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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Espero les guste

 

Disfrutenlo...

Habían tenido una maravillosa luna de miel, de 15 días, en New York. Al regresar a Japón, al siguiente día se presentaron a su inició de clases del nuevo semestre.

 

El castaño, ahora Akashi Kōki, se sentía avergonzado por la atención excesiva que le dedicaban. El ambiente se sentía pesado con algunas mujeres y donceles, pero no les prestaba atención.

 

Seijūrō por su parte estaba molesto por las miradas lujuriosas que aún seguía recibiendo su esposo  ¿Qué no miraban que ya estaba casado? Los odiaba.

 

—Atsushi. Magnífico pastel— dijo al verlo en su hora libre.

 

—Gracias Aka-chin. Por cierto, algunos de los invitados me han solicitado hacerles pasteles.

 

—¿Aceptaste?— preguntó sentándose a su lado.

 

—Sí. Bueno sólo para quienes lo querían sábado y domingo. El viernes pasado hornee un para un niño y lo entregue el sábado en la mañana. Así que será más fácil para mí esos días— dijo en su tono aburrido.

 

—En hora buena— dijo sonriendo.

 

—Atsushi— dijo Tatsuya acercándose con Taiga y Kuroko.

 

—Hey  ¿qué tal la luna de miel?

 

—Muy bien— respondió Kōki detrás de ellos.

 

—Hola— dijo Seijūrō tomándolo de la mano, para luego sentarlo sobre sus piernas. El castaño se giró y besó a su esposo.

 

—ughhh demasiada miel—  dijo Kazunari.

 

—Y bien ¿Para cuándo el bebé?— preguntó Shintarō.

 

—Decidimos esperar hasta que nos graduemos— respondió Kōki.

 

—Sí. Es lo mejor. Después de graduarnos tendríamos más tiempo para cuidarlo y estar con el bebé. Aún que... Realmente me gustaría ya tener entre mis brazos un hermoso bebé idéntico a Kōki— dijo besándole el cuello.

 

—A mí un pequeño pelirrojo— dijo sonriendo.

 

—Ughhhh demasiada miel— volvió a decir Kazunari e hizo reír a todos.

 

Kōki se bajó de las piernas de Seijūrō y se sentó a su lado. Sacaron los almuerzos y comieron  tranquilamente. Después regresaron a sus clases. A la hora de la salida, se dirigieron  a su casa.

 

 

 

En cuanto llegaron a Japón de dirigieron a la mansión Akashi. Para Kōki estaba siendo una transacción difícil. Estaba acostumbrado a ir y quedarse a dormir con Seijūrō, pero ahora era diferente, ahora dormiría y viviría en la casa indefinidamente.

 

—Pronto te acostumbraras— dijo al notar la mirada  pérdida.

 

—Lo sé— susurró.

 

Entraron a la casa y se dirigieron a su habitación. Kōki buscó ropa y se metió a bañar. Seijūrō entró una vez que el castaño salió.  Kōki se dirigió al estudio y comenzó a realizar sus tareas.

 

 

————— Dos meses después—————

 

—Kōki despierta— dijo Seijūrō removiendo a su esposo.

 

—¿Qué sucede?— preguntó sentándose.

 

—Ya regrese ¿Dormiste toda la mañana?— preguntó.

 

—¿Eh?— vio la hora —Eso parece— dijo desperezándose.

 

—Bueno. Báñate y te espero en la sala. Recuerda que Atsushi nos invitó para hoy— dijo colocándose una playera.

 

—Cierto.... Tengo ganas de comer un enorme trozo de pastel de chocolate— dijo levantándose.

 

—Te dije que dejarás de comer tanto dulce. Te va hacer daño— dijo terminando de vestirse.

 

—No quiero— gritó desde el baño. Seijūrō negó y se dirigió al despacho

 

Término de vestirse y se miró en el espejo. Vestía un pantalón negro ajustado, una playera de manga corta en color blanco, también ajustada. Frunció el ceño y llevo su mano a su vientre —Estoy engordando. Sei tiene razón, debo dejar de comer tantos dulces.

Tomó su celular,  salió de la habitación  y camino hacia las escaleras. Estaba bajando cuando un mareo lo invadió, se detuvo y esperó. Una vez que se sintió mejor volvió a caminar. Estaba en el último tramo de la escalera cuando el mareó lo invadió y todo se volvió negro.



