Naruto Uzumaki POV
Al amanecer, alrededor de las 7:00am, Gaara se fue a su casa y yo me quedé un rato tumbado en mi cama. Después fui al baño a ver como estaba la herida de mi cuello ¡Estaba peor que anoche! Se veía el gran punto que resaltaba en mi morena piel.
Suspiré cansado.
Bajé a la cocina para encontrarme con mi hermano Deidara, quien extrañamente estaba muy tranquilo.
-Veo que lo pasaste bien anoche-comentó con una sonrisa.
-¿Porqué lo dices?
-Por lo que tienes en el cuello. Se llama chupón-dijo- ¿Quién te lo hizo?
-Un chico que de la nada se tiró sobre mí como si fuese algo de él; ni siquiera sé quien es-le explique a mi hermano mayor.
-¿Siquiera sabes como se llama? ¿O no?
-Sasuke Uchiha-respondí
-Uchiha...-vi como Deidara frunció el seño un tanto molesto.
-Ni siquiera fui al lugar correcto...
-¿Se equivocaron de disco?-preguntó sarcástico.
-Si-respondí burlesco.
-Cambiando de tema, mamá y papá me dijeron que te avisara que ellos estarán fuera por unas semanas por cosas de trabajo-informó Deidara.
-De acuerdo, entonces tenemos que ver a Nagato-dije algo obvio
-Si, sin embargo-dijo acercándose- Entre las 10:00am y 12:00pm estaré fuera por algo que no quiero explicar.
-Son solamente dos horas ¿Qué es?-cuestioné a mi hermano.
-Ya te dije, no lo quiero explicar-contradijo molesto.
Sea lo que sea, a mi hermano no lo tenía para nada contento hacerlo.
Después de ese pequeño encuentro, tomamos desayuno tranquilos. Después de lavar la loza, Deidara se fue a bañar para ir a no sé donde. Yo me cambié ropa y fui a ver a Nagato, quien dormía plácidamente.
Es el único momento del día en el que está tranquilo.
-Naru, me voy-me avisó Deidara mientras cerraba la puerta.
Fui al jardín a repasar lo que pasó anoche, pensando que estaba solo, lo cual no era cierto. Sasuke estaba detrás de mi. Al darse cuenta de mi presencia no hizo más que aprisionarme en sus brazos, haciendo que mi espalda chocara con su pecho.
-Hola-dijo mientras tocaba mi marca, causándome un quejido-Veo que aún sigue ahí...
-¿Porqué lo hiciste?
-Para demostrarle a todos que me perteneces.
-Pero mucha gente lo hace ¿Cómo sabrán que fuiste precisamente tú?
-Porque nadie las marca tanto como yo-dijo amenazadoramente- Hoy a las 17:00pm te quiero listo y bien vestido, por que vamos a salir.
Dicho esto, me apretó un poco más y después estuve libre de los brazos del Uchiha. Me volteé esperando a que dijera otra cosa, sin embargo solo se quedó de pie mirándome sin decir palabra alguna.
Fue la mirada más llena y a la vez carente de emociones que haya visto alguna vez.
Se dio media vuelta y empezó a caminar para irse, pero lo hacía lento. Y yo tenía algo que preguntarle.
Pero me retracté de hacerlo.
Corrí a mi casa y cerré la puerta a la vez que me asomaba por la ventana principal para que se fuera de una buena vez. Giró la cabeza en dirección a mi y me quedó mirando sin expresión alguna, pero sonrió de lado y se lamió los labios superiores. La escena me dio tanto pudor que cerré la cortina y retrocedí unos cuantos pasos ¡Desearía no haber salido! ¡O hubiese tenido cuidado, como me lo pidió Nagato!
Mientras pensaba enojado en ese asunto, recibí una llamada de Gaara diciéndome que tuviera cuidado con el Uchiha, porque tenía antecedentes policiales por violencia ¡Este tipo es de temer!
A los minutos después Nagato despertó preocupado y no se separó de mi hasta que llegó Deidara, quien en ese momento no podía estar más cabreado. Básicamente tiró su mochila al otro lado del living, tomó un cojín que estranguló por un buen rato y después se tiró en el sillón con una expresión perdida.
-¿Nagato como está?-me preguntó mientras seguía mirando el techo.
-Haciendo su tarea en el piso de arriba-dije mientras me sentaba a su lado-Me gustaría que me dieras un consejo...
-¿Acerca de qué?-preguntó incorporándose.
-El chico que me hizo esto-dije señalando la herida- Me vino a ver y quiere que salga con el a las 17:00pm-terminé de contar mientras el me veía con una expresión perdida, como si el tampoco supiese que hacer- ¿Qué hago? ¿Voy o no?
-Si yo fuera tu iría, pero tendría mucho cuidado-dijo mientras juntaba sus manos- Los Uchiha son muy obstinados: Si quieren algo no se rendirán hasta tenerlo.
-¿Cómo sabes eso?
-Sasori me contó. Hay muchos rumores sobre ellos y no son precisamente los mejores-dijo Deidara.
El resto de las horas pasó demasiado rápido para mi gusto, y antes de que me diera cuenta estaba terminando de peinarme para salir con el Uchiha y que no me haga algo en un futuro ¡No es como si de verdad quisiera salir con el! Mi hermano me miraba preocupado, y los ojos de Nagato reflejaban preocupación y confusión, pero no le quise decir lo que estaba pasando.
A las 17:00pm en punto, Sasuke Uchiha estaba afuera esperando a que saliera. Deidara me tomó la mano y me abrazó a la vez que volvía a decir "Cuidate..." Me soltó y caminé hacia la puerta.
Salí y frente a mi casa estaba el uchiha sobre una moto que parecía ser suya, ya que la chaqueta y la moto tenían el mismo símbolo: Un medio círculo rojo arriba, otro medio circulo blanco abajo y una línea hacia abajo.
El pánico se apoderó de mi con cada paso que daba: Me asustaba, y cuando lo tuve frente a mí, mi cuerpo tomó control de mi mente. Lo empujé tan fuerte y lejos como pude y salí corriendo ¡No quiero estar cerca de él!
Sentía como el corría detrás de mi, lo cual solo me desesperaba. Tomaba el riesgo de cruzar las calles sin importarme ni fijarme si venía un auto o no, sólo quería estar lejos de él.
Recuerdo que frené en seco al ver que ya no estaba detrás de mi a tomar un poco de aire. Escuché una bocina y vi dos luces. No pude reaccionar ¡Me van a atropellar!
-¡Sal de ahí, imbécil!-escuché que gritó el Uchiha y se tiró sobre mi, salvándome de mi inminente accidente.
Apoyó sus manos a ambos lados de mi cabeza y me quedó mirando: Estaba enojado,el color rojo de sus ojos me lo decía.
Estaré loco, pero sus ojos estaban rojos
-¡Aléjate de mi!-le grité mientras le golpeaba el pecho-¡No te acerques!
Sin embargo pareció no escucharme. Me tomó y me puso en su hombro izquierdo al mismo tiempo que empezó a caminar, suponiendo de vuelta a mi casa.
Precisamente eso pasó. Me amarró a la moto y comenzó a andar sin decir palabra alguna.
Cuando terminó el recorrido, me volvió a tomar en su hombro. Fue cuando comencé a sentir un olor embriagante; nublaba todos mis sentidos y debilitaba mi mente.
No recuerdo nada después de eso...
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