Con todo cuidado, con toda la ternura, pero también con todo el inmenso amor y deseo de siempre, el mayor hundió su portentoso instrumento, su enorme trozo de carne endurecida y lubricada en el centro de aquel trasero suave y generoso que se le brindaba, todo blanco, suculento y dócil. Deslizó la cabeza y la mitad del falo de un solo empuje, deleitándose con la firmeza y estrechez que invadía para detenerse un instante después y esperar que su pareja tomara un poco de aire. El gemido de placer que arrancó fue señal suficiente de que era bienvenido y de que podía seguir apoderándose del recinto de intimidad. Al fin y al cabo, aquel cuerpo elegante y estilizado, le pertenecía por completo.
Comenzó a bombear lentamente, disfrutando el roce de ambas pieles, sintiendo la humedad y la calidez inundando el momento. Colocado tras el menor, empujó firme para encajarse por completo, escuchando claramente como su bolsa escrotal golpeaba el periné de su pareja, ese sonido le hizo gruñir satisfecho. Aquel era el lugar al que pertenecía por toda la eternidad...
-Cuanto te amo, cariño...- murmuró el de cabellos negros, entregándose con todo su ser al amor de su esposo- ¡Cuánto te amo! ¡Me gusta sentirte tan dentro de mí!
Thor volvió a gruñir, lleno de deseo, era sencillo enloquecer ante la declaración de amor de Loki. Difícil reconocer al antiguo Dios del Caos, ambicioso y rencoroso, al que en otros tiempos el odio casi perdió para siempre en el pozo de su propia maldad, en aquel ser delicioso que tenía entre los brazos, que se retorcía ante los placenteros empujes que le prodigaba y que le juraba su amor eterno. Loki jadeaba muy quedamente cuando lo sentía entrar y salir, cerraba los ojos y gozaba con las manos enormes y cálidas que lo recorrían, acariciando su pecho, estimulando sus pezones con suaves masajes circulares y por supuesto, adorando el momento en que, además de tenerlo ensartado hasta el tope, Thor bajara su diestra deslizándola por su vientre ya ligeramente abultado para apoderarse de su miembro, acunarlo, acariciarlo lentamente de arriba abajo y potenciar de esa forma todas las intensas sensaciones que durante largos minutos favorecieron aquel sexo maravilloso.
Pero el lento vaivén que como una danza sensual los envolvía, tuvo que dar paso, conforme aumentaba la excitación, al apasionamiento propio del coito.
-Voy a darte fuerte, amor... Voy a darte ahora con todas mis fuerzas... quiero partirte al medio, siento que voy... a terminar...- rugió Thor, sin esperar respuesta y sujetando la cadera para aumentar el ritmo y la profundidad de sus embestidas, empujó rápido, fuerte, hasta el fondo, llevando a Loki a gritar delirante de placer mientras se masturbaba a sí mismo para llegar al mismo tiempo al orgasmo. Los dos se derramaron abundantes, calientes, pletóricos... uno en la mano y el otro en el interior.
Luego, llegaron los besos interminables para finalizar la pasión y dar paso a la ternura, a la devota adoración que los esposos sentían el uno por el otro. Sí... muy lejos estaban ya del caos, de la mentira y el engaño de uno, como de la arrogancia del trueno, Thor y Loki trascendían los pronósticos negativos acerca de su relación y se confirmaban a solas como los amantes más dedicados y enamorados de los nueve reinos.
-¿Te cansaste? ¿Te molesta algo?- preguntó el rubio mientras ayudaba a Loki a salir de la cama para ir a la ducha y hasta ese momento tomando conciencia del embarazo que asomaba en el vientre.
-Estoy bien, cariño... solo que no volveré a sentarme decentemente en dos semanas, es el efecto que causas en mí cuando eres demasiado apasionado.
-Procura no ser tan deseable entonces... Porque te ves muy lindo caminando como venadito recién nacido.
Thor sonrió lleno de orgullo, la única verdad era que le agradaba demasiado sentirse el poseedor del amor de su esposo y compañero, aquel que en un tiempo pensó que era su hermano y su enemigo. Además, lucía encantador con aquella pequeña barriguita que poco a poco crecía y que en unos cuantos meses lo convertiría nuevamente en padre.
De regreso en su cama, se dedicó a mimarlo y a acariciarle el vientre. Loki se abandonaba ante aquellos instantes preciosos, y llegaba hasta las lágrimas cuando Thor le hablaba al bebé como si ya lo tuviera entre los brazos.