 

 

Se dirigió al salón y Kōki aún no llegaba. Se dispuso a ir por él, cuando doblo hacia el recibidor su mundo se detuvo —Kōki— gritó y se acercó corriendo. Kōki yacía tirado en el piso —Shibaaa— gritó mientras trataba de despertar al castaño.

 

 

Shiba entró y  vio la situación —No lo mueva. Es mejor llamar a la ambulancia. Es lo más seguro— dijo marcando al hospital.

 

—Kōki despierta— decía desesperado.

 

Shiba había chequeado el pulso y se sentía normal. Llamó a Masaomi-san y luego a los Furihata.

 

La ambulancia llegó y subieron a Kōki. Seijūrō fue con él en la ambulancia. Le preguntaba que pasó y sólo dijo que lo encontró tirado en las escaleras. Al llegar al hospital rápido lo ingresaron y él fue llevado por Shiba a la sala de espera —Y si fue otro pre-infarto— murmuró.

 

—No lo sé, Seijūrō-sama. Kōki-sama estará bien— dijo sentándose a su lado.

 

Media hora después, Atsushi, Tatsuya, Shintarō, Kazunari, Daiki, Ryō, Yukio, Ryōta y Taiga entraron corriendo —¿Qué sucedió?— preguntó Shintarō.

 

—¿Qué hacen aquí?— preguntó.

 

—En las noticias pasaron que una ambulancia llegó a la Mansión Akashi y que subían a alguien— respondió Daiki.

 

—Ya veo... No sé que sucedió, iba a buscar a Kōki, me dirigí a las escaleras y él estaba tirado. Creó que rodó por ellas— dijo cubriéndose el rostro, las lágrimas comenzaban a surcar sus mejillas.

 

—Kō-chan estará bien— dijo Kazunari.

 

 

—Seijūrō ¿Qué sucedió?— gritó Ayumi, Ai y Yukio corriendo hacia ellos. Habían pasado varios minutos.

 

—¿Cómo?— dijo confundido.

 

—El helicóptero  ¿Cómo está?— dijo Masaomi que veía detrás de ellos.

 

—No sé. No han dicho nada. Kōki se había quedado bañando y bajaría para ir con atsushi. Como estaba tardando iba por él y lo encontré tirado en el suelo— explicó.

 

—Kōki estará bien— dijo Ayumi abrazando al pelirrojo. Seijūrō respondió al abrazó.  Yukio y Ai se abrazaron y esperaron por noticias.

 

 

 

—Familiares de Akashi Kōki— dijo Kishimoto—sensei.

 

—Nosotros— dijeron al unísono. —¿Qué tiene? ¿Le dio un infartó?— preguntó Seijūrō.

 

—Tranquilos. Akashi-san está bien. Me lo llevaron porqué creyeron que fue infarto, pero no fue nada de eso— dijo sonriendo.

 

—¿Entonces que tiene?— preguntó Seijūrō ya más tranquilo.

 

—Felicidades. Van a ser padres. Akashi-san tiene 10 semanas de gestación—  dijo sonriendo al pelirrojo.

 

—Pa... Padres— dijo asombrado.

 

—Kyaaa voy a ser abuela— gritó Ayumi abrazando a su padres.

 

—Yukio vamos a tener a nuestro primer bisnieto— dijo sonriendo.

 

Los chicos sonreían felices hasta que Atsushi recordó algo importante —¿No se supone que se estaban cuidando?— preguntó.

 

Todos voltearon a verlo y luego al pelirrojo —Yo....Si— dijo con el ceño fruncido.

 

Al supo que las cosas se podían salir de control y perjudicar a su nieto, así que habló —Ettoo...— todos la miraron —¿Usaron únicamente la caja de condones rosas?— preguntó.

 

—Sí— respondió.

 

—Oh ya veo— dijo Daiki sonriendo.

 

—¿Qué sucede?— preguntó confundido.

 

—Verás... Esos condones son comestibles y se rompen fácilmente. Por eso no son efectivos para penetraciones— dijo Kazunari con una sonrisa discreta.

 

—La caja decía comestibles— se defendió Ai.

 

—Bueno eso ya no importa. Lo importante es que Kōki está esperando un bebé—  Masaomi.

 

—Voy a ser padre…— dijo Seijūrō.

 

—Será mejor que usted le dé la noticia. Sígame— dijo Kishimoto. Seijūrō miró a los demás y le sintieron, siguió al doctor.

 

 

Caminaron por varios pasillos y llegaron a la habitación donde lo tenían —Nada más despierte podrá irse. Los moretones fueron por la caída pero ninguno corre peligro. En un mes regresen para la consulta, el medicamento y las indicaciones están en el buró— dijo y se retiró.

