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NO COMPRES; ADOPTA UNA MASCOTA. por hiruma chan

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Notas del capitulo:

Estos hermosos personajes han sido creados por: EIICHIRO ODA-SAMA-SESEI.

ATENCIO SPOILER!!!

NOS DOLIO LEER EL ULTIMO SBS DE Oda-sama-sensei DONDE HABLA DE MINGO Y VIOLA!! PERO APOYAMOS A Croco-chan!!!

Por fin el penultimo epilogo!!! Un DoflaxCroco!!! Esperamos les guste!!!

Escritora:hiruma-chan

Editado y publicado:gura-sama

 

En esas mañanas que despertaban juntos Crocodile no podía ni creer la circunstancia en la que se encontraba; Recostado al lado izquierdo de la cama, Doflamingo durmiendo cómodamente al lado derecho y entre ambos su pequeña Miko con las mejillas sonrosadas y el sueño tranquilo

Era en ese punto cunado consideraba que su vida de había vuelto una mala broma.

¡¿Cómo rayos fue que paso de un líder del bajo mundo a un empedernido enamorado!?

Ah… si… la respuesta estaba al otro lado de la cama hablando entre sueños, quizá por alguna otra de sus pesadillas.

 

-Ahh~… — Termino por suspirar resignado a tener que levantarse para poder ducharse con calma.

 

Según las indicaciones de “Law-chan” no debía hacerlo, pero por ningún motivo permitiría que el rubio le bañase como lo hacía con Miko.

Se levantó lentamente agradeciendo la poca movilidad recuperada, al menos sus pies ya le  obedecían y no se tambaleaba por la falta de movilidad y el largo tiempo de reposo, sin mucha opción escogió una camisa que el rubio no usaba como complemento del pantalón de pijama y se dirigió al baño y poder relajarse bajo la lluvia de agua caliente, con solo sentir la calidez pudo suspirar complacido por la temperatura y el agradable vapor que se esparcía por la habitación.

 

-¿Qué diablos estoy haciendo…?... — Susurro apenas audible para él.

 

Prácticamente su vida había dado un giro completo, él era un hombre de negocios ilegales y nunca podría huir de esa vida; Eso lo sabía muy bien, ya lo había intentado una vez y aquel muñón en su muñeca izquierda siempre le recordaba  que nunca podría cambiar lo que había sido siempre, lo que  seguía siendo y lo que nunca podría dejar de ser.

 

“Un hombre al que habían amenazado con asesinar a todo ser querido que estuviese cerca de él.”

 

-¡kuh~!...— Se rio socarronamente dejando que el agua cubriese su rostro.

 

¿Cuántas veces el mismo había sido secuestrado para extorsionar a su padre? Ya ni siquiera lo recordaba, en algún momento de su vida se volvió tan común que casi podía decir que llegaron a agradarle aquellos hombres que se quejaban de lo rutinario que era su trabajo cuando él ni siquiera intentaba escapar, e incluso llegaron a compartir la mesa en una ocasión cuando demasiado ebrios sus captores le dijeron que comiera con ellos y que quitara esa cara de “cachorro triste”

Esa tarde había sido divertida aparte de provechosa pues los pobres tipos no dejaban de hablar de todos los planes que su líder tenía pensados.

Está de sobra decir que también fue la última vez que los vio, aquel hombre que los contrataba había terminado asesinándolos luego de algunos días de tortura.

Aquella ocasión, no lo quiso decir en voz alta pero, Crocodile sabia la razón de ese leve punzar en su pecho y luego de lo sucedido con Doflamingo…

 

-…Aah~…— Abrió los ojos y termino suspirando con pesar — …Tenias razón… padre.

 

El simple hecho de recordar le causaba jaqueca y lo peor era que no tenía como contradecir los hechos reales, ni la forma de cambiarlos.

Salió del baño cubierto con la camisa y una toalla en la cabeza que cubría su mirada, no quería ver al rubio y comenzar con alguna tonta discusión que terminaría con su sometimiento sobre la cama mientras era atacado con besos y mimos por parte de Doflamingo.

Sin embargo el silencio de la habitación le comprobó que ambos rubios seguían dormidos y abrazados uno al otro.

