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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Hola

Este será el último capítulo.  Muchas gracias por seguir el fic, agradezco sus comentarios. En verdad me divertí con este fic, aunque luego se me fue la inspiración y volvió, poco a poco. En verdad, muchas gracias por leer.

Espero les guste 

—Kōki... Por favor— decía a su esposo —Abre la puerta.  

 

En unas horas se cumpliría una semana de que Kōki estaba encerrado en la habitación de su estudio. Todos estaban preocupados, pues Kōki no quería comer, y el único que hasta ahora había logrado convencerlo había sido Kenshi, por él, sabía que Kōki si había comido un poco, en especial manzanas.

 

—¡Veté!— escuchó la voz cansada de Kōki.

 

—Entiende, les va hacer daño— dijo apoyándose en la puerta.

 

—¡Quiero estar sólo!— grito mientras sollozaba.  Quería estar solo ¿Era tan difícil de entender?

 

—Está bien— dijo enojado y salió del estudio.

 

—¿Abrió?— preguntaron al unísono Ayumi, Al, Kō y Masaomi cuando llegó a la sala.

 

—No— dijo sentándose en el lugar disponible.

 

—Quise hablar con los niños, pero no hablan— dijo Ai preocupada.

 

—Conmigo es lo mismo, pareciera que Kōki y el bebé no les importan— dijo Yukio.

 

—¿Qué es lo que les pasa?— dijo Kō abrazando a su esposa.

 

—A mí tampoco me han dicho nada— dijo Seijūrō —Sinceramente estoy decepcionados de su comportamiento.

 

Justo en ese momento entraron los mellizos, quienes venían de la escuela —¿Entonces?— dijo Kōko a Seishirō.

 

—Tendré...— se quedó callando al ver a sus abuelos y bisabuelos.

 

—Abuelita— dijo Kōko feliz y se lanzó a los brazos de Ayumi.

 

—Buenas tardes— dijo Seishirō a todos.

 

Los adultos respondieron al saludo, pero Seishirō y Kōko vieron las caras de ellos —¿Qué sucede?— preguntaron al unísono.

 

—¿Qué sucede? ¡Su padre lleva encerrado una semana sin dejar de llorar y  ustedes dicen ¡¿Qué sucede?!— dijo Yukio muy molesto.

 

—¿Por qué le dijeron eso a Kōki? Es su estado es muy peligroso que este así — dijo Masaomi levantándose y aproximándose a sus nietos.

 

—¡Como pudieron decir algo así! ¿Es que acaso no quieren tener un hermano o hermana?— dijo Ayumi preocupada.

 

—Yo no quiero un/una hermano/hermana— respondieron al unísono (ambos se miraron fulminándose con la mirada) y un ruido de cristales rotos hizo voltear a todos.

 

—Kōki/papi.

 

———————————

 

 

 

—Entiende, les va hacer daño— dijo apoyándose en la puerta.

 

—¡Quiero estar sólo!— grito mientras lloraba.  Quería estar solo ¿Era tan difícil de entender?.

 

—Está bien— escuchó la voz enojada de su esposo y luego que los pasos de alejaban.

 

Se sentía muy mal ¡Muy herido! Jamás pensó que sus hijos no quisieran a su bebé !A su hermano! —¿Por qué?— susurró mientras más lágrimas surcaban sus mejillas.  Llevaba una semana allí, en su estudio, sin salir. Sabía que sí veía sus hijos,  reviviría su reacción y no quería vivirla. No lo soportaría.

 

Quería estar solo. Necesitaba pensar en qué hacer con sus hijos y su bebé.  No quería que ellos sufrieran por su hermano, pero no quiera sufrir. También estaba Seijūrō, sabía que estaba haciendo mal al refugiarse así, no quiera lastimarlo, peor necesitaba tiempo. Quizás estaba siendo muy egoísta con su esposo y su familia... Su familia, la voz de ellos lo mantenía preocupado. Tenía que salir y no mantenerlos preocupados.

