—¿Quién es? —preguntó el alfa, que no se había olvidado de su imprudencia. Habían discutido en privado y Kai le había enseñado a su psi que en lo relativo al clan, la vida de un miembro era muy relevante.
—No conocen la identidad del asesino.
Sehun emitió un sonido angustiado. Una llamarada de energía psi inflamó los sentidos de Kai, y cuando se extinguió de nuevo, Sehun estaba más calmado aunque no menos frustrado.
—Le han tendido una trampa. —Baekhyun apretó la mano—. Podría conectarme a la PsiNet y seguirles hasta que lo sepan.
Kai entrecerró los ojos.—¿Cuánto tiempo?—No mucho... la trampa saltará en cuanto mate de nuevo.
—Podría llevar días. ¿Puedes sobrevivir oculta tanto tiempo? —Kai comenzaba a entender cómo funcionaba la red—. Lo que has hecho hoy te ha dejado exhausto y eso que se trató de ¿cuántas...? ¿Unas pocas horas?
Baekhyun se estremeció.—Soy lo bastante fuerte. Soy un cardinal.
Había algo carente de pasión en su declaración, pero Kai sabía que no era el lugar indicado para insistir en ello. Apelaría a la ternura para sonsacarle la verdad en privado.
—Si no la encontramos antes de que muera, los SnowDancer no se conformarán solo con la sangre del asesino como compensación. —Sehun tenía la vista clavada en la parte posterior de la cabeza de Baekhyun, como si deseara ver dentro de su mente.
—Lo sé. —Baekhyun asintió—. Se me ha ocurrido algo para acelerar el proceso. Kai entornó los ojos de nuevo.—¿El qué?
—El asesino es un depredador con necesidades específicas... las mujeres y hombres a los que mata son todas de un tipo determinado y, de acuerdo con las investigaciones del Consejo, es compulsivo. Creo que si le damos un objetivo claro, no podrá resistirse a ir tras él. Y la trampa saltará sin que Brenna tenga que morir.
—¿Cómo tendemos la trampa si no sabemos dónde está? —preguntó Suho. Kai sabía la respuesta.—Tú vas a ser el señuelo, ¿verdad? La trampa estará en la PsiNet.
—No soy una cambiante, pero mi imperfección podría anular ese obstáculo. Mi mente parece ser capaz de... comprender la vuestra. Podemos utilizar eso para asegurarnos de que el asesino se sienta atraído por mí. —Su voz seguía siendo firme pese a que le temblaba la mano—. Con vuestra ayuda enseñaré a mi mente a imitar los patrones de pensamiento de los cambiantes. Una vez esté en la red, bajaré mis escudos lo suficiente como para que él capte mis patrones alterados.
—Y después, ¿qué?
—Debido a su naturaleza compulsiva, estoy seguro de que me atacará en el plano psíquico e intentará incapacitarme mentalmente para conseguir acceso libre a mi cuerpo físico. En cuanto sepa quién es os lo diré.
—Entonces lucharás por tu vida. —Kai tenía los dientes apretados al tiempo que estrujaba la mano de Baekhyun.
—Esto no es negociable —susurró—. Se me está haciendo casi imposible ocultarme... ya viste cómo me afectó ayer la presión. Prefiero bajar mis escudos en una situación controlada, que arriesgarme a que se derrumben sin previo aviso.
—¿Cómo vas a asegurarte de que sea el asesino quien te encuentre primero y no uno de los otros? —preguntó Yixing al ver que Kai guardaba silencio. Sabía que el sanador comprendía cómo le estaba afectando aquello al alfa.
—Necesitaré una maniobra de distracción lo bastante importante como para llamar la atención de la mayoría de las mentes de la PsiNet. Todavía no se me ha ocurrido el qué, pero ya pensaré en algo, como hacer estallar algún tipo de bomba psíquica. —Inspiró hondo y levantó la vista.
«Además de darme acceso a patrones de pensamiento que pueda imitar... lo ideal serían los que encajen en el perfil de las víctimas... uno de vosotros tendrá que dejarme entrar en su mente para poder empaparme de vuestro... olor psíquico. Esa persona también tendrá que permitir un enlace psíquico durante todo el tiempo que dure la ejecución del plan.