Incluso Miko que solía despertar con los primeros rayos de sol estaba tranquilamente durmiendo mientras sostenía con sus pequeñas manos las sabanas que cubrían a ella y a su padre rubio.

Los miro atentamente… era casi una forma de decirle que ellos estaban con él para tener una vida “feliz”  y aunque nunca le había desagradado la idea, también era consciente de que “ese” tipo de vida no era para él.

Camino hasta el armario a un costado de él y con semblante frio, saco aquel traje con el que había llegado a esa mansión hace más de medio año. Como un autómata comenzó a vestirse al igual que tantas veces lo había hecho antes, sin embargo el frio de la mañana le contrario de quitarse la prenda del rubio y solo se encimo su camisa y chaleco. Al final se peinó y colocándose el abrigo salió de la habitación luego de dejar una corta nota:

 

“Debo trabajar”

 

En el pasillo encontró un teléfono y marcando el número que se sabía de memoria decidió lo que haría.

 

-Ven por mí… Ahora… — Sin esperar respuesta colgó nuevamente y se dirigió a la salida de la mansión.

 

Si se quedaba en ese lugar… su vida sería feliz.

Podría disfrutar de las personas que amaba.

No importaba siquiera la desconfianza que el resto de la “familia Donquixote” aun le tenía.

Podría ignorar o fingir que no existía ninguna de sus preocupaciones y dedicarse a ser feliz.

Pero… Eso solo traería un futuro más amargo.

 

Congelando el dolor de su pecho siguió su andar atreves de los pasillos y escaleras donde encontraba a los familiares del rubio.

Deliger y Sugar lo miraban asombrados desde media escalera mientras lo veían bajar.

Baby five casi había tirado la charola con té y galletas de arroz que llevaba hacia alguna habitación del segundo piso.

Señor y Pika lo miraban como si fuese un fantasma, sentados en el sillón del recibidor de grandes ventanales, Señor Pink fue el único que se levantó para tratar de detenerlo pero no fue posible pues Crocodile había cerrado la puerta después de salir.

Los últimos que vio antes de dejar la propiedad del rubio fueron Trevol y Diamante que al parecer iban llegando con algunas bolsas en sus manos. Ninguno de los dos dijeron nada cuando paso entre ambos obligándolos a dejarle pasar sin el desviar de su camino ni siquiera por amabilidad, estaba seguro que si dudaba al menos un poco, caería al suelo presa de la desesperación que su propia decisión le causaba.

Ninguno de los ejecutivos pudieron disimular la alegría que les causaba la partida del moreno, sonrieron para sí mismos, después de todo, no era como si pudiesen detener a Crocodile por las buenas y ellos tenían órdenes de no molestar o darle la contraria al moreno, así este les pidiese que saltaran aun pozo; Si por alguna razón no cumplían los deseos su joven amo sería el encargado de arrojarlos a dicho pozo personalmente.

 

-¡¡…!!

-¡¡…!!

 

Fue en ese leve instante en que ambos se giraron asustados viendo con horror como el auto en que había llegado Don Bones cuando ellos entraban a la propiedad; Vieron como ahora el auto negro al que había subido Crocodile se volvía un pequeño juguete a causa de la distancia que ya había recorrido.

El maldito moreno se había ido y era más seguro que su joven amo no tenía ni la mínima idea de eso. Sin pensarlo dos veces corrieron dentro de la mansión, encontraron a todos en la sala principal mirándose unos a otros intercambiando miradas preocupadas.

Aun con su abrupta entrada el silencio no abandono la sala.

 

-El joven amo estará muy triste… — Fue Sugar quien irrumpió por un instante aquel silencio, después… nadie más hablo.

 

En su habitación Doflamingo abrazaba a su pequeña Miko que sollozaba por la presencia del moreno que estaría ausente por un indefinido tiempo.

Al lado de ellos y sobre la cama en el lugar que había pertenecido a Crocodile desde hacía casi un año; Solo estaba aquella nota, misma que el rubio entendía a la perfección.

 

Un frio “debo trabajar” que era para todos los de la familia, para él era un claro:

 

“No quiero que se repita la historia.”

 

El mejor que nadie entendía al moreno y por primera vez se mantendría al margen.

Porque ahora tenían a quien proteger, ambos

Y porque el seria el dragón que protegería a la princesa.