-Ahora dime lo que te preocupa- dijo Loki, colocando sus manos finas sobre las grandes manos del rubio, que reposaban sobre su vientre grávido- Desde esta mañana me enteré que hablaste con Tony y has estado buscando el momento para decirme las noticias... ¿Tan malas son?
-Ni buenas, ni malas... el Juez nos cita el día de mañana a medio día para una nueva entrevista.
***
-¿Qué sucede?- preguntó Tayté, hablando en voz muy baja mientras su hermano Magni subía también al carruaje- ¿A dónde vamos?
-No sé... Nuestro hermano Einar se ve muy nervioso, ha discutido mucho con Anthony... Y no me ha dicho absolutamente nada.
-Algo malo pasa... ¿Verdad?
Magni presentía que sí, pero intentó portarse fuerte con su hermana para que ella no sintiera miedo. Llegaron hasta la puerta del hogar de Elynn y entonces, el mayor de los hermanos le ordenó al rubio niño que bajara, pasaría unos días en aquel lugar, mientras Tayté debía viajar hasta el lugar donde sus padres la esperaban.
-¿Y por qué solo va ella? También yo quiero ver a nuestros padres...
-No seas impertinente, Magni- indicó Einar- Obedece y procura no ser una molestia para Elynn.
Tayté y Magni se despidieron, sintiendo inexplicables deseos de llorar. Magni se forzó a sonreír y decirle a la pequeña castaña que fuera paciente, que ya se enteraría a donde iba y él también sabría el motivo para quedarse. Elynn en cambio, se acercó y besó repetidamente la frente la de niña, mientras le decía una y otra vez que la amaba.
Tayté les dijo adiós asomando por la ventanilla y reflejando su preocupación en sus enormes ojos color miel, que brillaban con un llanto contenido.
Viajó sola por el portal, acompañada únicamente por su niñera, sin más explicaciones que las recomendadas por su hermano mayor: “Pórtate bien, obedece a nuestros padres y recuerda que eres quien eres, Tayté Thordöttir...”
Y fue recibida en Midgard por su padre Thor. Al verla, el rubio Dios del Trueno la abrazó y la besó igual que siempre, y su sonrisa era como todas sus sonrisas que hacían salir el sol en Asgard. Y la levantó en los brazos como si fuera una frágil hoja seca, llevándola en su hombro como si nada hasta el hogar de los Stark.
La mansión no impresionó a la pequeña, bien acostumbrada a la magnificencia de Bilskirnir. Pero a cambio, le gustó mucho conocer a Pepper y enterarse que ella era la madre de Anthony. Sintió por la pelirroja una simpatía inmediata, ella era como las madres que sus amigas le contaban: amable, cariñosa, femenina, como Elynn, pero con un aura diferente al de su hermana. Pero esa misma simpatía no fue muy bien vista por Loki, quien no disimuló sus celos y acaparó a su niña evitando que se soltara de su mano, además, prefirió retirarse a sus habitaciones desde temprana hora.
Su esposo, acostumbrado a sus desplantes de Diva, se disculpó por aquel comportamiento, se encogió de hombros y se levantó dispuesto a ir tras él.
-Está un poco nervioso- les dijo a sus amigos y anfitriones- Con todo eso que sucederá mañana...
Tony y Pepper prefirieron asentir, comprender y mantener un discreto silencio.
-¡No te atrevas a excusarte por mí, rubio tonto!- gritó Loki, mientras subía la escalera llevando a su hija de la mano- ¿Vienes de una buena vez o te quedas fuera de la alcoba toda la noche?
El poderoso Rey de Asgard y actual Padre de Todo, Thor Odinson, asintió y murmurando un dócil “Ya voy, amor” demostró que todo su poder y su majestad eran nada ante la voluntad de su consorte.
Sin probar ningún alimento, a la mañana siguiente, Tayté fue puesta en manos de varios hombres y mujeres con bata blanca. Thor le explicó que se trataba de Sanadores mortales, y que era necesario que permitiera le extrajeran un poco de sangre.
-¡Eso duele!- gritó la niña, cuando por primera vez en su vida, una aguja hipodérmica punzó su antebrazo, perforando su suave piel y vió con horror como el rojo y tibio líquido fluía hacia varios tubos de cristal- ¡Papá Loki! ¡Papá Loki! Esa cosa que me han clavado duele... Ya no quiero que lo hagan...
Pero Loki no estaba ahí, con el corazón estrujado, el pelinegro decidió esperar fuera del cubículo médico. Sabía que su presencia podía empeorar las cosas si no conservaba la calma, porque le sería imposible respetar las órdenes que Thor le imponía a su hija. Tayté no lloró cuando le tomaron las muestras sanguíneas, más bien retribuyó el piquete en su antebrazo con una mirada de frialdad y rencor. Después se sentó en el sillón donde le fue indicado para que esperara, pues todavía tendría que responder algunas preguntas. Rechazó la fruta que le ofrecieron por si sentía algo de hambre o el procedimiento le causara algún mareo o debilidad.
