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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Hola chic@s

 

Feliz año nuevo, esperó la hayan pasado bien estas fechas. 

me escape de la casa de mi familia (no hay internet) así que aprovechó para subir este cap.

 

Gracias por sus reviews

 

 

Disfruten lo...

—¡Kōko-sama! ¡Deténgase!— exclamó un pelinegro corriendo tras una pequeña castaña.

 

—Kyaaa noooo— gritaba la pequeña Kōko.

 

—Ven, Kōko. Llegaremos tarde— dijo un castaño desde la puerta del jardín.

 

—Papiiii~— gritó,  corrió a abrazarse a las piernas de su papi.

 

—Lo siento, Shiba-san— dijo, cargó su hija.

 

—No se preocupe, Kōki-sama. Fue mi culpa al distraerme— dijo después de recuperar el aliento.

 

—Está bien. Seijūrō conducirá hoy. Así que tomen los dos días libres— dijo guiñándole un ojo.

 

—Gracias— murmuró avergonzado. Un año atrás, el castaño  lo había descubierto teniendo sexo con Kenshi.

 

Kōki se dirigió a la habitación de los mellizos. Estaba por entrar cuando escuchó —Sei dejarme vestirte— era su esposo. —Quelo papi.

 

—Papi fue por Kōko— respondió al pequeño pelirrojo.

 

—Papiiii~— dijo el pequeño pelirrojo al ver al castaño en el umbral.

 

—Deja que papá te vista— dijo besándole la frente cuando colocó a Kōko en la cama.

 

—¿Todo bien?— preguntó intentando vestir a Seishirō.

 

—Sí. Nada más vuelva a cambiar  a Kōko, y nos vamos— dijo buscando un vestido para su hija. 

Seijūrō término de vestir a Seishirō y lo cargo para que ya no se bajara y quitara la ropa.

 

—————

20 minutos después estaban abordando la camioneta que los llevaría a su destinó. Los pequeños iban en su porta bebés, bien asegurados para evitar algún accidente. Kōki volteo a ver a sus hijos. Dentro de unos meses cumplirían 2 años. Ambos eran muy inteligentes, su repertorio de palabras era amplio para su edad. Ambos caminaban y corrían perfectamente. Seishirō era muy protector con Kōko, inclusive, daba de patadas a quien hacia llorar a su hermana. Su actitud era muy parecida a la Seijūrō, y también había heredado su manía con las tijeras (apresar de su corta edad). Por su parte,  Kōko era muy tranquila y no se quería separar de Seishirō o Seijūrō cuando estaban juntos. Era un poco miedosa en algunos aspectos, y tardó en caminar, pero habla mejor que su hermano. Le encanta jugar con shiba y Kenshi, siempre hacia que éste último la llevé a 'caballito' sobre su espalda.

 

—Ya estamos por llegar— anunció Seijūrō.

 

—Espero que no sea tan tarde— dijo Kōki.

 

—Te apuesto a que Shintarō querrá matarme— dijo sonriendo mientras se estacionaba.

 

—A los dos. Recuerdas que ambos somos testigos— comentó quitándose el cinturón de seguridad. Bajaron del auto y sacaron a sus hijos, Kōki tomó la maleta con pañales y leche para los niños y a Kōko, mientras que Seijūrō se encargaba de bajar el Seishirō.

 

Entraron al salón de la recepción siendo el foco de atención. Caminaron rápido y llegaron junto a los Murasakibara. Para sorpresa de todos, un lunes de hace un año o quizás más, Atsushi y Tatsuya les anunciaron que se habían casado.  

 

—Llegan a tiempo. Kazunari no tarda en llegar— dijo Tatsuya arrullando a su pequeño.

Hatsu Murasakibara era un niño idéntico a Atsushi por su color de cabello y ojos; pero sus facciones y su lunar bajo el ojo lo había heredado de Tatsuya.