 

Se levantó de la cama y limpio sus lágrimas; se dirigió al baño y lavó el rostro, realmente se veía mal. Tras salir de  la pequeña casa, se dirigió al jardín y entró directo por la puerta trasera. En el camino, se desvió a la cocina y se sirvió un poco jugó de naranja. Bebió el vaso enteró y se volvió a servir un poco más. Salió de la cocina y se dirigió a la sala.

 

—¡¿Cómo pudieron decir algo así?! ¿Es que acaso no quieren tener un hermano o hermana?— vio y escuchó que su madre preguntó a sus hijos.

 

—Yo no quiero un/una hermano/hermana— respondieron al unísono sus hijos.

 

Su corazón se rompió nuevamente. El vaso que sostenía se les resbaló de las manos.

 

———————

 

 

—Kōki/papi— dijeron al ver a un ojeroso castaño.

 

Seijūrō rápido camino hacía su esposo al verlo. Se veía muy mal, estaba pálido y ojeroso —Amor.

 

Se quebró en los brazos de su esposo —hab.. habitación...

 

Seijūrō lo cargo al estilo nupcial y lo llevó escaleras arriba, hacia su habitación. Lo depósito con mucho cuidado —Amor— dijo mientras se acostaba a su lado y lo abrazaba.

 

—Seii ¿Por qué no lo quieren?— preguntó, sollozó en los brazos de su esposo.

 

—No lo sé— respondió con la voz quebrada por el eminentemente llanto contenido. No entendía porque sus hijos despreciaban a su bebé. Jamás pensó que Seishirō y Kōko harían algo así —Pero no puedes seguir así. Les hará daño— dijo besándole.

 

———————————

 

 

Vieron a Seijūrō llevarse a un Kōki pálido y ojeroso. Notaron esa mirada de profundo dolor.

 

—¡¿Por qué mejor ya no le dicen que lo aborte?!— exclamó Kō de forma sarcástica a sus nietos.

 

—No le digas eso a los niños— dijo Ayumi.

 

—¿ero parece que es lo que quieren— dijo enojado.

 

—¿Aborte?— preguntaron al unísono.

 

—Significa que pierde al bebé.  En ocasiones por forma natural o por algo emocional, un dolor se instala donde está el bebé y en vez de nacer vivió, nace muerto— dijo Masaomi.

 

—mu—mueerto— dijeron.

 

—Sí. Es malo que Kōki esté así— dijo Yukio — ¿Por qué no quieren al bebé? ¿Tanto odian que su padre este esperando un bebé—.

 

—Es que yo...— comenzó a decir Kōko. Miro a sus abuelos —¡Yo quiero una hermana! Pero Sei-nii quiere un hermano.

 

—Entonces... ¿Seishirō no quieres una nueva hermana?— pregunto Ai.

 

—¡Quiero un hermano!— dijo con un puchero —¡No una hermana!— agregó cruzándose de brazos.

 

—¡Será niña!—dijo Kōko fulminando con la mirada a Seishirō, quién le regresaba la misma mirada.

 

—¡Pues díganle a Kōki eso! ¡Cree que odian al bebé!— dijo Ai cruzándose de brazos.

 

Seishirō y Kōko se miraron y subieron corriendo la habitación de sus padres. No se anunciaron, sólo empujaron las puertas dobles, encontraron a sus padres llorando.

 

—Shi, Kō— dijo Kōki al ver llegar a sus hijos.

 

—Yo si quiero a mi hermanito/hermanita— dijeron ambos alegrando a Kōki y Seijūrō. Pero Seishirō y Kōko se fulminaba nuevamente —¡Es hermana!/¡Es hermano!— al unísono.

 

—¡No! Es niña— dijo Kōko colocando sus manos en su cadera.

 

—¡Será niño!— respondió Seishirō con el ceño fruncido.

 

—¡Papi dile que es niña/niño!— dijeron al unísono mirando a sus padres.

 

Kōki se sentía confundido y ni se diga del pelirrojo, no esperaban eso —No sabemos si será niño o niña. En un mes lo sabremos— dijo Seijūrō.