 

Seijūrō abrió la puerta y vio a Kōki dormido. Tenía unos moretones en los brazos y un golpe en la frente. Se sentó en el bordo de la cama y le acarició la mejilla.

 

Sintió la suave caricia. Abrió sus ojos y vio a su esposo —Sei...¿Qué sucedió?— preguntó. Quiso llevarse la mano a la cabeza pero sus brazos dolían.

 

—Te desmayaste y rodaste por la escalera— dijo acariciándole la mano.

 

—.... Recuerdo que me sentí mal y todo se volvió negro— dijo sentándose —ughh me duele la cabeza.

 

—Sí. Te golpeaste, pero estas bien.

 

—Ya veo... ¿Por qué me desmaye?— preguntó.

 

—Kōki— el castaño lo miró —Te desmayaste porqué... estas embarazado. Tienes 10 semanas de gestación— dijo mirando de forma dulce a su esposo.

 

—Embarazado...— murmuró. Llevó sus manos a su vientre.

 

—Sí, Kōki. Vamos a ser padres— dijo besándole y le tocó su vientre —Esperamos un bebé.

 

—Seiii...— Sollozó y se abrazó a su esposo —Bebé…

 

—Sí— dijo besándole el cuello, mientras respondía al abrazo.

 

Kōki dejó de llorar y volvió a llevar sus manos al vientre —¿Pero cómo? Siempre nos hemos cuidado— dijo sin dejar de tocarse el vientre y mirando al pelirrojo.

 

—Recuerdas los condones de la luna de miel— Kōki asintió —Bueno...era comestibles y según Kazunari no son muy seguros... Pero eso no importa, vamos a tener un bebé— dijo besándolo.

 

—MGHHH Seii— gimió. Seijūrō dejó de besarlo, se levantó y le dio su ropa —Vístete. Iré a ver lo de tú salida.

 

—Está bien— dijo cuando salía Seijūrō. Se vistió de forma tranquila, se sentó y frotó su vientre. Un bebé. Sonrió. Esperaba un hermoso bebé.

 

—Oh veo que ya despertó— dijo Kishimoto.

 

—Sensei— dijo asombrado.

 

—Vine a darle más indicaciones, veo que su esposo no está. Bueno le diré— se acercó y tomó el medicamento —Es ácido fólico le será de ayuda durante el embrazo. No tomé cualquier medicamento, puede ocasionar aborto o daño al bebé. En un mes tiene que venir de nuevo, pero un obstetra se hará cargo de usted— dijo sonriendo.

 

—Gracias.

 

—Bueno eso es todo. Cuando regrese su esposo se podrá ir... Felicidades— dijo saliendo de la habitación.

 

—Gracias— dijo y la puerta se cerró. 5 minutos después llegó Seijūrō  y salieron de la habitación.

 

 

—Kōki— gritaron Ai y Ayumi.

 

—Mamá, abuela— dijo abrazándolas.

 

—Felicidades— dijeron aun abrazándolo.

 

—Gracias— dijo con una hermosa sonrisa.

 

—¡Tenemos que celebrar!— dijo Ryōta muy entusiasmado. Todos voltearon y lo miraron —¿O, no?

 

—¡Por supuesto!— dijo Masaomi, los demás se rieron y se dirigieron a un restaurante, propiedad de los Akashi, lo cerraron al público y ellos celebraron hasta altas horas de la noche.

 



——————

—¿A dónde crees que vas?— preguntó con los brazos cruzados.

 

—¿A dormir?— dijo exasperado. Estaba cansado y a dolorido. Sólo quería subir las escaleras.

 

—Bueno pues ya no lo harás en nuestra habitación. De ahora en adelante dormiremos aquí, en la planta baja— dijo jalando a su esposo.

 

—¿No estas exagerando?— preguntó.

 

—¡Por supuesto que no! No volverás a subir unas escaleras. No quiero que te caigas y le pase algo a ambos. No quiero perderlos.

 

—Sei— abrazó al pelirrojo —Estamos bien. Nada nos pasó.

 

—Si algo les hubiese pasado, yo...— trató de decir, pero las lágrimas no lo dejaron continuar.

 

—Tranquilo. Estamos bien. No nos pasó nada.

 

—Los amo— dijo y besó al castaño.

 

—Yo también te amo— dijo. Se acostaron en la cama y se quedaron abrazados hasta quedar dormidos.

Notas finales:

Gracias por leer.

 

Besos :*


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