Dreesroosa; Jardines de Girasoles; Mansión Donquixote.
-Joven Amo- Habló una joven morena vestida con un traje de sirvienta francesa y una charola de comida en las manos.
-¿Qué sucede Baby 5?
-… No ha querido comer nada desde la mañana- Dijo mostrándole la comida intacta.
-Yo me encargo- Respondió el rubio tomando la charola y dirigiéndose a la habitación principal donde ahora descansaba su invitado, después de recorrer el largo pasillo de más de cien metros, llegó frente a una puerta digna del dueño de la mansión, tocó y espero respuesta.
-¡¡Largo!!- Se escuchó del otro lado.
-… - Comprobando que el hombre al que buscaba estaba despierto entro con una sonrisa sincera en su rostro como pocas veces - Croco-chan, el desayuno – Dijo mostrando la charola.
-¡¡Lárgate pajarraco!! – Contestó evidentemente molesto el moreno, estaba vestido con un pijama verde agua que le quedaba enorme y estaba recostado del lado izquierdo de la amplia cama.
-Vamos Croco-chan debes alimentarte – Le dijo subiendo a la cama del otro lado aun con la charola en sus manos.
-No quiero – Respondió girando el rostro hacia la ventana.
-Pero…
-¡¡Tú no eres el que devuelve todo después de comer algo!! – Se quejó molesto.
-… - El rubio se levantó dejando la comida en el buró y volvió a recostarse en la cama, esta vez halando al moreno para que se recostara sobre su bronceado pecho – No puedes vivir de solo galletas saladas Croco-chan.
-Puedo y lo haré, es lo único que no me causa ascos – Respondió con la actitud de un niño que hace berrinche al tiempo que se acomodaba mejor sobre el pecho del rubio.
-… Croco-chan… – Susurro acariciando los negros cabellos del mayor… – Estarás bien, lo prometo.
-…
Crocodile no respondió, él era el más consiente de ambos, por mucho que le pesase él ya no tenía la fuerza necesaria para dar vida a otro ser sin que corriese peligro su vida o ambas, su cuerpo a pesar de ser el de un hombre maduro y reacio era delicado en comparación con el de un hombre fértil de veinte años, él lo sabía perfectamente, pero la necedad del rubio fue lo que les hizo estar en estas circunstancias… “Tengo un excelente doctor” le dijo hace una semana que fue amablemente a “pedir su mano” a Daz Bones ya hace cuatro meses y medio de la concepción del ser que ahora crecía en su interior, pero no sabía siquiera si alguno de los dos sobreviviría, y para colmo, por la bocota del rubio y sus “comentarios” su “excelente doctor” había escapado… El doctor de la “familia” que no era muy conocedor de los hombres fértiles solo le había recetado “galletitas saladas” para las náuseas y descanso absoluto, no podía recetarle medicamentos al no saber cómo podría reaccionar su cuerpo.
Era para reírse, él y Doflamingo se conocían desde jóvenes casi niños y en todos y cada uno de sus encuentros Doflamingo le declaraba su “amor eterno” y le hacía sonrojar con sus indecentes propuestas de como pasar una noche juntos.
Eso hasta un lapso de diez años en que no se vieron, el cual termino hace cuatro meses y medio donde sin saber cómo o porque, mejor dicho por NO querer reconocerlo, simplemente aceptó la propuesta del rubio la cual según sus cuentas era la número 4067, cualquier número, pero que para Crocodile era especial, pues fue el mismo número del boleto con el que Doflamingo hace años lo llevo al parque de Sabaody, gastando todos sus ahorros, en ese tiempo todavía eran jóvenes y no tenían sus “negocios”
Ese día fue uno de los mejores de su vida y prometió que si el rubio era tan necio como para proponerle sus actos indecentes la misma cantidad que marcaba el número del boleto, lo aceptaría, ese día se arrepintió pues al final del evento de fuegos artificiales, le propuso siete veces hacer el amor a la luz de los estallidos de colores, que ya contando con las trece de la rueda de la fortuna, diez de la casa del terror y otras más que contó, al final del día ya llevaba 49 propuestas indecentes por lo tanto no tardaría en llegar a las 4067.
Pero se separaron por diez años, no había nada que hacer, no debían verse, por el bien de ambos.
Cuando se reencontraron en una reunión del bajo mundo en el que laboraban…
-Croco-chan – Susurro acercándose al moreno – … Quiero acerté el amor, esta es mi propuesta número 4067 …
-…
-¿Recuerdas ese número? Es el mismo de la entrada del parque de Sabaody… – Dijo sacando un viejo boleto de su cartera - … ¿Lo recuerdas? Ese día, fue el mejor de mi vida – Termino de decir al oído del moreno para besar su cuello causando un escalofrió en todo el cuerpo del moreno.
-¿Ya estás tan viejo como para querer recordar tus “buenos tiempos”?
-… - Doflamingo fue testigo una vez más de la visión que más le encantaba presenciar, Crocodile sonrojado mirando hacia otro lado tratando de disimular su rubor.
-… Te tardaste demasiado… - Dijo mirando a Doflamingo a los ojos - … En hacer 4067 proposiciones – Reclamo al momento de abrazarse del cuello del rubio y darle un casto beso que el rubio no tardo en corresponder robándole el aliento.
Con los recuerdos del día que pasaron juntos en el parque de diversiones y de esa noche de pasión desenfrenada que por fin pudieron disfrutar sin restricciones, Crocodile se perdió en la profundidad y el sopor del sueño aun sobre el pecho del rubio.
Doflamingo observó a su amante mientras dormía, sabía que la causa del cansancio que padecía el moreno era por el embarazo, se estaba preocupando, hace una semana que se enteró de su condición, no gracias a Crocodile, fue por rumores en el bajo mundo que se enteró, planeaban atacar a Crocodile por su aparente “enfermedad” pues nadie sabía que le pasaba, solo tuvo que hacer una llamada a Daz Bones y fingir un “ataque” para “tomar” sus negocios y sacarlo de ahí para que nadie lo lastimara, si estaba enfermo él tenía al mejor doctor para curarlo, pero tuvo dos sorpresas ese día:
1.- Crocodile estaba esperando un hijo suyo y al parecer su salud corría peligro.
Y lo peor:
2.-Al llegar a la mansión le informaron que Law había escapado a causa de las palabras que le dijo.
Eso lo enfureció, todos consideraban se mantendría a raya por un posible ataque de Daz Bones o los otros socios de Crocodile, pero nadie sabía la realidad, que él solo protegía lo que más amaba y pertenecía, por lo tanto y sin riesgo, no había que esperar por nada, se levantó dejando a Crocodile suavemente sobre la almohada y le cubrió con las mantas, acariciando el vientre que ya sobresalía en el cuerpo de Crocodile y con una sonrisa lo beso cariñosamente sobre los labios, salió de la habitación dejando solamente el jugo por si a Crocodile le daba sed, entrego la charola a Baby 5 y se dirigió a la sala donde sabía estaba el resto de la “familia”
-¡¡Prepárense!! – Ordeno a todos en voz alta – Todos, busquen a Trafalgar Law, lo quiero sano y salvo, sin un solo rasguño, encuéntrenlo y tráiganlo ante mí.
-¡¡SIII!!
-¡¡A la orden, Joven Amo!!
Todos sus hombres salieron al momento, cuando su amo usaba ese tono de voz no debían preguntar nada.
-Joven Amo…
-¿Qué pasa Sugar-chan? – Se agacho a la altura de la niña.
-¿Croco-chan estará bien?
-Para eso traeremos a Law-chan.
Continuara…