 

—¡Tiene que ser niña/niño!— dijeron ambos.

 

—¡Esperen! ¿Quieren al bebé?— dijo Seijūrō.

 

—¡Sí! Pero no quiero que sea niña/niño— dijeron al unísono.

 

—¿Lo quieren? ¿Quieren a mi bebé?— preguntó Kōki llorando.

 

—¡si!— respondieron y corrieron a los brazos de su padre —¡Es nuestro hermano/hermana!.

 

Seishirō y Kōko volvieron a discutir. Mientras, Seijūrō y Kōki los conservaban.

 

—Lo quieren Sei— dijo Kōki sonriendo.

 

—Sí, Amor— le respondió. Se aproximó y capturó los labios de su esposo. El beso, en un principio fue lento, pero fue aumentando de nivel.

 

—¡Estamos aquí!— dijeron al unísono.

 

Kōki se separó muy avergonzando. Siempre sentía pena cuando sus hijos los vieran así.

 

Seishirō y Kōko rieron por la cara de que vergüenza de su padre. Bajaron de la cama y se dirigieron a la salida —Sigan besándose. Le diremos a los abuelos que están dormidos— dijo Seishirō sonriendo.

 

Observaron cómo sus hijos se marcharon. Seijūrō se levantó de la cama, se dirigió a la puerta y le colocó el seguro al cerrojo de la puerta. Se dio la vuelta y, mientras se dirigía a la cama, fue desprendiéndose de los zapatos, la corbata y el sacó.

 

No pudo evitar estremecerse por la mirada hambrienta de su esposo. Un escalofrío de placer le recorrió un espina dorsal y sintió el latir en su miembro.

 

—Una semana— gruñó excitado.

 

—N—no... No me he bañado— susurró apenado. Vale, si lo había hecho, pero sabía lo que vendría después de esas palabras, y lo quería.

 

Sonrió complacido. Tomó de la mano su esposo y lo jaló hacia él. Le sujeto de la cintura y atrapó, en un salvaje beso, los labios del castaño.

 

—mnggg aghh— gimió en medio del beso —Seii— gruñó al sentir la mordida en su labio superior.

 

A pasos atropellados y a besos cortos, llegaron al baño. Seijūrō rápido abrió la llave de la bañera. Cuando volteó Kōki estaba tratando de desabrocharse la camisa.  En un movimiento del despertado, Seijūrō jaló la camisa y los botones salieron volando.

 

—Hey... Aghh nngghhh— sus protestas fueron calladas al sentir que Seijūrō torturaba una de sus tetillas con los dedos y la otra, con la boca. Entre gemidos logró deshacerse de su pantalón y  luego, tanteando  el torso de su esposo, llevo sus manos a la camisa del pelirrojo y comenzó a desabotonarla, pero la atención en sus pezones no lo dejaba.

 

—Déjala— ordeno mientras se separaba. Término de quitarse los botones que faltaban y  desabrochó el pantalón. Lo bajo rápidamente, llevándose en el proceso los bóxer, dejando expuesto su semi erecto miembro. Se los quitó y luego término de quitarle los suyos a Kōki —Estúpidos calcetines— dijo batallando con uno.

 

Rió al ver que Seijūrō batallaba quitándole una calceta, pero esa risa se quedó atorada en su garganta cuando comenzó a besarle las piernas. Vio cómo su esposo  subía poco a poco, se preparó mentalmente para la felación pero aquello no sucedió.

 

—Comienza a crecer— susurró frotándole su pequeño vientre mientras le besaba.

 

—Seii— sollozó.

 

—No llores—Caminaron hacía la bañera y entraron. Al hacerlo, Kōki encendió la opción de jakuzzi y las burbujas de agua comenzaron a formarse —No te dejaré relajarte— dijo sentándose detrás de su esposo y comenzó a esparcirle besos en la espalda.

 

 

Se irguió y se dejó llevar por las caricias de su esposo. Sintió como las manos blanquecinas rodeaban su vientre y lo frotaban, para después ir hacia su miembro —mghh seii— las caricias y la sensación del agua eran muy placenteras.

