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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Espero les gusté :3

—Espero que sea rápido— comentó al ver como el pelirrojo entraba a Seirin.

 

Shiba sonrió —¿A qué hora es su cita?

 

—A las 7. Creo que iremos a descansar, y después al hospital— dijo viendo a Shiba por el retrovisor.

 

Estuvieron platicando unos minutos hasta que sonó un celular. Kōki buscó el suyo pero no era el que sonaba; siguió el sonido y encontró el de Seijūrō entre el asiento y la puerta, lo levantó, vio que era el entrenador y respondió— Bueno.

 

—¿Akashi-kun ya llegaron?— escuchó al otro lado de la línea.

 

—Soy Furihata,  ya llegamos. Akashi-kun  dejó su celular, ahora está en Seirin— respondió.

 

—Ya veo. Furihata-kun necesitó hablar con el entrenador de Seirin, ve y entregarle el celular a Akashi-kun. En 5 minutos vuelvo a llamar— dijo y después colgó.

 

—Si quiere yo voy— dijo Shiba, pues había escuchado todo.

 

—No, yo voy. Es hora de saber si ya lo superé— dijo tomando los lentes. Shiba sólo sonrió.

 

Descendió de la camioneta, se colocó los lentes y se dirigió al gimnasio. El caminar las instalaciones le hizo sentirse nostálgico, había vivido tanto en dos años… Su corazón latió rápidamente al estar frente al gimnasio  —Tranquilo, Seijūrō-kun está aquí— se dijo mentalmente y continuó. Al llegar observó que todos estaban atentos al pelirrojo y que aquellos dos también lo veían. Al ver a Kagami no sintió nada especial, sólo ganas de golpearlo —Seijūrō-kun— dijo en voz alta llamando la atención de todos.

 

—Kōki— dijo al verlo —¿Pasa algo?— preguntó aproximándose al castaño.

 

Se acercó al pelirrojo —Es el entrenador, quiere hablar contigo. Dejaste tú celular — dijo entregándoselo.

 

—Gracias...— notó que Kagami observa de pies a cabeza al castaño —Êtes-vous d'accord? (¿Estas bien?)— preguntó en francés.

 

— Oui. Je voulais le frapper seulement  (Sí. Sólo tengo ganas de golpearlo)— dijo sonriendo.

 

— Maintenant nous sommes deux  (Ya somos dos)— dijo guiñándole un ojo y reanudó su plática con la entrenadora.

 

—Furi— dijo asombrando  Fukuda después de escucharlo hablar en otro idioma. Los demás estaban igual de asombrados, y ni se diga del peliceleste y el pelirrojo, ambos sintieron una opresión en el pecho ante la familiaridad con la que se trataban.

 

—Hola, chicos— dijo quitándose los lentes y mostrar lo adorable que se veía.

 

—¿Éstas en Rakuzan? ¿Por qué no nos dijiste?— preguntó kowa.

 

—Sí. Bueno....porque no quería visitas indeseadas. Claro, ustedes pueden ir cuando quiera — recalcó y dejó bien claro el mensaje.

 

—Ya veo— respondieron.

 

—¿Te toca cita hoy? ¿Viniste con Akashi?— preguntó Fukuda.

 

—Sí y sí— dijo sonriendo —Mis padres no me pidieron acompañar, así que Seijūrō-kun me ha acompañado— explicó tocando el balón que había llegado a pies.

 

—¿Es verdad que ya no juega?— preguntó uno de segundo año.

 

—Ya no. Sólo 5 minutos y me cuesta trabajo respirar. El entrenador  y Seijūrō-kun me ayudan a continuar entrenando para poder fortalecer mi corazón— dijo algo triste.

 

—Ánimo,  Furi— dijo Fukuda revolviéndole el cabello.

 

—Gracias, Fukuda-kun— sonrió.  Los demás suspiraron aliviados al ver que aquella sonrisa característica había regresado.