-Soy la hija de los Reyes de Asgard, no se atrevan a decir que soy débil porque vi un poco de sangre.
Thor y Loki estarían presentes en la revisión que el médico estaba a punto de hacer, así que cuando llegó el momento, el rubio fue por el otro hasta el pasillo de espera y lo encontró mordiéndose los nudillos. Escuchar las quejas de Tayté sin poder ayudarla, no lo ponían precisamente de buen humor.
-¿Le pincharon con una aguja de uru?
-No amor... los Sanadores usaron una aguja común y corriente, la misma que usarían con cualquier mortal.
-Es la hija del Dios del Trueno ¿Cómo es posible que una simple aguja punzante y mortal lograra herir su piel? Thor, eso no es normal...
Loki manoteó y entró junto a su esposo al consultorio, estaba haciendo un gran esfuerzo por no irse de ahí con ella y no parar hasta esconderla en lo más profundo de las cuevas de Vanaheim, donde nadie pudiera volver a tocarla o provocarle dolor. Cuando la vió sentada, con un continente digno y tranquilo, se calmó un poco, tomó a su hija para sentarla a su lado y se dispuso a reunir los restos de su paciencia, si es que le restaba algún rastro, para tolerar todo lo que faltaba.
***
Thor soltó las muñecas de Loki una vez que los dos estuvieron a solas, en una de las habitaciones. El pelinegro se mostraba molesto por la excesiva fuerza empleada por su consorte para obligarlo a mantener quietas las manos y no usar ningún ademán mágico sobre los mortales presentes en la audiencia.
-Si me dejaras pulverizarlos nos ahorraríamos un montón de problemas... ¡Eres tan complaciente con esos Midgardianos! Especialmente con la bruja de la Foster, tal pareciera que no aprendes a no tenerle piedad. Intenta hacernos daño a toda costa y tu aún le permites respirar el mismo aire que respiramos nosotros.
-Solo ha solicitado la oportunidad de conocer a Tayté... Y no le revelará su parentesco.
-Pues no quiero que la conozca... y no me convencerás de permitirlo...
-Tal vez cambies de opinión si te cuento algo sobre la niña...- Loki enarcó la ceja y se volvió a mirar al rubio con coraje ¿Acaso tenía un secreto sobre su amada hija que no le había compartido antes?- Tienes todo el derecho a enfadarte conmigo... pero quiero que lo sepas ahora: ¿Sabes cuál es el motivo por el que una simple aguja pudo perforar su piel?
-Era de uru y no se lo dijiste a esos sanadores mortales.
-No, querido... no es así. El motivo es que Tayté es mortal, cien por ciento mortal... No hay una sola gota de sangre asgardiana corriendo por sus venas.
-¿Estás insinuando que Tayté, mi Tayté... no es hija del Dios del Trueno? ¿Eso es lo que me quieres decir? ¿Por eso has permitido que se realicen esos exámenes absurdos?
-Hace años lo sé... o al menos lo sospecho... Padre lo descubrió un día, cuando le cuestioné por qué la niña no desarrollaba ningún poder... el hecho que mi herencia no llegara a ella de ninguna forma, me hace suponer que no es hija de mi carne... pero lo ha sido de mi corazón...
-Así que la mujercita que un día adoraste se acostó con otro cuando te juraba devoción... ¡Que mierda de persona es! Así que la Foster te engañó y quiso chantajearte con una hija que no es tuya... ¡Maldita perra! ¿Y todavía me detienes de no asesinarla?
Nuevamente Loki intentó lanzar un ademán mágico a la otra sala, un haz de energía que partiera en dos a la falsa, infiel y ambiciosa mujer, pero Thor se colocó delante de su diestra y el de ojos verdes no tuvo más opción que detenerse.
-Permití los exámenes porque no puedo engañarme a mí mismo... Si Tayté no es mi hija, entonces encontraré un motivo más para odiar a Jane y para evidenciar su mala fé.
-¿Y si nos la arrebata, Thor? ¿No lo has pensado? Yo he dado todo mi amor a esa niña... la he tratado igual, jamás he permitido que sienta una diferencia por saberse adoptada. ¡Yo sé lo que siente ser menospreciado por tener padres distintos a los que me criaron! ¡Yo conozco esa soledad! Pero Tayté... es mi niña amada... yo la acaricié cuando fue abandonada, yo la alimenté con algo más que leche...