 

—¿Se siente bien?— preguntó  mordisqueándole el lóbulo de la oreja.

 

—mghh si— susurró,  y comenzó a mover sus caderas restregándose en la pelvis del pelirrojo.

 

—Kouuu— gruñó mordiéndole.

 

—Apresúrate— demandó.

 

—Sujétate del bordo— ordenó.

 Kōki se hincó , se deslizó al otro lado del jacuzzi y se sostuvo del pequeño recargador que tenía.  Seijūrō se posicionó detrás de su esposo e invadió la expuesta cavidad con  su lengua.

 

—mghh No su… mnggg sucio— gimió arqueando la espalda y aferrándose al recargador, al sentir la lengua en su interior.

 

—Deja de moverte— ordenó sosteniéndolo de la cadera.

 

—No... Dedos— pidió avergonzado.

 

Observó que su esposo estaba completamente rojo y muerto de la vergüenza. A pesar de los años, Kōki se sentía avergonzado con algunas posiciones o juegos.  Lamió sus dedos, hasta lubricar—los e ingreso uno de ellos en el interior del castaño. Escuchaba los gemidos descontrolados de su esposo —Estas muy apretado— dijo intentando ingresar un tercer dedo.

 

—aggh cállate— gruñó apenado. Seguía sosteniéndose del recargadero, aún que éste era diminuto se podía sostener.

 

—Relájate— ordenó. Lentamente comenzó a ingresar el dedo y a simular envestidas.

 

—Aghh más... Si— gimió al sentir como llegaba a un punto especial.

 

Seijūrō al sentir como el interior de Kōki lo succionaba, extrajo sus dedos, recibiendo protestas por parte del castaño. Se acomodó y frotó su miembro en la entrada de su esposo y lo penetró de una sola envestida.

 

—kyaaa— gritó al sentir la fuerte penetración.

 

—Eso fue increíble— dijo mordiéndole la espalda.

 

—Idiota... Recuerda que estoy en cinta— dijo jadeando y tratando de acostumbrarse al intruso en su interior.

 

—Lo siento— dijo preocupado, debía tener cuidado de no lastimarlo. Llevó su mano a la pelvis del castaño y comenzó a frotar el miembro.

 

Tras minutos de estar quieto comenzó a mover sus caderas y sintió que segundos después su esposo lo secundó —Aghh... Mghh aghhh.

 

Siguió penetrándole una y otra vez, hasta que notó qué Kōki no podía sostenerse más. Se salió y se sentó  escuchando  las protestas del castaño —Móntame— ordenó.

 

Kōki se avergonzó por la orden pero no se resistió, abandonó la posición que mantenía, se subió al regazo de su esposo, tomó la erección y se auto penetró —aghhh.

 

—Muévete— dijo besándole el cuello y bajo hasta los pezones y mordisqueo y chupó uno de ellos.

 

Kōki comenzó a mover sus caderas a ritmo pausado mientras se sujetaba de los cabellos pelirrojos —Aghh sii Sei.

 

—Despacio— susurró acariciándoles los glúteos.

 

—mm sii— gruñó sosteniéndose de los hombros. Necesitaba el contacto. En cuanto lo vio deshacerse de la corbata, el deseó explotó. Sabía que era por lo separado que tuvieron esa semana y por el embarazo. Cuando esperaba a Seishirō y Kōko era un adicto a sexo y quería estar intimando a cada instante, pero por precaución lo hacía cada dos semanas o casi el mes.

 

El sentirse apretado  y el calor emanante de Kōki hicieron que comenzará a moverse y, embistiera desde abajo.

 

El chapoteo del agua, sus gemidos y el placer llevó a ambos al anhelante orgasmo —Seijūrō/Kōki— gimieron antes de comenzar un danza de besos.

 

—————

 

—Fui increíble— dijo acostándose en el pecho de su esposo.

 

—Sí ¿Quieres continuar?— preguntó acariciándole la espalda.

