UN HOMBRE!!... —… Todos se tiraron a llorar con un peliverde reprochándoles que le consideraran un infante, más que nada porque hacía mucho que había salido a viajar por los mares sin nadie del pueblo que le acompañase.

-… — Cavendish tenía una gota de sudor resbalándole por la frente, en verdad esas personas tenían mucho que ver en la actitud mimada que solía mostrar el peliverde.

 

Luego de la escena de lágrimas y mocos intensificada luego de que todas las personas vieran el abdomen abultado del rubio que sin duda resguardaba una futura vida creada por ambos; Las personas recibieron con los brazos abiertos al rubio ayudándolo a instalarse en la casa que había pertenecido a Bartolomeo desde que se independizo.

La fachada era antigua y poseía dos plantas, era perfecta a ojos del rubio, sin duda incluso las persona que les rodeaban habían mostrado ser demasiado agradables, en sí, aquel lugar era perfecto para vivir una vida tranquila.

 

 

+++

 

 

Una masacre, una vez más abría los ojos viéndose cubierto de sangre de aquellos que le rodeaban, los hombres y mujeres que eran tan amables con él durante el día yacían en pedazos e inclusive los niños con los que había convivido estaban sin vida en el suelo carmesí.

Sin embargo sabía que era una pesadilla, la misma pesadilla que le había impedido dormir tranquilamente desde el mismo día en que habían llegado a Loguetown, se giró mirando detrás de él, ahí estaba Bartolomeo, como siempre que se volteaba buscándolo, abrazado a lo que reconocía como el cadáver de su bebé envuelto en una manta rasgada y siendo estrechado entre los fuertes brazos de su pareja que le gritaba ¨asesino¨ e interminables palabras de odio.

Él lo sabía desde hace mucho, el peliverde nunca le gritaría aquello, él lo amaba, pero, eso no impedía que su miedo a que esa pesadilla se realizase, invadiera su mente en sueños y le mostrará una y otra vez la cruel escena que no quería ni imaginar durante las horas del día.

Por las noches se podía dar el gusto de que su mente le torturase con las imágenes que creaba su cerebro impulsado por el miedo pero, durante el día, prefería disfrutar la inminente alegría que era compartir su vida con las personas que lo apreciaban y sobre todo con Bartolomeo.

Por esa razón dejaba que las pesadillas le atosigaran, las veía como una rutina de cada día, era incluso indiferente con el dolor que le causaba permitir que se repitiera noche tras noche sin descanso, solo para no recordar nada durante el siguiente día hasta que estaba siendo vencido por el sueño.

Abrió los ojos cansado de las rojizas escenas, suspiro agotado, fastidiado, su mente ¨debía¨ dejar de torturarle de esa manera tan burda.

No había razón para que eso pudiese pasar, hacía mucho que dormía sin ningún problema, las lagunas mentales habían desaparecido casi por completo pero al menos ahora no eran tan largas, a o mucho un par de minutos, aunque sabía que eso era suficiente para que su pesadilla fuera realidad.

Sin duda estaba pensando demasiado, dormir, sí, eso, debía dormir.

 

 

+++

 

 

Bartolomeo había sentido como se movía el rubio, no desconfiaba del rubio pero hacía tiempo que le ocultaba algo.

 

-Me quiere dejar fuera de su vida, creí que me había aceptado.

-… — La voz gruesa que escucho Bartolomeo le hizo acariciar la espalda del rubio —… Tiene miedo.

-Yo nací de ese miedo hace mucho, yo era quien pasaba los malos momentos.

-Hakuba, no debes sentirte triste, sabes que siempre estaré con ambos.

-No se lo has dicho.

-Sabes lo celoso que es, me mata sí se entera de que hablo contigo.

-… Tiene miedo de lo que puedo hacer… Tiene miedo de que la historia se repita.

-Tú dijiste que ¨eso¨ pasó a causa de las personas que le fastidiaban y la hipocresía que mostraban con él.

-Así es.

-Las personas que le rodean no son como aquellos que causaron tu despertar, además no quiero que desaparezcas.

-¡¡…!! ¿Por qué?

-Tú eres la razón de que haya conocido a Cavendish y eres parte de él, nunca voy a dejar a ninguno de los dos… — Bartolomeo abrazó el cuerpo del rubio que ahora poseía la conciencia de aquel que asesinaba cada noche.