Por eso mismo… Esperaría el tiempo necesario a que volviera Crocodile.

 

***

 

 

Los días frescos en Dressrosa eran un verdadero alivio luego del invierno tan crudo que había pasado este año, el aroma de los girasoles se esparcía por toda la ciudad dando alivio a sus habitantes por la llegada del próximo verano.

Aun con la primavera se sentía un aire frio pero los brotes de flores y cultivos próximos daban tranquilidad a todos.

Nadie sabía o era consciente de los sucesos ocurridos hacia solo algunos meses, la masacre en la mansión Donquixote nunca se dio a conocer a los habitantes que sin saber respiraban un aire lleno de tranquilidad.

Las constantes desapariciones de jóvenes fértiles se detuvieron de un día a otro, e incluso algunos habían vuelto con sus familias luego de que las autoridades les dieran por muertos, “solo una confusión” era la única explicación de los oficiales, algunos otros se disculpaban por no haber podido ayudar a aquellos jóvenes que regresaban no solo heridos físicamente, sus peores heridas eran psicológicas nadie sabía lo que aquellos chicos habían pasado y en un acuerdo mutuo, ninguno dijo nada.

La noticia llego a Dressrosa impresa en papel.

 

“Desapariciones y muertes en realidad secuestros”

 

Precisamente aquellas noticias leía Doflamingo sentado en un sofá en medio del estudio donde pasaba la mayor parte de la mañana.

 

-…¿Coincidencia?... — Doflamingo dejo el periódico sobre el escritorio frente a él y levantándose camino hasta la alfombra afelpada de colores rosas y naranjas donde una pequeña niña de no más de ocho meses sollozaba mientras trataba de morder algunos juguetes — …¿Duele?

-Augh~… — Sollozo la pequeña al ser levantada por su padre que la abrazaba contra su pecho tratando de consolar su dolor al ser los primeros dientes su molestia.

 

El rubio volvió hasta sentarse en el amplio sillón y sacando del cajón un paquete de galletas le dio una a la  pequeña que tomándola con una mano se la llevo a la boca tratando de morderla, lo cual ocasiono un dolor más agudo en sus encías  y la hizo gemir de del dolor y apretar el agarre de su otra mano sobre el abrigo de plumas del mayor.

 

-Miko-chan, falta poco para que deje de doler… — Doflamingo hablaba con voz melosa que consolaba un poco a la niña.

 

Después de que todos se fueron de la mansión y arreglados los posibles vínculos con los soldados desaparecidos, toda la familia Donquixote volvió a la “normalidad”

Los ejecutivos y miembros de la familia se ocupaban de sus respectivos cargos.

Por su parte, Crocodile había negado la ayuda de rubio en sus negocios, el moreno solía pasar días enteros resolviendo los diversos dilemas que habían sucedido durante el tiempo en que estuvo “secuestrado” por Doflamingo y los dos meses que necesito para recuperarse de la intervención quirúrgica.

Ya había pasado mucho tiempo desde entonces y aun no quedaban resueltos todos los problemas y lo peor era que cada día la organización del moreno parecía recibir constantes  contradicciones con respecto a su resurgimiento en el mercado negro o los bajos mundos.

Sin embargo, Crocodile siempre estaba dispuesto a resolver cualquier complicación, ya lo había hecho una vez cuando su padre le dejo a cargo de todo el “negocio” ahora solos sería dar resurgimiento  a todos los posibles negocios habidos y por haber.

Con esa contante determinación en mente revisaba papeles, documentos y contratos que llegaban a su escritorio, no importaba la hora o día, Crocodile  siempre terminaba lo pendiente en su agenda y revisaba cada documento al menos dos veces; le disgustaban los documentos con libre interpretación y en los negocios que manejaba no había de otro tipo. El desgaste que sufría por día y por noche que se quedaba en la oficina era igual al que paso cuando recibió el liderazgo; En esos años su amplio horario laboral era a causa de su inexperiencia pero ahora todo era por la ambición de sus “socios”  que al verlo “caído” ante Joker querían despojarlo de todo lo que había creado y ganado con su propio esfuerzo, aunque el dinero no fuera limpio.

