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A veces el corazón se equivoca por aiakafuri

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Notas del capitulo:

Esperó les gusté

Disfrutenlo...m

Sólo lograba  percibir un BIP constante. Al abrir los ojos observó las paredes blancas. Trató de moverse pero notó la intravenosa en su brazo derecho. Tenía puesto algo en la boca, lo tocó y notó era una mascarilla. Comenzó a buscar con la mirada hasta que encontró un botón que tenía un letrero que decía enfermera. Lo pinchó y esperó.

 

La puerta se abrió y mostró a una enfermera —¿Qué su.... Ha despertado. Déjeme hablarle a su médico— dijo la enfermera y salió corriendo de la habitación.

 

¿Ha despertado? ¿Cuánto tiempo he estado aquí?

 

A los pocos minutos se escuchaban pasos y voces aproximándose. La puerta se abrió y mostró a un pelinegro —Soy Kishimoto ¿Cómo se siente?— preguntó revisando los instrumentos médicos.

 

—Dolor de cabeza ¿Qué me sucedió?— preguntó sosteniéndose la cabeza.

 

—Te desmayaste ¿No recuerdas nada, Furihata-kun?— preguntó inspeccionándole los ojos con una lámpara.

 

—Yo...— Los recuerdos lo golpearon y comenzó  a sollozar.

 

Kishimoto lo tomó de la mano —Escúcheme. No sé lo que pasó, pero tiene que estar tranquilo.  Tuvo un pre-infarto, sino se tranquiliza puede ser peor— dijo tranquilizando lo.

 

—¿Pre-infarto?— preguntó limpiándose las lágrimas.

 

—Sí. Lo que hayas visto provocó el pre-infarto. Gracias a que Akashi-kun te trajo a tiempo logramos salvar tú vida— explicó —Akashi-kun y tú madre no se han movido del aquí desde ayer. Ambos están muy preocupados por ti.

 

—¡Quiero verlos!— pidió.

 

—Sí, nada más te cambiemos de habitación podrás verlos— dijo sonriendo —Vaya por los camilleros— pidió a la enfermera.

 

—Ahora te voy a explicar cómo estar tú tratamiento— Kōki escuchó atentamente. Unos minutos después llegaron los camilleros y lo llevaron a una nueva habitación —Iré por tú madre y Akashi-kun— dijo saliendo.

 

—Espere.  Primero quiero a mamá y luego a Akashi-kun— dijo a Kishimoto, éste asintió y se marchó.

 

Lágrimas comenzaron a surcar sus mejillas. Aquello que presenció jamás lo esperó, no de ellos. Las personas en quién más confiaba —¿Por qué Kagami? ¿Nunca me quisiste, verdad? Nunca fui nada para ti— preguntó entre el llanto.

 

La puerta se abrió —Cariño—  Ayumi se lanzó a los brazos de su hijo.

 

—Mamá— comenzó a sollozar de forma desgarradora. Al abrazó se le unieron Kō y Kōen.

 

—Calma cariño, te va hacer daño— dijo tranquilizándolo mientras le acariciaba el cabello .  

 

—Si..Sii— dijo respirando profundamente y limpiando sus lágrimas.

 

—Nos tenías preocupados. Gracias a dios ya despertasteis— dijo besándole la frente.

 

—Lo siento—dijo mirando sus dedos.

 

—No es tú culpa, fue de ese imbécil— dijo Kōen.

 

—¿Cómo lo...? Akashi-kun—

 

—Sí fue él. El pobre está muy preocupado por ti, ni siquiera se fue cuando su padre se lo ordenó.  Está bastante mal.— dijo Ayumi.

 

—¿No se ha ido?— preguntó.

 

—No, mañana es inició de cursó y no se quiso ir hasta que despertarás— dijo abrazándolo —Además....— miró a su esposo y éste asintió.

 

—¿Vas a regresar a Seirin y verlos?— preguntó Kōen.

 

—¡No! No quiero verlos— dijo llorando.

 

—Cariño, hemos decidido por tú bien que es hora de regresáremos a casa— dijo Ayumi —Sólo será este año, es por tú bien

 

—Está bien— dijo intentando sonreír.

 

—Bien.... Sé que esto es personal, pero necesitó que me digas la verdad ¿Ustedes tuvieron relaciones sexuales?— preguntó Ayumi.

 

—No, y ahora sé porque... pero ¿Por qué preguntas mamá?— dijo amargamente, y agradecido de que no se acostó con Kagami.

 

—Verás cariño. Ahora que te internaron, el doctor descubrió algo muy importante— dijo tocándole la mejilla.

 

—¿Qué descubrió?— preguntaron los tres Kō.

 

—Kōki, eres un doncel— dijo algo nerviosa.

 

—¿Qué?— gritaron los tres.

 

—Kōki, Sensei descubrió que eres doncel— dijo tocándole la mejilla. Kō y Kōen se desmayaron de la noticia.