-… — Hakuba sonrió y se dejó abrazar hasta dormir, no sabía de qué manera pero, ese hombre le hacía sentir seguro en sus brazos. Cerró los ojos y dejo descansar su cuerpo y mente.

 

Bartolomeo sintió como se destensaba el cuerpo en sus brazos, sin duda ahora su rubio descansaba profundamente y sin saber había hecho dispersar las pesadillas y miedos de su rubio amante.

 

 

+++

 

 

-¡¡UN MEDICO!!... ¡¡UN MEDICO!!... ¡¡UN MEDICO!!

-¡Cállate de una vez Bartolomeo! Me estás haciendo poner nervioso… — Cavendish era llevado del brazo por el peliverde que le sostenía con un brazo y en el otro llevaba el libro que Trafalgar Law les había entregado antes de salir de Dresrosa.

-¡¡Sería más rápido si me dejaras cargarte!!

-Bartolomeo, el medico está cruzando la calle.

-¡¡Es mucho!! ¡¡Puedes lastimarte!!

-¿Qué está sucediendo?... — El medico salió de su casa al escuchar la discusión que tenían.

-¡¡VA HA NACER!!

-¡¡DELE UN PARALIZANTE Y QUE SE CALLE!!

 

Gritaron ambos al mismo tiempo, el médico se quedó un tiempo sin comprender hasta que con un quejido Cavendish se dobló y expresó el dolor que sentía por las contracciones que sentía.

 

-¡¡Bartolomeo llévale a la camilla!!

-¡¡Sí!!... — Sin más el rubio se dejó cargar por el peliverde que le había entregado el libro de notas al médico, sería difícil el proceso pero al fin y al cavo era un procedimiento común en mujeres y no era tan diferente con un hombre.

 

 

+++

 

 

En la sala Bartolomeo se vistió con una bata azul para poder estar presente durante la operación, más que nada porque a pesar de su actitud tranquila, Cavendish no lo había soltado en ningún momento, apretaba su mano cada vez que sentía que Bartolomeo quería salir huyendo a causa del miedo y la desesperación que lo estaba dominando con los nervios de ver a su rubio sufriendo por su causa.

 

-D-duele… ahg… — Cavendish dejó correr un par de lágrimas por sus mejillas, el miedo le estaba dominando también a él, sobre todo al sentir a Bartolomeo temblar cada vez más a cada instante.

-“Estoy contigo…”

-¡¡…!!

 

Una voz dentro de su mente le habló, era como si repentinamente pudiese ver desde un ángulo diferente su vida, el dolor había desaparecido y aquellas palabras lo calmaban fácilmente.

 

-“¿Quién?”

-“No tengas miedo, yo soportaré el dolor por ti.”

 

Y lo recordó, aquel niño igual a él de años atrás.

Aquel que tomaba su lugar siempre que algo le hacía sufrir.

Aquel que pasaba los malos momentos.

Aquel que tomaba las decisiones difíciles.

Aquel que lo protegía.

Aquel que nunca paso un solo momento feliz porque él los acaparaba todos.

 

-“… Hakuba… no lo hagas.”

-“… Tienes miedo.”

-“Lo sé… pero…”

-“… ¿Pero?”

-“Bartolomeo está ahora conmigo… No… Ahora… Bartolomeo está con nosotros.”

-“… Quieres que me vaya.”

-“No, quiero que me dejes soportar el dolor y tú sientas la dicha de estar con nuestro bebé y Bartolomeo.”

-“… Eso.”

-“Hakuba… confió en ti.”

 

Bartolomeo se asustó cuando la mirada de Cavendish se volvió fría, no sabía si estaba cayendo en shock o Hakuba quería salir para proteger a su rubio de ojos azules.

Y sintió el alivió inmensurable cuando el color claro de los cielos de su rubio sonriendo volvieron a la normalidad, sin duda amaba a su rubio y no quería hacerle pasar por esa experiencia nuevamente, no creía soportarla él mismo aunque su padecer solo fuera psicológico.

 

-Bartolomeo… — La voz soñolienta del rubio le hizo volver a la realidad.

 

Su rubio sudaba y su cabello alborotado sobre la almohada se esparcía desordenado, sus ojos cristalinos y aun así no dejaba de lucir hermoso.

 

-Dime.

-¿Cómo es?

-¿Eh? — Bartolomeo no se había dado cuenta de que su hijo había nacido, hasta que el doctor se lo extendió cubierto en una sábana azul claro.

-Sostenlo con cuidado Barto-chan… — Pidió el médico.