»El asesino se siente atraído por los cambiantes y, a diferencia del resto de los psi, reconocerá la presencia del olor antes que nadie, sobre todo si están distraídos con otra cosa.
—Es como agitar carne fresca delante de un tiburón —comentó Mercy desde su puesto junto a la puerta trasera.
—Sí. Hay algo más. —Los ojos de Baekhyun se oscurecieron mientras Kai lo miraba, y la pantera supo que estaba sufriendo. No poder aliviar su dolor amenazaba con partirle en dos—. Desde que se implantó el Silencio, los psi se han enorgullecido de la ausencia de violencia en la raza.
—¿El Silencio? —preguntó Yixing.
—Un programa para condicionar a los jóvenes psi y eliminar las emociones. Si no sentimos ira, celos o amor, no tendremos deseos de matar. Al menos esa era la base lógica.
—Oh, Dios mío —repuso Yixing—. Incapacitan a sus hijos a propósito.
—Y no resolvieron el problema. De acuerdo con lo que he averiguado hoy, hay cincuenta asesinos en serie conocidos en activo entre la población psi. Parece que el Consejo tiene como política ocuparse de ellos sin armar ruido.
—¿Dándoles muerte? —inquirió Suho.
—Sometiéndoles a rehabilitación. Es la muerte de la mente, la aniquilación total del individuo y de las funciones mentales más importantes. —Sus ojos suplicaron a Kai que recordase la promesa que le había hecho—. Pero no los encierran a todos. A algunos de estos asesinos se les considera imprescindibles para el funcionamiento de la PsiNet.
—Creo que no quiero escucharlo —susurró Yixing.
—Proporcionan víctimas a los que son indispensables, ocultan su rastro y se aseguran de que sus habilidades no produzcan alteraciones en la PsiNet ni en el mundo de los humanos y los cambiantes.
Kai podía ver cómo él se esforzaba por contener las ganas de vomitar. Su bestia deseaba tomarlo en brazos y llevarlo a un lugar seguro, pero los ojos de Baekhyun le decían que no había terminado. Estaba pasmado por su fortaleza... ¿cómo era posible que un cuerpo tan frágil albergara tanto coraje, tanto corazón?
Sehun profirió una maldición.
—Cuando renunciaron a sus emociones, renunciaron a su humanidad — sentenció el centinela.
Baekhyun miró al colérico leopardo.
—Estoy de acuerdo. Siento que te arrebataran a tu hermana. Si pudiera poner fin a tu sufrimiento, lo haría. Pero no puedo. Lo único que puedo hacer es intentar salvar otra vida.
La respuesta de Sehun sorprendió a todos los presentes.
—Tú eres diferente, Baekhyun. No estoy tan furioso como para no ver la verdad. Tú sientes.
La carcajada de Baekhyun fue tan agridulce que Kai se irritó.
—Toda mi vida he estado aterrorizado por esas palabras. Siempre creí que sería uno de los miembros del Consejo quien me descubriría. Nunca pensé en ello como en algo bueno... hasta que te conocí. —Baekhyun estaba mirando a Kai con sus ojos negros como la noche, sin una sola estrella a la vista.
»Ya que no sé cuándo se darán cuenta de mi defecto e intentarán encerrarme, tendré que conseguiros la información lo antes que pueda. Por eso necesito un enlace constante con uno de vosotros. Lo que yo sepa lo sabréis también vosotros. Quedaréis libres en cuanto corte mi vínculo con la red.
Kai sabía que él esperaba que el Consejo lo matara.
—Estás bajo nuestra protección.
La pantera estaba muy cerca de la superficie, haciendo que su voz fuera varias octavas más grave.
Suho, Sehun, Mercy y Yixing expresaron su acuerdo. Baekhyun acababa de granjearse el respeto de algunos de los leopardos más fuertes de los EXO. Una vez que él fuera miembro del clan, los demás les seguirían. Y Kai no tenía la menor duda de que Baekhyun iba a convertirse en parte de su clan.
Una profunda tristeza ensombreció su rostro durante un segundo.
—Nadie escapa de la PsiNet. —Paseó la mirada por todos los leopardos repartidos por la estancia—. Gracias por mostrarme más vida en unos pocos días de lo que jamás esperaba experimentar. No caeré fácilmente... quiero vivir.
