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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

owo espero les gusté

 

Disfrutenlo...

Había pasado una semana y era el último día de clases  e iniciaran las vacaciones de verano. Lo que significaba que los jugadores del equipo de básquetbol  se encontraban abordando el autobús que los llevaría al lugar donde entrenarían con Seirin.

 

—¿Qué espera entrenador? Ya estamos todos a bordo— gritó uno de los chicos.

 

—Sólo falta...

 

—Siento la demora— dijo interrumpiendo al entrenador.

 

—¿Kōki/Furihata-kun/Furihata-sempai?— preguntaron.

 

—Llegas tarde. Siéntate— ordenó el entrenador.

 

—Lo siento— dijo disculpándose y se sentó en el único lugar disponible —Hola, Seijūrō-kun— dijo sonriendo.

 

—Kōki... ¿Cómo es que…?— trató de decir sin perder de vista que Kōki traía el uniforme deportivo de Rakuzan, y le quedaba muy bien.

 

—Oh eso— rió un poco —Bueno el lunes...

 

———————Flashback ———————

 

El lunes había pedido permiso para ir al baño cuando se encontró al entrenador Buen día saludo al mayor.

 

Buen día Furihata-kun. Qué bueno que te encuentro, iba a tú salón.

—¿En qué puedo ayudarlo?

 

He estado observándote estos meses. Sé que eres un excelente observador y previenes errores. Por ello, quisiera saber si te gustaría ir con nosotros al campamento. Serás como mi ayudante o algo así, necesitó que observes a los chicos y a los de Seirin para armar una buena defensa dijo cruzándose de brazos.

 

—¿Yo? preguntó anonadado.

 

Sí. Tú Furihata-kun. El director dice que le pidas permiso a tú familia y si ellos te dejan eres bienvenido.

 

Yo...  Está bien. Pediré permiso, pero no le diga a Sei...Akashi-kun. Si me dan permiso será una sorpresa.

Entiendo. Mañana me avisas, y si te autorizan traerme anotado tú talla y medidas para el uniforme dijo sonriendo.

 

Está bien, gracias dijo con una reverencia.

 

De nada, y corre a clases. Cualquier cosa di que estabas conmigo dijo bajando las escaleras.

 

——————— Fin Flashback ———————

 

—Y eso fue lo que sucedió. Llegue tarde porqué tuve que esperar a Kenshi-san. Él trajo el equipaje y mi uniforme; Todavía tuve que ir a cambiarme al baño— dijo sacando su teléfono.

 

—Ya veo— dijo sonriendo. Kōki se colocó los audífonos y comenzó a escuchar música.

 

 

 

 

 

————Autobús: Seirin—————

 

—Hey despierten— dijo Amane moviendo al pelirrojo y peli celeste.

 

—¿Ya llegamos?— preguntó Taiga bostezando.

 

—Sí. Nada más falta que llegue Rakuzan— dijo bajando del autobús.

 

Taiga y Tetsuya se estiraron, tomaron sus bolsos, bajaron del autobús y tomaron su equipaje. Los chicos platicaban y reían en la acera del hotel, ellos se sentaron  cerca de la entrada.

 

Tras 10 minutos de espera llegó el autobús de Rakuzan. Comenzaron a bajar los chicos y tomaban su equipaje —Ustedes bajen— gritó el entrenador.

 

—Lo siento. Se me resbaló el celular— respondió a gritos  Seijūrō, tratando de levantar el celular de Kōki —Ya lo tengo— dijo mientras se lo daba al castaño. Seijūrō tomó su bolso y bajó.

 

Tetsuya miró su pelirrojo. En ese campamento lo reconquistaría.

 

Seijūrō tomó su maleta y la de Kōki —¿Kōki?— preguntó hacia la puerta.

 

—Lo siento. Se me volvió a caer— dijo limpiándole la pantalla al teléfono cuando descendía las escaleras.

 

—¡Furihata-kun!— gritaron los chicos al reconocerlo.

 

—Hola, chicos— respondió sonriendoles, tomó su maleta y camino hacia ellos.

 

—¿Furihata juegas para Rakuzan?— preguntó Fukuda, sintiéndose traicionado.