 

—Creo que por hoy fue suficiente— respondió depositando le pequeños besos en el pecho.

 

—Bien. Será mejor que salgamos de aquí o querré devorarte— respondió besándole la frente.

 

—Sí— susurró y se separó del pelirrojo —Pasemos a la ducha— dijo al verse manchando de su esencia.

 

—Está bien...

 

 

 

—————————————Tres meses después ————————

 

 

—¿Por qué tardan?— preguntaba un pequeño pelirrojo.

 

—Es normal, Seishirō— dijo Ayumi mientras abrazaba a su adormilada nieta.

 

—¡Pero!— Caminando de un lado al otro.

 

—Ya, Sei. En poco tiempo los verán— dijo acariciándole el cabello.

 

 


--- flash back -----

 

Estaban en medio de la cena, cuando la  escuchó el sonido de los cubiertos caer en el plato. Vieron que Kōki se había puesto pálido.

—¿Kōki estas bien?- pregunto Ayumi.

 —Aghh creo que va a nacer respondió sosteniéndose el vientre.

 —Es muy pronto dijeron. Seijūrō levantándose. Rápido tomaron sus cosas y salieron rumbo al hospital.   

 ----- fin flash back -----

  

—¿Saben algo? — pregunto kise.

—No. Aun no— respondió Kō.

 

 —————

En el quirófano se observaba aun castaño aferrándose a la mano del pelirrojo  -Tranquilo Kōki. Ya falta poco.

 —¡Succión! — indico Shintarō Midorima.

 

Kōki sintió el tirón familiar y escucho el llanto de su bebé —¡Quiero…

 —Es hermoso— dijo llorando. Beso los labios de su esposo —Gracias, amor.

 —Aquí esta— dijo entregándole el bebé a Kōki.

 —Es hermoso— dijo al sostenerlo entre sus brazos. Reviso a su bebé.

 —Sí— respondió Seijūrō mientras le acariciaba la regordeta mejilla.

 —¿Qué crees que harán los niños? — preguntó Kōki mientras le entregaba al bebé.

 —No sé, pero Yukio-san estará muy feliz— dijo riendo.

 —Akashi-san y el bebé serán llevados a su habitación. Además necesitamos el nombre— índico Shintarō.

 -Se llama…

 ————————

—¡Papá! — exclamaron al verlo llegando — ¿Cómo esta mami?

 Recibió a sus dos hijos con los brazos abiertos y lo envolvió en un gran abrazo –Tranquilos. Está bien. Kōki será llevado a una habitación y bebé también.

 —¿Hubo alguna complicación? — Pregunto Kōen.

 —Ninguna— respondió.

 —¿Por qué se adelantó el parto? — pregunto Ai preocupada.

 —No lo sabemos— respondió —Vamos. Shintarō nos dejara verlos.

 

Furihata, Akashi y Namikaze siguieron a Seijūrō  y abordaron el elevador. Llegaron a la habitación asignada y vieron a Shintarō monitoreando al castaño –Kōki/papi/amor.

 —Hola— dijo adormitado mientras seguía arrullando a l bebé.

 La familia se acercó y miraron al bebé —Es hermoso.

 —¿Qué es? ¿Cómo se llama? — pregunto Yukio mirando al bebé.

 Kōki miro a su esposo y, éste le asintió —Es niño, se llama Ion Akashi-.

 —Es un hermoso nombre— dijo Ayumi sonriendo mientras veía al pequeño.

 —¡Yo quería niña! — dijo Kōko con un puchero.

 —¡Te gane! — dijo Seishirō enseñándole la lengua a su hermano.

 —Sei, Kōko. Vengan— dijo Kōki para que se acercaran. Los mellizos obedecieron y se aproximaron, mientras él se acomodaba para que apreciaran a su hermano.

   Seijūrō se acomodó cerca de Kōki y se sentó a su lado  —Ustedes son los hermanos mayores de Ion. Deben cuidarlo  y protegerlo y no dejar que ningún bastardo se le acerque.