 

Kōki tocó su vientre  —¿Cómo es posible? — toda su vida fue criado como varón.

 

—Supongo que tu pediatra lo pasó por algo. Lo que sí advirtió es que por ahora no puedes quedar embarazado, no mientras no se controle la angina de pecho— dijo sería.

 

—Yo... Todo es confuso— dijo viendo sus manos. ¡Se supone que era varón!

 

—Lo sé. Así que si en un futuro lejano llegas a tener relaciones debes usar protección para no embarazarte sino lo deseas— dijo besándole la mejilla.

 

—Entiendo, pero dudo enamorarme nuevamente— dijo al borde de las lágrimas.

 

—No te cierres por lo que pasó. Tú mereces ser feliz, algún día llegará un chico que sea el correcto y serán felices— dijo sonriendo le.

 

—Por ahora no quiero— dijo sabiendo que su madre decía la verdad. Algún día llegaría esa persona, pero ahora sólo quería olvidar lo que sucedió.

 

—Lo sé. Aquí estamos para apoyarte— dijo sonriendo.

 

—¿Qué sucedió?— preguntó Kōen.

 

—Tuve un sueño donde Kōki es doncel— dijo Kō.

 

—No es un sueño, cariño. Kōki es un doncel— dijo sonriendo.

 

—Kōki....— murmuró Kō.

 

—No te preocupes Papá. Aún soy muy joven. Quien te hará abuelo primero  será mi hermano— dijo sonriendo.

 

—Kōki— grito Kōen sonrojado.

 

Kōki rió por la cara roja de Kōen y el enfado de su padre. Los tres miraron a Kōki y le sonrieron, Kōki saldría adelante.

 

—Bien, comenzaremos con el papeleo. Le diré a Akashi-sama que me ayude en Rakuzan— dijo Kō.

 

—Yo iré empacando nuestras cosas. Cuando salgas del hospital iremos directo a Kioto— dijo Ayumi.

 

—Mamá— dijo Kōki.

 

—¿Sí?

 

—Tira todo eso a la basura. No quiero nada de ellos en la casa— dijo decidido.

 

—Sí, cariño. Nada de esos se quedará en nuestra casa— dijo sonriendo.

 

—Nos retiramos para que Akashi-kun pueda verte. Convencerlo de regresar a clases— dijo Ayumi.

 

—Sí mamá— respondió.

 

Todos se despidieron y salieron, a los minutos entró a Seijūrō —Furihata-kun— dijo y se lanzó a sus brazos.

 

Kōki no dudó y respondió al abrazó, ambos lo necesitaban —Gracias por traerme al hospital, Akashi-kun— dijo llorando en su hombro.

 

—Estaba tan preocupado. Tenía miedo a que....— no pudo continuar.

 

—Ya estoy bien— dijo sonriéndole.

 

—Sí— respondió con una sonrisa.

 

Kōki abrió completamente los ojos. Jamás había visto al pelirrojo sonreír así. — Oh cierto.... Nos mudáremos a Kioto y al parecer iré a Rakuzan, Akashi-kun— dijo recordando.

 

—Lo sé. Furihata-san me lo dijo. También me dijo que seremos vecinos.... Pero di me Seijūrō— dijo sonriendo.

 

—Le dijo sobre la familia— susurró muy bajito.

 

—Llegue a conclusiones y ella confirmó, Furihata-kun— dijo sonriendo.

 

—Ya veo...y es Kōki... Seeii-Seijūro-kun— dijo avergonzado.

 

—Entiendo Kōki— observó al castaño y realmente se veía adorable con sus mejillas sonrojadas. Sacudió su cabeza, para quitar ese pensamiento —Oh sí, aquí tengo tú celular— dijo buscándolo en el pantalón.

 

—¡Tirarlo! No lo quiero— dijo con el ceño fruncido.

 

—¿Qué?— preguntó confundido.

 

—No quiero nada de él— dijo bajando la mirada.

 

—Entiendo— dijo guardó el teléfono en la bolsa de su pantalón —Espero nos toque estar en la misma clase— dijo cambiando de tema.

 

—Yo también. Espero que para el lunes ya este dado de alta para poder ir a clases— dijo sonriendo —Además... Tienes que ir a clases, Seijūrō-kun. Mamá me lo dijo. Esperó que me pases la tareas.

 

—Entiendo. Entonces hoy mismo regresaré a Kioto y mañana apuntaré todo para ti— dijo sonriendo le.

 

—Gracias— respondió.

 

—Kōki— dijo ganándose la mirada del castaño —Saldremos adelante, esto es sólo un tropiezo en el camino.

 

—Sí

 

Así los encontró el doctor, ambos llorando.

 

Seijūrō se despidió de Kōki y prometió ir a a verlo en cuanto llegara a Kioto. Kōki se quedó sólo y pronto durmió.

 

—————————Lunes en Seirin————————

 

Los pasillos de la escuela eran un caos, todo mundo hablaba y se apresuraban a llegar a si clase.