-¿Con algo más, Loki? ¿Quieres decir que usaste... magia?
-¡Si, usé magia! Era una cría tan débil... hubiera muerto si no le transmito mi fuerza con mi magia... Tal vez yo no la engendré, tal vez ni siquiera tú lo hiciste... pero yo le he entregado mi existencia y no quiero que se aleje de mi lado... ¡Jamás! ¡No quiero que la conozca! ¡No quiero que Jane se le acerque!
***
-¿Procedió el juicio?
-No Einar, no procedió... pero quizá este asunto no se ha terminado...
Por la respuesta reseca de su padre, Einar supo que no era el mejor momento para hablarle. Se colocó a su lado y dieron comienzo a las audiencias de ese día... mucho trabajo le esperaba al Rey de Asgard después de su ausencia, pero resultaba muy evidente que su mente no se encontraba concentrada en los asuntos de los nueve mundos. Parecía distraído y nervioso, pero se empeñó en trabajar.
-Puedes si deseas, Padre mío, dormir toda la mañana... creo que lo necesitas. Yo puedo diferir las audiencias y hacerme cargo de lo mas trivial para ganar tiempo.
-No. Trabajaré y después iré con tu padre a descansar... ¿Quieres ir al observatorio y solicitar a Heimdall las noticias sobre la salud de Jane Foster?
Einar asintió y salió a cumplir su cometido. Mientras Thor escuchaba a los Ministros menos de lo que pensaba en lo que sucedió antes de su salida de Midgard, fuera de los tribunales.
-“Loki no da su aprobación para una entrevista, así que no permitiremos que hables con Tayté, retírate de mi presencia Jane Foster, que me resultas insoportable…”
-“Loki es un asesino, un criminal... no tiene la calidad moral de negarme conocer a mi propia hija. Yo cometí un error abandonándola, pero probaré que estaba fuera del uso de mis facultades mentales gracias a su acoso... además, ahora sabes que tampoco es hija tuya, Helena, mi hija, me pertenece”
-“Ni siquiera encontrarte al borde la muerte te hace una buena persona, midgardiana detestable. Tayté y no Helena es el nombre de mi hija, y tú eres una desconocida para ella. La que no tiene derecho a reclamar verla o hablarle eres tú”
-“No estoy hablando contigo, Dios del Caos. Puedes guardarte de usar tu lengua venenosa, puedes cubrir tu seducción la cual usaste con Thor para quitármelo, que en mí no tiene efecto, ni podrás pasar sobre las leyes que me amparan y me dan derecho de recuperar a mi pequeña... nada la une a ustedes dos y si deseas mi muerte, tal vez debas matarme, pues mi recuperación es inminente. Viviré y veré crecer a Helena a mi lado”
Thor no permitió que hubiese una discusión mayor o un enfrentamiento, alejó a Loki y lo calmó hasta que en apariencia recuperó la tranquilidad. Pero solo fue por un instante, el rostro de Loki se transfiguró, haciendo brillar las esmeraldas de sus ojos con intensidad, con una frialdad homicida, como aquel antiguo y perturbador gesto de antaño. Agitó las manos y luego rió con malevolencia.
-“¿Qué hiciste, Loki? ¿Qué hiciste, dime? No seas insensato, no compliques las cosas”
-“No hice nada, cariño... ¿Acaso estos miserables mortales tienen la forma de probar que he usado mi magia? Claro que si esa mujer llega a sobrevivir... entonces se quejará de que me ha visto en el último instante de lucidez antes de caer en coma, pero solo es su locura y su odio irracional que la hacen tener alucinaciones ¿No es cierto?”
Einar tardó demasiado en regresar, pero cuando lo hizo, entregó a su padre una larga misiva enviada por Tony Stark. Ahí detallaba que Jane estaba viva y estable, que de manera desconocida el cáncer que aparentemente estaba bajo control, había regresado e invadido gran parte del otro de sus senos. Jane ya había perdido uno, y ahora, se debía practicar otra cirugía radical para extirparle el segundo tumor.
Debido a su salud, el proceso de demandas por la custodia de Tayté se retrasaría unos meses.
-¿Has informado esto a tu padre Loki?
-Pues sí... estaba ahí afuera, en la antesala, y al interrogarme un poco no pude sino decirle lo que Tony me contó, que es prácticamente lo mismo que dice la carta. Me ha llamado la atención la alegría que mostró al enterarse... y me pidió que te dijera que se siente un poco mal, que le duele el vientre y que consultará a los sanadores para enterarse que le sucede.
-Einar, termina las audiencias... debo ir con Loki en este mismo instante...