 

—Oh no. Yo no juego, lo que pasa es qué— fue interrumpido por el entrenador.

 

—Yo se lo pedí para tener controlado a Akashi- kun. ¿Se conocen?— preguntó entre los de Seirin y el castaño.

 

—Estuve dos años en Seirin antes de llegar a Rakuzan, pero por mi salud no me inscribí— comentó casualmente.

 

—Oh cierto, lo había olvidado. Bueno vamos ¿y su entrenador?— preguntó buscando al adulto.

 

—Él es el representante, Iruka-sensei— dijo uno de los chicos señalando al hombre dormido.

 

—¿Y el entrenador?— preguntó

 

—Está viendo las habitaciones— respondió otro chico.

 

—Vamos. Traigan sus cosas— ordenó a ambos equipos.

 

Todos tomaron sus cosas y se adentraron al vestíbulo —¿Cómo que les hace falta una habitación?—pregunto  la entrenadora a un hombre alto, de cabello negro.

 

—¿Qué sucede Yamada-san?— dijo Seijūrō acercándose a la recepción.

 

El hombre volteó al reconocer la voz —Akashi-sama— dijo con una reverencia, seguido de las recepcionista.

 

—¿Cómo que hace falta una habitación?— preguntó acercándose al gerente.

 

—Lo que pasa, es que no sabíamos que venía la señorita y a todos los hemos emparejados, menos a usted y a  Furihata-sama. Fue lo que Akashi-sama ordenó— todos miraron a Kōki, éste se encogió de hombros— Por ello, nos faltan una habitación. Tenemos cupo total— dijo el hombre sudando frío.

 

—La lista— ordenó y de inmediato se la dieron. La leyó y sonrió, tomó la pluma y corrigió —Amane-san estará en la habitación que era para Kōki. Él dormirá conmigo— dijo dándole la lista.

 

—Sí, Akashi-sama— respondió aliviado.

 

—¿Qué?— gritaron Taiga y Tetsuya.

 

Seijūrō los ignoró —Comiencen a repartir las llaves— ordenó.

 

—Sí. Aquí tiene Akashi-sama— dándole la llave electrónica —Amane-san— dándole la otra.

 

—Gracias— respondieron.

 

—Todos vayan a dejar sus cosas, nos vemos en la cena en una hora— ordenó el entrenador.

 

Kōki y Seijūrō comenzaron a caminar rumbo al elevador, Amane ya lo había llamado. Estaban por subir cuando Taiga los alcanzó —No se te ocurra tocarlo—  gruño al pelirrojo menor.

Kōki pegó a Seijūrō de forma seductora —No es necesario que Sei me toqué, cuando yo puedo tocarlo— dijo en una voz sensual. Kōki empujó al elevador al pelirrojo y apretó el botón de último pisó. Dejando a un estupefacto Taiga, Tetsuya y Amane.

 

—Kōki...— dijo muy despacio. Estaba algo excitado al escuchar esa voz, últimamente le pasaba eso con su amigo... Su amigo docel... un docel muy lindo y adorable que lograba excitarlo....y del cual estaba enamorado.

 

—Lo siento— respondió apenado —No quise hacerlo, sólo que me molesto que te hablara así Seijūrō-kun.

—Eres muy inocente, Kōki— dijo para sí mismo, pero fue escuchado por el castaño.

 

—¿Por qué?— preguntó mirando al pelirrojo.

 

Seijūrō soltó su equipaje y acorraló al castaño contra las paredes frías del elevador. Ambas respiraciones eran agitadas y  sus labios se quedaron milímetros para un beso.

 

—Porque soy un hombre K-Ō-K-I— susurró.

 

Kōki sintió sus mejilla y orejas explotar en un intenso sonrojó. Miró directamente aquellos ojos rojos —Soy su amigo. Sólo lo está haciendo para demostrar que podía suceder pensó con su corazón desbocado y ganas de besar aquellos labios.

El elevador se abrió rompiendo la atmósfera.

 

—Lo siento— susurró Seijūrō tomando su maleta. Abandonaron el elevador y entraron a su habitación. Dejo su maleta en cama, sacó un pantalón chándal y una camisa y se encerró en el baño. Lo necesitaba.