Su organización apoyaba con armas a  los revolucionarios de los pueblos aun suprimidos por caciques y tiranos, los criminales que atrapaban era casi un servicio a la comunidad y los “maleantes” que había terminado por reclutar en la organización Vivian asegurando que las pandillas principiantes no bajaran pos sus “dominios” lo cual de alguna forma era mantener la seguridad de las ciudades o pueblos donde se encontraban algunos de sus “oficiales.”

Sin embargo… su esfuerzo no parecía avanzar mucho, pues el papeleo llevaba meses sobre su escritorio, incluso Don Bones, su allegado guardaespaldas y mano derecha le había hecho obvia una pequeña razón que prefería ignorar.

Y misma razón con que atosigaban todos los días a Doflamingo.

 

-no ha venido esta semana tampoco… — Diamante era un hombre cruel, y no solo en su forma de ser, las palabras y verdades que decía, siempre lo eran mucho más. -… ¿Cuántos meses se han cumplido ya?

-Fu fu fu… No desesperes Diamante, aún debe estar ocupado.

-No comprendo por qué no entiendes que no volverá, Crocodile ni si quiera ha llamado  en todo este tiempo, no parece importarle su hija, todos lo sabemos, solo falta que tú lo admitas Doffy; Crocodile se fue y no volverá.

—…

 

Cada fin de mes, cada semana y cada noche era lo mismo, Diamante y todos los integrantes de la familia Donquixote le repetían lo mismo al rubio, incluso Delinger y Sugar habían dejado de alentar al rubio en que Crocodile estaría perdido buscando galletas para la bebe y por eso no había vuelto aun.

Señor Pink era el único que no decía nada ante los comentarios de los ejecutivos y se mantenía callado sin dar su opinión.

Doflamingo conocía a Crocodile, el moreno no era de los que se van sin más, estaba seguro que tendría una razón… lo sabía… o al menos eso quería pensar.

La convivencia que tuvieron durante los dos meses que Crocodile requiero para recuperarse por completo se lo decía.

Cada mañana despertaban en la misma habitación y juntos atendían a la pequeña Miko.

 

¿Cuánto soñó el rubio con aquellos momentos?

¿Cuánto suspiro por vivir esos días?

Y sobre todo…

En cuantos trozos se partió su corazón al ver ese sueño destrozado luego de dos meses que le fueron tan cortos e insuficientes.

 

De un día a otro Crocodile se había ido, aparentemente sin importarle ninguno de los dos rubios que ahora serian su “familia feliz”

 

***

 

Como todas las noches, Doflamingo entro a aquella habitación que compartió con Crocodile por casi un año; llevaba en brazos a su pequeña Miko luego de un relajante baño con champo con esencia de lavanda que el mayor agradecía que le hiciera dormir toda la noche a su hija, no le molestaba ser despertado a las tres de la madrugada sin embargo el resfriado o la tristeza de la niña al llorar era lo que hacía desesperar y casi enloquecer al rubio, no por nada Miko se había ganado el título de “*Miko – hime” entre toda la familia Donquixote.

Una pequeña con rubios cabellos lacios esparcidos sobre sus almohadones de encajes rosas y blancos, vestida con una pijama a cuadros en un conjunto de vestido ligero y pantalón de telas cálidas; recostada sobre la misma cama que Doflamingo usaba pero con sus propias sabanas y mantas, dormía tranquilamente mientras el rubio revisaba los últimos pendientes del día el inevitablemente suspiro el reconocer abiertamente que el cuidar de Miko y encargarse de todos los negocios que ya de por si antes eran una molestia que no podía repartir entre sus ejecutivos y ahora eran mucho más molestos al no dejarle disfrutar durante todo el día de su pequeña hija.

 

-No quiero ni imaginar lo que estas sintiendo ahora mismo… Croco-chan — Sus palabras no fueron más que un susurro en medio de aquella habitación.

 

Suspiro dejando el papeleo para el día siguiente, si durante el día no estaba de humor para el papeleo, mucho menos lo estaba ya durante la noche, horas en que su cerebro se llenaba de todos los pensamientos e ideas habidas y por haber.

Su cerebro rebobinaba una y otra vez las crueles palabras de los ejecutivos mientras su corazón le gritaba una y mil veces más:

 

“¡TU SABES PERFECTAMENTE LA RAZON DEL POR QUE SE TUVO QUE IR!”