Kai se negaba a dejar que Baekhyun dijera adiós.
—¿Quién dice que nadie haya escapado de la PsiNet? ¿Alguna vez lo ha intentado alguien?
Él abrió los ojos como platos.
—No.
Kai sacudió la cabeza.
—No por lo que tú sabes. Si están guardando silencio acerca de los asesinos en serie, ¿no crees que ocultarían la huida de la red de cualquier psi?
—Eso no funcionará conmigo. Llamo demasiado la atención. No podría desaparecer ni aunque hubiera un modo de hacerlo. Tendría que cambiar de identidad y no puedo. —Se señaló los ojos—. No existen lentes de contacto que puedan ocultarlos.
—No permitiré que te maten. De ningún modo.
Nadie se llevaba a uno de los suyos sin que hubiera consecuencias. La muerte de Kylie no había sido olvidada, y hasta que cobraran su venganza, seguiría siendo un dolor ardiente en su alma.
¿Y a su hombre, su pareja? Si alguien se atrevía a hacerle siquiera un solo rasguño, los destruiría. Alargó la mano para rozarle las ojeras que tenía bajo los ojos.
—Estás agotado. Aunque dejásemos que pusieras en práctica tu insensato plan, no puedes hacerlo ahora.
—Me temo que tienes razón. Todavía disponemos de unos días. Es la tercera noche desde que se llevó a Brenna. —El tono de su voz denotaba el conocimiento del horror que los SnowDancer tenían que estar viviendo—. Ojalá pudiera recuperarme más rápido, pero seguir a Henry me ha dejado sin energías.
—¿Yixing? —Kai miró al sanador.
—Yo me ocupo. Vamos, cielo. —Tocó a Baekhyun en el hombro—. Te acompañaré a una habitación de arriba y buscaremos algo cómodo con lo que puedas dormir.
Él se levantó y Kai sintió la punzada de decepción que embargaba a Baekhyun. El vanidoso gato que moraba en él se atusó el pelaje, pero la pantera, protectora y posesiva, prometió en silencio que compensaría a Baekhyun.
—Gracias. Debería estar recuperado por la mañana. Entonces saldremos de caza. —Baekhyun ni siquiera se percató de que había utilizado las palabras de un cambiante... de un leopardo.
Kai sonrió. Byun Baekhyun ya no era un psi aunque él se negara a verlo. Pobrecito. Iba a disfrutar enseñándole a vivir la vida a su lado, como su pareja.
Yixing cerró la puerta del cuarto antes de darle a Baekhyun la taza de chocolate caliente que había preparado apresuradamente. El hombre tenía una expresión tan intensa que incluso sin su extraño don para sentir emociones, Baekhyun supo que fuera lo que fuese lo que el sanador tenía que decirle, no sería agradable.
—Voy a contarte algo sobre Kai que él nunca te contaría... su necesidad de protegerte se impone a sus demás instintos. No es algo en lo que tenga poder de decisión. —Los ojos castaño claro de Yixing mostraban una expresión afable, pero en el tono de su voz se apreciaba un deje acerado que Baekhyun jamás habría esperado en él—. Te lo cuento porque confío en ti.
«No traiciones mi confianza.»
Baekhyun escuchó aquellas palabras implícitas con tanta claridad como si Yixing hubiera abierto la boca y les hubiera dado voz.
—¿Por qué molestarte en contármelo?
—Por lo que dijiste abajo acerca de que necesitas una mente accesible cuando entres en la PsiNet. —Frunció el ceño—. Siéntate antes de que te caigas redondo. Lo último que necesito es que Kai se me eche encima por desatenderte.
Baekhyun se sentó.—¿Qué es lo que tengo que saber? —Dejó la taza sobre la mesilla. Yixing se sentó en la cama junto a él e inspiró entrecortadamente.
—Cuando Kai tenía apenas trece años, una pequeña manada de leopardos errantes intentó infiltrarse en nuestro territorio. En aquella época no éramos tan fuertes, y los ShadowWalker creyeron que podrían destruir nuestra jerarquía e instalarse como alfas. —El sanador exhaló un suspiro—. Es algo que ya se había hecho antes... puede que seamos más humanos que los psi, pero no somos perfectos.