 

—Kōko huyó cuándo termine de vestirla. Tuve que volver a cambiarla porque manchó su vestido— dijo Kōki sentándose a su lado.

 

—No se están quietos— dijo Tatsuya.

 

Kōki soltó una risita —No. Seishirō como ya corre es difícil alcanzarlo.

 

—Tus bebés son muy inteligentes— dijo Atsushi comiendo una paleta.

 

—Era de esperarse. Son Akashi—dijo Taiga detrás de ellos.

 

—Kagami. Kuroko— dijo al verlos, y sonrió al ver el ceño fruncido de Kagami Tetsuya. Los Kagami se casaron unos meses atrás.

 

—Ryuu— dijeron los mellizos.

 

—Hola Sei-kun. Kōko-chan— dijo un pequeño pelirrojo, quien estaba sentado en las piernas de Tatsuya. Los mellizo trataban de alcanzarlo, Kōki y Tetsuya reían, los mellizos amaban a Ryuu.

 

Después de 5 minutos de espera, el novio hizo su entrada y la ceremonia comenzó.  Kōki y Seijūrō dejaron con Atsushi y Taiga  a sus hijos mientras iban a firmar como testigos. Tras la forma y felicitaciones, la fiesta comenzó.

 

—¿Cómo van las cosas— preguntó a Ryōta.

 

—Igual....— comentó viendo a su novio sonreír le ha Kazunari.

 

—Dale tiempo— susurró al notar la mirada triste del rubio.

 

—Eso hago... Pero con lo que sucedió hace medio año, me hace querer desistir de todo— comentó triste y al borde de las lágrimas.

 

—.... Lo siento— dijo en un susurró. Había olvidado por completo esa ocasión.

 

————Flashback ———————

 

EL rubio los había llamado a todos con el pretexto de celebrar un jugoso contrato de una sesión de modelaje. Todos estaban presentes, amigos y familiares más cercanos. Estuvieron celebrando durante un par de horas, hasta que Ryōta llamó la atención de todos.

 

Gracias por asistir dijo sonriendo Hoy es un día muy especial, y quise compartirlo con ustedes. Yukio llamó la atención del pelinegro.

 

—¿Si? preguntó a su novio.

 

Yo quiero.... Noo... negó y soltó un suspiróDurante estos años han sido los más felices de mi vida porque estas a mi lado se arrodillado¿Te gustaría compartir  el resto de tú vida conmigo? ¿Aceptas ser mi esposo? preguntó mostrándole un bonito anillo.

 

Todos se asombraron y algunos radiaban de felicidad (amigos muy cercanos y las familias de ambos). Todos miraban a Yukio, quien estaba completamente sonrojado.

 

Idiota murmuró desviando la mirada. Ryōta sonrió esperanzado Lo siento. No No puedo dijo se dio la vuelta y se marchó, dejando a un desbastado rubio con el corazón rato.

 

Todos estaban estupefactos. No comprendían por qué se negó,  su madre se  le acercó a Ryōta y lo abrazó, el rubio lloró como nunca.

 

—————Fin Flashback —————


Después de aquel día las cosas se volvieron raras a la vista de ellos. Aunque seguían siendo novios, ya no se veía como la feliz pareja de novios de siempre.   Veían como el rubio se esforzaba por estar bien con Yukio, y su mirada, cuando el pelinegro no lo veía, se mostraba una gran tristeza.


————

 

 

Estaba platicando con Kazunari, cuando sintió una mirada sobre él. Miró discretamente en la dirección que la sintió y se percató de la triste mirada de su novio, quien platicaba con un triste Kōki Akashi. Mordió su labio.

 

Kazunari se percató de la el gesto de dolor del pelinegro mayor y miró en la misma dirección —¿Ya le dijiste, Yu-chan?— preguntó.

 

—No— respondió mirando al pelinegro.

 

—Tienes que decirle. Es lo mejor— aconsejó.

 

—Sí— murmuró, apretó sus puños ¿Cómo reaccionaría Ryōta?