 

Cuando el As de Seirin llegó, todos se apartaban al ver el aura que llevaba e inclusive notaron al fantasma de Seirin pálido, con ojeras y ojos rojos.  Cada quien tomó sus respectivos lugares sin mirar se o hablarse.

 

—Qué raro, Furi no llega ¿Kagami-kun no sabes que retrasa a Furi?— preguntó Fukuda.

 

La respuesta murió en sus labios ya que el profesor llegó. Cada vez que alguien nombraba a Kōki ellos se sentían culpables. Las horas pasaban y se dirigieron al gimnasio para una junta con la nueva entrenadora.

 

 

 

 

 

—Fue un gusto tratar con ustedes. Espero la salud de Furihata-kun mejore— dijo el director.

 

—Gracias a usted por atendernos y mantener el secreto.  Vamos Kōen— dijo Ayumi levándose.

 

Como ya era la hora de salida los jóvenes chocaban contra ellos. Algunos miraban de pies a la cabeza a Kōen. Se dirigieron aquel lugar, las puertas estaban entre abiertas.  Sabía por Kōki que no podía pisar el centro de la pista con las zapatillas, así que entró por la orilla —Se encuentra Amane-san.

 

Todos voltearon y Taiga palideció al verlos —¿Furihata-san porqué Furi no vino?— preguntó Fukuda al reconocerla.

 

—Are~ ellos  no les dijeron— comentó con una sonrisa viendo  Taiga y Tetsuya —Kōki no vino porqué está en el hospital.

 

—¿Hospital? ¿Qué le sucedió?— preguntó Fukuda.

 

—Por qué no le preguntan a ellos— dijo Kōen con la mirada asesina.

 

—Tranquilo hijo. Bien ¿Quién es Amane?— preguntó sonriendo.

 

—Soy yo— dijo una chica castaña de ojos violeta.

 

—Querida. Aquí tienes— dijo entregándole la forma.

 

—Dimisión— dijo anonadada, pues Furihata tenía potencial en el básquet y más por su observación y prevención de errores.

 

—¿Dimisión? ¿Por qué?

 

—Chicos, Kōki tuvo un infartó y ya no puede volver a jugar basket— miró aquéllos dos que solo bajaron la mirada —No puede hacer esfuerzo físicos, el doctor le prohibió volver a jugar.

 

—¿Cómo le dio un infartó? Su condición física es excelente y los análisis salieron limpios— dijo Amane.

 

—Un infarto no sólo puede ser causado por el físico, sino por lo emocional. Kōki vio algo que lo destrozó y eso lo llevó al infarto— dijo Kōen.

 

—¿Podemos verlo?— preguntó Fukuda.

 

—Claro si, pueden ir hoy o mañana. Los esperamos en el hospital Midorima— dijo sonriendo —Kōen tira eso— dijo viendo al pelirrojo y al peli celeste.

 

—El boté de la basura— dijo y Fukuda lo señaló. Por azares del destino, el bote estaba junto a los traidores. Kōen camino hacia el bote —La basura debe estar en su lugar— dijo en voz alta y vacío el contenido de la bolsa negra.

 

Todos los presentes reconocieron las cosas. Eran objetos que Taiga y Kuroko le habían dado al castaño.
 Estos por su parte, miraron aquellos objetos que eran apreciados por el castaño, Taiga de acercó y comenzó a sacar lo que él le había dado.

 

—Oh cierto, Kōki ya no vendrá a Seirin— dijo Ayumi… Taiga volteó — Por su salud nos mudáremos. No es conveniente que venga aquí cuando ellos dos están aquí. Mañana mismo nos mudamos y  él comenzará su nuevo curso en otra prefectura— dijo sonriéndoles.

 

—¿Qué?¿ A qué se refiere con ellos dos?— preguntó Fukuda.

 

—Ellos dos— señaló a Taiga y Tetsuya— son los culpables de que Kōki tuviera el infarto. Ellos son amantes y Kōki los descubrió. Gracias a ellos mi Kōki está en el hospital.

 

—Está de más decir que Kōki no quiere volver a ver los. Esa—señaló la basura— es su respuesta. Vamos mamá, Kōki nos espera— dijo llevándosela.

 

—¿EE-es verdad?— preguntó Fukuda a ambos.  Los dos bajaron la mirada y todos comprendieron que era verdad —¿Cómo pudieron? Furihata te ama y tú... ¿Qué clase de amigo eres? ¿Cómo pudiste engañarlo de esa manera?— se acercó y comenzó a golpear a ambos. Los demás trataban de separarlos.

 

—¿Por qué lo dijiste de esa manera mamá?— preguntó Kōen.

 

—Akashi-kun tiene razón. No es necesario hacer algo cuando ellos mismos se torturan y ahora nadie estará con ellos. Los chicos aprecian mucho Kōki, ellos se encargarán de torturarlos por mí— dijo Ayumi sonriendo.

Notas finales:

Grcias por leer

Esperó sus review :3


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