Baekhyun no lo interrumpió, impresionado por los resquicios de lacerante dolor que podía escuchar en el tono de voz normalmente firme de Yixing.
—La madre de Kai era sanadora y su padre centinela. —Esbozó una suave sonrisa—. A veces creo que por eso me concede tanta libertad dentro del clan.
Baekhyun apenas había comenzado a ceder a su anhelo de experimentar el contacto humano, a comprender que era algo tan esencial para él como la comida, pero podía sentir la necesidad de Yixing como si fuera un segundo latido. Posó la mano sobre la del sanador y esta se asió a él.
—Los ShadowWalker no podían llegar hasta nuestra pareja alfa, así que decidieron atacar a un centinela y conseguir información sobre nuestras defensas. La familia de Kai estaba corriendo por el bosque cuando fueron rodeados. Más tarde nos dimos cuenta de que el plan original debió de ser el de quebrar a Carlo haciéndole presenciar la violación y tortura de su compañera. —Los dedos de Yixing amenazaban con aplastar los delicados huesos de Baekhyun.
Yixing inspiró entrecortadamente una vez más.
—Pero los ShadowWalker subestimaron a Shayla. Ella era sanadora, pero también era madre, y luchó por la vida de su hijo. Los otros leopardos no podían permitirse perder a Carlo, pero Shayla fue asesinada durante la pelea.
—Yixing —comenzó Baekhyun alarmado por su profunda congoja. Honda, antigua e intensa, pues había madurado con el curso de los años hasta convertirse en puro sufrimiento.
—No, solo puedo hacer esto una vez. No volveremos a hablar de ello cuando salga de este cuarto. —Sus ojos le pedían una promesa que Baekhyun no dudó en realizar —. Kai era muy joven, mucho más débil que los machos adultos que los atacaron. Le inmovilizaron sin problemas cuando intentó salvar a sus padres.
A Baekhyun se le partió el corazón por la pantera que era tan posesiva y protectora. Ahora comprendía su necesidad de marcarlo, de mantenerlo a salvo.
—¿Capturaron a su padre?
—Sí. Apresaron a Kai y a Carlo. Se llevaron el cuerpo de Shayla y lo enterraron profundamente donde su olor no pudiera advertirnos. Pero no lo bastante, porque la encontramos.
—¿Cuánto tiempo pasó?
¿Cuánto tiempo había pasado Kai en manos de aquellos asesinos despiadados?
—Cuatro días —respondió Yixing con voz torturada—. Cuando llegamos hasta ellos, Carlo estaba tan grave que nadie pudo salvarle. Yo era aprendiz, menor de edad. Shayla era nuestra sanadora y ya no estaba. Empleé todas mis energías, pero no pude salvarle. Era como si su alma se hubiera ido con la de Shayla.
Las lágrimas rodaban por el rostro del hombre.
—Yixing.
Utilizando aquella misteriosa parte de su alma, inexplicable y maravillosa, que podía sanar el corazón, Baekhyun recogió el dolor del sanador. Cuando se instaló en su interior, pesado y lacerante, la voz de Yixing pareció aligerarse.
—Las últimas palabras de Carlo fueron «No nos han quebrado». Entonces nos dimos cuenta de que Kai debía de haber sobrevivido. Los ShadowWalker habían intentado ocultarle para poder ir a por él más tarde... estaba atado en una cueva no lejos de Carlo. Cuando le encontramos tenía tantos huesos rotos y tantos zarpazos, que solo le reconocimos por las marcas de cazador. —Se tocó la cara como si acariciara las cicatrices de Kai—. De tanto forcejear con las ataduras tenía las muñecas y los tobillos abiertos hasta el hueso.
Baekhyun sintió un sollozo atrapado en su garganta. —¿Le torturaron para quebrar a Carlo? Yixing asintió.
—Querían lo que Carlo sabía: la localización de nuestras casas francas, las rutas de escape, la guarida de la pareja alfa y la red de defensa.
—¿Cómo pudo sobrevivir Kai?
—No lo sé. —Yixing parecía completamente desconcertada—. Se contuvieron con su padre porque era el que les importaba, pero con Kai... —Sacudió la cabeza—. Fue como si se negara a morir. Algunos dijeron que había sobrevivido porque había nacido cazador y poseía fuerzas que desconocíamos. Yo creo que simplemente quería venganza.