 

 

La fiesta continuó en su apogeo hasta que el nuevo matrimonio Midorima se comenzó a despedir. Kazunari antes de marcharse,  pidió que colocarán detrás para aventar el ramo de rosas.

 

Las mujeres y doseles solteros se colocaron detrás y  Kazunari después de tres intentos lanzó el ramo. El cual fue directo a la mano de quien menos de espera, más porque ni tan siquiera se había amontonado junto con los demás.

 

Ryōta sintió horrible. En otras circunstancias hubiese dicho que se casarían allí mismo, pero esa no era su realidad. Él ya había sido rechazado por su novio.

 

Yukio miró con el ceño fruncido a Kazunari, quien le guiño antes de subir al auto.

 

Por supuesto, para quienes no sabían del rechazó comenzaron a felicitarlos y decirles cuando era la boda. Ryōta sonría y agradecía de  la forma más fingida que podía. Todo siendo visto por el pelinegro mayor.

 

 

10 minutos  después, un rubio conducía en dirección a su casa.

 

Se encontraba sumamente desbastado. No quería saber nada. El ver la cara molesta de Yukio con tan sólo  ver el ramo en sus manos, le destrozo un poco más.

 

 Llegó al complejo de departamentos, en el que vivía desde hace dos año. Se estacionó, abordo el elevador.  Al entrar a su departamento se dirigió a la sala, se dejó caer en el sillón y se acostó en posición fetal. 

 

No entendía por qué Yukio lo había rechazado ¿Acaso él sólo era pasajero? ¿se había enamorado de alguien más? ¿Ya lo había dejado de amar?

——————————

 

 

Estaba por insertar sus llaves, cuando notó que estaba abierto. Ingresó sin hacer ruido alguno, se despojó de sus zapatos; caminó por el pasillo y escuchó sollozar a Ryōta. Se aproximó a la sala y se le partió el corazón. Su novio estaba en posición fetal abrazando sus piernas y con una enorme cantidad de lágrimas surcando sus mejillas  —Ryōta…

En cuanto escuchó su nombre y la voz, se sentó y limpio las lágrimas —Sempai~— dijo tratando de sonreír y fallando en el intento.

 

—Ryōta…— dijo con el corazón oprimido. Intento acercarse pero las señas para que no se acerque más, lo petrificaron.

 

—Supongo que quieres hablar— dijo sin su voz chillante, sino una quebrada y a dolorida voz.

 

—Sí. Ryōta...  Verás, yo quiero— pero el rubio no lo dejó terminar.

 

—Entiendo. Lo entendido perfectamente. Quieres terminar conmigo— dijo sin ver al pelinegro, y  Yukio abrió los ojos. —Sólo quiero que sepas que nunca me arrepentiré de amarte— agregó, nuevas lágrimas surcaron sus mejillas.

 

—Lo siento— dijo destrozado por el daño que le había hecho al rubio.

 

 Ryōta sintió una apuñalada en su corazón, cuando el pelinegro no lo negó —N-no te preocupes sempai— dijo sonriendo de forma triste —. Supongo que no soy suficiente para mi…

 

Yukio sollozó —¡Lo siento! ¡Nunca quise lastimarte! Perdóname. Ryōta.... Te amo— dijo se lanzó a abrazar al rubio —Te amo.

 

—Yukio....— murmuró sintiendo las lágrimas sobre él.

 

Yukio se separó y besó a Ryōta —Hay una razón por la que me negué a casarme. Yo te amo, y por supuesto que quiero casarme contigo. Pero… Ryōtaaa— lo tomó de las mejillas —No quise ser egoísta y atarte a mi lado. Yo.... Fui al médico....— Ryōta lo miró atentamente —Yo..... No puedo tener bebés. Soy un doncel defectuoso.

Notas finales:

¡Gracias por leer!

 

Esperó les haya gustado. en unos días estará el siguiente

 

besos :*


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