 

—Joder— dijo dejándose caer a la cama —¿Qué fue eso?— murmuró boca bajo. Aunque  sólo fue para demostrar un punto aquello no ayudó. Sentía caliente su cuerpo y en especial a su amigo —¡No! Seijūrō es mi amigose dijo mentalmente tratando de calmarse.

 

—Kōki voy a hablar con el entrenador— dijo Seijūrō tomando su celular —Te esperó a bajo.

 

—Está bien— respondió levantándose con cuidado. Tomó  su ropa y  se encerró en  el baño. Se desnudó frente al espejo y se apenó, su pene estaba algo duro —No puede ser— dijo entrando a la ducha y abriendo el agua fría, su amigo no se calmaba Lo siento, Seijūrō-kun pensó antes de llevarse la mano a su miembro.

 

—Mnghhh— mordió sus labios para evitar gemir. El placer comenzó a invadir sus sentidos, las caricias eran cada vez más rápidas. Sabía que no duraría mucho, tenía demasiado tiempo sin tocarse —Aghhh — gimió al sentir como se tensaba y corría en sus manos. —Lo siento— dijo entre lágrimas, que eran disfrazado por el agua de la ducha, acaba de traicionar su amistad.
 
————

Fue guiado por el sonido de las risas y llegó al  salón, mesas para 5 personas estaban distribuidas a lo largo. Los chicos ya ocupaban varias mesas, junto con otras personas.

 

Quería sentarse sólo, no quería estar al lado de Seijūrō.  No en ese momento. Notó una mesa para dos  y se dirigió a ella, no notó las miradas de los demás sobre el.

 

Algunos cuando vieron al castaño, no pudieron apartar la mirada de él. El sutil aroma a lavanda invadió el lugar, sus mejillas estaban sonrojadas, su cabello goteando y sus labios rojos.


———

Un mesero se acercó  y ordenó lo más ligero que encontró en la carta. Perdido en sus pensamientos, no notó que Seijūrō se sentó frente a él, ni que los demás los veían.

 

—Kōki ¿Estás bien?— preguntó al verlo perdido en sus pensamientos.

 

—¿EH? Sí— dijo evitando la mirada del pelirrojo.

 

—Entiendo— dijo y disimuladamente fulminó con la mirada a todos, estos dejaron de mirar al castaño. El mesero llegó y luego de dejar la orden de Kōki, levantó la orden de Seijūrō.

 

Cenaron de forma calmada. Kōki se sentía muy avergonzado para mirar a SU AMIGO. Jugó un rato con su comida hasta que Seijūrō lo término regañando. Tras terminar de cenar y escuchar las instrucciones del entrenador, subieron a descansar.





————————————

 

En la mañana Rakuzan corría en la arena, y Seirin usaba el gimnasio del hotel. 

 

—¡Qué calor hace!— exclamó Kōki jalándose la playera. Sólo había corrido un poco y estaba agotado.

—Ve a la silla. No quiero que te de un infarto— dijo el entrenador cuando Kōki llegó a su lado.

 

—Sí— respondió cansado. Se despojó de la playera y se acostó en un camastro que estaba bajo la sombra de una sombrilla. Su corazón latía a mil por hora por el ejercicio.

Media hora después se levantó y  camino hacia el hotel.  Iba a entrar cuando lo tomaron del brazo —¡Suéltame!— gritó al ver quien era.

 

—¡No! Tú eres mío. Sólo mío— le dijo Taiga y lo besó. Se sintió asqueroso. Golpeaba al pelirrojo de donde podía para que lo soltara,  de pronto lo soltó.

 

Taiga percibió como lo iban a  golpear y por inercia soltó al castaño. En cuestión de segundos estaba en el piso, sintió cómo lo giraron e hicieron una llave —Maldito. Suélteme— gritó tratando de zafarse.

 

Todo mundo se acercaba a ver lo sucedido. Seirin y Rakuzan miraban anonadados la escena. Seijūrō sonrió al reconocerlo.

 

—¿Esta bien, Kōki-bocchan?— preguntó con el ceño fruncido y ejerciendo más presión. Los demás repitieron el bocchan.

Notas finales:

Gracias por leer 

Espero sus review

 

Besos :*


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