-… Behehehe.

-¿Qué pasa?... — El rubio no entendía la gracia que le hacía a su peliverde.

-Es igualito a ti… — Respondió pasándole el pequeño bulto.

 

Un bebé de piel clara y cabellos rubios dormía acurrucado en la tela suave que le cubría.

Cavendish sonrió dejando que sus pupilas cambiaran de tonalidad a un rojizo suave.

 

-Es muy lindo… — La voz áspera sonaba contenida.

-Hakuba, contamos contigo para ayudar a criarlo, así que ni se te ocurra desaparecer.

-Entiendo… ¡ah! Mentira…

-¿De qué hablas?

-No es igual a Cavendish.

-¿Qué?

-Tiene tus ojos.

 

Un par de ojitos cobrizos les miraban a ambos atentamente sin hacer ningún ruido.

 

 

+++

 

 

-¡Garasuko!... aah… ¿Dónde se habrá metido ese niño?

-Cavendish-chan ¿Qué haces?

-¿Eh?... Oba-san, busco a Garasuko ¿Le ha visto?

 -Ese niño es tu viva imagen jujum.

-Sí.

-Pero su forma de ser es completamente la misma de Barto-chan.

-¿Igual?

-Sí, Barto-chan también desaparecía casi todo el día cuando era niño.

-¿También llegaba a casa con moretones y una caja de lagartijas en las manos?

-Jujujum… Una vez le dio de regalo de cumpleaños al panadero, su colección de ratones.

-Entonces creo que debo estar tranquilo, si eso era lo que hacía Bartolomeo cuando niño y aun así es el hombre que ahora es, no debería haber problema con su hijo.

-Estate tranquilo.

 

 

+++

 

 

-“¡¡¿¿ESTATE TRANQUILO??!! ¡¡NINGUNO DE LOS DOS HA VUELTO Y YA ES CASI MEDIA NOCHE!!”

 

Cavendish caminaba de un lado a otro por toda la sala, sabía que andaban juntos el par de desastrosos hombres, en la mesilla encontró una nota.

 

-¨Luego volvemos papi.¨

 

Solamente decía eso y la letra era de Garasuko, su hijo había crecido mucho en seis años de vida, ahora tenía su cabello rubio en rebeldes mechones que enmarcaban su rostro que conservaba la piel cremosa y el par de ojos cobrizos de amplias pupilas que resaltaban hermosamente en su rostro y lo más curioso era que había heredado los mismos caninos de su padre que sobresalían en su boca, un pequeño par de colmillos blancos que enmarcaban las comisuras de sus labios.

Bartolomeo y su hijo parecían más un lobo y su cachorro, sobre todo siempre que se les veía juntos era porque ya habían hecho de las suyas, la fuente con ranas y sapos eran lo mínimo que habían hecho estando juntos.

El estruendo de la puerta siendo abierta de golpe seguido de los gritos del par que no llegaba le hizo saltar del susto y más aliviado que nunca suspiro.

 

-¡¡Corre!! ¡¡Te dije que no lo hicieras!!

-Bueehh… — El pequeño ostro la lengua a su padre —… Tú dijiste ¨No te atreves¨ ¡Eso claramente era un reto!

-¡¡Mentira!! Dije: ¡No te atrevas!

-Llegaste vivo, confórmate… — Le señalo con su pequeño dedo como diciendo ¨cachorro malo¨

 

Bartolomeo veía la actitud de su hijo, en verdad solo ese pequeño le hacía perder la paciencia, lo sabía, quizá era el típico ¨Todo lo que hagas, lo pagaras con tus hijos¨ y por eso no intentaba quejarse si quiera, después de todo no podía negar que se divertía demasiado con su hijo.

 

-¿Qué hicieron esta vez?

-¡¡Wuaaah!! ¡¡Cavage/papi sigues despierto!!

-¡¡¿Cómo quieren que duerma si llegan a esta hora?!!

-¡¡Fue culpa de papá/Garasuko!!... — Se acusaron uno a otro.

-Los dos son culpables, ahora respondan ¿Qué hicieron?

-… — Ambos hombres se miraron y el niño hablo primero —… Papá se río de los pescaderos cuando ya volvíamos del puerto.

-¿Qué hacían en el puerto para empezar? Bartolomeo, no sabes nadar es peligroso.

-Garasuko quería comprar pulpo fresco para ti.

-No mientan… — Exigió el rubio cruzándose de brazos.