***
Loki caminaba lentamente, el agudo dolor lo obligaba a doblarse de vez en cuando y a halar aire con desesperación... Le sucedía cuando su odio hacia Jane Foster llenaba sus pensamientos. Sentía el corazón ansiar venganza y un impulso por matar a la causante de sus penas. Pero al no poder hacerlo sin comprometer a Thor y a su vida en común, aquellos deseos de maldad convergían hacia su bajo vientre, provocándole espasmos dolorosos que solo cesaban después de varias horas.
-Quitarle la vida a Jane... sería tan sencillo, pero solo aceleré el crecimiento de un tumor, no fue suficiente para matarla... no quería matarla aún... sino hacerla sufrir, que su agonía sea larga- aquel razonamiento coincidió con un alivio en el malestar que lo llenaba- Que pase meses y de ser posible años sintiéndose miserable...- nuevamente el dolor cedió- Mejorar su padecimiento y después hacerla recaer... si tan solo tuviera yo la habilidad de controlar la vida y la muerte...
De pronto el dolor se terminó, Loki pudo erguirse sin problemas y caminar con soltura. Desistió de ir con los sanadores y se arrepintió de preocupar inútilmente a Thor... en cambio, un presentimiento llegó a su cabeza igual que un rayo. Alzó la mirada hacia el piso que habitaba su hijo. No sabía como o porqué, pero supo que algo estaba sucediendo.
-¡Anthony!-murmuró, saliendo a toda prisa en busca de un caballo, el cual montó e hizo galopar con rumbo del Puente de mar eterno.
Lo vió cuando caminaba lentamente por el filo del acantilado, sombrío, vacío de voluntad... el joven hijo de Tony Stark, el esposo de su primogénito, contemplaba de cerca la muerte sin decir nada a nadie. Un solo paso lo separaba del mundo de los vivos. Anthony todavía no lograba la longevidad total, ni era inmortal... si moría en Asgard, sin honor, no escaparía de las garras de la Diosa Hela y Loki no quería volver a tener ninguna clase de tratos con la deidad.
De la misma forma que supo el momento exacto de provocar un daño a Jane, igual que había descubierto como calmar los dolores de su vientre (haciendo planes llenos de maldad) Loki supo que no lograría salvar a Anthony, que no llegaría a tiempo... el muchacho se arrojó antes de que pudiera llegar hasta él. Por un prodigio su cuerpo no golpeó las agudas rocas salientes, Anthony extendió sus brazos a los lados, cerró los ojos y se lanzó al vacío, cayendo pesadamente en el helado mar.
El caballo casi volaba camino abajo, donde un par de pescadores en un barco volador vieron caer al yerno de los reyes, y acudieron en su auxilio. Loki se esforzaba por llegar también. Pasaron muchos angustiosos minutos antes de que el cuerpo saliera a flote, inmóvil, sin luchar...
-Por todo lo eterno, muchacho idiota- murmuraba Loki, montado ahora en otro velero que cruzaba las aguas a toda velocidad- ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué quieres causar tal dolor a mi hijo?
La vida parecía haber abandonado a Anthony, pero Loki sabía exactamente que hacer. Cuando los pescadores colocaron el cuerpo sobre la cubierta del barco, cuando el consorte real llegó hasta él, entonces un haz dorado, cálido y preciso emanó de la punta de los dedos de Loki... colocó sus manos sobre el corazón y los latidos reaparecieron… poco a poco retornó el color a los labios azules y helados y el calor también volvió a la sonrosada piel.
-¿Qué ha sucedido?- preguntó Anthony, tan fresco como si no acabara de atentar contra su vida.
-Vamos a casa...- le respondió Loki- tienes mucho que explicarme, querido mío, pero antes...
Un par de ademanes más y los pescadores olvidaron totalmente todo lo que sus ojos atestiguaran.
Loki maniobró el velero para que remontara los vientos y los llevara lejos del mar eterno, lejos de Bilskirnir también. Fueron a refugiarse en la casa donde se suponía que Einar y Anthony asentarían su hogar.
-Gracias, hijo mío...- murmuró Loki, acariciándose el vientre y sintiendo a su bebé saltar de alegría en su interior- Creo que has sido tú quien me ha dado esta habilidad... tú me respondiste ¿Verdad? ¡Domino la vida y la muerte!
Arropado con la capa verde de Loki, Anthony lo escuchaba mientras a su memoria llegaban los recuerdos de ese día, incluyendo la nueva discusión con Einar y el desprecio con que su esposo lo había ignorado cuando salía a toda prisa con rumbo al observatorio, a cumplir con la encomienda del rey Thor.