 —¡Seijūrō! — exclamo incrédulo.

 —¿Qué? Es verdad— dijo con el ceño fruncido.

 —Sí, pero no debes decirles eso a nuestros hijos ¿Qué tal si te hacen caso? —decía Kōki molesto.

 

La familia veía de un lado a al otro. –No me digan que es…- trato de decir Ayumi.

 Kōki miro a su confundida familia y les sonrió –Sí. Ion es un doncel. Por eso nació antes de tiempo.  

—¡Por eso nadie se le acercara! — sentenció Seijūrō.

 —¿Doncel? — preguntaron los mellizos. Ya habían escuchado antes ese término pero no le habían puesto atención.

 —Ion es como yo— dijo Kōki – Podrá  dar a vida, como yo se las di a ustedes y a él.

 —No permitiré que nadie se le acerque. A Ion y Kōko nadie se le acercara- dijo Seijūrō.  

En la habitación se podía observar a toda la familia, mientras Kōki Akashi se acomodaba con Ion y cerraba los ojos hasta quedar dormido.

 

 

-------- Años después ------

 

 

—¿Por qué siempre llegamos tarde? — pregunto Akashi Seijūrō. A sus 44 años, actual presidente de Akashi Corp.

 —No lo sé— respondió Kōki mientras bajaba la escalera. Kōki Akashi, escritor y vicepresidente de Namikaze Corp.

—¡Por qué Kōko e Ion siempre tardan vistiéndose! — dijo un pelirrojo. Seishirō Akashi, 19 años.   Estudiante de Administración de empresas y jugador profesional de Shogi.

 —Claro. Cómo si tú no tardaras, Sei-nii. Todo para quedar bien con Yuta— decía una castaña mientras acomodaba su corto vestido.

 —¡Kōko! ¿Qué es eso? — dijo Seijūrō al ver que tenía puesto un diminuto vestido.

 —¿Un vestido? — respondió con ironía.

 —Vas y te cambias ahora mismo. Mi hija no va enseñar de más— dijo enfadado.

 —¡No! — dijo enfadada.

 —Déjala, papi. Es para que Ryuu-kun le haga caso— dijo un castaño de cabello largo. Tenía unos hermosos ojos color rojo y piel blanquecina.

 —¡Cállate, Ion! — dijo sonrojada.

 —Así que Ryuu-nii— dijo Seishirō.

 

Los hijos de los Akashi comenzaron a discutir en media escalera —¡Basta! Llegaremos tarde y todos nos asesinaran— dijo Kōki. Reanudaron su caminar y se dirigieron al jardín.

 

—Llegan tarde. Ni por qué es  su aniversario de bodas llegan temprano— dijo Kazunari.

 

—¡Los niños!/Ion/Kōko/Seishirō— respondieron justificándose. Los presentes rieron, con los Akashi siempre era  la misma excusa

 —Vamos, es mejor hacerlo ahora. Antes de que los nuestros hijos se ensucien— dijo haciéndole señas a la persona.

 Asintieron y llamaron la atención de los invitados. Estos se reunieron donde Seijūrō  indico y siguieron las indicaciones del personal.

Cada una de las familias (Midorima, Kagami, Aomine, Kise, Furihata, Namikaze, Akashi) se reunía y posaban para la lente.

—Kōki— atrajo la atención de su esposo.

 —¿Sí?  

—Aun crees en aquella frase, la que me dijiste cuando nos hicimos novios— comento viendo a su esposo. 

Sonrió al recordarla –Si, Sei. Por eso estoy contigo- le beso la mejilla –A veces el corazón se equivoca, pero contigo no lo hizo. Soy muy feliz, Sei. Te tengo a ti y unos hermosos hijos. Te amo, Seijūrō. 

—Yo también te amo, Kōki— dijo y le beso. Un beso que marcaba el inicio de muchos años más.

 

Fin

Notas finales:

¡Gracias por leer!  Espero les haya gustado este último capítulo.

Besos :*

 

Ai AkaFuri


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