 

Esas palabras siempre le formaban un nudo en la garganta que le hacía sentirse completamente agotado y dando continuos suspiros trataba de deshacer aquel nudo para poder conciliar el sueño al menos un poco, pues las recurrentes pesadillas que tenía desde hace mucho tiempo, tampoco le dejaban descansar del todo.

 

 

***

 

 

Habían pasado al redor de otras seis semanas más, una mañana de lunes la mansión Donquixote se llenó de alboroto

 

-¡¡¿Qué haces aquí?!! … -Diamante estaba de pie frente a  la entrada principal

-¡¡Lárgate infeliz!! … Pika exigió con su voz chillona.

-¡Ne ne ne! ¿A qué has venido Crocodile?... — Trevol se acercó hasta el moreno y por primera vez manteniendo la distancia al igual que los otros dos ejecutivos y los demás miembros de la familia Donquixote que permanecían frente a la entrada impidiendo que el moreno accesara a la mansión.

 

Todos sabían del casi obsesivo amor que Doflamingo tenía por Crocodile, además estaba el hecho de que cuando iniciaron con los negocios en el bajo mundo el moreno había salvado la vida de su joven amo y para recordarles ese detalle, estaba la presencia de un guante negro que disimulaba la falta de su mano izquierda de Crocodile y aun que ninguno de ellos les agradaba el moreno, no podían negar el hecho de saber que le rubio era más correspondido por Crocodile, pero, aun así no podían aceptar que ese hombre abandonase a su joven amo.

Dentro de la mansión Doflamingo escucho aquel escandalo con Miko en brazos y con curiosidad al igual que su pequeña niña, cruzaron la sala para poder salir y averiguar la causa del alboroto.

Apenas al cruzar la puerta Doflamingo quedo impactado al ver a Crocodile delante de el con aquella expresión triste en su rostro que tanto le fascinaba de ese hombre, vestido con sus característicos trajes oscuros y su inseparable abrigo negro con afelpado arena que resaltaba su cabello negro pulcramente peinado

 

- … — A pesar de sus frases melosas y todos los discursos amatorios que había practicado para decirle al moreno y jurarle amor y protección para él y su pequeña Miko; Aun con todo eso perfectamente memorizado en su cerebro, simplemente las palabras no salieron de sus labios, Doflamingo estaba afónico ante la presencia de Crocodile

 

Tanto tiempo esperándolo

Tantos días y noches anhelando su presencia.

Tantas ocasiones en que soñó el momento en que su moreno regresara y ahora lo tenía delante de él no podía ni dar un suspiro, incluso el aire se negaba a abandonar sus pulmones.

 

Nadie había notado la presencia del rubio y estaban dispuestos a lanzarse contra Crocodile y sacarlo de la propiedad Donquixote, sin embargo un grito los sorprendió haciéndoles darse cuenta del par de rubios delante de ellos.

 

-¡¡PAPI!!... — Miko extendía sus manos buscando el abrazo de Crocodile.

 

Toda la familia Donquixote guardo silencio.

Su pequeña princesa quería al moreno y ninguno de ellos era capaz de negarle algo a la pequeña, por esa misma razón todos dejaron el camino libre a Crocodile que llegaba hasta el par de rubios cogiendo en sus brazos a su pequeña niña que le abrazaba del cuello y frotaba su mejilla contra la de su padre que le besaba la mejilla sonrosada.

 

-Lamento la espera… — Susurro Crocodile apenas audible a la cercanía de Doflamingo que aún no reaccionaba del todo ante la presencia del moreno.

-… T-tardaste…mucho… — Consiguió tartamudear el rubio.

-Tenía que dejar todo listo, no me dejaste encargarme de nada en el tiempo que pase aquí por eso fue difícil dejar todo en orden, ahora solo debo revisar un par de documentos al dia, de lo demás puede encargarse Don Bones.

 

Esa era precisamente la razón de que no hubiese vuelto en todos esos meses, Crocodile no quería estar solo un tiempo limitado con su hija y con Doflamingo.

Ninguno de los ejecutivos había siquiera considerado esa razón de su ausencia, por eso mismo dejaron pasar la cruel ausencia del moreno.