-Seguí a un gatito que se escondió ente las cajas de pescado y los señores se enojaron con el minino porque tomó un trozo de pescado, eso no fue justo papi… — Dijo molesto el niño.

-Cuando le encontré ya estaba rodeado de los tipos y les dije que no había porque molestarse, que solo dejaran de vender pescado de tres semanas en la bodega y su calidad mejoraría.

-Jejejejee… y cuando nos dimos cuenta un montón de gente enojada rodeo a todos los pescadores y ellos a nosotros así que tuvimos que escondernos en las bodegas hasta que se fueran pero los pescaderos nos siguieron buscando hasta con perros.

-Y a tu hijo se le ocurrió la ¨mejor idea¨ para salir de ahí.

-Te dije que ya tenía hambre… — Se quejó el pequeño.

-Había mucho pescado, podías comer tanto como quisieras.

-Estaba crudo.

-Te digo que es sushi.

-Yo lo prefiero en sopa con verduras.

-Quisquilloso.

-…Aah~ — Cavendish suspiró observando al par delante de el —… ¿Y cómo le hicieron para salir de ahí?

-Le jale la cola a un perro que estaba delante de mí mientras le gruñía… jajajajjaa.

-Behehehhee… con el susto que le dio al perro todos comenzaron a correr cuando este salió corriendo entre toda la multitud tratando de ¨huir.¨

-Pero nos descubrieron y tuvimos que correr por todos los callejones hasta perderlos jajajaa.

-Aah~ al menos no se paren por el puerto por un par de semanas, vayan a bañarse apestan a pescado los dos… — El rubio se dio la vuelta con rumbo a la cocina, era seguro que también querrían cenar por no haber comido ¨sushi¨

-Papi…

-¿Umh?

-Miau…

-¿Qué…?... — Cavendish se quedó quieto al girarse y ver una cabeza de más en el cuello de la chaqueta de su hijo. Un minino se asomaba maullando suavemente —… Garasuko.

-¿Me lo puedo quedar? ¿Sí?

-… — El rubio quiso gritar de ternura cuando vio los hermosos ojos de su hijo, un par de ojitos con la mirada de cachorrito adolorido a la que sabía muy bien no podría negarle nada —… También debe darse un baño.

-¡¡SIII!!

-¡¡MIIIAAWWW!!

 

Los maullidos del gato se escuchaban desde el primer piso, Garasuko había subido tan aprisa que solo había lanzado al minino al agua para lavarlo sin saber si estaba fría o al menos tibia el agua.

 

-Lo consientes demasiado Cavage, a este paso será un niño mimado.

-Yo no soy quien le enseña a hacer travesuras.

-Pero si le enseñas a manipular con una miradita de cachorro, esos gestos tan lindos son tuyos.

-Mentira… ¡¡¡Kiiaaa!!! ¡¡¡Aléjate!!! ¡¡Pescado de tres semanas!!

-No… nunca te soltaré… — Sentenció abrazándolo desde atrás y besando su mejilla.

-Dúchate primero.

-Mejor duchémonos juntos.

-Baka.

 

 

 

Fin.

Hasta aquí el BartoxCaven.

Notas finales:

++Garasuko es una descripción del diseño que hizo: 

Valee Trafalgar

 del grupo de Facebook  ¡¡¡Me pareció muy lindo y no pude resistir colocarlo!!! Si hay algún dilema con los derechos de autor con ese personaje comuníquenmelo con un mensaje, búsquenme en Facebook como (en el buscador de amigos): youichi hiruma-chan y dense una pasada por el grupo.

 BartoCaven [Beauty & Beast] <3

 

*caníbal: Según sé, a Bartolomeo le apodan caníbal por su forma de ser, que dice y odia a todo aquel que se muestre hipócrita, en realidad es  otra forma de llamar a una persona que dice la ¨verdad que duele¨

*Garasu: Cristal (vidrio) y  el ¨ko¨ seria de niño, así que creo quedaría como: Niño de cristal o pequeño cristal o cristal pequeño... >3< me gustó como sonaba pero, no me crean estoy jugando con las palabras y sus posibles significados NO tengo acreditación en el japonés o su traducción, solo estoy “guashaguasheando”… (Guashaguashear: Sacado de un comercial de refresco donde las personas cantaban lo que ¨entendían¨ y NO lo que la letra de la canción decía.)

 

Es todo por hoy… cuídense mucho!!! Mata-nee!!

Un beso de Beppo para todos sabor chicle de menta X9


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