 

Taiga no podía creerlo, Furi siempre había estado en Kioto, en Rakuzan,  con Akashi Seijūrō.

 

—¿Cómo es que estudias en Rakuzan?— preguntó otro alumno. Taiga agradeció por la pregunta.

 

—Akashi-san consiguió que me dieran un beca, y pues, parte de mi familia de es Kioto— explicó rebotando el balón.

 

—Kōki es hora— dijo Seijūrō aproximándose al castaño.

 

—¿Ya? Bueno,  nos vemos chicos. Adiós, Amane-chan—dijo abrazado la.

 

—Adiós, Furi— dijo sonriendo.

 

Kōki se despidió de todos, casi todos, y salió detrás de Seijūrō. Eso, hasta que una gran mano lo tomó por el brazo. Volteó y miró quien era —¡Suélteme!— exclamó.

 

—No, hasta que me escuches— dijo Taiga con el ceño fruncido.

 

—¡Bien! Habla— dijo con el ceño fruncido.

 

—¿Kōki-vous sûr? (¿Kōki estás seguro?)— preguntó Seijūrō preocupado.

 

—Sí, es hora de acabar con esto— respondió en japonés. Taiga al escuchar aquello lo soltó.

 

Kōki se masajeo la mano (donde lo había agarrado Kagami tenía rojo) —¿Qué quiere?— preguntó fríamente.

 

—Hablemos en otro lugar— dijo Taiga, no quería que los escucharan.

 

—No. Será aquí— dijo cruzándose de brazos. Los demás reanudaron su labor y Seijūrō los veía desde la puerta.

 

—¡Lo siento! Te amo, te juró que te amo. Sólo... Sólo fue un desliz. Te juró que no volverá a suceder— dijo con la voz ronca.

 

—No lo creo— dijo con una mueca.

 

—Te lo juró, Furi. Te amo. Ese día... Yo, yo termine con Kuroko, yo... te lo juró— dijo suplicándole.

 

Kōki soltó una risotada, todos voltearon (obviamente habían escuchado) —¿Terminaste?— sonrió tristemente —¿Cuándo terminaste conmigo para andar con él? ¿Por eso se estaban besando apasionadamente? Cómo si  Seijūrō-kun y yo no existiéramos.  No Kagami, se realista y acéptalo, porque yo ya lo acepte. Tú nunca me 'amaste', es a él a quien amas— dijo viendo al peli celeste — Si de verdad me hubieses amado como dices, jamás me hubieses engañado y menos con él. Espero sean felices juntos, porque yo ha no quiero nada a contigo. El amor que te tenía murió aquel día, murió aquel día en que vi a la persona que amaba con mi supuesto amigo. Ese día murió el Furihata Kōki que conociste. Ustedes dos se encargaron de matarlo— dio la vuelta y caminó hacía el pelirrojo —Vamos, Seijūrō-kun.

 

—¿Estas bien?— preguntó Seijūrō una vez que alcanzó al castaño.

 

—Sí, estoy bien. Tenía que hacer esto— dijo sonriendo con visibles lágrimas surcando sus mejillas.

 

—No llores— dijo acercándose al castaño, le colocó su mano en la espalda y lo sacó de Seirin.

 

—————

Taiga seguía parado donde estaba. Grandes lágrimas se deslizaba por sus mejillas. Furihata no le había creído. Furihata no lo perdonó.

 

—Kagami-kun, la escuela va a cerrar— dijo el peli celeste. Después de Furihata y Akashi se marcharon, siguieron con el entrenamiento, y todo se retiraron una hora después.

 

—Si— dijo tomó sus cosas y salió de la escuela seguido por el peli celeste.

 

—Kagami-kun... Tienes que reconquistar a Furihata-kun. Sé que él te ama—  dijo mordiéndose los labios.

 

—¿No lo escuchaste?— preguntó —Él  ya no me quiere.

 

—No. Si te quiere, pero creé que tú no lo quieres. Tienes que demostrárselo.