—¿Los ShadowWalker escaparon?
Yixing asintió.
—Éramos lo bastante fuertes para expulsarlos, pero no para seguirlos y acabar con ellos sin dejar a nuestros jóvenes en una posición vulnerable. En consecuencia, vivimos bajo la ley marcial durante cinco años, sin abandonar el grupo y sin arriesgarnos nunca a convertirnos en un blanco fácil.
Sus ojos se enfrentaron a los de Baekhyun.
—Con solo dieciocho años, todavía un menor según nuestro criterio, salió una noche con un grupo de centinelas y algunos otros. Los centinelas le habían jurado lealtad el día en que se enteraron de que, pese a la tortura, no le habían quebrado.
Baekhyun no podía ni imaginar la fuerza de voluntad que debió exigirle a Kai hacer honor a su lealtad para con el clan. Pero lo había hecho.
—Fueron a cazar a todos los machos adultos de los ShadowWalker. —La voz normalmente dulce de Yixing estaba teñida de furia asesina—. Cuando terminaron, los ShadowWalker habían dejado de existir y los EXO eran un clan al que nadie osaría amenazar.
Baekhyun no se sentía repelido por la violencia. Era mucho más aceptable que la hipocresía de los psi, que dejaban a asesinos en libertad mientras abogaban por su imagen pacífica. Al menos los cambiantes eran honestos. Al menos ellos amaban lo suficiente como para ansiar venganza. Lo único que ansiaban los psi era poder.
—Cinco años después —prosiguió Yixing arrancando a Baekhyun de sus aciagos pensamientos—, Lachlan, nuestro alfa gobernante, abdicó en favor de Kai. Los centinelas realizaron un juramento de sangre sin dudar. —Sacudió la cabeza—. Solo tenía veintitrés años. La mayoría de los leopardos casi ni han alcanzado la madurez a esa edad, pero Kai ya era más fuerte que cualquiera de los demás machos.
—Fue forjado a fuego.
Baekhyun pensó en el sufrimiento que había modelado a Kai y lloró por el muchacho que nunca tuvo la oportunidad de ser un joven. ¿Cómo debió de ser crecer a la sombra de la sangrienta muerte de sus padres?
—¿Lo comprendes? —Yixing miró a Baekhyun a los ojos.
—Sí. —Las lágrimas se derramaban en el fondo de su corazón, pues todavía no sabía llorar abiertamente.
El sanador no estaba convencido.
—Los ShadowWalker le mantuvieron atado. Hicieron que viera cómo su padre era torturado antes de torturarle a él. Las cosas que le hicieron... No le pidas que sea tu enlace.
«No le pidas que te vea morir mientras se encuentra impotente.»
—Se ofrecerá voluntario. —Baekhyun sabía la clase de hombre que era Kai, la clase de líder que era.
—Pues impídeselo. Dile que él no es el idóneo. Yo ocuparé su lugar.
Un pesar descarnado oscureció los ojos de Yixing.
Baekhyun asintió, pero ambos sabían que apartar a Kai del camino que había elegido era una misión prácticamente imposible.
A pesar del agotamiento mental, Baekhyun yacía despierto en la cama cuando sintió cerca su presencia. Al cabo de un minuto, él abrió la puerta del dormitorio y la cerró después de entrar, actuando como si la habitación fuera su territorio.
Baekhyun sabía que dejar que se saliera con la suya solo serviría para reforzar sus tendencias de por sí autocráticas, pero también sabía que las posibilidades de sobrevivir a su inminente crisis mental, con o sin trampa, eran casi nulas. O moría o los mercenarios del Consejo lo perseguirían y atraparían después de que sus escudos fallasen.
El tiempo se le escapaba de entre sus desesperados dedos... Esa noche no quería fingir que no sentía adoración por él. Kai era, sencillamente, todo cuanto había soñado y nunca se había atrevido a tocar.
Kai se movió con masculino sigilo en la penumbra, metiéndose en su cama y tumbándose sobre las mantas en tanto que él permanecía debajo, apenas vestido con una vieja camiseta que Yixing había buscado. El sanador se la había dado a Baekhyun con un extraño comentario: «Ningún otro olor le aplacará».
