Noviembre estaba a la vuelta de la esquina. Las semanas fueron pasando lentamente entre clases, tareas, y citas entre Seijūrō y él.
Actualmente estaba acostado boca abajo sobre uno de los pupitres, aferrándose al bordo cómo si su vida dependiera de ello —AGHHH— gimió al sentir la fuerte estocada.
—Shhh— le cubrió la boca. Siguió embistiéndolo sin piedad alguna.
El mantener relaciones sexuales en las aulas o baños de la universidad y ser descubiertos, lo habían encontrado excitante. En un principio Kōki se negó, pero a Akashi Seijūrō no se le negaba nada. Desde hacía casi un año que el emperador se había unido con Seijūrō 'bueno', por así decirlo, y ahora era una mezcla de ambos.
—No debemos hacer esto aquí— pensaba en medio de las penetraciones. Seijūrō le hacía sentir un placer absoluto, y eso le gustaba.
Seijūrō escuchó unos pasos, notó que alguien se asomaba y se iba corriendo. Dio unas fuertes estocadas e hizo que Kōki se corriera y él lo secundo.
Kōki trataba de regular la respiración una vez que Seijūrō salió de su interior. Se levantó y comenzó a vestirse —Oh no... Mi pantalón— dijo notando que estaba manchado cerca del cierre.
Seijūrō guardó el condón usado en el pantalón —No es mucho. Mi chaqueta te cubrirá— dijo subiéndose el cierre del pantalón.
—Ok— dijo subiéndose el pantalón —ughhh— gimió al sentir la punzada.
—¿Estas bien?— preguntó preocupado.
—mnghh Sii...— sus mejillas sonrojadas —¡Demonios! Quedan 5 minutos— dijo viendo la hora, en el reloj del salón, se vistió rápidamente y se colocó la chaqueta viendo que si le cubría la mancha.
—Vamos— dijo besando delicadamente sus labios rojos e hinchando —Te amo.
Salieron con cuidado y Kōki se apresuró a subir las escaleras. Puesto a que se encontraban en un aula de la planta baja.
Seijūrō no observó a nadie sospechó hasta que escuchó pasos —¿De verdad estaban follando?— preguntó una voz.
—Sí. No vi quiénes eran, pero los gemidos de la chica eran muy sensuales— respondió observando que la puerta estaba abierta.
—Escuche que un pelirrojo en administración arrastra a quien se le ofrezca— dijo decepcionado.
—¿Será el mismo?— preguntó.
—Creo que sí— respondió y subieron las escaleras.
—¿Un pelirrojo en administración?— se preguntó. ¡Vale! Lo había hecho varias veces con Kōki en la escuela… pero no en los mismos lugares. —humm tal vez Taiga....—negó. Tetsuya y Taiga tenían una relación.
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Algo iba mal, su corazón se lo decía.
Después de haber ingresado a la universidad Taiga iba cambiando, hasta el punto de no ponerle atención cuando estaban con los demás de la generación, sus respectivas parejas y Furihata Kōki. Él era el culpable ¡Tenía que serlo! Había estado viendo a SU novio miraba a Furihata de los pies a la cabeza. Cuando hablaba le ponía atención y lo observaba.
Debía admitir que Furihata había desarrollado curvas. No. Mejor dicho, las tenía, pero siempre había usado ropa holgada y no esa ropa ajustada que se entallaba a su cuerpo. ¿Era doncel? … No, era imposible. Él había visto la ficha de la enfermería y decía que era varon.Pero ese no era el punto. El punto era que estaba inseguro de los sentimientos de su novio.
La semana pasada había visto como Taiga le decía algo a Furihata. Éste lo miraba mal y lo cacheteó, pero él no tuvo el valor de preguntar a Taiga.
—Escuchaste los rumores— escuchó a una de sus compañeras.
—¿Cuál?—preguntó otra.