Ninguno dijo nada acerca del tema y recibieron en la mansión a Crocodile como si nunca se hubiese ido.

 

 

***

 

La mansión era tranquila y la sombra que de tristeza había estado sobre los hombros de Doflamingo se disipo con la llegada de Crocodile.

Ahora, en plena noche, Doflamingo observaba dormir al moreno y a Miko sobre su cama, ahora podía respirar tranquilo e incluso sentía que sus pesadillas no regresarían.

 

+++Cinco años después+++

 

 

Un día de verano, la mansión Donquixote estaba casi por completo en silencio, el joven amo había contraído un resfriado a causa del juego que tuvo el día anterior para celebrar el inicio de las vacaciones y aunque por lo regular no le gustaba nadar o mojarse solo basto una mirada de Miko para que el rubio accediera a jugar.

Así fue como todos salieron al parque de diversiones a excepción del rubio, Crocodile y Miko que insistió en ser la doctora de su rubio padre.

Ahora mismo el rubio sonreía burlonamente a Crocodile, pues según él, no podía incorporarse para beber jugo y su fiebre le hacía sentir muy acalorado, con esos “motivos” pedía a Crocodile que le diese de beber jugo, eso sí, con un beso a sus labios pasándole el líquido boca a boca.

Al escuchar tal “tontería” Crocodile casi golpea al rubio hasta derribarlo de la cama pero, un comentario de Miko le había hecho quedar entre la espada y la pared.

 

-“Esta enfermo, papi no le puedes negar nada”

 

Sin tener otra alternativa se empino el vaso de jugo reteniendo un buen trago se inclinó hasta el rubio.

A Doflamingo le latió el corazón tan aceleradamente que creyó que moriría de un ataque cardiaco en ese mismo instante.

Sus labios estaban por tocarse con el cítrico sabor del jugo de naranja, sería un “Romántico beso con jugo” sin embargo…

 

-Ugh…fhuuuuu~…cof…cof… — Antes de culminar el beso, Crocodile termino escupiendo todo el líquido en la cara de Doflamingo. —…Cof… Cof… — El moreno tomo un pañuelo para limpiar las gotas de jugo que caían por sus labios; Este tipo de cosas son más complicadas de lo que parecen en las películas y libros cursis.

-Croco-chan~… — Crocodile giro la vista hasta el rubio que goteaba jugo —… Que cruel~

-D-disculpa…

-Papa ¿ya te sientes mejor?

-Fu fu fu, si Miko-chan, ese jugo me refresco mucho.

-Qué bueno.

-Fu fu fu…

 

Pequeños momentos para recordar.

Pequeños detalles que guardar.

Y grandes amores para disfrutar.

 

***

 

Con una sonrisa tranquila dio una última vista a la cama y salió en dirección al estudio, entro y se sentó frente al escritorio de caoba pulida.

 

-Siempre supe que terminarías con él y me da gusto de que al fin se cumpla tu felicidad.

-Fu fu fu… tan sentimental como siempre… — comento sin darle importancia al rubio delante de él. —… Lo último que supe de Law-chan fue que se dirigió hacia Drum… — Termino extendiéndole un papel y un boleto de barco al rubio. —…Buen viaje otooto.

 

 

 

FIN.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Este capitulo tuvo algunos contratiempos, les cuento:

Gura-sama: ya quiero leer el fic de huntexhunter!!!

Yo: primero va el DoflaxCroco!!!

Gura-sama:entonces apurate!!!

Yo:pero tambien me falta el MarcoxAce!!!

Gura-sama:CON MAYOR RAZON APURATE!!!

Yo:ya voy!!!

 

Tiempo despues(MUCHO TIEMPO DESPUES)

 

Yo:ya lo tengo

Gura-sama:bien damelo! Y apurate con el fic de hunterxhunter!!!

Yo:si

Al dia siguiente.

Yo: devuelvemelo!!!no puedes publicar algo tan aburrido con mi nombre, prometi nunca volver hacerlo!!!

Gura-sama:te lo devolvere pra que veas que soy buena

Al final termine escribiendo el capitulo en dos cuadernos, gura-sama no tenia ni idea de que iba antes o despues -_-

Por eso la tardanza

-w-pero creo que ha sido divertido el proceso.

Cuidense mucho!!! Mata-nee!!


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