 

—Tienes razón. Y ya sé dónde encontrarlo— dijo sonriendo.

 

—Sí— dijo inexpresivo. Tenía un mal presentimiento, notó la mirada de SU  Akashi sobre el castaño y no era sólo de  preocupación.

 

 

————————— Saliendo de Seirin ————————

 

—Llévanos a casa— ordenó a Shiba. Éste sólo asintió y condujo. Por el retrovisor, observó como el castaño sollozaba en los brazos del pelirrojo.

 

—Kōki. No llores, te hará daño— susurró abrazándolo.

 

—Lo sé, pero me da tanto coraje— respondió limpiándose más lágrimas.

 

—¿Y su fuera verdad. Y si de verdad te ama?— preguntó con miedo a la respuesta.

 

—No engañas a quien amas. Además, eso ya no importa. No sentí nada de aquel cariño que le tenía. Ya no quedó nada— dijo secándose las lágrimas.

 

—Cuando vi a Kuroko tampoco sentí nada. Al parecer ya hemos superado lo que sentíamos por ellos— dijo viendo a Kōki.

 

—Sí— dijo acompañado de una pequeña sonrisa. Su corazón salto al escuchar aquella declaración, Seijūrō ya no sentía nada por el peli celeste.

 

 

Al llegar a la casa Kōki durmió por un par de horas, a las 6 Seijūrō le estaba despertando. Kōki tomó un baño rápido y salieron rumbo al hospital.

 

—Hmmm.... ¿Algo te ha alterado?— preguntó viendo el electrocardiograma.

 

—Sí— respondió desviando la mirada.

 

—Tienes que estar tranquilo, y tomar el medicamento— dijo recitándole las pastillas.

 

—Sí— respondió levantándose.

 

—Tú novio sabrá como  tranquilizarte ¿ verdad?— dijo mirando al pelirrojo.

 

Ambos se sonrojaron —No somos novios— dijeron al unísono.

 

—Oh bueno.... Aquí tienes. Te veo en un mes, Furihata-kun— dijo Kishimoto-sensei entregándole la receta, el electro y su karnet.

 

Salieron del hospital y se dirigieron nuevamente a la casa. Cenaron tranquilamente y luego se fueron a dormir.

 

Se removió en la cama, la cara de Kagami no lo dejaba dormir. Se levantó con cuidado, salió de la habitación y se dirigió a la planta baja. Con ayuda de la lámpara del celular logró llegar a la cocina, buscó un vaso y tomó un poco de agua. Dejó el vaso y se dirigió a la sala.

 

La luz de la luna se filtraba por el ventanal, se detuvo frente a él y apreció luna.

 

—Se ve hermoso— dijo una voz exaltándolo.

 

—Me has asustado— dijo tratando de calmarse.

 

—Lo siento. Venía por agua y te vi— dijo mientras se detenía a su lado —¿No puedes dormir?

 

—No— respondió bostezando.

 

—Ahora regreso— dijo y se dirigió por el agua. Al regresar a la sala vio a Kōki dormitando —Regresamos— dijo tomándolo de la mano.

 

Lo llevó hasta la habitación y ayudó a meterse en el cama —Buenas noches, Kōki— dijo cubriéndolo.

 

—No— lo sujetó del borde de la camisa —No te vayas...

 

Seijūrō soltó la mano de Kōki, pero ahora, la otra mano, se aferraba a su mano. Se quitó las pantuflas y se metió junto al castaño. Kōki al sentir el calor, se apegó al pelirrojo —Seii…

 

—Kōki— susurró abrazándolo, ambos se acomodaron hasta quedar dormidos.

Notas finales:

Gracias por leer, espero sus review.

 

  • Mañana estaré algo ocupada, por ello, no podré escribir el soguiente capitulo (O al menos que pueda.lo csrgaré en la noche).
  • Con "Arrepentido" voy a la mitad del cap. Esperó tenerlo pronto.

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