Kai le puso el brazo encima.
—Quiero estar desnudo contigo bajo esas sábanas.
Baekhyun sintió que se ruborizaba y se regodeó porque al fin era capaz de ser él mismo. La muerte lo esperaba. Bien podía disfrutar de la vida que le quedaba.
—¿Es así como sueles cortejar a tus posibles amantes? —bromeó; aquello parecía lo correcto, como si le hubiera amado desde siempre.
Kai le acarició el cuello con la nariz desplazando la mano por encima de la sábana para asir la de él, que yacía junto a su cabeza.
—Solo al hombre que ya conoce mi cuerpo por dentro y por fuera, que conoce mi deseo y todos y cada uno de los puntos que me dan placer. Solo a ti.
El corazón de Baekhyun amenazaba con dejar de latir.
—¿De qué estás hablando?
—Me has amado en mis sueños, gatito. ¿Y en la realidad? —Levantó la cabeza y aquellos ojos felinos centellearon de forma inquietante.
Por un instante se sintió completamente fascinado.
—Tus ojos... ¿siempre hacen eso en la oscuridad?
—No. —Se inclinó y le mordisqueó el labio inferior, sobresaltándolo... dándole placer—. Lo que sucede es que no deseo perderme ni un solo centímetro de tu cuerpo.
Tiró de la manta, pero Baekhyun la subió de nuevo. —No soy responsable de tus sueños. Kai habló contra sus labios:
—¿Sabes cuál fue mi parte favorita? —Sin esperar respuesta, prosiguió—: Cuando me saboreaste. No había tenido un orgasmo tan intenso en toda mi vida. Me sentó como un tiro despertar y ver que estaba solo.
Baekhyun apenas era capaz de respirar. De pronto hacía mucho calor. Empujó la molesta manta hacia abajo ayudado en todo momento por Kai. Se percató demasiado tarde de que sus piernas quedaban ahora al descubierto hasta la parte superior de los muslos. Daba igual, solo los sueños importaban.
—¿Cómo es posible que hayas visto mis sueños? —susurró.
Habían sido su mayor secreto, su tesoro más preciado. En esos sueños había sido quien podría haber sido de no haber vivido la vida de un psi.
—Tú me invitaste a ellos. —Kai se incorporó y se colocó a horcajadas sobre sus muslos. Luego se sacó la camiseta por la cabeza y la arrojó al suelo mientras él observaba con la boca seca—. ¿Sabes lo que me gusta?
Sin pararse a pensar, Baekhyun deslizó las uñas por la tibia dureza de su abdomen, y se quedó paralizado al oírle ronronear.
—No sé cómo lo hice... no fue deliberado. Nunca habría tenido el coraje de saborearle de haber creído que él era real. —Eres un psi cardinal.
Al ver que él dejaba de acariciarle, Kai se llevó los dedos de él a la boca y los mordisqueó de forma juguetona a modo de advertencia. Un millar de mariposas revoloteó en el estómago de Baekhyun. Entonces él retiró su mano y trató de incorporarse.
—No, gatito. Me gustas así. —Apoyó las palmas de las manos a ambos lados de él y le olfateó el cuello como si fuera una gran bestia de presa.
Justo lo que era.
Entonces hizo algo completamente inesperado y enloquecedoramente sensual. Sin previo aviso, movió la cabeza y le mordió suavemente el pezón a través de la camiseta. Baekhyun arqueó la espalda y apenas pudo contener el grito que pugnaba por salir de su garganta. En lugar de soltarlo, Kai chupó con fuerza haciéndolo enloquecer de lujuria. Cuando al fin lo liberó, tenía las rodillas entre los muslos de él y le estaba separando las piernas lentamente.
—Hueles a mí—gruñó contra su cuello, lamiéndolo rápidamente—. Todo tú hueles a mí.
Baekhyun gimió.
—¿Qu-qué?
Kai se alzó sobre él y utilizó los dedos de una mano para pellizcar el pezón que había chupado. Baekhyun tuvo que contenerse para no alargar la mano y bajarle la cremallera de los vaqueros, sabiendo exactamente cómo sería sentirlo en sus palmas. Caliente, duro, suave como la seda y perfecto.