—Qué un chico de administración se está follando a uno de Literatura. Dicen que el de admiración tiene pareja y le están viendo la cara. Al parecer los tres son amigos— dijo discretamente.
Aquello le causó vértigo. Sus presentimientos fueron acertados —No.
—¿Quién será el chico de literatura?— comentó.
—No sé. Dicen que el otro día vieron que era un castaño, pero no se sabe bien— dijo susurrándole ya que el timbre sonó.
Kuroko Tetsuya de levantó. Tomó sus cosas y salió del salón de clases muy, pero muy molesto. —Esto no se quedará así— pensó mientras se dirigía a la salida. Al salir del edificio se dirigió al departamento de Administración. Fue cuando lo vio. Furihata iba sonriéndole a unos de sus compañeros y a Fukuda—
—FURIHATA—dijo detrás del castaño. Éste volteó desprevenido y fue cuando le soltó una bofetada.
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Después de su encuentro con Seijūrō llegó al salón. Ganándose la mirada de sus compañeros. Pues sus mejillas estaban sonrojadas y su piel brillaba por la actividad recién hecha. Camino con cuidado y se sentó, no pudo evitar soltar un gemido al hacerlo. Pues aún sentía a Seijūrō dentro de él, y el sentarse no fue la mejor idea.
—Furi ¿Escuchaste los rumores?— preguntó Fukuda. Esa clases la compartían con varios alumnos de diferentes carreras.
—¿Rumores?— preguntó con curiosidad.
—Sí. Qué alguien de administración se está follando a uno de tus compañeros— susurró. Fukuda observó como el rostro de Kōki explotó en un fuerte sonrojó y cubrió su rostro —Dios.
—No digas nada— dijo muy avergonzado. Después de ese momento bochornoso continuaron sus clases por una horas. Salieron y se dirigieron al jardín del edificio donde iba Seijūrō. Iban riendo, cuando escuchó que lo llamaban, giró y se llevó una fuerte cachetada.
—¿Qué demonios te pasa?— preguntó sosteniéndose la mejilla adolorida.
—¿Cómo te atreviste?— gritó Tetsuya y se lanzó a golpear al castaño. Con lo que no contaba es que él castaño lo esquivo y lo jaló del cabello.
—¿Atreverme? ¿Cómo te atreves tú a golpearme?— preguntó furioso.
En el lugar ya se había comenzado a juntar los alumnos, quienes estaban atónitos por el espectáculo, y otros apoyando a ambos.
Tetsuya se zafó y fue detrás del castaño, quien esta vez le hizo una llave y lo mantuvo en el piso —¿Qué demonios te pasa?— preguntó furioso. Agradecía haber aprendido defensa personal.
—Deja a Taiga ¿Por qué te revolcaste con él?— preguntó en jadeos y lágirmas. Pues el dolor en el brazo era insoportable.
—Tetsu/Kōki— gritaron los chicos y los separaron.
—¡Suéltame! ¿Por qué defiendes a tú amante?— gritó Tetsuya tratando de zafarse.
—Imbécil ¿Crees que soy igual a ti? No soy una zorra como tú. Yo jamás me metería en la relación de alguien, cómo tú lo hiciste en la mía— gritó Kōki. Se sentía mal, todo le daba vueltas.
—Kōki, calma— dijo Seijūrō tratando de tranquilizarlo.
—No. Este imbécil me va a escuchar— miró a Taiga y Tetsuya —Yo no tengo que meterme en su relación. A mí me importan un pepino su relación. Si él te engaña no es mi problema. Al contrario, dile que me deje en paz. Estoy harto de su acoso, yo tengo novio— dijo mareado. Su corazón latía muy rápido , trataba de respirar pero sentía que se ahogaba.
—Es mentira— dijo Taiga enojado.
—No es mentira. Kōki y yo tenemos una relación desde el campamento de verano— dijo sonriendo.
—Así que dejen nos traqui...— todo se volvió negro.
—Kōki.. Kōki— gritó Seijūrō al ver que Kōki se desmayaba.